LA DINÁMICA DEL CONTACTO

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LA DINÁMICA DEL CONTACTO
Movilidad, encuentro y conflicto en las
relaciones interculturales
II Training Seminar de jóvenes investigadores en Dinámicas Interulturales
Panel II. Imaginarios del conflicto: Violencia y mieda en el contacto
intercultural.
Las instrumentalizaciones del miedo o los silencios desde el conflicto
Cristina Sánchez-Carretero
Las instrumentalizaciones del miedo o los silencios
desde el conflicto
Cristina Sánchez-Carretero
Laboratorio de Patrimonio (LaPa)
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
[email protected]
Y
a desde los años sesenta del siglo pasado el tema de la domesticación de la agresividad, de la resolución de conflictos y de la violencia
ritual ha estado muy presente y, tanto en antropología como en
sociología, son muchas las monografías y diversas antologías sobre el tema
(Sheper-Hughes y Bourgois 2004; Nordstrom y Robben 1992; Robben y
Suárez-Orozco 2000; Schmidt y Schröder 2001). El objetivo de esta breve
introducción no es repasar todas estas teorías1, sino que, partiendo de mis
propios miedos como forma de conocimiento, propongo una reflexión sobre
los conceptos que se incluyen en el título del panel y, en cada uno de ellos,
sugeriré líneas de investigación vinculadas al análisis de las emociones en el
contexto de los contactos interculturales.
EL MIEDO COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO
El miedo dice más de la persona o grupo que lo siente que sobre el objeto/persona/lugar que lo provoca. Así, el miedo al que se refiere el título
de este panel, es una valiosa fuente de información acerca de los sujetos
que sienten o padecen ese miedo y de la sociedad que teme el llamado
“contacto intercultural”. Hablar, por tanto, del miedo al otro es hablar
del miedo como forma de conocimiento ya que mirar a los miedos de
frente abre puertas al conocimiento de nosotros mismos, como han
mostrado los trabajos de Sandra Gil Araujo centrados en un estudio comparado de las políticas de integración en las comunidades autónomas de
Madrid y Cataluña. Esta autora parte de la premisa de que el miedo al
otro está en la base de las políticas públicas y que la legislación sobre integración dice más sobre las poblaciones que las desarrollan que sobre las
comunidades “integrables”. De la misma forma, se puede partir de la
hipótesis de que la expresión de los miedos ante el contacto intercultural
expresa la forma de ser (de “ser social”) del grupo que teme al otro.
Al hablar de violencia no se pueden dejar de lado las relaciones de poder
y las relaciones políticas que son necesariamente asimétricas en estas
relaciones y que no es un tema nuevo en el análisis social en ninguna
de las disciplinas de los que estamos aquí presentes. Se tiende a definir
violencia como el uso agresivo de la fuerza física por parte de individuos
El miedo dice más de
la persona o grupo que
lo siente que sobre el
objeto/persona/lugar
que lo provoca. Así,
el miedo al que se
refiere el título de este
panel es una valiosa
fuente de información
acerca de los sujetos
que sienten o padecen
ese miedo y de la
sociedad que teme
el llamado “contacto
intercultural”
1. Remito al artículo de Ferrándiz Martín
y Feixa Pampols para un detallado
resumen bibliográfico sobre este
tema (2004).
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El miedo es un
instrumento de
control o, en términos
foucaultianos, una
herramienta para la
gobermentalidad; a
través del miedo nos
construimos –o somos
construidos– como
seres sociales y es
importante entender
de qué forma el miedo
se articula en esta
construcción, que no
es sólo una opción
individual, sino una
base estructural
o grupos en contra de otros, pero también hay otras formas de agresividad no física: la verbal, la simbólica, la moral; que pueden hacer más
daño que esa agresividad física. Además, la violencia no se limita al uso
de la fuerza sino a la posibilidad o a la amenaza de usarla, es decir, esa
posibilidad de usar una determinada violencia abre las puertas al concepto del miedo y a la posibilidad de su instrumentalización.
