LA SANTA BIBLIA Es Digna de confianza 1008RCB

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LA SANTA BIBLIA
¿es digna de confianza?
La exactitud de la Biblia es objeto de una nueva y aguda controversia.
por Robert C. Boraker
S
E ESTÁ LIBRANDO una batalla. La disputa se basa en la cuestión de si la Biblia es
inspirada por Dios e infalible en todas sus partes, o si no lo es. ¿Se puede equivocar
la Biblia? En otras palabras, ¿contiene errores, o está infaliblemente libre de fallas, incluso
en lo que se refiere a la ciencia y a la historia?
En efecto, la exactitud de la Biblia es el tema más importante de esta era. La
Biblia, por supuesto, afirma que es la verdadera fuente del conocimiento divino y
espiritual, mas sus críticos dicen que no es digna de confianza. ¿Podría usted explicar
cuál punto de vista es el correcto y por qué?
Entre 1900 y 1930, imperó la tendencia hacia el liberalismo doctrinal. Hoy en día,
no sólo hay teólogos sino seminarios y denominaciones enteras que sostienen que la
Biblia contiene algunas verdades espirituales al igual que algunos errores. Ya no
consideran la Biblia totalmente digna de confianza, especialmente en los campos de la
ciencia y la historia. Los evangélicos se oponen a esta afirmación moderna, pues dicen
que una vez que alguien asume que en la Biblia hay errores, no tarda en rechazar la
doctrina básica. Estas personas, según ellos, empiezan a poner en tela de juicio ciertas
áreas de la Biblia de las cuales no gustan mucho, por ejemplo, la enseñanza del apóstol
Pablo acerca de la sumisión de las mujeres a sus maridos (1 Corintios 11:3 y Efesios
5:22-23). Consideran que esto no es más que la "opinión" del apóstol sobre este aspecto
y, por consiguiente, es discutible y se puede rechazar.
También hay clérigos que aceptan la homosexualidad, o piensan que las mujeres
pueden ser ordenadas como ministros, cuando el apóstol Pablo claramente enseñó que
tales prácticas son erradas (1 Corintios 6:9-10 y 14:34-37). Estas tendencias han surgido
debido a la suposición que los escritos de Pablo son las opiniones de un hombre y no la
Palabra inspirada de Dios.
¿Es toda la Biblia inspirada por Dios? ¿Es una base digna de confianza para hacer
de ella un camino de vida? ¿Es más sana la doctrina de los fundamentalistas sobre la
infalibilidad de la Biblia, que la de los liberales quienes sostienen que es falible? Estas son
preguntas esenciales que debemos examinar.
¿Confió Jesús en las Escrituras?
Primero que todo, ¿qué pensó y qué dijo Jesucristo, el fundador de la cristiandad,
acerca de las Escrituras? ¿Estarían de acuerdo los liberales modernos con Jesucristo?
Hablando acerca del Antiguo Testamento, Él dijo: "No penséis que he venido para abrogar
la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir,. Porque de cierto os
digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasarán de ningún
modo de la ley, hasta que todo se haya realizado" (Mateo 5:17-18).
Jesús enseñó que la voluntad, la palabra y la ley de Dios, según están expresadas
en el Antiguo Testamento, son obligatorias y atañen a sus seguidores. Dijo que las
escrituras del Antiguo Testamento eran eternas: "pero más fácil es que pasen el cielo y la
tierra que no que caiga un acento de la Ley" (Lucas 16:17, Nueva Biblia Española). Sin
embargo, he aquí una sorprendente paradoja: tanto los fundamentalistas, quienes afirman
que la Biblia es infalible, como los liberales, quienes insisten en que no lo es, están en
desacuerdo con Jesús: ¡ninguno de los dos grupos guarda la ley de Dios!
Muchos rechazan todo lo que fue estatuido en el Antiguo Testamento sobre la fe y
lo que se ha de poner por obra, otros sólo aceptan las epístolas que el apóstol Pablo
escribió mientras estaba en prisión, pero Jesucristo obedeció y confió en las escrituras del
Antiguo Testamento. Continuamente se refería a ellas, y se refirió a los relatos del Antiguo
Testamento como a hechos reales y verdaderos; no manifestó ninguna duda al respecto
ni dio indicaciones de que fuesen mitos o leyendas.
