PRIMER CONGRESO DE LOS MOVIMIENTOS ECLESIALES Y NUEVAS COMUNIDADES EN AMÉRICA LATINA APORTACIÓN DE LA INSTITUCIÓN TERESIANA Bogotá, del 9 al 12 de marzo de 2006 INDICE PERFIL EDUCATIVO Y EVANGELIZADOR DE LA INSTITUCIÓN TERESIANA “Cómo hacer discípulos y testigos del Señor con el carisma de la Institución Teresiana” 1.- Una mirada a San Pedro Poveda, Fundador de la Institución Teresiana 2.- Aspectos fundantes del planteamiento educativo de la Institución Teresiana 3.- Programa de Formación y Conocimiento de la Institución Teresiana 3.1. Presentación 3.2. Por qué este Programa 3.3. A quiénes va dirigido 3.4. Elaboración e implementación del Programa 3.5. Planteamientos Básicos 3.5.1. Una formación desde la vida y para la vida 3.5.2. Una formación atenta a la vida espiritual 3.5.3. Una formación atenta a la reflexión sobre la fe 3.5.4. Centrada en la persona 3.5.5. Integradora 3.5.6. Vivida en proceso 3.5.7. Definida y Abierta 3.5.8. Que crea pertenencia comunitaria A modo de síntesis 4.- Desarrollo y Fases del Programa de Formación y conocimiento de la Institución Teresina 4.1. Objetivos 4.2. Ejes, bloques y Unidades de Experiencia 4.3. Metodología de cada Unidad de Experiencia 5. Conclusión PERFIL EDUCATIVO Y EVANGELIZADOR DE LA INSTITUCIÓN TERESIANA Cómo hacer discípulos y testigos del Señor con el carisma de la Institución Teresiana 1.- Una mirada a San Pedro Poveda, Fundador de la Institución Teresiana La Institución Teresiana es una Asociación de Fieles de Derecho Pontificio fundada por San Pedro Poveda Castroverde en España en el año de 1911. La misión de la Institución es diálogo FeCulturas en las mediaciones culturales y educativas. Para intentar presentar la dimensión educativa y evangelizadora de la Institución Teresiana hemos de mirar a Pedro Poveda Castroverde (1874-1936). No podemos dejar de ver su vida como una existencia que ha dejado huella en la cultura contemporánea. Porque, en expresión de Loreto Ballester, actual Directora General de la Institución Teresiana, él no fue un espectador de la historia. Le preocupó el peligro de que algunos se apropiaran de este derecho y esta responsabilidad. ¿Por qué esa preocupación y ese compromiso? Porque fue un convencido defensor de la dignidad de cada ser humano y de cada pueblo. Con una convicción que no era fruto de un convencimiento teórico, sino de la fe en Jesús de Nazareth que nos hace hermanos. Como casi todos aquellos que han recibido la misión de abrir caminos destinados a perdurar, su personalidad es rica y compleja, y su acción, lo que proyectó y lo que realizó, se escapa a un análisis simple. Es necesario unir rasgos: identificado con su ser de sacerdote y convencido del papel de los laicos; comprometido en lo concreto y oteando siempre los horizontes; dotado de gran vigor y tolerante hasta el límite; arraigado en el misterio del Crucificado y propulsor de la alegría como ambiente educativo; convencido de la responsabilidad del estudio y con la sencillez de quienes se reconocen hijos de un único Padre; capaz de implicar a muchos y de crear adhesiones a sus propuestas, generando así participación, cooperación e iniciativa. Cristianos con diversas llamadas dentro de la comunidad eclesial, sacerdotes y laicos, encuentran en Pedro Poveda claves para vivir y actuar en una sociedad en la que es difícil encontrar personas coherentes con sus propias opciones, hasta dar la vida si es preciso. Cuando Pedro Poveda, un joven sacerdote, lleno de sueños y entusiasmo, empezó su acción evangelizadora en las cuevas de Guadix, Granada, España, en los inicios del siglo pasado, no podía imaginar el desarrollo futuro de sus intuiciones y búsquedas. Su experiencia educativa y evangelizadora es tan rica y profunda que de ella podemos seguir extrayendo pensamiento y visión para el siglo XXI. A lo largo de su vida sus primeras ideas, sus primeros proyectos orientados a articular evangelización, educación y promoción social fueron madurando, adquiriendo distintas concreciones y desarrollos. Sus sueños, proyectos y acciones, semilla sembrada en buena tierra ha dado muchos frutos. Porque cuando la semilla cae en cada pedazo de tierra que la acoge, se hace una con ella, y sin perder su identidad más profunda, adquiere al germinar la riqueza de la tierra en que ha sido sembradai. La intuición profética de Pedro Poveda que nace de la realidad de Guadix, y de la mirada ancha y profunda a la realidad de su tiempo desde las montañas de Covadonga, Asturias, es semilla, y punto de referencia fundamental para lo que hoy llamamos la Propuesta Socioeducativa de la Institución Teresiana. La Institución Teresiana surge de la visión de Pedro Poveda en relación al papel del laicado en la Iglesia. Avanzándose a desarrollos