Reforma de la Constitución tucumana (Breve análisis sobre el fallo de la Corte) Casas, Laura J. Voces CONSTITUCION DE LA PROVINCIA DE TUCUMAN ~ JUEZ ~ FUNCIONARIO JUDICIAL ~ CONSTITUCION PROVINCIAL ~ CONVENCION CONSTITUYENTE ~ FACULTADES DE LA CONVENCION CONSTITUYENTE ~ REFORMA CONSTITUCIONAL ~ REMOCION DEL JUEZ ~ CONSEJO DE LA MAGISTRATURA ~ CONSTITUCIONALIDAD ~ LEGITIMACION ACTIVA ~ LEGITIMACION ~ EXCEPCION DE FALTA DE LEGITIMACION ~ EXCEPCION DE FALTA DE LEGITIMACION ACTIVA ~ ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS Titulo: Reforma de la Constitución tucumana (Breve análisis sobre el fallo de la Corte) Autor: Casas, Laura J. Publicado en: LLNOA 2008 (octubre), 865 Fallo Comentado: Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Tucumán, sala laboral y contenciosoadministrativa (CSTucuman)(SalaLaboralyContenciosoadministrativa) CS Tucumán, sala laboral y contenciosoadministrativa ~ 2008/09/08 ~ Colegio de Abogados de Tucumán c. Honorable Convención Constituyente de Tucumán SUMARIO: I. Preliminar. — II. Límites a la potestad reformadora y control judicial. — III. El fallo de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. — IV. La legitimación activa. — V. Enmienda constitucional. — VI. Consejo Asesor de la Magistratura. — VII. Jurado de Enjuiciamiento. — VIII. Conclusión. I — Preliminar El proceso de reforma de una Constitución está, inevitablemente, asociado con los conflictos políticos que marcan el contexto de su emergencia y, en ese sentido, constituye un muestrario de las luchas por el poder y de los límites al mismo. Basta con constatar las reformas a la Constitución Nacional a lo largo de la historia de nuestro país y las reformas acontecidas en el Derecho Público Provincial (1). El proceso que culminó con la reforma de la Constitución de Tucumán en el año 2006 no estuvo exento de estas características, al contrario significó y significa actualmente un replanteo de la división de poderes. Un somero repaso de los acontecimientos políticos y jurídicos que precedieron a la Constitución de Tucumán del año 2006, permitirá entender el escenario en el cual se instala tanto el fallo de la Cámara en lo Contencioso administrativo como el de la Corte tucumana. El 22 de Diciembre de 2004, la legislatura de Tucumán dictó la ley 7469 (Adla, LXV-A, 1339) (2) que declaró la necesidad de la reforma parcial de la Constitución de Tucumán del año 90. Esta ley habilitó modificaciones, supresiones, prohibiciones y agregados que podían ser considerados por la Convención. Dispuso que los únicos cargos incompatibles con el de convencional era el de magistrado del poder judicial de la Nación o de las provincias, el de gobernador y vicegobernador. Del proceso eleccionario para convencional constituyente resultaron electos 14 convencionales que habían sido legisladores y habían votado positivamente la ley de necesidad de la reforma. La mayoría de quienes resultaron electos convencionales constituyentes pertenecían al oficialismo. El dec. del Poder Ejecutivo 850/14 del 2005 que reglamentaba las internas abiertas para la elección de convencionales fue impugnado y el 2 de septiembre de 2005 la Corte Tucumana en la causa "Arias Víctor Hugo y otros vs. Provincia de Tucumán s/inconstitucionalidad" declaró la nulidad por inconstitucionalidad del dec. 1925/14 que convocaba al electorado a elegir convencionales constituyentes. Una vez constituida la Convención reformadora, un sector de convencionales pertenecientes a la minoría, impugnó el reglamento de ese cuerpo por considerar que en las comisiones no se respetaba la representación de las mismas (3). En todo este proceso, fue el poder Judicial quien puso límites a la vocación de poder absoluto del Ejecutivo, y con ello contribuyó a brindar algo de alivio institucional, primero la sala II de la Cámara Contenciosoadministrativo en su fallo del 5 de Febrero de 2008 y luego la Corte Suprema de Justicia de la Provincia con la sentencia de fecha 5 de Septiembre de 2008. Si bien la sentencia de la Corte no confirma en un todo el fallo de Cámara, sigue los lineamientos, en general, de este Tribunal. II — Límites a la potestad reformadora y control judicial La sentencia de la Corte de Tucumán