Consejo de la Magistratura RESOLUCION Nº 359/09 En Buenos Aires, a los 20 días del mes de agosto del año dos mil nueve, sesionando en la Sala de Plenario del Judicial de Consejo la de Nación la “Dr. Magistratura Lino E. del Palacio”, Poder con la Presidencia del Dr. Luis María Bunge Campos, los señores consejeros presentes, y VISTO: El expediente 73/09, caratulado “Moran Ana Paula c/ Dra. Muleiro Elvira E. (Juzgado Federal N° 5 de la Seguridad Social)”, del que RESULTA: I. La presentación efectuada por la Dra. Ana Paula Morán, a efectos de formular denuncia contra la Dra. Elvira E. Muleiro, titular del Juzgado Federal de Primera Instancia de la Seguridad Social Nº 5, por su actuación iniciara en varios en su beneficiarios, considerado expedientes calidad en los de cuales arbitrariamente que la mandante la presentante de distintos magistrada limitar el habría acceso a la justicia de aquellos individuos, obstaculizando su acceso por estimar no habilitada la vía judicial por inexistencia de resolución denegatoria expresa del órgano administrativo (fs. 17/25). Las causas son: “Berenstam, Carlos Adolfo c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 49285/08; “Borgnino, Ricardo Agustín c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 20974/08; “Cordoba, Juan Carlos c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 48867/08; “Freitag, Renata Ana c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 54707/08; “García, José Atilano c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 51349/08; “Pautaos, Agustín Rafael Tobías c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 22969/08; “Sgariglia, Walter Rubén c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 51623/08; “Fenoglio, Iden Argentino c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 31476/08; “Leegstra, Héctor Mario c/ Anses s/ reajustes 1 varios”, expte. 31980/08; “Pantin Rivero, Manuel Raúl c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 34075/07; “Raffo, Ernesto Alberto c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 20778/08; “Saez, Andrés Manuel c/ Anses s/ reajustes varios”, expte. 33896/08. Manifiesta que ante cada nueva presentación de demanda de reajuste que realizaba, la Dra. Muleiro, contrariando la normativa expresa invocada por esa parte decidió, a criterio de la presentante, dictar resolución en cada uno de los casos insistiendo arbitrariamente en abusar del derecho con parcialidad manifiesta, vulnerando los principios de imparcialidad y administración de justicia. En tal sentido, sostiene que primero la Sra. Juez comenzó negando el acceso a la justicia de los jubilados bajo el arbitrario fundamento de considerar que sólo con el silencio de la Administración no se puede tener por habilitada la instancia judicial, basándose en que “de la redacción del nuevo art. 12, (de la que entien[de] se refiere al art. 12 de la ley 25.344 ya que V.S. en ningún momento lo aclara) en cuanto modifica el art. 31 de la LNPA, establece que sólo con el ‘silencio’ de la administración no se puede tener habilitada la instancia judicial’(causa 34075/07, 20974/08)” (fs. 18). Agrega que luego, en casos posteriores bajo la luz de un “nuevo criterio” “falto de argumentación jurídica” –a criterio de la presentante- dispuso que “las resoluciones de la Administración Nacional de la Seguridad Social podrán ser impugnadas ante los Juzgados Federales de Primera Instancia de la Seguridad Social de la Capital Federal, y ante los juzgados federales con asiento en las provincias, dentro del plazo de caducidad previsto en el artículo 25, inc. a) de la Ley 19.549, mediante 49285/08, 51623/08, demanda de 48867/08, 31476/08, conocimiento 54707/08, 31980/08, pleno…’ 51349/08, 20778/08, (causas 22969/08, 33896/08)”, es decir, dentro de los 90 días hábiles judiciales, contados desde su notificación (art. 25, inc. a) ley 19.549). 