posteriores, concedió gran importancia a la acción coordinada de los cristianos para hacer más efectivo el diálogo de éstos con la sociedad, en aquellas cuestiones existenciales y culturales que afectan al modo de entender lo humano y, por tanto, lo cristiano. Han pasado cien años. La semilla lanzada en Guadix hoy está presente en distintas partes del mundo. En América, Europa, y Asia. En diferentes países, pueblos y culturas. En cada una de estas realidades generadora de vida, de mucha vida, de gran dinamismo y generosidad en la continua búsqueda de proyectos y acciones que articulan evangelización, educación y promoción social. El núcleo de la espiritualidad del fundador es la experiencia del Dios encarnado, experiencia singular que se hace don para la Iglesia y para el mundo. Esta experiencia genera y se concretiza en un "género de apostolado"iique busca la humanización en un contexto deshumanizador que se impone y busca respuestas. Se trata de una misión que desde sus orígenes se caracteriza por su apertura al mundo, a las personas, a los más necesitados, a las culturas marginadas, a las religiones. Una misión entendida como presencia formativa y educadora, sean cuales sean los campos concretos en que se lleva a cabo. La espiritualidad de la Institución Teresiana, siguiendo en fidelidad su carisma fundacional, está anclada en la experiencia cristiana, en el misterio de la Encarnación, en la centralidad de la persona de Cristo como camino de humanización y de santificación. Así lo expresa Pedro Poveda: "la encarnación bien entendida, la persona de Cristo, su naturaleza y su vida, dan para que lo entiende, la norma segura para llegar a ser santo, con la santidad más verdadera, siendo al propio tiempo humano, con el humanismo verdad".iii Es decir creer en el Dios Encarnado es creer en Jesús con sus opciones, actitudes y práctica. Es acoger su vida en nuestra vida, descubrir y abrir espacios a las huellas de Dios en nuestras vidas, al Espíritu de Jesús que nos habita. Por ello los seguidores de Poveda queremos que el Espíritu del Señor nos dirija, nos inunde y con Él y por Él vivamos la vida de Cristo en nuestras propias coordenadas históricas. La identidad laical de nuestra Institución nos define como miembros activos de la comunidad eclesial y en ella, nos sentimos enviados con una misión confiada. Poveda pide a los miembros de la Institución que la vida familiar, la profesión y la responsabilidad ciudadana sean vividas en el horizonte de la vocación cristiana y tengan como ejemplo la misma dinámica de los primeros cristianos quienes, como dice la carta a Diogneto, no se distinguían de los demás hombres “ni por su tierra, ni por su habla, ni por sus costumbres (...) sino que, habitando ciudades griegas o bárbaras(...) y adaptándose en comida, vestido y demás géneros de vida a los usos y costumbres de cada país, daban muestras de un tenor de vida superior y admirable y por confesión de todos, sorprendente"iv. La frase "un tenor de vida superior" puede herir la sensibilidad pero la limitación del lenguaje y los usos de la época siempre son susceptibles de mejorar. Lo que podemos entender hoy día es que la vocación cristiana imprime a nuestra vida un talante interior, un ser "comunes en lo exterior y singulares en lo interior"v. Lo que se pide ineludiblemente a los miembros de la Institución teresiana es ofrecer una vida que se vive como vocación ya que ella debe imprimir la presencia del Espíritu en todo lo que pretendan hacer. El modo de presencia en la sociedad y en la Iglesia es el horizonte en el que las personas de la Institución prueban su amor a Dios y el compromiso fraterno con la humanidad, pero si esta presencia sea en la profesión o en otro modo de acción no está informada por el Espíritu, pierde su esencia, su razón de ser, su fecundidadvi. Desde los distintos ámbitos hay que ensanchar espacios para la transmisión y vivencia de la fe. Poveda en su momento convoca a personas seglares y descubre en los centros educativos y de cultura donde tiene lugar la formación de personas y el intercambio de ideas, el lugar más idóneo para una entusiasta siembra evangélica. A este intercambio y diálogo con la palabra de Cristo, invita persuasivamente Poveda: "Tener fe y enmudecer no es posible, por esto hay que hablar", derramar la palabra en los surcos, es la única posibilidad de que arraigue. Este era el encargo que el mismo Cristo confía a quienes lo siguen, atravesando siglos: "Id y predicad el Evangelio a todos". Esta persuasión afirma en Poveda la idea de confiar el anuncio evangélico a la cristiandad seglar, dinamizada por el avance cultural del momento. Desde esta perspectiva la Institución Teresiana atenta a la misión confiada por la Iglesia y a la palabra de Poveda:"ved la misión que se os confía", tiene en cuenta los distintos ámbitos para formar discípulos y testigos del Señorvii, 2.