R OMANTICISMO

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ROMANTICISMO

Introducción
En la primera mitad del siglo XIX, sirviendo de contexto a la literatura romántica, se producen
grandes movimientos, que bien pudieran llamarse revoluciones: el nacionalismo, la democracia, el
industrialismo y la protesta social.
Los cuatro movimientos desembocan en formas coincidentes de insatisfacción y de rebeldía
poniendo en crisis la situación mundial. Este conjunto de cambios en lo político, en lo económico,
en lo social y aún en la técnica y la ciencia, operados en la primera mitad del siglo XIX forma parte
del período llamado Romanticismo.

Características:
a) Lector
- Pasión por la naturaleza.
- Sentimiento de rebeldía.
- Trata de evadir la crisis concibiendo la vida con una nueva dimensión que se antoja plena y
sin limitaciones.
- Predominio de la emoción sobre la lógica.
- Individualismo.
- Predominio de la sensibilidad y de la imaginación.
b) Escritor
- Aceptación de una postura anteclásica = liberación de normas y preferencia del sentimiento
sobre la razón.
- Predominio de la sensibilidad y de la imaginación.
- Concede todos los derechos a la fantasía.
- Sienten insatisfacción respecto de su tiempo.
- Interés por el pasado histórico, especialmente por la Edad Media.
- Sentimiento de rebeldía.
- Libertad.
- Individualismo.
- Acercamiento al pueblo.
- Repudio de la distinción rígida de los géneros literarios.
- Predomina la expresión rígida de frenesí y de frustraciones, hay cantos de dolor, melancolía
y hastío.
- Se desprecia la creación meditada y pulida.
- El héroe se torna antihéroe, y sus modelos son el delincuente, el renegado y la escoria
social.
- Desesperación.
- En cuanto al lenguaje, se torna más musical, más cromático y hay novedad y abundancia
de metáforas.
c) Sociedad
Influencias
Negativas:
- Existen jóvenes quienes, abanderados con supuestos ideales religiosos y patrióticos
ofrendan estérilmente sus vidas promoviendo revoluciones.
Positivas:
- Afán democrático.
- Protesta justificada.
- Anhelo renovador.
-
Sentimentalismo.
Libertad.
- Se presenta en la juventud, se le desdeña calificándola de “pueril”.
- Predominio de la intuición sobre la certidumbre de la ciencia.
d) Historia
El romanticismo, que cabe considerar surgido en Alemania, se expandió por toda Europa y aún
por América hispana.
En Alemania existieron dos corrientes iniciales, conocidas como el “círculo de Jena” y “círculo
de Heildeberg”. En el Reino Unido, se considera que el movimiento romántico se inició en 1800
con la publicación de las “Baladas líricas”, de los poetas William Wordsworth y Samuel Taylor
Coleridge; en cuyo prólogo - que se considera el manifiesto literario del romanticismo - se
destaca la importancia del sentimiento y de la imaginación en la creación poética. Pero la línea
principal del romanticismo británico es la que representan Lord Byron y Kets.
Sin embargo, fue Francia uno de los principales reductos del romanticismo, especialmente a
partir de 1815, el año de la Batalla de Waterloo en que fuera derrotado Napoléon; con nombres
como Víctor Hugo, Alfred de Musset, Alexandre Dumas, Lamartine, Chateaubriand, Mme. de
Staël, y muchos otros. Esta última publicó en 1810 un libro titulado “Sobre Alemania” en que
defendió enfáticamente la superioridad del romanticismo sobre el clasicismo.
Consecuentemente con la costumbre de las épocas monárquica y del Imperio, existieron en
París algunos “salones” frecuentados por los intelectuales afines al romanticismo.
El movimiento romántico tuvo también fuerte manifestación en Italia, donde se vinculó a las
corrientes de pensamiento nacionalista y de la unificación política del llamado Rissorgimento.
El nacionalismo fue asimismo una doctrina fuertemente asociada al romanticismo en Rusia,
donde junto a autores como Gogol y Pushkin, se generó una importantísima producción de
nacionalismo romántico en la música.
El período romántico fue contemporáneo de los movimientos independentistas en
Hispanoamérica. La importante corriente de viajeros a Europa entre los líderes de la revolución
americana, así como los componentes liberales y nacionalistas de su contenido, impulsaron la
difusión de los conceptos del romanticismo; aunque no tuvieron un firme asidero en la
literatura, que prontamente adoptó otras líneas propias, de las cuales la más importante y
pujante fue el modernismo.
Entre los principales literatos americanos inscriptos en el movimiento romántico, puede
mencionarse al argentino José Mármol, argentino autor de la novela “Amalia”; al jurista
venezolano Andrés Bello (1761-1865) autor de una “Oda a la agricultura de la zona tórrida” y
que, habiendo vivido desde 1829 en Chile, en 1862 fundó allí la Universidad y redactó un
importante Código Civil; al colombiano Jorge Isaacs; y al norteamericano Washington Irving.
El romanticismo fue perdiendo su gran impulso, hacia mediados del siglo XIX. Por lo menos en
el campo literario, donde surgieron nuevos movimientos, tales como el parnasianismo y el
simbolismo en la poesía, o el realismo y el naturalismo en la prosa.
Sin embargo, aunque no en una forma pura y elevada sino más bien como un concepto
general - y a menudo como referencia inapropiada, respecto de ciertos tipos de expresión
cultural masificada - sigue siendo un término de referencia para ciertos tipos de estilos y de
contenidos, tanto en la literatura como en algunas formas surgidas a partir de las tecnologías
del cine y la televisión, que en algunos casos han alcanzado ciertos niveles aceptables de
calidad cultural.

