Historia de la Ley N° 19.067

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Historia de la Ley
Nº 19.067
Establece normas permanentes sobre entrada de tropas
extranjeras en el territorio de la República y salida de
tropas nacionales del mismo.
Téngase presente
Esta Historia de Ley ha sido construida por la Biblioteca del Congreso Nacional
a partir de la información disponible en sus archivos.
Se han incluido los distintos documentos de la tramitación legislativa,
ordenados conforme su ocurrencia en cada uno de los trámites del proceso de
formación de la ley.
Se han omitido documentos de mera o simple tramitación, que
proporcionan información relevante para efectos de la Historia de Ley.
no
Para efectos de facilitar la revisión de la documentación de este archivo, se
incorpora un índice.
Al final del archivo se incorpora el texto de la norma aprobado conforme a la
tramitación incluida en esta historia de ley.
Índice
1. Primer Trámite Constitucional: Senado
4
1.1. Mensaje del Ejecutivo
4
1.2. Informe Comisión de Defensa Nacional
8
1.3. Discusión en Sala
18
1.4. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
20
2. Segundo Trámite Constitucional: Cámara de Diputados
22
2.1. Informe Comisión Defensa Nacional
22
2.2. Discusión en Sala
29
3. Trámite Finalización: Senado
88
3.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
88
4. Publicación de ley en Diario Oficial
90
4.1. Ley N° 19.067
90
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MENSAJE PRESIDENCIAL
1. Primer Trámite Constitucional: Senado
1.1. Mensaje del Ejecutivo
Mensaje de S. E. El Presidente de la República. Fecha 31 de mayo de 1991.
Cuenta en Sesión 02, Legislatura 322.
BOLETÍN Nº 371-02
MENSAJE DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA CON EL QUE
INICIA UN PROYECTO DE LEY QUE ESTABLECE NORMAS PARA
PERMITIR LA ENTRADA DE TROPAS EXTRANJERAS EN EL TERRITORIO
DE LA REPUBLICA Y LA SALIDA DE TROPAS NACIONALES DEL MISMO.
SANTIAGO, mayo 31 de 1991.
M E N S A J E Nº 36-322/
Honorable Senado:
El Nº 13 del Artículo 60 de la Constitución Política de la República entrega a la
ley la fijación de normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el
territorio de la República, como, asimismo, la salida de tropas nacionales fuera
de él.
En concordancia con el precepto anterior, se requiere de una ley que fije, de
manera genérica, las normas a las cuales deberá sujetarse el ingreso o salida
de las tropas mencionadas, sin que sea necesario, como sucedía bajo el
imperio de la Constitución de 1925, en su texto original, de una ley especifica
para cada caso que se presentare.
De acuerdo con el proyecto de ley que se propone, la entrada de tropas
extranjeras al territorio de la República, requiere autorización otorgada por
Decreto Supremo firmado por el Presidente de la República expedido a través
del Ministerio de Defensa Nacional, suscrito además, por el Ministro de
Relaciones Exteriores, fijando el objeto, plazo y modalidades de dicho ingreso.
Para la dictación del referido Decreto Supremo, se requerirá informe previo o
proposición de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
Si la entrada obedece a la celebración de efemérides nacionales, viajes de
instrucción o logísticos, actos de cortesía internacional o cumplimiento de
acuerdos de intercambio militar, la autorización será dada mediante Resolución
del Ministerio de Defensa Nacional, previo informe o a propuesta de la
Institución de la Defensa Nacional que corresponda.
En cuanto al ingreso de buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a
jurisdicción nacional y de aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo
sobre el territorio de Chile yaguas jurisdiccionales, se regirá por las normas
legales y reglamentarias internas y por los Tratados Internacionales ratificados
por Chile que se encuentren vigentes.
En lo referente a la salida de tropas nacionales fuera del territorio de la
República, se establece que deberá ser autorizada por Decreto Supremo
firmado por el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado e informe
o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda,
expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del
Ministro de Relaciones Exteriores. El Decreto Supremo fijará el objeto, plazo y
modalidades de la salida de tropas.
Si se tratare de la salida de tropas nacionales con motivo de participar en
celebración de efemérides, viajes de instrucción o logística, misiones de ayuda
humanitaria, actos de cortesía internacional o cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar, se ha optado por aplicar las normas relativas a las
Comisiones en el Extranjero, establecidas en el Estatuto del Personal de las
Instituciones respectivas, sirviendo de suficiente autorización los Decretos
Supremos que las dispongan.
Las autorizaciones que se otorguen en virtud de esta ley, deberán ser
comunicadas antes de la entrada o la salida de las tropas correspondientes, al
Senado ya la Cámara de Diputados, salvo los casos contemplados en los
Artículos 2º y 5º del proyecto de ley.
Finalmente, se dispone que el informe de las Instituciones de la Defensa
Nacional a que se refiere esta ley, deberá ser evacuado dentro del plazo de
diez días contados desde la recepción del requerimiento a la respectiva
Institución, transcurrido el cual sin que se emita, se podrá prescindir del
mismo.
Asimismo, cúmpleme poner en conocimiento de V.E. que, en virtud del acuerdo
adoptado en la reunión Nº 9 del Consejo de Seguridad Nacional, celebrada el
día 22 de mayo de 1991, se ha dado cumplimiento a lo dispuesto en la letra c)
del Artículo 96 de la Constitución Política de la República, de todo lo cual da
testimonio el documento que acompaña al presente Mensaje.
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MENSAJE PRESIDENCIAL
En consecuencia, tengo el honor de someter a vuestra consideración, para ser
tratado con urgencia en todos sus trámites constitucionales, la que, para los
efectos de lo dispuesto en los Artículos 26 y siguientes de la Ley Nº 18.918,
califico de "simple" , el siguiente
P R O Y E C T O D E L E Y:
"Artículo 1º.- La entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República
deberá ser autorizada por decreto supremo, previo informe o a propuesta de la
Institución de la Defensa Nacional que corresponda, firmado por el Presidente
de la República y expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y
suscrito también por el Ministro de Relaciones Exteriores.
El decreto supremo que autorice el ingreso de tropas deberá fijar el objeto,
plazo y modalidades del mismo.
Artículo 2º.- Si la entrada obedece a la celebración de efemérides nacionales,
viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional o cumplimiento
de acuerdos de intercambio militar, la autorización será dada mediante
Resolución del Ministro de Defensa Nacional, previo informe o a propuesta de
la Institución de la Defensa Nacional que corresponda.
Artículo 3º.- No se regirán por las normas de esta ley, sino por las
disposiciones legales y reglamentarias internas y por las normas y tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes, el ingreso de
buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a la jurisdicción nacional y de
aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo sobre las aguas
jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Artículo 4º.- La salida de tropas nacionales, fuera del territorio de la República,
deberá ser autorizada por decreto supremo firmado por el Presidente de la
República, previo acuerdo del Senado e informe o a propuesta de la Institución
de la Defensa Nacional que corresponda, expedido por intermedio del
Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del Ministro de Relaciones
Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará el objeto, plazo y
modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5º.- Si la salida a que se refiere el Artículo precedente tiene por
finalidad participar en celebración de efemérides, viajes de instrucción o
logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía internacional o
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cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, se aplicarán las normas
relativas a las comisiones en el extranjero establecidas en el Estatuto del
Personal correspondiente, sirviendo de suficiente autorización los decretos que
las dispongan.
Artículo 6º.- Las autorizaciones que se otorguen en virtud de esta ley, deberán
ser comunicadas, para su conocimiento, antes de la entrada o salida de las
tropas correspondientes, al Senado ya la Cámara de Diputados, salvo los casos
previstos en los Artículos 2º y 5º de esta ley.
Artículo 7º.- El informe a que se refieren los Artículos 1º, 2º y 4º de esta ley,
deberá ser evacuado dentro del plazo de diez días contados desde la recepción
del requerimiento a la respectiva Institución, transcurrido el cual, sin que se
emita, se podrá prescindir del mismo.".
Dios guarde a V.E.,
PATRICIO AYLWIN AZOCAR
Presidente de la República
PATRICIO ROJAS SAAVEDRA
Ministro de Defensa Nacional
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
1.2. Informe Comisión de Defensa Nacional
Senado. Fecha 13 de junio de 1991. Cuenta en Sesión 06, Legislatura 322
BOLETIN Nº 371-02
INFORME DE LA COMISION DE DEFENSA NACIONAL, recaído en
el proyecto de ley, en primer trámite constitucional, relativo a
normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el
territorio de la República y la salida de tropas nacionales del
mismo.
HONORABLE SENADO:
Vuestra Comisión de Defensa Nacional tiene la honra de informaros
acerca del proyecto de ley - en primer trámite constitucional e iniciado
en mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República- relativo a
normas para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio
de la República y la salida de tropas nacionales del mismo.
En el mismo documento con el que se
originó la iniciativa respecto de la cual os informamos, el Jefe del
Estado hizo presente la urgencia para su despacho, calificándola de
"simple".
Adjunto al mensaje se acompañó copia
autorizada del acuerdo adoptado por el Consejo de Seguridad
Nacional, en sesión de 22 de Mayo próximo
pasado, relativo a la materia en informe. En dicho documento, el señor
Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional y Secretario de dicho
Consejo de Seguridad Nacional, Mayor General don Luis Henríquez Rifo,
comunica a Su Excelencia el señor Presidente de la República que - de
conformidad con lo dispuesto por la letra c) del artículo 96 de la
Constitución Política de la República- el aludido Consejo acordó, por
unanimidad, presentar a la consideración del Excelentísimo señor
Presidente de la República el texto de un proyecto de ley que -(salvo
dos comas (,)) - es idéntico al contenido en el mensaje.
A la sesión en que se consideró el
proyecto asistieron, especialmente invitados, el señor Ministro de
Defensa, don Patricio Rojas Saavedra; el señor Subsecretario de
Guerra, don Marcos Sánchez Edwards, y el señor Subjefe del Estado
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
Mayor de la Defensa Nacional, Contraalmirante don Ariel Rosas
Mascaró.
En el estudio de la iniciativa en informe
se tuvo en especial consideración la frase final del número 13) del
artículo 60 de la Constitución Política de la República, que preceptúa
que son materia de ley "Las que fijen" "las normas para permitir la
entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República, como,
asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él;".
textualmente, que:
Expresa
el
Ejecutivo
“En concordancia con
anterior, se requiere de una ley que fije, de manera
normas a las cuales deberá sujetarse el ingreso o salida
mencionadas, sin que sea necesario, como sucedía bajo
la Constitución
al
respecto,
el precepto
genérica, las
de las tropas
el imperio de
de 1925, en su texto original, de una ley especifica para cada caso que
se presentaré.".
Discusión General.
Durante la discusión general del proyecto, vuestra Comisión escuchó
una exposición del señor Ministro de Defensa Nacional, quien explicó
los propósitos globales de la iniciativa, haciendo - al mismo tiempouna comparación con un proyecto, similar al actual, que el Ejecutivo
propuso el año pasado y que el Congreso aprobó, aunque limitando su
vigencia al año 1.990.
Destacó, en forma particular, que Su Excelencia el señor Presidente de
la República había acogido una sugerencia - formulada en el Senado
durante la discusión del proyecto a que aludimos en el párrafo anterior
- tendiente a que la salida de tropas chilenas fuera del territorio
nacional, sólo fuese autorizada, con los trámites correspondientes,
"previo acuerdo del Senado"; requisito éste que no estaba contenido en
el proyecto anterior, cuya aprobación dio origen a la ley número
18.995.
En lo atinente al resto del proyecto - agregó el señor Ministro- sus
normas, en general, son similares a las de la ley aludida, cuya vigencia
terminó el 31 de Diciembre de 1.990.
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Continuó expresando que en los artículos 2º y 5º se establece un
procedimiento, para otorgar los permisos, de rápida tramitación. En
efecto, estas disposiciones, respectivamente, contemplan los casos de
ingreso de tropas extranjeras con propósitos específicos, y de salida de
las nacionales con similares fines. Estos casos – agregó- son los de
más frecuente ocurrencia y se estima conveniente otorgar las
autorizaciones con agilidad, pues hay numerosas oportunidades en
que, por ejemplo, resulta útil a nuestros Institutos Armados aprovechar
ejercicios tácticos combinados - tipo Operación Unitas- que suelen
anunciarse con escasa anticipación.
Ambas normas -expresó- se
encuentran inspiradas en la concepción que el contacto internacional es
un complemento indispensable del entrenamiento profesional de las
Instituciones de la Defensa Nacional.
En el proyecto anterior, en su artículo 2º, se establecía que el ingreso
de tropas extranjeras al territorio de la República debía ser autorizado
por decreto supremo, previo informe del Ministerio de Relaciones
Exteriores. En el actual proyecto se ha preferido que dicho decreto sea
suscrito por el Ministro de Relaciones Exteriores, suscripción que
conlleva un verdadero informe.
Terminó explicando que en el artículo 7º se fija un plazo de diez días
para que se evacue el informe a que aluden los artículos 1º, 2º y 4º del
proyecto, vencido el cual, se puede prescindir del mismo. Discutido
este punto en el seno del Consejo de Seguridad Nacional, se convino en
que el plazo aludido es necesario, toda vez que, en virtud de este
mecanismo se evitan retrasos para llevar a cabo las actividades de
Defensa en las que exista interés.
Luego de un breve debate, vuestra Comisión, por la unanimidad de sus
miembros, aprobó en general la idea de legislar sobre la materia, por
coincidir con los propósitos de la iniciativa, expresados en el mensaje
de Su Excelencia el señor Presidente de la República y en la exposición
del señor Ministro de Defensa Nacional.
Discusión particular.
A continuación, haremos una relación suscinta de cada una de las
disposiciones del proyecto, y de los acuerdos que vuestra Comisión
adoptó respecto de ellas.
Artículo 1º.
Se refiere a la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la
República, y dispone que ésta deberá ser autorizada por decreto
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supremo, firmado por el Presidente de la República, expedido por
intermedio del Ministerio de Defensa Nacional, suscrito, además, por el
Ministro de Relaciones Exteriores. Dicha autorización será otorgada
previo informe o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional
que corresponda. El decreto supremo que permita el ingreso de las
tropas extranjeras deberá fijar el objeto, plazo y modalidades del
mismo.
Este artículo fue objeto de un largo debate, en el que intervinieron
todos los miembros de vuestra Comisión y los invitados.
Al iniciar su exposición, el señor Ministro expresó que acogiendo una
inquietud de vuestra Comisión, planteada en el anterior proyecto sobre
la misma materia que el actual, el Gobierno procuró definir - en el
texto del articulado- lo que debe entenderse por "tropa". Explicó que
tanto el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, como el
Diccionario Militar, al igual que numerosos otros textos consultados,
diccionarios extranjeros, entre otros, dan definiciones del vocablo tan
amplias, que realmente no se define nada. Tanto es así, que el aludido
Diccionario Militar, etimológico, histórico y tecnológico, de José
Almirante (Madrid Imprenta y Litografía del Depósito de la Guerra,
1.869), define el término como "Voz técnica, tan usual, tan genérica,
tan lata en su acepción, que abraza desde cuatro soldados y el cabo
hasta el Ejército con su General a la cabeza. Reunión de cualquier
número de soldados de todas Armas e Institutos, formados o sueltos,
armados o no". Tampoco -agregó- lo hacen los Convenios de Ginebra.
En esta situación, se prefirió no definir el referido término "tropa" y
emplearlo en un sentido corriente, tal como lo hace la Constitución
Política de la República.
A continuación, el Honorable Senador señor Jarpa planteó qué sentido
tiene que - para dictar el decreto que autoriza la entrada de tropas
extranjeras situación prevista en este artículo y en el 2º, o la salida de
tropas nacionales, regulada en el artículo 4º- se exija "informe" previo
de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda. Ello, toda vez
que el texto de dichas normas no exige que tal informe sea favorable.
Mas aún, cuando el artículo 7º norma una situación en la que puede
prescindiese de él.
Luego de debatir la materia y de escuchar las opiniones del señor
Ministro de Defensa Nacional y una aclaración del Honorable Senador
señor Sinclair, se llegó a la conclusión que tal informe es un elemento
más de juicio para la decisión que debe tomar Su Excelencia el señor
Presidente de la República.
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A este respecto, unánimemente, se acordó dejar expresa constancia
que el "informe" "de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda", a que aluden los artículos 1º, 2º y 4º, puede ser tanto
favorable al ingreso de las tropas extranjeras o a la salida de las
extranjeras, como adverso, sin que tal opinión sea vinculante para el
Presidente de la República, quien, en última instancia, decide conforme
a las atribuciones que le otorgan los artículos 24 y 32, número 19º, de
la Constitución Política.
A continuación, el Honorable Senador señor Gazmuri hizo presente que
el proyecto no regula de la misma forma las situaciones de entrada de
tropas extranjeras en el territorio de la República, contemplada en el
artículo 1º, y la de salida de tropas nacionales fuera de Chile, dispuesta
en el artículo 4º, ya que sólo respecto de la última se requiere, para su
autorización, el acuerdo previo del Senado.
El señor Ministro explicó que la diferencia en la regulación de ambas
situaciones obedece a que ellas son de distinta naturaleza.
En lo que se refiere al ingreso de tropas extranjeras regulado en el
artículo 1º - totalmente distinto al ingreso normado en el 2º-, señaló
que tiene por objeto permitir realizar, esporádicamente, maniobras
conjuntas de dichas tropas con fuerzas chilenas. Agregó que el mundo
moderno exige que la autorización de este tipo de operaciones tenga
mayor expedición, lo cual no se lograría si se requiriera, además de los
restantes requisitos que contempla el proyecto para esta situación, del
acuerdo previo del Senado. En la práctica, la exigencia de dicho
acuerdo, operaría como un factor desmotivador de alguna potencia
extranjera interesada en tener un mayor acercamiento, en materia de
defensa, hacia nuestra país. Agregó que, por otra parte, la mayoría de
las veces, tendrá aplicación la norma contenida en el artículo 2º del
proyecto, ya que ésta prevé diversas situaciones que son las de más
frecuente ocurrencia.
En cuanto a la salida de tropas nacionales fuera del territorio del país,
aseveró que respecto de este caso, en su opinión, es necesario el
acuerdo previo del Senado dado que, eventualmente, pueden
presentarse situaciones que representen un peligro para tropas
chilenas y, aun, para la seguridad nacional. Agregó que su gravedad se
debía, en medida importante, al riesgo al que es expuesto el personal
de las Instituciones de la Defensa Nacional que pueda participar en una
operación determinada fuera de Chile.
El Honorable Senador señor Gazmuri afirmó que tales razones, a su
juicio, no justifican la falta de homologación o simetría que presentan
ambos artículos.
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El Honorable Senador señor Frei Bolívar recordó que la Constitución
Política del Estado de 1.925 otorgaba al Senado atribuciones
importantes en materia de relaciones exteriores y de defensa nacional.
Al respecto, citó las atribuciones 5º y 7º del artículo 72 de dicha Carta
Fundamental. Estas normas, en lo pertinente, disponían que eran
atribuciones especiales del Presidente de la República: "5º Nombrar a
su voluntad" “a los Agentes Diplomáticos", agregando que "El
nombramiento de los Embajadores y Ministros Diplomáticos se
someterá a la aprobación del Senado;". Por su parte, la atribución 7º
del mismo artículo 72, disponía que era facultad especial del Presidente
de la República : "7º Proveer los demás empleos civiles y militares que
determinen las leyes" "y conferir, con acuerdo del Senado, los empleos
o grados de coroneles, capitanes de navío y demás oficiales superiores
del Ejército y la Armada.".
Además -acotó- la atribución 14ºdel mismo artículo 72, ya citado,
confería al Jefe del Estado la facultad de "Mandar personalmente las
fuerzas de mar y tierra con acuerdo del Senado.".
Agregó el Honorable Senador señor Frei Bolívar que lo anterior es
buena prueba de su afirmación relativa a la intervención del Senado en
lo concerniente a relaciones exteriores y defensa nacional. Terminó
expresando - opinión que amplió el Honorable Senador señor Gazmurique estimaba del todo conveniente retomar, en parte, esta tradición
constitucional de influencia de nuestra Corporación en estas materias,
razón por la cual era partidario de establecer, en la norma en comento,
la necesidad del previo acuerdo del Senado para permitir la entrada de
tropas extranjeras al territorio nacional.
El Honorable Senador señor Jarpa abundó en otros argumentos en el
mismo sentido, y recordó al señor Ministro que al discutirse en vuestra
Comisión el proyecto semejante, que se estudió el año pasado, se
formuló igual observación a la planteada por el Honorable Senador
señor Gazmuri, sin que ahora dicha sugerencia aparezca recogida en el
mensaje.
Finalmente, vuestra Comisión, por la unanimidad de sus miembros,
aprobó el artículo 1º en estudio, con la sola enmienda de agregar, al
final del inciso primero, la siguiente frase: "Para dictar el aludido
decreto supremo, deberá contarse con el acuerdo previo del Senado.".
Artículo 2º.
Regula el ingreso de tropas extranjeras en los casos en que éste
obedece a la celebración de efemérides nacionales, viajes de
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instrucción o logística, actos de cortesía internacional o cumplimiento
de acuerdos de intercambio militar.
Respecto de estas hipótesis, dispone que la autorización para la
entrada de tales tropas será otorgada por medio de resolución del
Ministro de Defensa Nacional, previo informe o a propuesta de la
Institución de la Defensa Nacional que corresponda.
El señor Ministro de Defensa Nacional pidió dejar constancia expresa
que este artículo regula, prácticamente, la inmensa mayoría de los
casos de entrada de tropas extranjeras. Ello, puesto que esta norma
regla, entre otros, los siguientes casos específicos, que son los más
frecuentes, en los cuales cabe su aplicación: ejercicios combinados, por
ejemplo, las Operaciones Unitas; viajes de instrucción, semejantes a
los que realizan el Buque Escuela Esmeralda o las Academias,
realizados por Instituciones de la Defensa Nacional de otros países;
viajes de logística, como los que efectúan, por ejemplo, la Fuerza
Aérea, o la Armada - es el caso de los petroleros -; o eventos a que
haya lugar en virtud del cumplimiento de acuerdos de intercambio
militar.
Vuestra Comisión acordó dejar la constancia
unánimemente, aprobó el artículo, sin enmiendas.
solicitada
y,
Artículo 3º.
Se refiere al ingreso de buques de guerra extranjeros a aguas sujetas a
la jurisdicción nacional, y el de aeronaves militares extranjeras en el
espacio aéreo sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Al respecto, la norma prescribe que estas situaciones no se regirán por
las normas de esta ley - actualmente en trámite- sino por la legislación
y reglamentos internos y por las normas y tratados internacionales
ratificados por Chile que se encuentren vigentes.
A requerimiento de vuestra Comisión, el señor Ministro de Defensa
Nacional adquirió el compromiso de enviar al Senado, a la máxima
brevedad, una nómina de todas las leyes y reglamentos, como
asimismo de todas las normas y tratados internacionales que rigen en
esta materia. Ello, toda vez que la Comisión tuvo a la vista varios de
estos instrumentos, aunque no tuvo la certeza de que fueran todos los
aplicables. No obstante, hasta el momento de confeccionar este
informe, la Secretaría de vuestra Comisión no había recibido aún tal
documento.
Vuestra Comisión, unánimemente, aprobó este artículo, sin enmiendas.
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Artículo 4º.
Se refiere a la salida de tropas nacionales fuera del territorio de la
República.
Establece que la salida deberá ser autorizada por decreto supremo,
firmado por el Presidente de la República, expedido por intermedio del
Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del Ministro de Relaciones
Exteriores. Su dictación requiere, previamente, acuerdo del Senado e
informe o propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda. Agrega que, en dicho decreto, se fijará el objeto, plazo y
modalidades de la salida de tropas.
Vuestra Comisión,
modificaciones.
por
unanimidad,
aprobó
este
artículo,
sin
Artículo 5º.
Regula la salida de tropas nacionales fuera del territorio de la República
cuando dicha salida tenga por finalidad participar en celebración de
efemérides, viajes de instrucción o logística, misiones de ayuda
humanitaria, actos de cortesía internacional o cumplimiento de
acuerdos de intercambio militar.
Dispone que al respecto se aplicarán las normas relativas a las
comisiones en el extranjero establecidas en el Estatuto del Personal
correspondiente, sirviendo de suficiente autorización, para el caso, el
decreto que las disponga.
Vuestra Comisión, unánimemente, aprobó este artículo, sin enmiendas.
Artículo 6º.
Establece que las autorizaciones que se otorguen conforme a las
normas antes comentadas, deberán ser puestas en conocimiento del
Senado y de la Cámara de Diputados, antes de la entrada o salida de
las respectivas tropas. Se excepcionan de la obligación de ser
comunicados, los casos previstos en los artículos 2º y 5º del proyecto
en informe.
Vuestra Comisión, por unanimidad, aprobó el artículo, con las
modificaciones de poner en singular el vocablo "correspondientes", y de
eliminar sus palabras finales: "de esta ley".
Artículo 7º.
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Dispone que el informe a que se refieren los artículos 1º, 2º y 4º del
proyecto - es decir, aquél que emite la Institución de la Defensa
Nacional que corresponda, en los casos de entrada de tropas
extranjeras en el territorio de la República; de ingreso de tropas
extranjeras, cuando éste obedece a la celebración de efemérides
nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar; y de
salida de tropas nacionales fuera del territorio de la República,
respectivamente deberá ser evacuado dentro del plazo de diez días,
contado desde la recepción del requerimiento a la respectiva
Institución, transcurrido el cual, y en el evento que éste no sea
emitido, se podrá prescindir del mismo.
Vuestra Comisión, unánimemente, aprobó este artículo, con las
siguientes modificaciones:
a) suprimir las palabras "de esta ley" y la coma (,) que las sigue, que
figuran entre el ordinal “4º” y los vocablos "deberá ser evacuado";
b) colocar en singular la palabra "contados", y
e) eliminar la coma que sigue a la frase "transcurrido el cual".