retoma, necesariamente, temas cruciales de la teoría constitucional como son los límites al poder constituyente reformador y la facultad del poder judicial para controlar una reforma constitucional. Estos temas constituyen el núcleo del sistema republicano y democrático y del principio de división de poderes. La afirmación del poder judicial como el poder que en el juego del diseño constitucional tiene un rol de control, aparece exhaustivamente analizado en la sentencia de la Cámara y lo confirma la sentencia de la Corte de Tucumán. Ambos pronunciamientos constituyen un reflejo del abandono progresivo de las "cuestiones políticas no justiciables" La posibilidad de control de una reforma constitucional no se encuentra en discusión atento a la jurisprudencia tanto nacional como del derecho público provincial en la materia (4). A nivel provincial la Corte de Tucumán ya se había pronunciado en la causa Gutiérrez (5) acerca de la justiciabilidad de la reforma constitucional del año 90, considerando que "… esta Corte en numerosos precedentes ha sostenido la justiciabilidad de las cuestiones políticas siguiendo la directriz jurisprudencial proveniente del histórico fallo de la Corte de los Estado Unidos in re Baker vs. Carr, fallo este de profundo efecto revitalizador de la democracia al haber terminado con el tabú de las cuestiones políticas…lo que no constituye materia justiciable, es la ponderación de la oportunidad, mérito y conveniencia de las decisiones políticas, más sí las consecuencias antijurídicas de tales decisiones, pues ello requiere, en el estado de derecho, de la protección jurisdiccional…Plena justiciabilidad no es gobierno de los jueces, sino contralor para la juridización del orden político. De allí que el concepto de discrecionalidad irrevisible esté en retirada en el derecho moderno…" (6). Respecto a los límites de la Convención reformadora el fallo mencionado anteriormente también es elocuente cuando establece que "…el poder reformador de la Honorable Convención Constituyente de Tucumán, tiene límites porque es un poder jurídico…El poder reformador de especial manera en nuestro estado provincial y conforme nuestro régimen federal, se traza y organiza a través de una Ley Fundamental preexistente…, y el órgano así creado, (Convención reformadora) sólo cobra legitimidad cuando actúa con arreglo a la normación que la precediera…." (7). III — El fallo de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán El 8 de Septiembre de 2008 la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Tucumán confirmó parcialmente el fallo de la sala II de la Cámara en lo Contenciosoadministrativo en la causa Colegio de Abogados de Tucumán c. Honorable Convención Constituyente de Tucumán s/Inconstitucionalidad. La Corte confirmó la nulidad e inconstitucionalidad de los arts. 155 y 166 (referidos a las enmiendas); del art. 101 inc. 5 en el pasaje que dispone que "El Poder Ejecutivo organizará un Consejo Asesor de la Magistratura" y dejó sin efecto íntegramente el punto IV de la parte resolutiva de la sentencia de Cámara que declaraba nula e inconstitucional la sanción de la reforma incorporada al art. 129 (que establecía que la acusación en el caso de destitución de los jueces inferiores le corresponde a la Comisión Permanente de Juicio Político de la legislatura y en caso de prosperar debía sostener la misma ante el Jurado de Enjuiciamiento) de la Constitución de Tucumán y que declaraba que la incertidumbre sobre la constitucionalidad de la reforma incorporada al art. 126 de la Constitución de Tucumán se superaba válidamente en tanto la representación legislativa en el Jurado de Enjuiciamiento se integre con la participación de dos legisladores —como mínimo— que no pertenezcan al bloque oficialista ni a bloques del partido o alianza política con representación mayoritaria en la Legislatura. IV — Legitimación activa. En lo que se refiere a la legitimación para actuar del Colegio de abogados, el Dr. Goane efectuó una interpretación armónica y sistemática de la ley 5233 (Adla, LXI-A, 1228) que regula la actividad de los abogados. Consideró que esa entidad estaba legitimada porque era un organismo de la administración de justicia, conforme el art. 17 de la ley, y