Poesía española posterior a 1936

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TEMA 20. LA POESIA ESPAÃ OLA POSTERIOR A 1936
• Marco histórico y cultural
Desde 1939 hasta la transición democrática, la vida española estuvo marcada por el control y la
ideologÃ−a del régimen franquista.
Al acabar la Guerra Civil, sólo existÃ−a un partido bajo el mando del Ejército, FET de la JONS. La
represión franquista abarcó ejecuciones, detenciones… Se produjo un fuerte retroceso económico y un
fuerte aumento del coste de vida. En los primeros años de posguerra imperaron el silencio y el terror a la
delación; gran parte de la población sufrÃ−a frio y desnutrición, lo que favorecÃ−a el desarrollo de
enfermedades.
Adquirió gran importancia la apariencia, reprimiéndose cualquier aspecto diferenciador. El nacionalismo
imperante prohibió el uso de cualquier otra lengua que no fuera el español. Para la difusión e imposición
de las normas de vida de esta ideologÃ−a, se impulsaron Sección Femenina, Acción Católica y Frente de
Juventudes. En el ámbito universitario, Falange dispuso del SEU, que controlaba polÃ−ticamente la
enseñanza, y se introdujeron asignaturas obligatorias. En la enseñanza no universitaria, se combatieron la
tradición progresista, la Institución Libre de Enseñanza, la coeducación y el laicismo. Muchas
personalidades de todos los ámbitos se exiliaron a la URSS, Inglaterra, Francia, EEUU, México…
La arquitectura se caracterizó por un monumentalismo aparatoso. Las artes plásticas se estancaron e incluso
retrocedieron. Se produjo el auge de la música popular y ligera, y triunfaron la copla y la zarzuela. En el
ámbito de los espectáculos, triunfaron la revista musical, los toros y el futbol. En el cine predominaron
comedias alegres y festivas y se desarrollaron los géneros patrióticos religiosos. La producción
cinematográfica estaba sometida a censura. El NO-DO fue la herramienta fundamental de la propaganda
polÃ−tica y del control informativo. La radio tuvo un papel decisivo como difusora y alentadora de una
imagen recortada de España.
En la década de 1950, algunos sectores se fueron politizando. Económicamente, se atisbaba una cierta
recuperación con la progresiva incorporación de España al contexto internacional.
Surgió una minoritaria conciencia innovadora que se opuso a un sistema al que rechazaba moral, estética e
intelectualmente. Nació una disidencia que encontrarÃ−a su proyección en la década siguiente.
En arquitectura surgió el racionalismo, en música los lenguajes dodecafónicos y seriales, en pintura el
informalismo expresionista y la abstracción, y en el cine el neorrealismo. Los toros, los seriales
radiofónicos y la taberna seguÃ−an siendo los entretenimientos favoritos. La prensa mejoró su calidad, y su
tono se hizo más neutro y profesional; la radio incrementó sus receptores. Nacieron importantes sellos
editoriales.
En los años 60 continuaron las detenciones, torturas y ejecuciones. El nivel de vida se elevó, se
incrementaron las exportaciones, crecieron los sectores de servicios y construcción, aumentó la natalidad,
mejoraron las comunicaciones y se disparó el turismo. La presencia de turistas, la movilidad social y la
emigración generaron un cambio en las costumbres.
La universidad fue centro de revueltas, que acababan en represiones frecuentes, hasta que en 1965 se
disolvió el SEU. La segunda mitad de la década estuvo marcada por grandes movilizaciones de
estudiantes y obreros. La mayorÃ−a de la población se mantuvo apática e indiferente.
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En arquitectura triunfan los estilos despojados y luminosos, y el arte conceptual o minimalista. La música
evoluciona hacia el dodecafonismo y la aleatoria. En las artes plásticas, se registra en los artistas una
voluntad de denuncia. En el cine surge un neovanguardismo. El gran medio de comunicación de masas fue la
televisión, fuente de adoctrinamiento polÃ−tico. La radio registró una gran expansión, pero el monopolio
informativo lo mantuvo RNE. Con la Ley de Prensa, la censura se aplicaba a posteriori, con lo que la libertad
de expresión continúo coartada. Aparecieron importantes revistas como Triunfo.