Jesús les recordó a los que le oían que las Escrituras que ellos escudriñaban para
hallar vida eterna, daban testimonio de la venida del Mesías (Juan 5:39). Al igual que
mucha gente hoy en día, los que oían a Jesús sabían de las palabras de Moisés, pero en
realidad, no creían todo lo que escribió. Así les habló ¡Jesús: "Porque si creyeseis a
Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos,
¿cómo creeréis a mis palabras?" (Juan 5:46-47). Cristo y el Antiguo Testamento se
sostienen o caen juntos. Él se refirió frecuentemente al cumplimiento en sí mismo de las
escrituras del Antiguo Testamento (Lucas 22:36-38; Juan 7:42; 17:1.2; 19:24; 36, 37).
Todas tenían que cumplirse, porque todas eran infalibles y sin errores.
Después de su resurrección, reprendió a sus discípulos por su lentitud en creer
todo lo que los profetas habían hablado acerca de Él: "Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, puso a explicarles, en todas las Escrituras lo referente a
él. ... Entonces les abrió la mente, para que comprendiesen las Escrituras" (Lucas 24:27,
45).
"En una ocasión, Jesús reprendió a los saduceos, diciéndoles: "Estáis en un error,
por no saber las Escrituras... " (Mateo 22:29). Jesús conocía las escrituras del Antiguo
Testamento; creía que eran la verdad y las utilizó como su fuente de autoridad. Cuando
tuvo su enfrentamiento con Satanás, se defendió citando tres veces el Antiguo
Testamento (Mateo 4:4, 7, 10). Cuando Satanás lo tentó diciendo: "Si eres Hijo de Dios, di
que estas piedras se conviertan en panes", Jesús respondió: "Escrito está: No sólo de pan
vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:3-4, véase
Deuteronomio 8:3). Jesús dijo que el hombre debe vivir por cada palabra de Dios, y con
esto se refirió a lo que está escrito en el Antiguo Testamento. ¿Cuántos cristianos hoy en
día, ya sean liberales o evangélicos, creen esto realmente?
También el apóstol Pablo afirma que el Antiguo Testamento es una guía en el
camino de vida, pues se refiere al Antiguo Testamento cuando dice: "Porque las cosas
que se escribieron en el pasado, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por
medio de la paciencia y de la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza"
(Romanos 15:4). Y más adelante, hablando acerca de los ejemplos consignados en el
Antiguo Testamento, escribió: "Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están
escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos (1
Corintios 10:11).
Vemos entonces que, según Jesucristo y según el apóstol Pablo, no basta con
saber que la Biblia es infalible, sino que es menester que creamos y hagamos lo que ella
dice.
¿Es inspirada toda la Escritura?
Pablo afirma enfáticamente en su epístola a Timoteo, que todo el Antiguo
Testamento es inspirado por Dios: "Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Timoteo 3:16). Las
únicas Escrituras (sagradas) que Timoteo pudo haber conocido desde su infancia (véase
el versículo 15), fueron aquellas que se encuentran en el Antiguo Testamento.
Pero, ¿qué diremos del Nuevo Testamento? ¿Se puede saber si es inspirado por
Dios? Cuando Pablo dijo "toda Escritura", se refirió por inferencia al Antiguo Testamento,
que ya había sido escrito, y a los textos del Nuevo Testamento que habían sido escritos
hasta entonces, y a los que habrían de ser escritos en el futuro. El apóstol consideraba los
relatos de los Evangelios como Escrituras inspiradas, pues en una carta anterior a
Timoteo afirmó: "Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el
obrero de su salario" (1 Timoteo 5:18). La primera parte es tomada de Deuteronomio 25:4,
y la segunda cita refiere las palabras de Jesús según Lucas 10:7. Pablo clasificó como
"Escrituras" a ambos pasajes.
Muchos consideran hoy en día que las cartas de Pablo no son más que las
opiniones de un hombre. Sin embargo, el apóstol Pedro no compartía esta opinión, pues
dijo acerca de los escritos de Pablo: "asimismo en todas sus epístolas, hablando en ellas
de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos
e inconstantes tuercen, como también las demás Escrituras, para su propia perdición" (2
Pedro 3:16). El apóstol Pedro clasificó las epístolas de Pablo en la misma categoría de
"las demás Escrituras".
El libro del Apocalipsis fue el último libro que se escribió en el Nuevo Testamento.
La importancia del libro es resaltada por la advertencia que hace al final el apóstol Juan:
"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno
añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si
alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la
vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apocalipsis
22:18-19).