además surgía de la propia ley que esta institución tenía otros cometidos en atención a los cuales el vocal sostuvo que "la finalidad de la parte actora enlaza indivisiblemente la defensa de los derechos de los colegiados con los intereses generales, de índole institucional, referidos a la adecuada e independiente administración de justicia que, en el sistema político adoptado por nuestra ley fundamental se otorga al poder judicial" (8). El vocal hizo una correcta interpretación sistemática u orgánica de la norma y tomó en cuenta los diarios de sesiones para dilucidar el sentido de la norma. El voto del Dr. Gandur adhirió a los fundamentos del Dr. Goane pero, respecto a la legitimación de la actora agregó que el Colegio de abogados está legitimado para cuestionar el artículo de la Constitución que incorpora la enmienda, porque el interés diferenciado de este organismo está vinculado no sólo con la administración de justicia sino también "…con otros aspectos que, si bien no se relacionan directamente con esas funciones, afectan innegablemente el accionar y el desenvolvimiento de la institución y de los profesionales que se encuentran matriculados en el colegio de abogados de Tucumán…" (9). En consecuencia el Colegio de abogados tenía interés para cuestionar la constitucionalidad de un instituto que permite modificar contenidos de artículos que tienen la aptitud para afectar directamente el accionar de los profesionales matriculados. El Dr. Brito, en una interpretación asistemática de los fines de la ley que regula las atribuciones y funciones del Colegio de abogados, consideró que este organismo no está legitimado para cuestionar la constitucionalidad del artículo que consagra el instituto de la enmienda porque esta posibilidad no se ajusta al objeto-fin para el que fue específicamente creado. V — Enmienda constitucional Para analizar la inconstitucionalidad del procedimiento de enmienda previsto en el art. 155 y 166 de la Constitución, Goane recurre a los límites y las facultades que tiene el poder reformador de segundo grado, como fue la Convención Constituyente del año 2006. Uno de estos límites es la ley que declara la necesidad de la reforma. Por lo tanto la extralimitación de la Convención Constituyente de las pautas y competencias señaladas por esta ley, es pasible de control por el órgano del Estado que constituye el intérprete final de la Constitución: el poder judicial. Como uno de los límites de la Convención reformadora es la ley que declara la necesidad de la reforma, la interpretación de la misma resulta crucial para determinar si el órgano reformador se extralimitó en sus competencias. Goane en la interpretación de la ley 7469 utilizó el método histórico al sostener que "de lo contrario se privaría a la hermenéutica jurídica de uno de sus elementos computables, como es el que apunta a la reconstrucción del pensamiento y voluntad del legislador mediante la indagación de los motivos que la determinaron, o sea los fines a que tiende y la ocasión en que se dictó, con lo cual se alcanza el espíritu de la norma que se interpreta" (10). Por otro lado revalorizó el distinto valor semántico que la Cámara le asignó a las palabras utilizadas por la ley 7469. La ley 7469 bajo el acápite "modificaciones" autorizaba a introducir cambios en el tema reforma de la Constitución. El vocal consideró que la incorporación del mecanismo de la enmienda para la reforma de la Constitución resulta una innovación muy intensa para considerarla una mera modificación; y bajo el acápite "agregados" no aparece mencionado este tema, y no se puede considerar que el término modificaciones alcance también las actividades de incorporar o agregar porque si fuera posible asignarle tamaña extensión al término "modificación", no se entiende por qué la ley utilizó términos distintos e incluyó en cada uno temas distintos para reformar. En este sentido el vocal dijo"…no puedo dejar de advertir, teniendo en cuenta la sistemática de la ley, la impertinencia de asignar en la especie a vocablos distintos alcances conceptuales similares; o mejor dicho, a "modificar" un alcance omnicomprensivo de "incorporar" y "agregar". Si ambos han sido separadamente empleados en la ley con