Croacia: Tres años después de las operaciones Relámpago y

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FECHA DE EMBARGO: 00:01 HORAS GMT DEL MARTES 4 DE AGOSTO DE 1998
Croacia: Tres años después de las operaciones Relámpago y Tormenta,
tres años de denegación de la justicia y de la dignidad
La continua impunidad de que gozan los autores de cientos de homicidios perpetrados por las
fuerzas croatas en las ofensivas de 1995 es una inquietante señal de lo que podría aguardar a las víctimas y
a sus supervivientes en el último conflicto de la región —en la provincia de Kosovo—, ha declarado hoy
Amnistía Internacional, en un nuevo informe hecho público con motivo del tercer aniversario de la
Operación Tormenta, una de las ofensivas croatas tras las cuales la zona de Krajina quedó bajo el control
del gobierno croata.
Cuando se desarrollaron las operaciones Relámpago y Tormenta, recibieron una importante
difusión los cientos de homicidios —que incluían ejecuciones extrajudiciales bien documentadas—
cometidos por las fuerzas croatas, así como otras violaciones de derechos humanos como
«desapariciones», torturas —violaciones incluidas—, destrucción masiva y sistemática de casas, intentos de
expulsión y malos tratos.
Tres años después, y a pesar de las peticiones de la comunidad internacional a las autoridades
croatas para que tomen medidas, se sigue negando a los familiares de las víctimas la dignidad de un
entierro adecuado para sus seres queridos, cientos de crímenes siguen sin ser reconocidos e investigados, y
sus autores continúan gozando de la impunidad.
«Para las familias de los «desaparecidos» tanto a manos de fuerzas irregulares como del ejército, la
dignidad significa una tumba donde puedan llorar a sus muertos. Para las familias de las víctimas
enterradas en «tumbasjardín», significa una tumba debidamente señalada donde sus descendientes puedan
recordar también a los muertos. Para las familias de aquellos cuyos restos están enterrados bajo las filas de
cruces de madera que se apiñan en los cementerios de las ciudades, significa una tumba en las tierras de la
familia, bajo una lápida adecuada», ha manifestado Amnistía Internacional.
Las autoridades croatas han tratado de convencer a Amnistía Internacional y a la comunidad
internacional de que han tomado las medidas adecuadas para responder a las violaciones de derechos
humanos cometidas tras las ofensivas de las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, ex agentes de la policía han declarado ante los tribunales que las órdenes que
recibieron no fueron de proteger a la población civil, como han informado las autoridades a la comunidad
internacional, sino proteger bienes culturales o disparar a todo lo que se moviera.
La muerte de al menos cinco, y probablemente seis ancianos serbios de Croacia en la aldea de
Grubori, en el valle de Plavno, es el más conocido de los casos que las autoridades croatas han ignorado
abiertamente. Sin embargo, hay cientos de casos más en los que las víctimas no han recibido la justicia o la
dignidad que merecen.
Las autoridades no han facilitado nunca detalles sobre los casos concretos que se han puesto en
su conocimiento, sino que, por el contrario, han respondido indicando que estaba en marcha un gran
número de investigaciones y procesamientos. De los 2.849 casos que según las autoridades estaban
tramitando los tribunales en junio de 1996, menos del 2 por ciento eran de homicidio, pese a que, según
las propias estadísticas oficiales, más de 450 de los 900 cuerpos que enterraron eran de civiles.
En enero de 1998, las autoridades declararon que los tribunales estaban tramitando 5.580 casos,
pero en lugar de ser un reflejo de los casos adicionales derivados de las operaciones Relámpago y
Tormenta, estas cifras incluyen también actos criminales cometidos entre 1996 y 1998. Aunque las
autoridades prometieron dar prioridad al pequeño número de casos de violaciones de derechos humanos
que sí desembocaron en procesamientos, varios de ellos no han sido juzgados aún, pese a que las órdenes
de procesamiento se dictaron en 1995 ó 1996.
«A pesar de que hay numerosos testigos que siguen teniendo demasiado miedo a denunciar los
crímenes, las autoridades croatas no están eximidas de su deber de investigar y hacer comparecer ante la
justicia a quienes sean hallados responsables —ha manifestado Amnistía Internacional—. Las pruebas y la
documentación recabada por las organizaciones internacionales en 1995 deben incluirse en las actuaciones
que siguen los tribunales nacionales.»
La continua impunidad es un factor de mucho peso que contribuye a que los serbios de Croacia
sigan sin confiar en las autoridades croatas, ha declarado Amnistía Internacional. Cientos de miles de
serbios de Croacia que huyeron del conflicto entre 1991 y 1995 en sus lugares de origen siguen exiliados
en Bosnia-Herzegovina y en la República Federativa de Yugoslavia, incluida la provincia de Kosovo.
En Kosovo, los refugiados serbios de Croacia se han encontrado en el centro de una nueva
tragedia, convirtiéndose en las víctimas involuntarias de la manipulación política de las autoridades de la
República Federativa de Yugoslavia, y ahora son blanco de la oposición albanesa armada.
En su informe, Amnistía Internacional pide a las autoridades croatas que inicien investigaciones y
procesamientos de forma inmediata, independiente, imparcial y exhaustiva. La organización ha
recomendado asimismo que las autoridades indemnicen a las víctimas y adopten medidas para prevenir
violaciones en el futuro, en estricta conformidad con el derecho y las normas internacionales.
La organización ha pedido también al gobierno croata que investigue si ha habido algún intento
de encubrir los crímenes cometidos durante y después de las operaciones Relámpago y Tormenta.
«No se han olvidado en absoluto los graves crímenes cometidos durante y después de las
operaciones Relámpago y Tormenta —ha declarado Amnistía Internacional—. ¿Se va a permitir a las
autoridades croatas que enseñen la lección de que si se espera a que la indignación y las críticas amainen,
la comunidad internacional terminará perdiendo el interés y olvidando? A menos que se tomen medidas,
puede que la inmensa mayoría de los autores nunca tengan que responder de sus crímenes, y que los
hechos se pierdan para la historia.»
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