- Aspectos fundantes del planteamiento educativo de la Institución Teresiana - Reconocimiento del valor sagrado de cada persona. Educar es siempre un proceso dinámico, un proceso de crecimiento personal y social en el que se deben participar todas las personas que intervienen en dicho proceso. Se respeta y promueve todos los valores personales y sociales, importando tanto cada persona, cada hombre o mujer, como la sociedad que pueden construir. "La verdadera educación debe distinguirse por su carácter eminentemente humano y consiste en ayudar a los que han de vivir una vida verdaderamente humana" viii. - Se ha de partir de un lúcido, riguroso y crítico análisis de la realidad social. El Dios que entra a la historia humana haciéndose hombre es el lugar teológico y epistemológico para dialogar con el propio tiempo. "Yo que tengo la mente y el corazón en el momento presente"ix nos dice Poveda orientándonos a la práctica de una Pedagogía contextualizada. - Una educación que favorece ecosistemas educativos para crear climas y ambientes propicios. Es decir, generar una red de relaciones entre las personas con el ambiente como un todo en el que la mutua referencia y el afecto movilizan sinergias de crecimiento y creatividad. Uno de los retos actuales es entrar en diferentes espacios de producción de la información y generación de conocimiento, de reconocimiento de identidades y de prácticas sociales y culturales. - Valentía y capacidad creativa para reinventar la escuela. Una escuela que se convierte en un espacio de búsqueda, construcción, diálogo y confrontación, placer, desafío, descubrimiento de diferentes posibilidades de expresión y lenguaje, aventura, riesgo, practica de ciudadanía, afirmación de la dimensión ética y política de todo proceso educativo. - Personalización de los procesos educativos. "Ha de procurarse que cada persona dé de sí todo lo bueno que pueda dar"x. Ser persona para Pedro Poveda es algo muy profundo, no lo reduce al nivel psicológico, supone una dimensión espiritual, ética y cultural. Exige promover un proceso de interiorización que no aísla del mundo y sí incorpora la dimensión social, promover en los procesos educativos la articulación entre igualdad y diferencia. Se ha de tener en cuenta por tanto la relación entre personalización e interculturalidad. Poveda nos ofrece algunas claves de personalización, valoración positiva de cada persona, promoción de la autoestima, acompañamiento, clima educativo de expansión, participación, afecto y libertad, así como un horizonte abierto a la solidaridad y a la trascendencia xi. - Educabilidad de cada sujeto. Las posibilidades de que la persona humana pueda crecer, desplegarse, en definitiva educarse es algo que Poveda miró siempre con hondo sentido humano y educador. "En muchas que parecen exteriormente vulgaridades, hay verdaderos tesoros, y esos tesoros quedan la mayoría de las veces sin descubrir" xii. - La centralidad del educador: "Dadme una vocación y yo os devolveré una escuela, un método y una Pedagogía”xiii En la escuela de Poveda sin contar con los educadores no se puede dar un paso si se quiere que la labor sea provechosa. El educador comprometido con la escuela de Poveda está llamado a ser un intelectual. Su dedicación al estudio debe ser connatural al compromiso con la fe y se ha de traducir en el compromiso social. Constituye una práctica a ser desarrollada a lo largo de toda la vida en la perspectiva de la formación permanente. La formación del educador, su dignificación y reconocimiento social, su autonomía y organización profesional es una tarea que cada vez concentra más las energías y acciones constantes de la Institución Teresiana. - Una antropología basada en el humanismo cristiano. Que cada persona logre vivir una verdadera vida humana. Para Poveda la fuente última de la dignidad de cada persona es su singular relación con Dios. Por ello tendrá siempre muy clara la necesidad de "comenzar por henchir de Dios a los que han de vivir una verdadera vida humana" xiv Es desde este lugar teológico que hay que situar la tarea humanizadora de la educación. Humanizar no es una tarea abstracta. Es un dinamismo que afecta cotidianamente el sentido trascendente de la vida, la vivencia de ideales y valores, cuerpos, emociones, deseos, ideas, sensibilidades, compromisos. Por ello toda tarea educativa de la Institución Teresiana se propone desarrollar una pedagogía transformadora que está atenta al diálogo fe-culturas-justicia, y que por lo tanto exige promover la inculturación de la fe, la experiencia religiosa, la conciencia eclesial y el diálogo interreligioso. - Educar para la ciudadanía. Formar ciudadanos y ciudadanas es promover una mayor calidad de vida para todos; implica forjar una cultura democrática y fortalecer el sistema democrático tanto en el ámbito político como en el plano de la vida cotidiana de las personas. Una cultura de justicia, paz y solidaridad que abre espacios para la libre determinación de las personas, de los grupos y de los pueblos. Una manera de vivir basada en el respeto a las personas, en la afirmación de la dignidad y de la igualdad de derechos de todos, en el reconocimiento de la diversidad cultural y religiosa de nuestros pueblos. 