AMPARO EN REVISIÓN 347/2014 AMPARO EN REVISIÓN 347

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AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
QUEJOSA: **********
PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS
SECRETARIO: GABRIEL REGIS LÓPEZ
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
veintidós de octubre de dos mil catorce.
Vo. Bo.
V I S T O S; y
R E S U L T A N D O:
Cotejado
PRIMERO. Por escrito presentado el diecinueve de abril de dos
mil doce en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de
Distrito en el Distrito Federal, la empresa **********, por conducto de su
apoderado, **********, solicitó el amparo y protección de la Justicia
Federal en contra de las autoridades y actos siguientes:
1. Autoridades Responsables:
a)
b)
c)
d)
e)
f)
g)
La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
La Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.
El Presidente de la República.
El Secretario de Gobernación.
El Secretario de Hacienda y Crédito Público.
El Director del Diario Oficial de la Federación.
El Jefe del Servicio de Administración Tributaria.
2. Actos Reclamados:
1. Del H. Congreso de la Unión, a través de su Cámara de
Diputados y de su Cámara de Senadores, se reclama:
La discusión, aprobación y expedición del Decreto por el que
se expide la Ley del Impuesto sobre la Renta, en específico, i)
la fracción XVI del artículo 31 que obliga a la quejosa a
determinar la deducción por créditos incobrables conforme a
las reglas establecidas en dicha fracción, sin permitir que
tenga la opción de considerar como base de la deducción a
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2.
3.
4.
5.
6.
2
las estimaciones preventivas determinadas conforme a las
“Disposiciones de carácter general aplicables a las
organizaciones auxiliares del crédito, casas de cambio,
uniones de crédito, sociedades financieras de objeto limitado y
sociedades financieras de objeto múltiple reguladas”
publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 4 de febrero
de 2011, en específico, en su Título Séptimo “De las Uniones
de Crédito”; ii) la fracción VIII del artículo 32 que prohíbe la
deducción de las provisiones para la creación o el incremento
de reservas complementarias de activo o de pasivo que se
constituyan con cargo a las adquisiciones o gastos del
ejercicio; iii) el artículo 53 que no permite a las uniones de
crédito, como es el caso de la quejosa, a aplicar la deducción
de reservas preventivas globales como sí se lo permite a las
instituciones de crédito. Estas disposiciones fueron publicadas
en el Diario Oficial de la Federación el 1° de enero de 2002,
entrando en vigor el mismo día.
(…)
Del C. Presidente Constitucional de los Estados Unidos
Mexicanos se reclama la abstención de vetar, así como la
expedición, promulgación y orden de publicación del Decreto
Legislativo reclamando del Congreso de la Unión, dictada el 2
de enero de 2002 por el cual se ordenó la publicación y
observancia del mismo.
Del C. Secretario de Gobernación se reclama el refrendo del
Decreto presidencial reclamado en el numeral 1.
Del C. Director del Diario Oficial de la Federación se reclama
la publicación en el medio de difusión respectivo del 2 de
enero de 2002 del Decreto reclamado a las demás autoridades
que contiene la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Del Jefe del Servicio de Administración Tributaria se reclama
la aplicación y ejecución, por sí o por conducto de sus
subordinados, del Decreto reclamado a las demás autoridades
que contiene la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Del C. Secretario de Hacienda y Crédito Público se reclama la
aplicación y ejecución, por sí o por conducto de sus
subordinados, del Decreto reclamado a las demás autoridades
que contiene la Ley del Impuesto sobre la Renta.”
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SEGUNDO. La empresa quejosa señaló que se
violaron en su perjuicio los derechos humanos
consagrados en los artículos 14, 16, 31, fracción IV,
73 y 89, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; asimismo, señaló los antecedentes del asunto y formuló
los conceptos de violación que consideró pertinentes.
TERCERO. Por razón de turno, correspondió conocer del juicio
de amparo indirecto en comento al Juez Décimo de Distrito en Materia
Administrativa en el Distrito Federal, el que mediante acuerdo del
veinte de abril de dos mil doce admitió a trámite la demanda de
amparo registrándola con el número de expediente **********.
CUARTO. Concluidos los trámites de ley, el veintiocho de
noviembre de dos mil doce el mencionado Juez de Distrito celebró la
audiencia constitucional relativa, en la que pronunció la sentencia
correspondiente que firmó el día veintiocho de febrero de dos mil
trece, en la cual determinó sobreseer en el juicio de amparo por
inexistencia de unos actos reclamados, así como por considerar
actualizadas las causas de improcedencia previstas en el artículo 73,
fracciones V, VI y XVIII, esta última en relación con el diverso numeral
116, fracción V, todos de la anterior Ley de Amparo; pues sostuvo que
la parte quejosa no acreditó el perjuicio que causa a su esfera jurídica
el acto de aplicación de los artículos 31, fracción XVI, 32, fracción VIII,
y 53 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil once1,
así como que no formuló concepto de violación alguno tendiente a
controvertir la constitucionalidad del acto reclamado consistente en la
omisión de vetar el decreto por el que se expidieron los citados
preceptos legales.
QUINTO. Inconforme con dicha resolución, la empresa quejosa
interpuso recurso de revisión, por conducto de su abogado autorizado
**********, del que por razón de turno correspondió conocer al
Decimocuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito, cuya presidenta lo admitió a trámite por auto del cuatro de abril
de dos mil trece, registrándolo con el número de expediente R. A.
**********.
1
Por estimar que aplicó en su beneficio los citados numerales (dedujo pérdidas por créditos
incobrables), y que será hasta la declaración anual de la contribuyente quejosa, en la que acate la
prohibición de realizar las deducciones que se encuentran autorizadas para las instituciones de
crédito, cuando se actualizará la aplicación en su perjuicio de los preceptos reclamados.
3
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SEXTO. Mediante proveído del dieciséis de abril de dos mil
trece, la Presidenta del Tribunal Colegiado del conocimiento admitió a
trámite el recurso de revisión adhesiva interpuesto por el delegado de
la autoridad responsable Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos.
SÉPTIMO. Seguidos los trámites de ley, el Tribunal Colegiado
del conocimiento dictó la sentencia relativa en sesión del seis de mayo
de dos mil catorce2, en la cual dejó firme el sobreseimiento decretado
por inexistencia de unos actos reclamados; desestimó la actualización
de las causas de improcedencia en las que el Juez de Distrito sustentó
su decisión de sobreseer en el juicio de amparo respecto de los
preceptos reclamados y la abstención de vetar el decreto legislativo
del que provienen, por estimar que la parte quejosa sí acreditó contar
con interés jurídico para controvertir su regularidad constitucional3, y
que aquélla sí formuló conceptos de violación dirigidos a combatir de
manera general el aludido decreto4; declaró infundadas las causas de
inejercitabilidad de la acción de amparo planteadas en el recurso de
revisión adhesiva; y determinó carecer de competencia legal para
conocer del asunto, dejando a salvo la jurisdicción de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, para que de estimarlo procedente
ejercitara su competencia originaria para conocer del recurso de
revisión, por considerar que subsisten cuestiones de constitucionalidad
de leyes federales, que no son de su competencia delegada,
específicamente respecto de los artículos 31, fracción XVI, 32, fracción
VIII, y 53 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en dos mil
once.
OCTAVO. El dieciséis de mayo de dos mil catorce, esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, mediante acuerdo de su
Presidente asumió su competencia originaria para conocer del recurso
de revisión interpuesto por la empresa quejosa, así como del recurso
de revisión adhesiva interpuesto por la delegado del Presidente de la
2
Fojas 81 a 113 del cuaderno relativo al amparo en revisión R.A. **********.
3
Por considerar que basta con que la quejosa controvierta un supuesto trato diferenciado que dan
los preceptos legales reclamados a las Uniones de Crédito, respecto de las reservas preventivas
que pueden deducir las instituciones de crédito, para que aquéllas tengan interés jurídico para
impugnar esa distinción.
4
Por estimar que no es necesario formular conceptos de violación para impugnar de manera
específica la abstención de veto reclamada.
4
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República, registrándolo con el número de expediente
347/2014; además, en el mismo proveído ordenó
hacerlo del conocimiento de las autoridades
responsables y del Procurador General de la República y, por último,
turnó el presente asunto al Ministro José Fernando Franco González
Salas, para que elaborara el proyecto relativo, ordenando enviar los
autos a la Sala en la que se encuentra adscrito el ponente.
NOVENO. Mediante acuerdo dictado el veintitrés de mayo de
dos mil catorce, el Presidente de esta Segunda Sala ordenó que ésta
se avocara al conocimiento del asunto y remitió los autos a la
ponencia del Ministro ponente; y,
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación es competente para conocer del presente recurso de
revisión.5
SEGUNDO. No se analiza la oportunidad en la presentación del
recurso de revisión principal ni de la revisión adhesiva, así como la
legitimación de las partes recurrentes, en virtud de que el Tribunal
Colegiado que previno en el conocimiento del asunto ya se pronunció
respecto de esas cuestiones.6
TERCERO. En virtud de que el Decimocuarto Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Primer Circuito revocó el sobreseimiento
decretado en el juicio de amparo respecto de los artículos 31, fracción
XVI, 32, fracción VIII, y 53 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente en dos mil once, y a su vez determinó carecer de competencia
para conocer del asunto, por considerar que subsisten cuestiones de
5
Con fundamento en lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución
Federal; 84, fracciones I, inciso a), de la Ley de Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil
trece, en virtud de que este asunto se ubica en la hipótesis prevista en el artículo Tercero
Transitorio de la Ley de Amparo, expedida mediante Decreto publicado el dos de abril de dos mil
trece, al tratarse de un juicio de amparo iniciado con anterioridad a la entrada en vigor de esta
última; 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; en relación con lo
previsto en los puntos Primero, Segundo, fracción III, y Tercero interpretado a contrario sensu del
Acuerdo General Plenario 5/2013, publicado el veintiuno de mayo de dos mil trece en el Diario
Oficial de la Federación, en atención a que se interpuso contra una resolución dictada en la
audiencia constitucional por un Juez de Distrito, en el que se reclamó la inconstitucionalidad de los
artículos 31, fracción XVI, 32, fracción VIII, y 53 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en
dos mil once, sin que se requiera la intervención del Tribunal Pleno.