A partir de 1975, se inició la transición a la democracia. Las Cortes Constituyentes de 1977 unieron a
polÃ−ticos enemigos. En medio de una crisis mundial, que generó una gran inflación, un fuerte déficit
exterior y altos niveles de desempleo, se produjo el acuerdo nacional de todas las fuerzas sociales en los
Pactos de la Moncloa.
A partir de 1977 se produjeron históricos regresos del exilio a una sociedad que gozaba ya de libertad de
expresión. Son los años del destape. Al futbol y a los toros, se añade la afición al ciclismo y al boxeo,
se legalizó el juego y se popularizó el bingo.
• La poesÃ−a
Desde el fin de la guerra hasta la actualidad, la poesÃ−a ha atravesado por momentos dispares: de la poesÃ−a
de evasión a la de compromiso social, pasando por la poesÃ−a pura y esteticista y la de experimentación
vanguardista. Las circunstancias histórico-sociales de la vida española han sido determinantes en la
conformación de las distintas orientaciones.
• Década de los treinta
Los experimentos vanguardistas dejan paso a un proceso de rehumanización de la literatura. Comenzó la
producción de una poesÃ−a comprometida con la realidad.
Entre 1936 y 1939, en ambos bandos se desarrolló una literatura de propaganda ideológica. Destaca la
figura de Miguel Hernández.
• Miguel Hernández
Su obra poética nació en pleno proceso de transición entre la innovación vanguardista y la
rehumanización vivida por los poetas del 27. Su poesÃ−a está impregnada de una emoción intensa, de un
hondo contenido humano, enmarcado en unos versos de gran perfección formal.
Su poesÃ−a gira en torno a tres núcleos temáticos. El amor aparece en un principio como un deseo
insatisfecho, más tarde aparece como la plenitud amorosa que colma de dicha. El dolor es provocado por las
vivencias personales y la realidad social, agudizado por la guerra, y cuya máxima expresión es la muerte.
Refleja un profundo vitalismo, unido al amor y a la solidaridad, surgiendo la esperanza en un futuro mejor.
En su evolución poética fue incorporando diversas aportaciones tanto de clásicos como de sus
contemporáneos. Su trayectoria está marcada por una evolución ideológica que va desde el catolicismo
hasta la militancia republicana y comunista.
En la primera etapa (1933-1936) busca un lenguaje poético propio. Perito en lunas reúne cuarenta
octavas reales caracterizadas por su hermetismo. El rayo que no cesa tiene como tema principal la
imposibilidad de plenitud del amor a causa de las pautas morales de la amada.
La segunda etapa (1937-1938) en la poesÃ−a de Miguel Hernández está influenciada por Pablo Neruda y
su concepción de la poesÃ−a impura, comprometida con la realidad. Las estrofas clásicas alternan con el
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verso largo. Compone dos poemarios: Viento del pueblo y El hombre acecha.
Los últimos poemas (1939-1942) son escritos en la cárcel, se recogen en el Cancionero y romancero de
ausencias. Los temas giran alrededor del sentimiento de ausencia de su mujer y sus hijos y de la libertad.
La Guerra Civil y la dictadura provocaron el exilio de numerosos intelectuales y artistas. Los poetas en el
exilio siguieron caminos diversos, pero en las producciones de todos ellos sobresale el tema de España,
cargado de angustia en una primera época.
Prosiguieron la tradición poética de la modernidad y llegaron a sustituir el dolor por un rescate del pasado.
Destacan:
• Emilio Prados
Destaca el tono melancólico y el tema de búsqueda de la unidad y armonÃ−a del hombre y el cosmos. El
exilio lo impulsó a buscar una realidad más perfecta. Su obra está influida por el simbolismo y el
surrealismo.
