Luna - Un gran logro

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Un gran logro
Hay un concurso en la ciudad de Wenatchee llamado Apple Blossom Royalty. Al
fin del concurso tres muchachas, en su último año de la preparatoria, representan a su
maravillosa comunidad. Cuando llegó mi último año de la preparatoria decidí participar.
El requisito para ser concursante era que tenía que memorizar un ensayo y recitarlo por
tres minutos enfrente de los estudiantes de la preparatoria y de la comunidad. El tema de
ese año fue “¿Qué sueño quieres hacer realidad en tu vida?”.
Tres meses de emoción, nervios y preparación pasaron. Tenía que ir todas las
semanas a practicar mi ensayo y para que los entrenadores nos enseñaran qué hacer
enfrente de los jueces. La mañana del concurso tuvimos nuestra última práctica. Estaba
bien nerviosa y sentía que tenía escalofríos por todo mi cuerpo. Subí al escenario y me
acerqué al micrófono. Empecé mi discurso sobre mi sueño de ser maestra y hacer una
diferencia en la comunidad y con mis estudiantes. Todo iba bien cuando de repente se
me olvidó todo mi discurso. Me congelé y mi mente se vació. Tantas emociones pasaron
por mi mente: tristeza, enojo y más nervios. ¿Cómo iba poder dar mi discurso enfrente de
los estudiantes y la comunidad, si no podía hacerlo enfrente de mis entrenadores? Por un
momento ya no quería estar en el concurso, pero ya no había marcha atrás. Las demás
muchachas tenían que practicar, entonces yo no tuve la oportunidad de ensayar otra vez.
El concurso empezaba en una hora y yo seguía muy nerviosa. Nunca había estado
tan nerviosa en mi vida. Lo único que podía hacer era relajarme y pensar que todo iba a
salir bien. El momento llegó. Una por una las muchachas subían al escenario a dar su
discurso. De repente escucho: “La siguiente participante es Itzia Luna”. Caminando al
escenario sentía que mis piernas eran como gelatina y sentía que mi corazón estaba
latiendo tan fuerte que se me iba a salir. Me paré enfrente del micrófono y miré al
público. Había luces tan brillantes, como el sol, que no podía ver a la gente. Yo sabía que
había un público, pero porque no los podía ver me relajé y pensé: “Haz tu discurso como
si fuera una de las prácticas cuando no hay nadie”. Sonreí al público, saludé a los jueces
y empecé a hablar. Sin darme cuenta ya estaba llegando al fin de mi discurso y no me
congelé, ¡me acordé de cada palabra!
Los resultados los anunciaron esa misma noche. Desafortunadamente no gané el
concurso. Pero este concurso me hizo sentir bien orgullosa de mí misma. Hice algo que
yo nunca hubiera pensado que podría hacer. Yo era una muchacha muy tímida y logré
pararme enfrente de mucha gente y hablar. Si pude superar un grande obstáculo voy a
poder superar todos los obstáculos que el futuro me tenga preparado.
Itzia Luna, hablante de español como lengua heredada y oriunda de Wenatchee,
Washington, estudia Elementary Education en Central Washington University, Ellensburg,
Washington. Ha sido premiada con varias becas de la universidad y del estado de
Washington.
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