La campaña rumana de Falkenhayn (1916)

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La campaña rumana de
Falkenhayn (1916)
La decisiva victoria alemana
M.A. Thesis: Eastern Michigan University, 2004; por Jacob Lee
Hamric, The University of Tennessee ([email protected])
Traducido por
Alberto Raúl Esteban Ribas
Editor: José Ignacio Pasamar
Maquetación: José Antonio Gutiérrez
Traducciones
Edciones De La Guerra
www.delaguerra.net
Año 2012
ediciones
INDICE
EDITORIAL.............................................................................................. 5
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN........................................................... 6
CAPÍTULO 2. UN CUENTO SOBRE DOS MOLTKES......................... 8
• Helmuth von Moltke “el Mayor”........................................................ 8
• La campaña de 1866......................................................................... 11
• La campaña de 1914 en el Oeste ...................................................... 14
• Análisis del Plan de Schlieffen .......................................................... 18
CAPÍTULO 3. RUMANÍA ENTRA EN LA GUERRA.......................... 19
• Tablas................................................................................................ 20
• La neutralidad rumana...................................................................... 21
• La intervención rumana.................................................................... 24
• La ofensiva rumana .......................................................................... 25
CAPÍTULO 4 . FALKENHAYN CRUZA LOS CÁRPATOS .................. 26
• Alemania prepara su contraataque .................................................... 26
• La liberación de Transilvania ............................................................ 29
• La lucha en el Dobrudja ................................................................... 33
• La brecha.......................................................................................... 35
CAPÍTULO 5. HACIA EL ARGES: BATALLAS EN VALAQUIA ......... 36
• De Targu Jiu al río Alt ...................................................................... 37
• Mackensen cruza el Danubio ........................................................... 40
• El Arges: la batalla por Bucarest ........................................................ 41
CAPÍTULO 6. CONCLUSIÓN ............................................................. 43
BIBLIOGRAFÍA....................................................................................... 47
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
EDITORIAL
Os presentamos una nueva traducción de Alberto R. Esteban que, creemos,
complementa bastante bien lo publicado sobre la Primera Guerra Mundial en nuestro
idioma. Decimos complementa por el hecho de que, excepto las obras generalistas sobre
este conflicto, la historiografía en español se centra sobre todo en el frente occidental.
Así pues, las traducciones sobre Gallipoli, Tanga y ahora ésta, sobre la campaña de
Rumanía de 1916, buscan ayudar a llenar un vacío.
La traducción que tenemos ante nosotros, no sólo se ocupa de narrarnos el desarrollo de
la campaña dirigida por Falkenhayn, si no que analiza sus raíces doctrinales entroncando
las disposiciones operacionales con los presupuestos teóricos de Moltke el Viejo y
Schlieffen principalmente.
Estas ideas, con pocas variaciones, las vamos a ver plasmadas en las campañas de la
Segunda Guerra Mundial; embolsamiento estratégico, flexibilidad de mando a nivel
táctico, etc.
Ciertamente, la SGM va a ser heredera de la PGM, y no sólo a nivel técnico
(submarinos, carros de combate, aviación) sino también a nivel teórico (bombardeo
estratégico, guerra submarina……blitzkrieg).
La Gran Guerra va a ser un conflicto de contrastes donde el inmovilismo del frente
occidental va a ver en el este una guerra de grandes movimientos, sobre todo en 1918. El
equilibrio de 1915 y 1916 se va a intentar romper con la intervención escalonada de la
entrada en el conflicto de los relativamente pequeños estados neutrales (Italia, Bulgaria,
Rumanía, etc.) que lo único que conseguirán será extender las líneas de frente, pero
sin otro efecto decisivo. Ni siquiera la retirada de Rusia tras la revolución bolchevique
supondrá un cambio trascendental.
Sólo la aparición del carro de combate y el desarrollo de su uso, con los ajustes
obligados por la realidad del campo de batalla –su debut en la batalla del Somme
demostrará la necesidad de ajustar las tácticas usadas hasta el momento a la nueva
arma–, permitirán ver, por fin, el término de la guerra en el horizonte.
Esto respecto al bando Aliado. En el de las Potencias Centrales, la guerra de trincheras
obligará al desarrollo de una táctica de infiltración a nivel operacional que, esencialmente,
constituirá la base de la futura Blitzkrieg.
Irónicamente, los componentes de la guerra relámpago (de la que tanto se está
hablando fuera de nuestro país y cuyos presupuestos historiográficos, desgraciadamente,
aquí vamos a tardar en conocer), se van a crear en lados opuestos de la colina: si
Kaiserlacht se hubiera realizado con carros de combate o si los Aliados hubieran contado
con las tácticas de infiltración de los Stosstruppen…
En definitiva, una guerra muy interesante y poco conocida entre los hispanohablantes
que, gracias a Alberto R. Esteban, lo es un poco más.
Esperamos que os agrade tanto como me agradó a mí.
Saludos.
Ignacio Pasamar.
5
Traducciones Delaguerra
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
Graf von Schlieffen;
diseñador de la estrategia
global alemana cuyo objetivo
era neutralizar Francia antes
de volver el esfuerzo principal
contra Rusia.
6
Rumanía declaró la guerra a los Imperios Centrales el 27 de agosto de 1916.
La noticia conmocionó al Alto Mando alemán, en particular, al general Erich von
Falkenhayn, jefe del Estado Mayor General. Se había predicho que si Rumanía entraba
en la guerra, sólo lo haría después de la cosecha de septiembre. La mayoría de los
oficiales alemanes estaban de acuerdo con esta premisa. Sin embargo, el equipo de
dirección de los ejércitos en el este, el mariscal de campo Paul von Hindenburg y el
general Erich Ludendorff, que desde hacía dos años combatían el énfasis de Falkenhayn
por el frente occidental, también expresaban su descontento con Falkenhayn en
privado al kaiser alemán Guillermo II.
Al emperador Guillermo le gustaba Falkenhayn personalmente y él mismo fue
sorprendido por la beligerancia de Rumanía. Sin embargo, ahora el emperador
creía que el ejército estaba perdiendo la fe en su jefe, y por lo tanto accedió a las
demandas de Hindenburg y Ludendorff para relevar a Falkenhayn. Guillermo nombró
Hindenburg como Comandante Supremo del Alto Mando alemán, con Ludendorff
como su Jefe de Estado Mayor. Falkenhayn
aceptó un puesto de mando como jefe del
Estado Mayor General en el frente rumano.
Una vez que el alemán Alto Mando
se recuperó de su sorpresa, el ejército
respondió muy bien en el nuevo frente
rumano. Aunque la ofensiva rumana en
Transilvania tuvo éxito inicial, rápidamente
el frente quedó estancado puesto que los
líderes militares rumanos estaban cada vez
más preocupados por las fuerzas búlgaras en
su frente sur. Esta “pausa operacional” dio
Falkenhayn mucho tiempo para prepararse
en recibir refuerzos alemanes y consolidar
la posición de los Poderes Centrales en
Transilvania. Al hacerlo, también dio al
ejército austro-húngaro, que había sido
derrotado por los rumanos, tiempo para
recuperarse.
Durante los siguientes 3 meses, con la
ayuda del recientemente creado “Ejército
del Danubio” bajo la dirección del general August von Mackensen, Falkenhayn lideró
al 9º Ejército alemán en una brillante campaña operacional contra Rumanía. Hacia
el final de 1916, los alemanes controlaban dos tercios de Rumanía, incluyendo la
capital, Bucarest, y habían infligido asombrosas bajas al ejército rumano.
El propio Falkenhayn posteriormen observó que “en toda la historia de la guerra no
podemos hallar muchas campañas en que los actuales acontecimientos se hayan desviado
tan poco del plan operacional que había sido concebido con antelación”.
Por supuesto que esto era una exageración. Momentos de incertidumbre se dieron
en la campaña, incluyendo algunos fallidos intentos de Falkenhayn para romper
los pasos a través de las montañas cárpatas después de espectaculares victorias sobre
las fuerzas rumanas en Transilvania. Como las semanas pasaban, sin una ruptura a
corto plazo en las fuerzas rumanas, muchos oficiales alemanes se prepararon para
guarnecerse del invierno. De todas maneras, la campaña rumana de Falkenhayn fue
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
una operación remarcable, quizás una obra maestra. Aunque los rumanos por aquel
entonces ofrecieron una obstinada resistencia, los alemanes cruzaron los Cárpatos
hacia Valaquia en noviembre, llegando a cumplir sus primeros objetivos.
Al tiempo que Bucarest cayó en diciembre, el ejército rumano fue gravemente
destruido y durante mucho tiempo no pudo desarrollar operaciones ofensivas.
En el contexto de las operaciones militares de 1914 a 1916, la campaña rumana
fue un pequeño número de rápidas victorias operacionales por ambos bandos.
La estrategia alemana al inicio de la guerra se basaba en la realización del Plan
Schlieffen, formulado por el difunto general Graf von Schlieffen, para resolver el
problema alemán de los dos frentes de guerra contra Rusia y Francia. Sin embargo,
la campaña de 1914 finalmente falló para apear a Francia de la guerra. Los líderes
alemanes habían subestimado la resistencia francesa, no preveyeron la vacilación
de su propio Alto Mando y fallaron en resolver las dificultades del subministro,
jefatura y control de las grandes masas operacionales. Durante los siguientes dos años
numerosas operaciones tanto de la Triple Entente como de las Potencias centrales
fallaron estrepitosamente, por lo que el frente occidental se convirtió en una guerra
de trincheras y ningún bando fue capaz de ganar la guerra. Una notable excepción
fueron los hechos de Rumanía.
Esta tesis examinará la campaña militar de 1916 de Falkenhayn contra Rumania.
Hay muchos motivos para estudiar esta operación. El foco principal de estudio será la
campaña rumana como un ejemplo de Bewegungskrieg o “la guerra de movimiento”
a nivel operacional, una campaña móvil en medio de una Primera Guerra mundial
de trincheras. Otro tema es la reconsideración de Falkenhayn después de sus fracasos
como Jefe del Estado Mayor General. La estrategia occidental de Falkenhayn como
líder militar alemán no rompió las tablas del frente occidental. En particular, su
estrategia de extenuación en Verdun
agotó las reservas humanas alemanas. Por
lo tanto, los historiadores tienden a ver
su carrera militar como un desastre. Sin
embargo, no tienen en cuenta la enorme
valía de Falkenhayn como comandante
de campaña.
Para hablar de las operaciones germanas
en la campaña rumana es necesario explicar
someramente la doctrina militar alemana.
Por consiguiente, este trabajo se remontará
al desarrollo de la doctrina alemana
operacional antes de la Primera Guerra
mundial. El general Helmuth von Moltke
(el mayor) fue la gran figura alemana del
siglo XIX en la historia militar. Durante
su carrera de treinta años como jefe del
Estado Mayor General prusiano, Moltke
y un pequeño grupo de oficiales de estado
mayor promulgaron reformas radicales
dentro de los esquemas militares prusianos.
Más que ninguna otra figura durante el siglo XIX, Moltke equilibró la nueva
tecnología y los ejércitos de masas con los elementos que permanecen inalterables de
la guerra. Por ello Prusia ganó las guerras contra Dinamarca (1864), Austria (1866),
y Francia (1870-71) en las llamadas Guerras alemanas de Unificación. Al hacerlo
Helmuth_von_Moltke_
(1800-1891) el viejo. Valedor
de Clausewitz del cual decía
llevar su libro De la Guerra
como lectura de cabecera.
7
Traducciones Delaguerra
así, Moltke creó el modelo de operaciones alemanas durante la Primera Guerra
mundial. Y sin embargo, las operaciones alemanas durante la primera mitad de la
guerra quedaron en gran parte fracasadas. Mientras Moltke había desarrollado una
doctrina operacional acertada, la defectuosa puesta en práctica de su doctrina causó
una derrota alemana en el Marne y los ejércitos quedaron sumidos en la guerra de
trincheras a lo largo del frente occidental. Aunque los alemanes hicieron retroceder
a los rusos en el frente de Este, ellos no los apearon de la guerra. Por lo tanto, este
trabajo proporcionará una descripción de la estrategia alemana durante la Primera
Guerra mundial. ¿Por qué fallaron los Alemanes en alcanzar victorias decisivas como
el gran Moltke había logrado medio siglo antes? ¿Cómo intentaron los jefes militares
alemanes romper el estancamiento del frente occidental?
Mientras se ha escrito mucho sobre el teatro occidental de guerra, el teatro
del Este ha sido relativamente descuidado. Las campañas militares en Rumania,
Serbia, Hungría y Europa del sudeste en general merecen más atención. Rumania
es importante porque ilustra una acertada operación alemana que destaca entre las
tablas contemporáneas de la guerra de trincheras del frente occidental. Además, este
trabajo muestra que los líderes militares alemanes realmente aprendieron algo de
Helmuth von Moltke. Aunque ellos no ganaran la guerra, el ejército alemán mostró
una gran habilidad bajo Falkenhayn, ganando asombrosas victorias y restaurando la
movilidad en el campo de batalla. En ninguna parte fue más evidente que en Rumania.
CAPÍTULO 2. UN CUENTO SOBRE DOS MOLTKES
Helmuth von Moltke “el Mayor”
Carl von Clausewitz. Autor
de De la Guerra permaneció
en el olvido hasta las
victorias prusianas de la
Guerra de Unificación.
8
Helmuth von Moltke fue la figura crucial del último período del siglo XIX en el
arte de la guerra europea. El transcurso de las guerras de la Francia revolucionaria y
napoleónica (1792-1815), junto al gran crecimiento en tecnología, como el telégrafo,
el ferrocarril y las nuevas armas complicaron las operaciones militares. En particular,
las ofensivas acabaron siendo cada vez más difíciles, como mostraban la Guerra de
Crimea (1854-56) y la Guerra Civil americana (1861-65). Esta nueva tecnología
coincidió con el dramático auge de los ejércitos de masas. Más que ningún otro,
Moltke equilibró la nueva tecnología y los ejércitos de masas con los elementos
invariables. Él guió a Prusia a las victorias sobre Dinamarca (1864), Austria (1866)
y Francia (1870-71) y Prusia llegó a ser la líder
de un nuevo y unificado Imperio alemán.
Su arte de la guerra no se basaba en un
conjunto estricto de reglas sino en líneas
generales bastante uniformes que tenían en
cuenta la flexibilidad. Moltke era un discípulo
de Karl Maria von Clausewitz, uno de los
escritores militares más influyentes de la época
moderna. Clausewitz argumentaba que la
guerra era demasiado imprevisible para poder
ser explicada por teorías específicas. En su
libro “De la Guerra”, manifestaba que “todo en
la guerra es muy simple, pero la cosa más simple
es difícil” y “ninguna otra actividad humana no
se vincula tan continuamente o universalmente
a la casualidad.” También declaraba que “la
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
guerra es así un acto de fuerza para obligar a nuestro enemigo a hacer nuestro deseo.”
Moltke creía que la guerra era demasiado incierta para ser guiada por un conjunto
estricto de reglas. También seguía la creencia de Clausewitz que las probabilidades
determinarían cada encuentro mientras un ejército se adaptase a cada circunstancia
mientras surgía.
Moltke sirvió como Jefe del Estado Mayor prusiano desde 1857 a 1888. Casi
inmediatamente expandió la influencia del Estado Mayor, desarrollándolo a una
institución permanente, como organización de planificación de guerra en tiempo
de paz. Para conseguir esto, dividió el Estado Mayor en unas cuantas divisiones de
planificación; estos departamentos incluían una Sección Geográfica-Estadística, una
Sección de Historia Militar, y una Sección de Movilización:
• La Sección Geográfica-Estadística calculaba numerosos aspectos de los teatros
específicos de guerra. Algunos elementos analizados incluían cartografía, cartas
del tiempo y los ejércitos adversarios.
• La Sección de Historia Militar estudiaba campañas precedentes, como la
Guerra de los Siete Años (1756-63) y la Guerra francoaustríaca (1859), que
destiló importantes lecciones de combate operacional.