• Manuel Altolaquirre
Considerado el poeta más comunicativo de su generación, muestra interés por los clásicos. La poesÃ−a
es una fuente de conocimiento en la que predomina un sentimiento de soledad. Presenta vagas inquietudes
religiosas y se intensifica su nostalgia.
• León Felipe
El tema común de su poesÃ−a es España, pero relega la cuestión de la guerra para abordar asuntos como
la condición humana, la injusticia, el desorden, la rebelión contra la historia, el concepto de poesÃ−a como
esclarecimiento...
• Década de los cuarenta
Se registran distintas lÃ−neas poéticas. Prosperó una poesÃ−a neoclásica de exaltación nacionalista y
de evasión. La poesÃ−a existencial expresó la angustia vital del ser humano, y las nuevas propuestas del
vanguardismo mantuvieron la continuidad con la poesÃ−a de preguerra. Las revistas literarias tuvieron un
importante papel en la difusión de todas las lÃ−neas literarias.
Las revistas fundamentales de la corriente neoclásica fueron Escorial y Garcilaso. Escorial fue el primer
órgano de propaganda intelectual. Cultivaron una poesÃ−a intimista, realista, de carácter meditativo y
trascendente. La denominada generación del 36 cultivó una poesÃ−a realista y cotidiana, con base en la
experiencia y con pretensiones de reflexión trascendental y emocionada de la condición humana. Garcilaso
continuó el camino de Escorial y bajo su neoclasicismo formal surgió una corriente neorromántica.
• Luis Rosales
Una parte importante de su producción estuvo marcada por la temática religiosa. Alcanzó su plenitud con
La casa incendiada.
• Leopoldo Panero
Su poesÃ−a se caracteriza por el intimismo y la recurrencia a las ideas de familia, tierra, Dios y el paso del
tiempo.
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• Dionisio Ridruejo
Fue un fiel representante de la tendencia formalista y neoclásica. Con En la soledad del tiempo evolucionó
hacia una poesÃ−a intimista, cotidiana y familiar, en la que el tiempo y el paisaje adquieren valores
simbólicos.
En 1944 aparecieron diversas manifestaciones opuestas al neoclasicismo. Surgieron la revista Proel y Corcel,
que constituyeron la avanzada neorromántica. Fue fundada Espadaña que abordará una expresión
existencialista de solidaridad humana. Se publicaron Hijos de la ira de Dámaso Alonso y Sombras del
paraÃ−so de Vicente Aleixandre, que marcan una lÃ−nea de poesÃ−a existencial.
En Hijos de la ira, Dámaso Alonso introdujo importantes cambios formales: vocabulario no poético,
imágenes relacionadas con lo monstruoso… y novedades temáticas: la realidad irrumpe en textos cargados
de protesta frente a la injusticia y desilusión de ser hombre. La angustia histórica por la Guerra Civil y la II
Guerra Mundial junto con la angustia existencial determinan los temas: el hombre, Dios ausente, la muerte
como único destino cierto, la soledad y la injusticia.
En Sombras del paraÃ−so, Aleixandre refleja el cansancio del hombre y contrasta el dolor del presente con la
armonÃ−a del pasado. Su tema clave es el paraÃ−so perdido, materializado en la naturaleza. El uso del verso
libre y la sucesión de imágenes ilógicas supusieron el resurgimiento del surrealismo.
En la segunda mitad de la década, dos movimientos reivindicaron la poética vanguardista.
El postismo se caracteriza por la búsqueda de la sorpresa, por medio de la ruptura de la lógica, el humor,
un lenguaje lúdico e imágenes irracionales. Tuvo dos órganos de expresión, las revistas Postismo y La
Cerbatana, que reivindicaban una poesÃ−a imaginativa.