determinaciones precisas en cada caso, no aparece adecuado tener por "implícito" en el término modificaciones lo que debió estar "explícito" en el otro ("Agregados") previsto expresamente a tal fin. Es la propia ley la que distinguió a aquellas dos actividades (modificar e incorporar) y las disposiciones correlativas (modificaciones y agregados), como diferentes, al consignarlo así en el encabezado de su art. 2°…" (11). El Tribunal no efectuó un juicio de valor sobre el instituto de la enmienda en sí, solamente constató que esa reforma no estaba habilitada por la ley que declaró la necesidad de la reforma de la Constitución Provincial. La delimitación del sentido y alcance de cada uno de los términos utilizados por la ley 7469 arrojó claridad sobre el lenguaje y evitó que se trivializara un instituto como el de la enmienda, otorgándole la seriedad y la envergadura que las reformas a la Carta Magna tienen en un Estado con constituciones rígidas. Por otro lado el juez sostuvo que "…atento a la redacción de la ley 7469 y su publicación de acuerdo a las exigencias del art. 139 de la Constitución de 1990 (actual 153), difícilmente el electorado pudo avizorar que la enmienda constitucional por vía legislativa pudo ser uno de los puntos especificados en la ley de convocatoria; en consecuencia no aparece desproporcionado el comentario de la Cámara cuando se percata de la gravedad institucional que tiene para la regla democrática de la convivencia social una extralimitación como ésta, en que la decisión del electorado, afirma, fue escamoteada o eludida al concretarse la reforma sin la debida publicidad inherente al método democrático del estado constitucional de derecho" (12). Esta remisión al electorado resulta interesante porque este actor, fundamental en el proceso de reforma de una constitución, pareciera perderse en la maraña de artilugios judiciales y pujas por espacios de poder. VI — Consejo Asesor de la Magistratura La reforma de la Constitución de Tucumán estableció en el art. 101 inc. 5 que el Poder Ejecutivo era el encargado de organizar el Consejo Asesor de la Magistratura (en adelante CAM). La finalidad de incorporar este instituto en la ley 7469 fue mejorar la administración de justicia, para fortalecer la independencia del poder judicial frente al Poder Legislativo y al Ejecutivo, como también poner límites a la discrecionalidad del Ejecutivo en la selección de los jueces. Si ésta fue la intención del legislador al incorporar este instituto en la ley, resulta absurdo incluirlo en la órbita del poder Ejecutivo, cuando justamente lo que se quiso evitar fue la discrecionalidad del mismo en la elección de los jueces. En este sentido "… un presupuesto implícito del CAM es que la Constitución detraiga del Poder Ejecutivo un espacio de poder en la etapa previa del nombramiento —que antes no estaba aislado ni diferenciado—, para que en ese espacio pueda crearse la atribución nueva de selección objetiva e integrarse a los selectores en un nuevo órgano autónomo que debe llevar a cabo esa selección; es un presupuesto implícito elemental, porque sin esta detracción constitucional al Poder Ejecutivo, el órgano seleccionador no tendría un espacio jurídico apto para cumplir su cometido previo a la designación de los jueces con la suficiente autonomía de criterio" (13). El Dr. Goane consideró que la Convención reformadora al diseñar el art. 101 inc. 5 se apartó de la finalidad perseguida por la ley 7469 respecto del CAM, porque dejó librado al Poder Ejecutivo el diseño de este nuevo órgano (14). Atento a este razonamiento confirmó la resolución de la Cámara que declaró nula e inconstitucional la sanción de la reforma incorporada al art. 101 inc 5 cuando se refiere a que "el Poder Ejecutivo organizará un Consejo Asesor de la Magistratura", como así también el art. 162 de la Constitución de la Provincia que acuerda al Ejecutivo la facultad de sancionar y reglamentar el funcionamiento del CAM. El Dr. Gandur se explayó a título de obiter dictum sobre cuestiones que me parecen interesantes resaltar respecto del CAM. Lo más interesante del voto de este juez es la preocupación que manifiesta ante el vacío legal que produjo la declaración de inconstitucionalidad del