Carta de agradecimiento 50 años de Madre Eugenia

Eugenia Guadalupe, ¿Qué te ha parecido tu fiesta de los 50 años de Consagración a Dios y la Celebración en
nuestro colegio de Querétaro?
Desde la preparación de los 3 días a nivel colegio, pase de sorpresa en sorpresa, y la Eucaristía fue un cierre con broche
de oro. En general me di cuenta que la Comunidad Asunción de los padres de familia, los educadores, los alumnos,
todos, en distintos momentos unos y otros saben poner al servicio de la Comunidad sus talentos.
El 14 de Abril me ha sorprendido de manera especial el cariño generalizado de quienes se han hecho presente a lo largo
del día: con su manera de estar, de abrazar, de saludar, de participar, de convivir, etc. Más los correos electrónicos y
los tels. para disculparse de su ausencia de quienes tenían las razones para no estar presente. Terminé el día con el
corazón dilatado y con la voluntad muy fortalecida a través de cada gesto lleno de cariño.
Jamás soñé el lugar donde podía Celebrar el Aniversario de los 50 años, el amor de mi Dios me tenía preparada este
lugar y con esta Comunidad que está próxima a celebrar los 50 de la Asunción en Querétaro.
El evento preparado por la Comunidad Educativa, con tanto acierto, me ha hecho terminar el día de hoy con profunda
acción de gracias por el don de mi vida y vocación especifica de Consagración en la vida Religiosas en la Asunción. Mi
Dios a través de cada persona que se me ha acercado: adultos, jóvenes y niños, no se ha medido en amor y cariño.
He experimentado intensamente esta expresión de Santa María Eugenia: “DIOS CONDUCE NUESTRAS VIDAS Y NUNCA
MANO MÁS AMOROSA NI MÁS AMOROSA PUEDE GUIAR NUESTRO DESTINO”
En todo lo que ha implicado la preparación, y la Celebración a lo largo del día, nuestro Dios ha sido ha sido glorificado
en la complementariedad de nuestras vocaciones.
A toda la Comunidad Asunción le agradezco con el corazón en la mano, y les ratifico mi cariño con oraciones para que
el mundo crea en el Hijo de Dios.
No perdamos el tiempo para que el Reino de Dios se acreciente en “nosotros y en los demás”.