Rajoy: «No se puede ser un optimista absurdo, pero tampoco un

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diariodepontevedra|miércoles, 7 de mayo de 2014
ECONOMÍA | 39 ▶ Luis de Guindos Ministro de Economía
España y otros diez países acuerdan aplazar hasta 2016 la aplicación de la Tasa Tobin
Un programa
prestará ayuda
gratis a parados
sin recursos para
abrir un negocio
agn
SANTIAGO. Una iniciativa
puesta en marcha por la fundación Alares con la colaboración
de un grupo de empresarios y
altos directivos españoles prestará ayuda gratuita a los desempleados sin recursos para
que puedan montar su propio
negocio. Los beneficiarios del
proyecto EmprendEX accederán
a un microcrédito sin avales,
recibirán formación y podrán
contar con mentores durante
al menos dos años de andadura
empresarial para guiarles en
sus decisiones. Para lograr el
apoyo, los aspirantes tendrán
que demostrar que están en
una situación de emergencia
social para poder presentar su
idea de negocio con una inversión inicial de en torno a 10.000
euros. Un comité de expertos
determinará su viabilidad.
El programa puede convertirse en una oportunidad empresarial para parados de larga
duración sin subsidio, más de
106.700 en Galicia. Los interesados que no tengan una idea
pero sí aptitudes para desarrollarla podrán encontrar modelos de negocio «llave en mano»
en formato micro-franquicia.
Rajoy: «No se puede ser un
optimista absurdo, pero
tampoco un triste o cenizo»
▶ Reitera que al final
de la legislatura habrá
mayor ocupación
▶ La oposición critica
que los datos se usen
con un fin «electoral»
agencias
MADRID/SANTIAGO. El presidente del Gobierno animó ayer a los
españoles a ver el vaso medio lleno
ante el drama del desempleo y a
quedarse con las pequeñas señales
de mejoría en un mercado laboral que acumula años de atonía.
Consciente de que el número de
personas en busca de un trabajo sigue en magnitudes exorbitantes,
Mariano Rajoy destacó el cambio
de tendencia en la destrucción de
empleo y reiteró que la legislatura terminará con más ocupados
y menos parados de los que había
cuando llegó a Moncloa a finales de 2011. «Quedémonos con
la mayor. En este momento hay
que decir a la gente que existe un
horizonte claro de cara al futuro»,
exclamó. Un mensaje difícil de ca-
Mariano Rajoy. efe
lar en los millones de ciudadanos
en busca de una oportunidad.
Pese a todo, el mandatario tuvo
ayer respuesta a las críticas de la
oposición hacia su entusiasmo:
«no se puede ser un optimista
absurdo, pero tampoco tener un
planteamiento triste o ser un cenizo porque está fuera de la realidad en este momento». Con esa
consigna, dijo sentirse «animado,
esperanzado y satisfecho» una vez
que se ha superado «lo peor». Ajeno al pesimismo de la Comisión
Europea o la OCDE por el lento
descenso que prevén en el paro,
calificó de «buenos» los datos de
desempleo y afiliación conocidos
ayer y aprovechó la mejora para
elogiar la reforma laboral.
En una entrevista radiofónica
reconoció, eso sí, que son cifras
«muy estacionales» y que el grueso
de los nuevos contratos son temporales. Así, admitió que queda
mucho camino por recorrer para
que la ausencia de oportunidades
laborales deje de ser la principal
preocupación de España.
En contra del alegato del presidente, el PSOE negó el cambio de
tendencia en los datos al destacar
que son «coyunturales» y llamó a
los políticos a no utilizar esta lacra
con fines «electoralistas» de cara a
los comicios europeos. Desde la esfera gallega, el portavoz nacional
del BNG, Xavier Vence, afirmó que
las últimas cifras «non sosteñen
a campaña de euforia propagandística do PP» al destacar que en
el último año se crearon menos
de dos empleos al día. El portavoz
parlamentario de Age, Xosé Manuel Beiras, reprobó que la Xunta
dude de la Epa —que arrojó una
subida del desempleo en Galicia—
y no del paro registrado.
¿Por qué la Epa rebasa el paro registrado?
