La Tumba quedó Vacía www.esperanzadeisrael.org 1 La Tumba quedó Vacía El portentoso milagro de la resurrección de Jesús, es el inconmovible cimiento del verdadero cristiano, Jesucristo después de estar tres días y tres noches en la sepultura salió victorioso de ella; y por cuarenta días se presentó a muchos hermanos con pruebas indubitables. Jesús fue condenado a muerte conforme a la Leyes Romanas, un catorce del mes de Abib (Primer mes del año bíblico) a la mitad de la semana, y fue sepultado cuando el sol se hundía en el ocaso: “Y como fue la tarde del día, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, el cual también había sido discípulo de Jesús. Este llegó a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús: Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo que había labrado en la peña: Y revuelto una grande piedra a la puerta del sepulcro se fue” Mateo 27:57 – 60. La situación que se vivía en esos días era muy tensa, todos los discípulos de Jesús se escondieron por miedo de las autoridades judías, aparentemente el movimiento iniciado por el carpintero de Nazaret había fracasado, su cuerpo inerte rasgado por los clavos y las espinas quedó sepultado y José de Arimatea ordenó que le pusieran una gran piedra en la entrada del sepulcro. Y después de pasar el 15 de Abib día de la salida de Egipto como medida extrema de seguridad colocaron una guardia en la tumba: “Y el siguiente día, que es después de la preparación, se juntaron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos a Pilato, diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. Manda pues que se asegure el sepulcro hasta el día tercero; porque no vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. Y Pilato les dijo: Tenéis una guardia: Id, aseguradlo como sabéis, entonces ellos fueron, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra con la guardia” Mateo 27:62 – 66. Algunos historiadores describen que la piedra con la cual cerraron la tumba de Jesús pudo haber pesado entre una y dos toneladas. Lo más probable es que la piedra estaba colocada en un lugar ligeramente inclinado hacia la entrada del sepulcro; para sellar la 2 tumba bastaba empujar la piedra y la fuerza de gravedad haría lo demás, pero quitarla de allí significaba rodar la piedra cuesta arriba, para esto se ocuparía de varios hombres y se provocaría mucho ruido. La Tumba fue sellada Esto es parecido con lo que vemos ahora, cuando la autoridad sella una zona donde se ha cometido un delito, quien rompa ese sello va a la cárcel. Los romanos sellaban así: “Extendieron una cuerda frente a la gran piedra que cerraba la entrada de la tumba, luego esta cuerda se fijaría en cada extremo con barro especial, y este se sellaría con el sello del Gobernador Romano. El sello en la tumba era la confirmación que el cuerpo de Jesús estaba dentro del sepulcro, ¡romperlo sería ganarse la ira del gobierno y al culpable lo ejecutarían! ¿Quién se atrevería a lanzarse contra Roma? Recuerde que los apóstoles no estaban de buen ánimo para seguir creyendo en la resurrección, y la fe se les vino abajo. Solo unas cuantas mujeres quedaron con la esperanza que Jesús volvería a la vida: “Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.” Lucas 23:55 – 56. Algo más que debemos entender es que estas santas mujeres solo vieron donde y como lo sepultaron, no se dieron cuenta de la puesta de la guardia al rededor de la tumba, porque esta fue puesta cuando ellas se vinieron para galilea. “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especies aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas” (Lucas 24:1), no olvide que estaba en el sepulcro, una enorme piedra que impedía el paso hacia adentro de la tumba, las mujeres se levantaron muy de mañana para ir al sepulcro, y mientras iban se preguntaban: “¿Quién nos revolverá la piedra del sepulcro?” Marcos 16:3. No contaban con el apoyo de los discípulos. Cuando estas valientes mujeres llegaron se llevaron la gran sorpresa, la piedra estaba quitada del sepulcro, no había guardia y ¡NO ESTABA TAMPOCO EL CUERPO DE JESUS! encontraron la tumba vacía, y un extraño personaje con una radiante presencia (un Ángel) estaba 3 sentado sobre la piedra (Mateo 28:1 – 6) Las mujeres no salían de su asombro, aunque el Heraldo les dijo que Jesús había resucitado, ellas al principio no creyeron, porque no entendieron en ese momento que quien estaba sentado en la piedra que había servido para tapar la tumba era un Ángel celestial. Jesús traspasó la Piedra El ángel del Señor no revolvió la piedra para que Jesús saliera, Jesucristo al resucitar tomó cuerpo de gloria, lo mortal fue absorbido por la inmortalidad, ¡LA PIEDRA NO LO DETENÍA, JESUS LA TRASPASÓ! Después de resucitado entró a las casas sin necesidad de tocar la puerta: “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.” Juan 20:19. El Ángel quitó la piedra como un testimonio, para que miraran que Jesús no estaba en la tumba. Por mucho esfuerzo que pudieron haber hecho los soldados romanos de regresar la piedra a la entrada de la tumba nunca lo hubieran logrado, ¡El ángel estaba sentado sobre ella! María Magdalena corrió y vino a Simón Pedro, y al otro discípulo al cual amaba Jesús, y les dijo: “… Se han llevado al Señor del sepulcro y no sabemos donde le han puesto” Juan 20:1 – 2 No fue fácil al principio creer que Jesús había resucitado, las mujeres miraron cómo había quedado su cuerpo desfigurado por los azotes y los hirientes clavos, y se daban cuenta que los ejecutados en cruz los dejaban