3.- Programa de Formación y Conocimiento de la Institución Teresiana Es un Programa elaborado por el Departamento General de Formación que se presenta a modo de ejemplo de los itinerarios formativos que desarrolla la Institución. 3.1. Presentación La Institución Teresiana, en la Asamblea General del año 2000, ha recibido la llamada a vivir con nuevo dinamismo la misión y a reconocer que es tiempo de asumir con renovado impulso nuestra responsabilidad como asociación de laicos en la Iglesia y en el mundo. Esta responsabilidad y esta llamada conllevan, y así ha sido desde los comienzos de la Institución, vivir una vida espiritual intensa y estar en el mundo siendo fermento, en medio de las condiciones ordinarias de la vida social, profesional y familiar. Conlleva también el unir fuerzas con otros y especialmente entre los cristianos. Como miembros de una asociación laical que ha recibido un carisma específico, estamos llamados a enriquecer la Iglesia. Nuestra presencia en la Iglesia nos permite, entre otras posibilidades, contribuir muy especialmente a la formación del laicado y de los agentes pastorales. xv El Programa de Formación y Conocimiento de la Institución Teresiana busca dar apoyo a la misión evangelizadora de la Institución, quien contribuye desde su carisma específico - una presencia humanizadora y transformadora que encuentra en el misterio de la Encarnación la fuente que inspira su ser y estar en el mundo- a la realización del Reino de Dios en la historiaxvi. Con este Programa la Institución Teresiana se propone, una vez más, a la escucha de Pedro Poveda - la formación es el único tesoro de toda vuestra vida...necesidad de formación sólida para actuar en el mundo - y acogemos el desafío de la formación que nos demanda la misión hoy. Será un instrumento válido para hacer crecer la potencialidad evangelizadora de la Institución y contribuir a que haya nuevos y mejores operarios para la mies. 3.2. Por qué este Programa Porque toda la Institución está llamada a expresar con claridad el carisma que nos ha convocado y nos envía al mundo. Porque el momento presente nos urge a unir fuerzas con otros para dar respuestas a los nuevos desafíos. Porque la evangelización de nuestro mundo reclama más brazos, más y mejor coordinación, más audacia para el anuncio y una mejor preparación para trasmitir la fe con un lenguaje inteligible para nuestros contemporáneos. Porque posibilita abrir nuevos horizontes a la misión Porque queremos responder al compromiso de planes y acciones concretas en la formación de las personas que participan y/o colaboran en los proyectos y programas que la Institución Teresiana realizaxvii. 3.3. A quiénes va dirigido Este Programa tiene una intencionalidad clara: ofrecer un itinerario formativo a las personas que se acercan o están ya en contacto con la Institución Teresiana, colaborando y participando en proyectos y/o espacios animados por ella. En unos casos se trata de personas que tienen una trayectoria de vida en los grupos de las Asociaciones ACIT (Asociaciones Cooperadoras de la Institución Teresiana), caminando con los miembros de estas asociaciones y participando de distintos modos de la espiritualidad y misión de la Institución. En otros casos son personas que sintonizan con la Institución y de alguna manera, colaboran en sus fines. Estas personas integran, de algún modo, el amplio Movimiento Institución Teresiana: movimientos juveniles, asociaciones de antiguas/os alumnas/os, profesores de los Centros, participantes y colaboradores de proyectos socio-educativos, familiares de los miembros. "La Institución Teresiana, con personas y grupos que se adhieren a sus fines y participan de sus actividades, impulsa el Movimiento Institución Teresiana" xviii Se dirige también este programa a las personas y grupos que convocadas por asociaciones y miembros de la Institución Teresiana desean y están dispuestos a hacer un camino de crecimiento personal y profundización en su fe y de conocimiento de la Institución Teresiana. En el primer caso se les ofrece un medio para llegar a un mayor conocimiento al que seguirá una