Maura Ruiz La familia Ruiz-Tarde La familia Ruiz siempre ha sido la familia que llega de último. Tarde debería ser nuestro segundo apellido. De allí fue donde yo pienso que se empezaron a formar las raíces del problema que la familia Ruiz tiene. Las tendencias de tardanza empezaron cuando se conocieron mis padres. Silvia García era una de las nuevas trabajadoras en un laboratorio de suministros hospitalarios en Guadalajara, Jalisco. Francisco era el encargado de los punzones de tiempo en el trabajo, y no duró mucho en darse cuenta de que Silvia siempre llegaba tarde. Así fue como Francisco le empezó a hablar a Silvia. Pero lo que se me hace más interesante es el modo que recuerdan los dos la historia. De esta misma historia van dos diferentes versiones porque mamá dice: “Yo nomás llegaba tarde de vez en cuando. Tu papá usó la excusa de que yo siempre llegaba tarde nomás para empezar a hablarme”. Pero papá decía: “Yo nomás estaba haciendo mi trabajo, tu mamá se creía la más guapa de todas las del laboratorio y a todos los miraba de abajo”. Mamá me contaba que todas las muchachas que trabajaban allí le hacían “la barba” a don Francisco para que les cambiara sus punzones y dijeran que llegaban a tiempo. “Ellas ya sabían que tu papá era bien tragón y hasta le hacían la barba trayéndole manzanas y panecitos y él hasta se volaba con ellas. Era bien aprovechado tu papá. No se consolaba en que le trajeran una manzana, pero hasta a la hora del lonche venía y hasta decía: ‘Ay, muchachas, ¿ahora qué me trajeron de lonchecito?’”. Así pasaron los días en el trabajo. Francisco trataba de hablarle y conocer a Silvia usando la excusa de sus tardanzas mientras Silvia seguía llegando tarde y volándose con Francisco para que no le llamaran la atención los mayordomos de sus llegadas tardes. “No duró mucho en que los demás trabajadores empezaron a chismear que Silvia y Francisco eran pareja; ¿tú crees?”. Meses después en los días que se acercaba la comida anual de la compañía, Francisco le preguntó a Silvia si iba ir ella a la comida. Mamá dice: “Le dio una felicidad a tu papá cuando le dije que sí iba a ir”, mientras mi papá dice: “No es cierto, yo ni me acuerdo haberle ni preguntado”. En ese baile fue donde Francisco le preguntó a Silvia si quería ser su novia y así fue como mamá y papá empezaron a noviar. Mamá cuenta que le dijo que sí para celar a las demás viejas del empaque mientras papá insiste que mamá sí lo quería. Acabo mi último detalle contándoles que mamá acabó esa noche reganada por llegar tarde a la casa.