2 Consejo de la Magistratura Destaca que lo que sus mandantes intentan impugnar mediante demanda de pleno conocimiento, sería la denegatoria tácita configurada por cumplimiento de los requisitos exigidos por el art. 10 de la LNPA al reclamo de reajuste de haberes, con lo cual el plazo de 90 días hábiles judiciales debería contarse desde el vencimiento al plazo de pronto despacho, interpuesto para configurar el silencio administrativo, pero nunca a partir de la resolución que otorga el beneficio jubilatorio. Asimismo, dispone que “la indica demanda que el podrá art. 26 iniciarse de en la LNPA cualquier momento cuando el acto adquiera carácter definitivo por haber transcurrido los plazos previstos en el art. 10 y sin perjuicio de lo que corresponda en materia de prescripción” (fs. 18 vta.). Sostiene que la Dra. Elvira Muleiro, habría rechazado in limine la acción de cada parte, basándose para ello en el art. 2 de la ley 24.655 que para las causas enunciadas en el art. 15 de la ley 24.463 remite el plazo de caducidad previsto en el art. 25 inc. a) de la ley. Expresa que en cada uno de los mencionados casos la instancia administrativa se encontraría agotada de conformidad con la normativa invocada por la parte actora (art. 10 Ley 19.549) ya que el silencio de la administración contemplado por la LNPA es a favor de los administrados. Refiere que cada uno de los titulares de las causas enunciadas cumplirían con los requisitos exigidos por la ley para la configuración del silencio administrativo y cabría decir que el silencio sería un puro hecho al que la ley le reconoce ciertos efectos jurídicos y como ser el carácter denegatorio (fs. 19 que se vta.). Menciona que, los requisitos para configure el silencio de la administración se encuentran contemplados en la LNPA y ellos son: a) el transcurso del plazo establecido de 60 días otorgados para el pronunciamiento de la administración, b) la denuncia de la mora pronto administrativa, despacho y c) esto el es, la presentación cumplimento del del plazo 3 complementario de los 30 días. Estos requisitos se habrían cumplido en cada uno de los casos mencionados (fs. 20 vta.). Indica que, la Dra. Muleiro habría decidido arbitrariamente denegarles el acceso a la justicia por carecer de resolución denegatoria expresa a su reclamo. Asimismo, expresa que sería la única jueza de todo el fuero que utilizaría un criterio tan ambiguo e imparcial para tener por habilitada o no la instancia judicial (fs. 21 vta.). Concretamente supuesta comisión de le imputa los delitos a la de magistrada prevaricato, la mal desempeño, denegación y retardo de justicia. En conclusión, establecido por la sostiene Dra. que Muleiro la el criterio cual habría considerado que la instancia judicial no se encontraba habilitada por la configuración del silencio de la administración distaría de la realidad. Pone de resalto que la Excma. Sala I, el 31 de octubre de 2008, revocó el fallo dictado por la denunciada en autos “Borgnino, Ricardo Agustín c/ ANSES s/Reajustes Varios” ordenando tener por habilitada configuración del la instancia silencio de la judicial por administración. Asimismo, la Sala II, el 28 de noviembre de 2008, también revocó otra resolución de la magistrada por el mismo hecho. II. En oportunidad de dar cumplimiento con lo establecido en el art. 11 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación, el 27 de mayo de 2009, la magistrada denunciada efectúa diversas apreciaciones en los términos de la reglamentación aplicable respecto de la denuncia impetrada en su contra por la Dra. Ana Paula Moran (fs. 30/36). En tal sentido, considera que el escrito de acusación contiene argumentos más altisonantes que sólidos, los cuales pretenden demostrar que el criterio adoptado con relación a los recaudos de admisibilidad de la acción contencioso-administrativa regulada por el art. 15 de la ley 24.463 resultan desacertados a la luz del 4 Consejo de la Magistratura derecho vigente. Sobre la base de estas declaraciones, que a criterio de la magistrada, debieron ser albergadas en un escrito configuradas de apelación, las la causales denunciante considera constitucionales de mal desempeño y de delito en ejercicio de las funciones, por la presunta comisión de la miríada de delitos que se enumeran en forma desaprensiva (fs. 30). Señala los motivos por los cuales la denuncia resulta inadmisible desde la perspectiva de la doctrina que, en materia de responsabilidad judicial por el contenido de las sentencias, surge de los dictámenes de la Comisión de Disciplina y Acusación de este Consejo de la Magistratura; doctrina y jurisprudencia que delimitan un ámbito en el cual las decisiones adoptadas por los magistrados resultan ajenas a la competencia de los órganos de enjuiciamiento político, por elemental respeto a la independencia judicial y al principio republicano de la división de poderes (fs. 31). Sostiene que la denunciante no puede ignorar que la promoción de ésta clase de juicios resulta, de algún modo, incompatible con la utilización de la figura del silencio administrativo como denegatoria tácita del reclamo. Mencionó que aquél conducto procesal ésta diseñado por el art. 28 de la ley 