los ejes de la política exterior argentina

ENTREVISTA A JORGE TAIANA
LOS EJES DE LA POLÍTICA EXTERIOR ARGENTINA
Entrevista realizada por
Rodrigo Conde Garrido y Santiago Alles,
en mayo de 2007.
Las preguntas son varias, las respuestas ayudan a definir cómo se posiciona Argentina frente al
mundo.
El Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación, Jorge Taiana
explica a ESCENARIOS INTERNACIONALES cuáles son los principales ejes de la política exterior de
nuestro país. A su vez, ahonda en temas tales como el estado y avance del MERCOSUR, la relación
del Gobierno con la Iglesia Católica, la postura del Gobierno frente a la cuestión Malvinas, el rol de
la Argentina frente al proceso de reforma de las Naciones Unidas, y la relación con los Estados
Unidos, entre otros. Graduado en Sociología en la Universidad de Buenos Aires, el ministro Taiana
reemplazó a Rafael Bielsa a fines de 2005, de quien fuera Secretario de Relaciones Exteriores.
¿Cuáles son los ejes de la política exterior del gobierno del presidente Néstor Kirchner?
Existen diversos ejes sobre los cuales está basada nuestra política exterior. Sin pretender ser taxativo
y sin que ello implique un orden de prelación, podrían identificarse los siguientes:
Afianzar la inserción argentina en el escenario internacional a través del fortalecimiento del multilateralismo y del Derecho Internacional, la promoción de la paz y la seguridad internacionales, la
forma democrática de gobierno y el respeto y promoción de los derechos humanos.
Sostener el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme el derecho
internacional.
Promover la consolidación de la integración regional principalmente a través del MERCOSUR y
más recientemente desde la construcción de la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas).
Profundizar la alianza estratégica con el Brasil. Sostener una relación madura con los Estados Unidos y la Unión Europea, y vínculos estrechos con las demás naciones desarrolladas y en desarrollo,
particularmente aquéllas de Lejano Oriente.
Con respecto al MERCOSUR, se trabaja en su fortalecimiento institucional y perfeccionamiento,
garantizando la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos, la consolidación de una
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política comercial regional, la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales, y la armonización de normas e implementación de acuerdos de reconocimiento mutuo entre los Estados Parte.
La reciente instalación del Parlamento del MERCOSUR, las relaciones cada vez más frecuentes y
conducentes entre gobernadores e intendentes de los países miembros, así como la cooperación y
coordinación en materias sustantivas como la educación, la cultura, la salud y la seguridad son
muestras claras del avance de nuestro bloque de pertenencia.
En materia de política comercial externa, trabajamos para el crecimiento y la diversificación de
nuestras exportaciones aumentando aquellas con mayor valor agregado. Procuramos incorporar un
mayor número de sectores hacia un mayor número posible de destinos en el mundo, promoviendo
la creación de una sólida cultura exportadora en el seno del sector productivo nacional, con especial
énfasis en las Pymes.
En el ámbito de las negociaciones económico comerciales multilaterales, en el centro de nuestra
atención y de nuestros objetivos está lograr equidad en las normas del comercio mundial, donde los
productos agrícolas vienen siendo discriminados desde hace 60 años mediante altísimas barreras al
acceso, ayudas internas y subsidios a la exportación.
En materia de promoción del comercio exterior, se busca abrir nuevos mercados para los productos
argentinos, diversificar la estructura del comercio exterior y lograr un patrón de especialización más
sofisticado de nuestra economía, alentando una sinergia entre el sector público y el sector privado.
Hoy, el sector externo no sólo dejó de ser una fuente de vulnerabilidad sino que está en condiciones
de contribuir a consolidar y hacer más sustentable el proceso de expansión.
¿Cuál es su evaluación sobre el estado actual del MERCOSUR?
Para el Gobierno nacional, el MERCOSUR es un ejemplo de política de Estado exitosa. Como
prueba, cabe señalar los avances logrados en el último año en materia de libre circulación y eliminación del doble cobro del arancel externo común (implementación de la Decisión CMC 54/04), en la
negociación del Código Aduanero del MERCOSUR; la puesta en funcionamiento de los Fondos
Estructurales del MERCOSUR (FOCEM) como instrumento para la disminución de asimetrías y la
incorporación de Venezuela como Estado Parte del MERCOSUR.