• Quizás el departamento más importante era la Sección de Movilización, que
trataba sobre los planes detallados organizados para despliegues militares
iniciales en los futuros conflictos. Dentro de esta sección, se creó una Sección
de Ferrocarril, que preparaba horarios por la movilización rápida de tropas
hacia las líneas de frente vía ferrocarriles. El uso coherente de Moltke de la
movilización rápida era un ingrediente clave de su arte de la guerra.
Además de reorganizar el Estado Mayor Moltke, emitió una serie de reglas y
regulaciones para su entrenamiento, las Instrucciones para Comandantes de Unidades
Grandes (1869) y compatibilizó estas enseñanzas con maniobras y juegos de guerra.
Las maniobras, que a menudo incluían a divisiones enteras, implicaban ejercicios de
guerra simulados en terreno realista; los juegos de guerra principalmente presentaban
situaciones de guerra teóricas en terrarios enormes. El ejercicio más importante
era la Paseada Anual del personal de Estado Mayor. Incluía tanto maniobras como
juegos de guerra e implicaba contacto íntimo entre el árbitro en jefe y un grupo
pequeño de oficiales elegidos para el combate. Estos juegos a menudo ocasionaban
promociones y proporcionaban estrategias para la guerra futura. El propósito de
maniobras, juegos de guerra y Paseadas del Estado Mayor era formar líderes con
una misma mentalidad, y estos ejercicios se tomaban muy seriamente. Una única
filosofía de guerra se desarrolló rápidamente. El Estado Mayor Prusiano era la primera
organización en formular un “cuerpo común de doctrina militar.”
Más allá de las amplias reformas militares prusianas, Moltke es históricamente
relevante por sus grandes éxitos como comandante de campo. Aunque discípulo de
Clausewitz, exhibía creencias definitivas sobre estrategia militar, operaciones y táctica.
Equilibraba la ofensiva estratégica con el ascenso de la tecnología, que normalmente
favorecía la táctica defensiva. El arte de la guerra de Moltke se puede organizar en
tres características claras: la importancia de la Aufmarsch (despliegue inicial); una
preferencia por el Kesselschlacht (batalla de caldera o de cercamiento) y el uso de
Auftragstaktik (misiones tácticas).
• La primera constante de Moltke en la guerra era la Aufmarsch, el despliegue
inicial del ejército. Órdenes eficaces vía telégrafo así como una concentración
adecuada de tropas, ocasionarían una movilización rápida de fuerzas. Enfatizaba
en que si uno no se adhería estrictamente a estas directrices, la campaña entera
9
Traducciones Delaguerra
se podría arruinar:
Ni siquiera el primer despliegue del ejército –concentración de los recursos
combativos de manera que estuvieran disponibles- no se puede plantear sin
un plan previo de operaciones, como mínimo en un esbozo de cariz general.
Uno tiene que considerar por adelantado qué pretende en la defensa, justo
igual en cuanto al ataque. El primer despliegue del ejército está conectado
inseparablemente con las operaciones mismas.... Si las líneas que forman
el despliegue original son incorrectas, el trabajo queda completamente sin
valor. Incluso un error sencillo en la concentración original de los ejércitos
puede tener un efecto nunca bueno en el curso entero de la campaña.
• La segunda constante de Moltke en la guerra era el Kesselschlacht, el
cercamiento del ejército enemigo. Aquí aplicaba su doctrina que predicaba
la ofensiva estratégica y la defensa táctica. En esta fórmula un ejército clavaba
al enemigo en un lugar mientras otro ejército lo cogía de flanco y por detrás:
Un medio para fijar el frente del enemigo es con parte de nuestra fuerza y
rodear su flanco con la otra parte. En este caso es necesario que permanezcamos
bastante recios ante el frente hostil para no ser dominados antes de que el
ataque de flanco se pueda volver eficaz. También tenemos que ser muy activos
en su frente para impedir al adversario lanzarse con fuerzas superiores contra
nuestro ataque de flanco.
Acentuaba que el objetivo del Kesselschlacht era la destrucción completa del
ejército enemigo:
La victoria tiene que romper la voluntad del enemigo y forzarlo a
someterse a nuestra voluntad. Ningún tratado sobre la posesión de tierra ni
la conquista de una posición fortalecida será suficiente. Al contrario, sólo la
destrucción del poder de lucha del enemigo, por norma, será decisivo. Esto
se constituye como el objetivo primero de las operaciones.
• La tercera constante de Moltke en la guerra era el uso de la Auftragstaktik,
la táctica de misión para oficiales de ejército. El comandante supremo daba
una misión general a sus comandantes subordinados. Entonces, la aplicación
de estas órdenes quedaba para los oficiales de campo. En otras palabras, los
oficiales de Moltke hacían su plan, mientras la oficina central general jugaba
un papel secundario. Él ideaba un plan simple, entonces confiaba en su Estado
Mayor, que había sufrido vastas reformas, que daba las instrucciones a los
oficiales de las grandes unidades. Él también acentuaba que las órdenes tenían
que ser directas, claras y concisas. De lo contrario, el objetivo principal se
podría malentender o incluso olvidar. Moltke manifestaba “la estrategia es un
sistema de expedientes” y “ningún plan sobrevive al contacto con las andanadas
del cuerpo principal del enemigo.”
Como Clausewitz ya había manifestado, Moltke entendía que la guerra era
completamente imprevisible. Por eso planear la campaña entera en detalle era un
10
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
inmenso absurdo:
Uno hace bien en no pedir más de lo que es absolutamente necesario y evitar
una planificación más allá de las situaciones que se pueden prever. Estos cambios
son muy rápidos en guerra. Raramente las órdenes que prevén lejos por adelantado
y en detalle se traerán completamente a ejecución. Esto sacude la confianza del
comandante subordinado y da una sensación de incertidumbre a las unidades
cuando las cosas se desarrollan diferentemente de la orden que sus altos comandantes
habían supuesto. Además, se tiene que señalar que si se pide mucho, entonces la cosa
importante que necesita ser hecha incondicionalmente se hará sólo adicionalmente o
no se hará nada, porque queda opaca por la abundacia de condicionantes y órdenes
secundarias, las cuales eran válidas sólo bajo aquellas circunstancias.
La campaña de 1866
El ejemplo clásico del arte de la de guerra de Moltke fue la campaña de Prusia de
1866 contra Austria. La Guerra austroprusiana empezó en junio, y Moltke estaba
Las lecciones de la Guerra de
Secesión fueron aprendidas
por los observadores
prusianos y aplicadas en las
Guerras de Unificación.
ansioso en movilizar al ejército prusiano tan pronto como fuera posible. Aun así, el
rey prusiano Guillermo I retrasó las órdenes de movilización. Guillermo finalmente
daba luz verde a Moltke el 2 de junio, autorizándolo con el control completo de las
fuerzas prusianas. Pero ellos iban detrás de los austríacos, que habían empezado el
despliegue de tropas ya las semanas previas. Afortunadamente, él ya había acabado
los planes de movilización prusianos. Austria tenía sólo un ferrocarril que llegaba
a Bohemia, el teatro principal de guerra, por oposición a Prusia, que tenía cinco.
Consecuentemente, Prusia se movilizó en tres semanas, mientras que a Austria le
costó dos veces más tiempo.
El 22 de junio Moltke ordenó el avance concéntrico de dos ejércitos prusianos
en Bohemia: el 1r Ejército fue conducido por Friedrich Karl (“el Príncipe Rojo”)
y el 2º Ejército lo mandaba el Príncipe Heredero. Así comenzó la etapa inicial del
Kesselschlacht planeado de Moltke. Sus ejércitos, extensamente separados por las
marchas de varios días, debían convergir cerca de la ciudad de Sadowa y sólo conectar
durante la batalla. Un ejército, cualquiera que fuese el más cercano a los austríacos,
fijaría al enemigo en el lugar, mientras el otro debía atacar de flanco y el reverso. En
11
Traducciones Delaguerra
las siguientes dos semanas, los ejércitos prusianos ganaron una serie de combates y
quedaron separados a un día de marcha el uno del otro, el 2 de julio. Incluso aunque
Moltke pensara que los austríacos se habían retirado el este a través del río Elba, sus
ejércitos estaban en la posición sólida para intentar un Kesselschlacht.
Durante el mismo día el reconocimiento prusiano descubrió fuerzas austríacas
al oeste del Elba. El Príncipe Rojo decidió ejecutar un asalto frontal a la mañana
siguiente. El Príncipe Rojo envió a un mensaje l Príncipe Heredero con la petición
de su cuerpo de ejército para atacar el flanco austríaco. Tras haber cursado las órdenes
a sus subordinados Friedrich Karl informó a Moltke, que inmediatamente se dio
cuenta que la posibilidad de oro de un Kesselschlacht se fraguaba en el horizonte.
A las 11 de la noche, él dio las órdenes siguientes al 2º Ejército prusiano:
Según informes recibidos por el 1r Ejército el enemigo, con aproximadamente
la fuerza de tres cuerpos -que, sin embargo, todavía puede ser reforzado- ha
avanzado más allá de la línea formada por el Bistritz en Sadowa, y un encuentro
allí con el 1r Ejército, según órdenes, será mañana por la mañana, el 3 de julio
a las 2 de la mañana, con dos divisiones en Horitz, con una en Milowitz y con
una en Gustwasser. Su Alteza Real estará en buena posición inmediatamente para
realizar las disposiciones necesarias para ser capaz de avanzar con todas sus fuerzas
en apoyo del 1r Ejército contra el flanco derecho del avance probable del enemigo,
y así entrar en la acción cuanto antes. Las direcciones dadas de aquí esta tarde en
otras condiciones son ahora más válidas.
Moltke también envió una respuesta al Príncipe Rojo, ordenándole atacar antes
por la mañana y fijar a los Austríacos en el lugar. Durante la mañana del 3 de julio
una niebla gruesa y lluvia fuerte envolvió el campo de batalla. Por consiguiente el
1r Ejército no fue capaz de ejecutar sus movimientos sin atraer la atención enemiga.
Guillermo I y el Estado Mayor general llegaron alrededor de las 8 de la mañana.
El canciller alemán Otto von Bismarck preguntó a Moltke el número de austríacos
que se enfrentaban al Príncipe Rojo. En la manera típica de Moltke, éste respondió
“No lo sabemos exactamente; sólo que son al menos tres cuerpos, y que quizás sea el
Ejército austríaco entero”.
Un poco después 8 de la mañana del 3 de julio, Friedrich Karl ordenó un ataque
general. El Príncipe Rojo ahora entendió que la batalla sería ganada en los flancos. Él
siguió sus órdenes a pesar del descontento por lo que él consideró un papel secundario.
La 7ª división prusiana (Fransecky), bajo el fuego de artillería pesado, buscó
cobertura en el bosque de Swiepwald. Los austríacos inmediatamente concentraron
su fuego de artillería en esta posición. En este punto, el IV Cuerpo austríaco, bajo
el mando del conde Festetics, se movió hacia el bosque Swiepwald. Para mantener la
línea con Festetics, el jefe del II Cuerpo austríaco, del conde Thun, ordenó marchar
a sus hombres bien cerca. Hacia las 11 de la mañana, la situación de la 7ª división se
había hecho drástica. Su centro se había roto, sus alas estaban aisladas y la división
casi fue rodeada.
Fransecky solicitó ayuda al Príncipe Rojo. Sin embargo, Moltke intervino y
convenció a Guillermo de no dar el apoyo a Fransecky. Desde las 11 de la mañana
a las 3 de la tarde, el fuego de artillería austríaco sujetó al 1r Ejército. Durante este
tiempo, Friedrich Karl había ordenado a las divisiones 5ª y 6ª ayudar cerca de Sadowa.
Otra vez, Moltke paró el flujo de reservas al frente; él sabía que era esencial mantener
las reservas prusianas disponibles para un contraataque cerca de Sadowa, al punto
de la llegada del Príncipe heredero. Por consiguiente, a mediodía el Estado Mayor
12
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
central prusiano estaba cada vez más preocupado. El 1r Ejército prusiano avanzaba
despacio desde retagaurdia, la moral de la tropa era baja, y el Príncipe heredero no
había encontrado la fuerza principal enemiga. El rey Guillermo, ansioso, exclamó
“¡Moltke, Moltke, perdemos la batalla!”. Moltke supuestamente respondió diciendo a
su señor: “Su Majestad hoy ganará no sólo la batalla, sino también la campaña.”
Guillermo no se tranquilizó. Un rato más tarde él casi publicó una orden de
retirada, hasta que Moltke le dijo “Aquí no habrá ninguna marcha atrás. Aquí luchamos
por la existencia misma de Prusia.”
Estaba claro que Moltke tenía fe completa en el éxito de su Kesselschlacht. Su
creencia demostró profética tan pronto como a las 3 de la tarde, cuando el 1r Ejército
contactó con las fuerzas del 2º Ejército sobre las laderas del norte de Chlum.
El mariscal de campo austríaco Ludwig Benedek sabía que el 2º Ejército se acercaba
al campo de batalla. Él no estaba preocupado, puesto que había ordenado a Festetics
y Thun mover a sus hombres hacia atrás para proteger el expuesto flanco derecho
austríaco. Por lo tanto, él quedó sorprendido cuando el jefe de Estado mayor de
Festetic llegó para oponerse a la evacuación del bosque Swiepwald. No antes de las
12:30 de la tarde los cuerpos II y IV dejaron Swiepwald. Sin embargo, ellos sufrieron
el fuego pesado del 2º Ejército cuando se acercaron a Chlum.
La marea rápidamente giró hacia el lado de Prusia. Atacando Chlum simultáneamente
por el sur, el este y el norte, los prusianos lo tomaron sin una lucha excesiva. Hacia las
3 de la tarde, el 2º Ejército controló la posición central austriaca, y el Kesselschlacht de
Moltke se hizo realidad. La retirada austríaca rápidamente se convirtió en una derrota.
Mapa de la guerra AustroPrusiana de 1866.
La campaña 1866 ilustró con eficacia el arte de la guerra de Moltke. Él solucionó los
problemas de los ejércitos de masas y la nueva tecnología formulando un simple pero
bien construido plan. Para alcanzar esto, él promulgó su doctrina del Kesselschlacht,
el objetivo último del ejército prusiano. Cuando las operaciones 1866 comenzaron,
el Aufmarsch de Moltke dio una ventaja enorme a Prusia sobre Austria. Además, él
utilizó el Auftragstaktik, permitiendo a sus subordinados plasmar sus órdenes generales.
Y lo más importante, su empleo constante de la flexibilidad salvó al ejército prusiano
13
Traducciones Delaguerra
de varios posibles desastres. Cuando todo lo demás falló, su templanza prosperó ante
las mayores adversidades.
El mejor modo de resumir el arte de la guerra de Moltke es la famosa afirmación de
Clausewitz “que la genialidad es la mejor regla.” Aunque él acentuara la incertidumbre
de la guerra, Clausewitz creyó que los grandes comandantes podrían sobreponerse a
“la niebla de la guerra”. El pasado está lleno de ejemplos asombrosos, de Alejandro
en la antigua Grecia a Napoleón en la Francia revolucionaria. Si Moltke pertenece a
este grupo diminuto de la élite de los genios militares, es una pregunta abierta. En
cualquier caso, él indudablemente colocó su sello en el ejército moderno alemán. Sin
embargo, estaba por ver si los sucesores de Moltke podrían replicar sus asombrosas
victorias.
La campaña de 1914 en el Oeste
Skoda 305mm Modelo 1911
14
La Primera Guerra mundial se inició en agosto de 1914 con las Grandes Potencias
realizando enormes ofensivas, pero todas ellas fracasaron miserablemente. AustriaHungría invadió Serbia y atacó a los rusos a través de Galitzia. Rusia lanzó una
ofensiva en el este de Prusia para
aliviar la presión de la campaña
alemana contra Francia. Como ya
se ha mencionado anteriormente
Alemania abrió la guerra poniendo
en práctica el Plan Schlieffen, al que
Graf von Schlieffen, jefe del Estador
Mayor general desde 1891 hasta
1905, había dedicado su carrera.
