UNIDAD 19. CONCEPTOS DE LEXICOLOGÍA Y SEMÁNTICA Antónimos: palabras cuyo significado se opone o es complementario (hombremujer; sincero-cínico). Los antónimos pueden ser complementarios o excluyentes, si no admiten grado (vivo-muerto; soltero-casado); graduales o contrarios, que sí admiten gradación, término medio (blanco-negro; rico-pobre) y recíprocos o inversos, cuando suponen acciones que se implican una a otra (comprar-vender; salir-entrar; padre-hijo) Arcaísmo: palabra que ha caído en desuso. Algunos arcaísmos se van eliminando del diccionario conforme se incorporan palabras nuevas. Pero es un proceso muy lento. Algunos arcaísmos todavía se conocen y se emplean en contextos rurales o en ámbitos muy reducidos. Las palabras dejan de ser útiles si desaparece el objeto o situación que designaban, como ocurre con peseta. Sin embargo, a veces perviven en frases hechas. Cambio semántico: modificación en el significado de una palabra que se produce por diferentes razones. Entre sus causas están las psicológicas (aquí entran las palabras “tabú” y los “eufemismos”, las connotaciones), históricas (los objetos cambian de forma o de uso y, sin embargo se siguen llamando igual), sociales (por especialización o generalización) o lingüísticas (una palabra se contagia del significado de otra que la suele acompañar). Procedimientos o mecanismos que se utilizan en el cambio de significado de las palabras son la metáfora (en la palabra barra, para referirse a la de un bar) y la metonimia (puño, de una camisa) o su variante, la sinécdoque (almas, para aludir a personas en enunciados como “Había cien mil almas en el estadio”) Campo semántico: Conjunto de palabras (preferiblemente de la misma categoría gramatical: sustantivos, adjetivos, verbos...) que comparten un rasgo de significado. Los hay abiertos, que admiten nuevas incorporaciones de términos (ordenador, monitor, teclado, software, módem, ratón...) y cerrados (lunes, martes, miércoles...). Si a un campo semántico le añadimos palabras relacionadas por el significado pero que pertenecen a otras categorías gramaticales, podemos denominar al conjunto campo asociativo. Por ejemplo, un campo semántico sería el de coche, peatón, paso de cebra, semáforo, guardia, señales… Un campo asociativo incluiría otros términos como conducir, frenar, conductor, volante, acelerar… Connotación: conjunto de significados de tipo subjetivo que se añaden al significado original de una palabra y que se deben a causas sociales, individuales o literarias. Así águila connota, entre otras cosas, elegancia; examen connota preocupación, angustia; aurora connota, literariamente, belleza, esperanza… Denotación: el significado denotativo de un término es objetivo; se trata del significado original de la palabra, desprovisto de rasgos subjetivos o dependientes del contexto. La palabra eléctrica es de uso denotativo en “estufa eléctrica” o “central eléctrica”; no así en “mirada eléctrica”. Disfemismo: es, para entendernos, lo contrario de un eufemismo; un término que resulta especialmente desagradable para los hablantes cuando se utiliza a propósito, con afán de molestar o herir a quienes lo escuchan o lo leen. Un ejemplo lo tenemos cuando alguien llama a otro “borracho”, siendo palabra tabú, en lugar de elegir “ebrio” o “bebido”. Etimología popular: como sabes, “etimología” se refiere al origen de las palabras. Así, la etimología de “oreja” es, aunque no te lo parezca, “auricula”, una voz latina. 1 Pero a veces los hablantes confundimos dos palabras que nada tienen que ver porque les vemos parecido fónico y entonces modificamos una de modo que resulta una palabra nueva con un significado que no le corresponde. Esto ocurre con atiborrarse, que viene de borra, una especie de esponja troceada con que se rellenaban los colchones y las almohadas. Probablemente al no prestar atención se confundió “borra” con “forrar”, porque quien como mucho es como si se forrase. Familia léxica: Conjunto de palabras que comparten la misma raíz o lexema, es decir, la formada por una palabra y sus compuestos y derivados (tierra, aterrizar, terrateniente, enterrar, terráqueo, desterrar...) Frases hechas: Expresiones cuyo significado no equivale a la suma de significados de las palabras que las forman, sino que se usan en sentido figurado (echar las campanas al vuelo; hacer polvo a alguien o algo; tener buen corazón; cruzarse