STS 2195/2014 - ECLI

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Roj: STS 2195/2014 - ECLI:ES:TS:2014:2195
Id Cendoj: 28079130062014100309
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 6
Nº de Recurso: 3601/2011
Nº de Resolución:
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: WENCESLAO FRANCISCO OLEA GODOY
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a tres de Junio de dos mil catorce.
Visto por la Sala Tercera (Sección Sexta) del Tribunal Supremo, constituida por los Magistrados Excmos.
Sres. anotados al margen, el presente recurso de casación que con el número 3.601/11 ante la misma pende
de resolución interpuesto el Letrado de la Comunidad de Madrid en nombre y representación de la Comunidad
de Madrid contra la Sentencia de 14 de diciembre de 2.010 dictada en el recurso número 1378/07 por la Sala
de lo Contencioso Administrativo (Sección Segunda) del Tribunal Superior de Justicia de Madrid .
Comparece como recurrido el Procurador Don Antonio Pujol Varela en nombre y representación de Don
Aureliano
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- La Sentencia recurrida de fecha 14 de diciembre de 2.010 contiene la parte dispositiva
del siguiente tenor literal: <<que estimamos parcialmente el presente recurso contencioso administrativo
interpuesto por el procurador D. Antonio Pujol Varela, en representación de D. Aureliano , contra la resolución
del Jurado Territorial de Expropiación de la Comunidad de Madrid de fecha 26 de septiembre de 2007 dictada
en el expediente n° NUM000 correspondiente a la finca NUM001 del proyecto de expropiación nueva
carretera m-419 y su modificado n° 1 tramo: m-404 a Fuenlabrada. clave 7-n-048-m1 en el término municipal
de Fuenlabrada, anulando la misma por no ser conforme a derecho y determinando un justiprecio de la
finca afectada de 240.244,18 € más los intereses legales correspondientes. No ha lugar a hacer especial
pronunciamiento sobre las costas causadas en esta instancia.>>
SEGUNDO.- Notificada la anterior sentencia, por la representación procesal de la Comunidad de Madrid
se presentó escrito ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
preparando recurso de casación contra la misma. La Sala de instancia tuvo por preparado en tiempo y forma
el recurso de casación, emplazando a las partes para que comparezcan ante el Tribunal Supremo.
TERCERO.- Recibidas las actuaciones ante este Tribunal, la representación procesal de la Comunidad
de Madrid presentó escrito de interposición de recurso de casación contra la Sentencia indicada, que funda
en dos motivos; el primero de ellos, al amparo de lo que autoriza el artículo 88.1º.c) de la Ley Reguladora
de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa , denuncia que la sentencia de instancia vulnera el artículo 67
de la Ley Jurisdiccional y el artículo 218.2º de la Ley de Enjuiciamiento Civil ; al considerar que la sentencia
carece de motivación por lo que se refiere a las expectativas urbanísticas que se aprecia concurren en la finca
expropiada; sin que se conozcan las razones que llevaron a considerar por dicho concepto entre un 400 y
500 por 100 del valor del terreno.
El segundo de los motivos en que se funda el recurso, al amparo del artículo 88.1º.d) ya citado, denuncia
que la sentencia de instancia vulnera el artículo 46 de la Ley de Expropiación Forzosa y la jurisprudencia que
se cita, en orden a la fijación de la indemnización por división de la finca, sosteniéndose la improcedencia de
dicha indemnización porque la finca resultante tras la expropiación es superior a la unidad mínima de cultivo.
Se termina suplicando a la Sala que se dicte sentencia revocando la de instancia y confirmando el
acuerdo de valoración del jurado .
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CUARTO.- Teniendo por interpuesto y admitido a trámite el recurso de casación por esta Sala, se
emplazó a la representación procesal de Don Aureliano para que formalice su escrito de oposición, en el plazo
de treinta días, lo que realizó, oponiéndose al recurso de casación y suplicando a la Sala "... proceda a dictar
Sentencia en la que, desestimando el recurso de casación, proceda a confirmar la Sentencia impugnada, y
todo ello con expresa imposición de las costas causadas a la recurrente".