tramo del art. 101 inc. 5. Según Gandur la consecuencia de esta declaración es la desarticulación del artículo y la supresión en el texto constitucional de toda mención al Consejo Asesor de la Magistratura. El juez manifiesta su preocupación por las dimensiones de este vacío legal teniendo en cuenta la situación de vacancia que experimentará el Poder Judicial ante el inminente el cese de un considerable número de magistrados que están tramitando su jubilación y otros tantos que están en condiciones de acogerse a la misma. Efectúa una interpretación previsora y sostiene que es necesario que "este tribunal, en cumplimiento de su deber constitucional de actuar para evitar la eventual paralización del servicio de justicia, establezca pautas acerca de los efectos jurídicos que provocará su pronunciamiento" (15). Ante esta situación el vocal sugiere que el vacío que deja el art. 101 inc. 5 se subsane mediante una reforma constitucional, pero como la misma puede insumir un tiempo que no se ajusta a las exigencias de brindar un servicio de justicia adecuado, en una suerte de exhortación, solicita la intervención de los otros poderes del estado para que pongan en vigencia un régimen legal de selección de postulantes a los cargos de la magistratura. Respecto de este voto corresponden dos observaciones. La primera se refiere a la interpretación del art. 101 inc. 5 de la Constitución. Considerar que la declaración de nulidad e inconstitucionalidad del tramo del art. 101 inc. 5 que establece que "el Poder ejecutivo organizará un Consejo Asesor de la Magistratura", borra toda mención al CAM constituye una interpretación sesgada y parcial, que no atiende al espíritu que tuvo en cuenta el legislador al establecer la posibilidad de la creación de este instituto y que parcializa la sentencia recurrida, sin advertirla en su totalidad, y sin atender a los fundamentos de la misma. Lo que se declara inconstitucional no es la incorporación del CAM sino que su organización esté en manos del Ejecutivo y esta conclusión se advierte de la lectura de los fundamentos de la sentencia recurrida y del espíritu del la ley que declaró la necesidad de la reforma. Por otro lado, Gandur, exhorta a los otros poderes del Estado Provincial para que pongan en vigencia un régimen legal de selección de postulantes a los cargos de la magistratura que deberá adecuarse a lo considerado en la sentencia y en el fallo recurrido, asegurando un imprescindible equilibrio político (es decir siguiendo las pautas de independencia y transparencia del poder judicial). El juez establece que este régimen deberá se establecido por una ley, en consonancia con lo dispuesto por el art. 67 inc. 30 de la Constitución Provincial. El Dr. Brito, en un voto que contradice el espíritu de la ley 7469 y la correcta hermenéutica, consideró que "la decisión de anular parcialmente y dejar parcialmente subsistente el art. 101 inc. 5 no puede mantenerse porque esto implica fragmentar la voluntad de la Convención, invadir su esfera de atribuciones, y sustituirla en una competencia que le es propia. El alcance parcial de la declaración de nulidad del art. 101 inc. 5°, 2° parte comporta la asunción por parte del órgano judicial de atribuciones que la ley 7469 otorgó a la Convención Constituyente, con la consecuente violación al principio de división de poderes" (16). Considera que al declararse inconstitucional la norma que regula el CAM debe volverse al régimen anterior al dictado de la misma, en otras palabras al sistema en el cual el Poder Ejecutivo con acuerdo del Legislativo elegía los jueces. VII — Jurado de enjuiciamiento El art. 129 de la Constitución Provincial incorporó la figura del jurado de enjuiciamiento. Esta norma le asigna a la Comisión Permanente de Juicio Político de la Legislatura, la facultad acusadora ante el Jurado de Enjuiciamiento, conservando de esta manera un elemento del sistema anterior a la reforma. La sala II de la Cámara en lo Contenciosoadministrativo consideró que la sola incorporación de un jurado de enjuiciamiento significaba que los legisladores no tenían el papel protagónico en la destitución de los jueces, "sino que compartían la escena con otros sujetos a quienes competía un rol igualmente