Doctor Duran Un amor de St. Swithin`s day

Anuncio
Traducción al
castellano de Jofre
Homedes Beutnagel
y al catalán de Esther
Roig
MAEVA / COLUMNA
431 / 503 PÁGINAS
20 EUROS
El autor inglés
David Nicholls,
fotografiado en
Nueva York
GETTY IMAGES
KIKO AMAT
Aquí tienen a uno de los Mejores
Libros del 2010. ¿Quién lo diría,
verdad? Si no llego a llamarles la
atención, hubiesen pasado de largo
sin verlo. Porque es feo. Más feo
que pegarle a un padre con un calcetín lleno de perdigones. ¿Recuerdan
aquella canción de Bo Diddley que
decía: “No puedes juzgar un libro
por su portada”? Bueno, a veces sí
puedes. O podrías, si el diseñador
no te hubiese endilgado una foto
tan cursi que espantaría hasta a Doris Day. Da igual: yo les insto a ser
valientes, lectores de Cultura/s;
pues esta novela bien vale una mirada condescendiente de su librera. Si
se atreven a abrirlo se toparán con
una novela divertida y cálida, cuyas
virtudes han cantado ya escritores
como Jonathan Coe y Nick Hornby.
Siempre el mismo día cuenta la
historia de Emma Morley y Dexter
Mayhew, dos estudiantes ingleses
que se enrollan un 15 de julio, día
de San Swithin del año 1987. Ella
es guapa-tabalot, clase obrera de
Nottingham, mordaz, buena y sincera; él es vanidoso y superficial, ricacho de los Home Counties, ligoncete y con tendencia a la pérdida
de papeles, algo capullo pero un
trozopán. A lo largo del libro veremos cómo evolucionan sus vidas
durante los veinte años siguientes,
con sus encuentros y desencuentros. Y vamos a topar con ellos cada 15 de julio del año en curso, de
ahí el título. Veo ya a algunos de
ustedes realizar el gesto de meterse dos dedos en la boca mientras
vomitan la frase Cuando Harry encontró a Sallyagghjggk. Déjenlo ya:
esta no es una novela predestinada
a mutar en bodrio feel-good de Hollywood, aunque sin duda tratarán
de adaptarla extirpando las partes
buenas.
Las partes buenas son, de hecho, multitud. Los diálogos son geniales: imaginen el wit afilado de
Noël Coward o Wilde, pero en creíble. Creíble y encima fresco y auténtico. La autenticidad de la fuente es otro de los atributos de la novela, pese a que el asunto del 15 de
Novela Apreciable debut de Mercè Font en torno a
la ascensión de un chico en el Empordà del s. XVIII
Doctor Duran
Mercè Font
L'ajudant
del metge
L'ALBÍ
188 PÁGINAS
17 EUROS
JULIÀ GUILLAMON
Adolf Nanot es un escritor catalán
de los años cincuenta, hoy olvidado. Cuando se publicaron Les històries naturals de Joan Perucho, le
escribió una carta, con un comentario que dio en el clavo. “La realització de la vostra història és perfectament moderna, perfectament escrita al 1960. És millor una obra del
1840 ben escrita al 1960 que una
obra del 1960 que sembli talment
escrita (i mal escrita) al 1840.” Es
una idea que ya me gustaría que
arraigara entre autores y lectores
de novela histórica. L'ajudant del
metge, la primera novela de Mercè
Font (Torroella de Montgrí, 1961),
encaja con el comentario de Nanot. Está situada en el siglo XVIII,
en un ambiente de botica y consultorio. El protagonista es un chaval
que entra al servicio del doctor Duran, como chico de los recados y escribiente y que, como consecuencia de diversas circunstancias familiares y de la generosidad del médico, acabará siguiendo la carrera,
primero en la Academia de Medicina Práctica de Barcelona y más tarde en la Escuela de Medicina de París. De telón de fondo: el despertar
de la cultura catalana, previo a la
Renaixença, que llega a casa del
médico ilustrado, junto a las ideas
románticas representadas por Bee-
julio pueda parecer una bobada.
