131222 Necesitamos... noticia - Diócesis de Barbastro

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NECESITAMOS OÍR UNA BUENA NOTICIA
Comienzo la carta de esta semana, que quiere ser de felicitación navideña, con
las palabras del ángel a los pastores de Belén: No temáis, os anuncio una buena noticia
que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido
un Salvador, el Mesías, el Señor.
En medio de tantos temores y de una realidad tan dura como la que estamos
viviendo, necesitamos oír una buena noticia, que sea para todo el pueblo y no sólo para
unos pocos. Ésta nos la trae Jesús con su nacimiento en nuestra carne. Nuestro papa
Francisco, con sus gestos humildes y sus palabras llenas de comprensión, nos la ha
recordado infundiéndonos ánimo para cambiar el mundo en que vivimos.
Por eso os quiero felicitar la Navidad con las primeras líneas de la carta del Papa
Francisco: «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se
encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la
tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la
alegría».
La alegría que nos trae Jesús no es una alegría pasajera, de un momento, de un
día; es una alegría que penetra hasta lo más íntimo de nuestro ser, que dura siempre y
que va creciendo en la medida en que la vamos comunicando. Habréis observado que la
tristeza disminuye cuando compartimos nuestras penas con los demás; pero con la
alegría ocurre todo lo contrario: crece cuando se comparte. «La vida ―nos dice el
Papa― se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho
los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se
apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. (...) No miren la vida desde el
balcón, sean protagonistas».
La Buena Noticia del nacimiento de Dios en nuestra carne no nos la podemos
guardar, debemos comunicarla, aun cuando corramos algunos riesgos, como nos dice el
Papa: «Prefiero una iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que
una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias
seguridades».
Jesús se colocó siempre entre los últimos. Lo vemos claramente en su
nacimiento. Nace en un establo, pobremente, pero acompañado por el amor de su
madre, María, y de José, una verdadera riqueza. Su figura de recién nacido despierta
ternura, compasión y admiración. A nadie deja indiferente.
Y a nadie dejará indiferente durante su vida pública. Se acercó a los pobres, a los
marginados y a los pecadores; recorrió los caminos, el Jordán, el lago de Galilea
buscando el encuentro con todos, especialmente con los enfermos y los que sufrían.
Estos días adoraremos a Jesús en nuestros belenes. No nos contentemos con
besar su imagen en el templo, salgamos a reconocerle y adorarle en la calle, allí donde
haya una persona que sufre, porque allí está él. Y colaboremos en la Campaña de
Navidad que Cáritas realiza para ayudar a los necesitados. Seamos generosos.
Si así lo hacemos, renacerá la alegría en nuestros corazones y daremos alegría a
muchos hermanos.
¡Feliz y Santa Navidad!
+ Alfonso Milián Sorribas
Obispo de Barbastro-Monzón
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