En el marco de estas disputas, aquellos rio. Asimismo se contó con un registro en constataciones y precisiones de los hechos. pobres católicos tradicionales no parecen blanco y negro de María Constanza Motta El tren que “recorre recorridos…” Y que pa- tener otra opción que mirar cómo la impo- en torno del chimo –un judas elaborado en ra otras ópticas ese tren también representa sición de manos, el don de discernimiento, papel maché por los vecinos del pueblo–. un recorrido. El libro que ahora reseño es la el de lenguas, van de un templo a otro al La museografía estuvo a cargo de Arman- máquina que recorre un conjunto de eventos mismo tiempo que se debe decidir si se ol- do Amador Islas. propios de un periodo fundamental en la his- vida a los difuntos o no, si se entierra a los Alrededor de las siete de la noche los toria nacional y al mismo tiempo es un eco muertos en el cementerio o no y si se sa- vecinos de Santa Rosa Xochiac, San Loren- resonante en la memoria de los yaquis, no crifica a un toro para evitar represalias an- zo Huipulco, San Francisco Tlaltenco, Los necesariamente grato, pero un eco latente: cestrales. Se trata, como ya he dicho, de un Reyes Coyoacán y algunos pueblos más se hablar de la deportación a Yucatán y el sue- ejemplo de las enormes complejidades que congregaron para la inauguración, a cargo ño de la repatriación, pero quizá un factor esperan agazapadas detrás de términos a de la directora de la la maestra Car- decisivo para sostener todo tipo de esperan- veces tan amplios y tan claros como sincre- men Morales Valderrama, quien reconoció za es el de la conciencia de grupo, sustento, tismo o conversión. Vale la pena su lectura el gran trabajo realizado para presentar- manejo y adecuación de las costumbres en para darse cuenta de que el cambio y la in- la, así como la importancia de estar en un tierra lejana. novación nunca se llevan a cabo olvidando, recinto como el Museo de El Carmen, en Ahora nuestros ojos serán como el tren sino refuncionalizando. San Ángel, que es un lugar de suma impor- que recorre una ruta de conocimiento, de tancia en la relación de los pueblos de la anécdotas y reflexión en cuanto al contex- demarcación. to vivido por Los irredentos parias, libro de ••• DEAS, Tras el recorrido inaugural se organizó Raquel Padilla Ramos cuyo título es toma- Inauguración de la exposición fotográfica co- un convivio, que desde luego no podía fal- do de La Revista de Mérida, con base en la lectiva ¡Viva el Bicentenario, viva Santa Rosa tar, con música y bocadillos; para ello se forma como su línea editorial se refería a Xochiac! contó con la presencia del grupo Soquiac, los yaquis: los marginados, los sin justicia. de Santa Rosa Xochiac, que interpretó can- Mediante las 211 páginas de este volumen ciones que relatan historias de su pueblo. El al cual me he tomado la libertad de llamarle festejo no pudo tener mejor marco que los TREN/CAMINO, E l 28 de febrero del presente se inauguró muros coloniales que envolvieron a todos mas sustanciales: en el Museo de El Carmen la exposición los asistentes en una atmósfera exquisita. La vida de los yaquis en las haciendas fotográfica colectiva ¡Viva el Bicentena- Por último se invitó a una visita guiada pro- henequeneras, apartado en el que no evi- rio, viva Santa Rosa Xochiac!, en la que se gramada para el 3 de marzo a las 11 horas. tamos pasar a saludar en nuestro recorrido muestra una colección de 61 imágenes que La muestra estuvo abierta al público hasta el México bárbaro de John K.Turner y a las dan cuenta de los festejos de Independen- el 10 de marzo. Mujeres yaquis de Jane Holden Kelley. Estos Esther Gallardo González* saludos nos ayudan a introducir el contexto cia celebrados en el pueblo de Santa Rosa Xochiac. nos enfrentamos a ciertos te- ••• de partida para un ahora más amplio recorrido. Importante es conocer este apartado La exposición es producto del Seminario Permanente de Semiótica de la Imagen y Raquel Padilla Ramos, Los irredentos parias. Los porque se menciona una de las premisas en Antropología Visual de la yaquis, Madero y Pino Suárez en las elecciones relación con el conflicto de la conservación de Yucatán, 1911, México, INAH, 2011. de la identidad: “Por aniquilación de ele- DEAS y muestra fotografías de principios y mediados del si- mentos culturales a los deportados les fue- glo pasado, en blanco y negro, facilitadas por los vecinos del pueblo. Especial men- Francisco Ramírez Arroyo* ron quemadas sus ropas y cambiadas por el clásico atuendo maya” (p. 30). ción merecen las imágenes obtenidas en el trabajo de campo realizado en 2010 por Imaginemos que hemos abordado un tren, el Una de las intenciones de Raquel Padilla fotógrafos como Juan Román Berrelleza, del santo oficio de la memoria, el de los es- con el libro que nos ocupa es la de recu- Teresa Mora Vázquez y Esther Gallardo pejismos del tiempo, el de la búsqueda de las perar el conocimiento de la vida cultural González, miembros del citado semina- * Dirección de Etnología y Antropología Social-Escuela cahíta en el lugar del destierro. Hay que en- Nacional de Antropología e