QUINTO.- Conclusas las actuaciones, se señaló para votación y fallo la audiencia del día 27 de mayo de
2.014, en cuyo acto tuvo lugar, habiéndose observado las formalidades legales referentes al procedimiento.
Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. Wenceslao Francisco Olea Godoy , Magistrado de la Sala.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO .- Para un adecuado tratamiento de los motivos en que se funda el presente recurso, es
necesario comenzar por señalar que el acto que había sido objeto de impugnación ante el Tribunal de instancia
y a que se da respuesta en la sentencia recurrida, era el acuerdo del Jurado Territorial de Madrid, en el que
se fijaba en la cantidad de 39.898,32 €, el justiprecio de los terrenos que le habían sido expropiados al ahora
recurrido para la ejecución del proyecto que ya nos es conocido.
En la fase de justiprecio la Administración expropiante presentó hoja de aprecio (obra a los folios 19 y
siguientes del expediente), en el que se valoraban los terrenos en su originaria condición de no urbanizables
-"labor secano"- de especial protección paisajística, aplicando el método de capitalización de renta que con
carácter subsidiario se establece en el artículo 26 de la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo
y Valoraciones , de donde se concluye en un valor unitario de 1,10 €/m2 que, aplicados a los 14.339,02 m2
objeto de expropiación, se concluye en un valor para el terreno de 17.350 € y un justiprecio de 18.217 €, al
incorporar el premio de afección.
El expropiado presenta hoja de aprecio en el que se valora el suelo también en su condición de no
urbanizable, pero por el método de comparación de fincas análogas establecido en el antes citado artículo 26
de la Ley Valoraciones , asignándose un valor unitario de 38,16 €/m2, de donde se concluye en un importe para
el terreno expropiado de 547.177 €. Se añade una indemnización del 50 por 100 del valor de la parte de finca
no expropiada, porque la construcción de la carretera dividía la finca matriz, ascendiendo la indemnización a la
cantidad de 604.492,18 €. De todo ello, aplicando el premio de afección a aquel primer importe exclusivamente,
se concluye en un justiprecio de 1.179.028,03 €.
A la vista de esa contradicción entre las valoraciones de las parte el acuerdo del jurado, acogiendo
la propuesta de su vocal técnico, fija una valor unitario a los terrenos, atendiendo a su condición de suelo
no urbanizable, de 2,65 €/m2, que se acoge de publicaciones oficiales sobre valores de fincas análogas
en el mismo término municipal; de donde se concluye en el justiprecio ya mencionado de 39.898,32 €, sin
consideración alguna a indemnización por división de la finca matriz.
En la demanda sostiene el expropiado la valoración realizada en vía administrativa y la sentencia,
como ya se ha dicho, estima en parte la pretensión, en la forma en que antes se ha dejado expuesto. En
efecto, en una fundamentación no del todo acorde a los argumentos aducidos en la demanda en apoyo de la
pretensión accionada, se hace referencia en el fundamento cuarto a la presunción de legalidad y acierto de
los acuerdos de los jurados de valoración, para abordar en el fundamento siguiente la jurisprudencia sobre
los sistemas generales y la necesidad de que los terrenos destinados a dichos sistemas sean valorados
como urbanizables, aun cuando el planeamiento aplicable los clasifique como no urbanizables, referencia a
la doctrina sobre los sistemas generales que no se había invocado por las partes; para seguidamente hacer
una aplicación al caso concreto declarando que "en el presente caso, ha quedado acreditada la calificación
del suelo como no urbanizable, debiendo valorarse el suelo de acuerdo con la misma. En relación al informe
de valoración realizado por el recurrente no puede ser apreciado por este Tribunal, pues, de una parte, la
jurisprudencia tiene dicho que el informe acompañado con la hoja de aprecio no es medio idóneo de tasación
dado su carácter parcial carente de la necesaria objetividad, por lo que no puede prevalecer sobre el acuerdo
del Jurado ( sentencias de la Sala 3ª del Tribunal Supremo de 30 de junio de 1992 , 30 de marzo de 1993
y 21 de noviembre de 1994 , entre otras), y de otra, porque sustituir un mero informe emitido a instancia
de parte para sustentar su hoja de aprecio, no merece el tratamiento de prueba, al no ser asimilable a la
prueba pericial actuada en sede de juicio con todas las garantías que conlleva la inmediación y contradicción.