No basta con saber
que la Biblia es infalible,
sino que es menester
que creamos y hagamos
lo que ella dice.
Toda Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, tiene el sello de
la inspiración de Dios. La Biblia es producto del "soplo de Dios". Es lo que sale de la boca
de Dios y, por consiguiente, es su palabra, un producto de su poder creador obrando a
través de instrumentos humanos. Dios les transmitió a los que escribieron la Biblia,
exactamente lo que Él quería que nosotros supiéramos. La profecía bíblica, por ejemplo,
no es el resultado del esfuerzo o del pensamiento propio de algún hombre, "sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:2021).
El Espíritu Santo guió a los que escribieron la Biblia.
Los escritores de la Biblia fueron motivados por el Espíritu Santo; fueron guiados y
conducidos por el Espíritu de Dios, así como un barco de vela es empujado por el viento.
Dios los dirigió y los influenció para que escribieran las palabras que Él quería que
quedaran preservadas. David describió cómo era inspirado por Dios al decir: "El Espíritu
del Eterno ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua" (2 Samuel 23:2). En
muchas ocasiones Dios les dijo a los que escribieron el Antiguo Testamento,
especialmente a los profetas, las palabras exactas que debían decir o escribir. A veces les
habló diciendo: "Así dice el Eterno... ", y en otras ocasiones es evidente que los escritores
tenían libertad para usar su propio estilo y personalidad para escribir bajo la guía del
Espíritu Santo.
Cada libro de la Biblia es diferente; cada uno refleja el estilo, las experiencias y la
personalidad del que lo escribió. Pero el Espíritu Santo siempre guió al autor en sus
investigaciones, en la organización de sus ideas y aun en el escogimiento de las palabras.
Esto incluía más que la sola "inspiración del pensamiento". Los pensamientos se
expresan con palabras, de manera que la inspiración debe abarcar hasta las mismas
palabras que fueron escritas. " Dios dijo que Él pondría palabras en la boca de los
profetas (Deuteronomio 18:18). Según Jeremías, esto es exactamente lo que a él le
ocurrió: "Y extendió el Eterno su mano y tocó mi boca, y me dijo el Eterno: He aquí he
puesto mis palabras en tu boca" (Jeremías 1:9).
Cada palabra de los escritos originales de la Biblia es inspirada; cada palabra es
importante. Por ejemplo, cuando Pablo escribió a los Gálatas, desarrolló todo un
argumento basándose en si una palabra del Antiguo Testamento era singular o plural
(Gálatas 3:16).
Las palabras del Antiguo Testamento pueden haber sido dichas por Moisés, David
o los profetas; sin embargo, cuando son citadas por los escritores del Nuevo Testamento,
se refieren a ellas como lo que dice la Escritura, lo que dice el Espíritu Santo o lo que dice
Dios mismo. Para ellos todo era la Palabra de Dios.
Las palabras inspiradas de Pablo.
Los cristianos de Tesalónica no creían que las palabras de Pablo eran sólo las
opiniones de un hombre. El expresó gratitud por su actitud de arrepentimiento, cuando
escribió: "Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando
recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de
hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los
creyentes" (1 Tesalonicenses 2:13). Fuera de esto, sus instrucciones a los corintios
debían ser aceptadas como "mandamientos del Señor" (1 Corintios 14:37).
La Biblia en todas sus partes es la Palabra de Dios escrita para toda la humanidad,
aunque los traductores y los impresores modernos no son infalibles y hacen algunos
pequeños errores.
A pesar de lo que piensan, los críticos de la Biblia, y los teólogos liberales, la
Biblia es la Palabra de Dios, inspirada e infalible. La aceptamos y creemos que es
absolutamente veraz y digna de confianza; es cimiento seguro para nuestra fe. Pero, con
sobrada razón podrían preguntar el teólogo liberal y el crítico: ¿Por qué hay tantos que
saben que la Biblia es infalible y no hacen lo que esta claramente ordena?
¡He aquí una buena pregunta!
Hay una razón que explica por qué no quieren aceptar la Biblia como la Palabra
inspirada de Dios, y por qué los que la aceptan se tapan los ojos para no ver la verdad
revelada: no quieren obedecer a Dios y vivir según lo que la Biblia dice: "Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra
hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y de los tuétanos, y discierne
los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12).
¿Está usted dispuesto no solamente a creer, sino a vivir por cada palabra inspirada e
I.D.D. Chile
infalible de Dios?
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