19/11/2015 Tribunal Supremo, Sala Tercera, de lo Contencioso-administrativo, Sección 2ª, Sentencia de 21 Oct. 2015, Rec. 3037/2014 Ponente: Martín Timón, Manuel. LA LEY 152056/2015 APLAZAMIENTO DE LAS DEUDAS TRIBUTARIAS. EMPRESAS CONCURSADAS. Indebida denegación de la solicitud de aplazamiento en el pago del 1T IVA, ejercicio 2011. Necesidad de motivación del acto de denegación. No es posible identificar, sin más, la existencia de un concurso con situaciones de iliquidez estructural. Basar la denegación exclusivamente en que la empresa había sido declarada en concurso voluntario de acreedores no es suficiente para justificar la negativa a la solicitud de aplazamiento solicitada por la obligada tributaria. Reitera doctrina STS 13 oct. 2015. El Tribunal Supremo estima el recurso de casación interpuesto por el obligado tributario frente a la sentencia de la Audiencia Nacional, relativa a resolución denegatoria del aplazamiento en el pago correspondiente a liquidación girada por IVA, 1T 2001, y anulando la resolución judicial impugnada y los actos administrativos de los que trae causa, ordena retrotraer las actuaciones administrativas al momento anterior al pronunciamiento del acto administrativo originario, para que, con arreglo a los criterios señalados en la sentencia, sea dictado uno nuevo suficientemente motivado. A Favor: OBLIGADO TRIBUTARIO. SENTENCIA En la Villa de Madrid, a veintiuno de Octubre de dos mil quince. Vistos por la Sección Segunda de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, constituida por los Excmos. Sres. Magistrados que figuran al margen, el presente recurso de casación, número 3037/2014, interpuesto Dª Raquel Gómez Sánchez, Procuradora de los Tribunales, en nombre de ATLANTIS SERVICIOS INMOBILIARIOS, S.L ., contra sentencia de la Sala de lo Contencioso- Administrativo de la Audiencia Nacional, (Sección Séptima), de 21 de julio de 2014 (LA LEY 94678/2014), dictada en el recurso contencioso- administrativo número 366/2013 , deducido respecto de Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central, de 6 de junio de 2013, en materia de denegación de aplazamiento del pago de deuda tributaria. Ha comparecido como parte recurrida y se ha opuesto al recurso interpuesto, el Abogado del Estado, en la representación que legalmente ostenta de LA ADMINISTRACION GENERAL DEL ESTADO. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- La sentencia impugnada se dictó en el recurso contencioso-administrativo (número 366/2013 ), interpuesto por ATLANTIS SERVICIOS INMOBILIARIOS, S.L. contra la resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central, de fecha 6 de junio de 2013, que desestimó la reclamación interpuesta contra el acuerdo dictado por la Delegación Central de Grandes Contribuyentes de la AEAT, de 28 de julio de 2011, por el que se denegó el aplazamiento solicitado para el pago de la cantidad de 801.146,46 €, correspondiente al IVA Autoliquidación, ejercicio 2011, 1 / 10 19/11/2015 periodo 2º T, liquidación A2895011536001563. La sentencia era desestimatoria del recurso interpuesto. SEGUNDO.- Al no conformarse con la sentencia dictada, la representación procesal de ATLANTIS SERVICIOS INMOBILIARIOS, S.L., preparó recurso de casación contra la misma y, tras ser tenido por preparado, lo interpuso, por medio de escrito presentado en este Tribunal Supremo, en 17 de octubre de 2014, en el que solicita su anulación, o, en su caso, reponer las actuaciones al momento que se estime oportuno, imponiendo las costas a la Administración. TERCERO. - El Abogado del Estado se opuso al recurso de casación, por medio de escrito presentado en 2 de febrero de 2015, en el que solicita la declaración de su inadmisión o su desestimación, con imposición de costas a la parte recurrente. CUARTO. - Habiéndose señalado para deliberación, votación y fallo, la audiencia del veinte de octubre de dos mil quince, en dicha fecha tuvo lugar la referida actuación procesal. Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. Manuel Martin Timon, Magistrado de la Sala FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Tras recordar que la Sala se ha pronunciado en diversas ocasiones, incluso a instancia de la misma recurrente, sobre la cuestión planteada, poniendo de ejemplo la sentencia de 7 de mayo de 2012 -recurso contencioso-administrativo 211/2011 (LA LEY 57016/2012) -, la ahora impugnada basa el fallo desestimatorio en la siguiente fundamentación jurídica: "SEGUNDO: Así, como recuerda el TEAC, el artículo 65 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria (LA LEY 1914/2003) establece. "1. Las deudas tributarias que se encuentren en período voluntario o ejecutivo podrán aplazarse o fraccionarse en los términos que se fijen reglamentariamente y previa solicitud del obligado tributario, cuando su situación económico-financiera le impida, de forma transitoria, efectuar el pago en los plazos establecidos. (...) 3. Las deudas aplazadas o fraccionadas deberán garantizarse en los términos previstos en el artículo 82 de esta Ley y en la normativa recaudatoria". Por su parte, el artículo 51 del Real Decreto 939/2005, de 29 de julio (LA LEY 1313/2005) , por el que se aprueba el Reglamento General de Recaudación dispone: "1. El órgano competente para la tramitación examinará y evaluará la falta de liquidez y la capacidad para generar recursos y valorará la suficiencia e idoneidad de las garantías, o, en caso de solicitud de dispensa de garantía, verificará la concurrencia de las condiciones precisas para obtenerla", precepto este que reconoce de manera clara potestades discrecionales en la valoración de las circunstancias y concesión del aplazamiento." El análisis de los límites de la facultad discrecional que en esta materia corresponde a la Administración, parte del principio de atribución de potestades, que rige en la habilitación administrativa, y supone que sólo podrá ejercer la Administración aquellas facultades que expresamente le sean atribuidas por norma jurídica de rango suficiente, y dentro de los límites y con las condiciones establecidas en la norma. En lo que ahora interesa, conviene señalar que la regulación de la institución que nos ocupa, aparte de conceder amplias facultades de apreciación a la Administración, delimita determinados elementos que configuran la potestad que se examina, y que en todo caso han de ser respetados por la Administración en el ejercicio de la misma. Así, las razones de imposibilidad de afrontar el pago en los plazos establecidos como base de la concesión del aplazamiento, problemas económicos-financieros de carácter transitorio como justificación de la solicitud, o necesidad de prestar garantía en la forma prevista. 2 / 10 19/11/2015 TERCERO: El acuerdo denegatorio del aplazamiento hace constar como motivos de denegación: " Por apreciarse, con base en la documentación aportada y en los datos y antecedentes que obran en el expediente, que el deudor se encuentra en proceso concursal, lo cual determina la existencia de una situación de insolvencia que debe tratarse en el proceso concursal conforme a lo dispuesto en la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003). - Los créditos por los que se solicita el aplazamiento son créditos contra la masa sujetos expresamente al orden de pago regulado en la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003)." La parte actora sostiene que existe un convenio al que se han adherido más del 79% de los acreedores y que el pago de las deudas tributarias impediría la ejecución de dicho convenio, al mismo tiempo que la resolución del TEAC sostiene la naturaleza discrecional que tiene la potestad de la Administración para valorar en estos casos las circunstancias concurrentes. Sobre la alegada falta de motivación dice el TEAC: "A la vista de lo anterior y en relación a la pretendida nulidad del acuerdo denegatorio del aplazamiento/fraccionamiento de pago por carecer de la motivación requerida por la Ley, ha de ser desestimada dicha alegación. No debe confundirse la ausencia de motivación en una resolución con la brevedad y concisión