Niño es "todo ser humano menor de dieciocho años de edad”

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Un niño es…
Niño es "todo ser humano menor de dieciocho años de edad”. Un niño -según lo
definimos- es vulnerable, depende de otros, requiere una atención especial. Un niño
es niño, más allá de la situación socioeconómica en la que se encuentre y por lo tanto
debe ser tratado como tal.
Una persona de 13 años es un niño. A. es un niño al que internaron lejos de su familia,
en una institución psiquiátrica que mucho tenía de cárcel, fuera de cualquier estándar
de salud mental y protección integral de sus derechos. A. es un niño, un caso que,
como se visibilizó en los medios, recibió cierta “atención”.
“El estado ha dejado abandonado y a la buena de dios aun niño de13 años y no le ha
brindado a la madre todas las posibilidades que debe tener para su debido
tratamiento. A. es un chico con muchos problemas emocionales y además hay que
sumarle la angustiante situación económica y social en que vive”, explica Juan Manuel
Combi, abogado de Comité contra la Tortura.
Cuando su mamá, desesperada y sin respuestas ante la problemática de su hijo,
acudió a los medios, desde la provincia se lo derivó a una clínica en la localidad de
Junín. El tratamiento que recibió en ese lugar fue el encierro en una celda de
aislamiento, sin baño, con una ventanilla abierta y sin vidrios, y sólo con una frazada.
Nuevamente su madre salió a pedir ayuda y encontró respuesta en el defensor de su
hijo, Julián Axat, quien solicitó la inmediata intervención de la justicia, pedido que fue
instantáneamente acompañado por la Comisión por la Memoria y otros organismos
como el CELS.
“Intentamos poner en juego y poner en marcha los derechos de A. que estaban
totalmente cercenados y violados a partir de las intervenciones que se han ido
tomando en el último tiempo, no en esta última internación solamente sino en los
últimos años de la su vida. Esta última medida de internación fue absolutamente
represiva, segregativa, y donde él fue trasladado y violentado institucionalmente es un
lugar que no debería tener convenio con la provincia de Buenos Aires”, afirma Cristina
Bidart, psicóloga del programa de inspecciones del Comité contra la Tortura.
Según la Secretaría de Niñez, Ferromed, el lugar donde estuvo internado el chico,
“más allá de algún problema edilicio o el deterioro edilicio” sería un excelente
dispositivo de tratamiento con un equipo totalmente confiable. Sin embargo, en
audiencia con el juez, la mamá de A. describió que nunca le habían informado cuál era
el diagnostico de su hijo: jamás le explicaron nada acerca de qué era lo que tenía;
tampoco fue consultada en ningún momento sobre una medida o acción a tomar
respecto del tratamiento; los funcionarios nunca le explicaron qué era lo que iban a
hacer ni le pidieron su consentimiento.
Los profesionales de la Comisión por la Memoria entienden que no puede haber
tratamiento que separe al niño de su madre, y que la estructura edilicia no es menor:
se trata de un dispositivo segregacionista y discriminativo diseñado como modelo de
intervención, de manera tal que también responde a una concepción de tratamiento y
a una forma de trabajo. Bidart explica ante la justicia se acordó “que iba a haber, de
parte de Desarrollo Social, presencia de acompañantes terapéuticos al
momento en que Alejandro llegara a La Plata, porque necesitan él y la madre
contención tras la violencia institucional que han sufrido”. Sin embargo este
apoyo aún no había aparecido.
“Creemos que es imprescindible la presencia del estado en el acompañamiento de la
familia para que el niño no quede marginado de esa ley simbólica que después le va a
permitir tener una comprensión y una conciencia social respecto de lo que le va a
ocurrir. Entendemos que estos casos terminan siendo recogidos después por la
institución policial: todo lo que no se resuelve desde una etapa fundamental como es
la niñez termina en una agencia deplorable que es la criminalización de esos niños”,
asegura Combi.
Según Axat “cada ingreso a una comisaría y la ausencia de un abordaje terapéutico;
representan -cada uno- verdaderos llamados de atención, llamados de urgencia” de la
familia y del chico.
El caso de A. es una nueva demostración de que el sistema de contención y
protección de derechos es precario o inexistente en la provincia de Buenos Aires: no
hay un perfil de institución que contemple sus requerimientos en forma integral, y es
en el sistema penal y policial donde terminan los casos como el de este niño. El
abogado del Comité concluye que “afortunadamente en este caso hay una
intervención y hay una madre que esta haciendo todo lo posible para que A. salga de
esta situación angustiante que se encuentra, pero hay muchos chicos como él que por
ahí no tienen la misma solución o el mismo empuje en el tratamiento de su caso,
porque esto recién empieza a tener un tratamiento y esperemos que el estado
cumpla”.
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