En mérito de las consideraciones precedentemente expuestas, vuestra
Comisión de Defensa Nacional, por la unanimidad de sus miembros,
tiene el honor de proponeros la aprobación del siguiente
PROYECTO DE LEY:
"Artículo 1º . La entrada de tropas extranjeras en el territorio de la
República deberá ser autorizada por decreto supremo, previo informe o
a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda,
firmado por el Presidente de la República y expedido por intermedio del
Ministerio de Defensa Nacional y suscrito también por el Ministro de
Relaciones Exteriores. Para dictar el aludido decreto supremo, deberá
contarse con el acuerdo previo del Senado.
El decreto supremo que autorice el ingreso de tropas deberá fijar el
objeto, plazo y modalidades del mismo.
Artículo 2º. Si la entrada obedece a la celebración de efemérides
nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, la
autorización será dada mediante resolución del Ministro de Defensa
Nacional, previo informe o a propuesta de la Institución de la Defensa
Nacional que corresponda.
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Artículo 3º. No se regirán por las normas de esta ley, sino por las
disposiciones legales y reglamentarias internas y por las normas y
tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes, el ingreso de buques de guerra extranjeros en aguas sujetas
a la jurisdicción nacional y de aeronaves militares extranjeras en el
espacio aéreo sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Artículo 4º. La salida de tropas nacionales, fuera del territorio de la
República, deberá ser autorizada por decreto supremo firmado por el
Presidente de la República, previo acuerdo del Senado e informe o a
propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda,
expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la
firma del Ministro de Relaciones Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará el objeto, plazo y
modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5º . Si la salida a que se refiere el artículo precedente tiene por
finalidad participar en celebración de efemérides, viajes de instrucción
o logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, se
aplicarán las normas relativas a las comisiones en el extranjero
establecidas en el Estatuto del Personal correspondiente, sirviendo de
suficiente autorización los decretos que las dispongan.
Artículo 6º. Las autorizaciones que se otorguen en virtud de esta ley,
deberán ser comunicadas, para su conocimiento, antes de la entrada o
salida de las tropas correspondiente, al Senado y a la Cámara de
Diputados, salvo los casos previstos en los artículos 2º y 5º
Artículo 7º. El informe a que se refieren los artículos 1º, 2º y 4º ,
deberá ser evacuado dentro del plazo de diez días contado desde la
recepción del requerimiento a la respectiva Institución, transcurrido el
cual sin que se emita, se podrá prescindir del mismo.".
Acordado, unánimemente, en sesión del día de ayer, con asistencia de
los Honorables Senadores señores Jarpa (Presidente), Frei Bolívar,
Gazmuri, Navarrete y Sinclair.
Sala de la Comisión, a 12 de Junio de 1.991.
CARLOS HOFFMANN CONTRERAS
Secretario
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DISCUSIÓN SALA
1.3. Discusión en Sala
Senado, Legislatura 322. Sesión 06, Fecha 13 de junio de 1991. Discusión
general, se aprueba en general y particular
NORMAS SOBRE INGRESO DE TROPAS EXTRANJERAS Y SALIDA DE
TROPAS NACIONALES
El señor URENDA (Vicepresidente).— Conforme a lo establecido en el artículo
78 del Reglamento, los Comités acordaron por unanimidad tratar en el Orden
del Día de la sesión ordinaria de hoy el proyecto de ley, en primer trámite
constitucional, relativo a normas para permitir la entrada de tropas extranjeras
en el territorio de la República y la salida de tropas nacionales del mismo, con
informe de la Comisión de Defensa.
—Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de
Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En primer trámite, sesión 2a, en 5 de junio de 1991.
Informe de Comisión:
Defensa Nacional, sesión 6a, en 13 de junio de 1991.
El señor LAGOS (Prosecretario).— El proyecto se inició en Mensaje de Su
Excelencia el Presidente de la República, y la Comisión de Defensa Nacional,
por unanimidad, recomienda aprobarlo.
El señor URENDA (Vicepresidente).— En discusión general la iniciativa.
Tiene la palabra el Honorable señor Arturo Frei.
El señor FREI (don Arturo).— Señor Presidente, en virtud de lo dispuesto en el
número 13) del artículo 60 de la Constitución Política del Estado, que señala
que son materias de ley "Las que fijen las fuerzas de aire, mar y tierra que han
de mantenerse en pie en tiempo de paz o de guerra, y las normas para
permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República, como,
asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él;", es necesario dictar una
ley acerca de esta materia.
El proyecto enviado por el Ejecutivo —el año recién pasado el
Congreso aprobó una iniciativa similar, originada también en Mensaje, y la
fecha de vigencia fue hasta el 31 de diciembre de 1990; por ende, no existe
ley al respecto— fue aprobado unánimemente en la Comisión de Defensa.
Dicho organismo aprobó una indicación al artículo 1° en el sentido
de que, para el ingreso de tropas extranjeras a territorio nacional, se requiere
el acuerdo del Senado antes de dictarse el decreto supremo del Presidente de
la República, con las firmas de los Ministros de Relaciones Exteriores y de
Defensa.
El texto contenido en el Mensaje establecía el acuerdo previo de
esta Corporación sólo para la salida de tropas nacionales del territorio chileno.
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DISCUSIÓN SALA
La Comisión debatió el tema, estimando que se trata de una
facultad que ya estaba establecida en la Constitución de 1925 y que el número
13) del artículo 60 de la Carta de 1980 asume con el mismo espíritu. Además,
del informe de la Comisión se desprende que los artículos 2° y 5° del proyecto
no consideran el acuerdo previo del Senado para la salida de tropas nacionales
del territorio del país y el ingreso de tropas extranjeras al mismo en una serie
de situaciones, como, según el artículo 2°, la celebración de efemérides
nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional o
cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, bastando una resolución del
Ministro de Defensa, previo informe o a propuesta de la institución de la
Defensa Nacional correspondiente.
La Comisión, en resguardo de las prerrogativas del Senado,
estimó que la misma razón e igual disposición deberían aplicarse tanto para el
ingreso de tropas extranjeras a nuestro territorio como para la salida de tropas
nacionales al exterior.
El propio señor Ministro reconoció que el número de tropas
foráneas que puede ingresar al país sin previo acuerdo de esta Corporación es
muy grande. Cabe destacar, conforme al artículo 3°, la existencia de
disposiciones legales, reglamentarias y tratados internacionales que permiten,
sin previo acuerdo de la Cámara Alta, el ingreso de buques de guerra
extranjeros en aguas de jurisdicción nacional y de aeronaves militares
extranjeras en el espacio aéreo sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio
de Chile. Incluso la Operación Unitas, que se llevará a cabo a fines del
presente mes, no estaría comprendida dentro de aquellas que requieren
acuerdo previo del Senado.
Por lo tanto, la Comisión consideró indispensable que el Senado
también diera su acuerdo, según enmienda incorporada al final del inciso
primero del artículo 1°, para la entrada de tropas extranjeras en el territorio de
la República.
He dicho.
El señor URENDA (Vicepresidente).— Tiene la palabra el Honorable señor
Jarpa.
El señor JARPA.— Señor Presidente, las explicaciones del Senador señor Arturo
Frei me evitan formular mayores comentarios acerca de la iniciativa. Pido que
se apruebe, porque en todos sus artículos resguarda el interés y la seguridad
nacionales.
El señor URENDA (Vicepresidente).— Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
—Por unanimidad, se aprueba en general el proyecto, y, por
no haberse formulado indicaciones, queda aprobado también en
particular.
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OFICIO DE LEY
1.4. Oficio de Cámara de Origen a Cámara Revisora
Oficio de ley a Cámara de Diputados. Comunica texto aprobado. Fecha 17 de
junio, 1991. Cuenta en Sesión 08, Legislatura 322, Cámara de Diputados.
Nº 1191
Valparaíso, 17 de junio de 1991.
Con Motivo del Mensaje, Informe y antecedentes que
tengo a honra pasar a manos de V.E., el Senado ha dado su aprobación al
siguiente
P R O Y E C T O D E L E Y:
Artículo 1º.- La entrada de tropas extranjeras en el
territorio de la República deberá ser autorizada por decreto supremo, previo
informe o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda, firmado por el Presidente de la República y expedido por
intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y suscrito también por el
Ministro de Relaciones Exteriores. Para dictar el aludido decreto supremo,
deberá contarse con el acuerdo previo del Senado.
El decreto supremo que autorice el ingreso de tropas
deberá fijar el objeto, plazo y modalidades del mismo.
Artículo 2º.- Si la entrada obedece a la celebración de
efemérides nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, la
autorización será dada mediante resolución del Ministro de Defensa Nacional,
previo informe o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda.
Artículo 3º.- No se regirán por las normas de esta ley,
sino por las disposiciones legales y reglamentarias Internas y por las normas y
tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes, el
ingreso de buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a la jurisdicción
nacional y de aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo sobre las
aguas jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Artículo 4º.- La salida de tropas nacionales, fuera del
territorio de la República, deberá ser autorizada por decreto supremo firmado
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OFICIO DE LEY
por el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado e informe o a
propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda, expedido
por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del Ministro de
Relaciones Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará el
objeto, plazo y modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5º.- Si la salida a que se refiere el artículo
precedente tiene por finalidad participar en celebración de efemérides, viajes
de Instrucción o logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de Intercambio militar, se aplicarán
las normas relativas a las comisiones en el extranjero establecidas en el
Estatuto del Personal correspondiente, sirviendo de suficiente autorización los
decretos que las dispongan.
Artículo 6º.- Las autorizaciones que se otorguen en
virtud de esta ley, deberán ser comunicadas, para su conocimiento, antes de la
entrada o salida de las tropas correspondiente, al Senado y a la Cámara de
Diputados, salvo los casos previstos en los artículos 2º y 5º.
Artículo 7º.- El informe a que se refieren los artículos
1º, 2º y 4º, deberá ser evacuado dentro del plazo de diez días contado desde
la recepción del requerimiento a la respectiva Institución, transcurrido el cual
sin que se emita, se Podrá prescindir del mismo.".
Dios guarde a V.E.
BELTRAN URENDA ZEGERS
Vicepresidente del Senado
JOSE LUIS LAGOS LOPEZ
Secretario Subrogante del Senado
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
2. Segundo Trámite Constitucional: Cámara de
Diputados
2.1. Informe Comisión Defensa Nacional
Cámara de Diputados. Fecha 18 de junio de 1991. Cuenta en Sesión 10,
Legislatura 322.
Informe de la Comisión de Defensa Nacional, en segundo trámite
constitucional, recaído en el proyecto de ley que establece normas
para permitir la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la
República y la salida de tropas nacionales del mismo (boletín N° 37102) (S).
"Honorable Cámara:
Vuestra Comisión de Defensa Nacional pasa a informaros, en segundo trámite
constitucional, el proyecto de ley que "Establece normas para permitir la
entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República y la salida de
tropas nacionales del mismo.".
Este proyecto tuvo su origen en el Senado por la vía de un Mensaje de S.E. el
Presidente de la República, habiendo sido aprobado en dicho trámite con
modificaciones de fondo respecto, únicamente, de su artículo 1°.
Para el despacho de este proyecto en su segundo trámite constitucional, el Jefe
de Estado hizo presente la urgencia calificándola de "discusión inmediata", por
lo que de conformidad a lo establecido en el artículo 27 de la ley Nº 18.918,
Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, esta Cámara cuenta con un
total de tres días para su despacho, a contar desde el 19 del mes en curso, por
ser el día de hoy la fecha de la sesión en que se dio cuenta en la Sala.
Durante el estudio de esta iniciativa, la Comisión contó con la colaboración de
los señores Patricio Rojas Saavedra, Ministro de Defensa Nacional, Ariel Rosas
Mascaró, Contraalmirante, Subjefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional y
la señora María Eugenia Navarrete Martínez, abogada del Ministerio de Defensa
Nacional.
ANTECEDENTES GENERALES.
El artículo 60 Nº 13, de la Constitución Política señala que son materia de ley
aquellas iniciativas que fijen las fuerzas de aire, mar y tierra que han de
mantenerse en pie en tiempos de paz o de guerra, y las normas para permitir
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República, como,
asimismo, la salida de tropas nacionales fuera de él.
De acuerdo con la parte final de la disposición mencionada, y según lo señala
el Mensaje, "se requiere de una ley que fije, de manera genérica, las normas a
las cuales deberá sujetarse el ingreso o salida de las tropas mencionadas, sin
que sea necesario, como sucedía bajo el imperio de la Constitución de 1925 en
su texto original, de una ley específica para cada caso que se presentare.".
Por otra parte, en cumplimiento de lo establecido en la letra e) del artículo 96,
de la forma previa, sobre esta materia, proponiendo por la unanimidad de sus
integrantes, un anteproyecto de ley a la consideración del Presidente de la
República, el cual, salvo dos modificaciones de puntuación, coincide
plenamente con el texto propuesto en el Mensaje al Senado.
El referido informe del Consejo de Seguridad Nacional figura acompañando a
los antecedentes de esta iniciativa.
ANALISIS DEL PROYECTO.
Las ideas matrices o fundamentales del proyecto se orientan a establecer la
forma en que podrá autorizarse la entrada de tropas extranjeras al territorio
nacional y la salida de tropas chilenas fuera de él.
Dichas ideas, que sólo pueden concretarse por medio de una ley de acuerdo a
lo dispuesto en el artículo 60 Nº 13 de la Carta Fundamental, el cuerpo legal
en proyecto las expresa en siete artículos.
Por el artículo 1º se establece que la entrada de tropas extranjeras al territorio
nacional, deberá autorizarse por decreto supremo, previo informe o a
proposición de la institución de la Defensa Nacional que corresponda, firmado
por el Presidente de la República y expedido por medio del Ministerio de
Defensa Nacional, suscrito, además, por el Ministro de Relaciones Exteriores.
En dicho decreto deberá fijarse el objeto, el plazo y las modalidades del
ingreso que se autoriza.
El Senado introdujo una modificación de fondo a esta norma, estableciendo
que para la dictación del aludido decreto, deberá contarse con el acuerdo
previo del Senado.
Por el artículo 2º se establece que si la entrada obedece a la celebración de
efemérides nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, la
autorización se dará mediante resolución del Ministerio de Defensa Nacional,
previo informe o proposición de la correspondiente institución de la Defensa
Nacional.
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
Por el artículo 3º se dispone que quedarán fuera de los alcances de esta ley y
se regirán por las disposiciones legales y reglamentarias internas y por las
normas y tratados internacionales ratificados por el país y que se encuentren
vigentes, el ingreso de buques de guerra o de aeronaves militares extranjeros
a aguas sujetas a la jurisdicción nacional o al espacio aéreo sobre dichas aguas
y el territorio chileno.
Por el artículo 4º se establece que la salida de tropas nacionales del territorio
patrio, deberá autorizarse por decreto supremo firmado por el Presidente de la
República, expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la
firma, además, del Ministro de Relaciones Exteriores. Todo a proposición e
informe previo de la institución de la Defensa Nacional que corresponda y
previo acuerdo del Senado.
El referido decreto deberá señalar el objeto, el plazo y las modalidades de la
salida de las tropas.
Por el artículo 5º se dispone que si la dicha salida obedece a la finalidad de
participar en la celebración de efemérides, viajes de instrucción o logística,
misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía internacional o cumplimiento
de acuerdos de intercambio militar, se aplicarán las normas relativas a las
comisiones en el extranjero establecidas en los correspondientes estatutos del
personal, sirviendo de suficiente autorización los decretos que las dispongan.
Por el artículo 6° se establece que salvo los casos previstos en los artículos 2°
y 5°, las autorizaciones que se otorguen en virtud de esta ley, deberán ser
comunicadas, antes de concretarse, al Senado y a la Cámara de Diputados.
Por el artículo 7° se señala que los informes que debe evacuar la respectiva
institución de la Defensa Nacional, conforme lo disponen los artículos 1°, 2° y
4°, deben serlo en el plazo de diez días contado desde la recepción del
requerimiento hecho a la institución, vencido el cual podrá prescindirse de
ellos.
DISCUSION DEL PROYECTO.
De conformidad a lo establecido en el inciso final del artículo 191 del
Reglamento de la Corporación, estando calificado el proyecto con urgencia de
"discusión inmediata", su debate debió hacerse en general y en particular a la
vez.
A este respecto y luego de las explicaciones entregadas por el señor Ministro
de Defensa Nacional, en el sentido de que este proyecto obedecía al mandato
constitucional, ya establecido en la Constitución de 1925, luego de la reforma
que le introdujera la ley N° 17.284 y que la actual Carta Fundamental
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
reproduce, de fijar una normativa de carácter general y permanente para
autorizar el ingreso de tropas extranjeras al país y la salida de contingentes
nacionales desde nuestro territorio, la Comisión buscó dilucidar el alcance de
los artículos 1° y 2° del proyecto.
En efecto, los Diputados señores Cardemil, Peña y Sabag coincidieron con la
apreciación del Ministro en el sentido de que el artículo 2° es aplicable al
ingreso de tropas extranjeras provenientes del cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar, entre los que se cuenta, por ejemplo, la Operación Unitas
y los ejercicios de las Fuerzas Unidas chileno-norteamericas a realizarse este
año en nuestro país. La primera, por originarse en un acuerdo multilateral,
amparado bajo el tratado del TIAR, de la Conferencia Naval Interamericana de
1959 y los segundos, en los programas de cooperación e intercambio militar
acordados entre Chile y Estados Unidos en el presente año.
El artículo 1°, en cambio, sólo se aplicaría a las tropas de aquellos Estados con
los que nuestro país no mantiene tratados o convenios de cooperación militar.
El señor Bayo, por su parte, estimó que en el caso específico de la Operación
Unitas, la norma aplicable debería ser el artículo 3°, toda vez que dichos
ejercicios implican la entrada de barcos de guerra a las aguas de jurisdicción
nacional.
A este respecto, el contraalmirante señor Rosas aclaró que ese artículo se
refería a las Naves de guerra extranjeras que visiten los puertos nacionales o
simplemente naveguen por las aguas jurisdiccionales chilenas, sin efectuar
ejercicios de ninguna especie, todas las cuales se rigen por el "Reglamento de
Admisión y Permanencia de naves de Guerra Extranjeras en las Aguas
Territoriales, Puertos, Bahías y Canales de la República de Chile.", vigente
desde 1951, argumento que reforzó el señor Ministro agregando que la
Constitución empleaba el término "tropas" que, aunque de muy amplia
acepción, en todo caso se refiere a las personas.
Asimismo, el Ministro precisó que el referido artículo 3º no hacía otra cosa que
puntualizar que las naves de guerra y las aeronaves militares que menciona,
se rigen por una normativa distinta.
El señor Huenchumilla hizo presente que él entendía complementarios a los
artículos 1° y 2°, siendo el 1º la regla general y el 2º la excepcional. Corno
consecuencia de ello, colegía que la aplicación de los términos de este último
debería restringirse exclusivamente a las situaciones que describe.
Con respecto al “Reglamento de Admisión y Permanencia de Naves de Guerra
extranjeras...", citado por el contraalmirante señor Rosas, le merecía dudas su
vigencia, por cuanto dicha norma se había dictado bajo el imperio de la
Constitución de 1925 y, precisamente la actual Carta Fundamental, en su
artículo 60 N° 13, exige la dictación de una ley genérica para regular el ingreso
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
y salida de tropas extranjeras y nacionales del país, exigencia que el proyecto
en análisis pretende concretar.
Por último, sostuvo que la atribución que el Senado se había entregado en el
artículo 1° del proyecto, excedía la facultad que le otorga el artículo 49 NQ 5
de la Constitución, por cuanto no le corresponde la fiscalización de los actos del
Gobierno, corno expresamente lo señala el inciso final del citado artículo 49,
atribución exclusiva de la Cámara de Diputados.
Los señores Pizarro, don Jorge y Elizalde expresaron dudas acerca de la
naturaleza y contenido mismo de la Operación Unitas, razón por la que no les
pareció del todo claro que a su respecto se aplicara el artículo 2° del proyecto,
mostrándose partidario el último, incluso, de suprimir la atribución otorgada al
Senado en el artículo 1° a fin de evitar posibles entorpecimientos e
interpretaciones.
Luego de estas reflexiones y no habiéndose formulado indicación alguna, la
Comisión aprobó, en general y en particular, en los mismos términos, el texto
propuesto por el Senado.
CONSTANClA.
Para los efectos de lo dispuesto en los números 2º, 4º y 5º del artículo 286,
del Reglamento de la Corporación, se deja constancia que la Comisión:
1°. Estimó que el texto en análisis no tiene el carácter propio de una ley
orgánica constitucional o de quórum calificado;
2°. Consideró que no procedía que el proyecto fuera informado por la Comisión
de Hacienda., y
3°. Aprobó el articulado del proyecto por unanimidad.
---'0-0Por las razones expuestas y las que oportunamente dará a conocer el señor
Diputado informante, esta Comisión recomienda la aprobación del siguiente
PROYECTO DE LEY:
Artículo 1°.- La entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República
deberá ser autorizada por decreto supremo, previo informe o a propuesta de la
Institución de la Defensa Nacional que corresponda, firmado por el Presidente
de la República y expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y
suscrito también por el Ministro de Relaciones Exteriores. Para dictar el aludido
decreto Supremo, deberá contarse con el acuerdo previo de Senado.
El decreto supremo que autorice el ingreso de tropas deberá fijar el objeto,
plazo y modalidades del mismo.
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
Artículo 2º.- Si la entrada obedece a la celebración de efemérides nacionales,
viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional o cumplimiento
de acuerdos de intercambio militar, la autorización será dada mediante
autorización del Ministro de Defensa Nacional, previo informe o a propuesta de
la Institución de la Defensa Nacional que corresponda.
Artículo 3°.- No se regirán por las normas de esta ley, sino por las
disposiciones legales y reglamentarias internas y por las normas y tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes, el ingreso de
buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a la jurisdicción nacional y de
aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo sobre las aguas
jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Artículo 4°.La salida de tropas nacionales, fuera del territorio de la
República, deberá ser autorizada por decreto supremo firmado por el
Presidente de la República, previo acuerdo del Senado e informe o a propuesta
de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda, expedido por
intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del Ministro de
Relaciones Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará el objeto, plazo y
modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5°.- Si la salida a que se refiere el artículo precedente tiene por
finalidad participar en celebración de efemérides, viajes de instrucción o
logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía internacional o
cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, se aplicarán las normas
relativas a las comisiones en el extranjero establecidas en el Estatuto del
Personal correspondiente, sirviendo de suficiente autorización los decretos que
las dispongan.
Artículo 6°.- Las autorizaciones que se otorguen en virtud de esta ley, deberán
ser comunicadas, para su conocimiento, antes de la entrada o salida de las
tropas correspondientes, al Senado y a la Cámara de Diputados, salvo los
casos previstos en los artículos 2° y 5°
Artículo 7°.- El informe a que se refieren los artículos 1°, 2° y 4°, deberá ser
evacuado dentro del plazo de diez días contado desde la recepción del
requerimiento a la respectiva Institución, transcurrido el cual sin que se emita,
se podrá prescindir del mismo.".
Se designó Diputado informante al señor Francisco Bartolucci Johnston. Sala
de la Comisión, a 18 de junio de 1991.
Acordado en sesión de igual fecha, con asistencia de los señores Diputados
Francisco Bartolucci Johnston (Presidente), Gustavo Cardemil Alfaro, Ramón
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INFORME COMISIÓN DEFENSA NACIONAL
Elizalde Hevia, Francisco Huenchumilla Jaramillo, José Peña Meza; Jorge
Pizarro Soto, Baldo Prokurica Prokurica y Hosain Sabag Castillo.
En reemplazo del señor Luis Navarrete Carvacho, asistió el Diputado don
Francisco Bayo Veloso.
(Fdo.): Eugenio Foster Moreno, Secretario".
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DISCUSIÓN SALA
2.2. Discusión en Sala
Cámara de Diputados. Legislatura 322. Sesión 10, Fecha 19 de junio de 1991.
Discusión general, se aprueba en general y particular, sin modificaciones.
ENTRADA DE TROPAS EXTRANJERAS EN EL TERRITORIO DE LA
REPUBLICA Y SALIDA DE TROPAS NACIONALES DEL MISMO. SEGUNDO
TRÁMITE CONSTITUCIONAL.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Corresponde tratar el proyecto de ley, en
segundo trámite constitucional, que establece normas para permitir la entrada
de tropas extranjeras en el territorio de la República y la salida de tropas
nacionales del mismo.
Diputado informante es el señor Francisco Bartolucci.
-El proyecto de ley está impreso en el boletín Nº 371-02 (S) y figura con el
número 3 en los documentos de la Cuenta de esta sesión.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se encuentra presente en la sala el señor
Ministro de Defensa Nacional, don Patricio Rojas.
Tiene la palabra el Diputado Bartolucci.
El señor BARTOLUCCI.- Señor Presidente, paso a informar el proyecto de ley,
en segundo trámite constitucional, de origen en un mensaje de Su Excelencia
el Presidente de la República, que establece normas para permitir la entrada
de tropas extranjeras en el territorio de Chile y la salida de tropas nacionales
del mismo.
Durante el estudio de esta iniciativa de ley, la Comisión contó con la
colaboración del señor Ministro de Defensa Nacional, don Patricio Rojas; del
Subjefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Contraalmirante don Ariel
Rosas, y de la señora abogada del Ministerio de Defensa Nacional, doña María
Eugenia Navarrete.
Antecedentes generales del proyecto. El artículo 60, número 13), de la
Constitución Política señala que es materia de ley establecer y permitir la
entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República y la salida de
tropas nacionales fuera de él. De esta manera, la parte final del mensaje de Su
Excelencia señala que, en virtud de lo dispuesto en el precepto constitucional,
se requiere de una ley para fijar, en forma genérica, las normas a las cuales
deberá sujetarse el ingreso o salida de las tropas mencionadas.
