NAVIDAD 2007

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Lunes 24 de Diciembre, 2007
NAVIDAD 2007
Otro año más…. de nuevo Navidad… ¡Cuántas bendiciones por las cuales dar gracias! ¡De
nuevo, TODA la familia reunida!. Nos hizo falta Susanita, no pudo venir de Berín, pero de
ahí en fuera estuvimos todos, todos juntos dándonos amor, cariño, respeto. ¡Qué linda
Navidad!
La única chafencia… papá estuvo malito. La noche anterior estuvo con calentura y no pudo
bajar más que al rezo. Lo extrañamos mucho. El semblante de mamá no era el mismo, pero
aún así pudo sentirse la bendición de esta gran Navidad.
¿Qué hace la Navidad en López Cotilla tan especial?... son tantas cosas… son tantos
detalles. Primero, que la planeación empieza desde meses antes. Desde qué regalos se van a
comprar, de qué color se va a poner la mesa, hasta los platillos que se prepararán. Cada
punto lleva una planeación ardua, concienzuda, minuciosa y siempre llena de cariño.
La asistencia este año fue espectacular. Hubo muchas sorpresas, novedades por las cuales
dar gracias infinitas a Dios. Estuvo Marifer en su primera navidad con nosotros. ¡Qué niña
más dulce y preciosa! Con sus 6 meses estuvo iluminando la Navidad. Vino Fabiola, ahora
como esposa de Alfonso, con su linda sonrisa y siempre excelente disposición. También
estuvo con nosotros Ivan que fue acogido con los brazos abiertos por toda la familia. Por
supuesto, desde sus hogares lejanos vinieron los Villamil Arenas, Los Dunn Villamil y
Dianita desde Tijuana. Recibimos la visita de los Avila Medina y los Avila Ríos junto con
tía Lupe, como siempre, cariñosos y llenos de afecto para todos.
El rezo fue especialmente conmovedor. Papá nos dirigió unas hermosísimas palabras que
resumen la filosofía de vida de la Familia Villamil. Le dio un lugar a cada quien, todos nos
pudimos identificar con su rezo, con sus palabras, con su inmensa generosidad y sabiduría.
Resaltó la importancia del amor por sobre todo lo material.
La cena, como siempre, estuvo deliciosa. Mamá dedicó muchas horas para prepararnos
guisados suculentos. Hubo sopa de coditos, ¡la tradicional!, jamón que no puede faltar en
ninguna Navidad Villamil, bacalao, queso relleno y puerco en pipián. Cada platillo estuvo
en su punto y fueron suficientes para cubrir hasta los gustos más exigentes. La mesa de los
postres también se vistió de gala. Vanessa y Abraham llevaron un pastel que encargaron en
un lugar especial, era de tres sabores: fresa, vainilla y chocolate, y tenía un decorado
navideño muy lucidor. Ceci nos horneó unas preciosas galletas con un centro transparente
de caramelo. Estaban exquisitas pero además hermosas, también llevo pequeñas porciones
de pastel de queso, cada una decorada de manera muy artística con arbolitos de chocolate,
cerezas y figuras diversas.
La mesa, en esta ocasión, se
vistió de azul. Estaba
profusamente adornada, de
manera exquisita y por
demás elegante. El centro de
mesa, con flores azules,
escarcha, velas, uvas….
Muchos elementos que al
pasar por la visión
decorativa de mi mamá
toman forma y pasan a ser
parte de un todo fantástico.
En cada lugar había un
letrerito mencionando el
comensal que debía
ocuparlo.
Fueron hechos por Ceci, ¡y vaya que se lució! Estaban montados en un marquito y
combinaban el azul y el plata, los colores oficiales de la mesa. También había un regalito en
cada lugar, para las mujeres, un espejito padrísimo y para los caballeros un llavero muy
bonito. También se puso en cada lugar un dulcerito plateado, decorado muy amorosamente
y relleno de dulcecitos de colores.
Como papá no pudo acompañarnos, la cabecera la ocuparon mamá y Magui, quien no dejó
de acompañar a mamá ni un segundo.