En materia de eliminación del doble cobro, ya está vigente la primera fase, que incluye los bienes
que tienen 0% de Arancel Externo Común o 100% de preferencias a terceros en los acuerdos comerciales firmados por el MERCOSUR. Ello implicó una importante tarea de complementación
aduanera en materia informática, de forma que hoy la mercadería que circula en la región tiene un
registro informático on line en todas las aduanas. Para la implementación de la segunda fase, se está
trabajando en la parte final de la redacción del Código Aduanero y un mecanismo de distribución
aduanera, por los eventuales efectos de cambio en las corrientes de comercio que se darán.
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Con respecto al FOCEM, no sólo se ha puesto en funcionamiento el instrumento, lo que ha requerido un profundo trabajo técnico para su administración, sino que ya hemos aprobado 14 proyectos, 6 paraguayos, 5 uruguayos y uno regional, para la lucha contra la aftosa.
Asimismo, el MERCOSUR ha incorporado como tema principal de la agenda el tratamiento de las
asimetrías, para corregir las eventuales falencias del proceso y garantizar que los beneficios de la
integración se derramen entre todos los socios.
No debe perderse de vista, por otra parte, la fluida y profunda relación alcanzada con nuestro principal socio estratégico, Brasil. Más allá de las naturales diferencias que siempre surgen por cuestiones comerciales puntuales, a nadie se le escapa que una vinculación de esta naturaleza constituye
uno de los principales reaseguros en cuanto a la continuidad y porvenir del proceso integrador.
¿Cómo afecta el ingreso de Venezuela en la dinámica interna del proceso de integración
regional?
La incorporación plena de Venezuela al MERCOSUR constituye la primera ampliación del Mercado Común del Sur, que marca el inicio de la paulatina expansión del proyecto regional de Argentina,
Brasil, Paraguay y Uruguay a escala sudamericana.
Venezuela proviene de una experiencia diferente en materia de integración que enriquece el MERCOSUR de nuevos puntos de vista para encarar las cuestiones de la agenda regional, en lo que hace
a la superación de las asimetrías y al desarrollo de políticas energéticas, temas que juegan un papel
cada vez más relevante de la agenda regional.
Por otra parte, cabe recordar que el Protocolo de Adhesión de Venezuela, firmado en Caracas el 4
de julio de 2006, ha sido ratificado por Uruguay, Venezuela y nuestro país, restando sólo las ratificaciones de Brasil y de Paraguay para su entrada en vigor.
¿Cómo avizora el papel internacional del MERCOSUR a partir de su ampliación?
La ampliación del MERCOSUR lo convierte en el 75 % del Producto Bruto Sudamericano, lo que
agrega un significativo peso específico al bloque. Crece así, ciertamente la posibilidad de defender
con mayor eficacia los intereses regionales en las negociaciones comerciales bilaterales en las que
está inmerso el MERCOSUR.
También quiero destacar que se está iniciando el proceso para la adhesión de Bolivia al MERCOSUR. Con el ingreso de Bolivia, el MERCOSUR contaría como socios plenos a las dos principales
potencias energéticas de América del Sur –petróleo en Venezuela y gas en Bolivia-.
¿Cómo describiría el actual estado de las relaciones con los Estados Unidos?
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Entre la Argentina y los Estados Unidos existe un buen nivel de diálogo y fluidos contactos bilaterales, propias de dos países que mantienen relaciones maduras.
En las relaciones argentino-norteamericanas, compartimos valores en temas caros para ambas sociedades, como los derechos humanos, el afianzamiento de las democracias, la vigencia de las libertades, la seguridad internacional, la no proliferación, la lucha contra el terrorismo internacional, el
crimen organizado y el narcotráfico. Si bien en algunos temas podemos tener visiones diferentes,
son numerosas las coincidencias.
Las inversiones de capitales norteamericanos en la Argentina, se han incrementado en forma sostenida, y los Estados Unidos recuperaron su característica de primer inversor. Hoy trabajamos juntos
par ampliar aún más esas inversiones.
¿ Cuál es el estado de la cuestión en la controversia con el Uruguay por la planta Botnia?
Actualmente tiene lugar la fase escrita del procedimiento que se sustancia ante la Corte Internacional de Justicia por la controversia que la Argentina y el Uruguay mantiene sobre los proyectos de
construcción de plantas industriales y sus instalaciones conexas sobre el Río Uruguay, recurso compartido entre ambos países.
Sin perjuicio de la citada instancia jurisdiccional contenciosa, la Argentina nunca cesó de explorar
soluciones dialogadas con el Uruguay que respeten el Estatuto del Río Uruguay de 1975 y sean
compatibles con la protección del ecosistema asociado a dicho recurso compartido y sus áreas de
influencia –en particular, la salud y el bienestar de las comunidades argentinas adyacentes. Evidencia
reciente de este esfuerzo es la participación de una Delegación Argentina de alto nivel en la reunión
que convocó S.M. el Rey de España, en su papel de facilitador en la controversia, de la que, como
primer paso positivo, el 20 de abril pasado surgió la Declaración de Madrid.