Por otro lado, tampoco se pueden tener en cuenta los valores dados por el Jurado o este Tribunal en otros
recursos por tratarse de fincas afectas a otros proyectos de expropiación y no estar acreditado que se tratase
de fincas de análoga naturaleza ya que dicho criterio analógico solo debe prosperar cuando quede acreditada
la similitud de circunstancias (emplazamiento, naturaleza, destino, calificación, aprovechamiento urbanístico,
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etc.), concurrentes en las fincas a que dichas transacciones se refieren y la que es objeto de expropiación,
prueba que aquí se echa en falta. Por lo que se refiere al recurso a otros valores transaccionales para destruir
aquella presunción, debe recordarse que esta Sala tiene dicho que la referencia a valores transaccionales
no es criterio aceptable, sin más, para establecer el valor real de los bienes o derechos expropiados, ya
que la fijación de dichas valoraciones o precios incorporan factores ajenos a la pretensión o finalidad a que
responde el criterio estimativo del artículo 43 de la Ley de Expropiación Forzosa que por incorporar elementos
especulativos o negociales, o de conveniencia política, no son reveladores del valor o precio real de mercado."
Pese a la conclusión anterior, continúa la Sala declarando en el mismo fundamento que, sin perjuicio de
excluir valorar el suelo como urbanizable por aplicación de la jurisprudencia sobre los sistemas generales, sí se
considera que "no obstante lo expuesto, se ha de examinar si existen en este singular supuesto expectativas
urbanísticas. La ley 6/98 ha restablecido el criterio de la Ley del Suelo de 1.976 al disponer en su artículo
26 que el valor del suelo no urbanizable se determinará por el método de comparación a partir de valores de
fincas análogas y no hacer reserva alguna en relación con la imposibilidad de tener en cuenta las expectativas
urbanísticas que por tanto, podrán ser tenidas en cuenta. En todo caso, y por lo que a las expectativas
urbanísticas se refiere, debe tenerse en cuenta que es necesario que quede acreditada la realidad de las
mismas, pudiendo constituir un índice de tales expectativas una edificación progresiva de la zona o el hallarse
a escasos kilómetros de un núcleo urbano, con una razonable previsibilidad de que en un tiempo significativo
en términos económicos, el terreno vaya a ser incorporado al proceso urbanizador... No cabe duda, por tanto,
que ese concepto debe ser considerado. El criterio seguido por esta Sala ha sido el de incrementar el valor
unitario fijado en un porcentaje determinado, en función de las circunstancias de los terrenos (proximidad
a núcleos de población, a vías de comunicación, a centros de actividad económica, como más relevantes),
teniendo en cuenta que, como dice la sentencia del Tribunal Supremo de 19 julio 2005 : <<bajo la vigencia del
Texto Refundido de la Ley del Suelo y Ordenación Urbana de 1976 esta Sala ha venido considerando que en
el suelo no urbanizable es susceptible de ser valorado teniendo en cuenta sus expectativas urbanísticas. Se
exige que éstas sean reales y resulten probadas en función de las diversas circunstancias del terreno, como
la proximidad a suelo urbano y los servicios e infraestructura existentes. Su comprobación corresponde a la
apreciación probatoria que realice la Sala de instancia en el uso de su facultad exclusiva de apreciación de
la prueba. Pero estas expectativas no pueden derivar exclusivamente de la obra que motiva la expropiación,
puesto que el artículo 36 de la Ley de Expropiación forzosa dispone que <<las tasaciones se efectuarán
con arreglo al valor que tengan los bienes o derechos expropiables al tiempo de iniciarse el expediente de
justiprecio, sin tenerse en cuenta las plusvalías que sean consecuencia directa del plano o proyecto de obras
que dan lugar a la expropiación y las previsibles para el futuro>>...
A tal fin se han de tener en cuenta las siguientes consideraciones:
1) La valoración debe ir referida al 1 de marzo de 2005, en que se inició el expediente de justiprecio.