de aquélla, y en este sentido, el acuerdo denegatorio explicitó las razones para no acceder a la petición, que pueden resumirse en la apreciación dificultades económico-financieras de carácter estructural. Frente a lo anterior, la sociedad recurrente, no prueba la existencia de dificultades económicofinancieras de carácter transitorio, sino que se limita a señalar la existencia de un superávit patrimonial en la entidad, lo que como indica el órgano gestor, lo único que indica es que, a juicio de la Administración concursal, hay activos para pagar la deuda concursal, pero no es prueba de que sólo existan dificultades transitorias." Y, en definitiva, el TEAC considera que del examen del expediente se desprende que la Agencia Tributaria llega a la conclusión de que la sociedad presentaba dificultades de tesorería de carácter estructural, no coyuntural, careciendo de capacidad para generar los recursos necesarios para afrontar el pago de las deudas cuyo aplazamiento solicitaba, por lo que fue denegada la solicitud al respecto. Así el acuerdo de denegación de aplazamiento contiene los motivos de la decisión, y estos se ajustan a la normativa aplicable. CUARTO: Debe hacerse constar, que la petición de aplazamiento se hace sin prestación de garantía, con lo cual, aun cuando se hubiese prestado dicha garantía para la posible suspensión de la eficacia de la liquidación, lo cierto es que en este caso concreto no se ofrece garantía alguna. Además la resolución denegatoria del aplazamiento no condiciona su reconocimiento al hecho de prestar garantía sino que lo deniega sin más, por razones estructurales y dada la situación de concurso voluntario de acreedores declarado en Auto de 12 de diciembre de 2008 por el Juzgado de lo Mercantil nº 4, esto es tres años antes a producirse el devengo del impuesto que nos ocupa. QUINTO: Conforme a lo dispuesto en el artículo 65.1 de la Ley 58/2003 (LA LEY 1914/2003) , el aplazamiento solicitado podrá concederse por la Administración previa solicitud del interesado, en los términos fijados reglamentariamente y cuando su situación económico- financiera le impida de forma transitoria efectuar el pago en los plazos establecidos. Por su parte el artículo 51.1 del R.D. 939/2005 (LA LEY 1313/2005) , ordena que se examinará y evaluará la falta de liquidez y la capacidad para genera recursos y valorará la suficiencia e idoneidad de las garantías o en caso de solicitud de dispensa de garantía verificará la concurrencia de las condiciones precisas para obtenerla. La resolución originaria denegatoria del aplazamiento, estima que al hallarse en concurso voluntario 3 / 10 19/11/2015 de acreedores desde un año antes a haberse devengado el impuesto, es significativo para entender que la capacidad para generar recursos, es muy limitada y ahondando en el razonamiento del TEAC en su resolución, el montante de la deuda tributaria que nos ocupa -así como el otros muy numerosos recursos de la misma empresa que penden ante esta Sala o que han sido ya resueltos en sentencias como la ya citada de 7 de mayo de 2012 -, es tan elevada, que es aconsejable no conceder el aplazamiento al no poder quedar asegurado que pueda recobrar la liquidez suficiente para pagar el importe de las deudas tributarias, máxime cuando la propia actora reconoce la existencia de otras deudas tributarias con importantes montantes. SEXTO: Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el artículo 55.1 de la Ley Concursal , con la rúbrica "Ejecuciones y apremios", establece: 1. Declarado el concurso, no podrán iniciarse ejecuciones singulares, judiciales o extrajudiciales, ni seguirse apremios administrativos o tributarios contra el patrimonio del deudor (...)" , ratificándose dicho mandato en los apartados 2 y 3 del mismo artículo 55, cuando añade: "2. Las actuaciones que se hallaran en tramitación quedarán en suspenso desde la fecha de declaración de concurso, sin perjuicio del tratamiento concursal que corresponda dar a los respectivos créditos. 