Se hace hincapié en que la disposición constitucional vigente establece que no
es necesario, corno sucedía bajo el imperio de la Constitución de 1925, de una
ley específica para cada caso que se presente.
Por otra parte, el artículo 96 de la Carta Fundamental expresa que el Consejo
de Seguridad Nacional debe informar sobre esta materia, trámite que ya ha
sido resuelto en este caso.
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DISCUSIÓN SALA
Análisis del proyecto.
Las ideas matrices del mismo están destinadas a orientar y establecer una
normativa para autorizar la entrada de tropas extranjeras al territorio nacional
y para normar la salida de tropas chilenas fuera de él.
El proyecto consta de siete artículos. En el 1º se determina que la entrada de
tropas extranjeras en el territorio de la República debe ser autorizada por
decreto supremo firmado por el Presidente de la República, expedido por
intermedio del Ministerio de la Defensa Nacional y también suscrito por el
Ministro de Relaciones Exteriores.
Dicho decreto supremo requiere de un informe previo de la institución de la
Defensa Nacional que corresponda, aunque el artículo 7º del proyecto de ley
dispone que si no se emite este documento en el tiempo allí indicado se podrá
dictar el decreto prescindiendo de él.
También agrega el artículo 1º que el decreto supremo firmado por el
Presidente de la República, que autoriza la entrada de tropas extranjeras en el
territorio, requiere el acuerdo previo del Senado.
El articulo 2º norma una situación distinta. Omite el trámite del acuerdo previo
del Senado, y contempla solamente una resolución del Ministerio de Defensa
Nacional, cuando esta entrada obedezca a la celebración de efemérides
nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional
militar. También en este caso se requerirá un informe o propuesta de la
institución de la Defensa Nacional que corresponda.
Bastara, entonces –reitero -, para estas situaciones, la sola resolución del
Ministro de Defensa Nacional. No se requiera, como en el caso del artículo 1º,
el Decreto del Presidente de la República, ni tampoco el acuerdo previo del
Senado.
El articulo 3º norma también una situación, diferente. Se refiere al ingreso de
buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a la jurisdicción nacional, y de
aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo sobre las aguas
jurisdiccionales y el territorio de chile.
Para este caso, el proyecto señala que no regirán los artículos 1º y 2º, sino las
disposiciones legales y reglamentarias internas y las normas y tratados
internacionales ratificados por Chile. De modo que no se aplica lo fundamental
de la normativa: el decreto del Presidente de la Republica que autorice la
entrada, ni tampoco el acuerdo previo del Senado.
El artículo 4º regla una situación diferente: la salida de tropas nacionales fuera
del territorio de la República. Los artículos 1º y 2º regulan la entrada tropas
extranjeras en el territorio de la República. El artículo 4º prescribe que para
que proceda la salida de tropas nacionales fuera del territorio de la República,
se requiere de una autorización, por decreto supremo expedido por intermedio
del Ministerio de Defensa Nacional, firmado por el Presidente de la República, y
también por el Ministro de Relaciones Exteriores. Se exige, también, un
informe o propuesta de la institución de la Defensa Nacional. En relación con
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DISCUSIÓN SALA
esto, dice el artículo 7º, que si dicho informe no se emite en el plazo de diez
días, se puede prescindir del mismo.
El artículo 4º establece el previo acuerdo del Senado para dictar el decreto
supremo del Presidente de la República que autorice la salida de tropas
nacionales fuera del territorio.
El articulo 5º norma también la salida de tropas chilenas fuera del territorio del
país, cuando la finalidad sea participar en celebraciones de efemérides, viajes
de instrucción, o logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía
internacional o cumplimientos de acuerdos de intercambio militar. Para este
caso, no se requiere ni del decreto supremo del Presidente de la Republica, en
los términos exigidos por el artículo 4º, ni el previo acuerdo del Senado.
Estas salidas de tropas chilenas al extranjero, con las finalidades establecidas
en el articulo 5º, se regulan a través de los preceptos relativos a las
comisiones en el extranjero, previstas en el estatuto del personal
correspondiente; servirán de suficiente autorización los decretos que los
dispongan.
El artículo 6º señala que las autorizaciones otorgadas en virtud de esta ley,
deberán comunicarse al Senado y a la Cámara de Diputados para su
conocimiento, antes de la entrada o salida de las tropas correspondientes,
salvo los casos contemplados en los artículos 2º y 5º, que se refieren a
situaciones que se han calificado de menor monta, tales como la celebración de
efemérides, viajes de instrucción o logística y cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar.
El articulo 7º precisa que los informes exigidos por los artículos 1º, 2º y 4º,
son los que deben entregar las correspondientes ramas de Defensa Nacional al
Presidente de la República y al Ministro de Defensa para la dictación de los
decretos supremos que dichos artículos señalan. Como he manifestado, este
artículo dispone que dichos informes deberán evacuarse en un plazo de diez
días, contado desde la recepción del requerimiento a la respectiva institución.
Sin embargo, si transcurrido el plazo no se ha emitido el informe, se podrá
prescindir del mismo.
Estas son las ideas matrices del proyecto.
En cuanto a la calificación de urgencia del proyecto, se trata de uno de
discusión inmediata. Reitero la presencia del señor Ministro de Defensa
Nacional en la reunión que ayer en la tarde, celebró la Comisión, en la cual el
proyecto se discutió en general y en particular.
El señor Ministro de Defensa, sin perjuicio de lo que pueda informar a la Sala,
enfatizó dos aspectos que la Comisión recoge en su informe, por ser
trascendentales.
En primer lugar, señala que debe tenerse presente que lo que se persigue es
lograr una normativa de carácter general y permanente para autorizar el
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ingreso de tropas extranjeras al país y la salida de contingentes nacionales
desde nuestro territorio.
Se trata de una normativa de carácter general y permanente que, sobre la
base de las ideas matrices del proyecto, evita dictar una ley para cada
situación que se produzca.
La segunda idea que el señor Ministro ha querido dejar sentada
precisamente en la Comisión, es que en el artículo 2º del proyecto, al referirse
a la entrada de tropas que obedezcan a la celebración de efemérides
nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional o
cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, deben entenderse
comprendidas operaciones como la Unitas, o la de Fuerzas Unidas entre los
Ejércitos de Chile y Estados Unidos, que se llevarán a efecto dentro de pocos
días. Por ello, no habrá ninguna duda de que estas operaciones por acuerdos
de intercambio militar, no van a requerir del tratamiento contemplado en el
artículo 1º, sino que se regirán mediante la normativa, más simple, establecida
en el artículo 2º de este proyecto de ley.
Luego de estas precisiones y de un debate a fondo, en el que participaron
todos los miembros de la Comisión, no se formularon indicaciones al proyecto,
que se aprobó en general y en particular en los mismos términos en que viene
propuesto por el Senado.
Dejo constancia de que el texto en análisis no tiene el carácter propio de una
ley orgánica constitucional o de quórum calificado, como, asimismo, de que no
procedía que el proyecto fuera informado por la Comisión de Hacienda, y de
que la Comisión aprobó el articulado del proyecto por unanimidad.
Por las razones expuestas, esta Comisión recomienda a la Sala la aprobación
del presente proyecto de ley.
Es todo cuando puedo informar, señor Presidente.
He dicho.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Hay inscritos quince señores Diputados
para hablar. Propongo suspender la sesión hasta las 15 horas, a fin de iniciar el
debate en la tarde.
Si le parece a la Sala, así se acordará. Tiene la palabra el Diputado señor
Melero,
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MELERO.- Señor Presidente, le solicito que sea con el compromiso
de votarlo antes de las 16, porque a esa hora empieza el trabajo de
Comisiones. Por lo tanto, una prórroga de este tipo perjudica todo el trabajo de
la tarde.
Por las razones expuestas, comencemos a las 15 horas, pero con el
compromiso de la Sala de que a las 15:45 horas, el proyecto se vote y se
despache, para no perjudicar el trabajo de comisiones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Si le parece a la Sala, así se acordará.
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No hay acuerdo.
Entonces, se suspende la sesión hasta las 14:45 horas.
-Se suspendió a las 13:42 y se reanudó a las 14:45 horas.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Se reanuda la sesión y se suspende
por 10 minutos.
-Se suspendió a las 14:45 horas y se reanudó a las 14:55.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el Diputado señor Huenchumilla.
El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, nuestro ánimo es aprobar este
proyecto de ley, enviado por el Ejecutivo, que contribuye a que el señor
Ministro de Defensa ejerza sus funciones en estas materias con el mayor
consenso posible de todos los sectores del país, por la especial naturaleza de
las actividades de la Defensa Nacional.
Por ello, votaremos favorablemente el proyecto.
Sin embargo, hay un par de cuestiones que me parece necesario manifestar
en la discusión de esta iniciativa, porque no estoy de acuerdo con su contenido
ni con su extensión.
La actual Constitución innovó respecto de la Constitución de 1925 en esta
materia. En efecto, antes, para la entrada de tropas extranjeras o salida de
tropas nacionales, se requería la dictación de una ley en cada caso. Por lo
tanto, ambas Cámaras concurrían a su aprobación.
La Constitución de 1980 estableció, en el Nº 13 del artículo 60, que deberá
dictarse una ley que contenga las normas generales sobre estas situaciones.
En consecuencia, de acuerdo con las disposiciones constitucionales actuales, no
es necesaria la dictación de una ley caso a caso, debiendo sujetarse la entrada
y salida de las tropas a esta normativa de orden general.
A mi juicio, aquí existen dos problemas: el primero es que el Senado modificó
el artículo 1º del proyecto del Ejecutivo señalando que "para dictar el aludido
decreto supremo, deberá contarse con el acuerdo previo del Senado".
Este artículo 1º consagra la norma general en cuanto a la entrada de tropas
extranjeras a nuestro país, y el artículo 2º contiene una casuística que no está
sujeta al trámite del acuerdo previo del Senado.
En ese sentido debo entender que el artículo 2º es de carácter restrictivo en
su interpretación y que los casos no contemplados en él, quedarán sujetos a la
norma general, que requiere la dictación de un decreto supremo que deberá
contar con el acuerdo previo del Senado.
Es bastante dudosa la agregación del Senado, como quiera que ni la
Constitución ni ninguna ley exija en el acuerdo previo del Senado al respecto.
Estas facultades se las estaríamos dando al Senado por medio de esta ley.
Quiero señalar dos argumentos que apoyan mi posición: el primero es que hoy
no se requiere una autorización caso a caso por ley, y si se va a requerir, caso
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por caso, la autorización del Senado, significa que, de una u otra manera, esta
norma general se supedita a la negativa o a la aceptación de Senado del
decreto supremo que permitiría la entrada de tropas extranjeras.
Me pregunto, ¿qué pasa si en uso de estas facultades el Senado se opone a
la dictación del decreto supremo?
Mediante esta modificación estamos, en opinión, violando el claro sentido de la
norma constitucional que establece que no se necesita autorización caso a caso
por parte del Parlamento, sino que exige simplemente la dictación de una
norma general que disponga los requisitos en virtud de los cuales el Ministerio
de Defensa hará uso de estas atribuciones.
Es así, por la sencilla razón de que la Constitución de 1980 hace una exigencia
previa a la dictación de esta ley: que este proyecto debe contar con el informe
favorable del Consejo de Seguridad Nacional, lo que antes no prescribía la
Constitución del 80.
Por eso, para los efectos de la seguridad nacional, la Constitución de 1980
estableció que estaba debidamente resguardada con el acuerdo del Consejo de
Seguridad Nacional y de esta normativa de orden general.
En consecuencia, estamos en presencia, por la vía de la modificación del
Senado, de cierta intromisión en las facultades fiscalizadoras de la Cámara,
porque nosotros fiscalizarnos los actos después que nacen a la vida. El Senado
lo haría antes de la dictación del decreto respectivo que autorizara la entrada
de tropas extranjeras.
A mi juicio, para la historia de la ley la modificación del Senado, por ningún
concepto, primero, puede violar la norma que establece que ya no es necesaria
la autorización caso a caso, sino la normativa de orden general, ni tampoco
constituir una intromisión en las facultades propias de la Cámara de fiscalizar
los actos del Gobierno.
Gracias.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente, el año pasado despacharnos un proyecto
casi igual, con la diferencia que tenía vigencia sólo hasta el 31 de diciembre de
1990, en espera de la legislación permanente.
El Gobierno envió este proyecto al Senado. Su artículo 4º contempla la salida
de tropas nacionales con decreto supremo, previo acuerdo del Senado. Sin
embargo, como se ha señalado, esa Corporación modificó el artículo 1º, en el
sentido de que para la entrada de tropas extranjeras también se requiere su
acuerdo previo.
Como lo ha expresado el Diputado señor Huenchurnilla, es una limitación de la
ley general que establece el artículo 60, número 13), de la Constitución, según
el cual, la entrada y salida de tropas del país requiere de ley de orden genérico
y no específica, corno lo disponía la Constitución del año 1925.
Es precisamente lo que se pretende a través de las modificaciones introducidas
por el Senado al artículo 1º del proyecto, con las que nosotros no estarnos de
acuerdo. Y no presentaremos indicación sólo en aras de que salga lo más
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rápidamente posible.
Tampoco presentaremos indicación al artículo 2º, que establece: "Si la entrada
obedece a la celebración de efemérides nacionales, viajes de instrucción o
logística, actos de cortesía internacional o cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar, la autorización será dada mediante autorización del
Ministro de Defensa Nacional, previo informe o a propuesta de la institución de
la Defensa Nacional que corresponda".
Este artículo es de importancia relevante, por cuanto los convenios que el
Ministerio de Defensa tiene con naciones amigas o el ejemplo específico de las
Operaciones Unitas, no estarían afectos al artículo 1º sino al 2º. En este caso,
bastaría sólo la resolución del Ministro del Defensa para efectuar actos de
cumplimiento de acuerdos o de intercambio militar.
Por lo tanto, nosotros aprobaremos el proyecto sin enmiendas, en el entendido
claro de que el artículo 2º da facultades para que las tropas de naciones con
las que existen acuerdos o convenios militares puedan entrar sin mayores
problemas, sólo con el decreto dictado por el Ministro de Defensa Nacional.
Los Diputados democratacristianos vamos a votar favorablemente en general y
en particular el proyecto de ley.
Gracias.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el Diputado señor
Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero
manifestar mi sorpresa por el hecho de que la Cámara de Diputados trate el
proyecto con "discusión inmediata", en circunstancias de que en el Senado de
la República no fue así.
No es un proyecto urgente, que requiera resolución inmediata. Es reiteración
de la práctica abusiva del Poder Ejecutivo de aplicar el recurso extremo de la
"discusión inmediata".
Señor Presidente, el señor Mekis me solicita una interrupción, que le
concedo con su venia.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Puede hacer uso de la interrupción el
señor Mekis.
El señor MEKIS.- Señor Presidente, coincido con el Diputado señor
Schaulsohn. Incluso, quiero citar palabras dichas por el propio Ministro de
Defensa el martes 21 de agosto del año pasado, a propósito del proyecto de
"discusión inmediata" con vigencia hasta el 31 de diciembre de 1990.
En su breve presentación del proyecto, el señor Ministro dijo cinco veces que
la legislación general de entrada y salida de tropas se discutiría un proceso
calmado y sereno.
Leeré algunos párrafos de lo dicho por el señor Ministro, si el Diputado señor
Schaulsohn me permite continuar haciendo uso de la interrupción.
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El señor SCHAULSOHN.- Con gusto le concedí la interrupción, la cual –como
usted bien sabe- es con cargo a mi tiempo.
Quiero saber cuánto tiempo utilizará usted.
El señor MEKIS.- Un minuto, señor Diputado. Puede ser con cargo a mi
tiempo, si se puede descontar de mi intervención posterior. No sé que dice el
Reglamento al respecto.
El señor Ministro señaló que ante la inminencia de los ejercicios combinados
entre las Armadas de Chile y los Estados Unidos, debió enviar el proyecto a
tramitación al Parlamento. Pero que su voluntad, naturalmente, era que
hubiese habido una discusión calmada.
Dijo que no era posible sostener entonces un debate parlamentario, sereno
y calmado, en que se recogieran por el Ejecutivo las distintas observaciones
que se formularon ese día, porque había una inminencia y era necesario tener
el proyecto cuando antes.
Luego agregó que era necesario buscar una oportunidad, en la cual -estoy
seguro- podremos tener una discusión con la debida calma y la consideración
que el tema requiere, por parte del Congreso y del Gobierno, en el ámbito de
la labor colegislativa.
Por último, al finalizar su discurso, expresó: "Por estas consideraciones, y con
el compromiso de parte del Gobierno de someter nuevamente este tema a la
consideración del Congreso, para una discusión reflexiva y con la calma
necesaria, solicitamos la aprobación de este proyecto de ley en los términos
aprobados por el Honorable Senado".
Ha sido verdadera sorpresa encontrar hoy este proyecto con "discusión
inmediata". Ni siquiera lo había leído, porque no soy parte de la Comisión de
Defensa. Me he interiorizado de él hace un par de horas.
Agradezco la interrupción concedida por el Diputado señor Schaulsohn.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Recupera la palabra el Diputado señor
Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.- Señor Presidente, lo leído por el señor Mekis no hace
más que reiterar lo que señalé.
El expediente de la "discusión inmediata" aparece en la Ley Orgánica
Constitucional del Congreso Nacional; espero que tengamos la mayoría
necesaria para cambiarlo. Pero el Ejecutivo tiene que administrar esta
prerrogativa con más delicadeza, porque la "discusión inmediata", desde luego,
impide una discusión adecuada en las Comisiones; crea una situación de
tensión en la Sala, en que las indicaciones tienen que discutirse en lo que, en
definitiva, se transforma en una Comisión ampliada de 120 Diputados, lo que
hace mucho más difícil la correcta tramitación del proyecto de ley.
En este sentido, también quiero solicitar respetuosamente a la mesa de la
Cámara que se preocupe de hacer valer el principio de reciprocidad con el
Senado, que, en esta materia, más allá de las fronteras políticas, ha sabido
defender la dignidad de la Corporación y ha exigido al Ejecutivo, en reiteradas
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oportunidades, que adopte un criterio de respeto. No se puede obligar al
Congreso a discutir en 24 horas materias de importancia.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- ¿Me permite?
El señor SCHAULSOHN.- Sí, claro.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Es para informarle que fui yo quien
solicitó al señor Ministro que presentara el proyecto con discusión inmediata.
El señor SCHAULSOHN.- Mal hecho, señor Presidente.
El señor VIERA-GALLO.- Claro. Pero,
concretamente, asumo la responsabilidad.
no
culpe
al
Ejecutivo,
pues,
El señor SCHAULSOHN.- Mal hecho, entonces, señor Presidente, porque quiere
decir que Su Señoría es la responsable de la situación.
Es un abuso reiterado por parte del Ejecutivo, a veces con el consentimiento
del Presidente de la Cámara, el expediente de la "discusión inmediata". Al final,
se creará un clima que nos conducirá a mirar de manera distinta los proyectos,
para hacer valer nuestro punto de vista. Me parece, simplemente, un abuso.
En la mañana tratamos otro proyecto con discusión inmediata. En este caso se
justifica, por cuanto es de medidas de carácter económico, y tiene la misma
tramitación en el Senado. Pero, simple urgencia en la Cámara y discusión
inmediata en el Senado, o al revés, discusión inmediata en la Cámara y tiempo
ilimitado en el Senado, a mi juicio, es algo sobre .lo que debernos reflexionar.
En segundo lugar, quiero expresar mi desacuerdo con lo planteado por el
Honorable señor Huenchumilla. Comparto el criterio del Senado, en el sentido
de que el ingreso y salida de tropas es una materia que debe contar con la
anuencia del Poder Legislativo. Por lo demás, así fue siempre.
Aquí está en juego un principio mucho más importante que la legislación
puntual: el de la supeditación del poder militar al poder civil, el de la
preeminencia del poder civil por sobre el poder militar.
En el país, demasiadas leyes hacen que nuestras Fuerzas Armadas se manden
prácticamente solas, lo que rompe el marco jurídico .de la democracia en
relación con ellas. Tenemos una Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas
Armadas, que en la práctica les garantiza pleno autofinanciamiento; tenemos
una Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas, que garantiza
inamovilidad en sus cargos a los comandantes en jefe; tenemos una Ley
Orgánica Constitucional que les entrega la libre administración de sus bienes.
¡Caramba que tienen bienes! No digo que esto sea malo o bueno; pero, en
transición me parece importante establecer que el poder civil manda, y las
Fuerzas Armadas no son un compartimiento autónomo de la sociedad, que
pueden hacer siempre lo que quieran.
Ahora bien, desde el punto de vista jurídico, es perfectamente concordante
con los principios constitucionales que el Senado de la República tenga la
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posibilidad de otorgar su acuerdo para las materias consideradas en el
proyecto de ley. Desde luego, porque el artículo 49 de la Constitución Política,
en el número 5), consagra como facultad exclusiva del Senado "Prestar o
negar su consentimiento a los actos del Presidente de la República, en los
casos en que la Constitución o la ley lo requieran.".
El ingreso o salida de tropas de país es un acto que depende de la voluntad
del Presidente de la República, dentro del esquema del proyecto de ley que se
nos presenta. Si es así, no veo razón alguna para que el Senado no pueda
hacer uso de la atribución que le garantiza el número 5), del artículo 49 de la
Constitución, de prestar o negar su consentimiento a los actos del Presidente
de la República. No tiene nada que ver con las facultades de fiscalización. Es
una atribución exclusiva del Senado.
En virtud de esta disposición en el día, de ayer, en la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia, aprobamos la integración del Consejo Nacional de
Televisión. Es un acto del Presidente de la República que requiere del acuerdo
del Senado.
En este caso, la autorización es un acto. El Presidente autoriza. El decreto es
una formalidad. El informe de la institución que se requiere también es una
formalidad; no tiene fuerza obligatoria. La firma del Ministro de Defensa y del
Ministro de Relaciones Exteriores son formalidades del acto. La voluntad es del
Presidente; el acto es del Presidente. Lo firman sus Ministros, que no tienen
voluntad independiente de la del Presidente de la República, para estos
efectos.
Por lo tanto, el número 5), del artículo 49 de la Constitución es perfectamente
aplicable.
Tampoco me parece convincente, aun cuando merece el mayor respeto, la
argumentación que hace el Honorable señor Huenchumilla, del artículo 60,
número 13), de la Constitución.
Lo que ha hecho el Senado me parece perfectamente pertinente. Queda por
dilucidar si también sería constitucional que la Cámara estuviese llamada a
entregar su consentimiento. Desde el punto de vista de la doctrina
constitucional y de un Estado de derecho democrático, deberían ser ambas
ramas del Poder Legislativo las llamadas a entregar su consentimiento o
acuerdo para el ingreso o salida de tropas.
Podría argumentarse que la Cámara no tiene esta facultad, por cuando se
trata de otorgar el consentimiento a un acto del Presidente de la República, por
tanto, es privativa del Honorable Senado. No tengo una posición categórica y
definitiva frente a esta materia de interpretación constitucional.
En cuanto a que el Senado ha obrado correctamente, no tengo la más mínima
duda. En cuanto a que también se pueda requerir el acuerdo de la Cámara me
inclino por una opinión favorable. No existe un impedimento ni se infringe una
facultad privativa del Senado; pero acepto que, en ese orden de cosas, pueda
haber una discusión, pero sólo y exclusivamente en relación con la Cámara y
de ningún modo con el Senado.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Señor Diputado, está en el tiempo de su
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segundo discurso.
El señor SCHAULSOHN.- ¿Cuánto tiempo me queda, Presidente?
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Diez minutos.
El señor SCHAULSOHN.- Por último, he presentado una indicación para que
al momento en que el Ejecutivo solicite la autorización del Senado en el caso
de salida de tropas, entregue una información respecto del costo y la fuente de
financiamiento que esta salida significará para el presupuesto de la Nación. Me
parece elemental que cuando el Senado o la Cámara, según el caso estén
llamados a entregar su acuerdo para la salida de tropas del país, se les informe
acerca del costo que tiene para el presupuesto de la Nación esta operación de
carácter militar, pues eso también está supeditado al debido ejercicio de los
Poderes Públicos, del poder militar frente al poder civil. Esta materia es
importante. En consecuencia, espero que los señores Diputados consideren esa
indicación al momento de votar.
Señor Presidente, deseo hacerle una consulta al señor Ministro. No entiendo
bien porqué la redacción de los artículos 1º y 4º es diferente en cuanto al rol
del Senado.
Si los señores Diputados observan bien, en el artículo 1º se dice: "Para
dictar el aludido decreto supremo, deberá contarse con el acuerdo previo del
Senado". Sin embargo, en el artículo 4º se indica: "Decreto Supremo firmado
por el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado.". Deseo que el
señor Ministro, en su oportunidad, nos clarifique cuál es el significado, si es
que tiene alguno, de esa diferente redacción.
En síntesis, concuerdo con el criterio del Honorable Senado. Esta materia debe
tener la anuencia de, por lo menos, uno de los dos poderes que conforman el
Legislativo. Desde el punto de vista constitucional, lo que ha hecho el
Honorable Senado, en mi opinión es absolutamente incuestionable.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado don Sergio
Pizarro.
El señor PIZARRO (don Sergio).- Señor Presidente, a propósito de este
proyecto de ley que nos ha propuesto Su Excelencia el Presidente de la
República para establecer normas generales que permitan la entrada de tropas
extranjeras en el territorio de la República y la salida de tropas nacionales
fuera de él, quisiera, en primer lugar, expresarle a la Sala mi opinión de que
este proyecto debió ser conocido e informado también por la Comisión de
Relaciones
Exteriores,
Asuntos
Interparlamentarios
e
Integración
Latinoamericana.
Por lo tanto, solicito que proyectos de índole semejante, también sean
despachados en el futuro a la Comisión de Relaciones Exteriores.
