Querido Ethan: Ayer soñé contigo y al despertarme me ha venido a la mente todas las cosas que vivimos tú y yo juntos. Me he acordado de la noche en la que hablé contigo por primera vez, en aquel bar que a ninguno de los dos nos gustaba pero aún así seguíamos yendo porque a nuestros amigos les encantaba y no queríamos dejarlos solos allí. Incluso me acuerdo de de ropa que llevabas, ese jersey a rayas azul y blanco con las deportivas del mismo color que tanto me gustaban. Por aquel entonces tenías tu pelo moreno recién cortado y puesto hacia arriba con mucha gomina. También he recordado la canción que sonaba, la que luego se convirtió en nuestra canción. ¿Lo recuerdas? Los dos nos la sabíamos de memoria mientras sonaba en el estropeado televisor del bar, la habíamos escuchado tantas veces que incuso la tarareábamos casi sin darnos cuenta. Mientras que sonaba fue cuando por primera vez me miraste y me sonreíste con esa sonrisilla ladeada que tanto me gustaba al verme cantando desde la mesa de enfrente. Tus ojos verdes se fijaron en mí durante un par de segundos pero a mí me parecieron una eternidad. En ese momento te acercaste a mí y me dijiste un par de palabras que no conseguí entender por el alto volumen de la música pero logré responderte y hacer que nuestra conversación durase varias horas. También me he acordado del mejor momento de mi vida, el 14 de febrero de 2007. Para otra persona podía ser una fecha cualquiera o un simple día de San Valentín, pero para mí fue un día mucho más especial. Me acuerdo como si fuese ayer. Me llevaste al parque más cercano a mi casa y tras un tímido beso me dijiste “te quiero” y pude ver cómo se sonrojaban tus mejillas. Yo, de la sorpresa, solo conseguí responder un “yo también”. Y así empezó nuestra historia de amor. Todavía hoy, un año después de que te marcharas sin decirme nada, no puedo aguantar las lágrimas al pensar que ya no estás y no puedo evitar echar de menos todas esas tardes que pasamos juntos, abrazados, sin que nada ni nadie pudiese separarnos, echo de menos tus besos, tus caricias, los paseos por la playa en los días de verano y todas las noches que pasábamos en vela pensando en cómo sería nuestro futuro juntos. Nos daba igual que la gente nos dijese que éramos muy jóvenes y que lo nuestro no iba a durar más que un par de meses porque sabíamos que no iba a ser así. Sabíamos que estaríamos juntos hasta que muriésemos, incluso nos lo prometimos. Pero tú rompiste esa promesa y conseguiste que con un mísero adiós escrito en una nota, todo se desmoronase y me hiciste sentir como una tonta por haber creído que todas las cosas que me decías, todos tus besos y todos tus planes fuesen ciertos. No sé si alguna vez sentiste realmente algo por mí, pero quiero que sepas que todas las palabras que yo te dije fueron de verdad y siempre lo serán al igual que quiero que sepas que nadie te podrá querer nunca tanto como te quise yo. Sé que puede sonar algo infantil, pero es la verdad. Sentía cada beso como si fuese el primero y cada vez que estaba lejos de ti parecía que me faltaba una parte de mí. Sé que tú ya no estás, y como se suele decir en estos casos, la vida sigue aunque tenga que seguir adelante sin ti, y a pesar de abandonarme quería darte las gracias por todo, por hacerme sentir tan bien cuando estaba contigo y por hacerme sentir como la chica más afortunada aunque solo fuese por unos años. La ganadora del concurso en la modalidad de CARTAS DE AMOR es la alumna Raquel Ruibal Rodríguez, del grupo 4ºA.