19.459 para lograr un pronunciamiento dictado expreso agota determina el expresamente la del instancia art. 15 dispone de que ente de la provisional, conformidad 24.463, para la cuyo como artículo habilitación lo que de instancia no será necesaria la interposición de recurso alguno en sede administrativa (fs. 33). Destaca que en el escrito presentado por la denunciante se observa cierta inconsistencia conceptual, por cuanto se le atribuye una ignorancia manifiesta del derecho aplicable a la adopción del resultado de un supuestos de naturaleza excluyen criterio proceso recíprocamente, vez de que se considera resolución intelectivo. razón por constituyo Se completamente la que trata el de dos que se ambos no diversa cual la 5 pueden lógicamente concurrir en el presente caso (fs. 34). Asimismo, refiere que en cuanto a la ignorancia del derecho que se pretende derivar, indica que éste no puede extraerse de las decisiones que motivan la denuncia, salvo que se tome como exclusivo parámetro de corrección superior; a los pero la pronunciamientos utilización de de la instancia este carril interpretativo llevaría al absurdo de considerar “error judicial” a toda decisión revocada, más allá del grado de fundabilidad jurídica que aquélla posea. Pone de resalto, que en el escrito de la denuncia no se demuestra ni la incorrección jurídica de la sentencia, por cuanto se ensaya una mera discrepancia de criterios jurídicos, ni se indican hechos o razones que permitan inferir una cierta intencionalidad de dictar resoluciones resolución injustas. contraria a Expresa los que el intereses dictado de la de parte una no tipifica en las figuras penales descriptas en el art. 273 del Código Penal, por cuanto no se alegó ni probó que las resoluciones se hayan dictado fuera de los plazos legales, tampoco fallar bajo el pretexto de obscuridad, insuficiencia o silencio de la ley (fs. 35). Finalmente, señala que la acusación planteada no resulta más que el producto de la disconformidad de la denunciante y ofrece a los efectos de probar el funcionamiento del juzgado a su cargo se inspeccione el mismo, tanto en lo referente al estado de las causas en trámite como de los tiempos para dictar sentencia (fs. 36). CONSIDERANDO: 1°) Que las facultades disciplinarias del Consejo de la Magistratura, al igual que antes las de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se limitan a lo estrictamente administrativo; directa indirectamente, o jurisdiccional. disciplinarias 6 En otros apuntan a no puede inmiscuirse, la competencia en términos, que el las Consejo sanciones de la Consejo de la Magistratura Magistratura logre disciplina en el cumplimiento de reglas ordenatorias para la administración del universo de conflictos, no para la decisión un ni, determinada línea a los actos procesales (Kemelmajer de Aída, “El Poder para conflicto determinado Carlucci, consecuentemente, de Judicial imprimir en la una Reforma Constitucional”, página 49). Así, se ha entendido que existe responsabilidad administrativa cuando media inobservancia de los deberes inherentes a la calidad de magistrado, ejercicio impropio de las funciones judiciales, descuido voluntario, falta de asiduidad en el cumplimiento de esas funciones o actos que perjudiquen el “responsabilidad disciplinaria” servicio público. administrativa” son sinónimos y De modo que “responsabilidad (Marienhoff, “Tratado de Derecho Administrativo”, Tomo III, página 369, Abeledo Perrot, 1994). Que sobre esas bases, el artículo 14 de la ley 24.937 y su correctiva 24.939 –cfr. modif. según ley 26.080-, prevé expresamente los supuestos que constituyen faltas disciplinarias y que, por ello, dan responsabilidad de esa índole de los lugar a la magistrados del Poder Judicial de la Nación. Que, por su parte, el art. 53 de la Constitución Nacional prevé las causales que constituyen mal desempeño y, como consecuencia, ameritan la remoción de los jueces del Poder Judicial de la Nación, estableciendo el art. 114 de la Carta Magna, dentro de las atribuciones de este Consejo de la Magistratura la de decidir la apertura de dicho procedimiento de remoción cuando los hechos denunciados fueran los previstos en el referido art. 53 (cfr. ley 24.937 y modificatorias). 2°) Que, en el presente, se cuestiona la actuación de la Dra. Elvira Muleiro, titular del Juzgado Federal de la Seguridad Social N°5, en diversas causas por en las cuales la denunciante actúa como mandante de los actores contra la A.N.Se.S. en procesos de reajuste por movilidad, por considerar que la magistrada habría incurrido en prevaricato, denegación y retardo de 7 justicia, al limitar “arbitrariamente” y obstaculizar el acceso a la justicia de los actores, considerando no habilitada la vía judicial por inexistencia de resolución denegatoria expresa del órgano administrativo. 