Al terminar la cena entre todos recogimos todo. La decoración, los platos, las mesas y las
sillas para dejarle el menos tiradero posible a mamá. Daba tristeza desarmar algo tan bonito
y que llevó tanto tiempo de preparación. Nos fuimos al patio de atrás a los regalos. Ya más
relajados, todos contentos y bien comidos, nos dimos a la tarea de dar y recibir regalos.
Como ya es tradición los repartió Jorge con la ayuda de Natalia y Esteban. Entre que
estábamos de ociosos y que el proceso de anunciar el regalo, entregarlo y ver qué era,
estaba lento, empezamos a cantar. Con la música del villancico de Los Peces en el Río,
cantábamos el nombre de quien recibía el regalo. Se instituyó que debían pasar a bailar al
centro, el que daba y el que recibía, Jorge y John lo hicieron con muchísima gracia, fue de
lo mejor de la Navidad. Luego degeneró en cantar, con la misma tonada, qué es lo que
recibía cada quien. No sonó artístico pero nos dimos una divertida bomba.
En el intercambio me
tocó que me diera
Magui. Me regaló un
arlequín y una máscara.
Son algo mágico. Al ver
la máscara pienso en
muchas cosas, tal vez en
cómo puedes ver la vida
detrás de una apariencia
que no eres realmente tú
pero que te permite
circular tranquilamente
en sociedad….. El caso
es que me encantaron.
Como cierre de la repartida de regalos se le dio a José Alfonso una maletita que contenía
varios CD’s. Cada uno de los asistentes le llevamos uno. Ya fuera comprado o grabado, con
música que cada uno disfruta. Resulta que José Alfonso en una reunión pasada comentó
que tenía la inquietud de celebrar un día su cumpleaños invitando a mucha gente y
pidiéndoles que cada uno le llevara un CD con la música que a cada quien le gustaba. El
comentario ahí quedó y se nos ocurrió cuajar la idea en la navidad. Se vió gratemente
sorprendido. Magui le puso una libretita y una pluma en la maletita para que, conforme
vaya abriendo cada disco, escriba quién se lo dio y pueda ir relacionando cada música con
el “regalante”. Ya nos dará sus comentarios!
El último evento, que
cerró la Navidad, fue la
rifa del angelito. Este
año se estrenó angelito
nuevo, uno más
pequeñito, a mi gusto
muy tierno pero al gusto
de la mayoría, bastante
feíto. Susana preparó los
papelitos con el nombre
de la calle en la que
cada familia vive,
estaban elaboradísimos
y preciosos, se fueron
sacando uno a uno.
Esteban lo sacaba y
Natalia lo leía. El
mecanismo fue que el
penúltimo papelito se
lleva el angelito por un
año con la siguiente
consigna: Debe estar en
un lugar decoroso y
visible de la casa, no
puede ponérsele nada
encima ni tampoco
disfrazarse y debe
regresarse en perfecto
estado para la siguiente
Navidad.
Con mucha emoción fueron saliendo los papelitos y quien se llevó en esta ocasión al
angelito fue la familia López Villamil (Vanessa y Abraham) no les cayó nada en gracia
pero espero que respeten la tradición y cuiden la figurita. Nunca nos ha tocado a nosotros,
me encantaría que nos toque alguna vez. A ver si el próximo año.
Como a las 2.00 AM, ya cansados, terminamos de levantar lo más posible y nos fuimos a
casa, llenos de la energía maravillosa que nos da la Navidad.
Días antes, el sábado 22, tuvimos nuestra
celebración navideña, mis hijos, Ivan y
yo. Fue una comida. También fue algo
especial y fuera de lo común ya que
predominó la armonía y el buen humor.
Comimos riquísimo, nos reímos y
platicamos de lo lindo. Recibí unos
regalos maravillosos, el más importante,
el cariño, pero además José David me
compró unas cucharas de cocina que él
mismo fue a comprar y que escogió con
cuidado
. Ivan y Sonia Beatriz me regalaron una silla para trabajar en mi compu y un scáner. ¡Fue
un regalo de lujo!. Fue maravilloso sentir el cariño de mis hijos entre ellos y sentir cómo
Ivan se ha integrado de manera tan bonita a la familia al grado que ya puedo afirmar que
somos cuatro.
Gracias Señor, nos diste de nuevo tu amor, nos dejaste tocar un pedacito de cielo y
compartir tu generosidad y grandeza una vez más.
¡FELIZ NAVIDAD!
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