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Entrando en materia, quiero recordar a la Honorable Cámara lo que dice el
profesor Alejandro Silva Bascuñán en su Tratado de Derecho Constitucional:
que la intervención del Congreso en estas mismas materias se viene
contemplando desde la Constitución del año 1822.
"La introducción al suelo chileno de cuerpos armados de otros países tiene que
ser considerada por el nuestro, ya que, de otro modo, tendría ese hecho -dice
el profesor Silva Bascuñán- el carácter de una violación de la soberanía
nacional". Es natural que preste su acuerdo el legislador, es decir, los altos
poderes públicos que han recibido la más directa representación de la
soberanía para que, por su intermedio, se puedan apreciar las circunstancias
que rodean la entrada: cantidad, tipo y naturaleza del armamento de las
tropas, razón de la visita, estado de las relaciones que ligan a Chile con el país
de que proceden, etcétera.
En tiempos de paz, la presencia de tropas extranjeras obedece, generalmente,
a actos de cortesía internacional, al cumplimiento de acuerdos de intercambio
o a planteamientos de defensa colectiva.
La regulación constitucional de estas materias en las Constituciones de 1925 y
de 1980, es análoga. En ambos textos fundamentales se requiere de ley, tanto
para permitir la entrada de tropas extranjeras, como para la salida de tropas
nacionales, ya que las disposiciones del Nº 13, del artículo 60 de la actual
Constitución son las mismas que la Constitución anterior contemplaba en los
números 9 y 10 de su artículo 44.
Durante la vigencia de la Constitución de 1925, nunca se aprobaron normas
generales permanentes sobre estas materias. Por ello, se recurrió a la práctica
de legislar para cada caso en particular. Tampoco se ha hecho en este período
constitucional.
Por lo anterior, el Congreso Nacional y, naturalmente, esta Honorable Cámara,
han aprobado las normas que dieron origen a la ley Nº 18.995, que se aplicó
sólo temporalmente, hasta el 31 de diciembre del año pasado.
Al ser acto legislativo la autorización de ingreso o salida de tropas, el
constituyente ha querido que ambas Cámaras, depositarias de la soberanía
nacional e Involucradas en la decisión, sean consultadas en su calidad de
representativas de la voluntad nacional.
Nunca fue un acto consultivo a una sola de ellas, porque si así hubiera sido,
habría dejado de ser materia propia de ley.
Esta breve reflexión sólo tiene por objeto hacer notar, a mi juicio, la
inconsecuencia constitucional que pareciera existir entre el "acuerdo legislativo
de ambas Cámaras", que supone la exigencia de que se regule por ley, y la
exigencia de que se contempla ahora en el proyecto que nos ocupa, ya que,
tratándose de la regla general, relativa a la entrada de tropas extranjeras en el
territorio de la República y la salida de tropas nacionales, la autorización
requiere, entre otros requisitos, sólo el "acuerdo del Senado". Así se
contempla, en las situaciones a que se refieren los artículos 1º y 4º del
proyecto.
En consecuencia, discrepo del Honorable Diputado que me antecedió en el uso
de la palabra, ya que esta inconsecuencia constitucional me parece observable
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desde el punto de vista del ejercicio de la potestad reglamentaria del
Presidente de la República, que pareciera quedar restringida, en estos casos, a
condiciones incompatibles con el carácter privativo con que la Constitución se
la ha otorgado al Jefe de Estado.
Por último, esta posición de preeminencia en que se coloca a sí mismo el
Honorable Senado, en una materia en la que, históricamente, ha tenido
responsabilidad compartida con esta Cámara, resulta contraria al espíritu de
una Constitución que ha restringido ampliamente su injerencia en el manejo de
los asuntos internacionales, en los que el Presidente de la República también
tiene facultades privativas y exclusivas, en términos absolutamente diferentes
de los que se contemplaban en la Constitución de 1925.
Lo expuesto me lleva a tener presente estos planteamientos para la historia de
,
esta ley, en los artículos 1º y 4º, que establecen el acuerdo
previo del Senado
a la dictación de los decretos supremos que ambos artículos contemplan.
Los tratados internacionales, en los que Chile es parte y que pueden importar
eventuales entradas de tropas extranjeras al territorio nacional, son
principalmente los suscritos en el marco del sistema interamericano y la Carta
de Naciones Unidas, en ambos casos, en situaciones de defensa colectiva.
El artículo 4º de la Carta de Naciones Unidas ha previsto que si el Consejo de
Seguridad estima que una situación que amenace la paz o la seguridad
internacional no puede ser resuelta por medios pacíficos o políticos, se puede
recurrir al empleo de fuerzas aéreas, navales o terrestres, con el fin de
restablecer la paz o la seguridad internacional, agregando el artículo 4º que
"todos los miembros de Naciones Unidas,- entre los cuales sabemos que se
encuentra Chile,- se comprometen a poner a disposición del Consejo de
Seguridad las Fuerzas Armadas, la asistencia y las facilidades, comprendido el
derecho de tránsito, necesarias para mantener la paz y la seguridad
internacionales".
Semejante es la situación normativa en la Carta de la Organización de Estados
Americanos y en el Tratado de Asistencia Recíproca o Pacto de Río de Janeiro,
de 1947.
En el plano de las relaciones internacionales bilaterales, nuestro país está
vinculado, por una parte, con los Estados Unidos de América, mediante el
Convenio de Ayuda Militar, que da lugar a la realización de actividades
militares conjuntas, del tipo de las operaciones "Unitas".
Por otra parte, estamos vinculados a Argentina por el Tratado de Paz y Amistad
de 1984, que contempló normas especiales para la navegación de buques
argentinos entre el Estrecho de Magallanes y puertos argentinos en el Canal
Beagle y viceversa, bajo las condiciones que precisa el Anexo Nº 2 del Tratado.
Todas estas normas internacionales, a las que se pueden sumar las que
consagra el derecho internacional del mar, regulan en forma precisa y severa
las oportunidades y requisitos exigibles para que las tropas ingresen al
territorio o a las aguas de jurisdicción nacional. De manera que se justifica
que, en estos casos, las normas del proyecto establezcan procedimientos más
flexibles o se remita directamente a lo que los tratados dispongan en estas
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materias.
La necesidad de legislar, en los términos generales y permanentes que nos
propone en esta oportunidad el Ejecutivo, se ha hecho sentir en el Congreso
Nacional desde hace muchos años. Ya en 1956, por ejemplo, el Presidente de
la República de la época señalaba que la necesidad de recurrir a las
autorizaciones especiales para casos de tanta frecuencia, como éstos,
presentaba, en concepto de ese gobierno, serias dificultades para estas visitas
que son de conveniencia nacional e internacional, ya que la tramitación
necesaria de leyes particulares no era lo suficientemente expedita, recargaba
las labores del Congreso Nacional y las administrativas, y, cuando el
Parlamento se encontraba en receso, prácticamente imposibilitaba el
otorgamiento del permiso o hacía necesaria su citación a sesiones
extraordinarias con ese solo objeto.
El recuerdo de este antecedentes histórico aportado por el informe que en la
época emitió la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado, a
propósito de una consulta del Ejecutivo sobre la materia, me lleva a justificar
plenamente la idea de legislar, contenida en el proyecto, que considera en
estos momentos la Honorable Cámara; pero, a la vez, me lleva a llamar la
atención de los Honorables colegas sobre los efectos que puede producir el
acuerdo previo del Senado que se contempla en los artículos 1º y 4º. ¿No se
arriesga a caer, por esa vía, en las situaciones que en el pasado arriesgaban
hacer imposible el otorgamiento de la autorización de entrada de tropas
extranjeras al territorio nacional o la salida de las tropas chilenas al
extranjero?
Si en el futuro así sucede, esta intervención podría servir como argumento y
antecedente para solicitar del Ejecutivo, en su oportunidad, el envío de un
proyecto de ley que suprima el comentado requisito del acuerdo previo del
Senado.
Dentro de este contexto, como Diputado de Gobierno, votaré a favor del
presente proyecto de ley.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Juan
Pablo Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, el proyecto de ley relativo a normas que
permiten la entrada de tropas extranjeras al territorio nacional y la salida de
tropas nacionales del mismo, aunque en apariencia es simple y sencillo, en mi
opinión no lo es. Por eso, me sumo a las palabras del Diputado Schaulsohn y
de otros, en cuanto a la premura con que se está tratando esta iniciativa de
ley. Es muy negativo que un tema de tanta importancia sea tratado de esta
forma. No es simple porque, como bien sabemos, abordar la temática de
defensa nacional, en cualquiera de sus ámbitos, muchas veces se tiende a
interpretar corno un ataque a las Fuerzas Armadas. Es, quizás por desgracia,
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uno de los signos de estos tiempos; pero considero que inhibirse de realizar un
debate serio, le hace un flaco favor no sólo a la democracia y a este Poder del
Estado, sino también a las Fuerzas Armadas. Personalmente, no comparto ni
su enclaustramiento ni tampoco una reacción civilista, como ocurrió en el
pasado contra las Fuerzas Armadas.
Antes de entrar en la discusión en particular, es necesario hacer una reflexión.
No está en discusión la existencia de las Fuerzas Armadas ni su necesidad para
una política de seguridad nacional. Tampoco si lo más eficiente para el
cumplimiento de las responsabilidades de la defensa nacional se logra a través
de Fuerzas Armadas como las que tenernos hoy, que requieren el
reclutamiento de un porcentaje importante de sus integrantes, o si es mejor,
en términos de mayor eficiencia, otro tipo de Fuerzas Armadas. Pero este terna
tampoco está en debate ahora sí, es un terna de discusión -por desgracia se
aborda hoy en la misma forma como el año pasado- las políticas de defensa y
de seguridad nacional en un mundo muy cambiante, corno el de hoy, en el cual
las alianzas estratégicas de la segunda posguerra se han redefinido.
También está en debate el papel que le cabe a las Fuerzas Armadas dentro de
la definición de políticas de seguridad nacional, puesto que es una discusión
estratégica que nuestro país requiere.
En este debate, que debemos abordar con gran seriedad y respeto, tanto hacia
las Fuerzas Armadas corno a este Poder del Estado, hay tópicos de
trascendencia. En el mundo de hoy necesitarnos identificar cuáles son las
principales amenazas a la seguridad nacional. Esta identificación presupone
una nueva definición, socialmente compartida, de qué se entiende por
seguridad nacional. Creo que es obvio que hay diferentes concepciones del
concepto de seguridad nacional: algunas que se implementaron en el pasado
reciente, en mi particular opinión, no fueron las más felices. Es indispensable
modernizar y actualizar la definición dominante que existe sobre el concepto de
seguridad nacional y, en particular, a la luz de las transformaciones objetivas
que están ocurriendo en el mundo. Será en función de la identificación de esas
amenazas a nuestra seguridad nacional que deberemos definir el rol que cabe
a las Fuerzas Armadas en garantizar la seguridad de nuestra nación y, en ese
contexto, definir los énfasis que debe tener una política estratégica de defensa
nacional. No me cabe duda que las Fuerzas Armadas tienen funciones
importantísimas que asumir al respecto.
Definidas las responsabilidades de cada una de las instituciones de las Fuerzas
Armadas -en este nuevo contexto internacional les corresponden nuevas
funciones a ciertas instituciones, en particular a la Fuerza Aérea y a la Armada,
incluso un rol más preponderante del que han tenido en el pasado en relación
con el Ejército- se las debe dotar de los recursos necesarios para que cumplan
dignamente sus funciones con seriedad y responsabilidad.
Me detengo aquí un momento, porque en días recientes se ha generado un
debate, quizás falso o falaz, sobre este tópico; el tema del presupuesto de la
Defensa Nacional y de cómo se financian las Fuerzas Armadas. En verdad aquí
se juntan tres temas distintos:
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Un primer tema es la ley orgánica de las Fuerzas Armadas, el piso, el
compromiso asumido por el Presidente Aylwin, en el sentido de no alterarlo.
Uno puede compartir eso o no. Yo no fui parte de ese acuerdo. Tengo mis
opiniones, pero entiendo que hay un acuerdo del Gobierno.
Un segundo tema, absolutamente distinto, dice relación con la capacidad del
erario y con el porcentaje que debemos destinar, como país, a la defensa
nacional, a los miembros de las Fuerzas Armadas y a la necesidad de
adquisición de material bélico.
Un tercer tema -y aquí es donde hacía mis críticas sobre Ciertos debates que,
en mi opinión, han estado mal encaminados, y respecto de determinados
pronunciamientos que hemos conocido a través de la prensa en días recientes,
de parte de representantes de una de las ramas de las Fuerzas Armadas- es el
origen de los recursos que se destinan al presupuesto de las Fuerzas Armadas.
Todos sabernos que en el Congreso Nacional se debate la ley de Codelco y el
tema de la ley reservada del cobre. No está en discusión el monto de los
recursos para las Fuerzas Armadas, sino si corresponde a Codelco aportarlos o
si esa empresa lo debe hacer mediante un impuesto especial. Es una materia
que se debe discutir, y aprovecho este momento para hacerlo, porque antes no
ha habido tiempo para ello.
Honestamente, pienso que ha sido necesario dejar en claro estos puntos antes
de entrar al análisis del proyecto.
Pido comprensión al señor Ministro de Defensa Nacional, porque si hubiéramos
tenido más tiempo habríamos realizado este debate con mayor holgura.
En relación con algunas disposiciones del proyecto, siento que presuponen o
subyacen en ella un statu quo de nuestra inserción en el contexto internacional
desde la segunda posguerra a esta fecha. No quiero entrar en debate sobre el
rol que le cabe al Congreso Nacional y, en particular, a esta Cámara para dar o
no su acuerdo en este sentido.
A mi juicio, esta Corporación debe ser consultada respecto de las materias del
artículo 1º Tengo una duda sobre el articulo 2º, relativo a la operación Unitas,
,
y en relación con el articulo 4º que permite
la salida de tropas nacionales del
país.
Quiero referirme a otros temas específicos, no a la facultad del Congreso
Nacional, porque sobre el particular ya tengo una opinión y la he transmitido.
Deseo plantear la necesidad de incluir en este proyecto de ley, para garantizar
el respeto a ciertos tratados internacionales -nos recordaba el Diputado Pizarro
y es mi impresión, según la información que tengo, que no siempre se han
respetado-, una norma en cuanto a la prohibición total de presencia de armas
nucleares en aguas, espacio aéreo y territorio de jurisdicción nacional,
particularmente en aguas y en espacio aéreo.
- Me parece oportuno dejar explícito ese criterio, la conveniencia de ratificar
lo consagrado en el Tratado de Tlatelolco y la voluntad de esta Cámara de
asegurar que éste continúe siendo el único continente libre de armas
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nucleares. En anteriores ocasiones se ha abusado al respecto, y considero que
•
este es el momento de ratificar
nuestro compromiso sobre este punto. Por eso
he presentado con otros colegas indicaciones a los artículos 1º y 3º.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Señor Diputado, está en el tiempo de su
segundo discurso.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, termino con una reflexión. Quizás por
la naturaleza de nuestros acuerdos sobre las Operaciones Unitas esta materia
está incluida en el artículo 2º, cuando parecería natural que estuviera en el
artículo 1º. En el entendido de que las referidas Operaciones Unitas se
contemplan en el artículo 2º, creo que se requiere acuerdo de esta Cámara, no
digo ley, para participar en ellas, puesto que siento que la alianza que existe al
respecto no ha sido debatida en nuestro país. La alianza hemisférica puede ser
válida o no; puede ser una gran opción concordante con los proyectos de
acceso de Chile a un acuerdo de libre mercado con Estados Unidos, México y
Canadá, como puede ser contradictoria con una estrategia y programas de
seguridad y defensa regionales, es que tengan una mera perspectiva con los
intereses estratégicos de nuestro país. Espero que se clarifique este debate,
con lo cual no asumo una posición de los años 60 contra Estados Unidos. Les
pido a mis colegas de Oposición que así lo entiendan. Mi interés es que haya
un debate serio acerca de los intereses estratégicos de nuestro país acerca de
si son concordantes con los de los Estados Unidos, porque, como bien saben
varios miembros de las Fuerzas Armadas, los acuerdos con ese país antes de
1973 y de la Enmienda Kennedy permitieron que nos vendiera chatarra como
armas, armamento de segunda y de tercera categorías, dados de baja y, a lo
más, el único beneficio fue tener acceso a los sistemas y códigos de
comunicación de la OTAN. Es un debate oportuno que esta Cámara debe
realizar. Por desgracia, es ahora cuando podemos discutir esta materia, con
demasiada premura. Quizás, como una forma de salvar el punto para el
despacho de este proyecto de ley nuevamente se podría dar plazo hasta fines
de año -como el año pasado-, a fin de debatir realmente una política de
consenso nacional sobre los intereses de seguridad nacional y política ,de
defensa.
He dicho.
----- o ----ENTRADA DE TROPAS EXTRANJERAS EN EL TERRITORIO DE LA
REPUBLICA Y SALIDA DE TROPAS NACIONALES DEL MISMO. SEGUNDO
TRÁMITE CONSTITUCIONAL. (Continuación).
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor VieraGallo.
El señor VIERA-GALLO.- Señor Presidente, todos los debates en la Sala
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deben tener en cuenta el contexto histórico, político y social concreto dentro
del cual estamos funcionando.
En ese sentido, no se trata aquí de un debate abstracto sobre cuál sería la
mejor forma en que debiera funcionar un sistema democrático, sino de cuál es
la mejor norma que podemos dictar dentro de las condiciones concretas de
Chile. Hay que tener en cuenta que, no hace dos años, en el país imperaba un
régimen militar que había tenido el poder, por lo menos, durante 16 años.
Cuando se produjo el traspaso del poder y comenzó la transición, se
estableció alguna suerte de status entre las autoridades civiles y las Fuerzas
Armadas, al menos en 3 materias, de las cuales se recuerda muy bien el actual
Ministro de Defensa Nacional.
En primer lugar, en 1989 se acordó que los Comandantes en Jefe de las
Fuerzas Armadas gozaran, por un período determinado, de inamovilidad en sus
cargos. En segundo lugar, se acordó que hubiera una composición paritaria
entre autoridades civiles y militares en el Consejo de Seguridad Nacional,
modificando sus atribuciones. En tercer lugar, hubo un debate largo -y no
siempre fácil- sobre las normas de la Ley Orgánica Constitucional de las
Fuerzas Armadas que hoy rige.
Respecto de esa ley y de esas otras dos instituciones hubo un compromiso
para mantenemos dentro de lo que es su normativa.
En este contexto institucional se desarrolla hoy la vida política del país, y el
Gobierno, particularmente el Ministro de Defensa Nacional, se empeñan -y creo
que con mucho éxito- en ir normalizando las relaciones entre la sociedad civil y
las Fuerzas Armadas.
Eso supone, en primer lugar, que las Fuerzas Armadas reconozcan
plenamente la autoridad civil y política constituida y, en particular, que
reconozcan no sólo la autoridad del Presidente, sino la autoridad concreta del
Ministro de Defensa Nacional.
Todos recordamos que, al comienzo del mandato del Presidente Aylwin, se
pretendió, por parte de algunos altos jefes de las Fuerzas Armadas, establecer
una comunicación directa con el Presidente de la República, sin pasar por el
Ministro de Defensa. Eso se encuentra hoy plena y definitivamente superado,
como corresponde a la normativa constitucional vigente.
En segundo lugar, había que normalizar las relaciones entre las autoridades
civiles y las militares. Ahí ha cabido un papel preponderante al Poder Ejecutivo,
pero también ha tenido un rol el Poder Legislativo, papel muchas veces
incomprendido, a veces criticado. Desde un primer momento intentamos que
las Comisiones de Defensa de la Cámara y del Senado y las autoridades de
ambas Corporaciones tuvieran una relación normal con todas las instituciones
de la Defensa Nacional, cosa que hoy se encuentra plenamente establecida.
En tercer lugar, las instituciones militares chilenas, después de un período de
relación bastante difícil en el campo internacional, por el repudio que mereció
en materia de derechos humanos el régimen anterior, han ido restableciendo
esas .relaciones con las distintas instituciones militares de los países de
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América Latina, Estados Unidos y Europa. Ello no ha sido fácil. Todos
recordamos la Enmienda Kennedy. Tampoco ha sido fácil con Europa, pero
prácticamente se ha ido logrando el restablecimiento de relaciones normales.
En ese sentido las gestiones del señor Ministro de Defensa han sido de vital
importancia.
En cuarto lugar, ha sido muy importante que el debate sobre el presupuesto
militar, que tuvo lugar en la Cámara y en el Senado, haya sido con altura de
miras, materia en la cual salvo el problema de los funcionarios de la ex Central
Nacional de Informaciones que pasaban a una planta temporal del Ejército, no
hubo ningún otro cuestionamiento, por lo menos concreto, a las partidas del
Presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional.
Ha habido algunos señores Diputados, entre ellos el Diputado Vicente Sota,
de esta bancada, que ha planteado la necesidad de que las Fuerza Armadas de
Chile pudieran rebajar sus presupuestos para, con ese dinero, ir en beneficio
del gasto social. Pero ha sido un planteamiento de orden general. En su
momento, no fue un planteamiento específico, salvo el caso - como digo- de
los funcionarios de la ex CNI.
Todo ello ha determinado que hoy día las relaciones entre las autoridades
civiles y militares sean normales y que el país se encamine hacia una situación,
cada vez, de una mayor estabilidad democrática.
En este contexto hay que estudiar este proyecto. Ahora, ¿qué dice este
proyecto?
Que para que entren o salgan tropas del territorio nacional -así lo envió el
Ejecutivo- debe haber un decreto supremo del Presidente de la República con
las firmas de los Ministros de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores; es
decir, no se reconoce -porque no podría ser- una autonomía de la institución
militar para salir del territorio nacional o, a su vez, para hacer entrar tropas
extranjeras al mismo. Con ello, la autoridad del Presidente de la República en
el manejo de la defensa nacional y de las relaciones exteriores de Chile, está
plenamente establecida.
A esa explicitación de un precepto constitucional el Senado le agregó una
oración, según la cual, como norma general, para dictar el "aludido decreto
supremo deberá contarse con el acuerdo previo del Senado". Está en su
facultad porque, según la Constitución, el Senado puede entregar su parecer al
Presidente de la República cuando la Carta Fundamental o las leyes así se lo
permitan. En ese caso sería una ley la que permitiría al Senado decir "sí" o
"no" para que salieran tropas del territorio nacional o entraran a él.
La verdad es que esta autorización, que aparece absolutamente lógica en
una situación plenamente normalizada del funcionamiento de una democracia
como la nuestra -aun cuando esto en otras democracias también tiene sus
problemas, porque las emergencias en materias castrenses muchas veces son
más rápidas que la capacidad de los Parlamentos para funcionar- es percibido,
según entiendo, por los altos mandos de las Fuerzas Armadas, como que
habría un debate político en tomo a este problema al intervenir distintas
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fuerzas de Gobierno y Oposición para pronunciarse sobre la conveniencia
política de entrada o salida de tropas. Las Fuerzas Armadas -según en- tiendo,
salvo que el Ministro tenga otro juicio- preferirían que esto quedara entregado
al criterio del Presidente de la República, quien, además, tiene la calidad de
Generalísimo de ellas.
En segundo lugar, el proyecto viene ya con la modificación del Senado. El
papel de la Cámara de Diputados se establece en el artículo 6º, porque se dice
que las autorizaciones que se otorguen serán comunicadas oportunamente,
antes de la entrada o salida, al Senado y a la Cámara.
Ahora serán comunicados a la Cámara para que ésta ejerciere sus funciones
fiscalizadoras, y en el caso de que hubiera una imprudencia, una negligencia,
un error manifiesto o el compromiso de los intereses permanentes de Chile, en
la facultad que el Presidente de la República tiene, siempre la Cámara puede
acusar constitucionalmente al Ministro de Defensa, al Ministro de Relaciones
que firmó el decreto y, por último, si la situación llegara a un extremo máximo
de gravedad, al propio Presidente de la República.
No parece conveniente que a la autorización del Senado se sume la
autorización de esta Cámara. El debate que hoy hemos tenido sobre esta
materia viene a corroborar lo que señalo.
Sin embargo, el proyecto corno viene tiene dos problemas, respecto de los
cuales habría que hacer alguna precisión o por lo menos dejar constancia.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Señor Diputado, está en la hora de su
segundo discurso.
El señor VIERA-GALLO.- Gracias. En el artículo 2º se consigna cuándo no se
necesita la autorización del Senado, y pienso que la diferencia entre el artículo
1º y el artículo 2º no es clara y se puede prestar para muchas controversias.
En efecto, las operaciones conjuntas con las Fuerzas Armadas de los Estados
Unidos caen en el artículo 2º; ésa es, por lo menos hasta el momento, la
entrada de tropas más significativa en nuestra historia nacional, y sería curioso
que ello no requiriera la autorización del Senado. Sin embargo, así es, según
se dejó constancia en la historia de la discusión del proyecto en el Senado.
Entonces, la diferencia entre el artículo 1º y el artículo 2º no es nítida,
categórica y clara, y puede prestarse a controversias que no son convenientes
para las buenas relaciones con las propias instituciones militares.
Hay que dejar en claro -y lo comentaba hace algunos instantes con el señor
Ministro- que una cosa es la entrada y salida de tropas y otra serían las
comisiones de servicio de las altas autoridades militares que van al extranjero.
Si esas comisiones son de un cierto grupo significativo, la situación pudiera ser
limítrofe, en lo que se refiere a no saber cuándo se requiere la autorización del
Senado y cuándo no; por ejemplo, la participación de la Fuerza Aérea en la
misión de paz de Naciones Unidas, entre Irak y Kuwait. Eso, a juicio del
Gobierno, en el futuro, por ejemplo, si hubiera una operación de este tipo,
cabría en una simple comisión de servicio o se entiende que es una salida de
tropas, con todo lo que eso implica. Dado ese ejemplo, no es necesario hablar
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de otros temas un poco más conflictivos ocurridos en torno a viajes de algunos
de los altos mandos de las Fuerzas Armadas, en relación con los cuales alguna
persona pudiera pensar que requerirían de la autorización del Senado.