3. Las actuaciones que se practiquen en contravención de lo establecido en los apartados 1 y 2 anteriores serán nulas de pleno derecho" (redacción original de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003), en vigor hasta la reforma introducida por el artículo único .42 de la Ley 38/2011, de 10 de octubre (LA LEY 19112/2011), que entró en vigor el 1 de enero de 2012). En paralelo con dicha regulación se regula de parecida forma en la legislación tributaria, limitativas por vía singular de la potestad ejecutiva de la Administración: a) el artículo 164.1.b) LGT , respecto a la concurrencia de la ejecución administrativa con procesos o procedimientos concursales o universales, impide esa ejecución singular autónoma de las deudas tributarias, incluso apremiadas; b) el artículo 164.2 llega a igual conclusión, dada su remisión global a la Ley Concursal : "En caso de concurso de acreedores se aplicará lo dispuesto en la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003) y, en su caso, en la Ley General Presupuestaria, sin que ello impida que se dicte la correspondiente providencia de apremio y se devenguen los recargos del período ejecutivo si se dieran las condiciones para ello con anterioridad a la fecha de declaración del concurso "; y c) el artículo 77.2 LGT dispone, aun para una fase distinta y más avanzada del procedimiento colectivo, que "en caso de convenio concursal, los créditos tributarios a los que afecte el convenio, incluidos los derivados de la obligación de realizar pagos a cuenta, quedarán sometidos a lo establecido en la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003)." Por otro lado que se adopte el acuerdo del aplazamiento, o no, no va a afectar a la situación concursal de la entidad, puesto que la Administración no podrá proceder a la ejecución individual, y si dicta la oportuna providencia de apremio, no conllevará los recargos de apremio correspondientes, como ha quedado indicado. Sin embargo, si no se acuerda el aplazamiento, no se deja inactiva a la Administración para poder defender los intereses generales de la sociedad. Por todo ello, la Sala no puede sino compartir la conclusión de que la denegación del aplazamiento se encuentra debidamente justificada en el expediente, y en consecuencia, resulta ajustada a Derecho y debidamente motivada, pues es claro que la interesada conoce las razones por las que se le deniega el aplazamiento, no habiendo desvirtuado en forma alguna la existencia de las dificultades de tesorería que derivan de la situación concursal de la entidad, como se deduce de sus propias manifestaciones, por lo que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 48 y siguientes del Reglamento General de Recaudación , ha de confirmarse la resolución denegatoria impugnada. En este mismo sentido se ha pronunciado reiteradamente la Sala en recursos a instancia de la misma recurrente o del denominado GRUPO INMOBILIARIO TREMON, con la misma representación procesal y asistencia letrada, y que sin duda conoce la recurrente -el escrito de conclusiones aparece formalizado en éste caso a nombre de GRUPO INMOBILIARIO TREMON, por mero error material-, por 4 / 10 19/11/2015 lo que nos remitimos a lo dicho, entre otras, en las recientes Sentencias de 2 de abril de 2012 recurso 209/2011 -, 14 de mayo de 2012 -recurso 214/2011 -, 1 de octubre de 2012 -recurso 212/2011 -, 4 de febrero de 2013 -recurso 586/2011 -, 9 de diciembre de 2013 -recurso 182/2012 -, y 21 de enero de 2014 -recurso 244/2012 -. Finalmente, la resolución del TEAR de Madrid de 26 de marzo de 2012 (reclamación 28/04332/11) que acompaña la recurrente en nada altera las anteriores consideraciones pues se trata de un supuesto distinto, como advierte el Abogado del Estado, pues el TEAR se limita a anular por defecto de tramitación y no, estrictamente, por falta de motivación, aunque el TEAR reconozca que es genérica y sucinta, ordenando la reposición de actuaciones para que la solicitud sea tramitada y resuelta en debida forma. En todo caso, son innumerables las resoluciones del TEAC posteriores a aquella del TEAR de Madrid que rechazan la solicitud de aplazamiento de distintas entidades del mismo grupo, como se ha dicho. Por tanto, procede desestimar el presente recurso." SEGUNDO.