preparación más específica y un proceso de discernimiento vocacional, encaminados a vivir una vinculación más consciente y activa en la Institución. En los otros casos se les ofrece con este programa, la posibilidad .de reconocer su llamada personal a construir el Reino de Dios y de reconocer en el Movimiento Institución Teresiana (MIT) el "lugar" donde vivir ese compromiso. En todos los casos se posibilita "cualificar y fortalecer la identidad de tantas personas que ya participan de proyectos animados por la Institución Teresiana" xix. 3.4. Elaboración e implementación del Programa El Departamento General de Formación siguiendo su forma de proceder ha contado para la elaboración de este programa con la valiosa colaboración de algunas personas que ya habían trabajado previamente en la formación y asesoría de las distintas asociaciones. Para la implementación del programa se facilita el material que incluye: El Bloque O que pretende como su título indica, favorecer el conocimiento mutuo entre los miembros del grupo y la constitución del mismo. Los Bloques de contenido para los participantes, integrados por varias Unidades de Experiencia. Los mismos Bloques con orientaciones metodológicas para los animadores del Programa. Estas orientaciones quieren favorecer y animar el avance en el proceso de crecimiento humano, en la fe y en la adhesión a la Institución. Asimismo se ofrecen Jornadas de Formación para los animadores y animadoras del Programa. 3.5. Planteamientos Básicosxx El objetivo de la formación para las personas que se acercan a la Institución Teresiana no es acumular conocimientos, sino estructurar el ser, el saber y el hacer desde la vocación personal concreta a la que hemos sido llamados/as. "Para que el dinamismo de la Encarnación conforme la totalidad del ser y para que la mirada contemplativa y la acción broten de él se hace necesaria una formación adecuada, y una actitud abierta a las interpelaciones del Espíritu en este momento histórico" xxi La formación que se plantea es un proceso que tiene las siguientes características: 3.5.1. Una formación desde la vida y para la vida La formación que se propone es una formación al servicio de una fe encarnada, vivida dentro de nuestro mundo, que debe ayudar a cuestionar e interrogar nuestra manera de ser cristianos. Con esto se afirma la dimensión crítica de la formación porque creemos que la novedad del Evangelio, la persona de Jesús, su mensaje, el carisma de Pedro Poveda, no se conjuga con el inmovilismo, con lo repetitivo, con lo ya visto y conocido. Esto nos llevará, gracias a los instrumentos críticos que hemos de utilizar (ciencias humanas, teología, ciencias sociales y políticas, pedagogías participativas, etc.) a que nuestros grupos sean escuelas de vida espiritual, grupos de reflexión sobre la fe, grupos en los que se profundice el sentido cristiano de la misión y de la evangelización. 3.5.2. Una formación atenta a la vida espiritual, es decir: Que favorezca una adhesión personal a Jesús Que enseñe a orar, a descubrir el gran tesoro de la oración al estilo de Teresa de Jesús Que ayude a tomar conciencia de la labor del Espíritu en nosotros y de su acción en el mundo. Con el estilo y las características de Poveda: la alegría, la tolerancia, la mansedumbre... 3.5.3. Una formación atenta a la reflexión sobre la fe, es decir: Que ayude a actualizar los contenidos de la fe, que haga la fe creíble. Que ayude a un conocimiento actualizado de la Biblia y de la tradición. Una formación que ayude a amar a la Iglesia, a vivir una pertenencia adulta y responsable de la Iglesia. Una formación en la que se produce el sentido cristiano de la misión y de la evangelización tal como la soñó Poveda, en una sociedad plural como es la nuestra. En definitiva una formación al servicio de una fe encarnada, una fe que se hace presencia, diálogo y tensión transformadora, como decía la XIV Asamblea General de la Institución Teresiana: una fe que es vocación, misión, encarnada en hombres y mujeres, apasionados por el Dios de Jesús y apasionados por la persona humana. Porque como dice Poveda: "Las obras son las que dan testimonio de lo que somos". 