6 Visible en los considerandos segundo y tercero de la sentencia del Tribunal Colegiado de
Circuito, lo cual se encuentra en fojas 84 y 85 del amparo en revisión **********.
5
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
constitucionalidad de leyes federales que no son de su competencia
delegada, dejando a salvo la jurisdicción de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, para que de estimarlo procedente ejercite su
competencia originaria; enseguida se procede al estudio de los
conceptos de violación.
En esos términos, es menester precisar que el examen de la
demanda de garantías pone de manifiesto que la empresa quejosa
hace valer en vía de conceptos de violación, esencialmente, los
siguientes planteamientos:
A) Los preceptos reclamados violan el principio de
proporcionalidad tributaria, en virtud de que a pesar de que a partir de
dos mil once, las uniones de crédito cuentan con reglas semejantes a
las de las instituciones de crédito, para calcular las reservas
crediticitas conforme a los lineamientos establecidos por la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores; no se reconocen dichas reglas para
determinar la base para calcular el impuesto sobre la renta a cargo de
las entidades mencionadas en primer término.

Lo anterior es así, porque a partir de la publicación el
cuatro de febrero de dos mil once en el Diario Oficial de la Federación
de las “Disposiciones de carácter general aplicables a las
organizaciones auxiliares del crédito, casas de cambio, uniones de
crédito, sociedades financieras de objeto limitado y sociedades
financieras de objeto múltiple regulares” (Reglas de la CNBV), se
prevén reglas generales y obligatorias para crear reservas que reflejen
en los estados de cuenta la posibilidad de incobrabilidad de créditos
estados financieros; sin embargo, no se les permite a las uniones de
crédito deducir reservas preventivas para riesgos crediticios.

Considera que la falta de proporcionalidad de este
impuesto se manifiesta en que la base no guarda relación con el
objeto que pretende gravar, al no reconocer a las uniones de crédito la
posibilidad de considerar como elemento para determinar la base del
impuesto a las reservas crediticias que tienen obligación de calcular
conforme a las Reglas de la CNBV.

Además, la razón por la que las reservas no eran
deducibles antes del dos mil once, ya no son aplicables al caso, ya
6
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que de acuerdo con el legislador y con la Suprema
Corte, sólo son deducibles las reservas que se
demuestre son creadas por ley y la voluntad del
contribuyente no influya en el resultado del cálculo de la reserva; ya
que, de lo contrario, se estaría infringiendo el principio de
proporcionalidad, pues se permitiría que a un contribuyente o grupo de
contribuyentes disminuyera su base gravable con partidas que ellos
mismos deciden, lo que sería contrario a los principios de veracidad y
demostrabilidad razonables.

Estima que no le resulta aplicable el criterio de la Primera
Sala de la Suprema Corte de la Nación derivado del amparo en
revisión 393/2007, resuelto en sesión del veintidós de agosto de dos
mil siete, en el que se determinó que los artículos 31, fracción XVI, 32,
fracción VIII, y 53 de la Ley del Impuesto sobre la Renta no
contravenían el principio de proporcionalidad tributaria.

Esto lo considera así, ya que en ese asunto el estudio se
realizó respecto de las sociedades financieras de objeto limitado,
además de que se fundó en la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente en el dos mil cinco, mientras que las disposiciones aplicables
al caso son las vigentes en dos mil once, que establecen requisitos
más exigentes para considerar que un crédito es incobrable.

Por lo tanto, sostiene que como a partir del dos mil once las
uniones de crédito tienen la obligación de aplicar reglas objetivas e
independientes a su administración para crear reservas crediticias
conforme a las reglas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores,
al no reconocerlas para efectos del impuesto sobre la renta, implica no
reconocer la verdadera capacidad contributiva de esas entidades,
como sí se reconoció para las instituciones de crédito.
B) Por otra parte, la quejosa argumenta que los artículos
reclamados son violatorios del principio de equidad tributaria, ya que
(a diferencia de las sociedades financieras de objeto limitado) las
uniones de crédito están sujetas a los mismos lineamientos estrictos
que las instituciones de crédito, por lo que no se justifica que se les
trate de manera diferente, ya que éstas últimas sí tienen la opción de
deducir las reservas crediticias y las primeras no, a pesar de que las
7
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
conforman de acuerdo con las reglas de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores publicadas en dos mil once.

En atención a lo resuelto por la Primera Sala en el asunto
referido, estima que, a diferencia de las sociedades financieras de
objeto limitado en dos mil cinco, las reglas mencionadas aplicables a
las uniones de crédito a partir del dos mil once, determinan un régimen
preciso y estricto en cuanto a la valuación de cartera y creación de
reservas que no depende de su administración para cuantificarlas, lo
que –considera- demuestra que la aplicación del artículo 53
exclusivamente a las instituciones de crédito, genera un trato desigual
entre iguales, pues el régimen actual de las uniones de crédito en
cuanto a valuación y creación de reservas crediticias es semejante.

En este sentido, transcribe diversos preceptos de las
“Disposiciones de carácter general aplicables a las organizaciones
auxiliares del crédito, casas de cambio, uniones de crédito, sociedades
financieras de objeto limitado y sociedades financieras de objeto
múltiple regulares” para acreditar que en su Título Séptimo se señala
con claridad el procedimiento para: i) calificar la cartera; ii) constituir
las estimaciones y su clasificación por grado de riesgo; y iii) clasificar
las estimaciones preventivas, así como iv) las clasificación de las
estimaciones preventivas; disposiciones que no existían con
anterioridad al dos mil once y que obligan a las uniones de crédito a
aplicar dicha metodología para efectos de determinar las reservas y
estimaciones preventivas.
Por razón de método, en principio se aborda el estudio de los
conceptos de violación en los que se argumenta que los preceptos
reclamados infringen el principio de equidad tributaria.
Con tal propósito, es menester precisar que este Alto Tribunal ha
sostenido que el mencionado principio está referido a la igualdad
jurídica que consiste en el derecho de todos los gobernados de recibir
el mismo trato que quienes se ubican en similar situación de hecho,
porque la igualdad lo es ante la ley y ante la aplicación de la misma.
En otros términos, el principio de equidad exige que los
contribuyentes de un impuesto que se encuentran en una misma
hipótesis de causación, deben guardar una idéntica situación frente a
8
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
la norma jurídica que los regula, lo que a su vez
implica que las disposiciones tributarias deben tratar
de manera igual a quienes se encuentren en una
misma situación; sin embargo, también se ha señalado que no toda
desigualdad en el trato es inconstitucional, inclusive, se ha
considerado que el legislador no sólo está facultado, sino obligado a
crear categorías o clasificaciones de contribuyentes, a condición que
no sean caprichosas o arbitrarias, criterio que informa la jurisprudencia
del Tribunal Pleno, del rubro y sinopsis siguientes:
“EQUIDAD TRIBUTARIA. SUS ELEMENTOS. El principio
de equidad no implica la necesidad de que los sujetos se
encuentren, en todo momento y ante cualquier
circunstancia, en condiciones de absoluta igualdad, sino
que, sin perjuicio del deber de los poderes públicos de
procurar la igualdad real, dicho principio se refiere a la
igualdad jurídica, es decir, al derecho de todos los
gobernados de recibir el mismo trato que quienes se
ubican en similar situación de hecho porque la igualdad a
que se refiere el artículo 31, fracción IV, constitucional, lo
es ante la ley y ante la aplicación de la ley. De lo anterior
derivan los siguientes elementos objetivos, que permiten
delimitar al principio de equidad tributaria: a) no toda
desigualdad de trato por la ley supone una violación al
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, sino que dicha violación se
configura únicamente si aquella desigualdad produce
distinción entre situaciones tributarias que pueden
considerarse iguales sin que exista para ello una
justificación objetiva y razonable; b) a iguales supuestos
de hecho deben corresponder idénticas consecuencias
jurídicas; c) no se prohíbe al legislador contemplar la
desigualdad de trato, sino sólo en los casos en que
resulta artificiosa o injustificada la distinción; y d) para
que la diferenciación tributaria resulte acorde con las
garantías de igualdad, las consecuencias jurídicas que
resultan de la ley, deben ser adecuadas y proporcionadas,
para conseguir el trato equitativo, de manera que la
relación entre la medida adoptada, el resultado que
produce y el fin pretendido por el legislador, superen un
9
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
juicio de equilibrio en sede constitucional.”7
El principio de equidad en la imposición establece que las
personas, en tanto estén sujetas a cualquier impuesto y se encuentren
en iguales condiciones relevantes para efectos tributarios, han de
recibir el mismo trato en lo que se refiere al impuesto respectivo.
Asimismo, de la anterior definición deriva su contrapartida, o sea,
el principio de la desigualdad en el trato tributario de las personas que
se encuentren en condiciones tributarias desiguales. Esto es lógico, ya
que todo impuesto debe definir su hecho imponible tomando como
fundamento un determinado tipo de realidades económicas (renta,
patrimonio o consumo de éstos) que se gravan en cuanto son índices
claros de que existe capacidad o aptitud de contribuir por parte de
quien se encuentra en esa realidad o situación específica.
