TRINIDAD TRICÉFALA O TRIFACIAL - Universidad Complutense de

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TRINIDAD TRICÉFALA O TRIFACIAL
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Tema: Trinidad tricéfala o Trinidad trifacial. Aunque en el sentido estricto de la palabra,
la Trinidad tricéfala hace referencia a aquélla que presenta tres cabezas y la trifacial a la
que posee tres rostros adyacentes, ambos términos pueden considerarse sinónimos y
utilizarse indistintamente para referirse a esta tipología iconográfica1.
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Palabras claves: Trinidad antropomorfa, Iconografía cristiana, Baja Edad Media.
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Síntesis del tema: La Trinidad tricéfala se distingue por presentar un solo cuerpo del que
emergen tres cabezas independientes. La Trinidad trifacial, que guarda estrechas
similitudes con la anterior, está formada en cambio por un solo cuerpo y una única cabeza,
poseyendo ésta tres rostros adyacentes, que presentan generalmente cuatro ojos, tres
narices y tres bocas. Ambas son variantes de una misma tipología iconográfica y pueden
representarse de cuerpo entero o solamente de busto. Insisten en la igualdad de las tres
hipóstasis, de ahí la identidad perfecta entre Padre, Hijo y Espíritu, que llegan a compartir
un mismo cuerpo. Sin embargo, su proximidad iconográfica con las representaciones del
diablo, llevó a marginarlas poco a poco en la producción artística posterior al Concilio de
Trento.
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Fuentes escritas: la noción de la Trinidad, como fusión de tres figuras idénticas (Padre,
Hijo y Espíritu) parece desprenderse de algunos pasajes bíblicos, aunque éstos son más
bien escasos:
o en el episodio de la hospitalidad de Abraham (Génesis 18, 1-22), el patriarca ve
tres varones. A lo largo del texto, unas veces se alude a “tres varones” y otras a
Yavé, mezclando singular y plural al referirse a éstos. Tal ambigüedad dio lugar a
que desde finales del siglo IV y principios del siglo V, autores como San Agustín,
vieran aquí una manifestación de la Trinidad. San Agustín afirmó que Abraham
“vio tres pero adoró uno solo” (tres vidit, unum adoravit), palabras que justificarán
el desarrollo de la iconografía que ahora comentamos, tal como puede verse en una
de las miniaturas de la Biblia de Cambridge (St.John’s College, ms. K 26, fol. 9v),
de hacia 1270 (véase apartado precedentes, transformaciones y proyección).
o en Juan 14, 9 se recoge: “Jesús le dijo: Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con
vosotros y no me habéis conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre[…]”
(edición castellana de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), Madrid, 1986),
admitiendo así la identificación o confusión entre las personas de la Trinidad.
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1
Fuentes no escritas: La Trinidad tricéfala o trifacial cuenta con importantes referentes
visuales (fuentes iconográficas), tanto en el mundo cristiano como en el pagano. Distintas
religiones, de Oriente y Occidente, profesaron culto a divinidades multicéfalas,
produciendo imágenes que pudieron servir de lejana inspiración al arte cristiano. Así las
fuentes más remotas podrían rastrearse en Asia, en el Trimurti hindú, imagen triple de
Shiva, Visna y Brahma, que acostumbra a presentar un rostro y tres cabezas adyacentes.
Algo más cercanas resultarían las obras de la Antigüedad clásica, más concretamente las
representaciones de Hécate (diosa de los partos, adoptada por los griegos, representada con
tres cabezas) y las del perro Cerberos (también de tres cabezas, procedente igualmente de
la mitología griega). Más próximos aún serían los dioses policéfalos del mundo germánico
altomedieval. Petazzoni2 consideraba que entre los germánicos había existido una religión
Así lo hacen Petazzoni (1946), “The pagan origins...”, pp. 135-155, Réau (1956), Iconographie..., pp. 21-22, y
Pamplona (1970), Iconografía..., pp. 39-53, entre otros.
2
Petazzoni (1946), “The pagan origins...”, op.cit., pp. 135-155.
solar común basada en el culto a un dios policéfalo, que recibía distintos nombres en
función de las regiones (Triglav, Svantevit, Rugievit, Lug, etc.) y del que se decía tenía
tres, cuatro, o siete cabezas. En cualquier caso, la existencia de divinidades multicéfalas
entre los germánicos europeos probablemente influyó en la génesis de la imagen de la
Trinidad tricéfala.
Dentro de las fronteras culturales cristianas, hubo otros referentes. De hecho, uno de los
problemas de la Trinidad tricéfala es su conexión con las imágenes policéfalas del
demonio. La multicefalia se empleó en el mundo cristiano para crear dos imágenes
diametralmente opuestas, la de la Trinidad y la del Diablo. Esto ha generado un debate
entre los investigadores, pues no conciben como dos ideas opuestas pudieron expresarse
del mismo modo. Además las imágenes multicéfalas del Diablo parecen ser anteriores a
las de la Trinidad, lo que ha hecho pensar en la posibilidad de que la iconografía de la
Trinidad estuviese inspirada en la del Diablo, algo muy difícil de asumir por los estudiosos
del tema. En uno de sus artículos François Boespflug3 se ocupó de estas cuestiones.