de brazos...) Hiperónimos: palabras de significado amplio, que abarcan otras más precisas llamadas hipónimos (flor > rosa; vehículo > coche; enfermedad > gripe...). Los hipónimos que se corresponden con un mismo hiperónimo son, entre sí, cohipónimos. Parece un trabalenguas, pero es muy fácil. Holónimos: palabras referidas a un todo con respecto a cualquiera de las partes que lo forman. Por ejemplo, sillón es holónimo de respaldo; taza es holónimo de asa. Merónimos: palabras referidas a una parte dentro de un todo: respaldo es homónimo de sillón; asa es merónimo de taza. Neologismos: palabras de reciente incorporación al idioma. Es difícil decir cuándo un neologismo deja de serlo; son los hablantes los que dejan de sentirlo como tal cuando su uso se extiende y se hace habitual. Por ejemplo, aún sentimos como “nueva” en el idioma la palabra clicar por “hacer clic”, de hecho, no está aceptada; sin embargo, resonancia como prueba médica ya no nos parece un neologismo. Palabras “comodín” o proformas léxicas: Vocablos de significado muy amplio e impreciso que por ello pueden utilizarse en contextos muy variados en lugar de otras más precisas (cosa, hacer, dar, asunto...). Abusar de ellos denota pobreza de vocabulario. Palabras homónimas: Las que tienen la misma forma, pero distinto origen y significado. Pueden ser sólo homófonas (suenan igual: vaca – baca; balido – valido; haya – halla...) o también homógrafas (se escriben igual: amo, forma de presente del verbo “amar”– amo, dueño). Los homónimos presentan diferentes entradas en el diccionario, porque su etimología es distinta, mientras las palabras polisémicas tienen una sola entrada con diferentes acepciones. También puede darse el caso de palabras homónimas que a su vez sean, cada una de ellas, polisémicas. Palabras monosémicas: las que tienen un solo significado. Son menos que las polisémicas, porque los hablantes vamos ampliando el significado de muchas voces por necesidades comunicativas, con lo que lo normal es que una palabra tenga varias acepciones (polisemia). Son monosémicos los tecnicismos. Palabras parónimas: Se pronuncian de forma parecida, sólo cambia algún sonido, vocal o consonante (absolver – absorber; pasa – pesa...). Si se emplea con intención estética, la paronimia es una figura retórica. 2 Palabras polisémicas: Las que tienen más de un significado. En el diccionario aparecen en una sola entrada, con diferentes acepciones (cabeza, ojo, puente, operación...). Palabras prestigio: aquellas que adquieren connotaciones positivas, a menudo porque socialmente está bien visto aquello que designan. Así ocurre con democracia o con natural. Significado gramatical es el que tienen los morfemas, es decir, las palabras o partes de una palabra que nos indican nociones no reales, sino solo gramaticales, como “plural”, “femenino”, “tercera persona”, “pretérito imperfecto”, “pasiva”, “conjunción”, “artículo”, etc. El significado léxico es, por el contrario, el que nos permite comprender la referencia de una palabra a realidades perceptibles por los sentidos o por la inteligencia (en medicamentos el significado léxico lo aporta el lexema, “medicamento”, mientras el gramatical, en este caso, plural , lo aporta “-s”) Sinónimos: palabras cuyo significado es igual o semejante en un determinado contexto (ruego- petición, cuaderno-libreta, radio – transistor...). En castellano es difícil encontrar sinónimos absolutos; siempre hay pequeños matices que diferencian dos palabras. Por ejemplo, la situación comunicativa hace que no sean exactamente iguales óbito, fallecimiento, defunción, último viaje… Tabú: palabra que ha adquirido connotaciones negativas por referirse a un hecho, ser o realidad desagradable para los hablantes. Para evitar emplear una palabra considerada tabú, se utilizan los eufemismos. Un vocablo “tabú” es hoy “emigración” (porque se asocia al desempleo), por eso muchos políticos prefieren hablar de “movilidad exterior”, mucho más atractiva, se supone. Esta última expresión es un eufemismo. Tecnicismos: palabras y expresiones de una jerga profesional. Son monosémicas (un solo significado en ese contexto) y dotan de precisión al texto (sintagma, proposición...; bisturí, estetoscopio...). Cuando se utilizan por primera vez son neologismos. En el campo de la ciencia y la tecnología es donde más abundan, precisamente, las palabras nuevas en un idioma. 3