medios masivos de difusion,{private } "salud mental" y "locura"

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MEDIOS MASIVOS DE DIFUSION,{PRIVATE }
"SALUD MENTAL" Y "LOCURA"
Enrique Guinsberg
1
Hoy es casi un lugar común señalar la importancia e influencia de los medios
masivos de difusión, y por ello son constantes los estudios e investigaciones que se
realizan sobre sus alcances y efectos sobre el hombre, la sociedad contemporáneas y la
interacción entre ambos.
Sin embargo varias carencias se observan en la gran cantidad de trabajos
realizados, pudiendo mencionarse entre ellos: 1) los llamados "efectos" de los medios se
han analizado sobre diferentes aspectos puntuales (el consumo, la violencia, el voto, la
sexualidad, etc) y no sobre uno global, es decir respecto el hombre en su conjunto; 2)
hasta ahora la absoluta mayoría de las investigaciones se hicieron acerca de los emisores
y/o de los mensajes emitidos, muy poco sobre las características del momento de la
recepción -y en este caso muchas veces con una marcada tendencia psicologista-, y
mucho menos aún sobre la dialéctica establecida entre ambos momentos (emisiónmensajes-recepción)2 .
Tales carencias han hecho que prácticamente no existan, cuantitativa y
cualitativamente, aportes importantes sobre el papel que los medios desempeñan
1
Psicólogo, Maestro en Comunicación, Doctor en Estudios Latinoamericanos. Nacionalidad
argentina con residencia en México desde 1976. Profesor-Investigador Titular en la Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México D.F. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y
de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC).
2
Sobre las carencias de estas visiones unilaterales y la necesidad del análisis de esta dialéctica,
véase mi trabajo "Recuperar el estudio del receptor. Dialéctica subjetivo-social en los medios
masivos", en Telos, revista de FUNDESCO (Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las
Comunicaciones), Nº 25, Madrid, marzo-mayo 1991.
1
actualmente en el proceso de formación del modelo de Sujeto Social u Hombre Necesario
que toda sociedad requiere para su mantenimiento y reproducción. Y si bien en el presente
los comunicólogos reconocen la participación activa y no pasiva del sujeto en la recepción
de los contenidos, y los psis (psicólogos, psiquiatras, psicoanalistas, etc) la importancia
de los medios en el proceso constitutivo del psiquismo y en la toma de decisiones, el
desconocimiento de sus areas no específicas (psicología en el primer caso, comunicación
en el segundo) no han favorecido la vinculación planteada pero no realizada.
El estudio del rol que actualmente tienen los medios sobre la "salud mental" y la
"locura" -o, para ser más precisos, el comienzo de una investigación al respecto-, debe
necesariamente apoyarse en una visión global como la señalada, a más de aclarar las
significaciones de términos aparente pero no realmente claros y definitorios como los
entrecomillados al comienzo de este párrafo.
Sin poder desarrollar en este trabajo lo ya escrito sobre el problema en un libro
anterior3 , sí es necesario destacar sus premisas básicas:
1.- toda formación social necesita formar un modelo de Sujeto Social adecuado
para su mantenimiento y reproducción, ya que de lo contrario no puede mantenerse;
2.- para ello todas las formaciones sociales han apelado, a lo largo de sus
historias, a diversas instituciones (familia, religiosas, educativas, etc) que, de manera
articulada entre sí, cumplen ese objetivo;
3.- casi siempre una de tales instituciones ha tenido un rol hegemónico: las
religiosas lo han sido en determinadas épocas, el aparato educativo lo sería actualmente
en la perspectiva analítica y teórica de Althusser, pero muchos estudiosos destacan que
3
GUINSBERG, Enrique, Control de los medios, control del hombre. Medios masivos y formación
psicosocial, 1ª ed., Nuevomar, México, 1986; 2ª ed. Pangea Editores/Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, México, 1989, 3ª ed. (ampliada y con nuevos artículos), Plaza y Valdés,
México, 2005. Un desarrollo mucho más amplio de lo planteado en este artículo, y muchos otros
aspectos no planteados en ella, se encuentran en este libro.