3.5.4. Centrada en la Persona El valor y la esperanza que Pedro Poveda pone en la persona es conocido de todos: "Dios hizo lo humano para perfeccionarlo y no para destruirlo...Yo quiero. Sí, vidas humanas...esas vidas no podrán ser cual las deseamos sino son vidas de Dios... ¿Pretender destruir lo humano? Jamás, es una quimera, ¿Intentar la perfección de lo humano por medios diferentes? Vano empeño" xxii La verdadera educación, la verdadera formación "debe distinguirse por su carácter eminentemente humano", y consiste en ayudar a los que han de "vivir una verdadera vida humana". Para Pedro Poveda la persona humana es un sujeto abierto al otro, a las cosas, a Dios y esta apertura le da posibilidades indefinidas. "Hoy nos resuena de un modo nuevo la invitación de Pedro Poveda a acoger y valorar todo lo humano, a mirar el mundo con simpatía y ternura, colaborando para crear espacios transidos de humanidad, a amar apasionadamente la vida y a cada humano, alentados por la esperanza"xxiii Centrada en la persona, una persona referida a Cristo. "De Cristo podemos copiar todos, sea cual fuere nuestro temperamento, edad, condición, sexo y carrera, y al imitarle no destruimos nuestro modo especial, dado por Dios, sino que lo elevamos y santificamos" xxiv. Una persona que se construye en la relación con otros, con el mundo y con Dios, formando parte de una comunidad y de pueblo. Decir que la formación que queremos está centrada en la persona es también afirmar que la persona es el agente de su propia formación, en una trayectoria original, única e irrepetible. "Tú has de ser siempre tú, procurando perfeccionar el tú tuyo, no imitando ni queriendo hacer otra cosa distinta de la que Dios creó".xxv Esto es incompatible con una formación rutinaria y repetitiva, es decir con la rutina de hacer siempre igual y de la misma manera, y se apoya sin embargo en la capacidad de dudar, de intentar, de ensayar, de aprender. La formación ha de sostener a las personas en el arte de amar, es decir: - Ayudarles a vivir su propia vocación - Que descubran lo que es el amor verdadero, sus etapas de crisis, de crecimiento. Acompañar los momentos de pruebas afectivas de los jóvenes, los esposos, los padres. - Tener una palabra actualizada de la visión bíblica y cristiana de la sexualidad, del matrimonio, del celibato. Otro aspecto importante es todo lo referente a la formación profesional, a la ética, al saber estar hoy en la diversidad de profesiones y trabajos. 3.5.5. Integradora Se trata de estructurar el ser, el saber y el hacer. Dicho de otro modo, se trata de formar personas hombres y no instrumentos eficaces. Para ello hay que buscar una buena articulación de los contenidos, las actitudes, las experiencias de vida, proponer espacios de contraste, de evaluación, de corresponsabilidad. Hay que trabajar las motivaciones del compromiso. Reflexionar sobre gestos concretos de solidaridad, de corresponsabilidad y volver a releer las experiencias vividas. Integrar quiere decir articular, poner en su sitio, abrir un espacio, dar sentido, dejarse habitar. Lo contrario sería oponer, yuxtaponer, imponer. Una formación integradora es la que nos hace capaces de dar sentido a las sorpresas porque hace personas libres, ágiles, con eje. 3.5.6. Vivida en proceso Hablar de procesos en la formación, quiere decir: - Poner al sujeto en camino de crecimiento, de progresión y por lo tanto, de discernimiento, de evaluación, de confrontación. Nada está logrado de una vez para siempre. - Significa considerar que el tiempo es un valor importante, y que la persona hace del tiempo su amigo. - Saber que el misterio Pascual forma parte integrante de su experiencia humana, de su experiencia creyente, de su experiencia de integración y compromiso con la Institución, y que el vivir de cada día se construye con momentos de vida y de muerte, con luces y con sombras, con éxitos y con fracasos, y que todo eso puede y debe ser experiencia formativa. - Considerar que tiene que haber un momento concreto en que cada uno discierne el compromiso al que se siente llamado por Dios en esta gran familia, sabiendo que como decía Pedro Poveda: "todos hemos de cooperar". 3.5.7. Definida y Abierta Hay un texto de Pedro Poveda de 1918 en el que al hablar de formación dice: "Aunque se reconozca que la diversidad de caracteres, cultura, etc. imprimen modalidades especiales que son inevitables, no queriendo ni mucho menos anular la personalidad propia, sino antes bien procurando perfeccionar la de cada uno, debe existir un algo sustancial, idéntico, para la formación de todos, y ese algo hay que definirlo bien para que todos lo sepan, lo enseñen y lo ejecuten. Si no salvamos eso sustancial, la Obra no llegará nunca a tener una fisonomía propia y definida" xxvi. La formación que se programa debe ser abierta. Tiene que estar lo suficientemente definida como para saber qué se quiere, qué objetivos nos fijamos, a qué público se dirige, etc. Afirmando a la vez, que toda la vida forma si se vive en la autoconciencia y desde la libertad y responsabilidad. Tiene que ser lo suficientemente abierta, como para no ser inamovible, ni estereotipada. Un proyecto de formación capaz de dejarse mejorar, completar, abierto a los nuevos reclamos de la sociedad, de la Iglesia, de la misión. 