2) La finca expropiada disfruta de unas expectativas urbanísticas al estar en el ámbito de expansión
de Griñón.
3) Conforme al artículo 26, apartado 1, de la Ley 6/1998 , el justo precio del suelo se ha de determinar
por el método de comparación a partir de valores de fincas rústicas con las mismas expectativas urbanísticas,
emplazadas en un radio de quinientos metros de la litigiosa.
4) Si, por falta de la información imprescindible, no fuere posible la aplicación de la anterior fórmula, en
virtud del apartado 2 del mencionado artículo 26, el suelo se tasará conforme al criterio de capitalización de
sus rentas reales o potenciales, en cuyo caso el resultado se incrementará hasta un 500 por 100 para integrar
en el precio las expectativas urbanísticas, entendiendo este Tribunal que atendidas las circunstancias que
concurren en el presente caso, procede valorar dichas expectativas en un 400% del valor del suelo dado por
el Jurado (2,65 €/m2 lo que daría un valor de 13,25 €/m2.
Habiendo determinado el valor del suelo en 13,25 €/m2, y siendo la superficie expropiada de 14.339,02
m2, procede fijar por tal concepto, incluido el 5% de afección, la cantidad de 199.491,61 €."
Ante las alegaciones del expropiado, la sentencia entra a examinar la posibilidad de conceder una
indemnización por la división de la finca matriz por la construcción de la carretera, razonando al respecto
en el fundamento sexto, tras exponer lo que se considera la jurisprudencia de esta Sala casacional,
con abundante cita, que por lo que se refiere al caso de autos, "Siendo criterio de esta Sala que solo
procederá la indemnización expropiación parcial cuando por tal concepto se alcance un porcentaje del 20% y
correspondiendo la superficie expropiada a un 31,15% procede indemnización por tal concepto en un importe
de 40.752,57 €."
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SEGUNDO .- A la vista de esas razones se formula el presente recurso que, como ya hemos dicho,
contiene un primer motivo en el que por la vía del "error in procedendo" del artículo 88.1º.c) de la Ley
Jurisdiccional , lo que se reprocha es que la sentencia de instancia adolece de falta de motivación, infringiendo
la exigencia que se impone en los artículos 67.1º de la Ley Jurisdiccional y 218.2º de la Ley de Enjuiciamiento
Civil .
En la fundamentación del motivo, la defensa autonómica centra la casi totalidad de la misma en la
trascripción de dos sentencias de esta Sala que resultan ineficaces a los efectos pretendidos desde el mismo
momento en que, como se ha declarado por la jurisprudencia de esta Sala que por conocida exime de cita
concreta, cuando se invoca la jurisprudencia como infracción de la sentencias recurridas en casación, es
obligado hacer una singularización del supuesto a que se refiere la sentencia invocada en relación con el caso
enjuiciado, y es lo cierto que en la mencionada fundamentación ni se hace indicación de esa singularización
de supuestos ni es previsible que pudieran realizarse.
La motivación, como manifestación del derecho a la tutela judicial efectiva, según reiterada
jurisprudencia de esta Sala y del Tribunal Constitucional, exige que los Tribunales, al dictar sentencia, den
cuenta de las razones por las que se concluye en el fallo que se dicta, cumpliendo, de una parte, una exigencia
de cortesía procesal en cuanto los ciudadanos tienen derecho a conocer las razones jurídicas por las cuales
se desestiman o estiman sus pretensiones; pero sobre todo, constituye una auténtica garantía constitucional,
integrado en el derecho a obtener una tutela judicial efectiva, porque sólo conociendo las razones por las
que se desestiman sus pretensiones, podrán los ciudadanos invocar las razones en contra de las reseñadas
en las sentencias, pudiendo defender sus derechos. Incluso, la expresión de esas razones en las sentencias
permite que en el sistema de recursos los Tribunales superiores que hayan de examinar la legalidad de la
decisión, puedan revisarlas con garantía, al conocer los motivos que llevaron a los Tribunales inferiores a la
decisión que han de revisar.
