NUMERO: 67 FECHA: Enero-Febrero 1995 SECCION FIJA: Economía Internacional

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NUMERO: 67
FECHA: Enero-Febrero 1995
TITULO DE LA REVISTA: A un año del TLC
SECCION FIJA: Economía Internacional
AUTOR: Cristian Leriche [**]
TITULO: La Globalización Internacional y México [*]
ABSTRACT:
Ante la importancia y bajo la inquebrantable permanencia y vigencia del mercado global,
el Estado-Nación como gobierno soberano en México, ha querido darse sentido de
existencia en razón de los sectores menos privilegiados. La legitimación del accionar
gubernamental mexicano quiere orientarse hacia los que menos tienen. Lo que tal vez
contradictoriamente y dada la ineficacia de sus políticas en ese sentido, agudiza la pugna
distributiva y estimula el conflicto social.
TEXTO:
Un mundo en crecimiento, excluyente y concentrador de la riqueza
El mundo parece marchar hacia una integración global de sus economías. Aunque sin
consensos absolutos, las potencias de los bloques regionales, Estados Unidos, Alemania y
Japón, liderean la consolidación por una mayor apertura financiera y comercial que
abarca a la mayoría de las naciones.
El proceso de globalización que no es homogéneo y en línea recta, se caracteriza por la
tendencia cada vez más orientada a uniformar las reglas de intercambio a nivel mundial y
entre bloques regionales. Durante 1993 y en lo que va de 1994 los acuerdos del GATT, el
TLC, la APEC, la ampliación de la UE, y de otros a nivel subregional, constituyeron una
serie de pasos decisivos en ese sentido.
Bajo este contexto, se encuentran fuerzas en contra flujo. Unas provienen del proceso de
recomposición de los regímenes de la Europa del Este, con secuelas dramáticas en
algunos casos. Otras, se originan en regiones muy atrasadas tanto por su nivel de
desarrollo tecnológico como social, como es el caso de la mayoría de los países africanos.
Pero otras, de distinta naturaleza, han surgido del mismo esquema de desarrollo
anteriormente planteado, como es el desempleo en los países de Europa Occidental, y el
incremento de grupos marginados en el seno de economías opulentas.
Para el caso de las economías latinoamericanas, esta dinámica es aun más contradictoria,
en tanto que, en lugar de paliar los rezagos y carencias sociales que les han agobiado por
décadas, éstas se agravaron. Así, convergen paradójicamente, indicadores extremos en
relación a la pobreza y la concentración de la riqueza. También, contrastan el
mejoramiento de las finanzas públicas y el deterioro de infraestructura para el bienestar
social.
En América Latina más del 45% de la población es pobre y más de 200 millones de
personas perciben ingresos inferiores a la línea de pobreza, de los cuales la mitad está
bajo la línea de indigencia.
Si bien la tendencia es clara, y ampliamente respalda da por las autoridades políticas de
las naciones, respecto a una mayor apertura comercial y financiera, las contradicciones de
fondo con relación al impacto de este proceso sobre la creación de empleos y el
mejoramiento global del bienestar social, han obligado a replantear el ritmo y las
condiciones en que se vinieron dando los acuerdos.
Los procesos de integración y de los acuerdos de comercio entre países enfrentan severas
contradicciones y dificultades que conducen a que no solamente habría que cuestionar los
ritmos y las condiciones con que se establecen los acuerdos, sino que también en este
sentido, y puesto que afecta a toda la población del mundo la integración global de
manera cada vez más directa, las decisiones de los gobiernos que liderean este proceso
deben considerar con una mayor amplitud de criterio y de más largo plazo los efectos de
sus acuerdos en función del bienestar social a escala planetaria.
En los últimos tres decenios se acentuaron las discrepancias del desarrollo sostenible
duplicándose la disparidad entre el 20% más rico y el 20% más pobre, según el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En este trabajo presento algunas reflexiones sobre el proceso de globalización
internacional y algunas de sus influencias para México.
Globalización, empresa y estado nacional
La globalización económica o la economía global, tiene un significado directo de
interrelación de los procesos productivos, de los de servicios comerciales, financieros, de
transportes y de comunicación a nivel mundial.
¿Qué es la globalización? En un sentido muy abstracto y tendiendo a la idealización de su
proceso efectivo real, se puede afirmar que es tener un mercado global: es la
homogeneización de los precios de los productos a través de tecnologías, prácticas del
comercio y de política económica que se asimilan a nivel mundial.