De hecho, después de Helmuth von
Moltke (el mayor) jubilado en 1888,
los estrategas alemanes siguieron
reflexionando sobre cómo solucionar
el dilema de Alemania de una posible guerra en dos frentes. El empleo de simulacros
de combate y maniobras, comenzadas bajo Moltke, fue, de hecho, continuado hasta
la apertura de la campaña de 1914.
Schlieffen creyó que él había solucionado el problema de Alemania formulando
una estrategia para la victoria rápida, decisiva. Schlieffen preparó las operaciones para
la campaña occidental en base al Schwerpunkt, o el punto principal de énfasis, el cual
estaría sobre el ala derecha alemana. Tres ejércitos, con un total de cincuenta y tres
divisiones, se abrirían camino por los Países Bajos y Bélgica e invadirían Francia, se
concentrarían alrededor del oeste de París y luego pasarían hacia la retaguardia enemiga
y rodearían el ejército entero francés en un enorme Kesselschlacht. Mientras tanto,
la izquierda alemana deliberadamente sería mucho más débil; aprevciando esto, los
franceses seríaa atraídos para lanzar una ofensiva a gran escala contra las relativamente
fuertes posiciones defensivas en la provincia de Lorena, cayendo directamente en las
manos alemanas, inmersos en una área más grande de operaciones.
Indudablemente este era un plan sumamente agresivo, aventurado. Si las fuerzas
francesas se abrieran camino en Lorena, el plan de Schlieffen podría causar una
victoria decisiva, para Francia. Además, un ala derecha fuerte tenía que ceñirse a un
horario estricto, no fácilmente hecho con la guerra. El suministro y el control de esta
fuerza se harían cada vez más difíciles de gobernar. Sin embargo, se había enseñado a
todos los comandantes militares que, aunque la concentración de fuerzas en ciertos
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
Plan von schlieffen
sitios implica el riesgo por abandono de otras áreas más débiles, esto ofrece la mejor
posibilidad de aplastar al enemigo. Éste era seguramente el caso para Alemania en
1914.
El jefe de Estado Mayor General alemán en 1914 era Helmuth von Moltke,
sobrino del Moltke del siglo XIX. A diferencia de su tío, Moltke “el Jóven “ no era un
“jugador”. Él quitó a los Países Bajos de la operación, rechazando violar su neutralidad.
Por consiguiente, el ala derecha alemana tendría que pasar por la fortaleza belga de
Lieja. Quizás la más importante de las variaciones fue que él colocó de seis a nueve
divisiones sobre la izquierda alemana, no haciendo caso de una oportunidad de
reforzar el Schwerpunkt. Por consiguiente, cuando el Plan Schlieffen falló en apartar
a Francia de la guerra, la mayor parte de la culpa se centró en Moltke.
Para Francia su plan era mucho más simple. La estrategia francesa estaba centrada
en el Plan XVII, concentrar todos los medios en la ofensiva en Lorena. Este esquema
fue predicado sobre la Guerra francoprusiana, cuando Francia perdió las provincias
de Alsacia-Lorena tras una retirada precipitada. La táctica francesa confiaba en la
doctrina de la ofensiva, una creencia extensamente sostenida entre generales militares y
teóricos antes de la guerra. El general Louis de Grandmaison, jefe de la Tercera Oficina
del Alto Cuartel General francés, estableció un
virtual “culto a las operaciones ofensivas” en
el Ejército francés.
Sus “Regulaciones para la Conducta de
Formaciones Principales” establecían que “el
Ejército francés, volviendo a sus tradiciones,
reconoce que ninguna ley le salva de la ofensiva”
y como un soldado declarado, afirmaba “el
Éxito depende mucho más de la fuerza y la
tenacidad que sobre la habilidad táctica. Los
ataques siempre deberían ser aprovechados con
la intención firme de contactar al enemigo a
punta de bayoneta”. Además, los franceses
demostraron estar infradotados en artillería,
puesto que ellos principalmente confiaron en
el cañón de campaña de 75 mm, mucho menos
Louis Loyzeau de
Grandmaison. Creador de
la estrategia de la Ofensiva
a Ultranza, seguida por el
ejército francés al comienzo
de la PGM.
15
Traducciones Delaguerra
poderoso que el obús ligero de 105 mm de campaña y el obús pesado de 150 mm
de campaña usado por los alemanes.
El 16 de agosto, el 1r Ejército alemán (general Alexander von Kluck) y 2º Ejército
(general Bernard von Bülow) invadieron Bélgica. Las fuerzas alemanas encontraron
una mínima resistencia del ejército belga bajo el Rey Albert. Moltke ya había
Ruinas del complejo
fortificado de Lieja. Restos
del Fuerte Loncin.
ordenado que unidades avanzadas tomaran posiciones frente a la fortaleza de Lieja.
Este destacamento de fuerzas, conducido por el general Erich Ludendorff, bombardeó
la fortaleza con la artillería pesada y lo capturó en unos días, mucho antes de la
invasión principal alemana. Sin embargo, cuando Moltke originariamente publicó
esta orden, él había sido sustituido por el Kaiser Guillermo II.
Incluso aunque él pronto se retractara de su propia decisión, las acciones de
Guillermo sacudieron la confianza de Moltke, que quedó profundamente afectado.
Además, el rey Alberto y las fuerzas belgas se retiraron Amberes y forzaron a los
alemanes a desviar un cuerpo para guardar el flanco de Kluck. No había ninguna
tropa de la reserva disponibles, ya que Moltke los había colocado detrás de la izquierda
alemana. Por lo tanto, Kluck tuvo que utilizar a uno de su propio cuerpo. Con todo,
el 1r y 2º Ejército había ocupado Bélgica según el calendario previsto.
En este punto comenzó la “Batalla de las Fronteras”. El 14 de agosto el 1r Ejército
francés (general Auguste DuBail) y el 2º Ejército (general Noël de Castelnau)
invadieron Lorena. El 20 de agosto los ejércitos franceses contactaron con los alemanes
en Sarrebourg y Morhange, donde fueron rechazados por el fuego de ametralladora
y artillería. El comandante francés, general Joseph Joffre, ordenó a los ejércitos 3º y
4º que entraran en el este de Bélgica vía el bosque de las Ardenas. El 22 de agosto,
éstos chocaron contra los ejércitos alemanes 4º y 5º, el centro del avance alemán en
Francia. Los franceses se retiraron después de varias horas de lucha en medio de una
espesa. niebla Sintiendo la actividad a su derecha, el general Lanzerac, comandante
del 5º Ejército francés, avanzó con sus hombres hacia Namur. Aquí, los ejércitos
alemanes 2º y 3º se acercaron a los flancos franceses y los forzaron a retirarse.
A esta hora, la Fuerza británica Expedicionaria (BEF), contando con 100,000
16
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
hombres a las órdenes de sir John French, había llegado a la costa occidental de Francia.
El 23 de agosto la BEF chocó con el 1r Ejército alemán en Mons. La superioridad
numérica alemana forzó una retirada británica.
Poco después, las tropas francesas se retiraban hacia París. El 23 de agosto el ejército
alemán estaba exactamente donde se suponía que tenía que estar conforme el Plan
Schlieffen, en la frontera francesa. Parecía que la atrevida estrategia de Alemania
podría tener éxito.
Pero Alemania no noqueó a Francia fuera de la guerra. Lamentablemente para
los alemanes, numerosas acciones dejaron al Plan de Schlieffen completamente
desequilibrado:
1. Después de derrotar a los ejércitos franceses en Lorena, los ejércitos 6º y 7º
lanzaron un contraataque cerca de Nancy; el 5º Ejército siguió la lucha hacia
Verdún. Adoptando la práctica de Moltke “el mayor” de Auftragstaktik, los
comandantes de ejército descuidaron de informar a Moltke de antemano. Ellos
realmente lo convencieron de mantener un contraataque con los refuerzos
antes asignados para el flanco derecho alemán. Aunque el ataque falló, suegió
una cuestión aún más importante: Schlieffen había estado expectante, incluso
había deseado, que Francia atacase Lorena; él quería que la izquierda alemana
permaneciera en la defensiva. De otra manera, una retirada francesa de esta
región podría derivar en una guarnición mucho más fuerte para defender
París. En cualquier caso, la buena voluntad de Moltke de poner en práctica
una ofensiva a lo largo de la línea de su izquierda mostró su torpeza en cuanto
al Plan Schlieffen.
2. Los ejércitos rusos 1º y 2º invadieron el este de Prusia el 12 de agosto, mucho
más temprano que en la predicción de Schlieffen. El 20 de agosto el general
Max von Prittwitz, comandante de 8º Ejército alemán, que defendía Prusia
oriental, solicitó refuerzos urgentemente a Moltke, que inmediatamente
acordó enviar dos cuerpos del frente occidental. No sólo volvió a a transferir
tropas de la vital ala derecha, sino que las tropas llegaron después de que los
alemanes hubieran ganado la batalla de Tannenberg, terminando así la ofensiva
rusa. Con ello Moltke había gastado a aproximadamente 100.000 hombres.
3. Los ejércitos alemanes 1º y 2º afrontaron una resistencia creciente a medida
que avanzaban hacia París. En particular, el 5º Ejército francés contraatacó
al 1r Ejército alemán en Guisa. Aunque el 2º Ejército alemán golpeó a los
hombres de Lanrezac por su flanco ocasionándoles severas pérdidas, Kluck
fue noqueado. Él decidió quedar cerca de Bülow dirigiendo su ejército al
noreste, no al oeste, de París. Incluso aunque una batalla antológica no hubiese
ocurrido, la maniobra de Kluck llevó el fin del Plan Schlieffen
El punto culminante de la campaña occidental de 1914 ocurrió a principios de
septiembre, cuando las fuerzas francesas detuvieron su retirada e hicieron preparativos
a lo largo del río Marne. Joffre, a diferencia de Moltke, permaneció tranquilo a pesar
de la situación precaria de Francia. Él despidió a comandantes incompetentes e
indispuestos, llevó tropas a áreas debilitadas, y, en general, proveyó a sus hombres de
una confianza firme. Él también formó dos nuevos ejércitos: el 6º Ejército, conducido
por el general Michel Maunoury, y el 9º Ejército, bajo el general Ferdinand Foch.
El 6º Ejército protegió París mientras el 9º Ejército llenó el hueco entre los ejércitos
franceses 4º y 5º. Y quizás lo más importante, Joffre insistió que París debía resistir,
colocándolo bajo la dirección del general Joseph Galliéni.
Durante la batalla del Marne (el 6-9 de septiembre) Moltke perdió sus nervio. El
6º Ejército francés trabó combate con el ala derecha del 1r Ejército de Kluck, que se
17
Traducciones Delaguerra
reposicionó y formó el frente al oeste en respuesta. Esto dejó un profundo agujero,
de veinte millas, entre el 1r y 2º Ejército alemán, que la BEF explotó gradualmente.
Mientras tanto Moltke, aposentado en el Estado Mayor central en Koblenz, más de
100 millas por detrás de la lucha, quedó fuera de situación. El 8 de septiembre él
envió a su ayudante, el coronel Hentsch, al frente para ordenar una retirada si aquél
lo considerara necesario. Después de la visita a Bülow, quien insistió que Kluck debía
retirarse, montó a caballo por detrás de la línea alemana, y conferenciando con el
jefe de estado mayor de Kluck, Hentsch recibió noticias que Bülow había ordenado
una retirada. Hentsch ordenó una retirada general de los cinco ejércitos alemanes
a lo largo del río Marne. Los alemanes se dirigieron hacia el río Aisne mientras que
los franceses lanzaron un suspiro de alivio.
Análisis del Plan de Schlieffen
Los historiadores han proporcionado varias explicaciones del fracaso del Plan
Schlieffen. Muchos culpan por ineficaces los preparativos alemanes para tomar París.
En particular, los líderes alemanes descuidaron la red de ferrocarriles francesa que
rodea la ciudad, que llevó una enorme cantidad de unidades francesas de la reserva
y suministros. Otros eruditos han culpado al mismo Schlieffen, argumentado que:
El gran Plan Schlieffen nunca fue un fórmula para la victoria. Era un plan
atrevido, incluso sobreatrevido, una apuesta cuyo éxito dependía de muchos
accidentes afortunados. Una fórmula para la victoria necesita de un exceso de
posibilidades razonables de éxito si debe inspirar confianza, un exceso que tiende
rápidamente a ser sobrepasado por fricciones” en la conducta cotidiana de la guerra.
Moltke el joven. No pudo
aguantar la presión del
princiipio de la PGM y tuvo
que ser destituido.
18
Moltke ha recibido muchas más críticas que nadie más por la ineficacia de
Alemania de derrotar Francia en 1914. De hecho él propio Moltke tenía dudas
sobre el plan, careciendo de la actitud agresiva requerida para realizar la doctrina de
Schlieffen. Además él perdió el control de sus generales subordinados. Desde luego
él creyó que él seguía los pasos de su tío utilizando el Auftragstaktik, dando a sus
comandantes de ejército una misión y luego dejándoles poner en práctica el plan.
Sin embargo, él no estaba completamente en
la línea correcta. Moltke “el mayor” estuvo
mucho más implicado durante la campaña
de Königgrätz, reuniendo los ejércitos
prusianos durante la mañana de la batalla
para ejercer su mando. Al contrario, Moltke
“el joven” recibió aparentemente infinitos
informes contradictorios en Koblenz. Él,
por consiguiente, tenía poca idea sobre cómo
continuar y perdió el control de sus fuerzas.
Sin embargo, una cuestión más grande que
el papel de Moltke estuvo bien presente ya
en 1914. El enorme crecimiento de la nueva
tecnología hizo que el mando, el suministro y
el control de grandes ejércitos de masas fuese
extraordinariamente difícil. Hacia 1914, los
ejércitos de los grandes poderes europeos
contuvieron a más de un millón de hombres,
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
un número mucho mayor que ninguna vez antes. Los ferrocarriles permitieron a estas
fuerzas cubrir enormes distancias rápidamente. Por lo tanto, los líderes militares no
sólo tuvieron que poner en práctica la planificación del período anterior a la guerra,
sino también mostrar el mando adecuado para mantener el control de sus hombres.
Pocos generales fueron capaces de seguir el ejemplo de Moltke “el mayor”.
Además, los avances en artillería, juntamente con el predominio de la ametralladora,
hicieron que las batallas de movimientos fueran casi imposibles. Aunque tropas
alemanas infligieran enormes bajas a franceses y británicos durante la campaña de
1914, ellos nunca fueron capaces de rodear el ejército francés y por ello no alcanzaron
una victoria decisiva.
CAPÍTULO 3. RUMANÍA ENTRA EN LA GUERRA
Después de la derrota en el Marne, las operaciones alemanas fueron infructuosas
a partir de 1914 hasta 1916. El frente occidental rápidamente cambió de un
Bewegungskrieg (guerra de movimiento) a un Stellungskrieg (guerra de posición)
y aunque los alemanes hicieronn retroceder a los rusos en el frente del Este, ellos
no lograron sacarlos de la guerra. Una nueva vía para Alemania y los otros grandes
Ametralladora británica y su
dotación. Tras la batalla del
Marne la guerra derivó en
un conflicto de trincheras y
se establecieron unas tablas
que el tanque rompió.
poderes para romperse las tablas fue reclutar a aliados. Cuando la guerra comenzó,
Alemania seguramente no esperaba luchar contra Rumanía. Sin embargo tanto
Turquía (noviembre de 1914), Italia (mayo de 1915) y Bulgaria (octubre de 1915)
eligieron bando antes del final de 1915.