-El recurso de casación se articula con dos motivos, el primero por el cauce del artículo 88.1.c) de la L.J.C.A . y el segundo por el de la letra d) del mismo precepto. En el primero, se alega quebrantamiento de las formas esenciales del juicio, por infracción de las normas reguladoras de la sentencia o de las que rigen los actos y garantías procesales, siempre que en éste último caso se haya producido indefensión. Se aduce la infracción del artículo 54.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LA LEY 3279/1992) , por cuanto en el escrito de demanda se alegaba como fundamento esencial la falta de motivación, cuestión que, a juicio de la recurrente, no fue valorada en la sentencia, siendo así que el artículo 120.3 de la Constitución (LA LEY 2500/1978) dispone que las "sentencias serán siempre motivadas" y que el Tribunal Constitucional tiene declarado ( STC 36/2006, de 13 de febrero (LA LEY 17055/2006) . F.J2º ), que la "obligación de motivar (...) forma parte del derecho fundamental de los litigantes a la tutela judicial efectiva, garantizado en el art. 24.1 CE (LA LEY 2500/1978) ". La queja se centra en el hecho de que, siempre a juicio de la recurrente, la sentencia impugnada "confirma lo dispuesto en el acuerdo de denegaciónde la AEAT y entiende que está suficientemente motivada la denegación por el hecho de estar mi representada en concurso de acreedores sin más análisis", añadiendo que "a tal efecto se manifiesta que el recurso contencioso-administrativo interpuesto por esta parte es denegado porque la situación de concurso voluntario de mi mandante refleja que "la sociedad presentaba dificultades de tesorería de carácter estructural, no coyuntural (...)". Dicha afirmación, dicho con el debido respeto, incurre en falta de motivación porque, efectivamente, cualquier situación concursal lleva aparejada una iliquidez en el momento de solicitarse, lo que en absoluto significa que esta situación vaya a perdurar al final del concurso, previendo la Ley Concursal dos supuestos totalmente distintos, como es la liquidación de la compañía -solo en este caso se da un supuesto real de iliquidez estructural-, o el convenio de acreedores, que en absoluto tiene que suponer una iliquidez , todo lo contrario, el convenio parte de la posibilidad de pago, incluso íntegro, de las cantidades adeudadas con o sin quitas y habitualmente con alguna espera, lo que vendría a coincidir con la petición de aplazamiento que ahora se deduce." Tras ello, se indica que en el escrito de demanda se puso de manifiesto que el Convenio propuesto por la recurrente fue aprobado con el voto favorable del 79,117% de los créditos, como asimismo se aprobaron los Textos Definitivos, sin que existiera impugnación por parte de la AEAT. Se concluye que "indicar que el concurso es la causa de denegación del aplazamiento no integra la motivación exigida en las resoluciones judiciales, pues ni siquiera era un motivo contemplado en la normativa aplicable para justificar de por sí la denegación de un aplazamiento, cuando el mismo se solicitó; es más, esta parte en su aportación documental reflejaba de forma explícita los 5 / 10 19/11/2015 correspondientes informes de la Administración concursal en los cuales se definía con plena claridad que la situación no era estructural sino coyuntural, a la vista de este soporte documental es razonable exigir, con fundamento en la tutela efectiva, que la Sala entrase analizar tal situación e introducir el razonamiento que, partiendo de esa realidad documentada de transitoriedad, le lleve a sostener la concurrencia de iliquidez, que, ausente del razonamiento, nos ubica en la arbitrariedad en la resolución ex art. 9.3 de la CE (LA LEY 2500/1978) y en el razonamiento frio y apodíctico que parte del estereotipo de entender como situación de iliquidez definitiva, la presentación del concurso de