¿Cuál es la posición argentina frente a la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas y un eventual ingreso de Brasil como miembro permanente?
La Argentina apoya decididamente el proceso de reforma de las Naciones Unidas en curso y considera que el mismo resulta de vital importancia con vistas al fortalecimiento y democratización del
sistema multilateral para hacer frente a las amenazas a la paz y seguridad internacionales y lograr un
progreso real en las áreas de desarrollo, seguridad y derechos humanos.
Nuestro país desea fervientemente alcanzar una reforma del Consejo de Seguridad que sea perdurable en el tiempo y que mejore sus trabajos y su eficacia para alcanzar la paz y la seguridad internacional conforme a los objetivos de la Carta de la Organización.
La Argentina, que sostuvo desde la creación de las Naciones Unidas en 1945 que no debe haber
diferentes categorías de miembros, mantiene hoy la misma posición de principio. En tal sentido, no
cree que la incorporación de nuevos miembros privilegiados corregirá la discriminación o mejorará
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la legitimidad del Consejo. La única manera de hacerlo más eficaz es aumentando la cantidad de
miembros no permanentes dejándole un espacio mayor al mundo en desarrollo y los pequeños y
medianos estados.
¿Cuáles con los ejes de la política actual hacia Malvinas? ¿En qué estado está la cuestión?
El Gobierno del Presidente Kirchner reafirmó la política de Estado respecto de la Cuestión de las
Islas Malvinas consagrada en nuestra Constitución Nacional que ratifica la legítima e imprescriptible
soberanía de la Nación Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgia del Sur, Sandwich del Sur y los
espacios marítimos circundantes por ser parte integrante del territorio nacional y establece, como
objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, la recuperación del ejercicio pleno de su
soberanía, respetando los intereses y el modo de vida de los habitantes de las islas conforme al derecho internacional.
La política actual se define en términos de firmeza y coherencia en la defensa del interés nacional:
firmeza y coherencia multilateral a la hora de denunciar el incumplimiento británico del mandato de
la comunidad internacional que insta a ambas partes en la disputa a encontrarle una solución y de
los entendimientos provisorios acordados bajo fórmula de soberanía. Firmeza y coherencia bilateral
al momento de plantear al Reino Unido la necesidad de reanudar, sin dilaciones, las negociaciones
sobre el diferendo y protestar las reiteradas acciones unilaterales británicas en el área disputada que
alteran la situación de las islas, contradicen el mandato internacional y la naturaleza de los entendimientos provisorios bajo la fórmula de la soberanía, y agravan el estado de la disputa.
En todo momento se privilegia la búsqueda de la reanudación de las negociaciones bilaterales de
soberanía de conformidad con el mandato de la comunidad internacional para poder encontrar una
solución pacífica, justa y duradera a esta anacrónica disputa colonial de la que este año se cumplen
174 años. Dicho mandato emana de lo establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución 2065 de 1965, ratificada posteriormente por otras resoluciones de la
Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización.
¿Cuál es el lugar de las relaciones con la Iglesia Católica en el contexto de la política de
cultos que también posee entre sus competencias el Ministerio que Ud. conduce?
La política del gobierno nacional en materia de culto tiene como objetivo principal la construcción
de un vínculo de autonomía, respeto y cooperación con las instituciones religiosas. Esta relación se
expresa de un modo principal con la Iglesia Católica, dado su trabajo pastoral y su extensión y tradición en el país. Cuando hablamos de autonomía hacemos referencia a una delimitación más clara
de las áreas de competencia del Estado por un lado y de las entidades religiosas por otro. La cooperación complementa a la autonomía como engranaje de articulación del Estado con las iglesias y
permite mancomunar los esfuerzos para cimentar una sociedad más integrada y solidaria.
Atendiendo el papel central de la dimensión religiosa en los procesos de integración social y cultural
de nuestro país y considerando a la religiosidad como un vehículo privilegiado para la transmisión
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de valores, lazos de cohesión y de pertenencia comunitaria, ha sido prioridad de la actual gestión
garantizar la más amplia libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, en el marco de la
defensa irrestricta de los Derechos Humanos. El Estado no es neutral desde el punto de vista religioso: la promoción de los valores de la inclusión, el pluralismo y la convivencia es una tarea indelegable e irrenunciable.
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