El grupo cántico adoptó una postura estetizante por el barroquismo lingüÃ−stico, el refinamiento
formal, el culturalismo y el vitalismo del tema amoroso. Aunaron la imagen vanguardista de la generación
del 27 y la poesÃ−a de la experiencia de Bécquer y Cernuda.
• Década de los cincuenta
Triunfó la poesÃ−a social, erigida en arma ideológica y de denuncia de las injusticias. La poesÃ−a social
denunció la realidad ante el silencio impuesto por el poder, trató de concienciar sobre ella y planteó una
superación del estadio histórico. La idea de poesÃ−a como comunicación explica ciertos rasgos
estilÃ−sticos como el tono sencillo y coloquial, el lenguaje cotidiano y la tendencia al prosaÃ−smo.
La colectividad pasó a ser el problema central del texto poético, y la angustia personal adoptó un tono
social. Presentaron la tragedia del hombre actual de forma comprometida.
• José Hierro
Su poesÃ−a es de carácter testimonial, fundada en el tiempo personal y en el tiempo histórico y colectivo.
Desde sus primeros libros está presente el paso del tiempo y las pérdidas que produce. La alegrÃ−a se
muestra como afirmación vital, y el amor se contempla desde un pasado nostálgico. Destaca Tierra sin
nosotros.
En su segunda etapa se aproxima a la poesÃ−a social mediante la objetivación colectiva de sus
preocupaciones y presenta una concepción de la poesÃ−a como conocimiento de la realidad y del ser intimo.
En su tercera etapa hablará vagamente de emociones a veces poco comprensibles.
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• Gabriel Celaya
Su extensa producción lÃ−rica abarca distintas orientaciones.
Tras unas primeras experiencias surrealistas, se decantó por una poesÃ−a de tono existencial que revela su
inseguridad frente al mundo, en el que el individuo busca su afirmación.
Con Tranquilamente hablando inicia esa poesÃ−a de urgencia exigida por el compromiso ético del
momento, la voz poética se fusiona con un nosotros colectivo. La interioridad se sustituye por la
solidaridad. Llega a la cima de la poesÃ−a social con Cantos Ã−beros, en los que sigue defendiendo la
función crÃ−tica de la literatura como arma de lucha social.
A partir de los años sesenta, Celaya reinició una poesÃ−a de tintes vanguardistas. Se hace presente una
gran variedad temática. Con Los espejos transparentes, inicia su producción más experimental. En estos
poemas, la lÃ−rica adquiere matices matemáticos que la despojan de todo individualismo y sentimentalidad.
El ser humano aparece como un elemento más de una lógica superior que determina frÃ−amente el
funcionamiento del mundo y de los hombres.
• Blas de Otero
Su trayectoria poética presenta una evolución de lo existencia a lo social. Su poesÃ−a nace con el
propósito de compartir con el resto de la humanidad su tragedia viva, que puede residir en la propia
conciencia o en la vida social.
Se inicia en la poesÃ−a religiosa, pero introduce un cambio con Óngel fieramente humano y Redoble de
conciencia. Expresa la angustia del hombre frente a la muerte. El yo poético se siente solo, abandonado, y
dirige a Dios preguntas desesperadas sin respuesta. Ese silencio provoca el enfrentamiento hombre-Dios, al
final sólo queda el vacÃ−o.
La poesÃ−a social se inicia con Pido la paz y la palabra y continua con Que trata de España. En su
búsqueda solitaria, el poeta se encuentra con los otros. Dos vocablos son claves: la palabra que permite a
todo hombre gritar su protesta y la paz para que España pueda vivir sin la presencia de la muerte y la
injusticia.
En los años setenta, vuelve a una poesÃ−a de carácter reflexivo, pero centrada en aspectos
autobiográficos. El poeta medita sobre la realidad desde la perspectiva del hombre que analiza su propia
trayectoria.
• Década de los sesenta
El grupo de los cincuenta reconoció el magisterio de los poetas sociales, pero buscó nuevos caminos
estéticos. Buscaron una mayor elaboración del lenguaje y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal.