Dentro del análisis del miedo, un tema que necesita urgentemente los
esfuerzos de investigaciones de calidad es el de las actuaciones o performances del miedo: ¿cómo actuamos el miedo?, ¿cómo domesticamos la
agresividad en nuestros propios cuerpos? Porque, en el fondo, el cuerpo
es el lugar desde donde se vive la violencia y donde se “in-corpora” el
miedo. El cuerpo es también el lugar desde donde se ejerce el poder y
desde donde aquéllos sin poder tienen el lugar primordial de expresión
de la violencia: el cuerpo. Tanto el conflicto como la violencia pueden ser
fuerzas productivas y ser “actuadas” y activadas como fuerzas de transformación social. Uno de los ponentes en este panel, Sergio García, está
desarrollando su tesis precisamente sobre este tema: la capacidad de
generar cosas nuevas desde ahí. El miedo, sin embargo, es distinto, ya
que su esencia está en la potencialidad de que algo ocurra; en el temor.
El miedo es un instrumento de control o, en términos foucaultianos,
una herramienta para la gobermentalidad; a través del miedo nos construimos –o somos construidos– como seres sociales y es importante
entender de qué forma el miedo se articula en esta construcción, que
no es sólo una opción individual, sino una base estructural. Y yo incluso diría ¿qué industrias del miedo existen? ¿cuáles son los agentes del
miedo?, ¿qué hay detrás de ese miedo, de las políticas del miedo y de
los intentos de legislar ese miedo?, ¿a quién le interesa que el miedo
se incorpore en los imaginarios del encuentro intercultural?; ¿cómo nos
construimos a través de ese miedo? pero también, sobre los miedos concretos, ¿a qué se tiene miedo? ¿por qué se tiene miedo?, y, sobre todo,
en el contexto del tema de este panel, ¿a través de qué se tiene miedo?
Esta última pregunta tiene relación con los “imaginarios del miedo” o,
como yo prefiero llamarlo “las políticas de la representación del miedo”.
DE LOS IMAGINARIOS “SENTIDOS” A LAS POLÍTICAS
DE LA REPRESENTACIÓN
Más que utilizar el concepto de los “imaginarios” propongo que se realicen investigaciones sobre las políticas de la representación que entran
en juego a la hora de reflejar la violencia en el trasfondo de la diversidad
cultural, ya que la palabra “imaginario” indica la existencia de un espacio colectivo fuera de los individuos que, funcionando como contenedor
comunal, dotara de existencia a ciertas imágenes que dan forma a la
manera de ver la realidad de un determinado grupo.
En esta línea, las investigaciones centradas en la representación en los
medios de comunicación de los diferentes agentes que participan en el
triángulo victimario-víctima-testigo es particularmente relevante y permite desarrollar modelos teóricos, como, por ejemplo, el modelo que
está desarrollando Charles Briggs de “comunicabilidad”, adaptación del
concepto de Foucault de “gobermentalidad” en el que propone desa-
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Las instrumentalizaciones del miedo o los silencios desde el conflicto
rrollar otras formas de ser, de ser mediáticos, sin sustituir un modelo
hegemónico por otro. Estos estudios van más allá de la etnografía de la
recepción para pasar a una investigación-acción en la que se atiende no
sólo a la recepción de los medios, sino a la posibilidad de transformar la
sociedad a través de los mismos.
EL MIEDO Y EL CONFLICTO EN MOMENTOS DE CRISIS
Hablar de las políticas de la representación de la violencia y el miedo
en el contacto intercultural significa entrar en un primer nivel de
detonantes que hacen que el “contacto intercultural”, que es una característica intrínseca a las sociedades actuales, culturalmente diversas, sea
percibido como el origen de algún tipo de crisis. Es decir, los detonantes
originarios de la crisis quedan solapados por la situación de “contacto
intercultural”, pasando a ser ésta última percibida como la causante de
una determinada situación de conflicto. Se invisibiliza, de esta manera,
el hecho de que somos culturalmente diversos y que el llamado “contacto intercultural” es el trasfondo que subyace en cualquier sociedad.
