ATMOSFEAR - EL INFRAMUNDO “EL ORIGEN DEL GUARDIAN” INTRODUCCION. Retrocedemos en el tiempo, 6 de junio de 1944, el asalto final aliado contra las fuerzas del Reich. El día-D, donde las fuerzas de paracaidistas conformada por la “Compañía Easy del 2º Batallón de la 5º división del 506º Regimiento de Infantería de Paracaidistas Aerotransportada del Ejercito de los Estados Unidos”, logran romper las defensas alemanas y así ocupar el noroeste de Francia, Normandía. Formando este grupo se encuentra el teniente Michel Peter Ghorré, que durante esos días de ocupación y de intensas campañas pronto logran el control de la zona de conflicto. Allí conoce a Alisse, una lugareña con la cual mantiene un romance, al poco tiempo se casan en una capilla de las afueras de la ciudad y más tarde nacería su hijo, Peter Ghorré. Al poco de nacer, una extraña luz que surcaba por los cielos y sin ser observado por ninguno de los presentes, se acerca a toda velocidad y entra en el cuerpo de la pequeña criatura, donde permanecería oculto hasta que sea el momento de despertar. CAPITULO 1 “EL NACIMIENTO” -“Teniente, ya hemos logrado tomar posición en la cabeza de playa, ya podemos darle el okey al resto de las tropas para el desembarco”-. Dice un joven soldado mientras se acerca a su oficial de mando, entre el silbar de balas, el contante cañoneo de los cañones antiaéreos que intentan derribar a los aviones aliados, que se acercan a las playas de Normandía para que las divisiones de paracaidistas logren penetrar las defensas alemanas, conseguir sabotear las defensas y así tomar el control necesario para que el desembarco de las tropas aliadas desde el mar logren llegar a tierra y así comenzar la liberación de toda Europa del acoso alemán del Tercer Reich. Las fuerzas aliadas, luego de una intensa confrontación de fuegos cruzados, y con un exitoso desembarco aliado a las playas de Normandía, logran tomar el control de las tierras francesas y desde allí esperar al resto de los regimientos para el avance final. -“Teniente ya hemos establecido control y contacto con la flota principal y tenemos a los heridos en el hospital móvil y requieren de su atención en el lugar, Señor”-. Dice un cabo del regimiento de paracaidistas al Teniente Ghorré. -“Gracias soldado, envío esta comunicación y me presentaré enseguida, que me preparen un informe de los heridos y requerimientos de urgencia”-. Contesta el Teniente mientras trata de comunicarse con sus superiores para darles las últimas novedades del enemigo. -“¡Si Señor!”-. Dice el joven soldado y sale disparado hacia la tienda médica. Las comunicaciones van y vienen, los aviones siguen volando y vigilando las posiciones enemigas, bombas de cañones siguen estallando en la lejanía en un último intento de poder recuperar lo perdido, balas y gritos se escabullen en todas la direcciones y los heridos siguen llegando al campamento y otros no han tenido la suerte de volver con vida. Los días transcurrieron con éxito a pesar de los intentos de bombardeos y ataques alemanes no muy claros ni definidos, no lograron causar daños al campamento. Los desembarcos de equipamientos, regimientos, tanques y todo tipo de equipo pesado ya hacen su presencia marcando su potencia de fuego y su amenazadora fuerza que hará temblar los cimientos del Reich. El desembarco en zona enemiga tuvo sus repercusiones en las zonas de ocupación, los altos mandos alemanes muestran su nerviosismo ante tal atropello, los teléfonos suenan, los telegramas y mensajes viajan de un lugar a otro en busca de repuestas y soluciones rápidas, decenas de regimientos avanzan desde varios frentes y pronto estarán cercados. El teniente camina sigiloso por el campamento, atento y vigilante de los cielos en busca de cualquier peligro de bombardeos aéreos, un cigarrillo en mano y sus pensamientos que vagan pensando en lo que estará pasando en su hogar tan alejado, sin más, sigue caminando sin rumbo hasta que las luces de lámparas lo sacan de sus pensamientos. El Hospital-carpa está atendiendo a los heridos, hacia allá se dirige mientras tira su cigarro, entra cautelosamente y allí mira a una bella enfermera de espalda hacia él, un cuerpo casi perfecto, su delantal blanco manchado de sangre y su cofia bien arreglada sobre su suave y rubio cabello ondulado. Allí quedo parado unos instantes, asombrado por esa bella enfermera que atiende con tanta pasión a sus heridos sin importar el grado de heridas que sus pacientes padezcan. -“Se quedará toda la noche parado ahí, teniente”-. Dice sonriente la doctora al percatarse de su presencia y viendo de reojo que la estaba examinado como un lobo hambriento. -“Disculpe no quise importunarla, si desea volveré mañana a ver su trabajo con los heridos”-. Dice el teniente Ghorré mientras amagaba en salir de la tienda. -“Por favor pase usted, no se haga el hombre tímido aquí, o acaso las heridas de estos pobres soldados le dan miedo”-. Dice con un tono de burla la doctora. -“¿Un café?”-. Pregunta el teniente como para cambiar de tema mientras sirve dos tazas de café bien caliente bajo la fría noche que los cubre. Un silencio los envuelve mientras comparten el café, solo se observan y ninguno de los dos se anima a realizar palabra alguna. -“Dígame, de donde es usted, por su acento parece ser que es francesa”-. Se anima el teniente a expresar su primera pregunta. -“Correcto teniente, no cabe duda que usted es americano”-. -“Disculpe, por favor solo dígame Peter, dejemos los formalismos de lado por unos instantes”. -“Un placer, mi nombre es Alisse y soy parisina, presto mis servicios en el hospital de Paris en el sector de cirugías, como usted verá”-. Peter mira detenidamente a los heridos, con heridas leves hasta algunas imputaciones, pronto volverán a casa con una herida que jamás cicatrizará para ellos, algo lamentable del cual no es ajeno a los sucesos de una guerra. Con una mirada melancólica los observa uno por uno mientras recorre y saluda aquellos que el sueño los desvela. -“Cualquier cosa que necesite hágamelo saber, gracias por el café”-. Dice el teniente y se despide. Alisse lo ve marcharse y lo observa con una mirada picara, sus ojos brillan ante la luz de las estrellas, ¿será amor a primera vista?. Los días transcurrieron y ya está todo listo y dispuesto para la avanzada final, el alto mando envió las instrucciones para avanzar en forma conjunta desde tres flancos distintos y estratégicamente establecidos para cortar toda posible cadena de suministros a las fuerzas de ocupación, entrando a junio de 1944, el inicio del fin daba sus primeros pasos. Desde el Frente Oriental, en la zona de los Balcanes, a través del Ejercito Rojo soviético iniciando su avance en los primeros vestigios de 1945; el Frente Occidental había comenzado su jugada con el desembarco a Normandía en junio de ese mismo año a través de 17.000 paracaidistas, como así también, la operación del Pacifico, donde los aliados se disponían terminar con la amenaza japonesa y recuperar todas las islas ocupadas y lograr la rendición total de los nipones. En esos días previos, la relación entre Alisse y Peter creció, sin temor a la guerra o a lo que pudiera suceder, lograron que un cura de un poblado cercano a Bayeux los casara antes de ir al frente de batalla. Esa misma noche lograron consumar su unión a modo de despedida, el destino le daría la oportunidad de volver a casa o seria su adiós.