En este contexto, la igualdad no sólo reclama que el
ordenamiento jurídico, en su emisión y aplicación, respete las
preexistentes situaciones de igualdad entre los ciudadanos, sino que
exige, asimismo, que el ordenamiento jurídico actúe de tal forma que
puedan reconducirse las situaciones de discriminación a situaciones
de igualdad.
En otras palabras, la equidad tributaria exige tanto otorgar un trato
igual o semejante a situaciones análogas como el diferenciar el trato
ante situaciones diferentes, de suerte tal que no toda desigualdad de
trato por la ley resulta inconstitucional, sino únicamente cuando
produce distinción entre situaciones tributarias iguales si no existe
para ello una justificación objetiva y razonable. Encuentra apoyo lo
anterior en las siguientes jurisprudencias del Tribunal Pleno de esta
Suprema Corte:
“IMPUESTOS. PRINCIPIO DE EQUIDAD TRIBUTARIA
PREVISTO POR EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN IV,
CONSTITUCIONAL.”8
“EQUIDAD TRIBUTARIA. IMPLICA QUE LAS NORMAS
7
No. Registro: 198403. Jurisprudencia. Materia(s): Administrativa, Constitucional. Novena Época.
Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo V, junio de 1997,
tesis P./J. 41/97, página 43.
8
No. Registro: 192290. Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional, Administrativa. Novena
Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XI, marzo de 2000, tesis P./J. 24/2000, página 35.
10
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
NO DEN UN TRATO DIVERSO A SITUACIONES
ANÁLOGAS O UNO IGUAL A PERSONAS QUE
ESTÁN EN SITUACIONES DISPARES.”9.
En relación con el principio de equidad, el Tribunal Pleno también
ha sostenido que existen elementos objetivos que permiten delimitarlo,
a saber:
1. No toda desigualdad de trato por la ley supone una violación al
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, sino que dicha violación se configura únicamente si
aquella desigualdad produce distinción entre situaciones tributarias
que pueden considerarse iguales, sin que exista para ello una
justificación objetiva y razonable.
2. A iguales supuestos de hecho deben corresponder idénticas
consecuencias jurídicas.
3. No se prohíbe al legislador contemplar la desigualdad de trato,
sino sólo en los casos en que resulta artificiosa o injustificada la
distinción; y,
4. Para que la diferenciación tributaria resulte acorde con las
garantías de igualdad, las consecuencias jurídicas que resultan de la
ley deben ser adecuadas y proporcionadas para conseguir el trato
equitativo, de manera que la relación entre la medida adoptada, el
resultado que produce y el fin pretendido por el legislador superen un
juicio de equilibrio en sede constitucional.
En concordancia con lo anterior, es pertinente destacar que el
Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
también ha establecido que el objeto del impuesto sobre la renta lo
constituyen los ingresos, mientras que las utilidades que tengan los
sujetos pasivos del mismo, constituyen la base del gravamen.
Sobre el particular, el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la
9
No. Registro: 198402. Jurisprudencia. Materia(s): Administrativa, Constitucional. Novena
Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
V, junio de 1997, tesis P./J. 42/97, página 36.
11
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Renta vigente en dos mil once10, determina qué debe entenderse por
utilidad y, específicamente, por utilidad fiscal, la cual se obtiene
restando a los ingresos acumulables, las deducciones autorizadas en
el capítulo relativo de dicha legislación.
Las deducciones son los conceptos que se disminuyen de los
ingresos brutos a fin de determinar una utilidad en caso de que los
segundos excedan a las primeras, o una pérdida, en el supuesto
contrario. Las razones que dan lugar a establecer una deducción en
materia de impuesto sobre la renta pueden ser de diversa índole, sin
embargo, se considera que todas responden a alguna de las dos
premisas fundamentales siguientes:
1. Estructurales o internas, es decir, aquellas que derivan de la
mecánica del tributo o de las exigencias constitucionales (demandadas
por la lógica del impuesto al vincularse con el costo de producir el
ingreso); y,
2. No estructurales o de política pública, es decir, que emanan
del interés del legislador por incentivar o evitar determinadas
conductas según se consideren necesarias o no para los intereses del
Estado.
En ese contexto, es pertinente reproducir lo establecido en el
artículo 53, párrafo primero, de la Ley del Impuesto Sobre la Renta
vigente en dos mil once, el cual dispone lo siguiente:
“Artículo 53. Las instituciones de crédito podrán
deducir el monto de las reservas preventivas globales
que se constituyan o se incrementen de conformidad con
el artículo 76 de la Ley de Instituciones de Crédito, en el
ejercicio en que las reservas se constituyan o se
incrementen. …”
La porción normativa preinserta pone de relieve que en el citado
artículo reclamado se establece la posibilidad de que las instituciones
de crédito deduzcan el monto de las reservas preventivas globales que
10
Que es la legislación aplicable en el presente asunto, atendiendo a la fecha del acto de
aplicación de los preceptos reclamados, que es la presentación de la declaración anual del
impuesto sobre la renta del ejercicio fiscal de dos mil once.
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AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
constituyan o incrementen, pero no así otro tipo de
entidades financieras como las uniones de crédito
(como la quejosa).
En ese tenor, para poder determinar si la diferencia de trato que
da el artículo 53 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta vigente en dos
mil once, a las instituciones de crédito respecto de las uniones de
crédito como la quejosa, en relación con la deducibilidad de reservas
preventivas globales, infringe o no el principio de equidad tributaria;
resulta necesario atender al régimen jurídico al que se encuentran
sujetas ambas entidades.
Al efecto, es menester destacar que el artículo 8º, párrafo tercero,
de la citada Ley del Impuesto sobre la Renta11, se advierte que el
sistema financiero para efectos de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
se integra, entre otras, con las instituciones de crédito y las uniones de
crédito, como la quejosa.
Por su parte, el artículo 76 de la Ley de Instituciones de Crédito12,
establece que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, oyendo la
opinión del Banco de México, determinará mediante disposiciones
técnicas y operativas de carácter general, las bases para la calificación
de la cartera de créditos de las instituciones de crédito, la
documentación e información que éstas deberán recabar para su
otorgamiento, renovación y durante su vigencia, con o sin garantía real,
los requisitos que dicha documentación habrá de reunir y la periodicidad
con que deba obtenerse, así como la integración de las reservas
preventivas, que por cada rango de calificación tengan que constituirse,
las cuales tienen como finalidad asegurar la solvencia y estabilidad de
“Artículo 8o. …
El sistema financiero, para los efectos de esta Ley, se compone por el Banco de México, las instituciones de crédito, de
seguros y de fianzas, sociedades controladoras de grupos financieros, almacenes generales de depósito, administradoras
de fondos para el retiro, arrendadoras financieras, uniones de crédito, sociedades financieras populares, sociedades de
inversión de renta variable, sociedades de inversión en instrumentos de deuda, empresas de factoraje financiero, casas de
bolsa, casas de cambio y sociedades financieras de objeto limitado, que sean residentes en México o en el extranjero.
Asimismo, se considerarán integrantes del sistema financiero a las sociedades financieras de objeto múltiple a las que se
refiere la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito que tengan cuentas y documentos por cobrar
derivados de las actividades que deben constituir su objeto social principal, conforme a lo dispuesto en dicha ley, que
representen al menos el setenta por ciento de sus activos totales, o bien, que tengan ingresos derivados de dichas
actividades y de la enajenación o administración de los créditos otorgados por ellas, que representen al menos el setenta
por ciento de sus ingresos totales. Para los efectos de la determinación del porcentaje del setenta por ciento, no se
considerarán los activos o ingresos que deriven de la enajenación a crédito de bienes o servicios de las propias sociedades,
de las enajenaciones que se efectúen con cargo a tarjetas de crédito o financiamientos otorgados por terceros. …”
12
“Artículo 76. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, después de escuchar la opinión del Banco de México,
determinará mediante disposiciones técnicas y operativas de carácter general, las bases para la calificación de la cartera de
créditos de las instituciones de crédito, la documentación e información que éstas recabarán para el otorgamiento,
renovación y, durante la vigencia de créditos de cualquier naturaleza, con o sin garantía real, los requisitos que dicha
documentación habrá de reunir y la periodicidad con que deba obtenerse, así como la integración de las reservas
preventivas, que tengan que constituirse por cada rango de calificación, buscando asegurar la solvencia y estabilidad de las
instituciones y la confiabilidad de su información financiera.”
11
13
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
las instituciones y la confiabilidad de su información financiera.
Asimismo, el artículo 46 de la Ley de Uniones de Crédito13,
establece que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores emitirá
lineamientos mínimos de regulación prudencial a que deberán sujetarse
dichas entidades, así como habilita a dicho órgano para emitir
disposiciones técnicas y operativas de carácter general, en la que
determine las bases para la calificación de la cartera de créditos, la
documentación e información que deberán recabar para su
otorgamiento, renovación, sus requisitos y periodicidad, así como la
integración de las estimaciones preventivas que por cada rango de
calificación tengan que constituirse, buscando asegurar la solvencia,
estabilidad y confiabilidad de su información financiera.
De lo expuesto se advierte, como primera aproximación, que las
uniones de crédito, al igual que las instituciones de crédito, se
encuentran obligadas a constituir estimaciones preventivas para riesgos
crediticios; aunque sólo las primeras deben observar los lineamientos
mínimos de regulación prudencial emitidos por la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, donde mediante disposiciones técnicas y
operativas de carácter general se precisarán las bases para la
calificación de la cartera de créditos, así como la integración de las
estimaciones preventivas.