Es decir, no se trata de pensar qué ocurre cuando hay contacto intercultural, ya que el contacto intercultural siempre se da. Este giro de
perspectiva implica variar el punto focal del origen del conflicto en el
propio contacto intercultural –ya que siempre hay “contacto intercultural”– a los factores activadores del miedo que llevan a pensar y vivir las
situaciones de conflicto como actos provocados o detonados por ese
llamado “contacto intercultural”.
El Archivo del
Duelo, desarrollado
por el Grupo de
Investigaciones
Antropológicas sobre
Patrimonio y Culturas
Populares (GIAP) del
CSIC, ha documentado
y organizado una
colección de casi
70.000 documentos
y ha analizado las
muestras de duelo
realizadas en espacios
públicos que tuvieron
lugar después de los
atentados del 11-M
En un momento de crisis se puede ver en acción la activación de estos detonantes. Voy a utilizar el caso del proyecto de investigación “El Archivo del
Duelo” centrado en las formas de duelo colectivo después de los atentados
del 11 de marzo de 2004 en Madrid, para explorar las representaciones de
la diversidad cultural en un momento de crisis concreto desde un ángulo
que normalmente no se suele introducir: el de los espacios alternativos
al miedo. Este proyecto ha mostrado cómo las acciones concretas que se
pedían en los espacios públicos convertidos en improvisados santuarios
tienen más que ver con palabras como “amor” o “solidaridad” y “paz”
que con campos semánticos relativos al miedo y al conflicto; de ahí que me
refiera a los primeros como “espacios alternativos al miedo”.
El Archivo del Duelo, desarrollado por el Grupo de Investigaciones
Antropológicas sobre Patrimonio y Culturas Populares (GIAP) del CSIC2,
ha documentado y organizado una colección de casi 70.000 documentos
y ha analizado las muestras de duelo realizadas en espacios públicos que
tuvieron lugar después de los atentados del 11-M. El Archivo del Duelo
incluye material fotográfico, e-mails, testimonios orales y los propios objetos depositados en las estaciones que fueron donados por RENFE al CSIC.
En el momento de la redacción de esta introducción, una vez concluido
el proyecto, se está gestionando el depósito definitivo de estos fondos en el
Archivo Histórico Ferroviario, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Del análisis de estos fondos documentales que registran las voces más
efímeras de la sociedad civil, las voces que normalmente no se conservan, las voces que se expresan por cauces no oficiales, como los propios
memoriales en las estaciones3, se desprenden varias conclusiones rela-
2. Proyecto del Plan Nacional I+D
HUM2005-03490.
3. El antropólogo estadounidense Jack
Santino fue el primero en emplear
el término “spontaneous shrines”
para referirse a este tipo de santuarios improvisados (Santino 1992).
La palabra “espontáneo” hace
referencia a la cualidad no-oficial o
no-institucional de estas muestras
de duelo. Es decir, no significa que
“surjan de la nada”, ya que hay un
claro componente mediático, sino
que no hay ninguna institución que
sancione el hecho de ir, en este caso,
a las estaciones de tren, a depositar
objetos en memoria de los fallecidos (Santino 2006: ). Véase también
Margry y Sánchez-Carretero (2007) y
Grider (2002).
Cristina Sánchez-Carretero
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tivas al tema de este panel sobre miedo y conflicto en el contacto
intercultural:
La instrumentalización
del miedo alrededor
del terrorismo, las
industrias de este
miedo y la vinculación
entre terrorismo
internacional y ciertos
grupos étnico-religiosos
son problemas de
investigación que
necesitamos abordar
de una forma profunda
4. Casi un tercio de los fallecidos era de
origen extranjero. Sobre las representaciones de diferentes nacionalidades
en los santuarios de las estaciones
véase Sánchez-Carretero (2006).