Tanto la Triple Entente como los Poderes Centrales aumentaron la presión sobre
Rumanía para que se uniese al conflicto. A pesar de estar gobernados por la dinastía
alemana de los Hohenzollern, la opinión pública rumana se decantaba por una
alianza con la Entente. La mayoría de rumanos deseaba la provincia Habsburgo de
Transilvania, que contenía una mayoría irredentista rumana. Cuando la situación
militar de los Poderes Centrales pareció dudosa durante el verano 1916, Rumanía
formó una alianza con la Triple Entente e invadió Transilvania.
19
Traducciones Delaguerra
Tablas
El 14 de septiembre de 1914, menos de una semana después de que Moltke
aprobara la retirada alemana del Marne, Guillermo II lo substituyó como jefe del
Estado Mayor por el general Erich von Falkenhayn. Al día siguiente, Falkenhayn
ordenó una maniobra de flanqueo a lo largo de los británicos y la izquierda francesa.
Las fuerzas aliadas respondieron con una tentativa de flanquearles a su vez, iniciando
una generalizada y frenética “carrera hacia el mar”. Al cabo de unas semanas, estos
contramovimientos crearon una línea de frente que se extendió de la costa belga a
Suiza. Mucho antes del final de 1914 ambos lados habían erigido un inmenso sistema
de trincheras y alambre de púas sostenido por ametralladoras y artillería.
Así comenzó el período conocido como “guerra de trincheras”, enormes batallas
de artillería en las cuales la infantería atacante quedaba clavada en el suelo por los
proyectiles de artillería y el fuego de ametralladora. Contrapuesto a este Stellungskrieg,
Falkenhayn tuvo que reexaminar la estrategia de guerra de Alemania.
Durante sus dos años como comandante supremo, Falkenhayn creyó que Alemania
sólo podría derrotar a los aliados occidentales por una guerra de extenuación. Con
la utilización de una Ermattungsstrategie (estrategia de agotamiento) él esperaba que
una serie de operaciones limitadas, orientadas a objetivos tácticos, gradualmente
debilitaría al enemigo y forzaría a la Entente a demandar la paz.
Su estrategia de extenuación culminó en la campaña de Verdún (1916). En febrero
de 1916, el ejército alemán lanzó su mayor ofensiva desde la batalla del Marne. A
diferencia de las anteriores operaciones militares alemanas, que habían sido concebidas
para alcanzar batallas de movimientos, la Operación Gericht -como fue llamada la
ofensiva- fue buscada desde el principio como un ejercicio de extenuación, no como
una operación decisiva.
Falkenhayn no quiso tomar Verdún, sino más bien ejercer la suficiente presión
sobre la ciudad-fortaleza para que los franceses enviasen sus reservas para defenderla.
Aunque los soldados franceses fueron batidos por la artillería alemana, Falkenhayn
pronto perdió el control de la batalla. Como los franceses realizaron una serie de
contraataques, su plan para un ataque a lo largo de un frente estrecho rápidamente
derivó en una ofensiva general que abarcó a toda la región entera de Verdún. Por
consiguiente, tanto los franceses como los alemanes sufrieron elevadas víctimas y la
estrategia de extenuación de Falkenhayn fracasó.
Mientras el frente occidental degeneraba en tablas, el ejército alemán ganó la
partida en el frente de Este. En el verano 1914, utilizando su superior red ferroviaria
así como el concepto de Auftragstaktik, el 8º Ejército alemán aplastó a los ejércitos
rusos 1º y 2º en la campaña de Tannenberg. En mayo de 1915, el recién creado 11º
Ejército alemán, comandado por el general August von Mackensen, encabezó una
magnífica ofensiva en el saliente polaco. Hacia septiembre, los alemanes y las fuerzas
austríacas habían avanzado 300 millas, capturado miles de armas rusas y habían
infligido dos millones de bajas.
Por supuesto que Alemania efectivamente también encontró problemas en el
frente oriental, en gran parte debido a la inferioridad del ejército austrohúngaro.
En contraste marcado con Alemania, Austria-Hungría no podía alcanzar victorias
decisivas sin la ayuda de sus aliados. Cuando la guerra comenzó, las fuerzas de los
Habsburgo se enfrentaron a cuatro ejércitos rusos en Galitzia y a dos en Serbia. El
comandante supremo austriaco, el mariscal de campo Franz Conrad von Hötzendorf,
había dividido sus ejércitos en las agrupaciones siguientes: A-Staffel, con tres ejércitos
frente a Rusia; Minimalgruppe Balkan, con dos ejércitos contra Serbia; y B-Staffel,
20
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
un ejército como “reserva estratégica. “
Después del despliegue inicial de la B-Staffel
en Serbia, Conrad cambió su parecer y ordenó
su transferencia a Galitzia tras la declaración
de guerra de Rusia. Lamentablemente para los
Poderes Centrales, el ejército llegó muy tarde
y los austríacos, excedidos en número, fueron
derrotados. Además los serbios derrotaron al
Minimalgruppe Balkan, conduciendo a los
ejércitos 5º y 6º de los Habsburgo fuera de
Serbia.
Las humillantes derrotas en 1914 de
Austria-Hungría estrecharon las relaciones
alemano-austríacas, y Conrad caa vez confió
más en los refuerzos de Falkenhayn. Mucho
peor para Falkenhayn, sin embargo, era su
tumultuosa relación con el mariscal de campo Paul von Hindenburg y el general
Erich Ludendorff, los dos comandantes alemanes en el frente de Este. Hindenburg
y Ludendorff discrepaban con el énfasis de Falkenhayn sobre el frente occidental.
Además, ellos, aparentemente, criticaron su política de extenuación. Hindenburg y
Ludendorff estaban convencidos que un Kesselschlacht podría ser aplicado y ganado
contra el ejército ruso. Hindenburg declaró que la estrategia en el Este era esencial:
August von Mackensen. Bajo
su mando estaba el Ejército
del Danubio compuesto por
una amalgama de unidades
alemanas, austrohúngaras y
turcas.
¿Oeste o Este? Era la gran pregunta y sobre la respuesta a ello nuestro destino
depende.... Incluso para mí la batalla decisiva en el Oeste, una batalla que habría
significado la victoria final, era la finalidad última, pero una finalidad última que
sólo podría ser alcanzada sobre el cuerpo de Rusia postrada en el suelo. ¿Deberíamos
doblegar a Rusia en el suelo? El destino contestó a esta pregunta afirmativamente,
pero sólo dos años más tarde, cuando era demasiado tarde.
Sin embargo Falkenhayn permaneció sin inmutarse aun cuando el ejército ruso
cayó a tierra en 1915, mientras la Stellungskrieg continuaba en el Oeste:
Este argumento no hizo caso ninguno del carácter verdadero de la lucha por la
supervivencia, en el sentido más exacto de la palabra, en la cual nuestros enemigos
no estaban menos comprometidos que nosotros, ni su fuerza de voluntad diferente
de la nuestra. Es un error grave creer que nuestros enemigos occidentales cederían si
Rusia fuese batida. Ninguna decisión en el Este, aun cuando fuera lo más decisiva
como era posible imaginarse, podría ahorrarnos de luchar hasta alcanzar una
conclusión en el Oeste.
Antes del verano 1916, ni los Poderes Centrales ni la Triple Entente habían roto
las tablas a lo largo del frente occidental. Incluso la entrada de tres nuevos poderes,
Turquía, Italia y Bulgaria, no pareció dar la superioridad a uno u otro lado. Sin
embargo, muchos observadores en ambos bandos sintieron que la neutral Rumanía
era estratégicamente importante y así podría girarse la marea.
La neutralidad rumana
El 3 de agosto de 1914 Rumanía sobresaltó a las Potencias Centrales declarando
21
Traducciones Delaguerra
Rey Carol I de Rumania
Bratianu, primer ministro
rumano.
22
su neutralidad. Muchos políticos alemanes y
austríacos habían creído no sólo que Rumanía
declararía la guerra contra la Entente, sino
que estaba obligada a hacerlo así. Por un lado
Rumanía estaba gobernada por un miembro
de la dinastía Hohenzollern, el rey Carol
I, que naturalmente favoreció los Poderes
Centrales. Además, Rumanía se había unido
a la Alianza Triple en 1883 y había renovado
el acuerdo con sus socios más recientemente
en 1913.
De otra parte, Carol no era un monarca
absoluto, sino que mantenía un papel
secundario respecto del parlamento
rumano. Muchos líderes rumanos políticos
manifestaron que el acuerdo militar tenía
una naturaleza defensiva e indicaron que
Austria-Hungría era el poder beligerante.
Pronto se hizo evidente, sin embargo, que la opinión pública rumana favorecía
una alianza con la Entente. Las relaciones de la Rumanía con la Triple Entente habían
mejorado rápidamente ya antes de la Primera Guerra mundial. Después de las Guerras
balcánicas (1912-13), Rumanía ganó territorio de Bulgaria, que había sido apoyada
por Austria-Hungría. Además, los rumanos quedaron disgustados con el aumento
de la “magiarizacion” de Transilvania. A pesar de la presión continua por parte de
Alemania y Austria, el conde Stephen Tisza, el primer ministro húngaro, concedió
solo reformas limitadas a los rumanos que vivían en la provincia. Por consiguiente,
los disgustados rumanos comenzaron a pedir por la unidad nacional.
El Irredentismo era un rasgo integral de la actitud de la Rumanía durante la guerra.
En 1914, millones de rumanos vivían sujetos a leyes extranjeras: aproximadamente
un millón en Bessarabia conforme a las leyes rusas; doscientos cincuenta mil en
Bukovina, bajo Austria; aproximadamente dos millones quinientos mil en Transilvania,
el Crisana, el Banat de Temesvar y Maramaros, bajo Hungría; y más de medio millón
dispersados en Bulgaria, Macedonia, Serbia y Ucrania. Antes de 1913, el irredentismo
rumano se focalizó en Bessarabia del sur, que
había sido anexionada por Rusia en 1878. Sin
embargo, la amistad de Austria con Bulgaria
durante las Guerras balcánicas y la política
de “magiarizacion” de Hungría cambió la
orientación de Rumanía. Hacia 1914 los
líderes rumanos buscaron aproximarse a Rusia,
y Transilvania se hizo el centro de la mesa de
agitación irredentista.
Después que la guerra comenzó, la
política exterior rumana quedó en manos
casi exclusivamente de Ión Bratianu, el
primer ministro y líder del Partido Liberal
Nacional. Bratianu era un partidario de la
Realpolitik, una política de realismo en la cual
la diplomacia está decidida por el modo que
las cosas son, no el modo que deberían ser.
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
En otras palabras, él basaba sus decisiones
sobre el interés propio más que sobre
consideraciones morales. Bratianu sabía que
la opinión pública favorecía a la Entente, de
igual manera que el irredentismo rumano
había girado hacia Transilvania. Sin embargo,
él era consciente que Rumanía, que tenía un
ejército relativamente débil y colindante con
las Potencias Centrales sobre tres fronteras,
no debería intervenir hasta que llegara una
oportunidad más favorable. Por lo tanto, él
negoció con ambos bandos, gradualmente
aumentando las demandas de Rumanía a
partir de 1914 hasta 1916. Aunque muchos
opositores políticos criticaran su estrategia
política, gracias al esplendor diplomático de
Bratianu, Rumanía obtuvo varias concesiones
de la Entente, con la cual él había tenido la intención de firmar un acuerdo desde
el principio mismo de la guerra. En los pocos primeros meses de la guerra, Bratianu
estableció relaciones más cercanas con la Entente. El 23 de septiembre de 1914
Rumanía firmó un acuerdo amistoso con Italia, que también tenía reclamaciones de
irredentismo contra Austria-Hungria. Menos de dos semanas más tarde, a principios
de octubre, Rumanía firmó un tratado de amistad con Rusia. Según el acuerdo,
Rusia reconoció la reclamación de Rumanía para Transilvania y Bucovina del sur
a cambio de una benévola neutralidad; el único beneficio tangible para la Entente
fue la negativa de Rumanía a los envíos de municiones de Berlín a Constantinopla.
El 10 de octubre de 1914 sucedió otro golpe a las relaciones de Rumanía con los
Poderes Centrales cuando el rey Carol murió. Ferdinand, el sobrino de Carol y el
sucesor, declaró que él no honraría su pasado alemán. Y lo que es más importante,
Ferdinand no era una figura carismática y Bratianu tenía establecido un firme control
de la diplomacia rumana.
Antes de la primavera 1915 Rumanía quiso unirse a la Entente. Bratianu pensó
entrar en la guerra después de que Italia firmase el Tratado de Londres ( abril de
1915) y se uniese a la Triple Entente. En este
punto, sin embargo, él se puso inflexible en
sus términos, exigiendo no sólo Transilvania y
Bucovina del sur, sino también Bucovina del
norte, poblado principalmente por ucranianos,
regiones húngaras a lo largo del Río Tisza, y
también el Banat, mayoritariamente serbio. El
impresionado ministro de Asuntos Exteriores
ruso, Sergei Sazonov, al principio rechazó las
reclamaciones de Bratianu. En el verano 1915,
la posición de Sazonov se ablandó después de
la ofensiva Gorlice-Tarnow, que empujó a los
rusos a retroceder cientos de millas. Después de
que Sazonov aceptase las inflexibles demandas
de Rumanía, sin embargo, Bratianu todavía
rechazaba unirse a la Entente, alegando que
sus colegas no le permitirían firmar; éste no era
Ferdinand de Rumania.
Sucesor de Carol I, se
desmarcón la política
progermana de su
predecesor.
General Alexei Brusilov. Su
ofensiva de junio de 1916
proporcionó el marco ideall
para que Rumania entrara en
la guerra.
23
Traducciones Delaguerra
seguramente el caso. Los otros políticos rumanos y la opinión pública eran partidarios
de la entrada en la guerra. Sin embargo, Bratianu se quedó sin inmutarse, convenció
que Rumanía no podía permitirse unirse a la Entente mientras los rusos estuviesen
a la defensiva. Las consiguientes tablas en la diplomacia entre Bratianu y Sazonov
no se terminaron hasta el verano de 1916.
La intervención rumana
El punto decisivo de la cuestión de Rumanía ocurrió en el verano 1916. Bratianu
había hecho dos demandas específicas a la Entente para que Rumanía entrase en
la guerra. Él esperaba que los Aliados suministrasen municiones para su esfuerzo
de guerra, así como “la seguridad incondicional “ contra un ataque de Bulgaria.
Aunque desconocido para la Entente, Bratianu esperaba una oportunidad favorable
de intervenir. La Ofensiva Brusilov le dio esta posibilidad.
En junio de 1916 cuatro ejércitos, conducidos por el comandante del Frente
Sudoeste, Alexei Brusilov, lanzaban la ofensiva más grande de Rusia en la guerra. El
asalto condujo a los ejércitos austrohúngaros a una retirada de más de cien millas
en un mes. El 4 de julio de 1916 Bratianu dijo al Ministro de Asuntos Exteriores
francés, Jean-Camille Blondel, que estoy listo para firmar inmediatamente un tratado
militar cuyos detalles tienen que ser comentados...
Para asegurarse contra un ataque búlgaro Bratianu exigió que los Aliados lanzasen
una ofensiva en Salónica, reforzasen Dobrudja con 200.000 tropas rusas y prosiguiesen
atacando en Galitzia, Verdún y el Somme. En aquella época, sin embargo, la posición
negociadora de Bratianu se tambaleaba. Él se dio cuenta que la paciencia de los
hombres de Estado aliados se agotaba. Además, había conversaciones de paz en
todas partes de Europa puesto que ningún bando parecía tener cercana la victoria.
Si la guerra terminaba sin la intervención rumana, las reclamaciones irredentistas
todavía se mantendrían y la carrera política de Bratianu quedaría arruinada. Por
consiguiente, después de seis semanas de regateo, él firmó un tratado con la Entente.
El 17 de agosto de 1916 Rumanía se unió a la Triple Entente. Los Aliados prometieron
a Rumanía los territorios deTransilvania, el Banat y Bucovina, armas y municiones,
el apoyo ruso en el Dobrudja, un ataque ruso en Galitzia, un asalto anglofrancés
en Salónica y el estatus de igual en las negociaciones de paz. A cambio, Rumanía
declaró la guerra a Austria-Hungría y atacó a los Poderes Centrales. El 27 de agosto,
el rey Ferdinand convocó un consejo real, tras el cual Rumanía hizo su declaración
de guerra.