Este proyecto debió haberse discutido con mayor tiempo, pero también es
cierto que se mandó justo cuando estábamos ya ad portas de una operación
conjunta con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, cuya realización sin
ninguna dificultad es en el mejor interés nacional.
A pesar de estas ambigüedades del proyecto, debiéramos votarlo a favor y,
en un proyecto posterior -que incluso puede ser de origen parlamentario,
previa conversación con el Ministro de Defensa, para que este terna no se
politice y sea lo más conveniente para Chile y la consolidación de la
democracia- precisar algunos de los puntos de ambigüedad que, el día de
mañana, podrían prestarse para debates que no son útiles para el pleno
desarrollo de nuestra democracia.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor
Cardemil.
El señor CARDEMIL.- Señor Presidente, luego de lo expresado por el
Diputado señor Viera-Gallo, que complementa el informe del Diputado señor
Bartolucci, considero que debernos ahorramos las palabras -y agilizar el
despacho de este proyecto de ley. Por lo tanto, no intervendré, ya que el señor
Viera-Gallo me ha interpretado plenamente.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Peña.
El señor PEÑA.- Señor Presidente, entiendo que el Presidente titular, en
virtud de su cargo, pudiera tener algún tratamiento especial para los efectos
de que se superponga en la nónima de los inscritos, pero a mí me habría
correspondido hacer uso de la palabra hace bastante rato. Asumiendo esta
situación, señalaré un par de cosas, que fueron indicadas ayer en la Comisión.
En primer lugar, si bien es cierto esta indicación del Senado al artículo 1º
relativo a que el decreto supremo que se dicte para los efectos de permitir la
entrada de tropas extranjeras al territorio nacional deba tener el acuerdo
previo del Senado, no lo es menos que se aparta un poco del sentido que la
historia legislativa de este país le iba entregando paulatinamente, en especial
en los diferentes textos constitucionales, en cuanto al reconocimiento de una
facultad que se entendía cada vez más privativa del Presidente de la República.
Y así lo señalan dichos textos en el transcurso del tiempo. De tal manera que,
apartándose de ese sentido, el Senado recompone esta injerencia en una
facultad -repito- privativa del Presidente de la República y que dice relación
con su atribución reglamentaria.
Ahora, desde otro punto de vista, justificando la inclusión de la participación
del Senado, me inclino por la idea de que Su Excelencia el Presidente de la
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República, el Gobierno y todas las fuerzas políticas representadas en esta
Cámara, en todo lo que se refiere a legislar sobre materias que de alguna
manera envuelvan la relación entre el poder civil y el militar, requieren del
mayor consenso posible entre tales fuerzas políticas. Justifico, desde ese punto
de vista, esta inclusión del acuerdo del Senado en el artículo 1º.
Ahora, por una razón muy simple -y esto, por favor, que se entienda en la
idea de la discusión del proyecto- la soberanía popular en la forma como se
expresó el 14 de diciembre de 1989 en las elecciones, tanto parlamentarias
como presidenciales, de alguna manera se refleja mejor en la Cámara de
Diputados, y no así en el Senado. Otras podrán ser las explicaciones en que
podamos entrar en esta materia y que, en definitiva, nos van a llevar al hecho
de que ése fue en realidad el acuerdo o la transacción en virtud de la cual
transitamos hacia la democracia plena y hacia lo que hoy día estarnos
construyendo. De tal manera que sólo por la idea del consenso se justifica este
acuerdo previo del Senado, y en este sentido discrepo con el Honorable señor
Schaulsohn, en el sentido que él indicaba, hace poco rato, de que en esta
etapa de transición a la democracia teníamos que tratar de evitar la injerencia
-llamémoslo así- del poder militar con relación al poder civil.
Está claro que las Fuerzas Armadas de este país están supeditadas al poder
civil, y no hay mayor signo de esa subordinación precisamente que esta
facultad se le está entregando al Presidente de la República, quien, si, hoy, lo
mismo que la Cámara de Diputados, representa en mucho mejor forma lo que
es la expresión de la soberanía popular, que genera el poder civil.
Sólo desde el punto de vista legislativo creo que, efectivamente, el artículo
1º consagra la norma general respecto de la entrada de tropas extranjeras en
el territorio de la República. Pero dicha norma, conjuntamente con ese
carácter, tiene fundamentalmente un rango reglamentario, porque fija los
requisitos, que yo los he desglosado en letras a), b), c), d) y e), que son los
que deben cumplir este decreto supremo que dicte el Presidente de la
República:
Letra a). Previo informe y a propuesta de la Institución de la Defensa
Nacional que corresponda.
Letra b). Firmado por el Presidente de la República.
Letra c). Expedido por intermedio del Ministerio de Defensa Nacional.
Letra d). Suscrito también por el Ministro de Relaciones Exteriores.
Y letra e). Tener el acuerdo del Senado.
Si bien desde el punto de vista legislativo se puede entender como la norma
general, por su carácter reglamentario, se transforma, jurídicamente, en una
disposición de excepción. La regla general parece estar en el artículo 2º, en
términos de que, en la práctica -para los efectos de administrar bien esta
facultad que se le está entregando al Presidente de la República y al Ministro
de Defensa Nacional- nos va a indicar que el grueso de las situaciones, en
virtud de las cuales se permite la entrada de tropas extranjeras a nuestro
territorio nacional, van a estar encuadradas en una u otra de las situaciones
generales contempladas en el artículo 2º.
Por último, respecto de la salida de tropas nacionales, naturalmente que
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comparto la apreciación del Diputado señor Schaulsohn, en orden a que
también se debiera indicar la fuente de financiamiento en consideración a que
en el texto primitivo de esta iniciativa enviada por el Presidente de la República
a la Cámara Alta, ya que se señalaba en su artículo 42, el acuerdo previo del
Senado, toda vez que, además de ocupar recursos del Estado, allí también hay
riesgos de la vida de los contingentes y ciudadanos chilenos que, en un
momento determinado, pudieran salir del territorio nacional en alguna de las
misiones propias de su actividad militar.
Finalmente, expreso que el Honorable Diputado Letelier tenía mucha razón
en una serie de apreciaciones generales que él hacía respecto de lo que
debiera ser la opinión de la Cámara de Diputados, sobre una serie de materias
que no se han abordado en este Parlamento.
Efectivamente es así, pero como todo tiene su hora, es probable que el día
de mañana tengamos la oportunidad de discutir con tiempo, con la serenidad y
con la información que requiere una discusión de esa naturaleza y, a lo mejor,
está más próxima la oportunidad de lo que él pudiera suponer, que la que
ahora angustia al no extender esta discusión de esta iniciativa a materias que
le interesan y recordarle que la prensa nos informaba, hace pocos días, que el
Partido Socialista, al cual pertenece, estaba estudiando una serie de proyectos
de reforma constitucional, en virtud de los cuales tendremos la ocasión, si es
que se asume por la Cámara, la posibilidad de debatir esas u otras materias
relacionadas con la vinculación del poder civil y las Fuerzas Armadas,
fundamentalmente con el Consejo de Seguridad Nacional, su composición, sus
funciones, etcétera. Ahí tendremos la temática de fondo y podremos
pronunciamos al respecto.
Señor Presidente, concedo una interrupción al señor Schaulsohn.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Puede hacer uso de la interrupción el señor
Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.- Señor Presidente, solo quiero precisar algunos
conceptos.
En primer lugar estimo que no es conveniente hablar de “intrusión” del
Senado. Esta absolutamente claro que, de acuerdo con el texto constitucional,
a dicha Corporación le corresponde otorgar su acuerdo a los actos del
Presidente de la República.
En segundo lugar, el Honorable Diputado señor Peña ha hecho una precisión
muy importante. El articulo 2º, en cierto modo, “borra con el codo lo que se
escribe con la mano” en el articulo 1º, porque establece una serie de
excepciones respecto de las cuales ni siquiera se requiere el acuerdo del
Senado. Hago presente a la Sala que formulé una indicación para eliminar la
frase “viajes de instrucción o logística”, del articulo 2º, de manera que la
entrada de tropas extranjeras para ese efecto también requiera acuerdo del
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Poder Legislativo.
En tercer lugar, me sorprende que parlamentarios de la Concertación, e incluso
de mi propio Partido, asuman la defensa de las bases fundamentales de la
transición, que todos compartimos, en circunstancias que es en el Senado de la
República -allí los sectores que podrían denominarse más adictos al régimen
anterior tienen mayoría- donde se aprobó la norma de que sea dicha
Corporación la que se pronuncie cuando se trata de ingreso y salida de tropas.
Señalo esto por algo que me parece muy necesario rescatar. Hay ciertas
materias que en la medida en que las discutimos en el Parlamento ya no están
vinculadas al pasado, sino que tiene que ver con la forma cómo construimos un
ordenamiento jurídico hacia el futuro. En eso también hemos demostrado
capacidad de ponemos de acuerdo.
Considero un argumento impropio sostener que el Poder Legislativo no puede
tener una opinión respecto del ingreso o salida de tropas, porque esto afectaría
las bases fundamentales de la transición.
Por último, a modo de explicación, especialmente para el señor Ministro -de
quien tengo la mejor opinión y profeso sentimientos de amistad, toda la
lentitud y el retraso que hoy hemos sufrido en el debate de este proyecto se
debe, precisamente, a que la discusión inmediata para- liza el trabajo de las
Comisiones del Congreso, en especial desde que acordamos sesionar en las
mañanas y dejar las tardes para el trabajo de las Comisiones. En
consecuencia, se crean problemas que al final inciden en el adecuado
tratamiento de los proyectos, lo que espero que el Ejecutivo tenga en cuenta
en el futuro.
Gracias, Honorable Diputado señor Peña.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Recupera el uso de la palabra el Diputado
señor Peña.
El señor PEÑA.- Sólo para terminar. En primer lugar, el artículo 2º indica: "Si
la entrada obedece a la celebración de efemérides nacionales, viajes de
instrucción o logística...", la calificación de estos viajes no correspondería
necesariamente a nuestras autoridades de la Defensa o a las ramas de las
Fuerzas Armadas. Sobre esto debo señalar que la ley se caracteriza por regir
en el territorio chileno y es obligatoria para todas las instituciones nacionales.
Por último, en virtud de las consideraciones que he esgrimido en el curso de mi
intervención, el Comité del Partido Radical y de la Social Democracia dará su
aprobación al proyecto de ley despachado por el Honorable Senado.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Teodoro
Ribera.
El señor RIBERA.- Señor Presidente, antes que nada quiero aclarar que la
opinión que entregaré es personal y obedece a la intención e fijar reglas que
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no estén vinculadas al momento histórico que hoy vivimos, ni tampoco a las
situaciones de representación política que se dan en el Senado y en la Cámara.
Una materia como ésta debe ser regulada de tal manera que, por un lado,
salvaguarde nuestra facultad fiscalizadora y, por otro, establezca un sistema
que, a futuro, sea el mejor para todos los tiempos.
En primer término, quiero recalcar que considero abusiva la forma como se ha
tramitado este proyecto en la Cámara. La iniciativa fue enviada al Honorable
Senado el día 5 de junio y éste lo remitió a la Cámara el 18 de junio. Es decir,
el Senado dispuso de 13 días para tratarla. Luego, el Presidente de la
República lo califica de "discusión inmediata" y quiere que la aprobemos en un
día.
No sé si esta urgencia será necesaria por alguna razón en particular, pero un
proyecto de esta trascendencia no puede ser discutido por la Cámara en un
día. Es complejo y respecto de él hay interpretaciones distintas, no sólo del rol
de las Fuerzas Armadas, sino de la vinculación que éstas deben tener con la
Cámara y el Senado.
Por último, es pernicioso para la labor que debernos desarrollar que se nos
ponga un plazo tan breve para discutir un proyecto, cuando el Senado -insistotuvo 13 días; en cambio, nosotros debernos despacharlo en un día.
Enseguida, haré algunas observaciones respecto del proyecto. Hasta el año
1970 se dictaban leyes especiales para la salida de tropas nacionales al
extranjero y el ingreso de tropas extranjeras a Chile. Esto estaba en el artículo
44, número 10) y 11). En el año 1970 se modifica la legislación y se establece
el criterio de una ley general.
La regulación actual, según los constitucionalistas, tendría por objeto engarzar
lo que se establece en el artículo 60, número 13), de la Constitución con ese
artículo 44, modificado en el año 1970.
Antes de ir al fondo del asunto, quiero dar una pequeña explicación de cómo
está dada hoy la relación entre las Fuerzas Armadas con el poder civil. Por un
lado, en el artículo 90, inciso segundo, se expresa que "Las Fuerzas Armadas
están integradas sólo por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea...".
Luego señala sus finalidades, lo que es importante para entender y establecer
claramente el marco de regulación. Agrega: "... existen para la defensa de la
Patria, son esenciales para la seguridad nacional y garantizan el orden
institucional de la República". O sea, son tres las finalidades por las cuales
existen las Fuerzas Armadas: la defensa de la Patria, la seguridad Nacional y el
orden institucional de la República. Tienen, además, un rol subsidiario en lo
que respecta a las Fuerzas de Orden y Seguridad, en el sentido de que también
colaboran en la defensa. O sea, se integran a Carabineros "para garantizar el
orden institucional de la República".
¿Por qué señalo esto, señor Presidente? Porque pienso que es materia de
discusión la participación de las Fuerzas Armadas chilenas en posibles acciones
bélicas fuera del marco geográfico y de los fines para los cuales han sido
instituidas por la Nación.
En otras palabras, pongo en duda, por lo menos siembro la duda y manifiesto
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mi preocupación de que puedan hacerse participar a las Fuerzas Armadas
chilenas en conflictos bélicos en los cuales no esté en juego ni la defensa de la
Patria ni la seguridad nacional, ni tampoco el orden institucional de la
República.
Digo esto porque Chile ha celebrado convenios en virtud del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca y con las Naciones Unidas, por los
cuales nos podríamos ver obligados a enviar personal de las Fuerzas Armadas
para que participaran, ya sea en el marco geográfico del Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca o en otras latitudes, toda vez que estos
tratados son anteriores a la Constitución. Por eso es necesario buscar una
interpretación que se avenga con el texto constitucional. Las Fuerzas Armadas,
según mi criterio, no pueden ser empleadas para fines distintos de los que
expresamente consagra la Carta Fundamental.
Quiero destacar otro elemento, con el objeto de que sea considerado en el
momento de votar este proyecto. La vinculación que hoy tienen las Fuerzas
Armadas con el Congreso Nacional es de nimia importancia comparada con la
que existía de acuerdo con la Constitución de 1925. En la actualidad, los
ascensos y las designaciones de los comandantes en jefe es materia de
decisión exclusiva del Presidente de la República, dentro de los márgenes
establecidos en el artículo 23 de la Constitutión, respecto de los comandantes
en jefe y en el artículo 94 de las leyes orgánicas respectivas, con relación a los
ascensos.
Antes, según lo dispuesto en el artículo 72, Nº 7 de la Constitución, el Senado
participaba en la designación de cargos y ascensos. Es decir, había un mayor
equiparamiento de la participación del Senado y de la Cámara, en resumidas
cuentas, del Congreso Nacional, en la designación de los altos cargos. Hoy esa
vinculación es más estrecha: exclusivamente con el Presidente de la República.
La participación del Congreso Nacional se ha visto reducida principalmente a
dos atribuciones: por un lado, el artículo 60, número 13, que se ha invocado
para tramitar este proyecto de ley y, por el otro, el artículo 60, número 15,
que establece que se requerirá de una ley para la declaración de guerra. A mi
juicio, ambas normas están vinculadas entre sí.
De más está señalar que comparto la opinión del colega Schaulsohn, en el
sentido de que el Senado puede regular su participación, de acuerdo con el
artículo 49, número 5. Primero otorga la autorización al Primer Mandatario
mediante la fórmula "Otorgo autorización al Presidente de la República", y
luego exige su participación sobre la base de esa condición.
Desde mi punto de vista, el proyecto adolece de un error. Por un lado,
concuerdo con el criterio de que es necesario flexibilizar, corno lo ha hecho la
actual Carta Fundamental, el ingreso y salida de tropas del territorio nacional.
Es conveniente evitar que en cada momento se exija una ley especial. Pero
también es importante resguardar los derechos de la Cámara y del Congreso
Nacional en cuanto a las finalidades por las cuales salen e ingresan tropas al
territorio nacional. No da lo mismo la finalidad por la cual salen, por ejemplo.
En otras palabras, estoy de acuerdo con lo establecido en los artículos 2º y 5º
del proyecto, que regulan la salida e ingreso de tropas al territorio nacional,
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referentes a viajes de instrucción o logística, actos de cortesía internacional o
el cumplimiento de acuerdos de intercambio militar. Esa materia debe
flexibilizarse en los términos indicados en esta iniciativa, para permitir que,
respecto de actos de cortesía, de participación y de vinculación entre las
Fuerzas Armadas, el Presidente de la República otorgue las autorizaciones
respectivas.
Los artículos 1º y 4º contemplan los casos genéricos, pues no dicen para qué
salen las tropas del territorio nacional ni por qué ingresan tropas extranjeras.
No me parece adecuada la regulación. Aquí hay una gran diferencia.
Quiero vincular lo anterior con el artículo 60, número 15, referente a la
declaración de guerra. ¿Por qué? Porque de acuerdo con la ley en estudio, la
salida de tropas chilenas al extranjero para fines distintos de los señalados en
el artículo 5º del proyecto sería determinada por el Presidente de la República.
Bien sabemos que hoy día hay guerras sin violencia y violencia bélica sin
guerra. Por ejemplo, la declaración de guerra de Chile a Japón fue una guerra
sin violencia; el caso de las Islas Malvinas, una violencia bélica sin guerra.
Estamos abriendo una válvula que permitirá la participación de Fuerzas
Armadas chilenas en conflictos bélicos, sin necesidad de que previamente se
haga la declaración de guerra. Significa prescindir de una de las pocas
atribuciones que tiene la Cámara para ejercer un mayor control sobre las
Fuerzas Armadas de Chile, que son de todos.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Señor Diputado, ha terminado el tiempo de
su primer discurso; puede continuar en el tiempo de su segundo discurso.
El señor RIBERA.- Es importante definir los ámbitos. Los artículos 1º y 4º no
me satisfacen, por su forma genérica de regulación. Es necesario vincularlos
expresamente con el número 15) del artículo 60, establecer una nueva
regulación y salvaguardar en mejor forma la única y posible participación de la
Cámara en las autorizaciones que se nos solicitan.
En lugar de esta regulación propongo establecer como norma genérica que se
requiera ley -la Constitución no es clara en el sentido de prohibimos- para
casos particulares. Dice que se dictarán normas para permitir la entrada de
tropas extranjeras al territorio de la República, como, asimismo, la salida de
tropas nacionales fuera de él.
En la salida y entrada sin fines específicos, nosotros, el Congreso Nacional,
debemos resguardar las atribuciones para decidir si salen o si entran. En los
fines preestablecidos, que no engloben atribuciones específicas de nuestra
Corporación, debemos otorgar las autorizaciones de antemano. Flexibilizamos
el sistema, pero resguardamos las atribuciones nuestras.
Por eso he presentado algunas indicaciones en este sentido, pues es la mejor
forma de resguardar las pocas atribuciones que sobre la materia tiene el
Congreso Nacional y la Cámara, en particular.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
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Defensa.
El señor ELGUETA.- Le solicité una interrupción, señor Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Con la venia del señor Ministro, tiene la
palabra, Su Señoría.
El señor ELGUETA.- Señor Presidente, el Diputado señor Ribera afirmó que en
la Constitución de 1925 la vinculación de las Fuerzas Armadas con el Congreso
era nimia. Le pregunto, ¿ahora son nimias?
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Diputado señor Elgueta, le ruego dirigir- se
a la Mesa.
El señor ELGUETA.- ¿Quiso decir que eran excesivas, abundantes, o que son
grandes o pequeñas?
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
Defensa, salvo que conceda una interrupción al Diputado señor Ribera.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Se la concedo, señor
Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Ribera.
El señor RIBERA.- Señor Presidente, he señalado que hoy las vinculaciones de
control del Congreso Nacional con las Fuerzas Armadas son nimias,
insignificantes, disminuidas en comparación con las que existían
anteriormente. Esta es la relación que he señalado.
Por eso, es inconveniente que regulemos las pocas atribuciones que tenemos
de manera tal que prescindamos también de parte de ellas.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
Defensa.
El señor ELGUETA.- Pido una interrupción.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Por la vía de la interrupción, tiene la palabra
el Diputado señor Elgueta.
El señor ELGUETA.- Dice el Diputado señor Ribera que actualmente las
relaciones son nimias, es decir, insignificantes; pero en el diccionario leo que
"nimio","nimia", significan excesivo, abundante, exagerado, etcétera.
Es lo que deseaba señalar.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
Defensa.
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El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Señor Presidente, agradezco
la oportunidad de dirigirme a la Cámara de Diputados, a quince meses de
iniciado el Gobierno del Presidente Aylwin, para traer una materia de ley de
ámbito muy específico, fijado por la Constitución Política que nos rige desde
1980.
Para no caer en demasiados análisis, que se extiendan más allá de los límites
circunscritos del proyecto, sin que esto implique despreciar la necesidad, la
conveniencia, la utilidad de debatir, que todos reconocernos, me alegro mucho
de que en el Congreso Nacional se comparta -Gobierno, Congreso, sectores
políticos y Fuerzas Armadas mismas- la política de defensa del actual régimen.
La situación internacional nueva que vive el mundo y sus repercusiones de
grandes transformaciones que está experimentando el orden internacional, en
materias que involucran, sin duda alguna, áreas de gran interés para el futuro
del país y de sus ciudadanos, es un margen de debate que excede, con mucho,
la concentración del ámbito del proyecto de ley que traigo a la consideración
de la Cámara de Diputados.
Por las razones expuestas, como lo hice presente a los señores Presidentes de
las Comisiones de Defensa de la Cámara y del Senado, con motivo del viaje
que realicé al Departamento de Defensa de los Estados Unidos, en el mes de
marzo pasado, con mucho gusto, en cada oportunidad, concurriré al Congreso
a exponer acerca de las grandes cuestiones que, sin duda alguna, son motivo
de preocupación compartida, entre las cuales está hoy el tema que nos
preocupa, regido, a mi juicio, por un gran signo de acuerdo, de entendimiento
y, por supuesto, de reencuentro bastante civilizado.
Por eso, voy a concentrar mis obligaciones y aclaraciones en las diversas
observaciones de los señores Diputados, en relación con materias de fondo y
de forma del proyecto de ley sobre entrada y salida de tropas del territorio
nacional. En primer lugar, sobre cuestiones de fondo que tienen que ver con la
política de defensa, definida en documentos, discursos, intervenciones, charlas,
conferencias, etcétera, tanto por el Ministro que habla como por el señor
Presidente de la República.
De ellas, sólo quiero sacar dos objetivos muy centrales de la política de
defensa del régimen actual.
Uno, la necesidad de concentración de las Fuerzas Armadas en sus tareas
profesionales, lo que exige una multiplicación del esfuerzo de apoyo de todos
los sectores, respecto de sus necesidades de entrenamiento, capacitación,
equipamiento, dotación, etcétera.
En virtud de la necesidad de concentración profesional, de capacitación
permanente de los uniformados, es indispensable el intercambio profesional, el
contacto de nuestros institutos armados con instituciones congéneres de países
de gran potencial, de gran experiencia profesional-militar, de los cuales
podemos recibir un enorme beneficio.
Este objetivo central se cumple parcialmente con la legislación que está a
consideración de la Honorable Cámara.
El segundo objetivo de fondo de la política de defensa actual, es la necesidad
de que la legislación y todos los actos del Gobierno y de la sociedad civil, en su
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relación con las Fuerzas Armadas, tengan el mayor consenso posible; que
reflejen el grado de entendimiento con que Chile hoy desarrolla su democracia,
de manera sana y vigorosa, con una economía, a su vez, con mejorías sin duda
alguna destacables.
El funcionamiento de las Fuerzas Armadas, como lo ha dicho el señor
Presidente de la Cámara está regido por una condición de normalidad, de un
valor extraordinario para todos los sectores del país. Sobre la base de los dos
objetivos de fondo, que se pretende cumplir parcialmente con esta legislación,
entro al análisis del proyecto.
En respuesta a algunas observaciones de algunos señores Diputados -no
necesito individualizarlos; las tengo todas anotadas-, el proyecto tiene como
característica fundamental que repite, prácticamente, la redacción del que
trató el Congreso Nacional, la Cámara y el Senado, el año pasado, aprobado
sólo con la limitación del plazo hasta el 31 de diciembre de 1990. Es decir,
estamos ante un texto igual al del año pasado, salvo algunas variaciones, que
describiré.
Desde el año pasado, hemos reflexionado acerca del momento de enviar el
proyecto al Congreso Nacional. Ha sido nuestro trabajo durante todo este
tiempo, más otras tareas que exige el desempeño de Ministro de Defensa
Nacional en este período institucional.
Por lo tanto, no hay variación sustancial, salvo en las cuestiones de fondo, que
se han planteado y no son motivo de controversia.
En segundo lugar, la discusión inmediata se solicitó a sugerencia del señor
Presidente de la Cámara, que agradezco mucho.
Es evidente que en primer trámite constitucional, en la Cámara o en el Senado,
algunos proyectos no precisan urgencia, salvo por motivos excepcionales de
alguna legislación como la despachada en la mañana.
En este caso, se solicitó simple urgencia ante el Senado; pero, una vez
conocida la opinión de su Comisión de Defensa, que fue unánime, de todos los
sectores políticos del Congreso, se pensó que era evidente que existía amplia
base de consenso sobre una legislación que se repite desde el año pasado.
