FICHA -n 5

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V - “SHEN-TI… EUCARISTÍA”
Ambientación
Sobre el altar, poner el cáliz y la patena. Delante se pone un trozo de pan. El Santísimo se
expondrá entre estos signos.
Se proclama el Cantar de los Cantares 8,6, con música de fondo.
“Grábame como sello en tu brazo
como sello en tu corazón,
porque es fuerte el amor como la muerte,
es cruel la pasión como el abismo;
es centella de fuego, llamarada divina”.
Guía
Grábame como sello en tu corazón… es como decirle al amado: Haz que sea una cosa
contigo. Éste es el deseo constante a través de la vida de Assunta: “Shentí… Shenti…”
Para Assunta, hacerse Eucaristía es ser una cosa con Él, dar la vida a Aquel que ha dado
la vida por ella… Como la viuda pobre del Evangelio que, echando en el tesoro del
Templo “todo lo que tenía” (cf. Lc 21), se convierte en icono vivo del Maestro, que dio la
vida por nosotros.
A LA ESCUCHA DE LA PALABRA (LC 21,1-4)
Alzando los ojos, Jesús vio a los ricos que echaban sus donativos en el cepillo del templo;
vio también a una viuda necesitada que echaba unas monedas, y dijo: “Esa viuda, que es
pobre, ha echado más que nadie, os lo aseguro, porque todos esos han echado como
donativo de lo que les sobra, mientras ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que
tenía para vivir”.
Canto de Exposición
Adoración en silencio
ASSUNTA NOS HABLA A TRAVÉS DE SU VIDA
Lectora
“… volviendo en sí, Assunta pidió de nuevo confesarse y comulgar. Recibió la absolución,
pero no pudo tragar nada. Es imposible expresar el dolor que sintió… el Padre espiritual la
confortó diciéndole que Jesús recibía su deseo como si se hubiera realizado… Las
hermanas le preguntaron si moría contenta, y ella miró al cielo. Después, como si fuera un
estribillo, repitió “Shen-ti, Sentí-ti…, Eucaristía, Eucaristía” (Doc. oficial de la Causa).
Guía
Assunta no sólo contemplaba a Jesús, sino que, como todo cristiano, comía y bebía el
amor loco de Dios. Gustad y ved qué bueno es el Señor… (cf. Salmo 34), y se fía de él
que fue el primero que se entregó. Absorta en la persona de Cristo, es capaz de amar en
Él. Lo quiere hacer a la manera de María, su Madre hecha Iglesia. Transformada en Jesús
Eucaristía, se compromete totalmente con Cristo, vida nueva, vive para Él y con Él da la
propia vida. De Él aprende que su “carne es por la vida del mundo” (cf. Jn 6,51). No se
puede contemplar o celebrar la Eucaristía y continuar en el egoísmo, cerrado en sí mismo.
Hay dos alternativas: o se “come la propia condena” (cf. 1Cor 11,29), o uno se transforma
en pan de vida.
Lectora
El pan no se hace para permanecer en el horno, ni la luz para ponerla debajo de la mesa
(cf. Mt 5,15)
Todos: Assunta se deja comer constantemente, con gozo.
La Eucaristía es Pan y Vino buenos, sabrosos…
y Assunta teje relaciones sencillas y buenas con todos.
La Eucaristía es Palabra hecha silencio, Cordero inmolado…
y Assunta calla dulcemente.
La Eucaristía es escucha…
y Assunta, atenta, realiza toda palabra que percibe.
La Eucaristía es presencia en la historia…
y Assunta no se desentiende: vive el drama de la humanidad que necesita salvación.
La Eucaristía es Jesús pobre…
y Assunta se deja despojar de todo.
La Eucaristía es obediencia a la palabra del Sacerdote…
y Assunta, menor, obedece a Dios a través de quien es superior a ella.
La Eucaristía es humildad, porque Jesús, Dios-hombre, se “pierde” convirtiéndose en un
trozo de pan…
y Assunta quiere transformarse, humillarse… para asumir el rostro de María y de
Jesús.
La Eucaristía es inseparable de la cruz…
y Assunta está sedienta, quiere participar en el sufrimiento de Jesús.
La Eucaristía es vida entregada…
y Assunta ofrece constantemente la suya.
La Eucaristía es memoria de la Resurrección…
y Assunta, liberada, vive resucitada, en el gozo.
La Eucaristía es alabanza, acción de gracias…
y Assunta, sabiéndose “nada”, acoge el agradecimiento más verdadero: “Dios ha
hecho todo por mí”.
La Eucaristía es don total…
y Assunta se da totalmente a Jesús.
Realiza cada acción, por pequeña que sea, por su amor, abandonada a Él: “Todo por
Jesús”. “Es lo mismo”.
Silencio
DE LOS ESCRITOS FRANCISCANOS: CARTA A LA ORDEN 26-29
“Tiemble el hombre todo entero, estremézcase el mundo todo y exulte el cielo cuando
Cristo, el Hijo de Dios vivo, se encuentra sobre el altar en manos del sacerdote. Oh
celsitud admirable y condescendencia asombrosa. Oh sublime humildad. Oh humilde
sublimidad, que el Señor del mundo-universo, Dios e Hijo de Dios, se humilla hasta el
punto de esconderse, para nuestra salvación, bajo una pequeña forma de pan. Mirad,
hermanos, la humildad de Dios, y derramad ante Él vuestros corazones; humillaos
también vosotros, para ser enaltecidos por Él. En conclusión: nada de vosotros retengáis
para vosotros mismos para que enteros os reciba el que todo entero se os entrega”.
Silencio
LA PALABRA SE HACE ORACIÓN (SALMO 100)
Voy a cantar la lealtad y la justicia,
para ti es mi música Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
quiero proceder en mi casa con recta conciencia;
¿cuándo vienes a mi casa?
No quiero ocuparme de asuntos indignos,
aborrezco las acciones criminales y no se me pegarán;
lejos de mí una conciencia torcida,
no quiero nada con la maldad;
al que en secreto difama a su prójimo, lo haré callar;
ojos engreídos, mentes ambiciosas, no los soportaré;
escojo a gente de fiar para que vivan conmigo;
el que sigue un camino perfecto será mi servidor;
no habitará en mi casa quien comete fraudes,
el que dice mentiras no durará en mi presencia;
cada mañana haré callar a los hombres malvados
para excluir de la ciudad del Señor a todos los malhechores.
Canto para la Reposición
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