Contexto histórico del romanticismo español.
También en España el surgimiento del movimiento del romanticismo literario estuvo
fuertemente vinculado a la evolución de los sucesos históricos, y especialmente al surgimiento
del nacionalismo como un fenómeno político occidental preponderante en el Siglo XIX.
Como en muchos otros componentes de la historia de la España moderna, el surgimiento del
romanticismo español, se vincula fuertemente con la caída de Napoleón luego de su derrota en
Waterloo; y la evolución de la sociedad española luego de la desaparición del gobierno
impuesto en la península ibérica por las invasiones napoleónicas.
Las Revoluciones Francesa y Norteamericana de fines del Siglo XVIII, impulsaron el
surgimiento de corrientes de pensamiento liberal, republicano y antimonárquico en casi toda
Europa. Por otra parte, la oposición al bonapartismo y a las ideas republicanas, estuvo dirigida
por la Santa Alianza, que apoyó a los monarcas absolutistas en los principales Estados
europeos.
Cuando en 1833 muere el Rey Fernando VII, que a pesar de haberse aprobado una
Constitución de Cádiz en 1812 había restablecido la monarquía absolutista, estalló en España
la primera de las Guerras Carlistas, en que luego de 7 años los partidarios de que ascendiera
al trono español el hermano de Felipe, Carlos V, fueron derrotados por los partidarios de
Isabel, hija de Felipe.
A la derrota de los Carlistas siguió una etapa de gran inestabilidad política, pautada por una
fuerte corriente antimonárquica que desembocó en la revolución de 1868 que dejó al Gral. Prim
como hombre fuerte. Luego de 2 años de una inestable monarquía bajo el reinado de Amadeo I
de Saboya, sobrevino la Primera República, que no alcanzó a durar un año; y que fue seguida
por otro gobierno revolucionario encabezado por el Gral. Serrano.
Asesinado el Gral. Prim en 1871, el gobierno pro-monárquico de Cánovas del Castillo
restableció la monarquía proclamándose rey en 1874 a Alfonso XII, hijo de Isabel y nieto de
Fernando VII. La situación militar internacional de España fue altamente negativa, debiendo
enfrentar la Guerra de Cuba con EE.U. y la de las Filipinas, ambas perdidas en 1898.
Cabe considerar que los comienzos del romanticismo español lo constituyen los poemas
escritos hacia 1823 por José Joaquín de Mora, por entonces desterrado en Londres; a quien se
señala como uno de los tres impulsores iniciales del romanticismo, conjuntamente con Alcalá
Galiano y Blanco White.
A la muerte de Fernando VII retornaron a España un grupo de políticos e intelectuales
liberales, y comenzó a publicarse en Madrid una revista literaria de orientación romántica,
llamada “El Europeo” en que aparecen, entre otras, las obras de Mariano José de Larra. En los
años de 1830 y 1840 aparecen las principales obras clásicas del período inicial del
romanticismo español, especialmente las de Zorrilla, Espronceda, Bretón de los Herreros,
Mesonero Romanos. Poco después aparecen las obras de Bécquer, la gallega Rosalía de
Castro, de Miguel de Campoamor y de Núñez de Arce.
El período de oro del romanticismo español se prolonga hasta la época de publicación del
célebre “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla, aparecido en 1844; pero indudablemente, los
factores esenciales del movimiento romántico permanecen firmemente arraigados, y en alguna
medida, se manifiestan en buena parte de la literatura posterior.
FUENTES
http://www.liceodigital.com/cuarto/literatu4/romantic.htm
Chávez-Oseguera. Literatura Universal 2. Publicaciones Cultural. México. 1999.
Brehm C., Mauricio. Lengua y Literatura Españolas. Esfinge. México. 1980.
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