Sobre todo, teniendo en cuenta la observación mía en el tratamiento del
proyecto anterior, en el sentido de requerir mayor injerencia del Senado en
relación con estas materias; situación definida por el Presidente de la
República, aun sabiendo perfectamente bien que el artículo 32, Nº 17), de la
Constitución actual, le entrega el manejo de las relaciones internacionales, y
que el artículo 60, Nº 13), antes de señalar las normas de entrada y salida de
tropas, establece que es él el que dispone de las fuerzas de aire, mar y tierra.
A pesar de la potestad presidencial, muy clara y definida en la Constitución, el
Presidente de la República recogió la apreciación del Senado, aún más allá de
lo sugerido por él el año pasado.
La observación del Senado giró en torno a lo dispuesto en el artículo 49 de la
Constitución Política actual, en cuanto a que el Senado tiene facultades para
ser consultado por el Presidente de la República para dar informes al Ejecutivo,
en los casos en que éste los solicite. Con esto quiero decir que el Primer
Mandatario pudo haber indicado en el proyecto de ley que iba a usar estas
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disposiciones del artículo 49, que no son vinculantes, por cuanto, cualquiera
que sea el carácter con que se evacue el informe del Senado, no lo obligan a
adoptar la decisión del Senado de la República.
En este caso, el Presidente fue más allá. Tratándose de la salida de tropas de
nuestro país, quiso que la autorización tuviese el trámite previo de un acuerdo
del Senado, que es absolutamente vinculante. Es decir, si el Senado de la
República no da su voto favorable, no se puede autorizar la salida de tropas
fuera del territorio nacional.
Por eso, en este punto hay pleno consenso de los distintos sectores políticos,
se cuenta con la aprobación unánime del Senado, y toda la cuestión se centró
en el artículo 1º. Quiero señalar, con mucha claridad, que sin duda representan
situaciones diferentes la salida de tropas de nuestro territorio y la entrada de
ellas en él. ¿Por qué? Porque, por citar un ejemplo, el envío eventual de
unidades de nuestras Fuerzas Armadas a la etapa de bloqueo del Golfo Pérsico
habría podido significar riesgos de vidas y la contingencia de decidir, de
acuerdo con normas claramente delimitadas en la Constitución, si entrar o no
en un conflicto bélico, decisión que exige el acuerdo previo de ambas ramas
del Congreso Nacional.
En ese sentido, el riesgo de salida es mayor, involucra situaciones de peligro,
de pérdida de unidades que pueden tener alto costo y alta significación para la
defensa y la seguridad de nuestro país. Por eso, no se puede comparar la
situación de salida con la de entrada de tropas. Aquellas se relacionan
fundamentalmente -y nunca dejará de se así-, con misiones pacíficas, de
entrenamiento, de capacitación, de ejercicios combinados o conjuntos con
nuestras Fuerzas Armadas con las de otros países.
Por la diferencia absoluta de circunstancias y de riesgos, se estableció que la
salida de tropas Contara con el acuerdo previo del Senado; pero no así el de
entrada de tropas, por una situación de mayor frecuencia y realidad del
manejo de este sector. Muchas veces, estas operaciones son planificadas y
tienen fechas preestablecidas con bastante anterioridad. Pero otras veces no
ocurre así, y estas situaciones pueden producirse en plazos relativamente
breves, en que se ofrece la oportunidad para que nuestras Fuerzas Armadas
realicen estos ejercicios conjuntos que siempre son de interés profesional y
demandarán el informe del Comandante en Jefe respectivo y la decisión de la
autoridad para dictar el decreto. Por eso, hicimos presente que no veíamos una
ventaja en esta proposición del Senado.
No quiero hacer mayor cuestión en la circunstancia -a mi juicio importante- de
que este proyecto de ley requirió de un trámite previo a la consideración del
Senado, que fue el informe del Consejo de Seguridad Nacional, establecido en
nuestra Constitución Política. Tampoco quiero hacer mayor cuestión en que el
proyecto original -con la consideración que señalo de diferencia de tratamiento
del acuerdo previo de Senado entre la entrada y la salida de tropas- contó con
la aprobación unánime del Consejo de Seguridad Nacional, Presidido por el
Presidente de la República, y de sus altos componentes: el Presidente de la
Corte Suprema, el Presidente del Senado, el Contralor General de la República,
los señores Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas y el General Director
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de Carabineros. Esa situación ameritaría señalar que este proyecto no fue
tratado ni revisado con ligereza, por cuanto debo recalcar que, a su vez, tuvo
un análisis muy detallado a nivel de los auditores de cada una de las ramas de
las Fuerzas Armadas y de Carabineros, para el informe que pidió el Consejo de
Seguridad Nacional.
Con todo, en las situaciones que estoy explicando, el acuerdo del artículo 2º y
su redacción son fundamentales, porque representan el caso más frecuente y
de mayor cambio entre la situación del año 1925 y el año 1990.
En 1925, estos ejercicios combinados y la entrada de tropas a Chile eran un
hecho excepcional, a tal punto de que, como lo leyó el Diputado señor Pizarro,
el gran y estimado amigo don Alejandro Silva Bascuñan señaló que una de las
razones del constitucionalista de 1925 para establecer esta ley en cada caso,
era que la entrada de tropas podía significar un peligro para la seguridad o la
convivencia nacional.
El mismo constitucionalista, don Alejandro Silva Bascuñan, fue consultado por
este Ministro de Defensa respecto de este proyecto, quien opinó que la reforma
de enero de 1970, de la Constitución de 1925, cambiaba el espíritu y la
naturaleza de estas disposiciones originales a una nueva manera de ver las
cosas, en la que sólo por ley se debían dictar normas, a fin de no caer más en
leyes especiales para cada autorización de entrada o salida de tropas. Además,
expresó que el cambio en todo el mundo profesional militar, tanto nacional
corno internacional, exige, por razones de entrenamiento y capacitación
permanentes de nuestras Fuerzas Armadas, multiplicar estos contactos y crear
facilidades para que ellos se ejecuten sin demasiadas instancias previas que
puedan ser muy limitantes, o incluso negativas, respecto de esos intereses de
desarrollo institucional, que todos compartimos.
En ese sentido, ante la decisión unánime del Senado, Su Excelencia el
Presidente de la República y el Ministro que habla han creído conveniente que
no se haga ninguna 'modificación, si la Cámara así lo estima, por supuesto, al
texto unánime- mente aprobado por el Senado. Creemos que la redacción del
artículo 2º, permite que los acuerdos de intercambio militar sean suficientes
requisitos para la autorización de más frecuentes ejercicios, como los relativos
a las Operaciones Unitas y a las Fuerzas Combinadas. Este último se realizará
este fin de mes entre el Ejército de Chile y el de los Estados Unidos; es un
ejercicio táctico de poca monta, con muy pocos hombres concentrados en un
tema más bien médico-militar, de atención y evacuación de heridos de un
presunto campo de batalla.
Estas operaciones, de ninguna manera, ponen en peligro la seguridad nacional.
Por eso el Ejecutivo solicita de esta Honorable Cámara que apruebe el proyecto
en la forma en que el Senado de la República lo despachó, sin ulteriores
modificaciones.
Señor Presidente, hay preocupación respecto de que éstas materias, de gran
envergadura y de mucho compromiso, pueden ser discutibles.
Yo no tengo la idea de que nuestras Fuerzas Armadas no poseen una
significación fundamental en la seguridad y en la soberanía de nuestro país.
Soy el encargado de conducir este sector. Esa es mi obligación fundamental.
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Pero también recuerdo que países con situaciones de peligros y amenazas de
tipo internacional extraordinariamente mayores que las de Chile, que vive, por
fortuna, una etapa de paz y de buena relación vecinal -lo cual no evita la
necesidad de tener unas Fuerzas Armadas en el estado de capacidad, de
disuasión y de defensa que corresponde-, esos países no tienen limitaciones
casi de ningún tipo legal para disponer de sus fuerzas militares en la forma que
ellos consideren conveniente a sus intereses.
El ejemplo más ilustrativo es la autorización para enviar 500 mil hombres de
las Fuerzas Armadas norteamericanas al Golfo Pérsico, a Saudiarabia y a otros
países, dada por el Presidente Bush, sin notificación ni acuerdo previo de
ninguna rama del Congreso de los Estados Unidos.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Señor Ministro, el Diputado Ribera le
solicita una interrupción.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Con todo gusto.
El señor RIBERA.- Solamente una pequeña pregunta. Señor Ministro, usted
recientemente señaló el caso de los Estado Unidos, en que 500 mil hombres
fueron enviados al Golfo Pérsico con autorización presidencial. Un caso
semejante es lo que, en realidad, queremos evitar en Chile.
Mi pregunta concreta es la siguiente. De acuerdo con el artículo 4º del
proyecto, que establece la salida genérica de Fuerzas Armadas chilenas al
extranjero, sin los fines específicos que se determinan en el artículo 5º, ¿se
permitirá o no el envío de tropas chilenas a zonas de conflicto? Es decir,
¿podría con este artículo 4º ser enviado personal militar chileno a cumplir
funciones profesionales, a participar en acciones bélicas, sin una declaración de
guerra, porque bien sabemos que hay acciones bélicas sin declaración de
guerra?
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Recupera el uso de la palabra el señor
Ministro de Defensa Nacional.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Responderé de inmediato.
Las Fuerzas Armadas de Chile y de todo el mundo tienen como deber
fundamental la defensa de la soberanía y de los intereses nacionales; pero
también tienen la obligación profesional, frecuente, repetida y conocida en la
historia, de involucrarse en conflictos que puedan ocurrir fuera del territorio
nacional. Eso es parte de la vida profesional militar, sobre todo respecto del
tema del ordenamiento internacional regido por Naciones Unidas y por el
Tratado de Asistencia Recíproca, que involucra posibilidades de que esa
situación pueda ocurrir.
La respuesta es sí, porque son profesionales militares.
Lo que está en discusión es otra cosa: bajo qué condiciones se autoriza la
salida de tropas, lo cual puede o no desembocar en determinadas situaciones
que los profesionales de las Fuerzas Armadas deben enfrentar ocasionalmente
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por las circunstancias que vive cada país.
El artículo 2º, en relación con el 1º, establece una diferencia de tratamiento.
Esto, no significa que sea una norma de rango superior o inferior. Sin duda
alguna, el segundo es casuístico y el primero no lo es. Es una norma común,
pero establecerá, indudablemente, una situación de tratamiento diferente en el
caso de países con los que tenemos acuerdos militares, como los Estados
Unidos de América, después del levantamiento de la Enmienda Kennedy. Junto
con otros Ministros de Gobierno actual, nos involucramos hasta obtener que las
Fuerzas Armadas de Chile no sufrieran los efectos del embargo que las afectó
durante tan largo tiempo. Tampoco haré referencia a las razones por las cuales
se aprobó esa Enmienda en el Congreso de los Estados Unidos. En ese caso, el
intercambio militar del artículo 2º operará: pero en el caso de otros países con
los que no tengamos acuerdo militar, operara el articulo 1º. Esa es toda la
diferencia casuística que puede ocurrir.
,
Aparte de solicitar que se apruebe el proyecto de ley en la misma forma en que
fue votado unánimemente en el Senado, quiero pedir que esta Cámara, en la
historia de la ley, deje perfecta constancia y registro -así como lo hizo el
Senado- de que el Ministro de Defensa que habla comprende que el concepto
de "acuerdo militar'' rige plenamente, entendiéndose por ello todo lo que
corresponde a esa jerga, lo cual será juzgado, como corresponde, por la
Contraloría General de la República al tramitar o no los decretos
correspondientes que ordenen esas operaciones conjuntas o combinadas. Esto
involucra el acuerdo existente de las Operaciones Unitas el ejercicio de las
fuerzas del Ejército de Chile y de los Estados Unidos de este año y, asimismo,
toda forma de entrenamiento o ejercicios que, dentro de los acuerdos
militares, se resuelvan efectuar entre la República de Chile y otros países, a
nivel de sus Ministerios de Defensa o de sus Fuerzas Armadas.
Por último, quiero dar respuesta a algunas de las cuestiones planteadas.
No deseo entrar en consideraciones acerca de las facultades del Senado o de
la Cámara de Diputados en relación con este tema. No es mi ámbito ni mi
ánimo discutir ese tipo de materias con motivo de este proyecto de ley.
Ustedes son soberanos para decirlo. Pero sí quiero responder algunas
observaciones formuladas en esta Sala.
Respecto del costo y financiamiento de la salida de tropas, es evidente que ello
está regido por una serie de disposiciones que nada tienen que ver con
proyectos de ley, sino con otra legislación vigente. Es decir, hay leyes que
ordenan que en toda Comisión de Servicio al extranjero, -como en el caso de
este artículo, que dispone la salida de tropas; y así se hace en cada
oportunidad-, debe señalarse el monto del gasto, el ítem del Presupuesto y la
disponibilidad de recursos de la institución para acometerla. Si esa información
no se indica en el decreto, la Contraloría General de la República no toma
razón de él.
En cuanto al artículo 1º un señor Diputado observó que podría no saberse el
significado del envío de tropas fuera del país. Eso es imposible, porque su
inciso final, aunque no hubiese existido establece: "El decreto supremo que
autorice el ingreso de tropas deberá fijar el objeto, plazo y modalidades del
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mismo". Por lo tanto, al darse cumplimiento al inciso final del artículo, en
cuanto a informar a las respectivas Cámaras, el Congreso Nacional tendrá
pleno conocimiento acerca de los riesgos o eventualidades de conflicto que
representan cada una de las autorizaciones.
Deseo comentar, con el debido respeto, otras apreciaciones, que parecen
ser como de disenso con el fondo del proyecto, aunque yo no las aprecio así.
Una es la relativa a los materiales nucleares y a su prohibición de ingreso a
nuestro país. Esta materia no necesita ser reiterada en este proyecto de ley
por no ser estrictamente conexa y estar regulada por nuestra suscripción,
corno República, al Tratado de Tlatelolco de no proliferación nuclear en
América Latina. Nuestro país ha suscrito ese Tratado, pero no lo ha ratificado ése es el motivo por el cual no ha entrado en vigor- por una razón de
conveniencia internacional que no creo que sea la oportunidad de dar a
conocer. Sí puedo señalar que corresponda al espíritu con que, en relación con
esta materia, el Presidente Aylwin se dirigió a los Presidentes Collor de Mello y
Menem, por cuanto nuestros países vecinos y amigos, Argentina y Brasil, están
en una situación semejantes: han suscrito el referido Tratado, pero no lo han
ratificado. Nuestro deseo, corno Gobierno, es efectuar negociaciones paralelas,
de manera que los tres países podamos ratificar y poner en vigor el Tratado de
Tlatelolco en la misma oportunidad, y no diferenciar en el tiempo dicha
aprobación.
Me referiré también a una apreciación muy pertinente del señor Presidente de
la Cámara, que deseo aclarar.
No debe entenderse que caen dentro de las disposiciones de este proyecto
de ley las comisiones de servicio, que autoridades militares, corno los señores
Comandantes en Jefe, cumplan en el extranjero, dispuestas directamente por
el Ejecutivo. Es evidente que ellas no caen dentro de las disposiciones de esta
iniciativa de ley, porque se rigen por el reglamento de comisiones de servicios
que forma parte del DFL Nº 1 que, a su vez, quedó ratificado en un artículo
transitorio de la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas. Por lo
tanto, tiene plena vigencia y aplicación y no corresponde que este proyecto de
ley tenga ningún alcance sobre esas comisiones de servicios de los jefes
militares o de personal militar que cumple tareas en el extranjero. Asimismo,
el señor Presidente de la Cámara de Diputados preguntó acerca de si tendrían
aplicación casos como nuestra presencia, en calidad de observadores de las
Naciones Unidas, en la zona desmilitarizada entre Kuwait e Irak. Agradezco esa
inquietud, porque es muy válida. La respuesta definitiva es que, tradicional y
legalmente, los observadores de Naciones Unidas son, por definición, fuerzas
de paz. No portan armas, no tienen ningún equipamiento bélico; los
helicópteros chilenos que están en esa zona, no poseen armamento; nuestros
hombres no están armados y tienen la condición de observadores que les da
Naciones Unidas. En todos los países, incluido Chile; el carácter de observador
ha sido siempre aceptado, en todas las instancias administrativas, corno una
comisión de servicio en el extranjero.
Señor Presidente, por esas razones y a fin de no extenderme en más
consideraciones específicas, concluyo señalando que la posición del Ejecutivo y
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del señor Presidente de la República es pedir a la Cámara de Diputados su
aprobación a este proyecto, en general y en particular, ojalá sin más
modificaciones que las que efectuó el Senado de la República en su aprobación
unánime.
Muchas gracias.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor Mekis.
El señor MEKIS.- Señor Presidente, en primer término, deseo puntualizar
una cuestión menor.
El Diputado Elgueta intentó expresar el sentido inverso al propósito que tuvo el
Diputado Ribera, en cuanto a comparar las Constituciones del año 25 con la del
año 80, en la facultad o la relación de poder existente entre las Fuerzas
Armadas y la sociedad civil. En la acepción de "nimio", que él leyó del
Diccionario de la lengua, se señala: "excesivo"; "abundante", es decir,
contrario al sentido que tenemos de esa palabra. En la misma oración, el
Diccionario agrega que este sentido se mantiene en vigencia en el idioma
español, pero que la palabra fue mal interpretada y recibió acepciones
contrarias. En definitiva, hay un uso contrario de la palabra. La tercera
acepción que nos da el mismo Diccionario, es justamente la contraria, o sea, la
usada por el Diputado Ribera en su discurso. Dice: "Insignificante, sin
importancia; en general, dícese de cosas no materiales".
Con esto deseo aclarar una cuestión menor, en defensa del Diputado señor
Ribera.
En segundo término, creo que no se pretende fijar una política partidista
respecto de este proyecto. El tema de la defensa y el de las relaciones
exteriores son dos campos en los cuales debernos tratar de buscar un
consenso amplio. Se trata de una cuestión de Estado. En este proyecto
tenemos que cuidar específicamente, el rol que le cabe al Parlamento, de
acuerdo con el espíritu que lo anima y a la misma letra del proyecto. ¿Qué me
preocupa del proyecto? El hecho de que por la aprobación de esta especie de
delegación de facultades legislativas al Presidente, que no es una delegación
en conformidad con la Constitución, el Congreso prescinda de sus facultades,
mientras no derogue la futura ley, para decidir cuándo pueden salir o ingresar
las tropas.
Como parlamentario, no estoy de acuerdo con reducir la facultad del Congreso.
No fue partidario de ello el constituyente de 1925 sino hasta 1970, en cuyo
caso la norma tuvo escasa aplicación. En esta materia, soy partidario de
retomar la tradición republicana chilena en este aspecto. Hay países que están
en vías de retomar dicha tradición, y pienso que la comparación con Estados
Unidos no es exacta, porque lo que allí ocurrió fue algo que no desearía para
Chile. Hay que ver las Actas del Congreso norteamericano, tanto de la Cámara
de Representantes como del Senado, para apreciar cómo fue discutida la
decisión de defensa política del Presidente Bush de enviar tropas al lugar del
conflicto; como, por un estrecho margen, logró que el Congreso políticamente
apoyara su facultad de participar en la guerra, materia que no estaba en
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discusión. El, con esa posterior decisión política del Congreso, arriesgó que su
determinación de trasladar las tropas no fuese refrendada por los
representantes del pueblo norteamericano. Realmente, prefiero que el
Parlamento no reduzca su rol, y mucho menos que, de ser así, sea una especie
de refrendación o un acuerdo que se produzca entre el Presidente de la
República, a través de su Ministro de Defensa, y el Senado de la República,
excluyéndose a la Cámara de Diputados.
Al respecto, me sorprendió que en el informe de la Comisión de Defensa del
Senado, suscrito por sus miembros, el Secretario de esa Comisión señalara
que el señor Ministro diera el siguiente argumento para que el Senado
refrendara la salida de tropas. Leo textualmente: "Aseveró -dice el informe - el
Ministro que respecto de este caso, en su opinión, es necesario el acuerdo
previo del Senado, dado que eventualmente pueden presentarse situaciones
que representen un peligro para tropas chilenas y aún para la seguridad
nacional". Agregó que "su gravedad se debía, en medida importante, al riesgo
a que es expuesto el personal de las instituciones de la Defensa Nacional que
pueda participar en una operación determinada, fuera de Chile".
Es decir, señor Ministro, ¿considera usted que sólo el Senado es capaz de
defender a las Fuerzas Armadas chilenas, y no la Cámara de Diputados? En el
trámite legislativo normal de un proyecto de ley n que se discuta la
conveniencia del ingreso o salida de tropas, la Cámara de Diputados también
puede tener su voz y una opinión sobre el particular.
Hay un aspecto, que me gustaría destacar, y es que no queremos argumentar
cual es la actual relación de poder, y cuál fue en el pasado, entre la sociedad
civil y las Fuerzas Armadas; pero nos interesa que las instituciones que se han
puesto en marcha de acuerdo con las Constitución de 1980, reformada en
virtud de un consenso mayoritario en el país, efectivamente tengan la
oportunidad de cobrar vigencia. Me ha sorprendido que en el informe que se
nos presenta hoy día, preparado por la Comisión de Defensa de esta
Corporación, se señale: "Por otra parte, en cumplimiento de lo establecido en
la letra c) del artículo 96 de la Carta Fundamental, el Consejo de Seguridad
Nacional ha procedido a informar, en forma previa, sobre esta materia,
proponiendo por la unanimidad de sus integrantes, un ante- proyecto de ley a
la consideración del Presidente de la República, el cual, salvo dos
modificaciones de puntuación, coincide plenamente con el texto propuesto en
el Mensaje al Senado".
Si analizarnos las atribuciones del Consejo de Seguridad Nacional, no tiene la
facultad de proponer textos de anteproyectos de ley al Presidente de la
República.
Como fue tal mi sorpresa al leer este párrafo del informe, que, pensando
que se trataba de un error de trascripción, pedí el acta del Consejo de
Seguridad Nacional, la que dice textualmente: "De conformidad a lo estipulado
en el artículo 96, letra c), de la Constitución Política de la República de Chile, el
Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional y Secretario del Consejo de
Seguridad Nacional, mediante el presente informe que se eleva para
conocimiento de Su Excelencia el Presidente de la República, da testimonio de
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que en la reunión Nº 9 del Consejo de Seguridad Nacional, realizada el día 22
de mayo de 1991 a las 11.00 horas, con la totalidad de sus miembros, en la
Sala de Sesiones del Palacio de La Moneda, para tratar corno único terna de la
tabla el proyecto de ley sobre normas de entrada de tropas extranjeras y
salida de tropas nacionales, se acordó por unanimidad de sus integrantes
presentar a la consideración de V.E. el siguiente preproyecto de ley:".
Reitero que para mí es una sorpresa que el Consejo de Seguridad Nacional
tenga facultades para presentar anteproyectos de ley.
El Diputado señor Schaulsohn me solicita una interrupción. Se la concederé
al término de mi intervención.
Se ha señalado que no hay una variación fundamental entre este proyecto y
el que aprobarnos el año pasado. Creo que hay diferencias fundamentales. Es
cierto que no hay cambios en cuanto a los argumentos de apuro que se han
esgrimido. El mismo Diputado Viera-Gallo decía hace un rato que como la
Operación Unitas está ad portas, necesitamos velocidad en esto. Esta fue la
misma argumentación que nos dieron cuando aprobarnos el otro proyecto;
pero resulta que la variación sustancial que hay con el del año pasado se
refiere a que ahora estarnos prescindiendo, entregando para siempre, las
facultades de la Cámara de Diputados para determinar cuándo nosotros, corno
representantes populares, estamos dispuestos a que se produzca el ingreso o
la salida de tropas...
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Ha terminado el tiempo de su primer
discurso, señor Diputado.
Puede continuar en el segundo.
El señor MEKIS.- Proseguiré con cargo al segundo.
De manera que considero que hay una variación fundamental. Se ha
argumentado -me parece que por el propio señor Ministro-, que la urgencia se
justificaba debido a que los textos eran muy parecidos. Considero que éste y
todos los Diputados lo saben, es profundamente distinto del que tuvimos a la
vista el año pasado.
Por lo demás, debiera haber consistencia entre los argumentos de las distintas
Carteras del Gobierno en cuanto a las urgencias, porque nosotros tuvimos la
máxima urgencia para el despacho del proyecto sobre radioemisoras
clandestinas, y no sé si lo están tramitando con la misma rapidez en el
Senado. El argumento del Ministro consistía en que era importante que hubiera
mucha reflexión en la Cámara de origen, y que en la revisora pudiera aplicarse
una urgencia distinta. Creo que hay Carteras que aplican un criterio y otras,
uno distinto.
Por otra parte, el informe presentado por la Comisión de Defensa dice lo
siguiente: "Las ideas matrices o fundamentales del proyecto,..." -sobre el cual
debemos pronunciamos hoy día- "... se orientan a establecer la forma en que
podrá autorizarse la entrada de tropas extranjeras al territorio nacional y la
salida de tropas chilenas fuera de él”.
No son ideas matrices las que se refieren a las delegaciones que puedan
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enviar- se al extranjero para dar cumplimiento a tratados internacionales. Al
respecto, creo que incluso, puede no ser necesaria la tramitación de una ley
general para ese efecto.
Como estoy en contra de las ideas matrices del proyecto, que entregan para
siempre las facultades del Congreso al Presidente de la República para que,
con la sola refrendación del Senado pueda resolver el ingreso o la salida de
tropas, votaré en contra de la idea de legislar sobre esta materia.
Señor Presidente, por su intermedio otorgo la interrupción, que me solicitó el
señor Schaulsohn.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor SHAULSOHN.- Le había so- licitado una interrupción al señor
Ministro, quien no tuvo a bien concedérmela. Le agradezco al Honorable señor
Mekis que lo haya hecho.
En primer lugar, le formulé una pregunta al señor Ministro, cuya respuesta
omitió. Si lo tiene a bien, me gustaría que me la respondiera ahora.
