TEXTOS PARA COMENTAR

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TEXTOS PARA COMENTAR
(resumen La familia de Pascual Duarte)
Esta novela es fundadora del género que se dio a conocer como tremendismo, el cual entronca con la
tradición realista española: la picaresca, el naturalismo del siglo XIX y la novela social de los años
treinta. Es un punto de encuentro de estilos que surgen en la España de posguerra, dentro de los que
podemos destacar el existencialismo y el extremo realismo. Los personajes viven en un ambiente de
marginación, sumidos en la incultura, el dolor y la angustia; esto hace que las historias giren en torno a
lo grotesco o repulsivo buscando con ello impactar al lector. Puede por tanto decirse que el
tremendismo es un tipo de crítica social.
El arquetipo de estos personajes es el protagonista de esta novela: Pascual Duarte, habitante de la
Extremadura rural que carece de toda habilidad social y que solo conoce la violencia como único
recurso para solucionar los problemas que se le van planteando en la vida. Por esto, la historia tiene
un argumento truculento, sórdido, abundante en escenas de violencia.
La novela tiene varios narradores, entre ellos el principal es el propio protagonista, Pascual Duarte,
quien cuenta la historia de su vida con un lenguaje que evoca el habla rural, y que recurre a menudo a
comparaciones con la naturaleza y frecuentemente al uso del refranero español cuando no encuentra
palabras para expresar lo que siente o piensa.
Nuestro protagonista es oriundo de Torremejía (Extremadura) y su vida se desarrolla entre 1882 y
1937, años en los que la realidad socio-política española estaba marcada por un clima de profunda
inestabilidad. Es una de las épocas más agitadas dentro del Constitucionalismo Histórico con bruscos
cambios de Gobierno y de Constitución siendo estas Constituciones más teóricas que fácticas.
El protagonista de la obra, naturalmente también se ve influenciado, condicionado e impregnado por el
clima social reinante en el momento y aunque en ocasiones las referencias explícitas sean difíciles de
deducir, en determinados momentos parece que el autor está refiriéndose implícitamente a las mismas.
La novela tiene una clara influencia religiosa, en parte por el autor mismo, que era muy devoto.La
cantidad de referencias a Dios en la novela son numerosas. Ayuda para darle un ambiente de
confesión y arrepentimiento a la obra. Se siente como si nuestro narrador estuviera pidiendo perdón.
Esto también se nota con los asesinatos que comete, en cada asesinato se habla de un "fuego" o
sentimiento de calor que siente el protagonista. Este calor es una referencia al infierno.
TEXTO 1
La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (...) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno... Mala cosa.
Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte
(resumen El camino, de Miguel Delibes)
Daniel el mochuelo a sus once años se ve obligado por su padre a abandonar el pueblo dónde nació y
se crió, y estudiar el bachillerato en la ciudad, el padre y la madre de el mochuelo eran gente sencilla
humildes queseros que ganaban lo suficiente para comer y para nada más, el padre quería que su hijo
fuera algo en la vida, que le fuera algo mejor de lo que le había ido a él , había ahorrado mucho para el
viaje a la ciudad y para mantener a su hijo hasta que terminase el bachillerato, ahora Daniel, no podía
hecharse atrás, ya que su padre había sufrido mucho para otorgarle ese regalo. Durante la noche
antes a su marcha Daniel recuerda todas las aventuras y desventuras que le habían ocurrido a lo largo
de esos once años de vivir en el Valle, él jamás había franqueado las montañas que separaban el
pueblo del resto del mundo, por ello, las vivencias, rumores e historietas del pueblo fueron de algún
modo las únicas guias que tenia el de como era la vida. Gracias a sus amigos como Roque el moñigo,
Germán el tiñoso, La mica , la mariuca-uca, etc. El mochuelo iba madurando y aprendiendo los
misterios de la vida, como de dónde salía la leche de una vaca explicado por su madre, la curiosidad
de que era un vientre seco y lo que era un aborto significaba gracias a las Guindillas, supo lo que era
el amor al enamorarse de La mica la hija del Indiano que era diez años más viejo que él , además
apredió que había cosas que la voluntad humana no es capaz de controlar gracias a un novio de las
Lepóridas, a poner a prueba su valor a causa de su amigo el Moñigo que le forzaba a hacer cosas de
las cuales luego traen consecuencias, como una vez que estaban en el huerto de Lucas el mutilado y
les sorprendio a los tres amigos robando manzanas, por todo esto Daniel hecharia de menos vivir en el
Valle y por ello no se quería marchar, por otro lado, su padre habia luchado mucho para que el tuviese
una formación digna y debía marcharse aún en contra de su voluntad. Cuando quiso darse cuenta se
había pasado toda la noche en vela recordando, se levanto y tomo rumbo al nuevo camino que ante el
se le habría.