protagónico, y a quienes no podía condenarse a desempeñar un rol de reparto en papeles secundarios." (17). Asimismo manifestó que el jurado de enjuiciamiento suponía la incorporación estamental de nuevos sujetos protagonistas del enjuiciamiento de la responsabilidad de un magistrado en actividad y que la participación de estos nuevos estamentos debía ser equilibrada para evitar la prevalencia de un único sector en detrimento de los otros. La Corte de Tucumán consideró que este artículo no era inconstitucional porque mantener a la Comisión Permanente de Juicio Político de la Legislatura como órgano acusador ante el Jurado de Enjuiciamiento no desnaturalizaba este instituto. Sobrevuela la pregunta sobre las razones de esta hibridación, sobre cuál es la razón de esta fórmula para acusar y enjuiciar a los jueces inferiores compuesta por la Comisión de Juicio Político de la Legislatura y el Jurado de Enjuiciamiento. Con respecto al art. 126 que se refería a la integración del Jurado de Enjuiciamiento, la Cámara consideró que era posible salvar el artículo de la tacha de inconstitucionalidad, si se integraba el jurado de la siguiente manera: 2, como mínimo, de los 5 legisladores no podían pertenecer al bloque oficialista ni a bloques del partido o alianza política con representación mayoritaria en la legislatura. La Corte a su turno consideró que resultaba esencial la representación tanto de la mayoría como de la minoría en la composición del Jurado porque "…no es concebible la existencia de un órgano que pueda denominarse Jurado de Enjuiciamiento si, en su constitución, no se incluyen otros estamentos distintos a la Legislatura, dado que su misma existencia tiene su razón de ser en la necesidad de morigerar la incidencia del estamento político en la toma de decisión de la remoción de los magistrados. Atenuación que sólo es viable por la participación plural en la integración del órgano constitucionalmente competente para llevar a cabo dicho cometido…la Convención Constituyente reformadora no se ha adecuado a estas pautas al acordar al estamento político 6 de los 8 integrantes del Jurado de Enjuiciamiento (5 legisladores y 1 representante del Poder Ejecutivo) confiriendo así a aquél una voluntad institucional preeminente y con aptitud jurídica decisoria suficiente para adoptar la resolución del Jurado, dado que 6 votos coincidentes de entre 8 posibles —que es el número total de integrantes del órgano—, representa la proporción de 2/3 exigida por el art. 129 penúltimo párrafo de la Constitución, para decidir la acusación en uno u otro sentido." (18). No obstante esta afirmación consideró que la Cámara se excedió en este punto al establecer cómo debía componerse esta representación política, porque la Cámara no se encontraba habilitada para formular esta declaración de certeza porque la pretensión incoada en autos era la declarativa de inconstitucionalidad del art. 89 y siguientes del CPCT. Esta afirmación de la Corte revela un criterio muy restringido acerca de los alcances de la acción incoada y del resultado al que puede arribar un Tribunal en su interpretación (19). Si bien esta directiva numérica sobre la integración del Jurado que establece la sentencia de la Cámara es indudablemente novedosa, no luce como una extralimitación de los jueces, sobre todo si se analiza cuidadosamente el hilo argumental de la sentencia y la premisa del "equilibrio entre la mayoría y la minoría" para la conformación del Jurado de Enjuiciamiento. Esta directiva numérica establecida no es sino el desarrollo lógico de la premisa. VIII — Conclusión Dice Gelli que "toda reforma constitucional….constituye una acción esencialmente política pues pone en funcionamiento la faz arquitectónica de aquélla. Aun si la reforma fuese parcial o comprendiera el alcance y límites de los derechos y garantías, toca de modo directo o indirecto, pero siempre significativo, al sistema político global. En ocasiones, además, el proceso reformista moviliza la faz agonal de la política en procura, sus protagonistas, de alzarse con el poder o retenerlo por más tiempo. Así, el peso de uno y otro aspecto de la acción política en el proceso reformador desnuda las intenciones con las que aquél se