Por otra parte, el artículo 32, fracción VIII, de la Ley del Impuesto
sobre la Renta14 establece que las provisiones para la creación o
incremento de reservas complementarias de activo o pasivo que se
constituyan con cargo a las adquisiciones o gastos del ejercicio –dentro
de las cuales se encuentran las reservas preventivas para riegos
“Artículo 46. La Comisión emitirá lineamientos mínimos de regulación prudencial a los que deberán sujetarse las
uniones, en temas tales como procesos crediticios, calificación de cartera crediticia, coeficientes de liquidez, administración
integral de riesgos, controles internos y aquellos otros que juzgue convenientes para proveer la solvencia financiera y la
adecuada operación de las uniones.
13
La Comisión determinará mediante disposiciones técnicas y operativas de carácter general, las bases para la
calificación de la cartera de créditos de las uniones, la documentación e información que éstas recabarán para el
otorgamiento, renovación y durante la vigencia de créditos de cualquier naturaleza, con o sin garantía real, los requisitos
que dicha documentación habrá de reunir y la periodicidad con que deba obtenerse, así como la integración de las
estimaciones preventivas, que por cada rango de calificación tengan que constituirse, buscando asegurar la solvencia y
estabilidad de las uniones y la confiabilidad de su información financiera.
Las uniones deberán cumplir con las disposiciones generales de carácter prudencial que emita la Comisión en términos
de lo previsto en este artículo.”
14
“Artículo 32. Para los efectos de este Título, no serán deducibles:
(…)
VIII. Las provisiones para la creación o el incremento de reservas complementarias de activo o de pasivo que se
constituyan con cargo a las adquisiciones o gastos del ejercicio, con excepción de las relacionadas con las gratificaciones a
los trabajadores correspondientes al ejercicio.”
14
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
crediticios15–, no serán deducibles.
No obstante dicha regla general, el artículo 53
reclamado establece una excepción en cuanto a las instituciones de
crédito, pues les permite deducir el monto de las reservas preventivas
globales que constituyan o incrementen.
Es precisamente por ese motivo por el que la parte quejosa
controvierte la constitucionalidad de los preceptos reclamados, pues no
otorgan a las uniones de crédito como la quejosa, la posibilidad de
llevar a cabo la deducción de las reservas preventivas para riesgos
crediticios, como sí lo permiten para las instituciones de crédito.
Por tanto, si bien pudiera pensarse que tanto las instituciones de
crédito como las uniones de crédito comparten ciertas similitudes, dado
que ambas constituyen instituciones financieras obligadas a constituir
reservas preventivas; lo cierto es que tienen diferencias bastantes que
justifican el mencionado trato diferenciado previsto en los artículos
reclamados.
Se expone tal aserto, en virtud de que las instituciones de crédito
tienen su marco de actuación en la Ley de Instituciones de Crédito,
cuyo objetivo es regular el servicio de banca y crédito, la organización y
funcionamiento de dichas entidades crediticias, las actividades y
operaciones que pueden realizar, su sano y equilibrado desarrollo, la
protección de los intereses del público y los términos en que el Estado
ejercerá la rectoría financiera del Sistema Bancario Mexicano; además,
en la propia legislación se establece que la principal función de aquéllas
es la captación de recursos del público en el mercado nacional para su
colocación en el público, mediante actos causantes de pasivo directo o
contingente, quedando el intermediario obligado a cubrir el principal y,
en su caso, los accesorios financieros de los recursos captados
(servicio de banca y crédito).
Por su parte, las uniones de crédito se encuentran previstas en la
15
Las cuentas complementarias de activo circulante por provisiones, estimaciones o reservas. Son las que se crean
para controlar los cargos a resultados (costos y gastos), por las posibles pérdidas que sufran las cuentas de activo
circulante, que representan derechos y bienes como pueden ser entre otras, clientes e inventarios. Desde el punto de vista
contable, las reservas preventivas para riegos crediticios son las afectaciones que se realizan contra los resultados del
ejercicio y que miden aquella porción del crédito que se estima no tendrá viabilidad de cobro.
15
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Ley de Uniones de Crédito, cuyo objetivo es regular la organización y
funcionamiento de dichas entidades, así como las operaciones que
pueden realizar, siendo una de las principales el otorgar créditos y
préstamos a sus socios, con o sin garantía, o bien, facilitar el acceso al
crédito otorgándoles su garantía o aval (artículo 40 de la citada
legislación).
De lo expuesto se pone de manifiesto que si bien las uniones de
crédito al igual que las instituciones bancarias pueden captar recursos y
colocarlos; lo cierto es que la diferencia fundamental que distingue a
dichas entidades es que las primeras no pueden llevar a cabo dicha
actividad directamente con el público en general, sino únicamente con
sus socios, de ahí que la ley que las regula tiene como objetivo
únicamente regular su organización y funcionamiento, así como las
operaciones que puedan realizar; mientras que la legislación que regula
a las segundas, se preocupa, además, de la protección de los intereses
del público y de los términos en que el Estado ejercerá la rectoría
financiera del Sistema Bancario Mexicano.
Además, cabe destacar que tratándose de las instituciones de
crédito, para la creación y aumento de las reservas preventivas, existe
un estricto control financiero, dado que deben sujetarse a las reglas que
al efecto emita la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, oyendo la
opinión del Banco de México; en cambio, respecto de las Uniones de
Crédito, dicha Comisión únicamente emitirá lineamientos mínimos de
regulación prudencial para tales efectos, de conformidad con lo
establecido en el artículo 46 de la Ley de las Uniones de Crédito16.
Por tanto, a diferencia de las uniones de crédito, las instituciones
de crédito están sujetas a diferentes y estrictos lineamientos y reglas
generales expedidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a
través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, como son las
“Disposiciones de carácter prudencial en materia de crédito aplicables a
16
“Artículo 46. La Comisión emitirá lineamientos mínimos de regulación prudencial a los que deberán sujetarse las
uniones, en temas tales como procesos crediticios, calificación de cartera crediticia, coeficientes de liquidez, administración
integral de riesgos, controles internos y aquellos otros que juzgue convenientes para proveer la solvencia financiera y la
adecuada operación de las uniones.
La Comisión determinará mediante disposiciones técnicas y operativas de carácter general, las bases para la
calificación de la cartera de créditos de las uniones, la documentación e información que éstas recabarán para el
otorgamiento, renovación y durante la vigencia de créditos de cualquier naturaleza, con o sin garantía real, los requisitos
que dicha documentación habrá de reunir y la periodicidad con que deba obtenerse, así como la integración de las
estimaciones preventivas, que por cada rango de calificación tengan que constituirse, buscando asegurar la solvencia y
estabilidad de las uniones y la confiabilidad de su información financiera.
Las uniones deberán cumplir con las disposiciones generales de carácter prudencial que emita la Comisión en términos
de lo previsto en este artículo.”
16
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
las instituciones de crédito”17, publicadas en el Diario
Oficial de la Federación el cinco de julio de dos mil
cinco, en vigor a partir del seis de julio siguiente; la
“Resolución que Modifica las Reglas parta la Calificación de la Cartera
Crediticia de las Instituciones de Crédito, a que se refiere el artículo 76
de la Ley de Instituciones de Crédito”, y las “Reglas para los
Requerimientos de Capitalización de Instituciones de Banca Múltiple”,
publicadas en el citado medio de difusión oficial el veintidós de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve, que tienen por objeto
establecer lineamientos que deberán observar las instituciones de
crédito en el desarrollo de la actividad crediticia, para delimitar las
distintas funciones y responsabilidades de los órganos sociales, áreas,
funcionarios y personal involucrados en dicha actividad, propiciar la
creación de mecanismos de control en la realización de las operaciones
de crédito, así como fomentar los sanos usos y prácticas bancarias y
evitar conflictos de interés, respecto, entre otras materias, del grado de
riesgo de cada crédito y las reservas preventivas que corresponda
constituir.
Es así, en virtud de que el objeto principal de las instituciones de
crédito es la intermediación financiera cuyos recursos los obtienen del
ahorro directamente del público al tomar depósitos e inversiones de
clientes a un cierto plazo y con un determinado tipo de interés, y
prestarlos a otros clientes a otro plazo y con otro tipo de interés,
generalmente más altos. Por consiguiente, la mencionada
intermediación consiste en captar los recursos del público ahorrador y
transferirlos a un tercero principalmente inversionista, por ser la
principal actividad de los Bancos comerciar con el dinero, por ello,
reciben y custodian depósitos y otorgan préstamos.
Así, el margen de intermediación es la diferencia que existe entre
el interés que pagan las instituciones de crédito a los ahorradores, y la
tasa de interés que cobran al cliente por otorgarle el préstamo.
17 Entre esas disposiciones a las que están sujetas las instituciones de crédito, destaca la siguiente: Sección II --- De la
administración de crédito. --- “Artículo 24.- El área responsable de realizar la administración del riesgo crediticio deberá:
[…]. IV. Establecer los lineamientos para determinar, en la etapa de evaluación, el grado de riesgo de cada crédito. --- Las
mediciones y análisis a que se refiere el presente artículo, deberán comprender todas las operaciones que impliquen un
riesgo crediticio. --- El área responsable de la administración del riesgo crediticio deberá informar, cuando menos
mensualmente, al comité de riesgos y a la dirección general los resultados de sus análisis y proyecciones, así como el
monto de las reservas preventivas que corresponda constituir. --- Las instituciones de crédito deberán designar a la
unidad para la administración integral de riesgos para el cumplimiento de la actividad mencionada en la fracción I de este
artículo. El resto de las actividades referentes a la administración del riesgo crediticio mencionadas en las fracciones II, III y
IV del presente artículo podrán ser realizadas por la unidad para la administración integral de riesgos o, en su caso, por el
área responsable de crédito, lo cual deberá quedar documentado.”