La poesÃ−a se centró en lo individual, aunque relacionado con lo social. Defendieron la idea del poema
como acto de conocimiento frente a la noción de poesÃ−a como comunicación. Mediante el acto creador, el
poeta indaga la realidad y descubre “lo encubierto”.
El grupo de los cincuenta incluye a poetas nacidos entre 1924 y 1938 que publicaron sus primeras obras en los
años cincuenta. También son conocidos como promoción de los sesenta, dado que su obra se consolida
en esta década. Se diferencian dos núcleos: el grupo de Madrid (José Óngel Valente, Félix
Grande…) y el grupo de Barcelona (Gil de Biedma, Barral)
Cada componente del grupo sigue una trayectoria individual. Se detectan ciertos temas comunes como el fluir
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del tiempo, que muestra la fugacidad de la vida y sus efectos destructores, unido a la nostalgia del paraÃ−so
perdido de la infancia y la adolescencia. Las relaciones amorosas dan cauce al erotismo, en relación con lo
personal se encuentra la amistad. Aparece también la metapoesÃ−a, la reflexión sobre la poesÃ−a y la
creación poética.
• José Óngel Valente
Su poesÃ−a constituye una indagación constante en el lenguaje con la finalidad de llegar al conocimiento
poético y a su propia salvación.
En sus primeras obras, intenta hallar la verdad a partir de la experiencia por medio de un verso preciso y
sobrio, que ahonda en las preocupaciones metafÃ−sicas, las inquietudes religiosas y la infancia perdida.
Su segunda etapa es una etapa destructiva que pretende desenmascarara las mentiras mundanas por medio de
una crÃ−tica despiadada, marcada por el desencanto. Comienza una etapa fragmentaria en la que predominan
los poemas breces que dan cuenta del mundo diseccionado.
Mandorla y El fulgor pertenecen al nuevo ciclo de su poesÃ−a, en el que predomina un estado de espera
receptiva y la palabra se torna esencial. Incorpora el lenguaje de la mÃ−stica, con su retórica de lo indecible
y tiene una concepción del hecho poético como “inconocimiento”
• Jaime Gil de Biedma
Su poesÃ−a se basa en experiencias personales evocadas desde la distancia que impone el paso del tiempo.
Sus poemas incorporan su vida cotidiana y privada, pero desde la mirada escéptica de un yo observador, en
una combinación de aspectos emotivos y analÃ−ticos.
El escepticismo que impregna su obra proviene de su visión del ser humano, cuya cualidad es la derrota.
Frente a ello, sólo cabe el valor de la cultura. Sus lecturas se convierten en experiencias vitales y las
incorpora como evocaciones en sus composiciones, la intertextualidad se convierte en recurso habitual. En las
Personas del verbo, agrupo Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos. En Compañeros de
viaje expresa una voluntad de cambio con respecto a la poesÃ−a social, defiende una actitud ética ante la
situación histórica de España. El tiempo y el amor son los temas fundamentales. En Poemas póstumos
aparece con claridad el desdoblamiento del yo en observador y observado, y se hace patente la angustia por el
paso del tiempo.
• Inicios de los setenta
La poesÃ−a de los novÃ−simos reaccionó contra el realismo de etapas anteriores, proponÃ−an una literatura
esteticista que incorporaba a la cultura de masas. Los novÃ−simos rompieron con el realismo y abandonaron
el humanismo literario. Destacan MartÃ−nez Sarrión (Una tromba mortal para balleneros), Molina Foix
(Los espÃ−as del realista), Pere Gimferrer (Arde el mar),… Pere Gimferrer fue el abanderado de esta nueva
generación de poetas.
Los rasgos que caracterizan a este grupo son la preferencia por una cultura de masas unida al gusto camp, que
supone la combinación de manifestaciones del arte popular con el artificio estilÃ−stico del esteticismo, y el
culturalismo y la preferencia por la literatura europea e hispanoamericana.