1
son los medios los que cumplen tal tarea hace varias décadas (sobre todo desde el
surgimiento y desarrollo de la TV), incrementando ese rol ante la vertiginosa evolución del
campo electrónico. A tal conclusión se arriba por múltiples motivos, entre ellos la llegada
masiva de la TV desde la primera infancia (de manera directa y a través de familiares y
amigos), el mayor tiempo comprobado que los niños están frente a la pantalla en relación
a la escuela (con mayor razón en sociedades o clases donde es baja la concurrencia a
esta última), la mayor penetración de ésta no en lo referente a la educación formal pero sí
en términos cultural-ideológicos generales, etc. Importancia cuantitativa y cualitativa que
se mantiene en períodos evolutivos posteriores de la vida (adolescencia, adultez);
4.- como ya fuera indicado, esto último de manera alguna implica la desaparición
del papel central de la familia (y la importancia de otras instituciones), pero sí que la
función de ellas se encuentra vinculada, articulada -y en algunos casos hasta mediatizadapor unos medios omnipresentes 4 ;
5.- por todo lo señalado resulta evidente que un estudio global como el enunciado
no puede realizarse desde los campos cerrados de las disciplinas teóricas, sino desde
una perspectiva transdisciplinaria, es decir viendo el problema como una totalidad y más
allá de las disciplinas (sin negar las aportaciones y conocimientos de éstas).
Dada tal importancia es lógico pensar que hoy los medios aportan de alguna forma
-junto a la familia- al proceso de constitución del Sujeto Psíquico: en términos
psicoanalíticos colaborando en la formación del Yo (al presentar y difundir ideas e
imágenes de una "realidad"5 y modelos identificatorios), del Superyo (en definitiva siempre
4
No se olvide que son ya muchos los casos donde los medios actúan como tele o radioescuelas,
por ellos se difunden actos religiosos, etc.
5
El entrecomillado de "realidad" es porque muchas veces la que se presenta es una visión,
distorsión e incluso falseamiento (parcial o total) de la misma, tal como ha sido y es denunciado y
estudiado en comunicación y ciencias sociales. Se considera que una presentación de la "realidad"
se ofrece en todos los contenidos emitidos (diversiones, ficción, etc) y no sólo en los noticiosos.
1
aparecen determinados planteos éticos y morales, congruentes con los dominantes, con
sus consecuentes premios y castigos), promoviendo fantasías y satisfacciones
sustitutivas a deseos no permitidos, etc6 .
Con base en las puntualizaciones anteriores es ahora posible entrar al tema
concreto de este trabajo, aunque esto implica desde el inicio también un problema muy
serio y tal vez (o seguramente) no solucionable: el que determinó el entrecomillado de los
términos "salud mental" y "locura" desde el mismo título. Porque ¿es acaso posible definir
y/o conceptualizar de manera clara y no polisémica ambos términos, sobre todo el
primero? Al no ser tampoco posible debatir tan serio y fundamental problema en este
escrito -ya trabajado en otros textos 7- baste con reiterar no sólo la conocida polémica
respecto a qué se entiende al respecto, como la peligrosidad que implica un uso que lleva
tanto a formas de control social como a falsas creencias de que se está hablando de lo
mismo cuando no siempre ocurre así.
Usando entonces ambos términos aunque sin aceptarlos (sobre todo el de "salud
mental") -de allí el constante entrecomillado- veamos la incidencia de los medios al
respecto a niveles colectivos, es decir no lo que pueden significar en casos individuales
específicos, sino en relación a lo que de manera muy genérica se conoce como
"identidad" de un marco social, "carácter social" para Fromm, "personalidad básica" para
Kardiner, etc. (todos ellos conceptos tampoco muy claros pero que dan una idea general
de lo buscado).
De entrada hay que aclarar que lo aquí buscado trata de no caer en las conocidas
6
Un desarrollo mucho más amplio de cada uno de estos puntos se encuentra en el libro Control de
los medios... ya citado.