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Extensión geográfica y cronológica: encontramos ejemplos de esta iconografía desde los
siglos XII-XIII hasta el XIX, dispersos por un área geográfica muy extensa que abarca no
sólo la Europa Occidental (Francia, España, Italia, Balcanes, etc.) sino también
Hispanoamérica. Para más detalle, véase el epígrafe imágenes.
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Soportes y técnicas: cuatro técnicas se prestaron especialmente a esta iconografía: la
escultura, los manuscritos iluminados, los grabados y la pintura mural. Para más detalle,
véase el epígrafe imágenes.
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Precedentes, transformaciones y proyección: Como se ha explicado en el apartado de
fuentes no escritas, la Trinidad tricéfala/trifacial contó con antecedentes en la Antigüedad
clásica, por haberse representado entonces seres policéfalos como Hécate o Cerberos [para
más detalles sobre Hécate, véase el enlace a la base de datos Olympos, dirigida por la prof.
https://campusvirtual.ucm.es/SCRIPT/portal-5859886Isabel
Rodríguez
López
1/scripts/serve_home ]
Sin embargo, el uso de una imagen multicéfala que sirviese claramente para referirse a la
Trinidad no aparece definido hasta bien entrada la Edad Media. En el tránsito del siglo XII
al XIII encontramos en algunos canecillos de templos cristianos, especialmente en el
ámbito francés, los llamados Vultus Trifrons, cabezas de triple rostro, que fueron
consideradas hace algunas décadas formas puramente decorativas carentes de significado
religioso 4 , pero que tal vez deberíamos considerar las primeras manifestaciones de las
Trinidades trifaciales. No obstante, la iconografía de la Trinidad tricéfala/trifacial parece
abrirse paso, consolidarse y difundirse entre fines del siglo XIII y comienzos del siglo XIV.
Así una de las obras más interesante es una miniatura del hacia 1270 (Biblia de Cambridge,
St.John’s Collage, ms. K 26, fol. 9v) que ilustra la Hospitalidad de Abraham, en la que se
ve al patriarca arrodillado ante un ser de un solo cuerpo de cuyo cuello salen tres cabezas y
que se identifica con la Trinidad en base a una inscripción colocada en el reverso (De
Domino apparente Abrahe in figura Trinitatis).
En el siglo XIV abunda esta iconografía en Francia, Italia y el área de los Balcanes. Es
muy empleada en los siglos finales de la Edad Media, en combinación con
representaciones geométricas, así por ejemplo en la Trinidad de Manresa (del siglo XV) o
la de Culebras (del siglo XVI) un dios trifacial sostiene un triángulo en el que se inscriben
esferas e inscripciones relativas a la diferencia versus igualdad del Padre, Hijo y Espíritu.
3
4
Boespflug (1998), Le diable et la trinité..., pp. 156-175.
Pamplona (1970), Iconografía..., op.cit., p. 39.
Sin embargo pronto serán criticadas en el ambiente eclesiástico, al ser consideradas
monstruosas y heréticas. Expresaron su rechazo a esta imagen J. Gerson (s. XV, canciller
de la Universidad de París), San Antonino (1398-1459, arzobispo de Florencia), J.
Molanus (s. XVI, teólogo de la Universidad de Lovaina), quien influyó a su vez en el papa
Urbano VIII que condenó la imagen en 1628, y finalmente el papa Benedicto XIV que
renovó la condena a través de la bula de 1745. Esto no impidió la supervivencia de esta
imagen en la ambientes populares, rurales y/o alejados geográficamente de los grandes
centros católicos, como por ej. la Trinidad sobre el paño de la Verónica del Museo
Nacional del Virreinato de Tepotzotlán (México, s. XVIII).
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Prefiguras y temas afines: tema que carece de prefiguras en el Antiguo Testamento.
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Imágenes:
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Vultus Trifrons, Canecillo de San Martin de Artaiz (Navarra), talla sobre piedra, s. XII
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Hospitalidad de Abraham con la imagen de la Trinidad Tricéfala, Biblia de Cambridge,
libro ilustrado, St.John’s College, ms. K 26, fol. 9v, ca. 1270
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Trinidad trifacial, Iglesia de San Quiriace de Provins (Francia), pintura mural, s. XVI
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Trinidad trifacial y geométrica, Monasterio de Tulebras, pintura sobre tabla, Jerónimo
Cósida, ca. 1570
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Trinidad trifacial sobre el paño de la Verónica, Colección del Museo Nacional
delVirreinato de Tepotzotlán (México) , óleo sobre lienzo, s. XVIII
Bibliografía:
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BOESPFLUG, François (1998): “Le diable et la trinité tricéphales. A propos d’une
pseudo- « vision de la Trinité » advenue à un novice de saint Norbert de Xanten »,
Revue des sciences religieuses, vol. LXXII, núm. 2, pp. 156-175.
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PAMPLONA, Germán (1970): Iconografía de la Santísima Trinidad en el arte
medieval español. Instituto Diego Velázquez, Madrid.
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PETAZZONI, R. (1946): “The pagan origins of the three-headed representations of the
Christian Trinity”, Journal of the Warburg and Courtland Institutes, vol. IX, pp. 135155.
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RÉAU, Louis (1956): Iconographie de l’art chrétien. Presses Universitaires de France.
París, vol. II- parte I (Iconographie de la Bible-Ancien Testament).
Autor/es y dirección electrónica: Irene González Hernando - [email protected]
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