La intervención de Rumanía cogió totalmente de sorpresa a las Potencias Centrales,
sobre todo al Alto Mando alemán. Aunque Falkenhayn notara que la simpatía rumana
no había mentido a Alemania, él declaró:
Pensaba que no se tenía que esperar la entrada de la Rumanía en la guerra hasta
el final de la cosecha, y tan solo si, mientras tanto, la posición de Austria hubiera
empeorado. De otra manera, los astutos políticos en Bucarest lo encontrarían difícil
con una Bulgaria en su retaguardia, presta a lanzarse contra ellos.
La cuestión se complicó aún más a causa de Hindenburg y Ludendorff, que
durante varios meses había exigido su relevo a causa de su énfasis por el frente
occidental. Por consiguiente, la intervención de Rumanía era la gota que colmaba
el vaso para muchos disgustados oficiales alemanes. El 28 de agosto de 1916 el kaiser
Guillermo II, aunque de mala gana, relevó a Falkenhayn. Hindenburg lo substituyó
24
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
como Comandante Supremo y Ludendorff se hizo Jefe de Estado Mayor. Mientras
Alemania se dispuso a enviar tropas para ayudar a Austria-Hungría y Bulgaria,
Rumanía invadió Transilvania.
La ofensiva rumana
La posición estratégica de Rumanía para una guerra contra las Potencias Centrales
era dudosa. Formaba una L alargada, que contenía Valaquia que va del oeste al este,
y Moldavia al este y al norte. A lo largo de la frontera noroeste se situaban los Alpes
Cárpatos, una impracticable región montañosa. Además, Rumanía estaba rodeada
por enemigos por los tres lados: Austria-Hungría al norte y oeste; Bulgaria al sur. Por
lo tanto, esto comportaba defender aproximadamente 1.400 kilómetros, afrontando
una guerra en dos frentes.
Por consiguiente, los Aliados naturalmente quisieron que Rumanía atacara al
ejército relativamente más débil búlgaro y permaneciera sobre la defensiva contra
Ofensiva rumana.
Austria-Hungría. Lamentablemente, la estrategia militar de Rumanía estaba basada
en su irredentismo. Los líderes rumanos desarrollaron una estrategia para resolver
su dilema militar, la Hipótesis Z:
“La Hipótesis Z prevé emprender una guerra en dos frentes operativos a saber:
a) sobre el frente del noroeste, contra los Poderes Centrales; b) sobre el frente del
sur, contra Bulgaria. El objetivo general de la guerra que emprenderemos es la
realización de nuestro ideal nacional, es decir, la integración de la patria. La
conquista del territorio habitado por los Rumanos que hoy están ubicados en la
monarquía austrohúngara debe ser el fruto de la guerra. Para alcanzar este objetivo,
la mayoría de nuestras fuerzas, los Ejércitos I, II y Norte, operarán de manera
ofensiva en Transilvania, Banat y Hungría, atacando en la dirección general de
25
Traducciones Delaguerra
Budapest. El Ejército del Sur (III) asegurará la libertad de acción para las fuerzas
principales, defendiendo el territorio nacional y rechazando los ataques que los
búlgaros pudieran emprender en el sur.”
Según la Hipótesis Z, los ejércitos rumanos 1º, 2º y 4º (Norte), que contenían
aproximadamente 360.000 hombres y 60.000 en reserva, avanzarían por el río
Mures en Transilvania Central, doblegarían la resistencia austrohúngara y entonces
marcharían sobre Budapest. Simultáneamente, el 3r Ejército, que consistía en
aproximadamente 143.000 hombres, permanecería en defensiva durante diez días
mientras los refuerzos rusos llegaban. A partir de entonces, las fuerzas del sur
atacarían desde Dobrudja hacia Bulgaria y establecerían una posición sostenible,
proporcionando así a los ejércitos del norte libertad operacional.
El 27 de agosto, los ejércitos rumanos 1º, 2º y 4º invadieron Transilvania. Su
oponente era el 1r Ejército austrohúngaro, mandado por Arz von Straussenburg.
Las fuerzas rumanas rebasaron a la simbólica fuerza austriaca de 34.000 hombres y
avanzaron diez kilómetros dentro de Hungría a principios de septiembre. Sin embargo,
los caminos montañosos y problemas de suministro obstaculizaron el avance. Muchos
oficiales rumanos temieron no sólo sobrepasar sus líneas de suministro, sino también
la perspectiva de encontrar refuerzos alemanes.
El 6 de septiembre, tras conocer que las Potencias Centrales avanzaban hacia
Dobrudja, Rumanía puso en movimiento el traslado de una división del frente del
norte al sur.
La ofensiva de Rumanía fracasó en gran parte debido a su propia ineptitud. Después
de esperar hábilmente la mejor oportunidad de intervenir, en julio de 1916, Bratianu
entonces esperó seis semanas para firmar una alianza. Para entonces la ofensiva rusa
se había agotado y Alemania podía enviar muchas reservas a Transilvania. Además,
Rumanía atacó a Austria-Hungría en vez de Bulgaria, con mucho disgusto de los
Aliados. Por supuesto que los líderes rumanos habían esperado que los británicos y
franceses lanzasen una ofensiva contra Bulgaria en Salónica. Bulgaria esperaba esto
también y atacó Salónica primero, retrasando cualquier posible respuesta Aliada hasta
mediados de septiembre. A pesar de este revés, esta posición estratégica de Rumanía
claramente favorecía una ofensiva en Bulgaria. Esto permitiría a los refuerzos rusos
consolidar la defensa rumana para el próximo ataque alemán. Antes de principios
de septiembre Rumanía estaba en defensiva tanto en el norte como en el sur, en el
momento en que Alemania preparaba su contraataque.
CAPÍTULO 4 . FALKENHAYN CRUZA LOS CÁRPATOS
Alemania prepara su contraataque
La ofensiva de Rumanía en Transilvania al principio sorprendió a las Potencias
Centrales. De hecho, varios líderes alemanes afirmaron más tarde que Rumanía
perdió una oportunidad excelente para apartar a Austria-Hungría de la guerra. Paul
von Hindenburg y Erich Ludendorff, los nuevos comandantes supremos alemanes,
criticaron las operaciones rumanas. Ludendorff indicaba:
Los rumanos deberían abrir los pasos de los Cárpatos a los rusos desde la
retaguardia, con una vigorosa irrupción contra nuestra concentración en aquella
área. Ellos hicieron justo lo contrario. Desacostumbrados a la guerra a gran escala,
ellos volvieron inútiles las posibilidades que se les presentaban una y otra vez de
26
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
sobrepasar nuestras divisiones contra el Dniester y los Cárpatos. Ellos avanzaron
extraordinariamente despacio y perdieron tiempo. ¡Cada día era un día ganado
para nosotros!.... La participación de Rumanía en la campaña no siguió ningún
plan definido. Ningún esquema común de operaciones había sido preparado.
Hindenburg opinaba que fue una gran importancia histórica el fracaso de Rumanía:
Estoy seguro que un tan relativamente pequeño estado como Rumanía nunca
había tenido antes un papel tan importante y, de verdad, tan decisivo para la
historia del mundo en un momento tan favorable. Nunca antes dos grandes
potencias como Alemania y Austria se encontraron tanto a la merced de los recursos
militares de un país que tenía apenas tenía un vigésimo de la población de los
dos grandes estados. Juzgando la situación militar, debía esperarse que Rumanía
sólo tenía que avanzar por donde ella desease y decidiría así la guerra mundial
a favor de aquellas Potencias que habían estado enfrentándose contra nosotros en
vano durante años. Todo parecía depender de si Rumanía estaba lista para hacer
cualquier empleo de su momentánea ventaja.
Al margen de si realmente los Poderes Centrales eran o no susceptibles de la
aniquilación, el Alto Mando alemán creyó como real la amenaza rumana. La entrada
de guerra de Rumanía y el avance en Transilvania colocaron al ejército alemán ante una
desafiante tarea. El tres de septiembre los ejércitos rumanos estaban aproximadamente
diez millas dentro de Transilvania: el 1r Ejército (general Culcer) estaba en la región de
Hermannstadt; el 2º Ejército (general Crainiceanu) había avanzado hasta Kronstadt
y el 4º Ejército (general Presan) había penetrado en Transilvania oriental por los
pasos de Gyimes y Oituz. Las fuerzas rumanas mantenían posiciones defensivas
fuertes en los numerosos puertos de montaña que unían Valaquia y Moldavia. Las
montañas cárpatas, desde la lejanía, inhibían una ofensiva alemana, tal y como
estaban de primitivos los ferrocarriles y las condiciones de los caminos por doquier
en aquella región. Además, el 3r Ejército rumano (general Averescu) se mantenía
en el territorio de Dobrudja.
A mediados de septiembre el Alto Mando alemán preparó sus fuerzas para dos
Falkenhayny el EM del 9º
Ejército.
27
Traducciones Delaguerra
teatros de guerra. En el sur Hindenburg y Ludendorff establecieron un grupo de
ejército, frecuentemente llamado “Ejército del Danubio” bajo el mando del mariscal
de campo August von Mackensen; colocado en Bulgaria del norte, el Grupo de
Ejército Mackensen consistía en el 3r Ejército búlgaro, que incluía tropas sobre todo
búlgaras (aproximadamente cuatro divisiones) y dos divisiones alemanas y austríacas.
En el norte, las fuerzas alemanas-austríacas formaron un Grupo de Ejército
comandado oficialmente por Carlos, el Archiduque de Habsburgo. Sin embargo él
sólo sostuvo el control nominal, puesto que Hindenburg y Ludendorff se afirmaron
como los comandantes supremos de la campaña entera. Ellos enviaron refuerzos
para sostener el 1r Ejército Austrohúngaro (general Arz), que estuvo al borde del
derrumbamiento después que Rumanía puso en práctica su estrategia principal de
Contraofensiva
alemana.
guerra, la Hipótesis Z.
Aunque el Alto Mando alemán ordenara a Arz aplastar el Ejército rumano del
Norte y hacerlo retroceder en Moldavia, la tarea más importante fue encomendada
a un ejército alemán recién formado. El nuevo 9º Ejército alemán tenía la doble
tarea de derrotar a los ejércitos rumanos 1º y 2º. El Alto Mando alemán designó
al General Erich von Falkenhayn como su comandante de campaña. Falkenhayn,
que recientemente había sido relevado como jefe de Estado Mayor, tenía así una
oportunidad de alcanzar algún grado de redención contra Rumanía. Incluso
Ludendorff, uno de sus mayores rivales a lo largo de toda la guerra, consideró la
importancia del nuevo papel de Falkenhayn. Él declaró “En este importante sector el
general von Falkenhayn tenía una oportunidad de dar la prueba práctica de su capacidad
militar como líder de tropas al servicio de su país” y también afirmó “el 9º Ejército era
capaz de una ofensiva y esto era el centro de gravedad de toda la operación”.
El 9º Ejército de Falkenhayn contenía tropas alemanas y austrohúngaras, divididas
en dos grupos principales, el XXXIX Cuerpo de la Reserva, mandado por el general
von Staabs, y el Cuerpo Schmettow, que tomaba el nombre de su comandante.
28
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
El Mando Supremo alemán instruyó a Falkenhayn que tenía que abrirse camino
por el sudoeste de los Cárpatos (conocidos como los Alpes Transilvanos) e invadir
la llanura valaca, con la idea de atrapar a los rumanos en un Kesselschlacht. Una
vez dentro de Valaquia, el 9º Ejército, tal y como se planeaba, se desplazaría al este
hacia Bucarest y derrotaría a las restantes tropas del enemigo.
Sin embargo, surgieron desacuerdos entre los líderes de las Potencias Centrales
acerca del curso de las operaciones alemanas contra Rumanía; el primer debate ocurrió
acerca de cómo el 9º Ejército alemán debería coordinar su ofensiva con el Ejército
del Danubio. Por un lado Conrad, el Comandante Supremo austriaco quería que el
Grupo de Ejército de Mackensen cruzase el Danubio rápidamente para marcar a las
fuerzas rumanas de Transilvania. De otra parte Hindenburg y Ludendorff creyeron
que esta maniobra aislaría el Ejército del Danubio del 9º Ejército de Falkenhayn; el
Alto Mando alemán neutralizó las intenciones de Conrad y dio la directiva siguiente
a Mackensen: “Por ahora la ejecución del cruce de Danubio tiene que ser abortada.
La primera tarea del Grupo de Ejército será marcar a las fuerzas enemigas y golpearlas,
rompiendo por Dobrudja y asegurando la línea de Danubio.” Hindenburg y Ludendorff
declararon que el cruce del Danubio sólo ocurriría después de que Mackensen hubiese
asegurado su flanco derecho en Dobrudja, simultáneamente con una brecha por el
9º Ejército de Falkenhayn sobre los Cárpatos.
El segundo debate se refería a la planificación alemana operacional en Transilvania.
¿Cómo cruzaría el 9º Ejército de Falkenhayn los Cárpatos e invadiría Valaquia? Desde
luego Hindenburg y Ludendorff vieron la campaña rumana con interés particular,
después de haber servido como el equipo de mando en el frente de Este los dos años
anteriores. Sin embargo, el general Falkenhayn era el comandante de campaña de las
fuerzas alemanas en Transilvania, el teatro principal de la guerra contra Rumanía. Por
lo tanto Hindenburg y Ludendorff pusieron en práctica la Auftragstaktik y permitieron
a Falkenhayn conducir sus propias operaciones. El antiguo jefe del Estado Mayor
General inmediatamente comenzó a organizar la contraofensiva alemana. Antes de
que sus tropas pudiesen invadir Valaquia, sin embargo, Falkenhayn tuvo que dirigir
un ataque para expulsar a los rumanos de Transilvania.
La liberación de Transilvania
Por la época que Falkenhayn llegaba al cuartel general principal el 18 de septiembre,
los Ejércitos rumanos 1º, 2º y 4º temporalmente redujeron la marcha de su avance
dentro de Transilvania. El Alto Mando rumano tuvo cierto pánico después que el
Grupo de Ejército de Mackensen invadiese Dobrudja a principios de aquel mes, y
así se replanteó su estrategia de guerra.
Mientras Falkenhayn preparaba el contraataque alemán, ocurrió una escaramuza
menor. Tanto el XXXIX Cuerpo de la Reserva como el Cuerpo de Schmettow
pusieron firmeza a su resistencia contra los ataques de los Ejércitos rumanos 1º y
2º. Hacia el 19 de septiembre la ofensiva de Rumanía había fallado y el 9º Ejército
de Falkenhayn había sido efectivamente formado.
El 9º Ejército era una fuerza combinada alemana/austrohúngara que consistía en
aproximadamente cinco divisiones:
• Su izquierda y centro, el Cuerpo de Schmettow, comprendía la 3a División
de caballería alemana y la 1a División de caballería austrohúngara y la 51
División de Infantería. Este grupo permanecía al norte de Hermannstadt,
enfrentándose a la mayor parte del 1r Ejército rumano y la izquierda del 2º
Ejército. Los rumanos estaban sobre todo temerosos del Cuerpo de Schmettow
29
Traducciones Delaguerra
debido a su proximidad a Bucarest, y por consiguiente colocaron poderosas
fuerzas en aquella región. Falkenhayn, por su parte, se dió cuenta que el
Cuerpo de Schmettow era el pivote que unía el 9º Ejército y el 1r Ejército
austrohúngaro de su izquierda.
• El flanco derecho del 9º Ejército comprendía el XXXIX Cuerpo de la Reserva
(Staabs), que incluía la 76 División alemana de la reserva y la 187 Brigada de
Infantería, la 145 Brigada de Infantería austrohúngara y el Cuerpo Alpino.