7
Un desarrollo amplio se encuentra en GUINSBERG, Enrique, Normalidad, conflicto psíquico, control
social, Plaza y Valdés/Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, México, 1ª ed. 1990, 2ª ed.
1996, y en La salud mental en el neoliberalismo, Plaza y Valdés, México, 1ª ed. 2001, 2ª ed. 2004.
1
formulaciones críticas de tipo apocalíptico respecto a los medios, en las que se acusan a
estos de prácticamente todas las consideradas perturbaciones o fallas del hombre
contemporáneo. Si bien el presente planteo parte de una visión crítica sobre el rol de los
medios actuales -que no es su esencia sino la de sus usos presentes-, esta visión crítica
no debe confundirse con los simplismos en que caen tales comentarios rudimentarios.
Respecto a la vinculación de los medios con la "salud mental" puede decirse
mucho menos que en torno a su rol en lo referente a la "locura". Cuanto más que fomenta,
intensifica y refuerza comportamientos, actitudes, pensamientos -formas de vida en
suma- acordes con el llamado criterio estadístico de "salud mental", es decir apoyando la
congruencia con la "normalidad" como casi (o del todo) sinónimo de adaptación a las
normas establecidas; y, a la inversa, reprobando todo lo que de alguna manera se le
oponga. En este sentido los medios, con escasísimas excepciones que confirman la regla,
actúan como nítidos agentes del conformismo e instrumentos del control social. En muy
pocos casos -publicaciones, radios o televisoras de grupos minoritarios o marginales en
lugares donde estos pueden acceder a aquellos- existe la posibilidad del planteamiento de
posturas diferentes, las más de las veces (en medios religiosos, por ejemplo) acordes
con criterios normativos de "salud mental" (o sea tomando como eje las normas propias
de los grupos que las emiten y norman sus relaciones, formas de vida, etc).
En lo anterior queda notoriamente marcada la ya señalada dificultad de una
definición absoluta, unánime y científica de "salud mental", que de manera algunas veces
manifiesta y mucho más frecuentemente de manera implícita en los medios se equipara
con "normalidad", estigmatizándose todo lo que se considere "raro" y opuesto a la misma,
catalogado por tanto como "loco" o "enfermo". Sobre esto ya mucho se ha dicho a lo largo
de la historia, destacándose en las últimas décadas los trabajos del movimiento de
alternativas a la psiquiatría, de Foucault, etc. De cualquier manera es pertinente rcordarlo
1
porque hoy los medios son los principales difusores masivos de opiniones de tales
características, aunque no a través de debates o programaciones académicas sino
mediante lugares comunes, expresiones directas o en "doble mensaje", sugerencias
indirectas, gestos, etc. en telenovelas, comentarios en programas de todo tipo, etc. Es así
que de hecho aparece como "loco", marginal o diferente -o sea lo contrario de "sano"quien no acepte determinada moda o idea dominante.
El problema de la producción de "locura", "enfermedad" o problemáticas psíquicas
a través de los medios puede ser considerado, en principio, desde tres perspectivas
distintas aunque no incompatibles y sí articulables entre ellas. Aunque debe quedar claro
que tales "efectos" no son intencionalmente buscados sino surgen como consecuencias
de las contradicciones inherentes a las características de los distintos sistemas sociales,
resultando a veces incluso perturbadores o molestos para el propio marco que los
produce.
Un primer concepto teórico a utilizar -que surge de la filosofía y de la sociología- es
el de alienación o enajenación, con antecedentes en Hegel, Feuerbach, Marx, Hess, etc.,
que hace referencia a la pérdida de algo propio del hombre y su depositación en otras
instancias convertidas en poseedoras de lo sustraído a aquel.
