DESDE OTRO PUNTO DE VISTA Me desperté tan pronto como

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DESDE OTRO PUNTO DE VISTA
Me desperté tan pronto como cada mañana de mi día de estudiante, alargué la mano a
mi cajón de la mesita de noche para coger el móvil como de costumbre y por más que
busqué no lo encontré.
Me levanté, ¡ ya la siete y media!, me tome el vaso de leche aún con los ojos cerrados y
pregunté a mis hermanos por mi móvil, ¿ tú qué?, me contestaron. Lo encontraré como
tantas otras veces, pero necesitaba hablar con mis amigas, teclear algo lo que sea, lo
necesitaba.
Me dirigí al ordenador, pero tampoco estaba en el lugar habitual. ¿ que estaba pasando?.
El teléfono tampoco estaba, no me habían castigado por nada, mis medios habituales
para comunicarme habían desaparecido, como si nunca hubieran existido. Mi madre tras
mi desorientación y ansiedad me preguntó que me ocurría y le pedí que no me
escondiera el teléfono, ¿en qué mundo vives? Me respondió, sabes de sobra que hoy en
día solo las clases más altas se pueden permitir estos lujos, si quieres hablar con tu
amiga ve a su casa como habitualmente.
Que desconcierto, ¿Dónde estaban todos esos artilugios necesarios en mi día a día?, ¡ni
la televisión se encontraba en su sitio! ¿Cómo íbamos a enterarnos de los desastres
naturales, conflictos internacionales, avances científicos de todo el mundo? Frustrada,
me volví a dirigir a mi madre preguntándole en que año estábamos. 1927, me respondió.
Me dirigí al colegio y tras el camino fui verificando que en efecto no estábamos en
2012. Vestimentas más oscuras, más gente caminando que en medios de transporte, ya
que el metro, autobuses…habían desaparecido. Grupos de jóvenes a la entrada del
colegio charlando y riéndose sin sostener la famosa “Blackberry” entre sus manos.
Llegué al cole, y a pesar de todo me consoló mucho que por lo menos mis amigas
siguieran siendo las mismas, un tanto cambiadas como todo aquel día, pero eran ellas.
En seguida comenzaron a hablar de que si Isabel había recibido noticias de su abuela
que se había mudado a Dublín, se ve que no sabía de ella desde hacía ya un mes, le
envió una carta pero no recibió ninguna respuesta…al no poder llamarla desde casa, por
carta debían conocer noticias suyas…que lento era todo en esos tiempos –pensé-.
Isa todavía debía esperar a saber algo de su abuela, no pondrían ni imaginar las personas
en 1927 como iba a avanzar todo hasta el 2012. Perfectamente se podrían comunicar por
“Skipe” con un simple “click” en el ordenador, estaba claro que las redes de
comunicaciones eran aún muy “primitivas” comparadas con las de 2012.
Durante el día en el colegio claramente fue todo muy distinto. Ni pizarras digitales ni
nada de nada, por lo menos la materia era más sencilla, los profesores eran mucho más
estrictos y los alumnos sin contestar y sin palabrotas, ni mala educación, obedecían, no
como en mi colegio desde luego, que con tanta televisión y series, a los de mi clase se
les cruzan mucho los cables y tienen muchas faltas de respeto al profesor, en cambio
aquel día parecía todo este tema muy cambiado, en cierto modo a mejor, al profesor
claramente se le respetaba su autoridad.
Regresé a casa después de un duro día en la escuela. Como de costumbre, dediqué toda
la tarde a estudiar, hacer deberes… pero una vez terminé, me encontré en una aburrida
situación. No tenia nada que hacer, no podía meterme en tuenti o facebook, no podía
dedicarme a hablar una hora por teléfono… por lo que decidí ir a hablar con mis padres,
preguntarles cómo les había ido el día, dedicar un tiempo a jugar con mis hermanos…
cosas supuestamente normales que cualquier adolescente debería hacer pero que debido
a otras distracciones había dejado apartadas en mi vida.
Tras una larga conversación con mis padres me enteré de cosas que de haber estado
haciendo otras cosas no hubiera sido posible. Mereció la pena.
Llegó la hora de la cena, la primera en mucho tiempo en la que no estaba pendiente si
recibía un mensaje, si vibraba el móvil…un mejor ambiente se cocía en la cocina, más
risas, mejor humor.
Tras este intenso día, me fui a dormir. De repente me desperté, todo había sido un
sueño, un sueño que me había dado una lección sobre la vida, gracias al cual había sido
capaz de darme cuenta de que no todo en este mundo gira en torno al móvil, el
ordenador, las redes sociales… que son medios que es cierto que nos han ayudado
mucho y que han supuesto avances muy importantes en la historia, pero también son
cosas que me hacen evadirme de la sociedad y muchas veces incluso alejarme de
personas necesarias en mi vida, como lo son la familia.
También me ayudó a darme cuenta que gracias a la televisión, la radio, Internet… hoy
en día somos capaces de obtener cualquier información necesaria con un simple “click”
o de saber lo que pasa al otro lado del mundo.
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