17
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Por su parte, las uniones de crédito son instituciones que basan
su operación en otorgar y recibir créditos y préstamos de sus socios, de
ahí que su principal diferencia con los bancos es que no captan ahorro
directamente del público.
En consecuencia, las instituciones de crédito están sujetas a
reglas estrictas sobre capitalización en operaciones sujetas a riesgos,
tanto de mercado como de crédito, a fin de otorgar la mayor protección
de los intereses del público inversionista, como se aprecia de las
“Reglas para los Requerimientos de Capitalización de Instituciones de
Banca Múltiple”, emitidas por las Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el veintidós de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve.
No representa obstáculo a la mencionada conclusión, el hecho de
que el cuatro de febrero de dos mil once se haya publicado en el Diario
Oficial de la Federación, la resolución mediante la cual la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores modificó las Disposiciones de carácter
general aplicables a las organizaciones auxiliares del crédito, casas de
cambio, uniones de crédito, sociedades financieras de objeto limitado y
sociedades financieras de objeto múltiple reguladas18, en cuyo Título
Séptimo estableció los lineamientos mínimos de regulación prudencial a
los que deben sujetarse las aludidas uniones de crédito, en temas como
calificación de cartera crediticia, coeficientes de liquidez, administración
integral de riesgos, controles internos, así como los lineamientos
técnicos y operativos conforme a los cuales debe llevarse a cabo la
clasificación de la cartera, y la constitución de estimaciones por grado
de riesgo.
Empero, tal situación resulta insuficiente para considerar que las
Uniones de Crédito se encuentran en la misma situación jurídica que las
instituciones de crédito, pues con el instrumento normativo del que se
ha dado noticia no se cambió la naturaleza jurídica de las primeras, sino
sólo se establecieron las directrices conforme a las cuales deben
calificar su cartera crediticia comercial, así como los términos o
porcentajes en que deben constituir las estimaciones preventivas
relativas.
18 Publicadas a su vez en el mismo medio de difusión oficial el 19 de enero de 2009, y modificadas mediante resoluciones
publicadas en el propio Diario los días 1 y 30 de julio de 2009, y 18 de febrero de 2010.
18
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Sobre tales premisas, resulta evidente que las
diferencias fundamentales entre las instituciones de
crédito y las uniones de crédito, no sólo deriva del
control estricto que ejerce la Secretaría de Hacienda y Crédito Públicos
así como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores19, sino
19
Al respecto, cabe citar diversas disposiciones de la Ley de Instituciones de Crédito, que en lo conducente disponen:
“Artículo 50. Las instituciones de crédito deberán mantener un capital neto en relación con los riesgos de mercado, de
crédito y otros en que incurran en su operación, que no podrá ser inferior a la cantidad que resulte de sumar los
requerimientos de capital por cada tipo de riesgo, en términos de las disposiciones generales que establezca la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores con aprobación de su Junta de Gobierno, para las instituciones de banca múltiple, por un
lado, y para las instituciones de banca de desarrollo, por el otro.
El capital neto, en su parte básica y complementaria, se determinará conforme a lo que establezca la propia Comisión
en las mencionadas disposiciones que deberán salvaguardar la solvencia y estabilidad financiera de las instituciones de
crédito y proteger los intereses del público.
Al ejercer las atribuciones y expedir las disposiciones de carácter general a que se refiere este artículo, la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores deberá escuchar la opinión del Banco de México, así como tomar en cuenta los usos
bancarios internacionales respecto a la adecuada capitalización de las instituciones de crédito, al tiempo que determinará
las clasificaciones de los activos, de las operaciones causantes de pasivo contingente y otras operaciones, en función de su
riesgo, determinando los porcentajes de ponderación que corresponda a los distintos grupos de activos y operaciones
resultantes de las referidas clasificaciones.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en las disposiciones generales a que se refiere el primer párrafo de este
artículo, establecerá el procedimiento para el cálculo del índice de capitalización aplicable a las instituciones de crédito.
Cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con motivo de su función de supervisión, requiera a las
instituciones de crédito realizar ajustes a los registros contables relativos a sus operaciones activas y pasivas que, a su vez,
puedan derivar en modificaciones a su índice de capitalización, la Comisión deberá llevar a cabo las acciones necesarias
para que se realice el cálculo de dicho índice de conformidad con lo previsto en este artículo y en las disposiciones
aplicables, en cuyo caso escuchará previamente a la institución de banca múltiple afectada.
Se requerirá el previo acuerdo de la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la cual deberá
considerar los elementos proporcionados por la institución de que se trate, para que requiera a ésta realizar los ajustes
mencionados en el párrafo anterior que, como consecuencia de ello, ocasione que dicha institución deba registrar un índice
de capitalización inferior al mínimo requerido conforme a las disposiciones aplicables.
El índice de capitalización que, en términos del presente artículo, resulte de los ajustes requeridos por la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores será el utilizado para todos los efectos legales conducentes.”
“Artículo 51. Al realizar sus operaciones las instituciones de crédito deben diversificar sus riesgos. La Comisión
Nacional Bancaria y de Valores con acuerdo de su Junta de Gobierno determinará mediante reglas generales:
I. Los porcentajes máximos de los pasivos a cargo de una institución que correspondan a obligaciones directas o
contingentes en favor de una misma persona, entidad o grupo de personas que de acuerdo con las mismas reglas deban
considerarse para estos efectos, como un solo acreedor, y
II. Los límites máximos del importe de las responsabilidades directas y contingentes incluyendo las inversiones en
títulos representativos de capital, de una misma persona, entidad o grupo de personas que por sus nexos patrimoniales o
de responsabilidad, constituyan riesgos comunes para una institución de crédito.
…”
“Artículo 55 Bis.- Cada institución de banca de desarrollo, constituirá un fideicomiso dentro de la propia institución,
como excepción a lo dispuesto en el penúltimo párrafo del artículo 383 de la Ley General de Títulos y Operaciones de
Crédito y del artículo 106, fracción XIX, inciso a), de esta Ley, mediante aportaciones calculadas sobre los montos insolutos
de los recursos captados por cuenta propia mediante actos causantes de pasivo directo, ya sea a través del gran público
inversionista, de ventanilla o de cualquier otro medio de captación dirigido al público en general, que tendrá como fin el
proporcionar apoyos a las propias instituciones, encaminados al fortalecimiento de su capital.”
“Artículo 55 Bis 1. …)
Asimismo, cada institución de banca de desarrollo deberá publicar trimestralmente, en dos periódicos de amplia
circulación en el país, el estado que guarda su patrimonio, así como los indicadores más representativos de su situación
financiera y administrativa.”
“Artículo 55 Bis 2. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público deberá publicar anualmente dos estudios realizados a
instituciones de la banca de desarrollo o fideicomisos públicos de fomento económico, con el propósito de evaluar que: (…)”
“Artículo 65. Para el otorgamiento de sus créditos, las instituciones de crédito deberán estimar la viabilidad de pago de
los mismos por parte de los acreditados o contrapartes, valiéndose para ello de un análisis a partir de información
cuantitativa y cualitativa, que permita establecer su solvencia crediticia y la capacidad de pago en el plazo previsto del
crédito. Lo anterior, deberá observarse sin menoscabo de considerar el valor monetario de las garantías que se hubieren
ofrecido.
De igual manera, las modificaciones a los contratos de crédito que las instituciones acuerden con sus acreditados, por
convenir a sus respectivos intereses, deberán basarse en análisis de viabilidad de pago, a partir de información cuantitativa
y cualitativa, en los términos del párrafo anterior.
19
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Cuando se presenten o se presuman circunstancias financieras adversas o diferentes de aquellas consideradas en el
momento del análisis original, que le impiden al acreditado hacer frente a sus compromisos adquiridos en tiempo y forma, o
cuando se mejore la viabilidad de la recuperación, las instituciones de crédito deberán basarse en análisis cuantitativos y
cualitativos que reflejen una mejoría en las posibilidades de recuperación del crédito, para sustentar la viabilidad de la
reestructura que se acuerde. En estos casos, las instituciones de crédito deberán realizar las gestiones necesarias para la
obtención de pagos parciales o garantías adicionales a las originalmente contratadas. Si en la reestructura, además de la
modificación de condiciones originales, se requiriera de recursos adicionales, deberá contarse con un estudio que soporte la
viabilidad de pago del adeudo agregado bajo las nuevas condiciones.
En todos los casos deberá existir constancia de que los procedimientos de crédito se ajustaron a las políticas y
lineamientos que la propia institución de crédito hubiere establecido en los manuales que normen su proceso crediticio. En
dichas políticas y lineamientos se deberán incluir los procedimientos relativos a crédito y operaciones con instrumentos
financieros derivados no cotizados en bolsa, así como las aplicables a las contrapartes.
Para la adecuada observancia de lo previsto en el presente artículo, las instituciones de crédito se ajustarán a las
disposiciones de carácter prudencial que, en materia de crédito y administración de riesgos, expida la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores para procurar la solvencia de las instituciones de crédito y proteger los intereses del público.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores vigilará que las instituciones de crédito observen debidamente lo dispuesto
en el presente artículo.”
“Artículo 94 Bis.- La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros podrá emitir disposiciones de carácter general en las que se definan las actividades que se
aparten de las sanas prácticas y usos relativos al ofrecimiento y comercialización de las operaciones y
servicios financieros por parte de las instituciones de crédito, buscando en todo momento la adecuada
protección de los intereses del público.”
“Artículo 99-A.- Las instituciones de crédito constituirán el fondo de reserva de capital separando
anualmente por lo menos un diez por ciento de sus utilidades netas, hasta que dicho fondo alcance una suma
igual al importe del capital pagado.”