Si bien, y extrañamente, este concepto está muy poco trabajado en las diferentes
teorías psicológicas, su valor es grande para no pocos estudiosos. Y en cuanto a la
influencia de los medios no es casual que una de las principales acusaciones que se les
hacen es ser precisamente "alienantes" (aunque las más de las veces en el ya mencinado
sentido "apocalíptico"). Tanto por la entrega que se produce en amplísimos sectores de
receptores, por la identificación con el medio en sí y con sus protagonistas, como con
diferentes programaciones o productos promocionados. Puede también vincularse
alienación con identificación: una ligazón donde la introyección de contenidos (de figuras
1
admiradas, roles-modelos, mercancías, etc) significa colocar la propia identidad (o
aspectos de ésta) en tales figuras y objetos teniéndolos dentro de uno mismo, es decir la
presencia de "otros" internalizada.
Este fenómeno alienatorio alcanza sus máximas dimensiones a través del
permanente mensaje publicitario8 -se vale por lo que se tiene o usa-, y por la marcada
difusión que los medios hacen de otro fenómeno, el deporte, que si bien de por sí no tiene
por qué serlo, hoy actúa en tal sentido de manera muy amplia.
El segundo marco teórico para abordar el problema es el psicoanalítico y se vincula
al principio de realidad y su importancia en la diferenciación entre estructuras neuróticas y
psicóticas. Es conocido que el psicoanálisis plantea que la formación yoica se produce al
pasar el sujeto del principio del placer al de realidad, así como que la diferencia central
entre las estructuras citadas tiene que ver con la forma con que la persona se relaciona
con la realidad.
Si hoy se reconoce que los medios son la fuente principal de presentación de
realidad, llegando a afirmarse desde puntos de vista distintos que incluso en ellos se
construye la realidad 9 , ¿qué ocurre cuando ofrecen una realidad parcial o totalmente falsa
o distorsionada, tal como ha sido y es constantemente denunciado, y cuando la forma de
presentarla es no global sino fragmentaria?
Lo primero obviamente no es casual ni accidental sino responde tanto al
ofrecimiento por parte de los medios de sus particulares visiones sobre qué ocurre y por
qué, como a manifiestas intenciones de producir tal distorsión y/o falseamiento:
recuérdese que el hombre piensa y actúa en función de su idea de realidad, por lo que
8
Sobre la estructura y función de la publicidad, incluyendo lo aquí señalado, véase GUINSBERG,
Enrique, Publicidad: manipulación para la reproducción, Plaza y Valdés/Universidad Autónoma
Metropolitana-Xochimilco, México, 1987 (reimpresión en proceso, 2006).
9
Véase VERON, Eliseo, Construir el acontecimiento, Gedisa, Buenos Aires, 1983, y WATZLAWICK,
Paul, ¿Es real la realidad?, Editorial Herder, Barcelona, 1981.
1
gran parte de la llamada "colonización de las conciencias"10 y del control social pasa
precisamente por el manejo de la "realidad" que se ofrece. En estos casos no hay una
pérdida de realidad sino una sustitución de la misma, con los resultados señalados
respecto a formas de pensar, actuar, etc.
Similares distorsiones surgen como consecuencia de la forma de presentación de
la realidad. Por razones técnicas no evitables (transmisión por TV de un partido de fútbol
por ejemplo), o por motivos intencionales (con conciencia o no de ello), se ofrece una
parte del acontecimiento o de la explicación del hecho, de manera tal que el receptor no
percibe la totalidad, con la distorsión que esto implica. En muchos casos se pierde así la
imprescindible noción de globalidad al percibirse partes aisladas y separadas, lo que
muchas veces se busca intencionalmente para que no capte o haya toma de conciencia
de vínculos o causas-efectos, impidiéndose o dificultándose de esta manera la producción
de cambios en lo que se busca que quede como está. Es para preguntarse en que medida
esta tendencia a la fragmentación dominante en los medios contemporáneos no es parte
sustancial en la promoción de las tendencias esquizoides existentes en el presente y que,
por lo visto, resultan convenientes y útiles -en tanto controladas- para el mantenimiento de
las formas de dominación.