Yo había observado una diferencia de redacción entre el artículo 1º y el 4º,
en cuanto al rol del Senado. Ignoro si se trata sólo de una diferencia de
redacción o si tiene algún contenido más profundo.
En segundo lugar, respecto del tema del financiamiento, al proponer una
indicación en ese sentido, se pretende que el Senado sea informado en el
momento de prestar su acuerdo, y no que se entere después al leer el decreto
-si la información apareciera ahí, cosa que no ocurriría-, o con posterioridad,
cuando sea informado en virtud de las disposiciones del propio proyecto. Se
persigue que, al momento de requerir el acuerdo del Senado o de la Cámara,
según la resolución que adopte esta Corporación, cuenten con esta información
que me parece relevante.
Es muy bueno el hecho de que el Consejo de Seguridad haya recomendado
este proyecto por unanimidad, y considero interesante las observaciones del
señor Mekis en ese sentido. Me parece muy bien, pero ese hecho no nos puede
llevar a sostener que el trámite en la Cámara es innecesario o que debernos
dar por sentado que aquí las cosas deben aprobarse automáticamente, porque
eso es lo mismo que sostener que el trámite legislativo en la Cámara de
Diputados resulta innecesario. Pienso que ello es un mal principio para la
democracia que estarnos tratando de reconstruir, y que el debido respeto de
los poderes del Estado entre sí, es una cuestión fundamental para avanzar por
este camino.
Gracias, señor Mekis.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Recupera el uso de la palabra el Diputado
señor Mekis.
El señor MEKIS.- Señor Presidente, quiero señalar un aspecto que, creo, es
de fondo. En estos días comienza a hablarse de las crisis de existencia de las
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Fuerzas Armadas, particularmente en Latinoamérica, y hay un esfuerzo
intelectual muy serio en ese sentido, el que, por supuesto, no comparto.
Pienso que es particularmente importante atar el destino de las Fuerzas
Armadas de nuestro país a este Congreso.
Ahí hay otra argumentación por la cual rechazo el proyecto.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Ministro de
Defensa Nacional.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Señor Presidente, quiero
con- testar la pregunta del Diputado señor Schaulsohn. Efectivamente, la
respuesta quedó pendiente. Son tantas las notas que he tomado para hacer la
exposición y responder a todos, que mi intervención completa habría ocupado
una hora y media.
La diferencia entre los artículos 1º y 4º obedece a la modificación introducida
por el Senado, que cambió la redacción del proyecto original. Por lo tanto,
cualquier variación no es imputable al Ejecutivo, por lo menos en este caso.
Es importante definir lo planteado por el Diputado señor Mekis, en cuanto al
informe del Consejo de Seguridad Nacional.
El poder Ejecutivo y el Congreso Nacional tienen la certeza de que los únicos
poderes colegisladores en Chile son ellos. No hay otro poder ni institución
colegisladora aparte de las que dispone la Constitución.
En este caso, el Ejecutivo y el Congreso. Por esta razón, cuando el Consejo
de Seguridad Nacional debe informar, corno dice la letra e) del artículo 96, de
la Constitución Política, acerca de lo dispuesto en el Nº 13, del artículo 60, eso
es lo que procede a hacer.
El anteproyecto que se somete a la consideración del Presidente de la
República, en consecuencia, es una sugerencia, porque en la misma reunión
del referido Consejo -no puedo hacer mayor aclaración de la forma ni de las
intervenciones que allí ocurrieron, porque, como ustedes bien saben, las
sesiones son reservadas- se aclaró perfectamente bien que se trata de un
informe. Incluso en la primera sesión de este año, el Consejo de Seguridad
Nacional pidió que una de sus Comisiones evacuara un informe acerca del
proyecto de ley. Se aclaró que era un informe sobre el informe del Consejo de
Seguridad Nacional. Y cuando en la sesión se aprobó el informe del Consejo de
Seguridad Nacional a que hice referencia anteriormente, se precisó que
correspondía a un informe y no a una legislación o acto de colegislación que
asumía el Consejo de Seguridad Nacional, toda vez que la Constitución Política
no dispone para él ningún rol de esa naturaleza.
Por lo tanto, se cumplió estrictamente con lo dispuesto en las normas
constitucionales.
El señor MEKIS.- ¿Me permite, una interrupción, señor Ministro?
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Por supuesto.
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El señor DUPRE (Vicepresidente).- Por la vía de la interrupción, tiene la
palabra el Diputado señor Mekis.
El señor MEKIS.- Señor Presidente, me imagino que hay un error de
interpretación del espíritu del Consejo de Seguridad Nacional en el contenido
del Acta, porque ésta es muy clara: propone un anteproyecto. Desde luego,
comparto la apreciación de que los únicos colegisladores son el Presidente de
la República y el Congreso. Pero el Acta es clarísima al respecto. Por lo tanto,
quien actúa de secretario de actas supongo que habrá sido un mal exégeta de
lo ocurrido en esa sesión.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Recupera el uso de la palabra el señor
Ministro de Defensa.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- El mensaje del Presidente
de la República al Congreso Nacional sobre este proyecto de ley se refiere al
informe del Consejo de Seguridad Nacional sobre el proyecto de ley que norma
la entrada de tropas extranjeras al territorio de la República y salida de tropas
nacionales fuera del mismo. El Acta dice a la letra:
"De conformidad a lo estipulado en el artículo 96, letra c), de la Constitución
Política de la República de Chile, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa
Nacional y Secretario del Consejo de Seguridad Nacional, mediante el presente
informe que se eleva para conocimiento de Su Excelencia el Presidente de la
República, da testimonio de que en la reunión Nº 9 del Consejo de Seguridad
realizada en día 22 de mayo a las 11:00 horas, para tratar como único tema".
"...Se acordó por unanimidad de sus miembros presentar a la consideración de
Vuestra Excelencia el siguiente preproyecto de ley. "
El señor MEKIS.- Ahí está: "presentar un preproyecto".
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Recuerdo a Su Señoría, que están
prohibidos los diálogos.
Tiene la palabra el Diputado señor Huenchumilla.
El señor HUENCHUMILLA.- Señor Presidente, a esta altura del debate se hace
necesario precisar exactamente cuáles son nuestras divergencias o
coincidencias.
En primer lugar, quiero reiterar -lo expresé al inicio del debate, pues fui el
primero que intervine para plantear algunos ternas discutibles- que estarnos a
favor del proyecto en los términos que viene del Honorable Senado, y nuestra
bancada está dispuesta a votarlo en esas condiciones. Manifesté también, que
no estaba de acuerdo con algunas normas que contenía el proyecto y que, por
lo tanto, me parecía pertinente que, para la historia de la ley, pudiéramos
dejar constancia de cuál es, a nuestro juicio, el exacto sentido de las normas
que estarnos aprobando hoy día.
Para que no nos perdamos en la discusión, quiero señalar que estamos
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normando una ley de orden general que regulará y establecerá los requisitos
en virtud de los cuales podrán entrar tropas extranjeras a nuestro país o salir
tropas nacionales fuera del territorio.
El Nº 13 del artículo 60 de la Constitución Política de 1980 entregó al
legislador la facultad de fijar estos requisitos, a diferencia de la de 1925, que
contenía un con- junto de normas distintas.
Nuestro análisis tiene que estar referido a las normas existentes en la Carta
Fundamental, nos guste o no; queramos o no cambiarlas. Lo importante es
tener como punto de vista que en la Constitución de 1980 ya no se contempla
la ley caso a caso para autorizar la salida de tropas de nuestro territorio
nacional o la entrada de tropas extranjeras en él.
La actual Carta Fundamental señala que son materia de ley las normas
conforme a las cuales se verificarán estos actos. O sea, entregó al legislador la
fijación de los requisitos que deben cumplir la salida o entrada de tropas del
país.
El Honorable señor Ribera es partidario de que se dicte una ley por cada caso;
es decir, en esta ley general, nosotros, como legisladores, tendríamos que
señalar que cada vez que entren o salgan tropas, tendría que dictarse una ley.
La pregunta es: ¿Podríamos consignar en la ley una exigencia en
circunstancias de que la Carta Fundamental no previene una ley para cada
caso, sino una norma de tipo general?
Me parece que ahí está el quid del problema. El meollo del problema radica en
si los requisitos que colocamos en esta norma general son o no compartidos en
su totalidad por el Poder Legislativo o, en este caso, por el Senado.
Es perfectamente constitucional que en este proyecto de ley se contemple
también el acuerdo del Senado para la salida y entrada de tropas aunque no
estoy de acuerdo con eso. Los señores Mekis, Ribera y Schaulsohn se han
quejado de que el Senado tiene tiempo para discutir las leyes; de que en él se
verifican los acuerdos políticos, y de que en la Cámara, muchas veces, somos
llamados solamente a refrendarlos.
Frecuentemente, en la Cámara de Diputados acordamos un texto de ley, el
cual después es cambiado en el Senado y, finalmente, la Cámara tiene que
apoyarlo, porque la realidad política nos dice que hoy en Chile los acuerdos
políticos mayoritarios se están haciendo en el Senado, en desmedro de esta
Corporación.
No me gusta que en esta ley de orden general le demos más atribuciones al
Senado, porque ya tiene suficientes, en desmedro de las facultades
fiscalizadoras de la Cámara, las cuales podríamos utilizar en este caso.
Quiero ahondar más aún sobre esta materia. En la Constitución de 1925, el
Senado tenía esta facultad en conjunto con la Cámara de Diputados, porque
debía dictarse una ley caso por caso. Más todavía, los ascensos de los altos
mandos de las Fuerzas Armadas se hacían con acuerdo del Senado. Hoy eso no
existe, porque la Constitución de 1980 estableció un mecanismo de resguardo
distinto. Los constituyentes desconfiaban un poco del. Poder Legislativo y
entregaron esta facultad de resguardo de lo que sucediera .con las Fuerzas
Armadas al Consejo de Seguridad Nacional, al cual le pide que informe
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previamente las materias relacionadas con el Nº 13 del artículo 60, de la Carta
Fundamental.
En consecuencia, existe hoy un mecanismo distinto en la Constitución. Puedo
no estar de acuerdo con él. Personalmente, no lo estoy, pero para cambiarlo se
tendría que modificar la Constitución. No obstante, no me parece que por la vía
de una norma de carácter general, se puedan establecer requisitos para la
entrada o salida de tropas, que desnaturalicen el espíritu y el sentido del
precepto constitucional señalado.
En ese predicamento, deberíamos aprobar el proyecto tal como viene del
Senado; pero una vez más preciso que todas nuestras atribuciones de
fiscalización quedarían indemnes si no otorgamos a la Cámara Alta esta
facultad. El Nº 5 del artículo 49, de la Constitución dice que la tendrá en la
medida en que la propia Carta Fundamental o la ley lo requieran, de tal
manera que no tiene dicha facultad porque ni en la Constitución ni en ninguna
ley se ha contemplado. Si el Senado la va a tener es porque nosotros las
estamos dando; pero si no fuere así, podríamos lograr el mismo objetivo de
que, como Poder Legislativo, tuviéramos presencia en estos actos del Estado
tan importantes mediante nuestras facultades fiscalizadoras, a las cuales no
quiero ni pretendo renunciar.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El Comité Demócrata Cristiano ha
solicitado la clausura del debate.
El señor BARTOLUCCI.- ¡Para proceder a la clausura del debate tienen que
haber hablado todos los Comités!
El señor PIZARRO
Presidente.
(don
Jorge).-
Una
cuestión
de
Reglamento,
señor
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Diputado señor
Pizarra.
El señor PIZARRO (don Jorge).- Señor Presidente, en el acuerdo que
adoptarnos para que las Comisiones sesionaran simultáneamente con la Sala,
se estableció que la Mesa tomaría las medidas pertinentes para que, en el
momento de las votaciones, los colegas que están en aquéllas pudieran
concurrir a la Sala. Este es el momento, porque hemos solicitado la clausura
del debate y debe votarse.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- La Mesa estimó que por tratarse de un
problema de procedimiento, se podría votar, primeramente, la clausura del
debate, y si ésta es aprobada, suspenderíamos por 5 minutos con el objeto de
permitir que los Diputados que están en Comisiones concurran a votar a la
Sala.
Tiene la palabra el Diputado señor Bartolucci.
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El señor BARTOLUCCI.- Es una consulta de Reglamento. Tengo entendido
que para proceder a la clausura del debate tienen que haber hablado todos los
Comités, y el de la UDI no ha manifestado todavía su opinión.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Es efectivo, señor Diputado.
Tiene la palabra el Diputado señor Bartolucci para expresar la posición de la
UDI.
Luego se procedería a votar la petición de clausura del debate.
El señor BARTOLUCCI.- Señor Presidente, quiero referirme a cuestiones de
orden general planteadas aquí en cuanto a las relaciones entre las Fuerzas
Armadas y el Ejecutivo o la civilidad, o entre lo que se ha llamado el poder civil
y el poder militar.
Simplemente para que no queden en las actas de este debate algunas
intervenciones sin que sean contradichas, en e sentido de que en nuestra
legislación y en la actitud de las Fuerzas Armadas, según pareciera deducirse
de algunas opiniones, existe una especie o forma en que el poder civil está
supeditado al poder militar en las relaciones entre estos dos estamentos o que
habría una injerencia indebida del poder militar, como se le llama, en el poder
civil.
No voy a entrar en ese debate, porque es muy tarde y tampoco es el tema
específico, aunque otros señores Diputados sí lo han hecho.
Quisiera, para dejar constancia en el acta de esta sesión, rechazar
terminantemente toda apreciación que pueda significar la existencia, en
nuestro país, de una especie de sujeción del poder civil al poder militar; o una
especie de injerencia indebida del poder de las Fuerzas Armadas, o de éstas
como instituciones, respecto de la civilidad, o una controversia entre ambos
estamentos.
Considero que no es así. Como el señor Ministro lo ha señalado, las
relaciones son normales. Estamos todos dentro de la Constitución; estamos
todos colaborando en el desarrollo y en el progreso de nuestro país y
afianzando nuestro sistema democrático. En estos aspectos, las Fuerzas
Armadas han colaborado y están en el primer lugar junto al gobierno y a la
civilidad Debo rechazar cualquier imagen de esta naturaleza para poner las
cosas en su estricto lugar y, desde luego, dejar abierta la posibilidad de
discutir, más adelante, este tipo de materias y, sobre todo, algunas
expresiones, como éstas de "poder civil" y "poder militar", que las considero
muy inconvenientes, pues aparecen planteando una contraposición de poderes
en pugna, o una especie de supeditación de las Fuerzas Armadas al poder Civil
o viceversa. Son términos enunciados en forma ligera, que no reflejan lo que,
efectivamente, hoy está viviendo nuestro país. (Valga especialmente para el
acta de esta sesión).
En cuanto al proyecto que nos preocupa, uno de sus aspectos
fundamentales es, sin lugar a dudas, el que dice relación con el acuerdo previo
que debe otorgar el Senado para la referida entrada y salida de tropas.
Estimo que se trata de una materia muy importante. No desconfío ni del actual
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Presidente de la República ni de los que en lo sucesivo asumirán la Primera
Magistratura, en el sentido de que tendrán el criterio suficiente para abordar
estas materias; pero creo que el Poder Legislativo debe estar también
representado en una toma de decisiones de esta índole, por lo que me parece
adecuado que sea el Senado de la República, por la naturaleza propia de esa
Corporación, el que nos represente. De esta manera, junto con el Presidente
de la República resolverá estas materias tan importantes, como salida de
tropas del territorio nacional, o la entrada en él, las que necesariamente se
referirán a situaciones de orden bélico.
No participo de la opinión de quienes estiman que el Senado no debería
participar en este acuerdo previo.
En otra perspectiva, se ha dicho que sí podría el Senado partid par en el
acuerdo para la salida de tropas del territorio nacional, pero no así para la
entrada de ellas. Debe participar, como en definitiva está quedando en el
proyecto, en ambas situaciones, puesto que también la entrada de tropas
extranjeras al territorio nacional es una materia enormemente delicada, de
gran trascendencia y cuyo ingreso puede significar, en un momento dado, un
punto de apoyo para conflictos bélicos con otros países cercanos a los
nuestros. Entonces, evidentemente, se está comprometiendo también a
nuestro país.
También se ha señalado que no sólo se requeriría el acuerdo previo del
Senado, sino que también se debería contar con el acuerdo de la Cámara de
Diputados. Más allá de las opiniones que sobre esta materia se tengan, hay
algunas cuestiones de orden constitucional y legal que están claras. El
Diputado señor Huenchumilla las mencionaba y quisiera resaltarlas en otra
perspectiva, aunque bastante conexas con la que él nos ha explicado.
De partida, y como ya se ha dicho en el debate, sólo al Senado, en virtud
del artículo 49 de nuestra Constitución, le corresponde prestar o negar su
consentimiento a los actos del Presidente de la República.
No podríamos pretender que fuera también la Cámara de Diputados el
organismo
que
prestara
este
acuerdo,
puesto
que
la
Cámara
constitucionalmente no tiene esa facultad; no está llamada a prestar ese
acuerdo o a negarlo, porque ésa es una atribución exclusiva del Senado.
Es más, así lo ha querido el constituyente, y en el acápite de las atribuciones
exclusivas de la Cámara de Diputados, contenidas en el artículo 48, no
menciona que la Cámara deba prestar o negar su consentimiento a actos del
Presidente de la República. Menciona otras facultades para la Cámara, pero no
ésa. En cambio, se las establece, precisamente al Senado, de lo que se colige,
entonces, que el constituyente ha querido radicar estas facultades en el
Senado y no en la Cámara. Mal podríamos asumir o damos una atribución que
en forma expresa el constituyente ha querido radicar en otro órgano de este
Poder Legislativo. Menos podríamos tratar que esta materia se regulara por
medio de una ley.
Como aquí se ha explicado, el Nº 13 del artículo 60, de la Constitución,
norma esta materia, de manera tal que no se requiere una ley. Lo que el
constituyente quiere es precisamente que no haya una ley, caso a caso, y lo
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que ha buscado, al redactar el Nº 13 del artículo 60, es que dictemos una
normativa de orden genérico.
Por lo tanto, no podríamos torcerle la mano a la Constitución. Esta nos
señala el camino a seguir. Lo que se quiere es que esta Cámara también
participe en estas materias. La única posibilidad que existe y el único camino
que podría encontrarse para dar el acuerdo -como muy bien dijo el Diputado
señor Huenchumilla- es una modificación a la Constitución. Pero no es posible tengo entendido que hay algunas indicaciones que podrían estar en este
sentido-, por la vía de la indicación, pretender darle a la Cámara la facultad de
pronunciarse sobre la resolución del Presidente de la República.
Evidentemente, tampoco estamos en el caso de una ley, porque no lo
permite el Nº 13 del artículo 60, y no es ésta la oportunidad de discutir una
reforma constitucional.
Por tanto, quienes estimen que la Cámara también debe partid par en estas
decisiones, la única posibilidad, como bien ha dicho el Diputado señor Mekis, es
votar en contra de este proyecto, y buscar, posteriormente, una reforma
constitucional.
Esa es, a mi juicio, la única alternativa legal y constitucional posible.
Distinta es, en cambio, la facultad de fiscalización de la Cámara, como bien nos
hacía presente y nos explicaba el Presidente de esta Corporación, Diputado
señor Viera-Gallo. Ahí sí que tenernos una posibilidad de participar, a
posteriori, por la vía de la fiscalización, luego de la dictación del decreto
supremo del Presidente de la República, que autoriza la entrada o salida de
tropas. El artículo 62 del proyecto en comento nos entrega una posibilidad,
cuando nos señala que seremos informados, como Cámara de Diputados, de
las diferentes autorizaciones que, en virtud de esta ley, se otorguen.
Ese es el camino y me remito a lo ya explicado por el Diputado señor Antonio
Viera-Gallo, en esta materia.
Respecto de los artículos 1º y 2º del proyecto, que es la misma idea de los
artículos 4º y 5º, creo que son dos situaciones distintas. Bien hace el Ejecutivo
al diferenciarlas.
La situación del artículo 2º, que es la misma idea que recoge el artículo 5º, se
refiere a situaciones de orden diferente de aquellas que puedan tener una
naturaleza bélica. La sola lectura de éstos aclara que se refieren a ayuda
humanitaria, celebración de efemérides, viajes de instrucción logística, actos
de cortesía internacional, etcétera. En ese sentido, lo que ha querido el
Ejecutivo es no buscar este sistema del acuerdo previo del Senado, y regularlo
por otras vías distintas, en los artículos 2º y 5º. Me parece adecuado que así
sea, porque estamos ante situaciones diferentes: actos de cortesía,
intercambio militar, viajes de instrucción, celebración de efemérides; no se
requiere, entonces, este acuerdo previo del Senado y se norma de otra
manera, lo cual está bien, porque distinta es la naturaleza de los artículos 1º y
4º, que tratan de la entrada o salida de tropas, en que, evidentemente,
estamos ante una situación bélica.
No cabe la menor duda de que se desea regular la salida de nuestras tropas
por una situación de orden bélica, o la entrada de tropas extranjeras a nuestro
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país, también por una misma situación. Para esa naturaleza tan especial, sí
que se requiere el decreto supremo del Presidente de la República y el acuerdo
previo del Senado.
Por estas consideraciones, la bancada de la Unión Demócrata Independiente va
a aprobar este proyecto en los mismos términos corno viene propuesto del
Senado.
Como este proyecto de ley ha tenido tratamiento de discusión inmediata, no
conozco todas las indicaciones presentadas, y sólo puedo pronunciarme
respecto de dos, que aquí se han explicado, una de las cuales es del Diputado
señor Schaulsohn, para pedir que se informe sobre el costo del financiamiento
de las autorizaciones antes que el Senado tome el acuerdo respectivo.
Como muy bien ha explicado el señor Ministro, esto está regulado por otras
leyes y, además, no nos corresponde establecer mayores exigencias que las
que propuso el propio Senado. Si éste no las ha pedido, no vamos a exigirle
otra especial consideración o conocimiento. No corresponde a la Cámara
indicar a esa rama del Congreso cómo debe tomar sus decisiones o acuerdos.
Si ella no lo ha hecho, no corresponde que lo incluyamos en la iniciativa.
Respecto de la eliminación de los viajes de instrucción o logística -al parecer es
otra de las indicaciones-, no entiendo bien si se refiere sólo al artículo 2º o al
5º, pero tampoco me parece adecuado que se elimine ese tipo de
intercambios. Al contrario, estimo que deben mantenerse, sin necesidad del
acuerdo previo del Senado y sin necesidad de regulación por decreto supremo,
puesto que en el caso del artículo 5º, se regulan a través de las normas
relativas a las comisiones en el extranjero.
Este tipo de situaciones, precisamente, no tienen carácter bélico y, por 10
tanto, no requieren un tratamiento tan estricto.
Por eso, rechazaremos las dos indicaciones -que son las que conocemos-, y
votaremos a favor del proyecto en los términos en que viene del Senado.
El Diputado señor Bayo me solicita una interrupción. Si queda tiempo, se la
concedo, por su intermedio, señor Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Por la vía de la interrupción, tiene la palabra
el Diputado señor Bayo.
El señor BAYO.- Gracias, Honorable Diputado señor Bartolucci.
Señor Presidente, como participante en la Comisión de Defensa, en el día de
ayer, no quiero dejar pasar la oportunidad de dar mi opinión respecto de este
proyecto de ley.
En primer lugar, deseo hacer presente que mi participación en la Comisión de
Defensa estuvo regida por las mismas limitaciones que hoy puede observar la
Sala, porque sólo minutos antes de que ella se realizara, llegó a nuestras
manos el proyecto que discutiríamos.
Nos sentimos interpretados por el señor Ministro, cuando en la Comisión
reiteró la política de su Secretaría, en el sentido de buscar el consenso de
todos los sectores políticos. Creernos sinceramente en la política de consenso,
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pero las diferentes intervenciones han demostrado que, por desgracia, no
existe en forma total en relación con el mensaje que hoy analizamos.
No me referiré a criterios que tienen relación con las políticas generales de
defensa y con el papel de las Fuerzas Armadas en el continente, que ameritan
otro tipo y oportunidad de análisis. No es ésta la oportunidad. Sólo haré una
pequeña referencia respecto de la posición del Diputado señor Mekis, que
precisó su votación en contra, no para reformar la Constitución -como se pudo
interpretar-, sino para conservar la facultad de la Cámara.
El mensaje que hoy discutimos se refiere al establecimiento de normas
relativas a la entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República y a
la salida de tropas nacionales del mismo.
Sin tener la formación jurídica ni el nivel que algunos Honorables colegas, en
forma tan destacada exhiben en la Sala, me permitiré hacer sólo dos
consideraciones específicas. La primera, expresada ayer en la Comisión y que
reitero en la Sala, es que en este mensaje referido a tropas, se incorpora otro
artículo -el 3º-, que tiene otro sujeto: los "buques de guerra extranjeros en
aguas sujetas a la jurisdicción nacional y de aeronaves militares extranjeras en
el espacio aéreo sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio de Chile. ". De
hecho, este sujeto no estaba considerado en el mensaje corno el motivo de él.
Aparece -reitero- un sujeto no considerado en el espíritu del mensaje.
La segunda observación es la falta de concordancia, en cuanto a mantener el
artículo 3º con lo propuesto en el artículo 2º, pues en éste hay referencia
lógica evidente que motiva este proyecto de ley, la Operación Unitas y la
realización de acciones conjuntas. Resulta que en la Operación Unitas
participan buques de guerra.
Si hablamos de Operación Unitas o de fuerzas combinadas, estarían regidas
por lo dispuesto en el artículo 2º de este proyecto de ley. Pero sien esta misma
operación participan buques de guerra, porque así sucede, no es posible
aplicarles las normas de esta ley, acorde con lo que establece el artículo 3º.
Reitero que planteo, sin la base jurídica que exhiben mis distinguidos colegas,
esta aparente inconsecuencia, especialmente, como inquietud de alguien que
quiere que la historia de la ley sea precisamente lo más fidedigna posible.