3.5.8. Que crea pertenencia comunitaria Nuestra llamada es una llamada que se dirige, como dice el Padre Poveda con palabras del apóstol Pedro: "A los que en algún tiempo no erais pueblo, mas ahora sois pueblo de Dios". Y sigue diciendo "Si antes de ahora no formabais un pueblo, una asociación, no teníais comunidad de intereses, de ideales, y de aspiraciones, ahora sois pueblo de Dios, porque Dios os juntó, Dios os llamó; en su nombre y para su gloria os reunió, su doctrina defendéis y son santos y comunes vuestros anhelos"xxvii. (24) Ese estilo de formación llevará a la creación de comunidades fraternas, vivas y abiertas dentro del gran Movimiento Institución Teresiana: - Que tomen en peso la vida cotidiana de las personas que la forman Sensibles a las realidades sociales. Donde se comparta la experiencia de Dios y se contraste la vida. Se reconozca el vivir la misión, como misión de la Iglesia Donde se viva vida de familia Donde se suscite el deseo de que otros vengan, vean y quieran vivir la misma misión, es decir, la misma pasión por Dios y por los hombres. A modo de síntesis: ¿Cómo se entiende el proceso formativo? Se parte de un planteamiento de la formación como desarrollo integral y progresivo de las personas concebido como un proceso que: - Se concibe desde la vida, la vida y durante toda la vida - Abarca lo cognitivo y lo vivencial, incorpora los aspectos intelectual, afectivo, físico y emocional de la persona. - Incluye lo individual, lo comunitario y lo estructural - Implica a la persona y se responsabiliza de su propio proceso a partir de la riqueza de su historia personal y experiencia de vida. - Requiere un acompañamiento a nivel personal y comunitario. - Ayuda a desarrollar un sentido crítico, lleva al compromiso en su propia realidad y a una conciencia de la realidad global. Lleva a las personas a descubrir su identidad, a crecer en su sentido de pertenencia al Movimiento Institución Teresiana. - Debe propiciar encuentros con personas que ofrezcan el testimonio de su vivencia como miembro de la Institución Teresiana. - Se vive en clave de discernimiento individual comunitario e institucional 4.- Desarrollo y Fases del Programa de Formación y conocimiento de la Institución Teresiana Se desarrolla la formación teniendo como referencia el siguiente programa: 4.1. Objetivos Los objetivos a trabajar son: - - Profundizar en el conocimiento de uno mismo y trabajar aquellas actitudes humanas imprescindibles para la vivencia de la vocación cristiana, tales como el diálogo, la escucha y la comunicación, el análisis crítico y constructivo de la realidad capaz de identificar los signos que pueden hacer avanzar el Reino. Reconocer en sí la llamada personal a construir el Reino de Dios en el mundo Reconocer en el Movimiento Institución Teresiana, el grupo humano donde puede afirmar personal y comunitariamente, la fe, contrastar la vida con el Evangelio y capacitarse para asumir los distintos compromisos a que le lleva su fe encarnada. Reconocer en la Institución Teresiana la comunidad eclesial, el lugar para vivir la misión en la familia, en el trabajo, en la vida política y social. 4.2. Ejes, Bloques y Unidades de Experiencia Ejes: Eje temático 1: Madurez humana y sentido de la vida Eje temático 2: Conocimiento y experiencia de fe Eje temático 3: Conocimiento y vivencia de la Institución Teresiana Bloques: Bloque 1: Identidad personal y vivencia de la Fe Bloque 2: Una misión, un modo de presencia en el mundo Bloque 3: Un proyecto hecho realidad Bloque 4: Nuestra Espiritualidad de Encarnación Bloque 5: Nuestro compromiso como laicos asociados Unidades de Experiencia Del bloque 1: 1.- Quién soy yo 2.- La historia de mi vida como historia de salvación 3.- Relaciones con los otros y con la realidad Del Bloque 2: 1.- La Institución Teresiana,¿qué sabemos? ¿Qué queremos saber? 2.- Misión de la Institución Teresiana: enfoques, programas, proyectos 3.- Un estilo de vida: Como los primeros cristianos Del Bloque 3: 1.- La intuición de Pedro Poveda 2.- Josefa Segovia, encarnación del espíritu de la Institución 3.- Victoria Diez, una figura singular 4.- ¿Qué es la Institución Teresiana? 5.- La Institución se hace vida en una realidad concreta Del Bloque 4: 1.- Una mirada contemplativa a la realidad 2.- Qué entendemos por espiritualidad 3.- Características de nuestro mundo 4.- La Encarnación bien entendida 5.- María, la Madre de Jesús 6.