“Artículo 101 Bis.- Las instituciones de crédito estarán obligadas a poner a disposición del público en
general la información corporativa, financiera, administrativa, operacional, económica y jurídica que determine
la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, mediante reglas de carácter general que emita para tales
efectos. Para dictar dichas reglas, la Comisión deberá tomar en consideración la relevancia de esa
información para transparentar al público la solvencia, liquidez y seguridad operativa de las instituciones.”
“Artículo 101 Bis 1.- La Comisión Nacional Bancaria y de Valores contará con facultades de inspección y
vigilancia, respecto de las personas morales que presten servicios de auditoría externa en términos de esta
Ley, incluyendo los socios o empleados de aquéllas que formen parte del equipo de auditoría, a fin de verificar
el cumplimiento de esta Ley y la observancia de las disposiciones de carácter general que de ella emanen.
Para tal efecto, la citada Comisión podrá: …”
“Artículo 133.- La supervisión de las entidades reguladas por la presente Ley estará a cargo de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, quien la llevará a cabo sujetándose a lo previsto en su Ley, en el
Reglamento respectivo y en las demás disposiciones que resulten aplicables. La citada Comisión podrá
efectuar visitas a las instituciones de crédito, que tendrán por objeto revisar, verificar, comprobar y evaluar las
operaciones, organización, funcionamiento, los procesos, los sistemas de control interno, de administración de
riesgos y de información, así como el patrimonio, la adecuación del capital a los riesgos, la calidad de los
activos y, en general, todo lo que pudiendo afectar la posición financiera y legal, conste o deba constar en los
registros, a fin de que las instituciones de crédito se ajusten al cumplimiento de las disposiciones que las rigen
y a las sanas prácticas de la materia.
La supervisión de las entidades reguladas por la presente Ley respecto de lo previsto por los artículos 48
Bis 5, 94 Bis y 96 Bis, párrafos segundo, tercero y cuarto, así como de las materias expresamente conferidas
por otras Leyes, estará a cargo de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros, quien la llevará a cabo sujetándose a lo previsto en la Ley de Protección y Defensa al
Usuario de Servicios Financieros, en el Reglamento respectivo y en las demás disposiciones que resulten
aplicables. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores a solicitud de la Comisión Nacional para la Protección
y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros efectuará visitas a las instituciones de crédito, que tendrán
por objeto revisar, verificar, comprobar y evaluar que las instituciones de crédito se ajusten al cumplimiento de
las disposiciones a que se refiere este párrafo.
Asimismo, las Comisiones Nacionales Bancaria y de Valores y para la Protección y Defensa de los
Usuarios de Servicios Financieros, en sus respectivas competencias, podrán investigar hechos, actos u
omisiones de los cuales pueda presumirse la violación a esta Ley y demás disposiciones que de ella deriven.
…
La vigilancia por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores se efectuará a través del análisis de
la información contable, legal, económica, financiera, administrativa, de procesos y de procedimientos que
obtenga dicha Comisión con base en las disposiciones que resulten aplicables, con la finalidad de evaluar el
apego a la normativa que rige a las instituciones de crédito, así como la estabilidad y correcto funcionamiento
de éstas.
La vigilancia por parte de la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios
Financieros se efectuará a través del análisis de la información que obtenga dicha Comisión con base en las
20
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
fundamentalmente de dos situaciones, a saber:
1)
Del origen de los recursos con los que
operan.
2)
Del control que se ejerce sobre el manejo de dichos
recursos para constituir y mantener las reservas preventivas sobre
riesgos crediticios, por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Se expone tal postura, porque mientras que para las instituciones
de crédito su principal actividad es captar recursos directamente de los
ahorradores (público en general) para otorgar crédito a un tercero,
generalmente inversionista, para las uniones de crédito si bien su
actividad consiste también en otorgar créditos; sin embargo, dicha
función la desarrollan exclusivamente con sus socios.
En esa virtud, las uniones de crédito no están sujetas a reglas
estrictas sobre reservas preventivas porque sobre dichos recursos no
existe riesgo del público ahorrador directamente, por lo que respecto a
la constitución y variación de dichas reservas, la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores únicamente emitió lineamientos mínimos de
regulación prudencial, ya que el riesgo crediticio lo soportan
exclusivamente sus socios, y si bien se trata de directrices técnicas,
éstas se encuentran orientadas a facilitar la clasificación de las carteras
crediticias, a efecto de transparentar los recursos con los que operan
esas entidades financieras.
En cambio, las instituciones de crédito, debido al riesgo que
corren por captar recursos directamente de los ahorradores a quienes
deben responder con su capital, el control sobre las reservas
preventivas en comento, es riguroso, estricto y constante por parte de
las autoridades competentes, por lo que, el mantener reservas
disposiciones que resulten aplicables, con la finalidad de evaluar el apego a las normas jurídicas que sean de
su competencia que rigen a las instituciones de crédito, así como la adecuada protección de los usuarios de
servicios financieros.
Sin perjuicio de la información y documentación que las instituciones de crédito deban proporcionarle
periódicamente, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores podrá, dentro del ámbito de las disposiciones
aplicables, solicitarles la información y documentación que requiera para poder cumplir con su función de
vigilancia.
Las Comisiones Nacionales Bancaria y de Valores y para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros como resultado de sus facultades de supervisión, podrán formular observaciones y
ordenar la adopción de medidas tendientes a corregir los hechos, actos u omisiones irregulares que hayan
detectado con motivo de dichas funciones, en términos de esta Ley.
…”
21
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
preventivas conformado por capital neto de la institución de crédito sin
que genere rendimiento, presiona el margen de intermediación por la
falta de circulación de ese dinero.
No pasa inadvertido que las uniones de crédito también se
encuentran obligadas a constituir y mantener reservas preventivas por
riesgos crediticios, y que derivado de su función de intermediación
financiera también soportan la carga de no poder disponer del capital
reservado; sin embargo, no existe el sistema de control puntual que
sobre las instituciones de crédito ejercen las autoridades mencionadas,
pues aquéllas se sujetan a reglas más flexibles, lo cual pone de
manifiesto que tal constitución y mantenimiento de las reservas
preventivas se rige por lineamientos mínimos de regulación prudencial.
En esa medida, la mecánica que permite a las instituciones de
crédito deducir el monto de las reservas preventivas globales, tiende a
disminuir la carga tributaria debido a la presión que ya soportan con
mantener las reservas preventivas sin la circulación de ese dinero; lo
que no sucede con las uniones de crédito, pues sobre éstas, como ya
se apuntó en esta ejecutoria, no existe el control puntual sobre la
constitución, mantenimiento y variación de dichas reservas,
precisamente por no tener dicho margen de riesgo, como si lo tienen las
instituciones de crédito por las operaciones que realizan directamente
con el público ahorrador.
De acuerdo con tales reflexiones, es inconcuso que si bien el
artículo 53, párrafo primero, de la Ley del Impuesto sobre la Renta
vigente en dos mil once, no otorga a las uniones de crédito la
posibilidad de llevar a cabo la deducción de las reservas preventivas
para riesgos crediticios, en tanto que a las instituciones de crédito sí les
permite realizar dicha disminución; lo cierto es que ese trato
diferenciado que se da a ambas instituciones financieras, no viola el
principio de equidad tributaria consagrado en el artículo 31, fracción IV,
constitucional, por las diferencias que existen entre dichas entidades,
de las que ya se dio noticia en esta ejecutoria, máxime que las uniones
de crédito pueden llevar a cabo la diversa deducción de pérdidas por
créditos incobrables, cuando se subsuman en alguno de los supuestos
previstos en el artículo 31, fracción XVI, de la citada legislación tributaria
(las instituciones de crédito podrían beneficiarse también de dicha
deducción, pero ello se encuentra condicionado a que no deduzcan las
22
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
reservas preventivas, como se expondrá más adelante
en esta ejecutoria)20; de ahí que resultan infundados los
conceptos de violación en estudio.
Similar criterio sostuvo esta Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, al resolver por unanimidad de cinco votos, en
sesión del catorce de marzo de dos mil doce, el amparo directo en
revisión 2973/2011.
Por otra parte, enseguida se aborda el estudio de los conceptos
20
“Artículo 31. Las deducciones autorizadas en este Título deberán reunir los siguientes
requisitos: …
XVI. En el caso de pérdidas por créditos incobrables, éstas se consideren realizadas en el mes en
el que se consuma el plazo de prescripción, que corresponda, o antes si fuera notoria la
imposibilidad práctica de cobro.
Para los efectos de este artículo, se considera que existe notoria imposibilidad práctica de cobro,
entre otros, en los siguientes casos:
a) Tratándose de créditos cuya suerte principal al día de su vencimiento no exceda de treinta mil
unidades de inversión, cuando en el plazo de un año contado a partir de que incurra en mora, no
se hubiera logrado su cobro. En este caso, se considerarán incobrables en el mes en que se
cumpla un año de haber incurrido en mora.
Cuando se tengan dos o más créditos con una misma persona física o moral de los señalados en
el párrafo anterior, se deberá sumar la totalidad de los créditos otorgados para determinar si éstos
no exceden del monto a que se refiere dicho párrafo.
Lo dispuesto en el inciso a) de esta fracción será aplicable tratándose de créditos contratados con
el público en general, cuya suerte principal al día de su vencimiento se encuentre entre cinco mil
pesos y treinta mil unidades de inversión, siempre que el contribuyente de acuerdo con las reglas
de carácter general que al respecto emita el Servicio de Administración Tributaria informe de
dichos créditos a las sociedades de información crediticia que obtengan autorización de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público de conformidad con la Ley de Sociedades de Información
Crediticia.