3°) Que disconformidad si de la bien resulta denunciante evidente con el la criterio sustentado por la magistrada en las causas referenciadas, hechos que, por tratarse de cuestiones de carácter estrictamente jurisdiccional, escaparían al análisis de este cuerpo por no constituir ésta la vía idónea al efecto, atento las manifestaciones efectuadas por la Dra. Morán en orden al supuesto mal desempeño de funciones por parte de la Dra. Muleiro, corresponde formular algunas consideraciones. En tal sentido, debe señalarse que, tal como la magistrada lo expresara en oportunidad de presentar su descargo conforme lo dispuesto por el art. 11 del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación, este Consejo, ha sostenido reiteradamente que, las meras discrepancias con los criterios adoptados por los jueces no resultan suficientes para sostener o justificar un proceso sancionatorio magistrados. Por ende, y menos la el misión de de remoción este cuerpo de no consiste en determinar si el criterio adoptado por los tribunales resulta el más acertado o apropiado para la resolución de los conflictos, puesto que de otro modo se convertiría en un órgano de casación política de los criterios judiciales. En tal sentido debe tenerse principio de independencia jurisdiccional es de tal en presente que el cuanto importancia a que la labor habrá de resguardárselo celosamente en relación a todo aquello que pueda limitarlo o eliminarlo (conf. Adolfo Gelsi Bidart, “Independencia Judicial y Poder Disciplinario”, en E.D. 109, páginas 854/855). En tales condiciones, debe procurarse evitar que se utilice la solicitud de sanciones disciplinarias o incluso la amenaza de juicio político, como herramientas para 8 condicionar el ejercicio independiente de la Consejo de la Magistratura magistratura, lo cual constituye un avance indebido sobre las atribuciones constitucionales de los órganos judiciales. Consecuentemente, cuando la conducta que se pretende cuestionar es el pronunciamiento de un magistrado en el marco de un proceso, la cuestión plantea un límite concreto: las sentencias judiciales son actos jurídicos producto de la actividad jurisdiccional, cuya validez sólo de un órgano puede ser cuestionada, en su caso, ante un órgano del mismo ámbito, sin que sean susceptibles de revisión en un juicio que es político (Conf. Bidart Campos, Germán, “El Derecho Constitucional del Poder”, Ediar, Buenos Aires, 1967, T. II, página 245, n° 871). Es dable aplicación destacar que, lo atinente a la e interpretación de normas jurídicas en un caso concreto es resorte exclusivo del juez de la causa sin perjuicio de los recursos que la ley procesal concede a las partes para subsanar errores o vicios en el procedimiento o para obtener reparación a los agravios que los pronunciamientos ocasionarles. No enjuiciamiento, del cabe, intentar magistrado pues, un por la cercenamiento pudieran vía de la del plena libertad de deliberación y decisión de que deben gozar los jueces en los casos sometidos a su conocimiento, ya que admitir tal proceder significaría atentar contra el principio de independencia del Poder Judicial que es uno de los pilares básicos de nuestra organización institucional. En el marco descripto, forzoso es colegir que las imputaciones importan efectuadas por la conductas que pudieren disciplinaria. En efecto, lo denunciante no tipificar una falta que en definitiva se cuestiona es el criterio tenido en mira por la magistrada para decidir del modo en que lo hizo, vale decir, su específica sometido y facultad de juzgar el asunto teniendo en cuenta a su consideración. 4°) tales privativa Que en circunstancias, consecuencia, las que restan fundamento a la denuncia que nos ocupa, y de las que surge palmariamente 9 la disconformidad de la denunciante con resoluciones dictadas por la Dra. Elvira Muleiro, titular del Juzgado Federal de la Seguridad Social N°5, que han resultado contrarias a postular la sus intereses, se desestimación impone de el la criterio presente de por improcedente. 