Anemias en el deporte

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LAS ANEMIAS EN EL DEPORTE
Por los Dres. Javier Serra y Kepa Lizarraga.
En el mundo del deporte un aspecto médico muy común y que preocupa, a
veces exageradamente, a padres y entrenadores es el de las anemias y su repercusión
sobre la salud y el rendimiento.
Para entender la importancia de este problema hay que conocer las funciones de
los componentes de la sangre
LA SANGRE
Es un fluido viscoso de color rojo.
En la sangre hay una parte líquida denominada plasma y otra sólida constituida
por células.
El plasma sanguíneo
Es en su mayoría agua en la que, además de azucares, grasas y proteínas
procedentes de los alimentos, hay disueltas hormonas, enzimas, vitaminas y minerales.
Su adecuada composición se mantiene gracias a una correcta alimentación e hidratación
y a un buen funcionamiento de los órganos internos.
Los elementos formes
Son los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Estas células y
corpúsculos se originan en la médula ósea presente en el interior de los huesos. Los
elementos formes, cuando se relacionan con la cantidad de plasma, constituyen el valor
hematocrito. Por ejemplo, un hematocrito de 48% significa que el 48% del volumen de la
sangre está constituido por glóbulos rojos, blancos y plaquetas y que el 52% restante es
plasma sanguíneo.
Valores de hematocrito normales:
37-47% en la mujer
40-45% en el hombre.
Los glóbulos rojos o hematíes
Su principal función consiste en llevar oxígeno desde los pulmones a todas las
células del cuerpo. Ese oxígeno va unido a una sustancia del interior del glóbulo rojo
llamada hemoglobina. Para que se forme la hemoglobina es indispensable la presencia de
hierro por lo que se debe procurar que las reservas del mismo (ferritina) estén normales.
Valores normales:
Glóbulos rojos:
4-5,3 millones la mujer.
4,4-6 millones el hombre.
Hemoglobina:
12-16 gr./dl. la mujer.
14-18 gr./dl. el hombre.
Ferritina:
8-300 nanogr./ml. la mujer.
18-440 nanogr./ el hombre.
Los glóbulos blancos o leucocitos
Además de originarse en la médula ósea lo hacen en los ganglios linfáticos, timo
y bazo. Su principal función es defensiva y la mayoría de las veces son capaces de luchar
y vencer a las bacterias, virus, hongos, cuerpos extraños, etc. responsables de las
infecciones.
Las plaquetas o trombocitos
Permiten que en caso de lesión vascular y de hemorragia la sangre se coagule,
se cierre el vaso lesionado y pare la hemorragia.
Una práctica moderada de ejercicio físico no supone ninguna alteración
perjudicial de los componentes de la sangre y de sus funciones. Es más, de observarse
alguna variación suele ser en sentido positivo.
Sin embargo, los esfuerzos exigidos por la alta competición pueden provocar
modificaciones no saludables y por supuesto incompatibles con un buen resultado
deportivo.
LA ANEMIA
Es un estado anómalo caracterizado por una disminución de la cantidad de
hemoglobina asociada a un descenso de glóbulos rojos y del hematocrito.
Sin hemoglobina suficiente a la que ir asociada, el oxígeno no podrá ser
transportado en cantidad suficiente y los músculos verán reducida su capacidad de
esfuerzo.
Síntomas
El primero va a ser la disminución progresiva en el rendimiento deportivo, con
dificultad para tolerar cargas intensas de trabajo o necesidad de mayores tiempos de
descanso entre ellas. Si no se trata, irán apareciendo una sensación de cansancio
general, el aumento de la frecuencia cardiaca en reposo y al esfuerzo, una disminución
de la tensión arterial, palpitaciones, mareos e incluso soplos cardiacos.
La falsa anemia del deportista
Es la hemodilución o paso de líquido a la sangre que ocurre de forma
prácticamente constante en los deportistas de fondo, alterando la proporción normal
entre plasma y elementos formes. El número de glóbulos rojos es el mismo, pero
disminuye en proporción al plasma.
Es un mecanismo de defensa orientado a que la sangre circule con menos
dificultades por el interior de los vasos.
Por él se explica que en términos generales los deportistas de fondo presentan
hematocritos más bajos que la población general.
Su conocimiento es importante ya que de otra manera puede engañar a quien
intente valorar el resultado de un análisis de sangre sin tener en cuenta los hábitos
deportivos de la persona.