En ese sentido se ha declarado en la sentencia de 18 de junio de 2012 (recurso 676/2011) que "existe
una reiterada doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional que mantiene que el derecho a la tutela
judicial efectiva aunque no garantiza el acierto judicial en la interpretación y aplicación del derecho, sí que
exige, en todo caso, que la respuesta judicial a las pretensiones planteadas por las partes, esté motivada con
un razonamiento congruente fundado en derecho ( STC 224/2003, 15 de diciembre ) para evidenciar que el
fallo de la resolución no es un simple y arbitrario acto de voluntad del juzgador ( STC 24/1990, de 15 de febrero
)." De donde cabe concluir que la exigencia de la motivación no es sólo un requisito de forma. Ahora bien,
teniendo en cuenta esa relevancia de la exigencia de la motivación, se ha declarado en dicha sentencia que
"el deber de motivación de las resoluciones judiciales no autoriza a exigir un razonamiento jurídico exhaustivo
pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la cuestión que se
decide, sino que deben considerarse suficientemente motivadas aquellas resoluciones judiciales que vengan
apoyadas en razones que permitan conocer cuáles hayan sido los criterios jurídicos fundamentadores de la
decisión, es decir, la <<ratio decidendi>> que ha determinado aquélla." Y en esa delimitación de la exigencia
de la motivación, se declara que "es continua y reiterada la afirmación de una posible motivación breve y
sintética que contenga los elementos y razones de juicio que permitan conocer cuáles han sido los criterios
jurídicos en que se sustenta la decisión ( SSTC 58/1997, de 18 de marzo , 25/2000, de 31 de enero ) e incluso
se ha reputado como constitucionalmente aceptable desde las exigencias de la motivación del artículo 24.1
CE la que tiene lugar por remisión o motivación <<aliunde>> ( SSTC 108/2001, de 23 de abril y 171/2002, de
30 de septiembre ). Sin olvidar que para entender que una resolución judicial está razonada es preciso que
el razonamiento que en ella se contiene no sea arbitrario, ni irrazonable, ni incurra en un error patente ( STC
214/1999, de 29 de noviembre )."
Pues bien, sentado lo anterior, no puede apreciarse que en el caso de autos exista el vicio formal que
se denuncia respecto de la sentencia. Como ya hemos visto y cabe apreciar de manera manifiesta, la Sala
sentenciadora da razones por las que se concluye en el fallo estimatorio parcial de la pretensión del recurrente.
Y si se centra el debate en relación con la motivación en la apreciación de expectativas urbanísticas en los
terrenos expropiados, que es lo que se hace en el motivo casacional, es lo cierto que si bien la sentencia,
en efecto, hace referencia a la mencionada jurisprudencia, nunca pretendió el recurrente y expropiado que
los terrenos se valorasen como urbanizables por considerar que la carretera de autos debiera considerarse
como un sistema general.
Lo relevante a los efectos de la exigencia formal que ahora nos ocupa al examinar el motivo casacional
es que la sentencia sí se refiere también de manera expresa -ya se ha dejado constancia de ello- a la
procedencia de aplicar en el caso de autos expectativas urbanísticas. Y se dan razones en concreto por las
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que considera el Tribunal "a quo" procedente aplicar dichas expectativas; otra cosa será que no se compartan
esas razones, porque en ese caso ya no nos encontramos con un vicio formal de las sentencias que pudiera
hacerse valer por la vía casacional elegida. Porque no es admisible, como parece sostenerse en el motivo,
que pueda comprenderse en el ámbito de la motivación las conclusiones sobre si se aprecia un determinado
porcentaje de esas expectativas o incluso si procedía o no aceptarlas para incrementar el valor de los terrenos,
porque esas cuestiones no pertenecen ya a la esfera formal de la motivación, menos aún que sirviera para
justificar un motivo casacional por la vía del párrafo c) del artículo 88.1º; sino que ya constituiría una cuestión
sustantiva, bien por la vía de la apreciación de la prueba, en los estrechos márgenes en que es admisible en
el recurso de casación, bien por infracción de las normas sobre valoración pero, en todo caso, por la vía del
"error in iudicando" del párrafo d) del precepto.
Las razones expuestas obligan a la desestimación del motivo.