Por lo señalado resulta incuestionable la participación de los medios en el proceso
"salud"/"enfermedad" mental. Al respecto se produce una situación paradójica y confusa:
si deben conceptuarse como psicóticas o neuróticas a las personas que en distintos
grados pierden el sentido de realidad, ¿ello es válido para niveles masivos al consideran
que lo que creen como tal porque así se lo dicen en realidad no lo es, o lo es
parcialmente? La respuesta a esta problemática no sólo es muy difícil sino indica una vez
más la necesidad del estudio y debate tanto sobre esta cuestiones como acerca de las
10
EUDES, Y, La colonización de las conciencias, Gustavo Gili, México, 1984.
1
mismas nociones de "salud", "normalidad", "enfermedad", etc.
Un tercer y último aporte teórico sobre el tema parte de la Teoría del Doble Vínculo
de la escuela de Palo Alto de California que, en líneas harto generales, plantea un proceso
consistente en: 1) existen dos o más personas, una de las cuales es la "víctima"; 2) se
trata de una experiencia repetida y constante, o sea que es una situación habitual y no
ocasional; 3) en la misma se produce un doble mensaje: por un lado una instrucción
primaria y por otro una secundaria que contradice a la primera en un nivel más abstracto,
reforzada esta por amenazas o castigos (muchas veces comunicada por medios no
verbales); 4) una instrucción terciaria que prohibe o no permite escapar del campo del
proceso11 .
Es cierto que los autores hacen referencia de manera exclusiva al campo
microsocial de la familia como campo de producción de la esquizofrenia, pero -sin
transpolaciones mecánicas- es importante comenzar a pensar en un "doble vínculo" a
niveles macrosociales que llevaría a la creación de un estado esquizoide a niveles
masivos.
De las cuatro partes del proceso tres son bastante obvias en lo referente a los
medios: es una experiencia a niveles masivos que se mantiene a través de toda la vida y
de la que resulta difícil o imposible escapar (al contario, en general resulta placentera). En
cuanto al punto central, resulta notoria la sistemática contradicción entre múltiples
mensajes manifiestos y latentes que los medios ofrecen de una manera generalizada. Si
bien los ejemplos son constantes y en todos los terrenos, tres pueden servir como
ejemplos paradigmáticos: 1) frente a los constantes llamados a formas democráticas la
estructura de la mayor parte de los medios es vertical y autoritaria, no pemitiendo ni
11
BATESON, Gregory, JACKSON, Don, HALEY, Jay, WEAKLAND, John, "Hacia una teoría de la
esquizofrenia", en el libro de varios autores, Interacción familiar. Aportes fundamentales sobre teoría
y técnica, Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1971.
1
posibilitando el diálogo y la real comunicación con los receptores (cuando de alguna
manera esto último existe muchas veces es limitado o una apariencia: por ejemplo
publicación de cartas de lectores o llamadas por teléfonos abiertos pero selectivas en
ambos casos); 2) frente al también constante llamado manifiesto a la solución de los
problemas por vías pacíficas y legales se contrapone el uso de una permanente violencia,
generalizada en programas y series de alto éxito, en los cuales los superhéroes (de ficción
o reales como en la guerra del Pérsico) implícitamente señalan cual es el camino del
triunfo, sin objeciones respecto a que ello implica la violación de normas morales y legales;
3) en lo referente a la sexualidad ocurre algo parecido, presentándose permanentemente
una especie de doble código: por un lado (sobre todo, pero no exclusivamente, en
anuncios publicitarios y en algunas películas) se rompe con la moral y tabús tradicionales
a través del placer y el éxito que se obtiene con el erotismo, mientras por otro lado (con
frecuencia en los mismos programas) en los que se resalta que quienes actúan de tal
manera terminan condenadas moral y prácticamente.
Por supuesto que lo planteado es sólo un resumen y un inicio que requiere de una
mucho mayor elaboración y profundización, lo mismo que la incorporación de aportes aquí
no hechos. Pero dada la importancia actual de los medios, y frente a la glorificación de los
mismos que tantas veces se hace, es necesaria la continuación y desarrollo de estudios
teóricos y de campo respecto a temas como los aquí señalados.
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