acreedores". Se invoca la Sentencia de esta Sala y Sección de 12 de noviembre de 2009 (recurso de casación 6984/2003 (LA LEY 233179/2009) ). En el segundo de los motivos articulados se alega infracción de los artículos 65 de la Ley 58/2003 (LA LEY 1914/2003) , General Tributaria, 44 y ss. del Reglamento General de Recaudación, aprobado por Real Decreto 939/2005 (LA LEY 1313/2005) y 47 del mismo texto reglamentario. En este motivo, la recurrente desarrolla sus tesis de fondo acerca de que "en modo alguno puede inferirse que exista una situación de iliquidez estructural". A partir de considerar que según los preceptos invocados como infringidos el aplazamiento se debe otorgar cuando la situación económico-financiera del deudor le impida, transitoriamente, hacer frente al pago de sus deudas, se aduce que "ni la resolución de la AEAT, de 28 de julio de 2011, ni la resolución del TEAC, de 6 de junio de 2013, ni , por último, la sentencia ahora recurrida, aportan ningún examen, evaluación, cálculo o análisis de la situación de falta de liquidez de mi representada, más allá de la simple remisión a la situación concursal de la misma, lo que supone, dado los acontecimientos acaecidos en el seno del concurso, dar la razón, precisamente, a los argumentos de esta parte, como lo prueba el hecho de la aprobación del convenio de pagos propuesto, sin quita de ninguna clase, ratificado por la gran mayoría de los acreedores, tras el análisis exhaustivo realizado por la Administración concursal y la evaluación del plan de viabilidad presentado por mi representada." La conclusión que alcanza la recurrente es que la falta de liquidez es coyuntural y que dispone de capacidad suficiente para generar recursos en futuro que permitan pagar sus deudas al 100 por 100, como han ratificado los acreedores, entre los cuales está la propia AEAT, que no ha impugnado el convenio aprobado. Se considera de interés poner de relieve que respecto de otra sociedad del Grupo de la recurrente -TR Hoteles y Alojamientos Paraíso, S.L.-, ante la denegación de aplazamiento, la resolución del Tribunal Económico-Administrativo Regional de Madrid, ante el que se interpuso la correspondiente reclamación, si apreció la falta de documentación que acreditara que el órgano competente para la tramitación de la solicitud de aplazamiento examinara la falta de liquidez de la entidad ni su capacidad para generar recursos, formulando la correspondiente propuesta de resolución, tal como exige el artículo 65.1 de la Ley General Tributaria (LA LEY 1914/2003) , lo que añadido a lo escueto y genérico de la falta del contenido de la motivación del acuerdo impugnado, hizo que no se considerara debidamente tramitada la solicitud de aplazamiento ni suficientemente motivada su denegación. TERCERO. - El Abogado del Estado opone en primer lugar, que la sentencia está motivada y, en segundo lugar, que la recurrente vuelve a repetir en instancia los argumentos utilizados en la demanda, sin desvirtuar las razones de fondo expuestas en la sentencia. CUARTO.- Respondiendo ya al primer motivo de los formulados por la entidad recurrente, referido precisamente a la falta de motivación de la sentencia, y que, como hemos indicado, se ampara en el artículo 88.1.c) de la L.J.C.A , debe desestimarse, pues, como mantiene la recurrente, el acuerdo denegatorio del aplazamiento, basa el mismo en la mera existencia de una declaración de concurso, 6 / 10 19/11/2015 que supone, según la resolución del TEAC confirmatoria de aquella, "la apreciación de dificultades económico-financieras de carácter estructural". Por lo expuesto, la recurrente ha podido conocer las razones por las que se confirmaba la denegación del aplazamiento y combatir las mismas en el presente recurso de casación, sin que haya sufrido indefensión ( sentencias del Tribunal Constitucional 14/1991 (LA LEY 1638-TC/1991) , F J 2 º ; 28/1994 (LA LEY 2577-TC/1994) , FJ 3 º; y 32/1996 , FJ 4º). Por lo tanto, y como se anticipó, el motivo no prospera. QUINTO. - El segundo motivo del recurso se estima conforme a la doctrina sentada en la Sentencia de estas Sala y Sección de 13 de octubre de 2015 (recurso de casación 3393/2013 (LA LEY 140419/2015) , en la que se ha dicho: "TERCERO.