Historia, INAH. tender que el grupo yaqui se afirma en su * Dirección de Etnología y Antropología Social, INAH. INCURSIONES 83 quehacer constante, donde su religión, su por su elemento natural, que es la tierra deber, su milicia, su espacio, su agua y misma, y las demandas que siguen en pie, su tierra lo constituyen como el ser mismo. dicho sea de paso. El libro de Raquel Padilla Él es su tierra, él es su agua, él es su cos- busca ser preciso y enfático con la práctica tumbre. De allí la importancia de pensar en política de Madero y Pino Suárez, donde en la estrategia para mantenerse como tales toda la extensión de la palabra se utiliza a fuera de su tierra y lejos de los suyos, qui- los “yaquis expulsos para sus fines electore- zá porque al final, sin afanes de poesía ni ros” (pp. 202-203). sensiblería, la esperanza se mantuvo por Me detengo un poco a señalar que dentro estar tan cerca de sí mismo. de las virtudes de Los irredentos parias hay Y donde parece ser que no hay peor guerra varias invitaciones: que aquélla de las otredades, donde el que a) Conocer las condiciones culturales de pierde su afirmación se derrumba… Esto me la etnia en el destierro y los métodos de re- remite a un pasaje personal, en el que a los sistencia para la preservación de su cultura. 17 años, sentado frente a los cerros y cerca b) Entender a la mujer como clave de de la vía en el pueblo yaqui de Vícam, plati- transmisión de la cultura, entendida como el caba con unos de mis amigos –de apellido quehacer y el pensar, la tradición, la cosmo- Bacasehua, que en lengua jiak quiere decir visión, los anhelos y la defensa de la lengua. “carrizo en flor”– respecto a la idea de irse Ella y los otros infelices se hallaban acam- c) Trazar líneas de estudio y ejercer críti- del pueblo con la consigna de progresar. pados, allí, esperando la llegada de un barco ca sobre notas estadísticas, al confrontarlas Mi amigo, serenamente, me dijo mientras se- que los llevara a Salina Cruz. Imagínense a con su contexto. ñalaba los cerros: “Yo no tengo por qué irme. esta madre yaqui, meciendo a su hijito en d) Profundizar en el estudio de las notas Todo esto es mío y a todo esto pertenezco”. los brazos, cantándole canciones de cuna en de prensa desde su comparación con otras Claro está que él se quedó y yo me fui. Ahora voz baja. De cuando en cuando se inclina líneas editoriales, sus orientaciones retó- constato que el progreso no es más que una tiernamente sobre el niño adormecido, y le ricas y el análisis de las mismas sobre la idea muy cara que se paga con muy altos roza la cabecita con los labios mientras las realidad de los contextos que las producen. intereses. ardientes lágrimas le ruedan por las mejillas. Consideremos, pues, en síntesis dos pala- La autora presenta un apartado al que De repente se alza, coge al niño por los pies, bras que serían la sintagmática general del de mayor manera se percibe de evidencia lo balancea en el aire describiendo un arco libro: usos y abusos sensible, tanto en el tópico como en el dis- aterrador y aplastándole la cabecita contra donde éste, al ser consciente de los mismos, curso, donde se lee la redacción de mujer la piedra, le hace saltar los sesos. Horroriza- opta por manejar su estrategia de resisten- –sin intenciones sexistas– y aun más la ob- dos, los soldados se acercan corriendo hacia cia y retorno. Atendiendo a la actualidad, en servación de una mujer que es madre en lo ella. Lanzando un grito salvaje de “¡Libre!, sus usos y Abusos de la memoria el pensador referente a los niños en “Los angelitos de ¡libre!” les entrega el cuerpecito. Mejor que búlgaro Tzvetan Tódorov advierte el doble Dios” y “Las mujeres”. En el punto sobre verlo crecer esclavo, prefirió darle la libertad filo que implica la memoria histórica. Uno los infantes la autora recurre, entre otros, eterna (pp. 67-68). de ellos es el de la victimización, con lo que al Boletín Estadístico de Yucatán: investiga 84 DEL y CONTRA el yaqui, surge un “revire” histórico mediante el cual causas y cifras respecto a la mortandad A estas alturas la autora sostiene que la la víctima se permite ser un victimario, o infantil y señala las anomalías de algunos actividad más importante de la mujer yaqui el del análisis consciente de los procesos registros. Tal es el caso del suicidio por ar- fue ser la reproductora principal de su cul- sociales. En lo personal recomiendo el se- ma punzocortante de una niña de 25 días tura, transmisora de ritos, lengua y añoran- gundo, a modo de unirme al testimonio de de nacida. zas. Los yaquis jugaron –jamás dicho en el doña Ricarda León, una mujer yaqui que En el apartado titulado “Las mujeres” se sentido de la ociosidad– el papel del camino vivió el doloroso drama histórico del sueño retoma un pasaje de anécdota de la pluma a la libertad y la repatriación. Para ello se de la repatriación: “Dios es muy grande y de Ricardo Flores Magón, que fue motor de incorporaron a la traicionada Revolución, no distingue entre el yaqui y el yori… Dios, inquietud en la autora: jugando sus armas y estrategias, imantados cuando quiere ayudar, ayuda”. DIARIO DE CAMPO