TERCERO .- El segundo de los motivos no deja tampoco de ofrecer problemas de fundamentación. Ya
de entrada, se refiere exclusivamente a una de las partidas del justiprecio, la de la indemnización por demérito
de la finca, y en relación con ella se invoca como vulnerado el artículo 46 de la Ley de Expropiación Forzosa ,
en cuanto se considera que la Sala de instancia acoge una indemnización referida al porcentaje sobre el valor
de la parte no expropiada equivalente al porcentaje de reducción de la finca matriz.
Se examina esta cuestión en el fundamento sexto de la sentencia en el que, tras exponer lo que se
considera la jurisprudencia sobre indemnización en expropiaciones en que se ocasiona la división y reducción
de la superficie de la finca matriz y que dicha indemnización no ha de participar del premio de afección, declara
en relación con el presente caso que "el único dato objetivo existente es que de una finca de matriz de 25.088
m2 se expropian 5.824 m2 es decir el 23,21 % de la finca originaría. La Ley de Expropiación Forzosa, establece
que en su artículo 46 que <<se incluirá en el justiprecio la indemnización por los perjuicios que se produzcan a
consecuencia de la expropiación parcial de la finca>>, pero no establece método alguno para calcular el monto
de esa indemnización. Ha sido la jurisprudencia la que ha creado ese método de aplicar un porcentaje cuya
determinación se deja al prudente arbitrio (arbitrio decimos, no arbitrariedad) del Tribunal. Y en uso de esa
libertad estimativa los porcentajes aplicados pueden ser -y de hecho han sido - muy variados. Por ejemplo: el
12,25% ( STS de 22 de marzo de 1993 ) el 25% ( STS de 16 de noviembre de 1984 y STS de 19 de noviembre
de 1997 ; el 50% ( STS, de 20 de abril de 1983 ), e incluso el 90% ( STS de 12 de diciembre de 1984 ).
Por lo que hace a la superficie sobre la que ese porcentaje ha de girarse, suele ser a de la parte de
finca no expropiada. E incluso, tiene dicho que ésa es la fórmula más adecuada (así en la STS de 22 de
marzo de 1993 ).
La Sala entiende que a falta de prueba el 23,21 % sea idóneo por lo que la indemnización sobre el
terreno no expropiado con un valor a su vez de 23,21 % del precio fijado como valor neto del suelo si bien
como señala la Sentencia del Tribunal Supremo de 12 de junio de 2007 , siguiendo sentencias de 12-6-98 ,
27-9-2004 y 13-5-2005 , es doctrina reiterada <<que la valoración efectuada en la hoja de aprecio es vinculante
para la parte que la presente en base a la teoría de los actos propios, dado que el artículo 34 de la Ley de
Expropiación Forzosa , que la recurrente cita como infringido, establece que el justiprecio debe fijarse a la
vista de las hojas de aprecio formuladas por el propietario y la Administración, alcanzando la vinculación tanto
a los conceptos indemnizables como al <<quantum>>, de manera que, como dice la sentencia de 23 de mayo
de 1995 , no cabe conceder por cada uno de los conceptos indemnizables mayor cantidad que la solicitada en
dicha hoja de aprecio, a diferencia de lo que sucede respecto de las partidas que los integran cuya elevación
no altera el petitum siempre que se respete la cuantía máxima del que se trate, puesto que los criterios y
métodos de valoración de los diferentes conceptos son heterogéneos mientras que los que se siguen para
justipreciar el mismo bien o derecho resultan homogéneos y cabe su mutación en tanto no se sobrepase la
suma total de unos y otros>>.
Siendo criterio de esta Sala que solo procederá la indemnización expropiación parcial cuando por tal
concepto se alcance un porcentaje del 20% y correspondiendo la superficie expropiada a un 31,15% procede
indemnización por tal concepto en un importe de 40.752,57 €."
Cabe concluir de lo trascrito una deficiente argumentación, porque si bien parece sostenerse que
habiendo ocasionado la expropiación parcial de la finca una reducción de la finca matriz del 23,21 por 100,
parece concluirse que debiera ser ese porcentaje el que debería comprender la indemnización. Ahora bien,
la referencia que se hace a la doctrina sobre la vinculación a las hojas de aprecio de la propiedad, parece
concluir en acoger una indemnización por importe de 40.752,57 €, que no se concreta de manera expresa
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de donde surge, cuando en el último párrafo se hace referencia a que la superficie expropiada comporta el
31,15 por 100 de la finca matriz.