He dicho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación la clausura del debate.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa 29 votos; por la
negativa, 5 votos. Hubo 1 abstención.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- No se ha reunido el quórum necesario. Se
va a repetir la votación.
-Durante la votación.
El señor SCHAULSOHN.- Pido la palabra sobre un asunto reglamentario.
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DISCUSIÓN SALA
El señor DUPRE (Vicepresidente). ¡Iniciarnos nuevamente un proceso de
asuntos reglamentarios, cuando hay un sistema de votación que podríamos
terminarlo!.
Quería proponer que termináramos el asunto del sistema de votación.
Después, suspender la sesión por cinco minutos para convocar a los señores
Diputados que están en Comisiones.
Tiene la palabra el señor Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.- Entiendo que estarnos en este momento regidos por
el artículo 74 del Reglamento.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Por el artículo 160, señor Diputado.
El señor SCHAULSOHN.- ¿Por qué 160 y no 74, señor Presidente?
El señor DUPRE (Vicepresidente).Estamos en votación y no hubo quórum
para ésta.
El señor SCHAULSOHN.- El artículo 74 se refiere a esa materia también.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Cuando físicamente hay menos de 40
Diputados.
El señor SCHAULSOHN.- Si en el curso de una sesión corresponde adoptar un
acuerdo y falta número, se llamará a los Diputados. Si transcurridos 5 minutos
no se completa el quórum, el Presidente levantará la sesión.
Puedo estar en un error, pero entiendo que este es el artículo que nos rige.
El señor PIZARRO (don Jorge).- Señor Presidente, complementa el acuerdo
adoptado en el momento en que autorizarnos a las Comisiones para funcionar
simultáneamente con la Sala.
Ya hice la misma petición. Antes de votar el cierre del debate, corresponde
suspender fa sesión y llamar a los Diputados que se encuentran en las
Comisiones.
Esto no tiene sentido. Sabemos que tenemos problema de quórum.
Reitero, lo que corresponde es suspender y llamar a los miembros de las
Comisiones que están funcionando para que vengan a votar.
Esto es lo mismo que votar un proyecto de ley. Se requiere el mismo quórum.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El procedimiento seguido, señor Diputado,
fue distinto.
En respuesta a lo que plantea el Diputado señor Schaulsohn, pareciera que en
el artículo 74 hay una contradicción respecto del 160, en especial en cuanto a
su inciso segundo, que se refiere al caso en que debe adoptarse un- acuerdo,
por cuanto establece un mecanismo distinto sobre la forma en que se debe
tomar una votación, si no existe el quórum requerido.
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DISCUSIÓN SALA
Agradecería al Diputado señor Schaulsohn que nos rigiéramos por la tradición,
que es la del artículo 160, sin perjuicio de corregir, después, esta situación
anómala del Reglamento. De esa manera repetiríamos la votación económica
por el sistema de sentados y de pie y, a lo mejor, en esta oportunidad
podemos dirimir lo planteado.
El señor LA TORRE.- Señor Presidente ¿me permite?
El señor DUPRE (Vicepresidente).Tiene la palabra el Diputado señor Latorre
para plantear un asunto reglamentario.
El señor LATORRE.- Señor Presidente, aquí hay otro problema de fondo. La
Mesa, hasta el día de hoy no ha aclarado el Reglamento de sesiones. Señalo
esto por lo que observamos en este momento. No tiene explicación que un
grupo de parlamentarios esté en la Sala, y no se cuenten, para los efectos del
quórum, simplemente por el hecho de no votar.
Eso es improcedente. Si ellos no votan que estén fuera de la Sala. Pero, no
podemos aceptar como procedimiento habitual que esta situación ocurra. Más
aún, ya se ha hecho mención de este punto en otras oportunidades y la Mesa
quedó con la responsabilidad de resolverlo, 10 que hasta la fecha no ha hecho.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Eso no es efectivo, señor Diputado. Se hizo
un estudio reglamentario que los señores Diputados miembros de la Comisión
de Régimen Interno, Administración y Reglamento tienen en su poder y espero
que se lo entreguen. Es muy completo y analiza todas las reformas
reglamentarias que deben introducirse de modo tal que este vacío, evidente y
que hemos tratado en varias oportunidades, esperamos que se corrija cuando
haya un acuerdo sobre modificación del Reglamento.
Les agradecería que siguiéramos con la votación.
El señor SCHAULSOHN.- La solución es continuar con el debate y que se vuelva
a pedir la clausura, de acuerdo con el Reglamento, cuando corresponda. Y si en
ese momento hay quórum, se cierra.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Es que ya hay un proceso, señor Diputado.
Si a usted le parece, para los efectos de no seguir cuestionando el sistema,
podríamos someter a votación la petición con el sistema de sentados y de pie,
para que veamos si hay o no quórum en la Sala.
El señor SCHAULSOHN.- ¿Hay Diputados inscritos, señor Presidente?
El señor DUPRE (Vicepresidente).Quedan Diputados inscritos, señor Diputado.
El señor SCHAULSOHN.- ¿Y por qué no les da la palabra y luego, vuelve a
someter a votación la solicitud? Me parece más pertinente.
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DISCUSIÓN SALA
Varios señores DIPUTADOS.- ¡No!
El señor DUPRE (Vicepresidente).Tenemos la petición de un Comité de cierre
del debate.
El señor SCHAULSOHN.- Se votó y no hubo quórum señor Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- De acuerdo, señor Diputado. Tendría que
levantar la sesión conforme al artículo 74.
Por eso, estoy solicitando el asentimiento de la Sala para no forzar la situación,
para efectuar la última votación por el sistema de sentados y de pie.
El señor SCHAULSOHN.- Lo dejo a criterio de la Mesa.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Muchas gracias, señor Diputado.
En votación la clausura del debate.
-Repetida la votación en forma económica, por el sistema de sentados y de
pie, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 41 votos; por la negativa, 2
votos. Hubo 8 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Clausurado el debate.
Suspendemos por cinco minutos la sesión, con el objeto de llamar a la Sala a
los señores Diputados que están en las Comisiones.
Se suspendió la sesión a las 18:36 horas y se reanudó a las 18:43 horas.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Continúa la sesión.
En votación en general el proyecto.
Si le parece a la Sala, se aprobará.
Aprobado.
No hay indicaciones a los artículos
reglamentariamente quedan aprobados.
6º
y
7º
del
proyecto,
los
que
El señor Secretario dará lectura a las indicaciones al artículo 1º.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Indicación del señor Schaulsohn para
reemplazar el artículo 12 por el siguiente:
“La entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República requerirá del
acuerdo de la Cámara de Diputados y del Senado.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación la indicación.
-Durante la votación:
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DISCUSIÓN SALA
El señor DUPRE (Vicepresidente).Ruego a los señores Diputados guardar
silencio.
Un señor DIPUTADO.- ¿Podría leer de nuevo la indicación? No se escuchó.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Secretario dará lectura nuevamente
a la indicación, a solicitu9 de algunos señores Diputados; pero la Presidencia
suspenderá la sesión cada vez que sea necesario, si no es posible mantener
silencio durante el desarrollo de la votación.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Del señor Schaulsohn, para
reemplazar el artículo 12 por el siguiente: ''La entrada de tropas extranjeras en
el territorio de la República, requerirá de acuerdo de la Cámara de Diputados y
del Senado.".
El señor LETEUER.- Señor Presidente, pido la palabra para un asunto
reglamentario.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, entiendo que hay varias indicaciones en
el mismo sentido. Me gustaría que se conocieran en su totalidad.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor LETELIER.- Pido respeto a los colegas en esta materia. Cada cual tiene
derecho a manifestarse en el momento de la votación.
Evidentemente, hay varias indicaciones que apuntan hacia un mismo objetivo.
Como no tuvimos Comisión ...
Varios señores DIPUTADOS.- Hubo Comisión.
El señor LETELIER.- ... como no pudo trabajar la Comisión de Defensa, 10
estamos haciendo en una Comisión de 120 colegas, o un poco menos. Me
gustaría conocer las tres indicaciones, porque entiendo que se puede refundir
tanto 10 propuesto por el Diputado señor Schaulsohn como por otros señores
Diputados.
El señor BARTOLUCCI.- Reglamento, señor Presidente.
El señor ELIZALDE.- Reglamento, señor Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Un momento, señores Diputados.
Realmente, todo es Reglamento, y comenzamos nuevamente a debatir los
ternas.
Tiene la palabra el Diputado señor Bartolucci; luego, el Diputado señor
Elizalde.
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DISCUSIÓN SALA
El señor BARTOLUCCI.- Señor Presidente, muy breve. Para aclarar al Diputado
señor Letelier que hubo Comisión, y tiene su informe delante suyo. Nada más.
El señor ELIZALDE.- Reglamentariamente, en un proyecto de discusión
inmediata no hay debate respecto de las indicaciones y se votan una a una; de
manera que no hay por qué hacer mención a todas las indicaciones
presentadas, aunque sean en el mismo sentido.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Otro problema de reglamento. Tiene la
palabra el señor Campos.
El señor CAMPOS.- Señor Presidente, para hacer presente que en' ninguna de
las tres intervenciones anteriores se plantearon cuestiones reglamentarias.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Así le parece a la Mesa, señor Diputado. Yo
insisto permanentemente, pero no hay ninguna posibilidad de que los señores
Diputados tomen conciencia del problema.
En votación la indicación del señor Schaulsohn.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 9 votos; por la
negativa, 55 votos. Hubo una abstención.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
El señor Secretario dará lectura a otra indicación.
El señor LOYOLA (Secretario accidental.- De los señores Ribera y Kuschel, para
sustituir el artículo 1º por el siguiente:
"La entrada de tropas extranjeras en el territorio de la República, deberá ser
autorizada por ley, la que establecerá su objeto, plazo y modalidades".
El señor BARTOLUCCI.- Solicito la palabra para referirme a un asunto
reglamentario.
El señor DUPRE (Vicepresidente).¡Otro asunto de Reglamento! Tiene la
palabra, Su Señoría.
El señor BARTOLUCCI.- Esto es absolutamente inadmisible. ¡Cómo vamos a
poner en una ley que esto lo regirá una ley! Quiero mucho a los Diputados
Ribera y Kuschel, pero no podernos colocar eso en una ley. ¡Es absurdo! No la
someta a votación, señor Presidente.
-Risas en la Sala.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 3 votos; por la
negativa, 50 votos. Hubo 10 abstenciones.
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DISCUSIÓN SALA
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
El señor Secretario dará lectura a otra indicación.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Del señor Schaulsohn, para agregar
en el artículo 111, a continuación de la palabra "Senado", la siguiente frase: "y
de la Cámara de Diputados.".
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 6 votos; por la
negativa, 51 votos. Hubo 2 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
El señor Secretario dará lectura a otra indicación.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- De las señoras Rodríguez, doña
Laura, y Maluenda, doña María; y de los señores Naranjo, Aguiló, Letelier,
Smok, Velasco, Devaud, Faulbaum, Concha, Elgueta, Montes, Jara, Kuzmicic y
Jeame Barrueto, para incorporar al artículo 1º, inciso segundo, a continuación
del punto aparte (.), el siguiente párrafo: "Dicho decreto deberá establecer la
prohibición expresa del ingreso y uso de armas nucleares en el territorio
nacional, cualquiera sean sus fines.".
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 12 votos; por la
negativa, 45 votos. Hubo 8 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
En votación el artículo 1º
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 60 votos; por la
negativa, O voto. Hubo 7 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Aprobado el artículo 1º
Indicaciones al artículo 2º El señor Secretario dará lectura a la primera de
ellas.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- De los señores Ribera y Kuschel,
para anteponer en el artículo 2º, al inicio
"Si la entrada", la expresión "Con todo", y agregar luego de "intercambio
militar", las expresiones "y de tratados internacionales".
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DISCUSIÓN SALA
El señor RIBERA.- Pido al palabra para explicar la indicación.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- No es posible.
El señor RIBERA.- Entonces, que se lea el artículo con la indicación incluida.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Secretario ha dado lectura a la
indicación. Si le parece a los señores Diputados, se repetirá.
El señor ESPINA.- Pido la palabra para referirme a un asunto reglamentario.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ESPINA.- Para que la indicación sea entendible, que se lea corno
quedaría el artículo con la incorporación de la indicación.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Secretario dará lectura al artículo
con la indicación incorporada.
El señor LOYOLA (Secretario accidental.- "Artículo 2º - Con todo, si la entrada
obedece a la celebración de efemérides nacionales, viajes de instrucción o
logística, actos de cortesía internacional o cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar y de tratados internacionales, la autorización será dada
mediante autorización del Ministerio de Defensa Nacional, previo informe o a
propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda.”.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación la indicación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 21 votos; por la
negativa, 35 votos. Hubo 9 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
En votación el artículo 2º
-Durante la votación.
El señor SCHAULSOHN.- Perdón, señor Presidente, pero había una indicación al
artículo 2º que eliminaba la frase "viajes de instrucción...
El señor MASFERRER.- ¡Estamos votando!
El señor SCHAULSOHN.- Perdón, Su Señoría estará votando, pero hay una
indicación que no se ha leído.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Vamos a confirmarlo.
No aparece ninguna, señor Diputado.
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DISCUSIÓN SALA
El señor SCHAULSOHN.- Le entregué al señor Secretario una indicación para
eliminar la frase "viajes de instrucción o logística", contenida en el artículo 2º,
con la intención de que esa materia también requiera de autorización del
Senado.
Tal vez se traspapeló. No dudo de la buena fe del señor Secretario.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Secretario va a señalar lo ocurrido
respecto de esa indicación.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Honorable señor Diputado, la
indicación que tengo en mis manos, firmada por Su Señoría, es para el artículo
5º.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Está equivocado, señor Diputado.
El señor SCHAULSOHN.- Tengo seguridad completa de haberla presentado.
Obviamente, se ha traspapelado la indicación. Lo dejo a criterio? de la Mesa.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Está acá la indicación, señor Diputado.
El señor BARTOLUCCI.- Es para el artículo 5º.
El señor SCHAULSON.- No, es para el artículo 2º Probablemente se traspapeló,
pero la presenté en forma oportuna.
Me atengo a lo que resuelva la Mesa, señor Presidente.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Ministro de Defensa quiere explicar
algo.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Quiero aclararle al Diputado
señor Schaulsohn que es imposible que su indicación se aplique al artículo 2º.
Esa mención a "viajes de instrucción o logística", ¿sugiere suprimirla del
artículo 2º?
El señor SCHAULSOHN.- ¡Eliminarla!
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- ¡Ah! Bien.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Si hubiera unanimidad, podríamos votar la
indicación del Diputado señor Schaulsohn.
Varios señores Diputados.- ¡No!
El señor DUPRE (Vicepresidente).- No hay unanimidad.
En votación el artículo 2º.
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DISCUSIÓN SALA
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 56 votos; por la
negativa, O voto. Hubo 8 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Aprobado el artículo 2º.
El señor Secretario dará lectura a una indicación al artículo 3º
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Indicación del señor Letelier para
agregar al articulo 32, como inciso final, lo siguiente: "Se prohíbe en cualquier
caso el ingreso de armas nucleares a las aguas, espacio aéreo y territorio
sujeto a la jurisdicción nacional.".
El señor DUPRE (Vicepresidente).- En votación la indicación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 8 votos; por la
negativa, 47 votos. Hubo 8 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Rechazada la indicación.
En votación el artículo 3º.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 60 votos; por la
negativa, O voto. Hubo 7 abstenciones.
El señor DUPRE (Vicepresidente).Aprobado.
El señor Secretario dará lectura a una indicación al artículo 4º.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Indicación del señor Schaulsohn para
reemplazar el artículo 411 por el siguiente:
"La salida de tropas nacionales fuera del territorio de la República requerirá de
acuerdo de la Cámara de Diputados y del Senado.".
El señor SCHAULSOHN.- Retiro la indicación, porque es idéntica a la que fue
rechazada previamente con relación al artículo 1°.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- Retirada la indicación. Hay otra más, señor
Schaulsohn.
El señor SCHAULSOHN.- También la retiro.
El señor DUPRE (Vicepresidente).- El señor Secretario va a dar lectura a otra
indicación.
El señor LOYOLA (Secretario accidenta!).- Indicación del señor Schaulsohn
para agregar un inciso tercero al artículo 4°, del siguiente tenor: "En la
solicitud de acuerdo al Senado, contemplada en este artículo, se deberá indicar
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el gasto estimativo que la salida de tropas nacionales fuera del territorio
nacional significará y su fuente de financiamiento.".
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En votación la indicación.
-Efectuada la votación en forma económico, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 3 votos; por la
negativa, 64 votos. Hubo 4 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Rechazada la indicación.
En votación el artículo 4º.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 63 votos; por la
negativa, 2 votos. Hubo 6 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Aprobado el artículo 4º
Se dará lectura a una indicación al artículo 5º.
El señor LOYOLA (Secretario accidental).- Indicación de los señores Ribera y
Kuschel, para anteponer a "Si la salida", las expresiones "con todo", y para
colocar, luego de “intercambio militar" la frase “y de tratados internacionales".
El señor VIERA-GALLO (Vicepresidente).- El artículo quedaría: “Con todo, si la
salida a que se refiere, etcétera". Y después, donde dice: “cumplimiento de
acuerdos de intercambio militar o de tratados internacionales".
La primera indicación es de redacción, obviamente; la segunda no, porque
"tratados internacionales" es una expresión más amplia que l/los acuerdos de
intercambio militar".
En votación la indicación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema de manos
levantadas, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 27 votos; por la
negativa, 37 votos. Hubo 3 abstenciones.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Rechazada la indicación.
Hay otra indicación, a la cual dará lectura el señor Secretario.
El señor LOYOLA (Secretario accidenta!).- Indicación del señor Schaulsohn
para eliminar, en el artículo 5º, la frase "viajes de instrucción o logística".
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- En votación.
Rechazada la indicación con 4 votos a 10 favor.
En votación el artículo 5º. Aprobado el artículo 5º con dos votos en contra y
cuatro abstenciones.
Queda aprobado y despachado el proyecto.
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DISCUSIÓN SALA
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Pido la palabra.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor ROJAS (Ministro de Defensa Nacional).- Señor Presidente, quiero
agradecer la aprobación del proyecto por esta Honorable Cámara. Considero,
que, sin duda alguna, él será un factor estimulante del desarrollo institucional
de nuestras Fuerzas Armadas, especialmente en lo que se refiere a sus
vinculaciones internacionales, absolutamente indispensables en el mundo de
hoy.
Como lo señalé en mi intervención, la búsqueda del espíritu de consenso se
revela, una vez más, en la legislación que se refiere a este sector tan
importante de nuestra vida nacional.
Por esos conceptos, reitero mi agradecimiento a todos los señores Diputados.
Muy amables.
-Aplausos en la Sala.
El señor VIERA-GALLO (Presidente).- Muchas gracias.
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
3. Trámite Finalización: Senado
3.1. Oficio de Cámara de Origen al Ejecutivo.
Oficio de Ley al Presidente de la República. Comunica texto aprobado por el
Congreso Nacional. Fecha 21 de junio de 1991.
Nº 1218
Valparaíso, 21 de junio de 1991
Tengo a honra comunicar a V.E. que el Congreso
Nacional ha dado su aprobación al siguiente
P R O Y E C T O D E L E Y:
"Articulo 1º .- La entrada de tropas extranjeras en
el territorio de la República deberá ser autorizada por decreto supremo, previo
informe o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda, firmado por el Presidente de la República y expedido por
intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y suscrito también por el
Ministro de Relaciones Exteriores. Para dictar el aludido decreto supremo,
deberá contarse con el acuerdo previo del Senado.
El decreto supremo que autorice el ingreso de
tropas deberá fijar el objeto, plazo y modalidades del mismo.
Artículo 2º.- Si la entrada obedece a la celebración
de efemérides nacionales, viajes de instrucción o logística, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, la
autorización será dada mediante resolución del Ministro de Defensa Nacional,
previo informe o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda.
Artículo 3º.- No se regirán por las normas de esta
ley, sino por las disposiciones legales y reglamentarias internas y por las
normas y tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes, el ingreso de buques de guerra extranjeros en aguas sujetas a la
jurisdicción nacional y de aeronaves militares extranjeras en el espacio aéreo
sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio de Chile.
Artículo 4º.- La salida de tropas nacionales, fuera
del territorio de la República, deberá ser autorizada por decreto supremo
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OFICIO LEY AL EJECUTIVO
firmado por el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado e informe
o a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que corresponda,
expedido por Intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la firma del
Ministro de Relaciones Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará
el objeto, plazo y modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5º.- Si la salida a que se refiere el artículo
precedente tiene por finalidad participar en celebración de efemérides, viajes
de instrucción o logística, misiones de ayuda humanitaria, actos de cortesía
internacional o cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, se aplicarán
las normas relativas a las comisiones en el extranjero establecidas en el
Estatuto del Personal correspondiente, sirviendo de suficiente autorización los
decretos que las dispongan.
Artículo 6º.- Las autorizaciones que se otorguen,
en virtud de esta ley, deberán ser comunicadas, para su conocimiento, antes
de la entrada o salida de las tropas correspondiente, al Senado y a la Cámara
de Diputados, salvo los casos previstos en los artículos 2º y 5º.
Artículo 7º.- El informe a que se refieren los
artículos 1º, 2º y 4º, deberá ser evacuado dentro del plazo de diez días
contado desde la recepción del requerimiento a la respectiva Institución,
transcurrido el cual sin que se emita, se podrá prescindir del mismo.".
Dios guarde a V.E.
GABRIEL VALDES S.
Presidente del Senado
JOSE LUIS LAGOS LOPEZ
Secretario Subrogante del Senado
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LEY
4. Publicación de ley en Diario Oficial
4.1. Ley N° 19.067
Tipo Norma
Fecha Publicación
Fecha Promulgación
Organismo
Título
:
:
:
:
:
Ley 19067
01-07-1991
26-06-1991
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
ESTABLECE NORMAS PERMANENTES SOBRE
ENTRADA DE TROPAS EXTRANJERAS EN
EL TERRITORIO DE LA REPUBLICA
Y SALIDA DE TROPAS NACIONALES
DEL MISMO
Tipo Versión
: Texto Original
De: 01-07-1991
URL
:
http://www.leychile.cl/N?i=30434&f=1991-07-01&p=
ESTABLECE NORMAS PERMANENTES SOBRE ENTRADA DE TROPAS
EXTRANJERAS EN EL TERRITORIO DE LA REPUBLICA Y SALIDA DE
TROPAS NACIONALES DEL MISMO
Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha dado su
aprobación al siguiente
Proyecto de Ley:
"Artículo 1°.- La entrada de tropas extranjeras en el
territorio de la República deberá ser autorizada por decreto
supremo, previo informe o a propuesta de la Institución de la
Defensa Nacional que corresponda, firmado por el Presidente
de la República y expedido por intermedio del Ministerio de
Defensa Nacional y suscrito también por el Ministro de
Relaciones Exteriores. Para dictar el aludido decreto
supremo, deberá contarse con el acuerdo previo del Senado.
El decreto supremo que autorice el ingreso de tropas
deberá fijar el objeto, plazo y modalidades del mismo.
Artículo 2°.- Si le entrada obedece a la celebración de
efemérides nacionales, viajes de instrucción o logística,
actos de cortesía internacional o cumplimiento de acuerdos de
intercambio militar, la autorizacion será dada mediante
resolución del Ministro de Defensa Nacional, previo informe o
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LEY
a propuesta de la Institución de la Defensa Nacional que
corresponda.
Artículo 3°.- No se regirán por las normas de esta ley,
sino por las disposiciones legales y reglamentarias internas
y por las normas y tratados internacionales ratificados por
Chile que se encuentren vigentes, el ingreso de buques de
guerra extranjeros en aguas sujetas a la jurisdicción
nacional y de aeronaves militares extranjeras en el espacio
aéreo sobre las aguas jurisdiccionales y el territorio de
Chile.
Artículo 4°.- La salida de tropas nacionales, fuera del
territorio de la República, deberá ser autorizada por decreto
supremo firmado por el Presidente de la República, previo
acuerdo del senado e informe o a propuesta de la Institución
de la Defensa Nacional que corresponda, expedido por
intermedio del Ministerio de Defensa Nacional y con la firma
del Ministro de Relaciones Exteriores.
En el decreto aludido en el inciso anterior se fijará el
objeto, plazo y modalidades de la salida de tropas.
Artículo 5°.- Si la salida a que se refiere el artículo
precedente tiene por finalidad participar en celebración de
efemérides, viajes de instrucción o logística, misiones de
ayuda
humanitaria,
actos
de
cortesía
internacional
o
cumplimiento de acuerdos de intercambio militar, se aplicarán
las normas relativas a las comisiones en el extranjero
establecidas en el Estatuto del Personal correspondiente,
sirviendo de suficiente autorización los decretos que las
dispongan.
Artículo 6°.- Las autorizaciones que se otorguen en
virtud de esta ley, deberán ser comunicadas, para su
conocimiento, antes de la entrada o salida de las tropas
correspondiente, al Senado y a la Cámara de Diputados, salvo
los casos previstos en los artículos 2° y 5°.
Artículo 7°.- El informe a que se refieren los artículos
1°, 2° y 4°, deberá ser evacuado dentro del plazo de diez
días contado desde la recepción del requerimiento a la
respectiva Institución, transcurrido el cual sin que se emita
se podrá prescindir del mismo.".
Historia de la Ley Nº 19.067
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LEY
Y por cuanto he tenido a bien aprobarlo y sancionarlo;
por tanto promúlguese y llévese a efecto como Ley de la
República.
Santiago, junio 26 de 1991.- PATRICIO AYLWIN AZOCAR,
Presidente de la República.- Patricio Rojas Saavedra,
Ministro de Defensa Nacional.
Lo que se transcribe para su conocimiento.- Marcos
Sánchez Edwards, Subsecretario de Guerra.
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