5. El estudio comparado de las instrumentalizaciones del patrimonio
cultural en momentos de crisis es el
objetivo del proyecto de investigación “CRIC: Cultural Heritage and
the Re-construction of Identities
after Conflict) financiado por el
VII Programa Marco de la Unión
Europea, cuyo nodo español del CSIC
se coordina desde el Laboratorio de
Patrimonio (LaPa) del CSIC.
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La diversidad cultural es un hecho; es el trasfondo desde el que se vive ese
momento de crisis; el contacto intercultural, en este contexto, no es algo
problemático ni que haya que “resolver” de ninguna forma. La diversidad
cultural simplemente “es” y queda reflejada en una polifonía de voces a
través de las formas de duelo expresadas en las estaciones de tren4: desde
“todos somos inmigrantes”, a muestras de duelo expresando diversas
procedencias, como “Brasil llora con España”, “Colombia se solidariza con
España”, etc. Y donde la identificación total se produce en el marco de lo
local, de la ciudad, del tren: “todos somos Madrid”, “todos íbamos en ese
tren”; dejando el plano de la nación-estado, no para la identificación total,
sino para la solidaridad, lo que implica un nivel identificativo que mantiene
fronteras y diferencias, puesto que la identificación total se realiza con la
ciudad (“Ecuador es Madrid”) y, sin embargo, un nivel equivalente no se ha
encontrado en el plano de la nación-estado. Es decir, mientras que entre las
frases escritas en las estaciones, la identificación con la ciudad de Madrid
es un tropo repetido, no ha aparecido ningún mensaje que establezca una
relación equivalente al nivel de España, de la nación-estado, que digan, por
ejemplo, “Ecuador es España”; lo que sugiere interesantes conclusiones
sobre el papel de lo local, de la ciudad, como espacio de conexión, identificación y unidad simbólica.
La instrumentalización del miedo alrededor del terrorismo, las industrias
de este miedo y la vinculación entre terrorismo internacional y ciertos
grupos étnico-religiosos son problemas de investigación que necesitamos
abordar de una forma profunda5. De manera preliminar, en relación con
el proyecto de investigación del Archivo del Duelo, se puede plantear la
hipótesis de que la instrumentalización del miedo en el caso de los atentados del 11-S en Nueva York –tomando en cuenta la apropiación de los
espacios públicos por la ciudadanía— condujo a acciones muy diferentes
de las desarrolladas en los espacios públicos en Madrid. La construcción
del miedo al otro (al terrorista, al asesino, a Irak o a cualquier “otro”) que,
de forma tan efectiva se instrumentalizó en el caso de los Estados Unidos,
en el caso de Madrid, llama la atención la mínima presencia de esta forma
de construcción del miedo al “otro” en los mensajes depositados en las
estaciones. Las escasas alusiones al conflicto y al miedo, en el caso de
Madrid, se diluyen en un collage hecho de menciones a la posibilidad
de construir un mundo diferente, a la paz como el objetivo último y al
amor como una poderosa herramienta de cambio social. El Archivo del
Duelo, a través de los casi 70.000 documentos que contiene, proporciona
datos empíricos para analizar el “abrazo social” expresado por la sociedad
civil después de los atentados. De los sentimientos que reciben un nombre
en las ofrendas de las estaciones de tren, el término que más se repite
es “amor”, pero, sin embargo, las ideas más repetidas en los medios de
comunicación sobre los atentados del 11-M en Madrid tienen que ver con
diversas facetas relativas al campo semántico del conflicto: conflictos entre
políticos, conflictos en las comisiones de investigación, conflictos sobre las
formas de memorialización pública de los atentados en los aniversarios,
conflictos sobre el juicio, o conflictos entre asociaciones, entre otros. Las
menciones a palabras como “paz”, “amor”, etc., prácticamente se han
desvanecido de las “políticas de la representación” de los atentados. Es
decir, en los medios de comunicación el término que se relaciona con los
Las instrumentalizaciones del miedo o los silencios desde el conflicto
atentados es “conflicto” en múltiples niveles y esferas. Este razonamiento
abre el camino a preguntas básicas que requieren de proyectos de investigación en ciencias humanas y sociales, como, por ejemplo: ¿qué hay
detrás de los silencios que desde estos conflictos se están produciendo?,
¿cómo se gestiona la representación en los medios de todos estos conflictos?, ¿a quién interesa que las industrias del miedo sustituyan la matriz de
sentimientos expresada en las estaciones?