Si perjuicio de las consideraciones que dicho razonamiento comporta desde el punto de vista formal
-ahora sí-, que no se impugna por la vía oportuna, es lo cierto que esta Sala no puede compartir los
razonamientos de que se parte en la sentencia de instancias que, en la forma en que se hace el argumento,
parece partirse de que en todo caso cuando la expropiación comporte una reducción de la finca matriz,
procede, de conformidad con lo establecido en el artículo 46 de la Ley de Expropiación Forzosa , reconocer
una indemnización que deberá integrar el justiprecio. Al menos se llega en el razonar de la sentencia es a que
esa indemnización es, cuando menos preceptiva, si la reducción de la finca afecte a más del 20 por 100 de
la finca matriz, conforme a la jurisprudencia que se cita.
No podemos compartir ese criterio. En primer lugar, porque estas indemnizaciones cuando se trata de
expropiaciones de finca no puede estimarse de aplicación el régimen establecido en el artículo 46 antes citado
que, como cabe concluir de su contenido, está vinculado al artículo 23 de la misma Ley de Expropiación ,
referido a los supuestos en que, cuando se trate de expropiación parcial de fincas y la parte no expropiada
resulte antieconómica para el propietario, la Administración puede, a instancias del expropiado, proceder a la
expropiación total de la finca; pero como quiera que la Administración puede no estar interesada en adquirir
bienes que no necesita para la utilidad pública del proyecto de que se trate, se permite que se pueda optar
discrecionalmente por una indemnización que compense ese demérito de la finca originaria (en este sentido,
entre otras Sentencia de 24 de Octubre del 2011; recurso: 2637/2008 ). Pero no es eso lo que acontece en el
presente caso en que nunca se invocó por el expropiado que la porción de finca le resultase antieconómica.
Otra cosa será, y es ahí donde ha de encontrar justificación el reconocimiento de la reclamación de
indemnización, que por la expropiación parcial de una finca, la parte no expropiada se vea perjudicada en la
misma explotación que en ella se lleva a cabo, bien por dificultar dicha explotación por aislamiento de parte de
la finca, bien por hacer más onerosa la misma o afectar a elementos esenciales de la explotación que han de
reponerse. En tales supuestos, la indemnización tiene como presupuesto ese demérito, como viene acuñando
la terminología forense, de la explotación que se lleva a cabo en la finca y ha de encontrar amparo en la
exigencia de que la expropiación garantice la plena satisfacción que comporta en el patrimonio del expropiado.
Como se declara en la sentencia de 3 de diciembre de 2012 (recurso de casación 1242/2010 ) "es un principio
general contenido en el artículo 1 LEF , reiteradamente proclamado por la jurisprudencia de esta Sala, que
la indemnización del expediente expropiatorio debe compensar no sólo la pérdida del bien, sino asimismo
los demás perjuicios o consecuencias dañosas que el propietario experimente con ocasión de la privación
coactiva de la propiedad.
Entre tales perjuicios se encuentra la depreciación o demérito que sufre la finca como consecuencia de
la expropiación parcial, respecto de la parte no expropiada, cuya explotación, sin llegar a ser antieconómica,
puede experimentar una minusvaloración en su aprovechamiento."
La cuestión es importante hacerla notar porque en estos supuestos constituye un elemento esencial,
para acceder a la indemnización, la prueba de que real y efectivamente la reducción de la finca matriz ocasiona
ese perjuicio, no bastando, en contra de lo que se razona en la sentencia de instancia, el mero hecho de
una reducción de la superficie originaria -superior al 20 por 100, que no puede ser preceptivo- para reconocer
la indemnización, sino que precisamente dicha reducción desmerece la explotación que permanece en la
finca, de ahí que la indemnización haya de fijarse, como se razona en la sentencia, sobre la parte de finca no
expropiada que es la que se ve perjudicada. Ahora bien, como se declara reiteradamente por la jurisprudencia
- como ejemplo lo declarado en la antes citada sentencia de 2012-, la Ley no impone la forma en que se ha
de establecer esa indemnización y nada impide que pueda fijarse esa indemnización de cualquier otra forma,
pero eso sí, siempre y cuando, como se declara en la referida sentencia, "se reconozca «una indemnización
proporcionada al perjuicio real» (como dice la STS de 19 de noviembre de 1997 )."