insepultos, así que María Magdalena y las otras mujeres que platicaron con los ángeles no dieron la noticia correctamente, lo primero que ellas creyeron fue que se lo habían llevado, “Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde le han puesto. Y Salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrolladlo en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio y creyó” Juan 20: 1 al 8. ¿Que creyó este discípulo? Lo que les había dicho María Magdalena, que lo habían llevado, Sí, nadie de 4 ellos creía en ese angustioso momento que el Cristo había resucitado. María Magdalena fue la que dirigió la operación de buscar a Jesús, y ella se ganó el derecho de ser la primera en verlo después de la resurrección: “Pero María estaba llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba se inclinó para mirar dentro del sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados en uno a la cabecera, y el otro a los pies donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Le dijeron: ¡Porque lloras? Les dijo: porque se han llevado a mi Señor, y no sé donde le han puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer ¿Porque lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tu lo has llevado, dime donde lo has puesto, y yo lo llevaré.” Juan 20:11 – 15. La situación era tensa, muy peligrosa, y lo que flotaba en la mente de estas mujeres es que a Jesús lo habían sacado de la tumba y lo habían lanzado al triste lugar donde quedaban los insepultos: “Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir Maestro) Jesús le dijo: no me toques porque aun no he subido a mi Padre… Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que Él le había dicho estas cosas” Juan 20:16 – 18. A partir de ese momento cuando María Magdalena miró al Maestro la gran noticia se regó en Jerusalén, Jesús de Nazaret había regresado a la vida. ¡La Tumba estaba vacía! En las Escrituras se registra justamente lo que sucedió, si hubiese habido algún acomodo a esta noticia jamás hubieran registrado los apóstoles que fue una mujer la que primero lo vio después de resucitar, porque en ese tiempo el perfil de una mujer estaba tan bajo que no era creíble ningún testimonio que ellas dieran, pero los sucesos se describen justamente como se dieron. Pero no solo María Magdalena lo vio: “Se apareció a Céfas y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos juntos, de los cuales muchos viven aun y otros ya duermen… ” 1 Corintios 15: 5 – 6 Este es un gran relato, no solo lo vieron sus apóstoles, sino más de quinientas personas a la vez, no fue una invención de sus seguidores más cercanos; cualquiera pudiera decir que sus apóstoles se pusieron de acuerdo en sostener esa versión, pero que se pongan de acuerdo más de 5 quinientas personas para sostener algo que no es cierto ¡es imposible! El anuncio de la resurrección de Cristo fue tan poderoso, que los enemigos de Jesús no pudieron refutar aquella verdad, si era cierto que Él no había resucitado: ¿Por qué los sacerdotes judíos no exhumaron el cadáver, y lo presentaron en la plaza de Jerusalén para callar a los fervientes cristianos? No pudieron hacerlo porque la tumba estaba vacía, los sacerdotes judíos azotaron y apedrearon a los apóstoles, porque estos desafiaban al Sanedrín, asegurando que Jesús no se había quedado en la tumba; y los fariseos nunca pudieron demostrar lo contrario. dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” Hechos 9:3 – 5 Saulo quedó atónito, el gran enemigo de Jesús se convirtió a la nueva fe, esto hizo que los cimientos del Judaísmo se sacudieran. ¿Cómo era posible que el hombre que iba al mando de la escolta para traer de Damasco a los cristianos ahora volviera diciendo que Jesús se le había aparecido? Este fue el mensaje testimonial ante los reyes y personas importantes que dio Pablo. Cuando estuvo frente a Festo y le dio este testimonio: “… Festo a gran voz dijo: Estás loco Pablo; las muchas letras te vuelven loco…” Hechos 26:24 – 25 Al Último que se le apareció Por supuesto que creer esto no es simplemente decir “creo”, hay algo más, tenemos que demostrar con hechos que la muerte y la resurrección de Jesús se han experimentado en nuestro ser: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20 Tenemos que crucificar nuestro cuerpo de pecado en la cruz del Evangelio, y dejarnos sepultar justamente como le sucedió a Cristo Jesús. Al último que se le apareció Jesús después de la resurrección fue al más obstinado enemigo de la Santa Causa, Saulo el de Tarzo. Cuando iba camino a Damasco (hoy capital de Siria): “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; ¿Cree usted en la Muerte y Resurrección de Jesús? 6 Crucificar nuestro cuerpo significa renunciar a todos los placeres ilícitos de este mundo, y nuestra sepultura con Cristo debe ser en las aguas del Bautismo: “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él. Romanos 6:3 – 8 **************************** ******************* ************** ********* ****** Francisco Morazán: - Comayagüela: Res. Centro América 4ta.Etapa, Calle # 26 y 27 - Santa Ana: Las Quebraditas, Calle Principal a Santa Ana. El Paraíso: - Güinope: Galeras, Calle Principal a Güinope - San Pedro Sula: Bo. Cabañas 17 calle, 13 y 14 Ave. Sureste Omoa: Bo. San Antonio Cortés: - Valle: - San Lorenzo: Comunidad de El Comercio, Carretera a Coyolito, Frente a la Escuela Choluteca: - Pespire: Río Chiquito y Cacautare Macuelizo, San Antonio de Flores Comayagua: - Yoro: Siguatepeque: Bo. 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