Tía: Hoy por primera vez después de tantos años me animo a volcar lo que siento en esta simple hoja que estuvo guardada durante muchos años, por miedo a que no la recibieras, por miedo a que no llegara a tus manos. Por primera vez después de tantos años me animo a dejar que estas palabras se las lleve el viento hasta llegar a vos… Muchas veces, uno siente la necesidad de volver el tiempo para evitar tantos errores cometidos. Yo siento la necesidad de volver el tiempo, sólo, para verte… Sólo para volver a tener aunque sea ese último abrazo que nos dimos aquel 11 de Diciembre del año 2000, como si hubiésemos sabido lo que nos iba a pasar, ese destino que ya estaba escrito. Te fuiste de viaje y no pude despedirte, no pude decirte que te amo, no pude decirte que siempre ibas a estar dentro de mí . No fue un viaje cualquiera, te fuiste para no regresar. Una y mil veces quise llegar a tu lado, pero me di cuenta que no existe colectivo o avión que me lleve hasta vos, solo los recuerdos que conservo como el más preciado tesoro. Ya pasaron varios años desde tu partida, y sos un capítulo que hasta el día de hoy, con 17 años, no logro cerrar. No consigo no pensar en vos cada día, no extrañarte… Puedo sentir tu aroma, tus brazos rodeando mi cuerpo, protegiéndome de los peligros del mundo. A veces escucho tu voz diciéndome “Bichito, abrígate que hace frío”, como lo hacías cuando tenía tan solo nueve años. Siempre de chico uno piensa que la vida es tan solo un juego. Yo a esa edad dejé de creerlo… Desde que te quitaron de mis brazos y me arrebataron de los tuyos sin pedirme permiso. Creo que me refugio en los cuentos de hadas porque siempre terminan con un final feliz y yo anhelo desde lo mas profundo de mi corazón que esta historia, nuestra historia, se transforme en un cuento… No había necesidad de separarnos, si no le hacíamos mal a nadie. Siempre fuimos dos, solo vos y yo, pero me dejaste acá… te fuiste sin mí… y ya no somos dos, ahora soy solo yo… No tenían el derecho de obligarte a ir, si vos querías quedarte para cuidarme, como siempre lo hiciste… Fuiste un ejemplo para mí ejemplo de amiga, de tía, de persona, un ejemplo de vida… Dispuesta no solo a enseñar como lo hiciste toda tu vida, sino también a aprender… Aprendiste a vivir de una manera única, y sin embargo… La distancia fue nuestro obstáculo toda la vida, pero yo tenía la certeza de que estabas; te podía llamar, me podías ir a buscar, y ahora… no sé si estás o dejaste de estar hace tiempo… Ese cuchillo fue el transporte que otra persona manejó para llevarte hacia donde estás ahora… y con tan solo nueve años no entendía lo que eso significaba… ahora entiendo, o creo que entiendo. A veces no quiero entender la realidad que nos tocó vivir. Las agujas del reloj siguen girando para mí, los minutos, las horas, y los días pasan y no te encuentro… te busco en cada lugar, te imagino en cada persona, y no estás, no te encuentro… ¿Dónde estás? Volvé, por favor, volvé… Entiendo que la vida te dio otro lugar, no tuviste más opción que irte, pero… ¿Por qué tan pronto?, nos quedaba tanto por vivir… tanto por jugar, tanto por ser felices… No sé donde estás… quizás tan lejos que el viento no haga llegar estas líneas hasta vos… o estás tan cerca precisamente ahora leyendo esta carta a medida que habla mi corazón, formando frases insignificantes comparadas a lo que siento. Desde donde quiera que estés, espérame…. Tal vez no puedas regresar vos, pero estoy segura de que algún día, yo te voy a ir a buscar para no separarnos más… Me gusta que me veas crecer desde el lugar mágico en el que estás… pero más me hubiera gustado que crecieras conmigo… Cuando te llevaron, perdí todo… incluso las ganas de seguir adelante si no estabas… pero ahora me doy cuenta que realmente no perdí todo. Hay algo que jamás van a poder quitarme… los recuerdo, y lo que siento por vos. Fuiste inolvidable, y siempre lo vas a ser, porque todavía sos y estás dentro de mí. Si hubiera estado en ese salón aquel día, me hubiera puesto delante tuyo y hubiera dejado que ese cuchillo me llevara a mí de viaje, estoy tan acostumbrada a las mudanzas que un viaje más no significaba nada para mí… No estuve… y me arrepiento tanto de haberme negado cuando me dijiste… ¿Querés acompañarme al colegio?, terminando con la frase… “Espérame entonces, que cuando vuelva, seguimos jugando…”. Con la inocencia de una nena de tan corta edad, te esperé ansiosa para que jugáramos como lo prometiste, y no viniste, al otro día seguí esperándote y tampoco viniste… Ahí entendí que ya no íbamos a jugar… Recuerdo cuando vinieron a decirme “…Tu tía se fue al cielo...”, ante la impotencia de no saber qué hacer y de no entender mucho, se nubló mi mirada y lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro cada vez con más fuerza… Me fui a despedir de vos, y ahí estabas… tan dormida, tan quieta como cada viernes cuando iba a dormir a tu casa… Cuando te vi, quise despertarte con un beso como siempre lo hacía, y hasta el día de hoy puedo sentir ese dolor que recorrió mi cuerpo al besar tu mejilla helada… Era 12 de Diciembre, casi estaba llegando el verano y ese día el sol brillaba muy fuerte, No hacía frío, no entendía por qué estabas helada y dormida, si eran las cinco de la tarde aproximadamente. También ignoraba por qué había tanta gente a tu alrededor, en realidad no entendía nada, solo pensaba en mis juguetes, que cuando te levantaras, por fin íbamos a poder jugar… yo estaba dispuesta a esperarte desconociendo la cantidad de tiempo que implicaba esa espera. Solo quería jugar, pero no con cualquier persona, quería jugar con vos… Mamá y papá siempre me decían que la estrella que más brillaba en el cielo eras vos, entonces cada noche me llevaban a hablarte como lo hacíamos cuando te llamaba o me llamabas, con la diferencia que no me respondiste nunca, ni una sola palabra. Todavía sigo pensando que sos la estrella que más brilla en el cielo, porque siempre fuiste la estrella que más brilló en mi vida, y por momentos te hablo con palabras que no salen de mi boca, y eso me hace sentirte más cerca… Pasaron los años, van a seguir pasando, y yo… voy a estar esperando tomar ese colectivo que me lleve directo hacia vos… …Tu siempre Melito…