Pues bien, en el presente supuestos, como ya se dijo antes, la Sala de instancia viene a reconocer la
indemnización por demérito de la finca por expropiación parcialmente, prácticamente por el mero hecho de
que la parte expropiada excede del 20 por 100 de la superficie de la finca matriz, sin mayor consideración a
los concretos perjuicios que sobre dicha finca ocasiona esa desposesión parcial. En efecto, debemos hacer
constar que si bien la `pretensión de acoger esa indemnización fue suscitada en la demanda con intensidad
de argumentos, es lo cierto que ninguna prueba concluyente existe sobre los perjuicios que se ocasionan a la
finca, porque la única referencia a tales perjuicios está recogida en la propia hoja de aprecio de la propiedad,
en que, como ya se dijo, se cuantifica en un 50 por 100 de la superficie no expropiada. No hay otra prueba y es
de recordar que la propia sentencia, en el fundamento quinto, da las razones por las que se privar de eficacia
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probatoria a dicha hoja de aprecio que, con acierto, no considera prueba pericial, lo que obliga a concluir
que la misma Sala sentenciadora debiera haber concluido que no se había acreditado perjuicio alguno por
la expropiación parcial de la finca.
La conclusión de lo expuesto es que procede acoger el segundo motivo del recurso.
CUARTO .- La estimación del motivo segundo obliga a dictar nueva sentencia conforme a los términos
en que aparece planteado el debate, de conformidad con lo establecido 95.2º.d) de la Ley Jurisdiccional. Y
dados los fundamentos antes expuestos, no puede apreciarse que en la presente expropiación de la superficie
expropiada procede fijar indemnización alguna en concepto de demérito de la parte de finca no expropiada,
porque ninguna prueba existe en autos respecto de dichos perjuicios, que fueron reclamados por la propiedad
en un porcentaje del 50 por 100, sin prueba alguna de que con la construcción de la nueva carretera se
perjudicara la explotación existente en la finca matriz.
Por todo ello procede fijar el justiprecio en la cantidad concluida en la sentencia de instancia, exclusión
hecha de la cantidad asignada a la indemnización por división, es decir, la cantidad de 40.752,57 €.
QUINTO .- La estimación del segundo de los motivos del recurso comporta, en aplicación de la regla
establecida en el artículo 139 de la Ley Jurisdiccional , la no imposición de las costas del recurso de casación
y, no apreciándose temeridad o mala fe en la instancia, de conformidad con lo establecido en el mencionado
precepto, tampoco procede su imposición con las ocasionadas en la instancia.
Por lo expuesto, en nombre de su Majestad el Rey y por la potestad que nos confiere la Constitución.
FALLAMOS
Primero.- Ha lugar al presente recurso de casación número 3601/2011, promovido por la representación
procesal de la "COMUNIDAD DE MADRID" contra la Sentencia 2314/2010, de 14 de diciembre, dictada en
el recurso número 1378/07 por la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid .
Segundo.- Casamos y anulamos la sentencia recurrida, que declaramos sin valor ni efecto alguno.
Tercero.- En su lugar, estimando en parte el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la
representación procesal de Don Aureliano , contra el acuerdo del Jurado Territorial de Expropiación de
la Comunidad de Madrid, de fecha 26 de septiembre de 2007, a que se refieren las actuaciones, que
anulamos por no estar ajustado al ordenamiento jurídico; declarando que el justiprecio de los bienes y derechos
expropiados ha de fijarse en la cantidad señalada en el fundamento cuarto.
Cuarto.- No ha lugar a hacer expresa condena en cuanto a las costas del recurso de casación ni de
la instancia.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la Colección Legislativa, lo pronunciamos,
mandamos y firmamos , haciendo constar que es firme y no procede interponer recurso alguno.
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