CONOZCA MÁS LAS HIJAS DE LA CARIDAD

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CONOZCA MÁS LAS HIJAS DE LA CARIDAD
Sor María Elena Toro Ruiz, H. C.
Bienvenido amigo lector. Nos alegra que sea uno de los que tienen interés en conocer más la Compañía
de las Hijas de la Caridad y esto es lo que nos proponemos en esta entrega.
Contexto histórico fundacional
La Compañía de las Hijas de la Caridad nació en circunstancias muy particulares de pobreza, hambre y
enfermedad en la Francia del siglo XVII. El contexto histórico francés de la guerra del siglo XVII en
este país, dejó a su paso devastación y miseria: La Peste Bubónica o pulmonar y el hambre, la crisis
económica, constituyeron la principal crisis demográfica del país.
El campesinado, la masa más numerosa, productiva y
dependiente vivía en pobreza extrema. La corrupción, la
enfermedad y la injusticia así como la desigualdad,
causaron rebelión y grandes deudas. La burguesía se
dividió en funcionarios, rentistas, manufactureros y
comerciantes. Poseyó menos tierras que los nobles y su
riqueza vino del préstamo y de los negocios.
Esta situación hacía que la pobreza creciera en todas sus
formas y los pobres la sufrieran sin esperanza alguna. A
ella se sumaba la ignorancia religiosa de los campos y de
las ciudades. Estas dos realidades causaron hondas inquietudes en Vicente de Paúl, Sacerdote
Capellán de la Reina, y en Luisa de Marillac Dama de la nobleza de París.
Fundación
Urgidos por estas miserias, especialmente en las gentes campesinas, estas dos personalidades
asumieron la misión de luchar por los pobres en forma humana, bien pensada, organizada y
comprometiendo a las Damas de la Corte para que contribuyeran con sus riquezas a menguar las
crueles miserias de los pobres.
Vicente y Luisa organizaron también, con jóvenes voluntarias, grupos de solidaridad que llamaron
Cofradías de la Caridad. La primera joven voluntaria que les ofreció consagrarse a estas gentes fue la
campesina Margarita Naseau, y luego otras con la misma voluntad de servir a las gentes pobres. La
función principal que Vicente y Luisa dieron a las Cofradías de la Caridad fue visitar las familias de los
enfermos y procurarles remedio a sus necesidades básicas. Con el correr del tiempo, el 20 de
noviembre de 1656 fue firmada el Acta de Fundación de la Cofradía de la Caridad (más tarde
constituyeron las Hijas de la Caridad).
En 1630 el Señor Vicente de Paúl confió a Luisa de Marillac el cuidado de las Cofradías de la Caridad
que trabajaban en las diversas Parroquias. El 29 de noviembre de 1633, se reunieron las jóvenes que
ayudaban a las Señoras de la Caridad en el servicio y cuidado de los enfermos, bajo la dirección de
Luisa de Marillac para vivir con su dirección y en comunidad fraterna, su ideal de servir a los pobres.
Luisa se constituyó entonces en la fundadora y primera formadora de las Hijas de la Caridad.
El 24 de agosto de 1659, en conferencia a las Hermanas, San Vicente plasmó la originalidad que da
identidad a la Compañía de las Hijas de la Caridad, establecida y enviada a servir a los pobres en las
parroquias de París y de otros países del mundo.
NATURALEZA DE LA COMPAÑÍA
La Compañía de las Hijas de la Caridad es una Sociedad de Vida Apostólica con vida fraterna en
comunidad; asume los Consejos Evangélicos mediante un vínculo definido por sus Constituciones; es
de Derecho Pontificio (C. 1 a).
Las Hijas de la Caridad son consagradas a Dios para el servicio
de los pobres su fin apostólico. Pretenden vivir plenamente el
bautismo tendiendo a la perfección de la caridad mediante la
observancia del Derecho Propio o Constituciones y entregadas al
servicio de los pobres. A una Hija de la Caridad no se le puede
comprender sólo como consagrada a Dios, sino como
“consagrada a Dios para el servicio de los pobres”. Consagración
y servicio son dos realidades inseparables que la identifican, y
ambas conforman su unidad de vida y su estado y estilo de vida.
La Iglesia reconoce a las Hijas de la Caridad como una Compañía unida a su Misión universal de
salvación, según el carisma de sus Fundadores San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac (C.1 a).
Asume los consejos evangélicos mediante un vínculo definido por sus Constituciones. (C.1 b).
En virtud de la exención, la Compañía goza de autonomía interna, lo que le permite organizar la vida
de sus Comunidades en unidad de espíritu y disponibilidad a las llamadas de la Iglesia universal. En las
Parroquias y en las Diócesis, La Hija de la Caridad participa, según su espíritu propio, en la pastoral
establecida por los Ordinarios del lugar y en la vida de la Iglesia local (C.1 c).
Datos de identificación
Nombre: COMPAÑÍA HIJAS DE LA CARIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL. Así es como se conocen en el
mundo. En Colombia se las conoce también como Hermanas Vicentinas.