Pues Nicholls, ese Rodríguez de la
Fuente del mundo bípedo, posee
una gran capacidad para la observación de humanos en su hábitat
natural. Sus frases de disección antropológica son a veces emotivas
(“Hojas quemadas y petróleo: sabe
a 1995”), a veces de risa (“No lleva
ropa interior, sólo una camiseta negra que no le llega a las caderas. Es
un look que no le queda bien a ningún hombre del mundo”).
Lo que nos lleva al humorismo
de Nicholls: una cosa muy inspirada y efectiva. Su humor no es de
ceja arqueada, sino de trompeteante REVA (Risas en Voz Alta), conse-
thoven y Rousseau. Lo mejor de la
novela es la mirada del chico sobre
las cosas del pueblo. Hasta el punto que uno llega a pensar si el verdadero tema del libro no es la
disyuntiva entre quedarse en el lugar de origen o partir a la aventura,
vivir como rentero o estudiar. Es
lo que le pasa a Rafael Pitxó, lo que
posiblemente le pasó hace unos
años a Mercè Font y es el dilema
con el que se enfrentan los jóvenes
en muchos pueblos (sobre todo las
chicas) cuando se van a Barcelona
mientras el novio se queda trabajando en un taller.
Moral pedagógica
Font convierte esta situación cotidiana en un tema histórico, le da
una moral pedagógica (hay que estudiar fuera para poner los conocimientos adquiridos al servicio de
la gente) y resuelve la parte final
de la novela, que se había quedado
un poco estancada. Desde el punto
de vista de la narración de época,
describe el fin de un periodo de pri-
guida a base de certeros dobles sentidos, imagenes imborrables –ocasionalmente escatológicas– y una
dosis heroica de ingenioso sarcasmo, cortesía de Emma. Algunos cenizos mantienen que el sarcasmo
es “la forma más baja de ingenio”,
señal inequívoca de que nunca han
oído hablar de Basil Fawlty o
Chandler Bing. Varios de los mejores momentos del libro provienen
de la ácida reacción de Emma al patetismo circundante (la cena romántica con el cómico nerd), aderezados con algo de sano derrumbe
personal y mamarrachadas varias
de Dexter (como cuando da un biberón con una borrachera atroz).
Y de las sonrisas a las lágrimas,
como los Von Trapp. El equilibrio
de la novela se consigue con momentos selectos de gran seriedad.
Pero no de la pacata, sino de pathos
sincero y pena bien pintada. De entre ellas destaca la visita de Dexter
a su madre enferma de cáncer terminal; esa visita indigna, cobarde y
borrachuza que se les va a atragantar en la garganta como un pretzel
untado en grava.
O sea que así estamos: van a llorar, van a reír, van a terminar el libro con la sensación de que conocen a esta gente de toda la vida, pero –eso sí– van a tener que ir por el
mundo con un libro forrado, como
si aún cursaran 6º de EGB. Un pequeño precio a pagar por un placer
tan enorme. |
vilegios y la posibilidad de los niños pobres de acceder a la educación, a partir de las ideas del pedagogo Baldiri Reixac (autor de las
Instruccions per a l'ensenyança de
minyons, de 1749), a quien el libro
rinde homenaje. Es también una
vindicación de las formas de vida y
a los paisajes del Empordà, que
Font reconstruye sin recrearse en
el tipismo, desde una perspectiva
infantil que, por la sencillez y la aspiración de pureza, hace pensar en
Ruyra: un Ruyra de nuestro tiempo, como quería Nanot. La figura
del médico filántropo, de gran tradición literaria (de Louis-Ferdinand Céline a William Carlos
Williams), está bien conseguida, y
uno sólo echa en falta algo más de
dinámica narrativa, subtemas específicamente médicos o medico-sociales (cuando se habla de las insalubres condiciones del trabajo en
los arrozales, por ejemplo) que refuercen la trama principal de la iniciación de Pitxó. Con todo, un apreciable debut. |
ESCRITURAS
Miércoles, 18 agosto 2010
David Nicholls
Siempre el mismo
día / Un dia
Cultura|s La Vanguardia
Un amor de St. Swithin's day
9
Novela Fenomenal epopeya a lo largo de 20 años, tan romántica como humorística, por uno de los autores
revelación ingleses del momento, David Nicholls. Un libro que resulta creíble y encima fresco y auténtico
Descargar