Así mismo, será aplicable lo dispuesto en el inciso a) de esta fracción, cuando el deudor del crédito
de que se trate sea contribuyente que realiza actividades empresariales y el acreedor informe por
escrito al deudor de que se trate, que efectuará la deducción del crédito incobrable, a fin de que el
deudor acumule el ingreso derivado de la deuda no cubierta en los términos de esta Ley. Los
contribuyentes que apliquen lo dispuesto en este párrafo, deberán informar a más tardar el 15 de
febrero de cada año de los créditos incobrables que dedujeron en los términos de este párrafo en
el año calendario inmediato anterior.
b) Tratándose de créditos cuya suerte principal al día de su vencimiento sea mayor a treinta mil
unidades de inversión cuando el acreedor haya demandado ante la autoridad judicial el pago del
crédito o se haya iniciado el procedimiento arbitral convenido para su cobro y además se cumpla
con lo previsto en el párrafo final del inciso anterior.
c) Se compruebe que el deudor ha sido declarado en quiebra o concurso. En el primer supuesto,
debe existir sentencia que declare concluida la quiebra por pago concursal o por falta de activos.
Tratándose de las instituciones de crédito, éstas sólo podrán hacer las deducciones a que se
refiere el primer párrafo de esta fracción cuando así lo ordene o autorice la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores y siempre que no hayan optado por efectuar las deducciones a que se
refiere el artículo 53 de esta Ley.
Para los efectos del artículo 46 de esta Ley, los contribuyentes que deduzcan créditos por
incobrables, los deberán considerar cancelados en el último mes de la primera mitad del ejercicio
en que se deduzcan.
Tratándose de cuentas por cobrar que tengan una garantía hipotecaria, solamente será deducible
el cincuenta por ciento del monto cuando se den los supuestos a que se refiere el inciso b) anterior.
Cuando el deudor efectúe el pago del adeudo o se haga la aplicación del importe del remate a
cubrir el adeudo, se hará la deducción del saldo de la cuenta por cobrar o en su caso la
acumulación del importe recuperado.”
23
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
de violación en los que se argumenta que los preceptos reclamados
infringen el principio de proporcionalidad tributaria, al no permitir a las
uniones de crédito deducir las reservas preventivas para riesgos
crediticios, no obstante que éstas son obligatorias y afectan de manera
negativa su patrimonio; lo cual afirma, hace que no tributen conforme a
su verdadera capacidad contributiva.
Para dar respuesta al anterior planteamiento, resulta necesario
acudir a los conceptos que este Alto Tribunal ha desarrollado en torno
al contenido y alcance del principio de proporcionalidad tributaria
previsto en el artículo 31, fracción IV, constitucional, el cual radica,
medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir a los
gastos públicos en función de su respectiva capacidad contributiva,
debiendo aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos,
utilidades, rendimientos o la manifestación de riqueza gravada.
De conformidad con este principio, los gravámenes deben fijarse
de acuerdo con la capacidad de cada sujeto pasivo, esto es, en
función de su potencialidad real para contribuir a los gastos públicos,
de manera que las personas que tengan mayor riqueza gravable
tributen en forma diferenciada y superior a aquellos que la tengan en
menor proporción.
En otros términos, la proporcionalidad se encuentra vinculada
con la capacidad económica de los contribuyentes, para que en cada
caso el impacto sea distinto, lo cual puede trascender
cuantitativamente o cualitativamente en lo tocante al mayor o menor
sacrificio, o bien, en la disminución patrimonial que proceda, y que
debe encontrarse en proporción a los ingresos, utilidades,
rendimientos o la manifestación de riqueza gravada.
Además, este Alto Tribunal ha sostenido que, para que un
gravamen sea proporcional, debe existir congruencia entre el impuesto
creado por el Estado y la capacidad contributiva de los causantes,
entendida ésta como la potencialidad real de contribuir a los gastos
públicos que el legislador atribuye al sujeto pasivo del impuesto en el
tributo de que se trate, tomando en consideración que todos los
presupuestos de hecho de las contribuciones tienen una naturaleza
económica en la forma de una situación o de un movimiento de
riqueza y las consecuencias tributarias son medidas en función de esa
24
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
riqueza.
De acuerdo con lo anterior, la potestad tributaria
implica para el Estado, a través de las autoridades
legislativas competentes, la facultad de determinar el objeto de los
tributos, involucrando cualquier actividad de los gobernados que sea
reflejo de capacidad contributiva, de ahí que uno de los principios que
legitima la imposición de las contribuciones es, precisamente, el de la
identificación de la capacidad para contribuir a los gastos públicos por
parte de los gobernados.
De lo anterior se desprende que el principio de proporcionalidad
tributaria se respeta en la medida en que se atiende a la capacidad
contributiva de los sujetos pasivos, pues debe pagar más quien tiene
mayor capacidad contributiva y menos el que la tiene en menor
proporción.
Corroboran lo anterior las tesis sustentadas por el Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que señalan: “CAPACIDAD
CONTRIBUTIVA. CONSISTE EN LA POTENCIALIDAD REAL DE
CONTRIBUIR
A
LOS
GASTOS
PÚBLICOS.”21
y
“CONTRIBUCIONES. LA POTESTAD PARA DETERMINAR SU
OBJETO NO SE RIGE POR EL PRINCIPIO DE GENERALIDAD,
SINO POR EL DE CAPACIDAD CONTRIBUTIVA.”22
21
Tesis jurisprudencial P./J. 109/99 emitida por el Tribunal Pleno en la novena época consultable
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: X correspondiente a noviembre de
mil novecientos noventa y nueve pagina 22 y en cuyo texto se señala “Esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, ha sostenido que el principio de proporcionalidad tributaria exigido por el
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consiste en
que los sujetos pasivos de un tributo deben contribuir a los gastos públicos en función de su
respectiva capacidad contributiva. Lo anterior significa que para que un gravamen sea
proporcional, se requiere que el hecho imponible del tributo establecido por el Estado, refleje una
auténtica manifestación de capacidad económica del sujeto pasivo, entendida ésta como la
potencialidad real de contribuir a los gastos públicos. Ahora bien, tomando en consideración que
todos los presupuestos de hecho de los impuestos deben tener una naturaleza económica en
forma de una situación o de un movimiento de riqueza y que las consecuencias tributarias son
medidas en función de esta riqueza, debe concluirse que es necesaria una estrecha relación entre
el hecho imponible y la base gravable a la que se aplica la tasa o tarifa del impuesto.”
22 Tesis aislada P. LXXIX/98 emitida por el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
dentro de la novena época, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo: VIII correspondiente al mes de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, a página 241 y
cuyo texto es el siguiente: “La potestad tributaria implica para el Estado, a través de las autoridades
legislativas competentes, la facultad de determinar el objeto de los tributos, involucrando cualquier
actividad de los gobernados que sea reflejo de capacidad contributiva, de ahí que uno de los
principios que legitima la imposición de las contribuciones no es precisamente el de generalidad,
sino el de la identificación de la capacidad contributiva de los gobernados, por lo que no existe
obligación de contribuir si no existe la relativa capacidad contributiva, y consecuentemente, habrá
de pagar más quien tiene una capacidad mayor, y menos el que la tiene en menor proporción; todo
lo cual descarta la aplicación del principio de generalidad en la elección del objeto del tributo.”
25
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
En este mismo sentido, puede apreciarse que las
consideraciones anteriores fueron sintetizadas por el Tribunal Pleno en
la jurisprudencia que señala: “PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA.
DEBE EXISTIR CONGRUENCIA ENTRE EL TRIBUTO Y LA
CAPACIDAD CONTRIBUTIVA DE LOS CAUSANTES.”23
Por tanto, el principio de proporcionalidad tributaria radica,
medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir al gasto
público en función de su respectiva capacidad contributiva, aportando
una parte adecuada de sus ingresos, utilidades, rendimientos, o la
manifestación de riqueza gravada; esto es, para que un gravamen sea
proporcional, debe existir congruencia entre el impuesto creado por el
Estado y la capacidad contributiva de los causantes, en la medida en
que debe pagar más quien tenga una mayor capacidad contributiva y
menos el que la tenga en menor proporción.
Es importante señalar que esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación sostiene desde la octava época que, para analizar la
proporcionalidad de un impuesto, debe atenderse a los términos en los
que se realiza el respectivo hecho imponible, tomando en cuenta sus
características o su naturaleza, es decir, si grava una manifestación
general de la riqueza de los gobernados, tal y como puede apreciarse
en la jurisprudencia que señala: “PROPORCIONALIDAD DE LAS
CONTRIBUCIONES. DEBE DETERMINARSE ANALIZANDO LAS
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DE CADA UNA.”24
23
Jurisprudencia P./J. 10/2003 emitida por el Tribuna Pleno en la novena época, consultable en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: XVII correspondiente al mes de mayo de
dos mil tres, en la página 144, cuyo contenido es el siguiente: “El artículo 31, fracción IV, de la
Constitución Federal establece el principio de proporcionalidad de los tributos. Éste radica,
medularmente, en que los sujetos pasivos deben contribuir al gasto público en función de su
respectiva capacidad contributiva, debiendo aportar una parte adecuada de sus ingresos,
utilidades, rendimientos, o la manifestación de riqueza gravada. Conforme a este principio los
gravámenes deben fijarse de acuerdo con la capacidad económica de cada sujeto pasivo, de
manera que las personas que obtengan ingresos elevados tributen en forma cualitativamente
superior a los de medianos y reducidos recursos. Para que un gravamen sea proporcional debe
existir congruencia entre el mismo y la capacidad contributiva de los causantes; entendida ésta
como la potencialidad real de contribuir al gasto público que el legislador atribuye al sujeto pasivo
del impuesto en el tributo de que se trate, tomando en consideración que todos los supuestos de
las contribuciones tienen una naturaleza económica en la forma de una situación o de un
movimiento de riqueza y las consecuencias tributarias son medidas en función de esa riqueza. La
capacidad contributiva se vincula con la persona que tiene que soportar la carga del tributo, o sea,
aquella que finalmente, según las diversas características de cada contribución, ve disminuido su
patrimonio al pagar una cantidad específica por concepto de esos gravámenes, sea en su calidad
de sujeto pasivo o como destinatario de los mismos. De ahí que, para que un gravamen sea
proporcional, debe existir congruencia entre el impuesto creado por el Estado y la capacidad
contributiva de los causantes, en la medida en que debe pagar más quien tenga una mayor
capacidad contributiva y menos el que la tenga en menor proporción.”
