Documento De Antecedentes Porque hace falta que “Sellemos el acuerdo” en Copenhague El 7 diciembre 2009, los representantes de 193 partes se reunirán en Copenhague e para procurar sellar un trato sobre un acuerdo justo, completo y científicamente riguroso sobre el clima para el período posterior a 2012. Este año tenemos la oportunidad de escoger un nuevo camino. Copenhague ofrece la oportunidad de reestructurar nuestra economía mundial: invertir energías limpias, impulsar la prosperidad y sacar a millones de la pobreza. Y sellamos el acuerdo en Copenhague, podemos proporcionar a nuestra los hijos y a las generaciones futuras un planeta más habitable. Si sellamos el acuerdo en Copenhague este diciembre… Fortaleceremos la recuperación económica a largo plazo. Las soluciones al cambio climático son también soluciones a nuestros problemas económicos y energéticos actuales. El gasto en medidas de estimulo económico en rendimiento energético, transporte público, redes de distribución mejor concebidas y tecnologías basadas en la energía renovable proporciona dividendos dobles al revitalizar nuestra economía en una dirección más segura y sostenible e impulsar la independencia energética. La economía de mañana se construye hoy. Las empresas recibirán las señales políticas y de precio necesarias para generar inversiones en tecnologías ecológicas, crear empleos que no perjudiquen al medio ambiente e impulsar la infraestructura y la energía limpia. Ahorramos dinero. Los economistas están de acuerdo en que es más barato actuar hoy que esperar a mañana. Los costos relacionados con el cambio climático previsiblemente aumentarán muchísimo en los próximos decenios a medida que los medios de subsistencia vayan destruyéndose, se propaguen el hambre y las enfermedades, millones de personas se vean desplazadas y fenómenos climáticos extremos afecten cada continente. Si invertimos hoy en medidas simples y eficaces en función de los costos, podemos limitar algunos de los peores efectos del cambio climático y crear patrimonio neto en un futuro más seguro. Construimos un futuro menos contaminado, más sano y seguro para nuestros hijos. La aceleración de los efectos del cambio climático alterará extraordinariamente la vida tal como la conocemos para las futuras generaciones, en particular nuestros hijos y nietos. Pese a que no podemos dar un vuelco radical al cambio climático, sí podemos ralentizar sus efectos reduciendo las emisiones y adoptando medidas prudentes para preservar los recursos naturales y fortalecer nuestra capacidad de recuperación ante fenómenos meteorológicos extremos. Damos muestra de nuestros valores. El cambio climático nos obliga a proteger la vida y los medios de subsistencia, y el legado que dejamos para el futuro. La búsqueda de soluciones al cambio climático ahora demuestra que tenemos interés en proteger al planeta y al bienestar de las generaciones futuras. Si no hacemos nada este año en Copenhague… Podrían producirse consecuencias catastróficas debido a un clima peligrosamente inestable. • Los científicos dicen que las emisiones de gases de efecto invernadero tendrán que llegar a su máximo antes de 2020, si queremos evitar efectos en el clima que podrían desestabilizar todos los aspectos de la sociedad. Actualmente somos ya testigos de algunos de las situaciones menos favorables, o peores aún, pronosticadas hace dos años por el IPCC. • Los casquetes polares y los glaciares se están derritiendo a un ritmo más rápido que el previsto. El nivel del mar está aumentando. El grado de acidez de los océanos aumenta. La desertificación prolifera. La frecuencia de las tormentas mortales, las sequías, las inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos aumenta también. • Para 2100, un 25 a 30% de las especies del mundo estarán en peligro de extinción. • Pequeños Estados insulares, como las Maldivas, podrían desaparecer bajo el agua. Centenares de millones de personas podrían perder sus hogares, sus medios de vida y de supervivencia como resultado de los efectos en el clima. • Tres cuartas partes del total de los desastres humanitarios guardan relación actualmente con el clima, un incremento del 50% respecto de hace un decenio. En los últimos 20 años, el número de desastres anuales registrados sea duplicado a 400. • La alteración de las características meteorológicas podría aumentar la competencia por el agua como el alimento, la tierra y otros recursos vitales. • Grandes cantidades de población están en peligro de sufrir grave escasez de agua, mientras los glaciares se derriten a una velocidad alarmante en los Himalayas, las Rocosas y los Andes. En China, la India y el suroeste de los Estados Unidos el nivel freático está registrando una grave disminución. • Para 2020, unos 75 a 250 millones de personas en África enfrentarán un aumento de la escasez de agua. Se proyecta una diminución en ese momento del 50% en la agricultura de secano, método predominante en África, lo que tendrá enormes consecuencias en lo que respecta al hambre, la desnutrición, las enfermedades y la inestabilidad política. • El aumento del nivel del mar podría poner en peligro o a uno de cada 10 personas que viven actualmente en zonas costeras en riesgo a pocos metros por encima del nivel actual del mar. • Las temperaturas más cálidas y las precipitaciones más intensas podrían aumentar la propagación de enfermedades transmitidas por vectores, como el paludismo y el dengue. Nos aguardan efectos climáticos más peligrosos a lo largo del camino. Los gases de efecto invernadero, después de emitidos, permanecen en la atmósfera durante decenios, por no decir siglos. La inversión que hagamos hoy en la infraestructura energética basada en el combustible fósil retendrá las emisiones, y por ende futuros efectos en el clima, durante decenios y decenios. Perderemos son las oportunidades económicas del futuro. Los países que no utilicen tecnologías ecológicas podrían perder en favor de sus vecinos que hayan logrado que sus industrias sean más competitivas y rentables, y aprovechen más la energía. El costo político se pagará durante mucho tiempo. Podríamos perder una ventana de oportunidad política excepcional para actuar que probablemente no vuelva a abrir se en mucho tiempo. Será difícil movilizar el impulso para adoptar medidas en relación con el clima más tarde si no actuamos ahora en Copenhague. Podríamos incluso crear un precedente negativo en materia de cooperación respecto de otras cuestiones mundiales, como son el comercio, las finanzas y la seguridad internacional. Mientras más esperemos, más costoso será el cambio climático: para nuestro planeta, para la economía y para el futuro de nuestros hijos. Un acuerdo sobre el cambio climático en Copenhague es el trato más inteligente que podemos ofrecer a nuestro futuro común. Tenemos que actuar ahora. Más información: www.un.org/climatechange Publicado por el Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas – DPI/2543B – Septiembre de 2009 – Printed on Recycled Paper