ANÁLISIS
m.n. (AGN)
SANTIAGO. La Encuesta de Población Activa (Epa) y el paro registrado
en las oficinas públicas de empleo
son las dos únicas estadísticas que
ofrecen una radiografía periódica
del mercado laboral en España,
pero las cifras dispares que arroja
una y otra siembran confusión.
No hay más que analizar los últimos para ver esas discrepancias:
frente a los 5,9 millones de parados
contabilizados en la Epa del primer
trimestre del año, el Ministerio de
Empleo sitúa en 4,6 millones las
personas que buscaban un trabajo a
través del antiguo Inem a cierre de
abril. La encuesta a la que el Ine somete cada trimestre a personas en
edad de trabajar residentes en hogares familiares no siempre arroja
más desempleados que los registros
de las oficinas públicas de empleo.
Hasta el 2005 ocurría lo contrario.
¿A qué se debe la divergencia?
La clave está en que se tienen en
cuenta variables y colectivos diferentes. Los parados de la Epa son
personas entre 16 y 74 años que
cumplen como norma general tres
requisitos a la vez: estar sin empleo
en la semana previa a la entrevista, buscar trabajo en las cuatro semanas anteriores —además de la
inscripción en el Inem se considera
válido contactar con un empresario, presentar un curriculum, pre-
guntar a conocidos, realizar una
entrevista o hacer gestiones para
establecerse por cuenta propia— y
estar disponible para trabajar en 15
días. Si la persona no está ocupada
pero incumple otra de las condiciones se clasifica como inactiva.
El paro registrado, por su parte,
contabiliza los desocupados anotados en el Inem el último día de
cada mes, pero el intríngulis está
en que no todos los demandantes
se computan en la estadística. Se
excluyen, por ejemplo, los que
buscan un empleo por menos de
tres meses; los que se anotan como
requisito para participar en un proceso de selección; los jóvenes que
buscan su primera oportunidad antes de finalizar los estudios, o las
personas inscritas en situación de
incapacidad temporal o baja.
Una de las conclusiones que explica la diferencia es que no todos
los parados considerados por la Epa
buscan empleo a través de las oficinas públicas. La inscripción solo
es obligatoria en los casos en que
el sujeto tenga derecho a percibir
una prestación por desempleo o a
beneficiarse de políticas activas de
empleo. Por lo demás, optar por
esa vía dependerá de la confianza de la persona en los servicios
de colocación. Los otros aspectos
fundamentales son que Empleo
deja fuera a varios colectivos de
demandantes y que la Epa no
considera parados a todos los desocupados inscritos en el Inem.
La OCDE insta
a Draghi a bajar
a cero los tipos
de interés para
evitar la deflación
▶ Mejora sus previsiones
para España desde un
optimismo más moderado
que el del Gobierno y
aconseja más reformas
agencias
PARIS. La Organización para
la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) pidió ayer
al Banco Central Europeo (BCE)
que baje los tipos de interés a
otro mínimo histórico del 0%
para fortalecer la recuperación
económica en la eurozona y
alejar el riesgo de deflación
ante el periodo prolongado de
baja inflación. Mientras el instituto emisor se resiste a dar
pasos hacia adelante para controlar la evolución de los precios, el llamado club de los países ricos considera que el BCE
debe tomar cartas en el asunto
cuanto antes «incluso si las expectativas de inflación parecer
estar todavía ancladas».
De hecho, el organismo que
preside Ángel Gurría da por seguro que la institución monetaria rebajará este jueves un
cuarto de punto el precio del
dinero hasta situarlo en el 0%.
También le pide medidas adicionales como cobrar a los bancos por depositar dinero en el
BCE o comprar deuda. La OCDE
aboga por mantener estas acciones hasta finales de 2015.
Así conta en su último informe sobre perspectivas económicas, en el que mejora sus
previsiones para España con
unas expectativas más pesimistas que las del Gobierno.
En concreto, estima que el producto interior bruto (PIB) crecerá este año un 1% para avanzar el que viene un 1,5, frente
al 1,2 y 1,8% proyectados por
el Ejecutivo, respectivamente.
Pese a la revisión, sus pronósticos sobre la evolución de la
tasa de paro son desesperanzadores al creer que cerrará
2015 aún en el 25,6%, frente
al 23,3% que calcula Rajoy.
Por eso, recomienda al Gobierno impulsar nuevas reformas para crear empleo, sobre
todo entre los parados de larga
duración y los más jóvenes.
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