24Tesis jurisprudencial P. 44 emitida por la antigua integración del Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en la octava época, visible en la Gaceta del Semanario Judicial de
26
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
Asimismo, es pertinente reiterar que el Tribunal
Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
también ha establecido que el objeto del impuesto sobre la renta lo
constituyen los ingresos, mientras que las utilidades que tengan los
sujetos pasivos del mismo, constituyen la base del gravamen, así
como que el artículo 10 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente
en dos mil once, determina la utilidad fiscal se obtiene restando a los
ingresos acumulables, las deducciones autorizadas en el capítulo
relativo de dicha legislación.
De igual forma, debe destacarse que las deducciones son los
conceptos que se disminuyen de los ingresos brutos a fin de
determinar una utilidad en caso de que los segundos excedan a las
primeras, o una pérdida, en el supuesto contrario, y que las razones
que dan lugar a establecer una deducción en materia de impuesto
sobre la renta, pueden derivan de la mecánica del tributo o de las
exigencias constitucionales (estructurales), o bien, del interés del
legislador por incentivar o evitar determinadas conductas (no
estructurales).
En ese contexto, es menester destacar que el término “reservas”,
en el lenguaje contable, consiste en la segregación o separación de
ganancias retenidas (superávit ganado) que se muestra con la creación
de una cuenta subordinada: superávit aplicado (o asignado): una
reserva real. La reserva podrá ser temporal o permanente, teniendo por
objeto indicar a los accionistas y acreedores que una parte del superávit
no se considera disponible para el pago de dividendos. Como por
ejemplo: reservas para mejoras, reserva para un fondo de amortización,
o como en el caso, reserva para contingencias, como lo es la reserva
preventiva para riesgos crediticios.
En otro términos, las reservas preventivas para riegos crediticios
son las afectaciones que se realizan contra los resultados del ejercicio y
la Federación, Tomo: 25, página 42, correspondiente al mes de enero de mil novecientos noventa y
cuyo texto es el siguiente: “La Jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver asuntos relativos al impuesto sobre la renta, ha establecido que el principio de
proporcionalidad consiste en que cada causante contribuya a los gastos públicos en función de su
respectiva capacidad económica, aportando una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades
o rendimientos, y añade que ese objetivo se cumple fijando tasas progresivas. Sin embargo,
tratándose de tributos distintos del impuesto sobre la renta, no puede regir el mismo criterio para
establecer su proporcionalidad, pues este principio debe determinarse analizando la naturaleza y
características especiales de cada tributo.”
27
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
que miden aquella porción del crédito que se estima no tendrá viabilidad
de cobro.
En este tipo de reservas, el activo no se consume al momento en
que se constituye dicha reserva, en virtud de que no puede
determinarse la pérdida que se pueda sufrir por la imposibilidad práctica
de cobro del crédito, sino que será hasta que la contingencia se
convierta en realidad, esto es, hasta que se demuestre la imposibilidad
práctica de cobro, se puede determinar esa pérdida. Por lo tanto, no
existe base para hacer cargos anticipados a las utilidades segregadas,
como sería deducir la reserva. Por tal razón, esta clase de reservas
debe crearse solamente por cargos a las utilidades retenidas o
segregadas, que siguen siendo parte del capital contable, y las pérdidas
no deben registrarse en las utilidades hasta que puedan determinarse.
Sobre tales premisas, debe puntualizarse que si bien el artículo
32, fracción VIII, de la Ley del Impuesto sobre la Renta reclamado, no
permite a las uniones de crédito como la quejosa, deducir las
preventivas para riegos crediticios, en tanto que no las exceptúa de la
regla general que establece, ello no significa que sea violatorio del
principio de proporcionalidad tributaria, puesto que el monto de la
reserva sigue siendo parte del patrimonio de la entidad financiera y sólo
se verá disminuida esa partida cuando se dé la hipótesis de una pérdida
de éste, es decir, cuando efectivamente se produzca la perdida por la
incobrabilidad de un crédito. Luego, si el artículo 31, fracción XVI del
propio ordenamiento, permite deducir las pérdidas por créditos
incobrables, esto es, deducir de sus ingresos dichas pérdidas, es
evidente que los citados numerales en relación con el 53 de la
legislación en comento, sí atienden a la capacidad contributiva de
dichas sociedades; de ahí que los conceptos de violación en estudio
también resulten ineficaces.
No representa obstáculo para la anterior determinación, lo
argumentado por la empresa quejosa en el sentido de que a partir de
dos mil once, las uniones de crédito cuentan con reglas semejantes a
las de las instituciones de crédito, para calcular las reservas
crediticitas conforme a los lineamientos establecidos por la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores, y que por tanto ya no son aplicables
los precedentes en los que se justificó el trato diferenciado otorgado a
las entidades financieras mencionadas en segundo término; toda vez
28
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
que dicho planteamiento también resulta ineficaz.
Es así, en virtud de que por una parte, no se
encuentra dirigido a demostrar que se desconozca la capacidad
contributiva de las uniones de crédito como la quejosa, sino a insistir
en que, a su parecer, actualmente se encuentran en una situación de
igualdad en cuanto a la obligación de aplicar reglas objetivas,
independientes y estrictas para crear reservas crediticias conforme a
las reglas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; en tanto
que, por otra parte, el hecho de que el cuatro de febrero de dos mil
once se haya publicado en el Diario Oficial de la Federación, la
resolución mediante la cual la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
estableció los lineamientos mínimos de regulación prudencial a los que
deben sujetarse las aludidas uniones de crédito, en temas como
calificación de cartera crediticia y la constitución de estimaciones por
grado de riesgo, no significa en forma alguna que se haya cambiado la
naturaleza jurídica de estas entidades financieras, al grado de
considerar que se encuentren en la misma situación jurídica que las
instituciones de crédito.
En las relatadas condiciones, al resultar ineficaces los
planteamientos de inconstitucionalidad hechos valer, procede negar el
amparo y protección de la Justicia Federal a la quejosa respecto de los
artículos 31, fracción XVI, 32, fracción VIII, y 53 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta vigente en dos mil once; negativa que debe hacerse
extensiva a su acto de aplicación, al no controvertirse por vicios
propios.
Por tal motivo, desapareció la condición a la que se encontraba
sujeto el interés del adherente y, por ende, debe declararse sin
materia la revisión adhesiva; de conformidad con la jurisprudencia de
la Primera Sala de este Alto Tribunal, que se comparte, y enseguida
se puntualiza:
“REVISIÓN ADHESIVA. DEBE DECLARARSE SIN
MATERIA AL DESAPARECER LA CONDICIÓN A LA
QUE SE SUJETA EL INTERÉS DEL ADHERENTE. De
conformidad con el último párrafo del artículo 83 de la
Ley de Amparo, quien obtenga resolución favorable a
sus intereses puede adherirse a la revisión interpuesta
29
AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
por el recurrente, expresando los agravios respectivos
dentro del término de cinco días, computado a partir de
la fecha en que se le notifique la admisión del recurso.
Ahora bien, si se toma en cuenta que la adhesión al
recurso carece de autonomía en cuanto a su trámite y
procedencia, pues sigue la suerte procesal de éste y,
por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a
la suerte del recurso principal, es evidente que cuando
el sentido de la resolución dictada en éste es favorable
a sus intereses, desaparece la condición a la que
estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para
interponer la adhesión, esto es, la de reforzar el fallo
recurrido y, por ende, debe declararse sin materia el
recurso de revisión adhesiva”. 25
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a la
empresa **********.
SEGUNDO. Queda sin materia la revisión adhesiva.
NOTIFÍQUESE; con testimonio de la presente ejecutoria,
devuélvanse los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad,
archívese el presente toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación por unanimidad de cuatro votos de los Ministros Alberto
Pérez Dayán, José Fernando Franco González Salas, Margarita
Beatriz Luna Ramos y Presidente Luis María Aguilar Morales. Ausente
el Ministro Sergio A. Valls Hernández.
Firman el Ministro Presidente, el Ponente y el Secretario de
Acuerdos de la Segunda Sala, quien autoriza y da fe.
25
Novena Época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo: XXIV,
Octubre de 2006; Tesis 1ª./J. 71/2006; página: 266.
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AMPARO EN REVISIÓN 347/2014
PRESIDENTE DE LA SEGUNDA SALA
MINISTRO LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
PONENTE
MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS
SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA SALA
LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ.
NOTA: Esta hoja corresponde al amparo en revisión 347/2014. Quejosa: **********, fallado
el veintidós de octubre de dos mil catorce, en el siguiente sentido: PRIMERO. La Justicia de la
Unión no ampara ni protege a la empresa Protección Patrimonial Unión de Crédito, Sociedad
Anónima de Capital Variable. SEGUNDO. Queda sin materia la revisión adhesiva. CONSTE.
En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en los artículos 3,
fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, así como en el segundo párrafo del artículo 9°, del Reglamento de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión
pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que
encuadra en esos supuestos normativos.
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