5 de agosto Segunda parte [Pida a un adulto y a un niño del departamento de menores que presenten este relato.] Narrador: La semana pasada escuchamos una historia acerca de tres niños que viven en las montañas de Fiji. ¿Quién puede ubicar el país de Fiji en el mapa? [Permita que un niño intente.] Los tres niños caminan una distancia muy larga para ir a la escuela, y demoran seis horas. No pueden regresar a casa todos los días, así que se quedan en esa aldea durante la semana y regresan a casa el viernes. ¿Por qué querría alguien caminar tanto para ir a la escuela? Preguntémosle a Timoteo. Timoteo: Siendo que somos los únicos adventistas en nuestra aldea, mis padres querían que aprendiéramos más acerca de la Biblia y pasáramos más tiempo con otros creyentes. Así que en vez de ir a la escuela de gobierno cerca de nuestra aldea, vamos a la escuela adventista a muchos kilómetros de distancia. Desde que tenía seis años de edad mi padre me acompaña todos los domingos, y durante la semana me quedo con mis primos en el pueblo. Cuando mi hermana Meri y mi hermano Sevethi tuvieron edad de ir a estudiar, me acompañaban en mi Daniel Una larga caminata 3 er trimestre, 2006 Los eslabones de la gracia: Comunidad. Tres niños pequeños ayudan a plantar una iglesia nueva en su aldea. larga caminata a la escuela. Al regresar a casa, cantamos para hacer que pase más rápido el tiempo. Papá nos encuentra a mitad de camino con dos caballos, así podemos hacer la última parte del viaje menos cansadora. Nos gusta la escuela, pero verdaderamente extrañamos a nuestros padres. Sin embargo, cuando terminan las vacaciones, siempre esperamos con ansias regresar a la escuela. Un visitante bienvenido En cierta ocasión el pastor de la iglesia del pueblo nos preguntó acerca de nuestra aldea. Preguntó cómo podría llegar, a qué distancia estaba y cuántas personas asistían a la iglesia allá. Se sorprendió al saber que sólo mi familia se reunía los sábados. Mi padre se puso muy feliz al enterarse de que el pastor visitaría nuestra iglesia. ¡Hacía años que ningún pastor visitaba nuestra iglesia! Siendo que no hay caminos que lleguen a nuestra aldea, el pastor caminó. Él no puede caminar tan © Centro Internacional de la Escuela Sabática www.pmministries.com Misión niños División del Pacífico Sur rápido como nosotros, así que tardó un día entero para llegar a nuestra aldea. Se hospedó con nosotros y adoramos en nuestra iglesia. Cuando vio la iglesia, le dijo a mi padre que necesitábamos un edificio nuevo. Tenía razón, pero no teníamos manera de comprar láminas metálicas para el techo ni reparar las paredes de bambú sin ayuda. El pastor prometió reunir fondos en la ciudad grande para ayudarnos a construir una iglesia nueva. Demoraron dos años en reunir el dinero y comprar los materiales para la iglesia. Llegó el día cuando el pastor les dijo a mis padres que vendría. Encontró otra manera de llegar a la aldea desde el otro lado de la isla y así no tendría que caminar tanto. Trajo a otras personas consigo que cargaban bolsas pesadas de cemento, cajas de clavos y láminas grandes de metal para el techo. Todos los de la aldea se acercaron para ayudar a las personas con sus pesadas cargas. Pronto terminaron de traer todos los materiales a la aldea. Iglesia nueva, creyentes nuevos Al día siguiente, mi abuelo, el jefe de la aldea, invitó a los aldeanos a ayudar a construir la iglesia nueva. Derribaron el edificio antiguo y comenzaron a construir la iglesia más grande y más bonita. Era tan emocionante ver el progreso de la construcción. Ya queríamos que llegara el momento de adorar en la iglesia nueva. La gente construía la iglesia durante el día y el pastor celebraba una campaña evangelística durante la noche en el palacio municipal. Al final del ciclo de conferencias dedicamos el edificio nuevo y bautizamos a 30 creyentes nuevos incluyendo a mi abuelo el jefe, mi abuela y mi tía. ¡Cuánta felicidad recibimos ese día! Los creyentes nuevos han dejado de hacer y beber kava. Ahora tienen más energía para mantener su casas en orden. Siembran alimentos saludables en vez de kava que les hacía tanto daño. Ahora, cuando papá hace sonar el tambor lali para invitar a la gente al culto, caminan desde sus casas a la iglesia nueva. Ahora hay suficientes niños para tener nuestra propia escuela sabática y reuniones juveniles. Además hay otros cuatro niños más que nos acompañan cuando caminamos a la escuela adventista cada semana. Me siento contento porque mi familia fue fiel: fiel para enseñarnos acerca de Dios, fiel en enviarnos a la escuela adventista. Narrador: Niños y niñas, las ofrendas para las misiones ayudan a iniciar iglesias nuevas en áreas nuevas y permiten que se fortalezcan las iglesias pequeñas. Demos nuestras ofrendas fielmente cada semana para que más niños puedan aprender acerca del gran amor de Jesús. © Centro Internacional de la Escuela Sabática www.pmministries.com