Fundación: En Francia siglo XVII, Noviembre 29 de 1633, por San Vicente de Paúl y Luisa de
Marillac. En Colombia: La Compañía llegó a Colombia el 18 de mayo de 1882.
APROBACIONES -
Primera aprobación la obtuvo el 18 de enero de 1655 del Cardenal de Retz, Arzobispo de
París.
El 16 de diciembre de 1657 fueron registradas las Letras Patentes en el Parlamento de París,
lo que significó el reconocimiento civil de la aprobación de la Compañía de las Hijas de la C.
El 8 de junio de 1658 Las Letras Patentes fueron registradas en el Parlamento francés, con lo
que tuvieron su reconocimiento civil.
Aprobación pontificia la obtuvo el 8 de Junio de 1668 por el Papa Clemente IX.
Las Reglas Comunes tuvieron su primera gran revisión en la Asamblea Gl. de 1954, fecha en la
que recibieron el nombre de Constituciones.
Las actuales Constituciones fueron aprobadas por la Santa Sede el 25 de marzo de 2004,
(Prot.n. P 2 – 2/2004, son su Código o Derecho Propio (C. Decreto pág. 5).
Personería: La personería jurídica en Colombia se obtuvo por resolución No. 0074 de 1960,
publicada en el Diario Oficial No. 30363 del 24 de octubre de 1960.
Naturaleza: La Compañía de las Hijas de la Caridad es SOCIEDAD DE VIDA APOSTOLICA que
participa en la Misión universal de la Iglesia según su carisma. Los Consejos Evangélicos son
asumidos mediante un vínculo definido por sus Constituciones.
La Compañía tiene su arraigo jurídico e iluminador, con toda claridad y propiedad, en el
Derecho Canónico de la Iglesia Católica, libro II, Sección II y cánones 731 a 746. Además le son
fuente de iluminación los cánones del Libro II, parte III, Sección I, especialmente los cánones
del 573 al 602. También cuenta con otros cánones para iluminación de varios asuntos
fundamentales e importantes de su vida como consagrada.
Carácter: Es de carácter Secular, Misionero e
Internacional. Su carisma no conoce fronteras, se
encarna y se hace visible en las diversas culturas y en
diferentes países del mundo, mediante su vida, sus
miembros, su organización y representación, la
comunión, la colaboración y el compartir entre las
Provincias (Constitución 6).
Finalidad: “La finalidad de la Compañía de las Hijas de la
Caridad es el seguimiento de Jesucristo, como manantial y
modelo de toda caridad, en la cercanía a los Pobres y su
servicio atento, cordial, compasivo, respetuoso y devoto.
“La regla de vida de las Hijas de la Caridad es Cristo al que
se proponen seguir tal como la Escritura lo revela y los Fundadores lo descubren: adorador del Padre,
servidor de su designio de Amor, Evangelizador de los Pobres (C. 8 a). Las Hermanas contemplan a
Cristo a quien encuentran en el corazón y en la vida de los pobres, donde su gracia no cesa de actuar
para santificarlos y salvarlos (C.10).
Desde sus inicios las Hijas de la Caridad fueron enviadas a los campos, a las Parroquias de
París y a otros países en situaciones semejantes de pobreza a Francia. El primer grupo de
Hermanas fue enviado a Polonia. La Compañía tiene presencia y servicio
en
los
Continentes conocidos hasta hoy, a través de obras especiales en
los
aspectos educativo, social y de salud, y está presente en 92
países.
Lema: “La Caridad de Jesús crucificado nos apremia”, es el
santo y seña que desde la fundación las anima, con el
espíritu evangélico, que consiste en “amar a Nuestro Señor
Jesucristo y servirle con espíritu de humildad, sencillez y
caridad, que es la vía del Espíritu Santo para conducir la
Compañía y a cada Hija de la Caridad.
Constituciones: San Vicente y Santa Luisa no usaron el término
Constitución para referirse al conjunto de normas vigentes en la
Compañía. - Los Fundadores y Hermanas usaron los términos de
Reglamentos, Reglas y Estatutos; sólo a partir de la Asamblea General de 1954, entró en la
Compañía el término Constituciones, siendo Superior General el Padre William Slatery y
Superiora General la Madre Francisca Lepicard (de 1954 a 1962).
Las Constituciones actuales, después de un largo proceso
de consulta fueron formuladas por la Asamblea General en
mayo-junio de 2003, y aprobadas por la Santa Sede el 25
de marzo de 2004. Dichas Constituciones no son un
documento abstracto que elabora una teoría sobre cómo
vivir juntas en armonía, sino que, como fruto de la
experiencia nos trazan un camino de santidad, un camino
espiritual, un camino apostólico, misionero y comunitario.
Nos proponen una manera de amar muy experimentada.
Nos describen el camino que recorrieron los Fundadores y
otras Hermanas que dejaron las huellas de su vida y que se
transmiten de generación en generación.
Los Estatutos establecen los elementos esenciales del
Carisma de las Hija de la Caridad y del estilo de su vida.
Son leyes que rigen la vida de la Compañía después de
haber sido aprobadas por la Asamblea General y no
pueden ser modificadas sino por otra Asamblea General.
Nota: próximamente habrá otra entrega.
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