Esto que se dice fácilmente, implica en el proceso de su gestación y evolución histórica,
una serie de aspectos sustantivos para las economías nacionales que transforman el
significado tradicional de Estado-Nación y de las empresas.
Por el lado de las empresas, éstas pierden sentido si no se les observa en el contexto de la
economía global, cómo se encadenan en una lógica intra o interindustrial y su lugar que
ocupan en este proceso a partir de las estrategias de desarrollo trasnacional o casero. En
este enfoque la empresa igual que su mercado pierde el carácter de nacional, en el sentido
de su articulación mundial. Las empresas que están mejor equipadas en esta perspectiva
son las empresas trasnacionales que forman parte del nuevo esquema de economía global.
Por el lado del Estado-Nación, su sentido y forma tradicional también pierde importancia,
tanto por la interconexión compleja de las variables económicas en las actuales
circunstancias reducen el alcance y la eficacia de las políticas económicas
gubernamentales, por lo cual, como anota René Villarreal en su notable libro sobre
México en el capitalismo posmoderno, para comprender con mayor exactitud las
directrices del comportamiento macroeconómico de un país hay que agregar además las
decisiones que toman las instancias de corregulación de los países que están integrándose
de alguna forma en lo económico (como es el caso del TLC), las decisiones de las
empresas que son transnacionales y también la esfera de movimientos particulares de la
globalización financiera.
De este modo, el sentido de las fronteras nacionales se desintegra poco a poco, así como
la tradicional soberanía de los estados nacionales.
Uno de los significados de la globalización o del mercado global, se entiende
perfectamente bajo la definición ortodoxa de lo que es la economía: la búsqueda eficiente
de lograr fines alternativos con medios escasos. La eficiencia de la economía mundial en
el sentido del óptimo de Pareto, es uno de los logros del capitalismo actual, el mercado
asigna con eficiencia los recursos económicos.
No obstante, los que no han podido estar o que han quedado fuera de este proceso, tienen
perspectivas desalentadoras.
La evolución de la economía internacional en cuanto a bienestar social en los últimos
treinta años, se puede ejemplificar con los siguientes datos: en 1960 el 20% más pobre de
la población mundial recibía el 2% del ingreso total, mientras que el 20% más rico recibía
el 70%; para 1989, los más ricos recibían el 83% y los más pobres un poco más del 1 por
ciento.
El estudio del Secretario del Trabajo de los Estados Unidos, Robert B. Reich, firmado a
fines de 1991 pronostica que en ese país hacía el año 2020, el 60% del ingreso estará en
el 20% de la población mientras que los más pobres no alcanzarán el 2% del total.
Es decir, que la tendencia de las últimas décadas de empeorar la distribución de la riqueza
y el ingreso, se agudizará en el futuro. Como dice el propio Reich respecto a los Estados
Unidos, el reto no es ya la soberanía nacional en el sentido tradicional del término, el reto
es qué hacer con el 80% de la población para mejorarles las condiciones de vida y su
capacidad de generar riqueza. El resto, 20% de los ciudadanos estadounidenses están
considerados dentro de la exitosa economía o mercado global, que poco o nada les
interesa el concepto de nación por su propia lógica de reproducción.
El futuro que se impone según Reich a la población de los Estados Unidos en un análisis
de tendencias objetivas, es que el pequeño grupo de la población exitosa y conectada al
proceso de mercado mundial estará desvinculada de la sociedad como tal, su mundo
global poco tendrá que ver con la penuria de las mayorías.
En este sentido las características del capitalismo de 1994 establecen un esquema de
desarrollo concentrador de la riqueza y excluyente socialmente, no obstante sus
innegables méritos de generar una mayor eficiencia económica en el mercado.
Igualmente exitosa es la interdependencia de los procesos de producción, comercio y
finanzas pero de igual forma genera altos costos en la política internacional, en cuanto a
la fragilidad e incertidumbre que dicha interconexión significa para los estados
nacionales y para los agentes relevantes de la economía global.
Globalización, hegemonía y descomposición social
Así, el enfoque de una economía global pura, en donde se desarrolla la tecnología
eficiente y la asignación óptima de los recursos, se presenta como una simple aventura
del intelecto humano, la cual se enfrenta a las necesidades de la política internacional de
establecer hegemonías y procesos de coordinación a dichos procesos dentro de tendencias
globalizantes.
Como un artículo reciente de un especialista en este tema anotó al citar un documento
estratégico del Pentágono: Estados Unidos debe seguir manteniendo bajo control las
rivalidades nacionales (e incluso al interior de las propias naciones) dominando al sistema
internacional y desalentar a otras naciones industriales en sus intentos de desafiar el
liderazgo estadounidense.