El Cuerpo de Staabs se mantenía al noroeste del Cuerpo de Schmettow, al
norte de Petroseny y al oeste de Orsova, enfrente de la izquierda de 1r Ejército
rumano. El Cuerpo Alpino jugó un papel importante en el 9º Ejército.
Creado por líderes militares alemanes en la primavera 1915, esta unidad
de élite consistía en infantería Jäger bávara y prusiana, contenía caballería y
fuerzas de artillería, y estaba encabezada por infantería ligera bávara. Estas
tropas lucharon en Italia, Serbia y Francia antes de la transferencia a Hungría;
ellos estaban preparados y equipados para la guerra de montaña. Falkenhayn
se dio cuenta que el Cuerpo Alpino, mandado por el general Krafft von
Dellmensingen, sería una unidad móvil entre los obstáculos planteados por
los Alpes transilvanos: “La campaña transilvana no podía haber sido liderada
sin el Cuerpo Alpino.”
Para expulsar a los rumanos de Transilvania, Falkenhayn conjeturó que el 9º Ejército
debía ganar los puertos de montaña que unían Hungría y Valaquia, amenazando la
retaguardia del enemigo forzando una retirada. Los pasos de Szurduk y Vulcan, al
sur de Petroseny; el paso de las Torres Rojas, al sur de Hermannstadt; y los pasos de
Pretrato, Tömöser y Törzburger, al sur de Kronstadt, inmediatamente se conviertieron
en los objetivos críticos de las operaciones alemanas.
Falkenhayn acentuó la importancia del 9º Ejército de contactar con el Grupo de
Ejército de Mackensen en Valaquia occidental. Los pasos de Szurduk y Vulcan, cerca
del sitio de cruce de Mackensen del río Danubio, ofrecían la mejor oportunidad para
Rommel durante la PGM.
Combatió en la campaña
rumana y sus vivencias las
plasmó en su libro Infantería
al Ataque.
30
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
el éxito: “El primer ataque sólo podría ser conducido contra la fuerza enemiga que se
acercaba sobre los pasos de Vulcan y Szurduk.” El 19 de septiembre, seis batallones de
la 187 Brigada de Infantería y tres del Cuerpo Alpino capturaron Petroseny y el paso
de Szurduk; el paso de Vulcan cayó tres días más tarde. Sin embargo, estos logros
fueron efímeros, puesto que un grupo reforzado rumano de veintidós batallones
recuperó la región entera el 25 de septiembre.
Mientras el primer ataque alemán comenzaba en el paso de Szurduk, Falkenhayn
planificó una ofensiva mucho más grande en la dirección de Hermannstadt. El 19 de
septiembre él ordenó que el Cuerpo Alpino fuese transferido el este para flanquear a
las fuerzas rumanas y poner en peligro sus líneas de mientras el Cuerpo Schmettow
guardaba su flanco izquierdo. Falkenhayn recibió informes que el 1r Ejército rumano
doblaba el tamaño de los atacantes, y así no era de esperar un Kesselschlacht. Mientras
tanto, el XXXIX Cuerpo de la Reserva ejecutaría un asalto frontal.
Ludendorff discrepó y dio órdenes de Falkenhayn para hacer un doble flanqueo.
En una súplica de Auftragstaktik, Falkenhayn de forma significativa telegrafió al
Mando Supremo:
Un rápido y muy posiblemente destructivo ataque contra las fuerzas enemigas en
Hermannstadt ya había estado en preparación antes de la llegada de la directiva.
Como esto depende del comportamiento del enemigo y el resultado de reconocimiento
del terreno, pregunto sobre la agrupación de fuerzas disponibles para aquel objetivo
y si la ejecución de ello será dejada a mi mando.
Hindenburg permitió a Falkenhayn conducir la operación, que “tiene que adaptarse
al comportamiento del oponente y al terreno.”
Sobre el 20 de septiembre Falkenhayn se reunió con los generales Dellmensingen,
Staabs y Schmettow y establecieron las directivas que perfilaron las operaciones
alemanas para la ofensiva próxima. El Cuerpo de Staabs tenía la ingrata tarea de
atacar directamente al 1r Ejército rumano. Los hombres de Staabs utilizarían su
superior artillería para fijar a los rumanos en el lugar, mientras al oeste el Cuerpo
Alpino cruzaría las montañas Sibin, giraría al este y ocuparía el paso de las Torres
Rojas. Además, Falkenhayn estipuló que el Cuerpo de Schmettow cubriese el flanco
izquierdo de Staabs al este de Hermannstadt. Él pidió la ayuda de Conrad, quien
contribuyó apoyando la transferencia al flanco izquierdo de Schmettow de la 89
división de Infantería alemana del 1r Ejército austrohúngaro.
El ataque contra Hermannstadt ocurrió como estaba programado el 26 de
septiembre. El Cuerpo de Staabs empleó su artillería para sujetar al 1r Ejército
rumano. En una aturdidora demostración de Bewegungskrieg, el Cuerpo Alpino
marchó cincuenta y cinco millas en tres días a través de las montañas Sibin y estableció
un puesto fortificado en el paso de las Torres Rojas.
Los jefes militares rumanos ordenaron el envió de refuerzos de Kronstadt a
Hermannstadt, pero el Cuerpo de Schmettow, con el gran apoyo de la 89 División,
dificultó su misión de rescate. El 28 de septiembre, con su línea de suministro
amenazada y ninguna ayuda inmediata, el 1r Ejército rumano comenzó su retirada.
Avanzado ese día, el Cuerpo de Staabs ocupó Hermannstadt.
El 9º Ejército había ganado su primera victoria principal de la campaña rumana.
El 9º Ejército mostró el buen empleo de Bewegungskrieg contra el 1r Ejército
rumano. Aunque las fuerzas de Falkenhayn fallaran en atrapar a los rumanos y
las dos divisiones rumanas que protegieron Hermannstadt evitaron tener víctimas
significativas, tampoco él no había esperado un Kesselschlacht, ya que sus fuerzas eran
31
Traducciones Delaguerra
Aviones de reconocimiento
alemanes sirvieron para
observar la retirada del 2º E.
rumano.
32
demasiado débiles para esto. Pero
las tropas realmente alcanzaron sus
objetivos indicados: flanquearon al
1r Ejército rumano, amenazaron
sus líneas de suministro y liberaron
Hermannstadt. Quizás fue más
fructífero en el largo plazo que la
velocidad de movimiento había
forzado a los rumanos a reaccionar
a maniobras alemanas. Por segunda
vez en aproximadamente diez días
el Alto Mando rumano ordenó
el traslado de divisiones enteras
de otros puertos de montaña a lo
largo de Cárpatos. La pérdida de
Hermannstadt obligó al 2º Ejército
rumano a moverse más allá al sur
para alinearse con el 1r Ejército. Falkenhayn había ganado la iniciativa, que él
procuraría mantener vía una nueva ofensiva.
Falkenhayn cambió el foco de atención del 9º Ejército desde el este hacia
Kronstadt:
• Primero él procuró reforzar las divisiones 71 y 89 austrohúngaras (ala derecha
del 1r Ejército austrohúngaro), puesto que estaban afrontando fuertes ataques
de la mayoría del 2º Ejército de Crainiceanu. Él consiguió el acuerdo de
Conrad para mover las divisiones 89 y 71, mandadas por el general Morgen,
del 1r Ejérctio austrohúngaro al 9º Ejército. Una vez rescatados y colocados
bajo el control de Falkenhayn, el Grupo Morgen podría ser un activo valioso.
El Cuerpo de Staabs, que comprendía las divisiones 187, 76 Reserva y 51
austrohúngara, rápidamente marchó desde Hermannstadt al este para contactar
con el 2º Ejército de Crainiceanu. Hacia el 2 de octubre, el avance rumano
contra el Grupo Morgen había sido detenido y el 2º Ejército se retiró del
sudeste hacia Kronstadt.
• Segundo, Falkenhayn ordenó una ofensiva contra el 2º Ejército en Kronstadt.
Él no esperaba tener éxito en lograr una brecha a través del paso de Kronstadt.
A causa de su valor operacional para Bucarest, él esperó a que los rumanos
fortificaran esta región. Él realmente, sin embargo, esperaba fuertes víctimas
enemigas. Un telegrama enviado por el Kaiser Guillermo II incorporaba los
deseos del Mando Supremo: “Su Majestad expresa su expectativa que las tropas
aliadas seguirán de cerca las tropas del enemigo que se retiran rápidamente de modo
que los rumanos sean capaces de dejar Transilvania completamente noqueados.”
El Cuerpo de Staabs marchó hacia Kronstadt y mientras tanto el Grupo Morgen
como el Cuerpo de Caballería de Schmettow cubrieron su flanco izquierdo. El 4 de
octubre el 9º Ejército alcanzó las afueras del Geisterwald, una montaña boscosa al
noroeste del área de Kronstadt. Falkenhayn telegrafió al Cuartel General en Pless:
“El 2º Ejército rumano está en retirada en dirección al sudeste. Si esto mostrará la
resistencia sobre el oeste y hacia el sudoeste las cuestas del Geisterwald, se decidirá
el 5 de octubre. “
La batalla por Geisterwald vino a estallar cuando el 2º Ejército rumano paró su
marcha atrás. Las divisiones 76 y 51 de la Reserva austrohúngaras utilizaron artillería
pesada en un ataque frontal contra las tropas de Craininescu. Cuando la 187 división
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
giró sobre el flanco derecho del 2º Ejército, éste se retiró de la región. Por la tarde,
aviones de reconocimiento observaron “que los caminos que conducen al este estaban
cubiertos de convoyes.”
Las divisiones 71 y 89 de Morgen, así como el Cuerpo de Caballería de Schmettow
avanzaron hacia el sudeste junto al Cuerpo de Staabs. Una vez que el 9º Ejército ocupó
Geisterwald, se prepararon para marchar hacia Kronstadt. Al día siguiente el 9º Ejército
inició su ofensiva en Kronstadt. La lucha duró tres días y abarcó un frente mucho más
amplio que en Geisterwald. La situación se volvía seria para Rumanía. Si Kronstadt
caía en manos alemanas, el 2º Ejército rumano sería expulsado de Transilvania. El
Schwerpunkt se situó en el lado derecho del 9º Ejército, con el Cuerpo de Staabs.
Además el curso de la lucha se parecía estrechamente a los combates anteriores del 9º
Ejército. El Cuerpo de Staabs entró en la ciudad y mantuvo fuego de artillería sobre
el 2º Ejército, mientras que el Grupo Morgen y el Cuerpo de Schmettow flanquaban
el ala derecha del enemigo. El 9 de
octubre los hombres de Craininescu
abandonaron Kronstadt y se
retiraron hacia los puertos de
montaña a lo largo de la frontera
transilvana valaca. El 9º Ejército
había liberado Transilvania.
Falkenhayn vio la caída
de Kronstadt con cauteloso
optimismo. Seguramente él estuvo
decepcionado porque el 9º Ejército
no había destruido al 2º Ejército
rumano. Los alemanes habían
tomado aproximadamente a 1.200
prisioneros, lejos de sus propias
expectativas. El 9º Ejército había
avanzado más de cincuenta millas de Hermannstadt y así alcanzaba los límites de
sus líneas de suministro. Sin embargo las tropas de Falkenhayn capturaron armas
muy necesarias, camiones y provisiones en Kronstadt; y después de que el 2º Ejército
rumano se retirase al sur hacia Campolung, los Ejércitos rumanos 1º y 4º también
se retiraron de Transilvania. Los rumanos habían dirigido tropas en la dirección de
Kronstadt, como ellos habían hecho para Petroseny y Hermannstadt. La mayor parte
de estas divisiones llegaron tarde o ni siquiera participaron en la acción.
El Alto Mando rumano estaba, además, confuso sobre dónde sería el siguiente
ataque de los alemanes. Falkenhayn firmemente había agarrado la iniciativa, no sólo
para el 9º Ejército, sino también para el Grupo de Ejército de Mackensen.
Mackensen, Ludendorff,
Hindenburg y Von Seeckt
en 1933 en el memorial de
Tannenberg.
La lucha en el Dobrudja
El Ejército del Danubio invadió Dobrudja antes de que Rumanía pudiera ejecutar
la segunda parte de la Hipótesis Z. Según su estrategia de guerra, el 3r Ejército rumano
no marcharía hacia Bulgaria hasta que XLVII Cuerpo ruso, mandado por el general
Zaionchkovsky, hubiese llegado. Incluso aunque esta fuerza ruso-serbia fortificara la
posición de Rumanía en el Dobrudja antes de septiembre, la cooperación entre los
rusos y rumanos era horrenda. Ziaonchkovsky manifestó que “hacer que el ejército
rumano luchase en una guerra moderna era como pedir a un asno realizar un minué.”
Esta falta de coordinación hizo la ofensiva de Mackensen aún más eficaz. Mientras
33
Traducciones Delaguerra
Soldados bulgaros con casco
alemán.
34
una división búlgara y una división alemana aseguraron su flanco izquierdo a lo largo
de Bulgaria del norte, la mayor parte del Grupo de Ejército de Mackensen asaltó
las fortalezas de Tutrakan y Silistria en la primera semana de septiembre. El 6 de
septiembre la guarnición rumana en Tutrakan se rindió y por consiguiente perdieron a
27.000 hombres como prisioneros, aproximadamente un cuarto de la fuerza asignada
a Dobrudja. Dos días más tarde el 3r Ejército búlgaro expulsó a los rumanos de
Silistria. Mackensen ordenó ahora a sus tropas perseguir al enemigo, que comenzó
una precipitada retirada hacia el noreste. En respuesta a estos acontecimientos en
el teatro del sur, los líderes militares rumanos mantuvieron un consejo de guerra
el 15 de septiembre, estando de acuerdo con eliminar la Hipótesis Z y cambiar el
foco de operaciones ofensivas de Transilvania al frente de Dobrudja-Danubio. Por
consiguiente ordenaron a múltiples divisiones de los Ejércitos 1º, 2º y 4º detener
su avance, girar y marchar hacia el sur, a Dobrudja.
Esta “pausa operacional”
indudablemente ayudó los
Poderes Centrales en Transilvania,
aunque el avance de Rumanía ya
hubiera perdido la mayor parte
de su ímpetu. Al menos esto
dio respiro a Falkenhayn para
terminar los preparativos del
contraataque del 9º Ejército.
Mientras tanto el general
Averescu recibió el mando sobre
el 3r Ejército recién formado e
ideó una contraofensiva propia.
Para las próximas dos semanas, Averescu aglutinó tropas para su “Maniobra Flamanda”
que comenzó el 30 de septiembre. El 3r Ejército rumano intentó cruzar el Danubio
directamente al sur de Bucarest cerca de Flamanda. El “Ejército del Dobrudja” rusorumano que había detenido el avance del 3r Ejército búlgaro hacia el sudoeste de
Constanza, había lanzado una contraofensiva. El ejército de Dobrudja hizo pocos
progresos, sin embargo, y el cruce del río del 3r Ejército rumano fracasó debido a
cañoneras austríacas y minas flotantes. Además un viento pesado y prolongado y
una tormenta convirtió el terreno y los caminos en un cenagal y dos veces se rompió
el puente de pontones. La estrategia revulvisa de guerra de Rumanía derivaba havia
un enorme error.
Hacia el 5 de octubre cuando la ofensiva Flamanda terminó, el 9º Ejército de
Falkenhayn había tomado Hermannstadt y había perseguido al 2º Ejército rumano
en la dirección de Kronstadt. El Alto Mando rumano cambió así su plan de guerra
otra vez y transfirió divisiones enteras atrás al teatro norte de la guerra.
Aunque Rumanía esperaba estabilizar una posición defensiva en la región de
Dobrudja-Danubio, Mackensen se dio cuenta que el cambio sobre el foco de atención
del enemigo le había dado una oportunidad vital. El 19 de octubre, Mackensen ordenó
una marcha con la intención de golpear las fuerzas de la Entente del Dobrudja. Aunque
la resistencia del enemigo fue mínima, el avance no fue fácil. El general Tappen, el
Jefe de Estado Mayor de Mackensen, escribió más tarde: “Caminos malos. Grandes
manadas de búfalo de agua, bueyes, caballos. Muchas águilas ratoneras. Polvo, calor.
