NOVELAS DE PRÓXIMA PUBLICACIÓN LA VANGUARDIA 39 CULTURA DOMINGO, 1 AGOSTO 2010 Pensador medieval Josep M. Muñoz Pujol publicará en septiembre su novela sobre el filósofo Abelardo Saga familiar Este otoño saldrá Matins grisos, donde Joan Adell novela la historia de una familia En clave dramática Sílvia Alcàntara publicará en febrero una novela en clave dramática Llàtzer Moix Chihuahua E l perro es el mejor amigo del hombre. Ustedes lo habrán oído más de una vez. Y siendo la amistad un sentimiento recíproco, supongo que el hombre será el mejor amigo del perro. Pero, a decir verdad, no he oído a ningún perro confirmarlo. De modo que se trata de una hipótesis. Por más que la difunta Gail Posner legara a su chihuahua Conchita una herencia de 3 millones de dólares y una mansión valorada en 8,3 millones. La historia de Conchita es de aúpa. Sólo la supera la de su amantísima propietaria, hija de Victor Posner, en su día uno de los ejecutivos mejor pagados en EE.UU, célebre por sus opas hostiles. Posner padre tuvo problemas diversos. Su familia era dada al alcoholismo y el abuso sexual; él mismo fue perseguido por evasión de impuestos e incapacitado para tratar con empresas públicas. Todo lo cual no le impidió, a su muerte, dejar una fortuna de 50 millones de dólares a la ociosa Gail. ¿Dirían que su vida fue fácil? Pues no. Fue un rosario de amores frustrados, desequilibrios, pastillas y operaciones de cirugía estética, tan sólo aliviado por el cariño de sus tres chihuahuas: Conchita, la preferida, April Maria y Lucía. Si fuera cierto, como opinaba Max Beerbohm, que la mujer extremadamente amable con los pe- Riqueza y cerebro no siempre van unidos; cerebro y ética, tampoco KIM MANRESA del Ateneu. Publicará la novela Matins grisos (Angle), que quedó finalista del último premio Ramon Llull y en la que se narran “las vicisitudes de una familia, los Llopart, en el marco de un periodo que se inicia en 1893 y concluye el 20 de noviembre de 1975, el día de la muerte de Franco”, dice el autor, licenciado en Medicina y Farmacia y que había publicado algunos relatos en editoriales de difusión limitada. Historia intimista. El año pasado otra autora veterana, Anna Crusafont (Sabadell, 1937), se incorporó a la escena narrativa con la obra Isola bella (Columna, y Roca Editorial en versión castellana), un relato intimista y de sentimientos. Ahora está dando los últimos toques a otro relato, Quadres d'una exposició, “la historia de una familia llena de ilusiones, esperanzas y frustraciones, en el que la música desempeña un papel importante”. De la poesía a la novela. Este mismo año ha debutado en la novela el reconocido poeta Màrius Sampere (Barcelona, 1928). En El gratacel (Meteora), un libro de gran ambición intelectual, se interro- Encuentro en el Ateneu. Seis de los escritores que aparecen citados en el reportaje posaron para el fotógrafo de La Vanguardia en el jardín del Ateneu Barcelonès: de izquierda a derecha, Josep Maria Loperena, Lluïsa Forrellad, Josep Maria Muñoz Pujol, Màrius Sampere, Sílvia Alcàntara y Joan Adell SÍLVIA ALCÀNTARA Puig-reig, 1944 Olor de colònia, la novela de su debut, fue elogiada por la crítica y es un fenómeno comercial: lleva 42.000 ejemplares vendidos JOAN ADELL Blanes, 1938 Licenciado en Farmacia y Medicina, debuta en otoño con la novela Matins grisos MÀRIUS SAMPERE Barcelona, 1928 Poeta consagrado y reconocido, este año ha publicado su primera novela, El gratacel JOSEP MARIA LOPERENA Alguaire (Lleida), 1938 Abogado de larga trayectoria, con L'espia del violí completará una trilogía narrativa sobre a la Barcelona de la segunda mitad del XX LLUÏSA FORRELLAD Sabadell, 1927 Ganó el premio Nadal 1954 con Siempre en capilla. Medio siglo después, en el 2006, debutó en la novela catalana con Foc latent JOSEP MARIA MUÑOZ PUJOL Barcelona, 1924 Médico traumatólogo, autor teatral y ensayista, debutó como narrador en el año 1999 con la obra Dies de la raó perduda ga sobre los grandes temas de la existencia a través de una atractiva trama inspirada en la Divina Comedia. Dentro de esta narrativa filosófica, el autor trabaja ya en una próxima novela, “una especie de continuación de El gratacel sin serlo”, que tratará sobre el concepto del mal. “Varios detectives efectúan sus respectivas indagaciones sobre diversas modalidades de la maldad”, adelanta. La Barcelona de posguerra. En un registro muy distinto, el veterano abogado y escritor Josep Maria Loperena (Alguaire, 1938) ha concluido el tercer título de su trilogía sobre la posguerra en Barcelona, que se inició con La casa del fanalet vermell (Columna), sobre la huelga de tranvías de 1951, y siguió con Ulls de falcó, sobre la figura del maquis Facerias. Loperena, que también se incorporó a la narrativa en su madurez, explica que este tercer título, L'espia del violí, “es cronológicamente anterior a los otros dos y tiene como protagonista al músico Bernard Hilda, que trabajó como espía de los aliados”.c CONSULTE EL BLOG DE NOVEDADES EDITORIALES ‘EL ARQUERO’ EN www.lavanguardia.es/blogs rros suele haber obtenido poco cariño de los hombres, Gail podría ser un ejemplo de libro. Y Conchita, la beneficiaria de las penas de su ama. Decir que Conchita ha vivido entre algodones sería quedarse corto. Disponía de un fondo de armario insondable. Poseía collares de diamantes de hasta 15.000 dólares. Iba cada semana en su Cadillac dorado al spa donde le hacían la manicura y la pedicura. Tenía a su servicio cuidadores personales. Y, puesto que hoy no eres nadie sin presencia mediática, a punto estuvo de protagonizar una campaña como “uno de los perros más mimados del mundo”. El caso de Conchita ha saltado a la prensa porque Bret, el hijo de Gail, ha impugnado el testamento, que sólo le reservaba 600.000 dólares. Bret parte del principio de que el favorito de su madre no debería ser la perra, ni sus guardaespaldas, que también se han llevado una pasta: el favorito debería ser él. Y ha afirmado que los guardaespaldas manipularon a Gail para que testara como ha testado. La historia de Gail y de su chihuahua es piedra de escándalo. Pero, en su insania, es perfectamente comprensible. Gail daba a Conchita lo que a ella misma le gustaba: lujo. Conchita daba a Gail lo que esta nunca recibió: fidelidad. Su trato se basó en la irreflexión más perruna. Ni una ni otra daban, a lo que se ve, para más. En uno de los sitios web donde se recoge el episodio, un internauta ha dejado este mensaje: “Riqueza y cerebro no van siempre unidos”. Cierto. Y aún les diré más: cerebro y riqueza, tampoco. Ni riqueza y ética. Ni cerebro y ética, lo que a fin de cuentas quizás resulte más inquietante. En fin, no se aflijan mucho. Felices vacaciones.