afronta" (20). En Tucumán el proceso de reforma de la Constitución tuvo lugar en un contexto político particular donde el Ejecutivo exhibió una enorme vocación de poder, con una legislatura compuesta en su mayoría por miembros oficialistas y un juez de la Corte que días antes de fallar en la presente causa recibió los embates de un pedido de juicio político (21). La referencia al escenario en el que se desarrolló la reforma de la Constitución de Tucumán, no es caprichosa, constituye una clave más para entender acabadamente los fenómenos jurídicos y políticos. La sentencia que comentamos fue recurrida por la parte demandada, la última palabra la tendrá la Corte Suprema de Justicia de la Nación. (1) Ver en este sentido las reformas de la Constitución Nacional en Quiroga Lavié, Humberto, Constitución de la Nación Argentina Comentada, 3era Edición, Bs. As., Ed. Zavalía, 2007, p. 142 a 146, y Nino, Carlos Santiago, Fundamentos de derecho constitucional, Bs. As., Ed. Astrea, 2000, p. 137 a 142. (2) Publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Tucumán el 24/12/04 (ADLA, LXV-A, 1339). (3) FONTAN, Carmen, La Ley, 2008-C, 423. En este trabajo la autora presenta un claro desarrollo sobre los planteos judiciales motivados en el proceso de reforma de la Constitución en la Provincia de Tucumán. (4) Ver casos: "Ríos Antonio J. s/plantea nulidad parcial de la reforma constitucional. Medida de no innovar", Fallos 316:2743; "Polino Héctor y otro c. Poder Ejecutivo", voto del Dr. Fayt, Fallos 317:335; "Romero Feris, José A. c. Estado Nacional s/Amparo" Fallos 317:711; "Fayt, Carlos Santiago c/Estado Nacional s/proceso de conocimiento", Fallos 322:1616; "Castiglione c. H. Convención Constituyente", ED, 118-153; "Unión del Centro Democrático c. Provincia de Mendoza", ED: 133-721; "Gutiérrez, José y otros vs. HCC", ED: 138:621. (5) GUTIERREZ, José y otros vs. HCC", ED: 138:621. (6) Voto del Dr. Sarrulle en la causa "Gutiérrez, José...", op.cit. (7) Voto del Dr. Zanoni en la causa "Gutiérrez,…" op.cit. (8) Punto III.2 del voto del Dr. Goane. (9) Punto I.a del voto del Dr. Gandur. (10) Ver punto IV.2 del voto del Dr. Goane. (11) Punto IV.2 del voto del Dr. Goane. (12) Punto IV2 voto del Dr. Goane. (13) Punto V.2 del voto del Dr. Goane. (14) El Ejecutivo dictó el 21 de Junio de 2006 el dec. 1820/14 estableciendo como estaría conformado el Consejo Asesor de la Magistratura, cuáles eran sus funciones y la organización del mismo. El decreto establecía que el CAM, de un total de seis miembros estaría conformado por tres representantes del Poder Ejecutivo, un representante del Poder Judicial, uno del Poder Legislativo y uno de los abogados. (15) Punto II.d del voto del Dr. Gandur. (16) Punto VI.1 del voto del Dr. Brito. (17) Punto 4 del fallo Colegio de abogados de Tucumán c. Honorable Convención Constituyente de Tucumán, de la Cámara Contenciosoadministrativo de Tucumán, sala II, 5 de Febrero de 2008. (18) Punto VI.3.2 del voto del Dr. Goane. (19) Respecto a los distintos matices que puede adoptar una interpretación constitucional, Sagüés sostiene que "cuando un tribunal con roles constitucionales concluye en que 'interpretado de este modo el precepto X coincide con la constitución', está realizando una sentencia interpretativa desestimatoria de inconstitucionalidad (rechaza el acuse de inconstitucionalidad siempre que se entienda a la norma de tal manera). A su turno, cuando afirma que `interpretado de este modo el precepto X colisiona con la constitución`, practica una sentencia interpretativa estimatoria de inconstitucionalidad (admite la acusación de inconstitucionalidad respecto de tal exégesis con lo que deja abierta la puerta a otras interpretaciones, conciliables con la constitución) En ambos casos, se aceptan o rechazan interpretaciones de la norma, en orden a procurar mantener la subsistencia constitucional de la norma. Sagüés, Néstor P., Derecho de asociarse, los fines útiles, la moral pública y el bien común, La ley 2007, E-651. (20) GELLI, María Angélica, Constitución de la Nación Argentina comentada y concordada, Bs. As. Ed. La Ley, Bs. 2003, p. 261. (21) http//: www.lagaceta.com.ar de fecha 08/09/2008 y http//: www.lagaceta.com.ar de fecha 03/09/2008.