Lluvias tropicales.” Sin embargo el 23 de octubre el Ejército de Danubio capturó
Constanza, el vital puerto del Mar Negro, que contenía enormes provisiones de
aceite y grano.
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
Los Tatras en los Cárpatos.
Hacia el final de octubre, el grupo de ejército de Mackensen también había
tomado posesión del ferrocarril Constanza-Cernavoda y había expulsado totalmente
a los rumanos y los rusos del Dobrudja.
Aunque éste fuera el teatro secundario de la campaña rumana, los acontecimientos
en el Dobrudja ayudaron a las operaciones de Falkenhayn, cuyo siguiente objetivo
era abrirse camino por los Cárpatos.
La brecha
Un sentimiento de urgencia penetró dentro del Alto Mando alemán sobre dónde
ubicar el Schwerpunkt en los Alpes transilvanos. Los jefes alemanes conjeturaron
que el único modo de destruir a los ejércitos rumanos completamente y en última
instancia ganar la campaña estaba en la enorme llanura valaca. Sólo aquí podían
el 9º Ejército y el Ejército del Danubio coordinar sus operaciones en un terreno
abierto plano para atrapar a las fuerzas rumanas en un Kesselschlacht decisivo. El 9º
Ejército también tenía que cruzar los Cárpatos occidentales antes de que la estación
de invierno llegara, o Rumanía conservaría a un ejército de campaña operativo para
el siguiente año.
Falkenhayn aparentemente tenía varias opciones: los pasos de Szurduk y Vulcan;
el paso de las Torres Rojas, al sur de Hermannstadt; y el paso de Kronstadt. Las
cosas se complicaron bastante, sin embargo, con el desacuerdo de Falkenhayn con
Hindenburg, Ludendorff y Conrad sobre cual era la mejor posición para la ruptura.
El Comandante Supremo austriaco, Conrad, sugirió a Hindenburg y Ludendorff
que el Schwerpunkt debería ser Kronstadt, donde la mayor parte del 9º Ejército
estaba posicionado. El Dúo estuvo de acuerdo con Conrad, quienes predijeron “un
éxito operacional decisivo en la dirección Kronstadt-Bucarest abrirá las líneas de ruptura
occidentales a través de las Torres Rojas y Szurduk automáticamente, liberar nuestras
fuerzas allí y hacer caer Valaquia en nuestras manos.”
Hindenburg y Ludendorff telegrafiaron a Falkenhayn ordenándole concentrar
un ataque a gran escala contra el paso de Kronstadt. A diferencia de sus superiores,
Falkenhayn creyó que los pasos de Szurduk y Vulcan eran los caminos apropiados
35
Traducciones Delaguerra
para una ofensiva decisiva alemana. Sin inmutarse él respondió a Hindenburg y
Ludendorff con varios telegramas bruscamente redactados, acentuando las dificultades
de suministro crecientes con que se enfrentaba el 9º Ejército. La distancia entre
Hermannstadt, la base de suministro más meridional en Transilvania, al paso de
Kronstadt era aproximadamente de 100 kilómetros y una marcha de seis días.
Falkenhayn también afirmó que los pasos de Szurduk y Vulcan eran más estrechos
y más cortos que el paso de Kronstadt, por lo que eran menos convenientes para la
defensiva. Y quizás lo más importante: él sabía que los rumanos colocarían la mayor
parte de sus fuerzas en Kronstadt debido a su proximidad a Bucarest. Hindenburg
y Ludendorff, a su crédito, pronto cambiaron sus mentes y apoyaron la posición de
Falkenhayn.
Aunque Falkenhayn ahora tuviera la libertad de realizar su plan, él procuró
confundir al Alto Mando rumano sobre su verdadero objetivo. Durante las siguientes
semanas, que comenzaron a mediados de octubre, el 9º Ejército de Falkenhayn ejecutó
un buen número de ofensivas en pequeña escala en todas partes de la frontera de
los pasos cárpatos. El Cuerpo Alpino instigó en escaramuza con los rumanos que
guardaban la salida del paso de las Torres Rojas. Más al este, el Cuerpo de Staabs
centró la atención del 2º Ejército vía numerosos bombardeos de artillería sobre el
lado norte del paso de Kronstadt. Incluso el 1r Ejército austrohúngaro, que en gran
parte había permanecido estancado contra el 4º Ejército rumano, había lanzado
vigorosas ofensivas contra los defensores del paso de Oituz.
Falkenhayn, que también había ordenado un ataque a los pasos de Szurduk y
Vulcan, permaneció observante aun cuando el 9º Ejército no hubiera avanzado en
la llanura valaca antes de noviembre. De hecho, él había logrado su tarea inicial, a
saber, desorientar el liderazgo militar rumano.
A principios de noviembre se perfilaron los detallados preparativos de Falkenhayn
sobre otro avance en Szurduk y Vulcan. Él destacó al general Kühne con cuatro
divisiones de infantería (41ª, 109ª, 301ª y 11ª bávara) y el Cuerpo de Schmettow.
Hacia el 10 de noviembre el “Grupo Kühne “ había recibido abundante equipo de
montaña, disponía de vehículos motorizados y artillería pesada. Durante aquel día,
Falkenhayn declaró que el 9º Ejército estaba listo “para el ataque decisivo que debía
abrir las puertas de invasión de Rumanía.”
Él entonces publicó las órdenes para una ofensiva general en la frontera de los
pasos cárpatos, con la intención de proporcionar al Grupo Kühne espacio para avanzar.
Sobre el 11 de noviembre el Grupo Kühne entró en Szurduk y Vulcan. La oposición
era sólo de dos divisiones rumanas (1ª y 11ª), puesto que como las fintas del 9º
Ejército en la otra frontera se desarrollaron satisfactoriamente, ello había ocupado las
fuerzas principales del enemigo. El Grupo Kühne por consiguiente disfrutó de una
superioridad notable tanto en hombres como en armas y empleó bien su artillería y
rompió a los defensores rumanos. Durante el curso de aquel día, las divisiones 41ª
y 109ª limpiaron las salidas de los pasos, y la 301ª y 11ª bávara, así como el Cuerpo
de Caballería de Schmettow, les seguieron de cerca. Aproximadamente 60.000
soldados y 30.000 caballos habían avanzado por el paso de 40 kilómetros. Hacia el
14 de noviembre, el Grupo Kühne había establecido una posición fuerte el sur del
Szurduk y el Paso de Vulcan cerca de Targu Jiu. Los caminos quedaron abiertos.
CAPÍTULO 5. HACIA EL ARGES: BATALLAS EN VALAQUIA
El Grupo Kühne se abrió camino por los Cárpatos occidentales justo a tiempo.
El 11 de noviembre sus cuatro divisiones de infantería (41ª, 109ª, 30ª y 11ª bávara)
36
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
cruzaron los pasos de Szurduk y
Vulcan, seguidas por el Cuerpo de
Schmettow (divisiones de caballería
6ª y 7ª). Durante los pocos días
siguientes, estas unidades del 9º
Ejército alemán establecieron una
posición fuerte cerca de Targu Jiu.
Mientras parecía que lo peor había
terminado para los alemanes, un
cambio repentino del tiempo vino
en ayuda de Rumanía. Enormes
nevadas transformaron los caminos
ya mal hechos en cenagales y fangosas carreteras. El Grupo Kühne no tenía ninguna
otro opción, sólo parar su avance. Utilizando este respiro, el mando rumano ordenó
a la 17ª División, enviada a aquella región, que apoyara a las divisiones 1ª y 11ª.
Los alemanes habían logrado una hazaña muy importante abriéndose camino por
los puertos de montaña antes del invierno. Sin embargo, el comandante del 9º Ejército
Erich von Falkenhayn se dio cuenta que el trabajo quedaría inacabado mientras los
rumanos todavía poseyesen un ejército aún operativo. Él ordenó su ala derecha seguir
su marcha por la llanura valaca. Al hacerlo así, el Grupo Kühne allanaría el flanco
izquierdo del ejército rumano y así marcaría a las fuerzas enemigas de los pasos de
las Torres Rojas y Kronstadt. Una vez que la mayor parte del 9º Ejército alcanzase
el terreno relativamente llano de Valaquia, Falkenhayn sabía que él podría atrapar a
los rumanos en un Kesselschlacht.
Trinchera alemana.
De Targu Jiu al río Alt
El Grupo Kühne atacó a las divisiones rumanas 1ª y 11ª delante de Targu Jiu el
15 de noviembre. El asalto fue un éxito completo. La 41ª división alcanzó Targu Jiu
mientras la 301ª división avanzó lentamente por su flanco izquierdo; la 109ª y 11ª
bávara avanzaron aproximadamente diez kilómetros al este. El Cuerpo de Schmettow
Falkenhayn en Transilvania.
37
Traducciones Delaguerra
cubrió la mayor parte del territorio, unos quince kilómetros, al sudoeste de Targu Jiu.
Los rumanos se retiraron al sudeste en dirección de Petresti, donde la 17ª división
ya había comenzado a llegar. Falkenhayn ordenó a Kühne llevar tropas adelante
para otra ofensiva. Las fuerzas de Kühne dieron a los rumanos poco tiempo para
descansar, con un brioso asalto al día siguiente. Otra vez, las divisiones 41ª, 109ª y
11ª bávara atacaron a los rumanos de frente, mientras la división 301ª y el Cuerpo
Schmettow marcharon sobre sus flancos. Sin embargo una fuerte nevada obstaculizó
la visión de los atacantes y disminuyó su eficacia. El general Hans von Seeckt, jefe
del Estado Mayor General para el frente de Este, llegó a Targu Jiu esa tarde y relató
su evaluación de la situación al Cuartel General, en Pless:
El cambio del tiempo, con la nieve fuerte, deshelada, reducirá la velocidad de
las acciones bélicas; los caminos son sólo útiles en un grado mínimo,, sobre todo
en las direcciones de este y del sudeste. Una temprana ocupación del ferrocarril
Orsova-Craiova era necesaria para posteriores operaciones. Por lo tanto, la marcha
del avance debería ser más fuerte en el sur.
Soldados austro-húngaros.
38
Falkenhayn estuvo de acuerdo
con él y ordenó a Kühne cambiar su
formación de ataque. A Kühne y el
Cuerpo de Schmettow se les ordenó
cesar su asalto sobre la izquierda
rumana y cambiar la marcha hacia
el oeste, donde el enemigo no
podía contrarrestarlos. Esta vez el
tiempo seco ayudó al 9º Ejército,
como la copiosa nevada protegió
los movimientos del Cuerpo de
Schmettow cuando rompió el contacto con el enemigo. Al día siguiente, el 17 de
noviembre, las divisiones 41ª y 109ª perforaron un agujero en el centro rumano. Las
tres divisiones rumanas sufrieron enormes pérdidas, perdiendo aproximadamente
8.500 hombres del 11 al 17 de noviembre. Además, los líderes rumanos se dieron
cuenta que el Cuerpo de Schmettow estaba en medio de una marcha 45 km al sur,
y por consiguiente, ordenaron una retirada precipitada al sudeste.
El Grupo Kühne comenzó una rápida persecución de la izquierda del 1r Ejército
rumano. Hacia el 18 de noviembre, estas unidades del 9º Ejército estaban sobre la
abierta llanura de Valaquia, y así podrían marchar de una manera más eficiente que
dos meses antes. Las divisiones rumanas 1ª, 11ª y 17ª no estaban de ninguna manera
en disposición de realizar contraataques.
El 21 de noviembre unidades de la 6ª de Caballería y 41ª de infantería entraron
en Craiova. El oficial que comandaba la formación de vanguardia, general Seeckt,
aventuró que habían ganado. Falkenhayn reconoció el logro del Grupo Kühne,
declarando “marcharon distancias considerables a pesar de encontrar caminos embarrados”.
Aún cuando los hombres de Kühne todavía no estaban preparados, ellos siguieron
persiguiendo a los rumanos hacia el río Alt. De izquierda a derecha, la 301ª división
empujó hacia el este, a Dragasani; las divisiones 41ª y 11ª bávara avanzaron en la
dirección de Slatina; y el Cuerpo de Schmettow y la 109ª división presionaron hacia
el sudeste, a Stoenesti. Hacia el 23 de noviembre, el Grupo Kühne alcanzó todas
estas localidades y alcanzó la orilla occidental del Alt.
La movilidad del Grupo Kühne colocó a Rumanía en una precaria posición
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
Ofensiva final
estratégica. El ala derecha del 9º Ejército marcaba el ala derecha sur rumana, que
defendía el paso de las Torres Rojas, y planteó un inminente peligro para Bucarest.
El 1r Ejército había sido machacado con tanta severidad, que el mando rumano
tuvo que “doblar el número” sus divisiones. Por ejemplo, las divisiones 1ª y 17ª se
combinaron y la nueva unidad se llamó División 1/17. Tan primarios esfuerzos eran
necesarios para detener el Grupo Kühne y evitar, llanamente, marchar sobre Bucarest.
Dos divisiones fueron sacadas del 4º Ejército rumano en Moldavia para reforzar las
Torres Rojas y Kronstadt. Los rumanos combinaron sus reservas en cuatro divisiones,
el 2/5, 9/19, 10 y 21. Estas tres últimas eran responsables de proteger la capital
mientras la división 2/5 fue asignada a la defensa del río Alt, cerca de Dragasani.
A pesar de estos esfuerzos, el 9º Ejército se abrió camino en los pasos de las Torres
Rojas y Kronstadt. A principios de noviembre Falkenhayn creó el “Grupo Krafft”
que consistía, de oeste a este, en la división Goiginger (nombrada sí por su jefe),
la 216ª división de infantería y el Cuerpo Alpino. Él nombró al general Krafft von
Dellmensingen, entonces comandante del Cuerpo Alpino, como el jefe de este nuevo
cuerpo alemán, una fuerza imponente que contenía 33 batallones y 31 baterías. El
Grupo Krafft golpeó repetidamente al flanco derecho del 1r Ejército rumano, que
defendía el paso de las Torres Rojas.
Aunque al principio falló en doblegar la resistencia rumana, Krafft marcó las
fuerzas adicionales rumanas y así alivió el acertado ataque del Grupo Kühne en
los pasos de Szurduk y Vulcan del 11 de noviembre. Durante las siguientes dos
semanas las tropas de Kühne devolvieron el favor avanzando por el corazón de la
llanura valaca; así otra vez cambiaron el foco de atención de Rumanía. Hacia el
23 de noviembre, las tropas de Krafft estuvieron bien firmes dentro de Valaquia y
controlaron las ciudades de Curtea de Arges y Ramnicu-Valcea. Durante estas dos
semanas de lucha encarnizada, el Grupo Krafft capturó a más de 6.000 prisioneros
y 12 piezas de artillería.
Mientras tanto, los Grupos Morgen y Staabs mantuvieron feroces batallas con
39
Traducciones Delaguerra
el 2º Ejército rumano en el paso de Kronstadt. Aquí los rumanos estaban situados
sobre el lado sur de los puertos de montaña, con cerca de 100.000 soldados. Una vez
el Grupo Krafft avanzó en la llanura de Valaquia, el flanco izquierdo del 2º Ejército
quedó expuesto. Los rumanos retiraron la mayor parte de sus fuerzas en el sur y
establecieron una posición concéntrica al noroeste de Bucarest. Los Grupos Morgen y
Staabs alcanzaron Campolung y Sinaia hacia el 25 de noviembre. Los rumanos habían
abandonado cada puerto de montaña principal a lo largo de los Alpes transilvanos.
Los pensamientos de Falkenhayn del mes anterior, así como el empleo experto de
Grupo Kühne para poner en peligro la izquierda rumana, habían dado como fruto
que el 9º Ejército entero estaba dentro de Valaquia a finales de noviembre.