- Teresa de Jesús Del Bloque 5: 1- Compromiso transformador desde los contextos concretos de vida. 2- Laicos asociados en la Iglesia y en el mundo de hoy 3. El compromiso laical en la Institución Teresiana 4.3. Metodología de cada Unidad de Experiencia Se denomina Unidad de Experiencia a cada una de las situaciones que se han diseñado a partir del itinerario formulado en este programa. No son contenidos que se han de aprender sino vivencias sobre las que se reflexiona y que se iluminan desde el Evangelio, la oración, y desde la doctrina y espiritualidad de la Institución. Esto obliga a plantear situaciones que traigan la vida y vuelvan a la vida. El camino a recorrer en cada Unidad de Experiencia ha sido formulado teniendo en cuenta los planteamientos del programa: traer la vida, iluminarla, y poner la reflexión al servicio de la vida, integrando lo que se es, se sabe y se vive, favoreciendo la coherencia de lo que se piensa, se siente y se revela en los comportamientos. Se trata de realizar un proceso espiral, donde las experiencias se viven, se enriquecen, y se profundizan cada vez más. Nada queda terminado, cerrado. Se comparte, se deja atravesar por la mirada de Dios y se continúa el camino. Cada Unidad de Experiencia debe ser adaptada al contexto en el que se va a vivir. En ella se dan los siguientes pasos: - - Partir de la propia vida: la propia experiencia, lo que la persona piensa, siente, vive son el origen y el objetivo de los aprendizajes que se van a realizar en el programa de formación. Para reflexionar: se ofrecen textos que iluminan la propia vida y que ayuden a entrar en la comprensión de las motivaciones y de los intereses que están detrás de nuestras actuaciones, de modo más o menos consciente. Para compartir: tiempo para compartir que puede tener objetivos diversos para orar: Para poner en manos de Jesús lo compartido. Ayuda a que el grupo rece en común y a hacemos conscientes de la mirada de Dios que atraviesa nuestra vida. Síntesis de la experiencia y compromiso comunitario: Al final de la sesión se realiza una síntesis de lo vivido en el grupo, poniendo en relación el objetivo que se tenía con los aspectos fundamentales que han aparecido en el desarrollo y con los 5. Conclusión Siguiendo la inspiración de San Pedro Poveda los itinerarios formativos de discípulos y testigos de Cristo seguidos por la Institución Teresiana se basan en la espiritualidad de Encarnación que tiene en este Misterio la clave de su humanismo integral. Formar personas “eminentemente humanas y todas de Dios” al estilo de Teresa de Jesús y comunidades que como las de los primeros cristianos se sientan enviadas a testimoniar su fe y a transformar las realidades temporales con la fuerza del Evangelio. Esta clave inspira no solamente la formación de sus miembros y colaboradores sino toda su labor educativa en los diversos campos en los que desarrolla su labor misión. BIBLIOGRAFIA Ballester, Loreto “EDUCAR EN TIEMPOS DIFÍCILES - Propuesta Socioeducativa de la Institución Teresiana para América Latina”, 2002 ii Poveda, Pedro: Guadix - Escritos Espirituales, ITER EDICIONES, S. A. Madrid ,1968. pág 754 iii Estatutos de la Institución Teresiana, Art. 5 iv Carta a Diogneto v Poveda, Pedro: Boletín de las Academias Teresianas, 1916 vi Poveda, Pedro: Amigos Fuertes de Dios, NARCEA, S. A. DE EDICIONES, Madrid 1993,pág. 63 vii Juan Pablo II CRISTIFIDELES LAICI 1993, Cap.5 viii Poveda, Pedro: Alrededor de un Proyecto, Linares 1913 ix Poveda, Pedro: Boletín de las Academias Teresianas, 1916 x Poveda, Pedro: Consejos a las Profesoras y Alumnas de las Academias de Santa Teresa, Publicaciones del Archivo de la Institución Teresiana, 1986 xi Candau, Vera “EDUCAR EN TIEMPOS DIFÍCILES – “Propuesta Socio educativa de la Institución Teresiana para América Latina”, 2002 xii Ref.9 xiii Ref.9 xiv Poveda, Pedro: Itinerario Pedagógico - Estudio de Angeles Galino, CSIC, Madrid 1965 xv XV Asamblea General de la Institución Teresiana, “Nuestra Misión” Publicaciones I. Teresiana 2000 xvi Estatutos de la Institución Teresiana, Arts. 1,2 y 5 xvii XV Asamblea General de la Institución Teresiana, “Evaluación y Prospectiva” Publicaciones I. Teresiana 2000 xviii Estatutos de la Institución Teresiana, Art. 17 xix XV Asamblea General de la Institución Teresiana, “Mensaje de Clausura” Publicaciones I. Teresiana 2000 xx a) GALINO A. (coord.) Humanismo Pedagógico de Pedro Poveda. NARCEA S.A. DE EDICIONES , Madrid 2000; b) AAVV ATREVERSE A EDUCAR NARCEA S.A. DE EDICIONES , Madrid 1998 xxi Ref.17 xxii Poveda, Pedro: Amigos Fuertes de Dios, NARCEA, S. A. DE EDICIONES, Madrid 1993,pág. 94 xxiii XIV Asamblea General de la Institución Teresiana, Dcto. Espiritualidad de Encarnación Publicaciones I. Teresiana 1994 xxiv Poveda, Pedro: Amigos Fuertes de Dios, NARCEA, S. A. DE EDICIONES, Madrid 1993. pág. 89 xxv Poveda, Pedro: Escritos Espirituales, ITER EDICIONES, S. A. Madrid ,1968 pág. 672 xxvi Poveda, Pedro: Amigos Fuertes de Dios, NARCEA, S. A. DE EDICIONES, Madrid 1993, pág. 108 xxvii Poveda, Pedro: Amigos Fuertes de Dios, NARCEA, S. A. DE EDICIONES, Madrid 1993, pág. 99 i