Aunque ofrecen temáticas diferentes, se señalan como constantes la cultura urbana en sus diversas
manifestaciones, el exotismo y la belleza y la reflexión sobre la creación literaria.
El estilo de los novÃ−simos se nutre del surrealismo e incorpora técnicas como el collage y el flash
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cinematográfico. La intertextualidad se convierte en una clave que sólo puede ser descifrada por lectores
con la misma formación. Los textos se vuelven herméticos, lo que se intensifica gracias a una cuidada
elaboración retórica.
• Desde 1975 hasta la actualidad
Las orientaciones se han multiplicado, pero se aprecia una tendencia a abandonar el esteticismo de los
antecesores.
A mediados de los 70 decayó la estética de los novÃ−simos, y se produjo un cambio en la poesÃ−a. La
nueva poesÃ−a rescató la continuidad con el pasado literario español y encontró sus modelos en los
poetas de fin de siglo, la generación del 27 y en el grupo de los cincuenta.
Las nuevas tendencias rechazan lo frio y conceptual de la generación anterior a favor del intimismo y la
emoción. La nueva poesÃ−a mantiene la temática urbana y la vida cotidiana se convierte en fuente de
poemas de tono autobiográfico, en los que asoman sentimientos como el amor, la soledad, el paso del
tiempo, la angustia ante la muerte…
Se rechaza la ornamentación estilÃ−stica y se prefiere una poesÃ−a de retórica más equilibrada. El
lenguaje de tono coloquial se carga del léxico de la vida moderna, y la ironÃ−a permite un distanciamiento
de la realidad. Se produce una vuelta a las formas métricas clásicas, pero no se abandona el verso libre.
Las últimas tendencias poéticas son el neosurrealismo, que entronca con la generación del 27 y los
surrealistas de posguerra y continúa la lÃ−nea de algunos novÃ−simos (Blanca Andreu), el
neorromanticismo, cuyos temas constantes son la noche, la importancia del canto y la muerte (Antonio
Colinas), la poesÃ−a del silencia, minimalista o conceptualista, que continua la poesÃ−a fragmentaria de
Valente, condensando los conceptos y abandonando el exceso verbal (Jaime Siles), poesÃ−a épica, que
recupera la naturaleza y el recuerdo de un pasado idÃ−lico (Julio Llamazares) y la poesÃ−a sensualista o del
nuevo erotismo, en la que el erotismo se une a motivos como el cuerpo, la noche y el mar, abordando en
ocasiones el tema de la homosexualidad (Ana Rossetti)
La poesÃ−a que parece tener más repercusión en el panorama poético actual es la poesÃ−a de
experiencia, que vuelve a situar el texto en un aquÃ− y un ahora, y busca un público más amplio.
La poesÃ−a de experiencia abarca un espectro temático que incluye hechos cotidianos, realidad urbana, el
más profundo intimismo, la preocupación por el paso del tiempo,… La reflexión sobre la vida se tiñe de
un contenido anÃ−mico y emotivo, y la presencia de la anécdota conduce a poemas narrativos. Prefieren un
estilo basado en el lenguaje conversacional y el monologo dramático.
• GarcÃ−a Montero
Sus poemas son fundamentalmente urbanos, giran alrededor de motivos como el café, la carretera, la
ciudad, la calle. En sus versos se hace presente el tema del amor cotidiano y compartido, y se observa la
influencia de la novela negra. Aparecen el irracionalismo y la fantasÃ−a, que contribuyen a una cisión
poética del mundo y de la vida. Algunas de sus obras son Rimado de ciudad y Habitaciones separadas.
• Jon Juaristi
Se aproxima a la tendencia social y rescata temas y autores del PaÃ−s Vasco. Sus versos, cargados de
ironÃ−a, llegan a veces a la parodia. Junto a esta vertiente de carácter cÃ−vico, cultiva una poesÃ−a más
intimista, de depurado lirismo. Publicó Diario de un poeta recién cansado y Tiempo desapacible.
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