De todos modos todo no era perfecto sobre las disposiciones alemanas. Si por un
lado, el Cuerpo de Schmettow y la 109ª división cruzaron el río Alt y amenazaron a la
izquierda del 1r Ejército rumano. Los Grupos Staabs, Morgen y Krafft conectaron y
quedaron colocados a lo largo de la línea Pitesti-Sinaia. Por otro lado, ni las divisiones
41 y 11ª bávaras cerca de Slatina ni la 301ª en Dragasani habían cruzado el Alt. Por
consiguiente, una profunda brecha se había abierto en el centro del Grupo Kühne.
Antes de que los rumanos pudiesen capitalizar esta oportunidad, tropas alemanas
ejecutaron otra valiente operación para realzar sus posibilidades de un Kesselschlacht.
Mackensen cruza el Danubio
Desde principios de noviembre el Alto Mando alemán había acelerado los proyectos
para que el Grupo de Ejército Mackensen pudiera ejecutar un cruce del río Danubio.
Hindenburg y Ludendorff esperaban que el Ejército del Danubio entrase en Valaquia
y conectase con el 9º Ejército antes del inicio de invierno. Incluso aunque las tropas
de Falkenhayn hubieran liberado Transilvania y se hubieran abierto camino por los
Cárpatos a mediados de noviembre, un sentimiento de urgencia prevaleció en la
oficina central alemana. Mackensen tenía que alcanzar la llanura valaca para formar
el ala derecha de una ofensiva contra Bucarest. El general Kosch y otros oficiales de
estado mayor alemanes seleccionaron Sistova como el sitio para cruzar, después de
un cuidadoso reconocimiento.
Una ventaja notable que ofrecía Sistova consistía en que su más alta orilla del
sur permitiría el apoyo de artillería. Además, su posición al oeste del Dobrudja, en
Bulgaria del norte, colocó al Grupo de Ejército Mackensen casi tan cerca de Bucarest
como el 9º Ejército. En la primera mitad de noviembre, Mackensen transfirió a la
mayor parte de su grupo de ejército del Dobrudja a la región de Sistova.
Hacia el 20 de noviembre el Ejército del Danubio había completado su movimiento a
Cruce del Danubio por los
hombre de Mackensen
40
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
Sistova y había excedido en número al 3r Ejército rumano que defendía la región.
Mackensen tenía bajo su mando cinco divisiones, la 217ª, la división Goltz (nombrada
así por su jefe), la turca 26ª, y las divisiones búlgaras 1ª y 12ª, así como la flotilla
austrohúngara del Danubio y fuerzas de ingenieros especializados en la construcción
de puentes. Los defensores rumanos consistían simplemente en sólo dos divisiones, la
18ª de infantería y la 2ª de caballería, y batallones individuales de tropas de frontera.
El Alto Mando rumano había desviado a la mayor parte de sus soldados al frente del
norte. Por consiguiente, el personal del 3r Ejército era extremadamente inadecuado,
puesto que “había sólo 18 batallones contra 40, y 48 cañones contra 188 cuando
los Alemanes cruzaron”.
El Grupo de Eército de Mackensen comenzó el ataque el 23 de noviembre. Una
niebla espesa dificultó las observaciones de la artillería alemana, pero disfrazó (y así
ayudó) los movimientos de tropas. Unidades adicionales de las Potencias Centrales
realizaron numerosos asaltos de diversión a lo largo de Danubio, que confundieron
a los defensores rumanos sobre las intenciones de los alemanes.
Antes de última hora de la tarde, diecisiete batallones de las cinco divisiones
alrededor de Sistova habían establecido una posición fuerte sobre la orilla del norte,
y dos días más tarde, el Grupo de Ejército Mackensen estaba asentado firmemente
en Valaquia del sur.
Los rumanos estaban en un serio problema. Las unidades avanzadas del Primer
Ejército que guardaban el río Alt regresaron hacia la capital, no teniendo ninguna
otra opción salvo permitir al centro e izquierda de Kühne presionar para adelante.
La cuidadosa planificación y las espléndidas operaciones del Ejército del Danubio
no sólo motivaron otro ejemplo de Bewegungskrieg, sino también ayudaron a
Falkenhayn a ejecutar sus mucho más deslumbrantes maniobras en el sector del
norte. El Grupo de Ejército Mackensen era, al parecer, el borde del ala derecha de
un enorme Kesselschlacht. En este punto, Rumanía intentó un contraataque último,
desesperado.
El Arges: la batalla por Bucarest
Hacia el 29 de noviembre el 9º Grupo de Ejército y el Ejército Mackensen
habían avanzado dentro de treinta millas en dirección a Bucarest. Las fuerzas de
Falkenhayn mantenían una línea concéntrica al noroeste de la capital. El Grupo
Staabs, que formaba su izquierda al este de Sinaia, debía presionar al 2º Ejército
rumano y impedirle rescatar al 1r Ejército, al oeste de Bucarest. Falkenhayn ordenó
a los Grupos Krafft y Kühne atacar el frente del 1r Ejército y al Grupo Morgen
flanquear su ala derecha.
Para el siguiente asalto, el 9º Ejército disfrutó de una importante baza en recuros
humanos, con 250.000 hombres contra aproximadamente 150.000 rumanos. Las
fuerzas de Mackensen simultáneamente habían realizado un avance demoledor,
llegando a doce millas de Bucarest. A pesar de la calamitosa posición estratégica
de Rumanía, sus líderes se aferraron a una última oportunidad: una profunda
brecha de veinte millas entre el Grupo de Ejército Mackensen y Grupo Kühne.
Una misión militar francesa en Rumanía había formulado en el último minuto un
plan, preparado por el general francés Henri Berthelot. Berthelot había sido el Jefe
de Estado Mayor del general Joseph Joffre durante la batalla del Marne. Él ahora
intentó el “Marne balcánico”: un ataque de flanco sobre los alemanes cuando ellos
se acercasen a Bucarest, cruzando el río Arges. El mando rumano siguió el consejo
de Berthelot, tiranizando a miles de campesinos para formar una reserva a toda prisa
41
Traducciones Delaguerra
entrenada. Dieron al general Presan, anteriormente el comandante de 4º Ejército en
Moldavia, el control de la defensa de la capital. Él inmediatamente ordenó a siete
divisiones convergir contra el Ejército del Danubio de Mackensen. Las divisiones
18ª y 21ª avanzaron con un asalto frontal; las divisiones 2/5, 9/19, y 2ª de Caballería
atacaron el expuesto flanco izquierdo de Mackensen; y dos recién llegadas divisiones
rusas, la 8ª de Caballería y 40ª de infantería, marcharon contra su flanco derecho.
Así comenzó la lucha por Bucarest, el 30 de noviembre.
Durante un par de días la ofensia del general Presan significó “un peligro
amenazador para la fuerza de Mackensen y casi envuelve su flanco. “ Ludendorff
creyó que la situación era crítica:
El 1 de diciembre la izquierda del Ejército del Danubio estaba muy fuertemente
atacada al sudoeste de Bucarest y tenía que retroceder. Las tropas alemanas que ya
habían cruzado el Nejlov fueron segadas. La situación era seguramente muy crítica.
Hitmi Pasha y el general
Toshev en Dobudja.
Las fuerzas rumanas tomaron a miles de prisioneros alemanes, así como muchas
armas y provisiones durante su contraataque de última hora. Sin embargo, la
26ª división turca, en la vital izquierda de Mackensen, falló en la maniobra de
envolvimiento, dando tiempo a los alemanes de volver la marea en su contra. El
9º Ejército intervino y salvó a Mackensen el 2 de diciembre. Unos días antes,
dos oficiales de estado mayor rumanos tropezaron con un campamento alemán y
fueron tomados prisioneros. Los soldados llevaban los proyectos para el próximo
contraataque, documentos que ahora estaban
en las manos capaces de Falkenhayn. Él se dio
cuenta que el Grupo Kühne estaba a distancia
razonable para lanzar un contraataque contra
el ala derecha de Presan, y él inmediatamente
ordenó atacar a la 11ª división bávara de
Kühne y la recientemente creada 115ª división.
Estas tropas no sólo pararon el avance rumano
contra Mackensen, sino también sobrepasaron
el flanco derecho de Presan. Además el Grupo
Staabs bloqueó la ruta del 2º Ejército a la
capital mientras Morgen y las tropas de Krafft aplastaron al 1r Ejército, cuyos
remanentes escaparon al norte para unirse en la defensa de sus compañeros. El
camino a Bucarest estaba abierto.
El Mando Supremo alemán se sorprendió al descubrir que el ejército de Rumanía
había abandonado la capital. Hindenburg manifestó que:
Nosotros nos habíamos imaginado la captura de la capital rumana más bien
como un asunto militar más. Nosotros habíamos pensado que Bucarest era una
fortaleza poderosa, habíamos destacado nuestra artillería de sitio más pesada para
reducirla, y ahora en lugar de ser un “place d’armes” había resultado ser nada más
que una ciudad abierta.
De la misma manera Ludendorff había estado preocupado que los rumanos
defendiesen su capital:
Apenas había sido superada esta crisis que nos encontramos enfrentados con
otro problema. ¿Sería defendida Bucarest como una fortaleza o no? Tal defensa
42
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
habría sido muy difícil para nosotros, ya que ello habría prolongado bastante la
campaña en Rumanía.
De hecho Ludendorff y Hindenburg no conocían los hechos exactos. Las tropas
rumanas no escaparon de la capital sin lucha. Ellos habían lanzado un contraataque
contra Mackensen a lo largo del río Arges que, aunque brevemente, habían parecido
letal a los líderes alemanes. Sin embargo, una vez que el 9º Ejército entró en escena,
la destrucción del ejército rumano era inevitable. Incapaz de lanzar operaciones
ofensivas, el Alto Mando rumano ordenó una retirada completa de Valaquia del
norte al río Sereth. El 6 de diciembre Mackensen entró en Bucarest.
CAPÍTULO 6. CONCLUSIÓN
La captura por los alemanes de Bucarest el 6 de diciembre fue la culminación
de la campaña de 1916. Durante la primera semana de diciembre Rumanía sufrió
enormes bajas: 60.000 soldados, 85 piezas de artillería y 115 ametralladoras cayeron
en manos alemanas. El 9º Ejército persiguió hacia el noreste de Moldavia a los
rumanos. Hacia enero de 1917 los Poderes Centrales tenían la posesión de Valaquia
y avanzaron hacia el río Sereth, donde los agotados rumanos habían fortificado una
posición defensiva. En este punto el avance alemán sufrió un alto. El mal tiempo,
caminos destrozados y tropas agotadas, factores que ocurren con frecuencia en las
campañas, contribuyeron a dejar en tablas las recién establecidas posiciones en el
frente rumano. Mucho más problemático para los alemanes eran, sin embargo, las
dificultades de control, ordenamiento y el suministro de sus ejércitos de masas.
Aproximadamente 400.000 tropas habían cubierto distancias significativas en un
breve período de tiempo y simplemente sobrepasaron la capacidad de sus líneas de
suministro.
Alemania había ganado una enorme victoria contra el ejército de operaciones
contrario; pero esto no había apartado a Rumanía de la guerra. Varios historiadores
(Cruttwell en su History of the Great War y Hanson Baldwin en su World War I;
Mackensen inspecciona una
parada austrohúngara en
Bucarest. La capital rumana
ha caído.
43
Traducciones Delaguerra
Batería en las calles de
Bucarest
Sólo gracias a los rusos
el frente se estabilizó en
Moldavia del sur.
44
An Outline History), por lo tanto,
han afirmado que la victoria de
Alemania era incompleta. Hacia
el final de la campaña de 1916, el
frente de Este había sido ampliado
aproximadamente 250 millas, que
los alemanes tuvieron que defender
con la disminución de efectivos. La
situación estratégica de los Poderes
Centrales, siguiendo el razonamiento
de estos eruditos, por consiguiente se deterioró. Además Rumanía no sólo permaneció
en la guerra, sino que además ejecutó ofensivas limitadas contra Alemania en el verano
de 1917. Rumanía finalmente capituló a principios de 1918, firmando el Tratado de
Bucarest en mayo. Pero su resistencia prolongada frustró las intenciones alemanas de
una campaña rápida y victoriosa. Sin embargo este tradicional argumento no hace
mérito a un análisis más profundo:
1. Los problemas estratégicos de un frente más amplio estaban calibrados con
los beneficios que reportaba a Alemania; controlando Valaquia los alemanes
ganaron el botín de los yacimientos petrolíferos rumanos y abundancia de trigo.
2. Rumanía estabilizó la primera línea en enero de 1917 sólo porque los rusos
apoyaron su defensa enviando enormes refuerzos a Moldavia del sur. Al
proceder así, los rusos heredaron el mismo frente ampliado que los alemanes.
Es difícil de comprender, por lo tanto, por qué los historiadores han declarado
que la campaña rumana dañó la posición estratégica de Alemania sin notar
una responsabilidad similar por parte de la Entente.
Sobre el nivel operacional, la campaña rumana del general Erich von Falkenhayn
fue una obra maestra. Él orquestó una serie de fintas que desorientaron a las fuerzas
rumanas y permitieron al 9º Ejército abrirse camino por los Cárpatos antes del inicio
del invierno. Una vez dentro de Rumanía, las fuerzas de Falkenhayn fácilmente
atraparon a los rumanos dentro de un enorme Kesselschlacht y capturaron Bucarest
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
en el proceso. Las pérdidas rumanas en 1916 fueron catastróficas: las víctimas
sumaron al menos 250.000, incluyendo 100.000 muertos o desaparecidos, 50.000
heridos y 100.000 prisioneros. De los 250.000 soldados que habían ido al frente con
tanto entusiasmo solamente unos meses antes, menos de 100.000 permanecieron
en unidades operativas.
Los comandantes militares y pensadores alemanes igualmente creyeron que
la campaña de Falkenhayn proporcionó lecciones cruciales para la guerra a nivel
operacional. Por consiguiente, ellos derramaron una plétora de tinta que cubría el
triunfo de 1916. Falkenhayn, August von Mackensen, Paul von Hindenburg y Erich
Ludendorff incluyeron un análisis detallado de la operación rumana en sus memorias.
En el Militär-Wochenblatt, el diario alemán entreguerras, existen numerosos artículos
que acentuaron la importancia de la campaña rumana como una lección para futuras
operaciones; los asuntos comentados fueron el avance del Grupo de Kühne por los
pasos de Vulcan y Szurduk y la táctica alemana en Orsova.
Durante la Primera Guerra mundial, los comandantes militares intentaron romper
las tablas de guerra de trincheras y restaurar la movilidad al campo de batalla moderno.
Para Alemania esto quiso decir que un renacimiento del arte operacional, incorporado
en el siglo XIX por el gran comandante Helmuth von Moltke. La mayoría de las
veces, sin embargo, los generales alemanes fallaron en poner en práctica correctamente
la doctrina de Moltke, puesto que el frente occidental permaneció estancado hasta
1918 y Rusia presentó una amenaza válida durante la mayor parte de la guerra.
Una excepción notable fue Falkenhayn, que utilizó el arte de guerra de Moltke para
ganar una victoria decisiva contra Rumanía. Los pensadores militares alemanes del
período de entreguerras miraron hacia atrás con precisión a su campaña como un
arquetipo de arte operacional, un arte totalmente explotado en los años iniciales de
la Segunda Guerra mundial.
Soldados alemán, turco
y búlgado patrullan en
Rumania.
45
La campaña rumana de Falkenhayn (1916)
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES PRIMARIAS
Libros
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Artículos
Falkenhayn, Erich von: “Truppen-kriegsgeschichte. Beispiel 9: Turnu Severin 1916.”
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Ponath, Lieutenant-Major: “Feuerüberfälle gegen lohnende Augenblicksziele.” MilitärWochenblatt 112, no. 35, March 18, 1928, pp. 1344-1346.
47
Traducciones Delaguerra
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