Este es un problema mucho más serio en esta época del fin de la guerra fría y la
inexistencia de una verdadera amenaza en ese sentido del bloque ex soviético.
El proceso de economía global surgido bajo un con texto de relaciones hegemónicas
internacionales encabezada por los Estados Unidos, merma y contradice esa misma
hegemonía y deteriora como hemos observado el significado y existencia de los estados
nacionales, así como su capacidad a largo plazo de inducir las relaciones económicas
futuras.
Como comenta Reich para el caso estadounidense, el dilema es qué hacer con todos
aquellos que se quedaron fuera de la globalización. "El problema fundamental para los
Estados Unidos en la era post-soviética, es saber si es posible redescubrir nuestra
identidad y nuestras responsabilidades mutuas, sin necesidad de crear un nuevo
adversario."
De esta forma, la problemática significa cómo mantener una sociedad cohesionada y
capaz de identificarse en los límites de un Estado-Nación, el cual tiende a desaparecer
como resultado de la existencia de un mercado global, así como por la profunda
inequidad derivada en gran parte, de la globalización.
El pequeño grupo social que concentra los principales frutos del mercado global, son los
entes sociales cosmopolitas cuyo sentido es la identificación mundial con sus iguales. En
esta lógica su nacionalidad es algo arcaico. La identidad nacional recae en los sectores de
grupos sociales mayoritarios, que están incapacitados para participar en el gran reparto
del pastel y limitados para transformar el esquema de crecimiento. El sentido nacional no
puede ser una lucha sorda entre sectores sociales tan desiguales por la pugna distributiva.
O tampoco reducir la posible existencia futura del sentir nacional a la buena disposición
de compartir las riquezas por parte de los grupos globalizados.
Bajo las actuales circunstancias, las luchas redistributivas como tareas nacionales, pueden
conducir a guerras civiles. Y el esperar la buena voluntad de los grupos globalizados no
pasa de ser una ilusión.
En gran parte, por ello a nivel mundial continúa siendo prioritario en lo político, la
diferenciación entre naciones, si bien bajo un contexto de coproducción y coordinación
de políticas macroeconómicas, con el propósito de mantener las hegemonías regionales e
internacionales.
La identidad nacional no puede darse bajo el razonamiento de los ricos y de los más
pobres, porque este es un conflicto social y político. Dicha identidad se da como
diferenciación con otros estados, que implican una amenaza para sus integrantes, lo que
es un argumento de cohesión social, pero por lo mismo no puede darse dicha identidad
sin diferenciación de los estados nacionales en el grado de rivalidad de la escena mundial,
es decir, a través de la práctica de la hegemonía.
Reflexiones finales sobre México
Esta problemática se presenta en la actualidad en México.
La economía y la sociedad mexicanas que ya están en el mercado global, depende
sustancialmente de las decisiones de las empresas trasnacionales, de las de la comunidad
financiera internacional, de las de los gestores e instancias cúpula de los procesos de
integración y apertura económica, y de la política económica llevada a cabo por el
gobierno.
De manera objetiva, las tendencias dominantes de la economía mundial resultantes
impactan en los procesos de nuestro espacio económico nacional, evidenciando los
márgenes estrechos de la soberanía nacional y el Estado.
Asimismo, vivimos en la actualidad el proceso de diferenciación económica profunda
entre los grupos sociales. Aspecto que incide en una mayor participación política por el
poder y los conflictos armados como el ocurrido en el Sureste en Chiapas.
De igual forma, las políticas redistributivas se ven enfrentadas a los grupos sociales
globalizados quienes se encuentran más allá del alcance del Estado-Nación tradicional.
La propia línea de reproducción de tales grupos sólo observa sentido de existencia y
permanencia a ese Estado-Nación en cuanto legítima políticamente al proceso de
globalización.
Por lo mismo, ante la importancia y bajo la inquebrantable permanencia y vigencia del
mercado global, el Estado-Nación como gobierno soberano en México, ha querido darse
sentido de existencia en razón de los sectores menos privilegiados. La legitimación del
accionar gubernamental mexicano quiere orientarse hacia los que menos tienen. Lo que
tal vez contradictoriamente y dada la ineficacia de sus políticas en ese sentido, agudiza la
pugna distributiva y estimula el conflicto social.
CITAS:
[*] Agradezco el apoyo de los ayudantes de investigación Martha Estrada y Antonio Ruiz
y en la mecanografía a Angélica Suárez.
[**] Profesor titular. Jefe del Area de Estado y Política Económica del Depto. de
Economía, UAM-A.
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