5°) Que no obstante ello, y a mayor abundamiento cabe destacar que, es cierto que los jueces pueden equivocarse ya que en definitiva, se trata de una justicia humana. Pero para ello los Códigos Procesales establecen remedios. Por otra parte, tampoco hay que olvidar que en muchas ocasiones la ley es susceptible de diversas interpretaciones destacar es que, en pero lo definitiva, que aquí cualquiera interesa sea la interpretación, aún la menos aceptable para el común de la gente, ella no puede justificar la aplicación de una sanción pues resulta evidente que en el caso concreto lo que está en juego es la evidente disconformidad de la denunciante con el criterio sustentado. En ese sentido sostiene Parry que “nuestra organización judiciaria, humana y previsora, reposa sobre la base del posible error judicial”, y a ello obedecen los recursos que consagra la ley contra las decisiones que se estiman equivocadas por las partes (…); el error no puede incriminarse porque es independiente de la voluntad humana”, y por ello “la sociedad y la ley no podrán exigir Disciplinarias un del juez Poder infalible” Judicial”, (“Facultades Editorial Jurídica Argentina, Buenos Aires, 1939, página 337 y siguientes). Resulta oportuno recordar que la tarea de juzgar no se encuentra exenta de la posibilidad de error y negar esa hipótesis sería apartarse de la realidad. Con acierto se ha señalado que si cada juez se hallase sujeto al temor de responder patrimonialmente por la más mínima equivocación, sólo un mendigo o un tonto aceptaría desempeñar ese cargo (“Miller v. Hope”, House of. Lords, April I, 1824). La necesaria serenidad que debe presidir el proceso de juzgamiento se vería seriamente resentida si 10 Consejo de la Magistratura el magistrado o funcionario debiera temer por las represalias que, en forma de juicios de responsabilidad o de denuncias, pudieran adoptar quienes están disconformes con el fallo, aunque en él hubiese efectivos desaciertos. Así lo entendió desde antiguo la Suprema Corte de Estados Unidos de Norteamérica, al señalar con agudeza que: “es un principio general de fundamental importancia de toda administración de justicia que un funcionario judicial, cuando ejerce las facultades que le han sido conferidas, tenga libertad para actuar de acuerdo con sus propias convicciones, sin miedo a sufrir consecuencias personales. La responsabilidad que lo exponga a responder ante cada persona que pueda sentirse agraviada por una de sus acciones, resultaría incompatible con el ejercicio de su libertad, y destruiría la independencia sin la cual ningún poder judicial puede ser respetable o útil”. Dijo también que “(…) La desilusión una decisión provocada por adversa, frecuentemente da rienda suelta a imputaciones de este tipo y -dada la imperfección de la naturaleza humana- esto difícilmente constituya un caso excepcional” (“Bradley v. Fischer” 80 U.S. (13 Wall) 335-1871). Así, el delicado equilibrio que supone verificar la regularidad del desempeño de un magistrado frente a la innegable posibilidad de error en el ejercicio de su labor jurisdiccional exige actuar con máxima prudencia desaciertos y al la valorar atribución la de proyección de tales intencionalidad en su comisión. Se ha dicho que “siempre puede denunciarse que existen motivos investigarse expuestos a erróneos las o corruptos, motivaciones, demandas los angustiantes, y si pudieran jueces existan o estarían no esas motivaciones” (“Bradley v.Fischer, cit supra). En alguna de conclusión, las aún actuaciones cuando conforme resultara se menciona errónea en la denuncia, lo que no se verifica en la especie, ello no constituiría un obstáculo para desestimar sin más trámite la misma. 11 6°) Que, por lo expuesto precedentemente, se advierte con claridad que en las presentes actuaciones no se verifican conductas que pudieran constituir faltas de carácter disciplinario en los términos del art. 14, apartado a) de la ley 24.937 y sus modificatorias, como tampoco hechos que alcanzaran a implicar supuesto alguno que constituya establecido Nacional. En en causal el de artículo consecuencia, remoción, 53 de conforme la corresponde lo Constitución desestimar las presentes actuaciones en los términos del artículo 19, inc. a) del Reglamento de la Comisión de Disciplina y Acusación 7°) Que ha tomado intervención la Comisión de Disciplina y Acusación, mediante dictamen 197/09. Por ello, SE RESUELVE: 1°) Desestimar la denuncia formulada contra la Dra. Elvira E. Muleiro, titular del Juzgado Federal N° 5 de la Seguridad Social. 2°) Notificar a la denunciante, a la magistrada denunciada y archivar las actuaciones. Regístrese. Firmado por ante mí, que doy fe. Fdo: Luis Maria R. M. Bunge Campos - Hernán Luís Ordiales (Secretario General) 12