TEXTO 2
Muchas tardes, ante la inmovilidad y el silencio de la Naturaleza,
perdían el sentido del tiempo y la noche se les echaba encima. La
bóveda del firmamento iba poblándose de estrellas y Roque, el Moñigo,
se sobrecogía bajo una especie de pánico astral. Era en estos casos, de
noche y lejos del mundo, cuando a Roque, el Moñigo, se le ocurrían
ideas inverosímiles, pensamientos que normalmente no le inquietaban:
Dijo una vez:
—Mochuelo, ¿es posible que si cae una estrella de ésas no llegue nunca
al fondo?
Daniel, el Mochuelo, miró a su amigo, sin comprenderle.
—No sé lo que me quieres decir —respondió.
El Moñigo luchaba con su deficiencia de expresión.
Accionó repetidamente con las manos, y, al fin, dijo:
—Las estrellas están en el aire, ¿no es eso?
—Eso.
—Y la Tierra está en el aire también como otra estrella, ¿verdad? —
añadió.
—Sí; al menos eso dice el maestro.
—Bueno, pues es lo que te digo. Si una estrella se cae y no choca con la
Tierra ni con otra estrella, ¿no llega nunca al fondo? ¿Es que ese aire
que las rodea no se acaba nunca?
Daniel, el Mochuelo, se quedó pensativo un instante.
Empezaba a dominarle también a él un indefinible desasosiego cósmico.
La voz surgió de su garganta indecisa y aguda como un lamento.
—Moñigo.
—¿Qué?
—No me hagas esas preguntas; me mareo.
—¿Te mareas o te asustas?
—Puede que las dos cosas —admitió.
Rió, entrecortadamente, el Moñigo.
—Voy a decirte una cosa —dijo luego.
—¿Qué?
—También a mí me dan miedo las estrellas y todas esas cosas que no se
abarcan o no se acaban nunca.
Pero no lo digas a nadie, ¿oyes? Por nada del mundo querría que se
enterase de ello mi hermana Sara.
El Moñigo escogía siempre estos momentos de reposo solitario para sus
confidencias. Las ingentes montañas, con sus recias crestas recortadas
sobre el horizonte, imbuían al Moñigo una irritante impresión de
insignificancia. Si la Sara, pensaba Daniel, el Mochuelo, conociera el
flaco del Moñigo, podría, fácilmente, meterlo en un puño. Pero,
naturalmente, por su parte, no lo sabría nunca. Sara era una muchacha
antipática y cruel y Roque su mejor amigo. ¡Que adivinase ella el terror
indefinible que al Moñigo le inspiraban las estrellas!
El camino, Miguel Delibes 1950
(resumen Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos)
La trama de la novela es sencilla en cuanto a que desarrolla una historia lineal enmarcable en la división
clásica de principio, nudo y desenlace. La sencillez de la trama ha sido resumida por Buckley como "[la
anécdota misma de Tiempo de silencio] es la historia de un hombre que quiso ser investigador científico y
fracasó".
El protagonista de la novela es Pedro, un joven médico investigador en Madrid a finales de la década de los
40. La paupérrima situación económica y social impiden el avance de las investigaciones sobre el cáncer que
realiza con una cepa de ratones. Estos ratones habían sido traídos desde Estados
Unidos y no se había
podido mantener un ritmo de reproducción superior al de su muerte. Su ayudante en el laboratorio, Amador,
había regalado meses antes algunos ejemplares a un pariente suyo,el Muecas. Este ha logrado criar estos
ratones en su chabola con ayuda de sus hijas. Pedro y Amador acuden a esa chabola para recomprar algunos
de esos ratones y poder continuar con las investigaciones.
Tras esa visita, Pedro entra en contacto con los bajos fondos de Madrid, y el Muecas acude a él por su
condición de médico, cuando su hija mayor, Florita, se desangra debido a un aborto que su padre ha
practicado en casa . La chica muere cuando Pedro, que no ejerce la medicina, intenta salvarla. El protagonista
se encuentra entonces perseguido por la policía, que acaba por detenerle y sólo lo libera cuando la madre de
Florita defiende su inocencia.
Pedro vuelve entonces a su vida en la pensión, donde las mujeres que la regentan pretenden que case con la
más pequeña, Dorita. Cartucho, personaje violento que pertenece a las clases más bajas, decide vengar la
muerte de Florita, su novia. Para ello saca una navaja y mata a Dorita durante una verbena a la que había
acudido con Pedro. Cartucho está convencido de que Pedro había dejado embarazada a Florita y la había
dejado morir. Pedro acaba por perder su trabajo como investigador y termina siendo médico de provincias.
TEXTO 3
Solo aquí, qué bien, me parece que estoy encima de todo. No me puede
pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas
preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer
con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que
conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del
placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si
estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí,
en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que
antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que
caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más
que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo,
viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no
tengo nada que desear.
Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no
la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la
maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No
pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy
tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que
pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy
tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar
en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer
porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para
dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya
pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga,
porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te
lo puede impedir
Tiempo de silencio, Luis Martín-santos (1962)
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