La verdadera anemia del deportista
Hay una baja cantidad de glóbulos rojos, hematocrito y hemoglobina en los
análisis.
La mayor parte de las anemias de los deportistas cursan con disminución de
hierro, lo que origina glóbulos rojos pequeños y poco pigmentados. Este hecho sirve para
orientar al médico y diferenciar entre la verdadera y la falsa anemia, en la que los
glóbulos rojos son normales.
Si el nivel de ferritina está bajo la situación se complica un poco más y la
recuperación tras el tratamiento será algo más tardía.
Además de las causas generales de aparición, en el deportista las
anemias se pueden producir por:
* Aporte insuficiente de hierro en la dieta. En este aspecto, es importante que
los deportistas de fondo que siguen una dieta estrictamente vegetariana (pobre en hierro
de fácil absorción) controlen la ferritina (reserva de hierro).
* Dificultad en su absorción. Los atletas tienen acelerado el tránsito de los
alimentos por los intestinos y una sustancia como el hierro, de difícil absorción, podría
ser eliminada en buena parte por las heces.
* Aumento de las pérdidas por el aparato digestivo. En las pruebas de larga
duración, los atletas pueden llegar a sufrir micro hemorragias intestinales porque el bajo
riego sanguíneo de esta zona (la sangre está en los músculos) provoca pequeñas
lesiones por necrosis (muerte por falta de oxígeno de las células de la mucosa intestinal).
* Aumento de las pérdidas de hierro a través del sudor.
* Rotura de hematíes. En algunas especialidades deportivas como la maratón o
la pelota a mano, los impactos del pie o la mano contra el suelo o la pelota determinan
que se rompan glóbulos rojos que pueden llegar a colorear la orina.
Sabiendo que todos los deportistas de fondo y sobre todo las mujeres en edad
fértil tienen más riesgo de padecer anemias que la población general, es evidente la
necesidad de realizar análisis de sangre según criterio del médico, quien fijará la
frecuencia de los mismos en función de las características personales de cada persona.
TRATAMIENTO
La dieta
Debemos compensar las pérdidas y dificultades de absorción debidas al deporte
con un aumento de la cantidad de hierro a ingerir en la dieta y con el debido cuidado
para evitar interacciones entre alimentos que alteren su captación en el intestino
Tabla de alimentos
ORIGEN ANIMAL
Almejas
Berberechos
Caracoles
Hígado
Yema de huevo
Carne de caballo
Riñones
Ostras
Mejillones
Foigras
Jamón serrano
Carne en general
Pescado
Leche-lácteos
ORIGEN VEGETAL
Habas secas
Lentejas
Garbanzos
Alubias
Guisantes
Espinacas
Coco
Frutos secos
Frutas secas
Acelgas
Cereales integrales
Olivas
Verduras
Frutas
La biodisponibilidad
Es importante tener en cuenta la biodisponibilidad o facilidad con la que puede
captarse el hierro de los alimentos. A este respecto hay que decir que la biodisponibilidad
de los alimentos de origen animal es mayor que la de los vegetales.
La absorción del hierro
El hierro de los alimentos se absorbe mejor:
Si el estado de los depósitos de reserva (ferritina) es bajo.
Si su ingesta se acompaña de vitamina C (naranjas, limón, pomelos, kiwi).
Si se obtiene o acompaña de las proteínas de la carne o el pescado.
Si la acidez gástrica es mayor (en ayunas).
Algunos alimentos, sobre todo los de origen vegetal, ricos en fitatos, oxalatos,
taninos o fosfatos reaccionan con el hierro formando compuestos insolubles que no
pueden atravesar la barrera intestinal. Así, por ejemplo, se recomienda separar la toma
de hierro de la ingesta de cereales, vegetales con fibra, café o té.
Los medicamentos
El sulfato ferroso por vía oral es el tratamiento de elección para las deficiencias
de hierro. Su absorción es óptima cuando se está en ayunas. La vitamina C interviene de
forma positiva.
La vía parenteral (intramuscular o intravenosa) es peligrosa y solo debe
emplearse cuando es imprescindible la rápida recuperación de las reservas de hierro.
El hierro tomado sin control puede ocasionar serios problemas de salud ya que a
las alteraciones digestivas que ocasionalmente provoca es preciso añadir el riesgo de que
se acumule en ciertos órganos dando lugar a importantes enfermedades.
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