12 LA VANGUARDIA I N T E R N A C I O N A L SÁBADO, 21 MARZO 2015 HISTORIAS DEL MUNDO El rescate de Juana cia su enemigo histórico inglés, que en la Guerra de los Cien Años se cobró la revancha de Hastings, batiendo al francés con sus arcos (Long Bows) galeses de madera de tejo que diezmaban a la caballería y asentándose una larga temporada en el continente. La Doncella de Orleans fue hasta un mito feminista en vida, como recuerda el poema de 400 versos que le dedicó en 1429 Christine de Pisan: “¡Qué honor al femenino sexo! / Cuando todo este gran pueblo miserable / De todos abandonado / Por una mujer fue resucitado”... Pero su verdadera gloria es decimonónica, resultado de los trabajos de autores como Jules Quicherat y PhilippeAlexandre Le Brun de Char- RAFAEL POCH Rouen. Corresponsal G racias a su comercio fluvial a través del Sena y a su industria lanera, en los siglo XIII y XIV la normanda Rouen era la segunda ciudad de Francia. Desde la batalla de Hastings, en 1066, donde murió el último rey anglosajón, los duques de Normandía fueron reyes de Inglaterra por derecho de conquista. Hoy la ciudad tiene 100.000 habitantes, es la duodécima del país, y como tantas otras de Europa se busca la vida explotando su historia. El Museo-Historial dedicado a Juana de Arco, una de las cuatro santas protectoras de Francia, que se abre hoy al público, tiene que ver con ese esfuerzo. No es que la Doncella de Orleans pasara mucho tiempo en la ciudad, pero fue aquí donde fue juzgada y quemada, en 1431, y posteriormente rehabilitada, 24 años después, en un largo y minucioso proceso ordenado por el Papa Calixto III. Así que descendiendo hacia el centro desde la estación ferroviaria, el visitante se encuentra con un Jeanne D’Arc partout: da nombre a la calle, a una inmobiliaria, a la izquierda a un torreón, más abajo una placa recuerda el lugar donde estaba el verdadero torreón en el que estuvo presa, a la derecha se accede a la Plaza del Mercado Antiguo, donde fue tres veces quemada para que no quedara rastro de su cuerpo –la Iglesia, naturalmente, lleva su nombre– y tomando la primera desviación a la izquierda se enfila derecho, por la rue du Gros Horloge, con su reloj con mecanismo del siglo XIV, hacia la Catedral y el Palacio Episcopal, donde se celebraron los procesos. “Juana de Arco no pertenece a nadie”, ha dicho Laurent Fabius, el minis- Símbolo nacional. Estatua ecuestre de Juana de Arco en el Museo-Historial de Rouen, que hoy se abre al público sia-Estado afirmada por la revolución más de un siglo antes. Once años después, en 1920, llega la canonización. De alguna forma el Museo-Historial de Rouen, que espera recibir más de 100.000 visitantes anuales, continúa con ese tira y afloja. El personaje “debe unirnos, más que separarnos”, dice Frédéric Sánchez, presidente de la metrópoli Rouen-Normandía. “Juana fue una premio Nobel de su tiempo”, explica el arzobispo de Rouen, Jean-Charles Descubes. Sobre estas declaraciones planea la apropiación del personaje que pretende el ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen. Ya en los años noventa, su padre y fundador del partido, Jean Marie Le Pen, peregrinó con sus huestes a Domremy-la-Pucelle, en los Vosgos, el pueblo natal de Juana que conserva su modesta casa. La idea de Fabius, en cuya realización se han invertido 10 millones, al decir “no pertenece a nadie”, apunta claramente a contrarres- Rouen evoca a la Doncella de Orleans con un museo en el lugar en el que fue procesada y rehabilitada HISTORIAL JEANNE D’ARC “Juana de Arco no pertenece a nadie”, ha dicho Laurent Fabius, frente al intento de apropiación del FN tro de Exteriores que ha sido más de veinte años diputado local. En realidad todos pueden reivindicarla. La derecha, por su iluminado catolicismo y su fervor monárquico. La izquierda, como hija del pueblo, traicionada por el rey y víctima del oscurantismo que la quemó. Y todos, como símbolo de la victoria ha- mettes, que popularizaron las actas de su proceso de rehabilitación tras un largo estudio de diez años. Porque si de su cuerpo no quedó nada, del proceso quedó mucho papel y todo se conservó. A lo largo de esa rehabilitación se presiente un sordo pulso entre la República y la Iglesia. En la Primera Guerra Mundial surge una émula de la doncella, Claire Ferchaud, una monja que también dice haber escuchado voces, pide y consigue una entrevista con el presidente Raymond Poincaré, para que la República regrese al catolicismo (no lo consigue), y que llama al combate contra el nuevo enemigo teutón. Juana es beatificada en 1909, en reacción a la ley de 1905 que consagra la definitiva separación Igle- tar la privatización ultra de un símbolo común. De la sala donde Juana fue juzgada queda muy poco en el antiguo Palacio Episcopal de Rouen, pero en mil metros cuadrados, sus espacios y viejas paredes de piedra reviven la trayectoria histórica, la memoria y el mito del personaje. Especial interés tiene la dramatización en vídeo del proceso de rehabilitación de 1456. De los 115 testigos que declararon, se ha seleccionado el testimonio de 26 personas representadas por actores profesionales debidamente caracterizados. “No inventamos nada, las fuentes son las propias actas del proceso”, explica Clémence Farrel, escenógrafa del recurso. Inmobiliaria Los domingos con