A modo de conclusiones, retomo estas preguntas para señalar que
desde el Foro de Jóvenes Investigadores en Dinámicas Interculturales, a
través de la organización de actividades como la que aquí nos reúne,
con un encuentro inter-cultural e inter-disciplinario, se está propiciando
la creación de una situación privilegiada desde donde desarrollar proyectos de investigación que generen modelos teóricos que expliquen el
modo en que las emociones se activan en momentos de conflicto. Ya
que hablar de las investigaciones sobre el miedo es hablar del análisis
de los sentimientos. En momentos de crisis, ciertos marcadores identitarios se activan y el vínculo del orden sentimental –imbricado en la
corporeidad a la que hacía mención antes– necesita conocerse, así como
desarrollar herramientas mucho más sofisticadas para el análisis de estos
temas. Y es aquí, con estas tesis doctorales, donde se crea el espacio
para desarrollar teorías que crucen barreras disciplinarias.
Necesitamos investigaciones sobre las fuerzas con poder de transformar
la sociedad y lo vinculo a las investigaciones de Sergio García sobre la
posibilidad de que, en este maremagnum del conflicto y el miedo en
el contacto intercultural, se llegue a acciones de transformación social.
Quiero incidir en que no estoy entrando en lo positivo o lo negativo de
estas acciones, es decir, en juicios de valor sobre la violencia, sino en la
importancia de realizar investigaciones sobre las fuerzas de transformación social como lugares de empoderamiento.
Una última línea de investigación que me gustaría señalar es el estudio
sistemático de los “silencios” en el mundo actual, en la línea de las
“etnografías del silencio” que se están realizando en los últimos años
(Kidron, 2009; Wajnryb, 2001; Bendix 2000). Los silencios que se activan
desde el conflicto son, a su vez, una ventana para adentrarse en la otra
cara de lo que no se instrumentaliza. Las investigaciones sobre el miedo
y el conflicto en el contacto intercultural requieren también mirar a lo
que se silencia desde el conflicto y los intereses que hay detrás de que el
foco no recaiga en otros aspectos, como en el caso que he presentado
de los memoriales del 11-M, en el que el foco mediático, hasta ahora,
no ha incidido en el abrazo social que también tuvo lugar después de
los atentados. Una conclusión que se puede sacar de los silencios que
acompañan a los miedos es que si los ciudadanos minimizan sus miedos
no son tan fácilmente manipulables o, en términos foucaultianos, su
gobermentalidad no está garantizada, por lo que la invisibilización de
esas otras formas de vivir el contacto intercultural favorece la construcción de sujetos sumisos, sujetos dominados por las industrias del miedo.
Los silencios fomentados desde el conflicto ocultan formas alternativas
de vivir el contacto intercultural que son posibles, como la que acabo de
señalar de la búsqueda de foros de comunicación horizontales, desde
la diversidad cultural, ejercida por ciudadanos de todo el mundo en las
estaciones de tren madrileñas después de los atentados del 11-M.
En momentos de crisis,
ciertos marcadores
identitarios se activan
y el vínculo del
orden sentimental
necesita conocerse,
así como desarrollar
herramientas mucho
más sofisticadas para el
análisis de estos temas
Los silencios
fomentados desde
el conflicto ocultan
formas alternativas
de vivir el contacto
intercultural que son
posibles desde la
diversidad cultural,
ejercida por ciudadanos
de todo el mundo en
las estaciones de tren
madrileñas después de
los atentados del 11-M
Cristina Sánchez-Carretero
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Las instrumentalizaciones del miedo o los silencios desde el conflicto
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