- La decisión del segundo motivo de casación requiere que nos detengamos en la regulación, aplicable ratione temporis al caso de autos, del aplazamiento en el pago de las deudas tributarias. Conforme alartículo 62.1 de la Ley General Tributaria de 2003 (LA LEY 1914/2003), las deudas deben satisfacerse en los plazos establecidos por la normativa de cada tributo. No obstante, el artículo 65.1 autoriza que, tanto si se encuentran en periodo voluntario como ejecutivo, se aplace (también, se fraccione) su pago en los términos que reglamentariamente se fijen, previa solicitud del obligado tributario, siempre que su situación económico-financiera le impida de forma transitoria efectuarlo en los plazos establecidos. El apartado 3 precisa que las deudas aplazadas (o fraccionadas) deben garantizarse en los términos previstos en el artículo 82 de la propia Ley y en la normativa recaudatoria. La disciplina reglamentaria vigente al tiempo del caso que nos ocupa se contiene en el Reglamento General de Recaudación aprobado en 2005, cuyo artículo 51.1 dispone que el órgano competente para tramitar la solicitud de aplazamiento examinará y evaluará la falta de liquidez y la capacidad para generar recursos del obligado al pago, así como la suficiencia o la idoneidad de las garantías ofrecidas o, en caso de que se solicite su dispensa, la concurrencia de las condiciones precisas para obtenerla, realizando a continuación la propuesta al órgano competente para su resolución. De la anterior ordenación se obtiene que el aplazamiento (y el fraccionamiento) en el pago de deudas tributarias reúne, en lo que ahora interesa, las siguientes características: 1ª) Constituye una excepción a la forma ordinaria de pago de las deudas tributarias, que por regla general ha de realizarse en los plazos que establezca la regulación de cada tributo. «El aplazamiento no puede convertirse en un modo habitual de satisfacción de las deudas tributarias» [sentencia del Tribunal Supremo de 19 de julio de 2012 (casación para la unificación de doctrina 220/10 (LA LEY 105814/2012), FJ 5º)]. Lógicamente, dicha naturaleza debe ser ponderada cuando se interpretan las normas que lo regulan. 2ª) El aplazamiento (en su caso, el fraccionamiento) es un derecho del contribuyente siempre que se den las circunstancias y se cumplan los requisitos a los que el legislador condiciona su concesión. Por lo tanto, la potestad que se atribuye a la Administración para resolver las solicitudes de aplazamiento no es técnicamente discrecional, como parecen entender el Tribunal Económico-Administrativo Central y la Sala de instancia; si lo fuera, la Administración podría optar entre indiferentes jurídicos y resolver mediante criterios de mera oportunidad. No otra cosa deriva delartículo 6 de la Ley General Tributaria de 2003 (LA LEY 1914/2003): «El ejercicio de la potestad reglamentaria y los actos de aplicación de los tributos [...] tienen carácter reglado [...]». Se trata pues de una potestad reglada, que la Administración tributaria ha de ejercer aplicando al caso concreto los conceptos jurídicos indeterminados contenidos en la norma ("situación económico-financiera que impida de forma transitoria efectuar el pago", "suficiencia e idoneidad de las garantías", "concurrencia de las condiciones precisas para obtener la dispensa de presentarlas"). Así se obtiene además delReglamento 7 / 10 19/11/2015 General de Recaudación de 2005 (LA LEY 1313/2005), cuando, en su artículo 51.1 , precisa que el órgano administrativo «examinará y evaluará la falta de liquidez y la capacidad para generar recursos y valorará la insuficiencia e idoneidad de las garantías, o, en caso de solicitud de dispensa de garantía, verificará las condiciones precisas para obtenerla». No hay en esta redacción ningún margen de maniobra para la Administración si concurren los requisitos señalados por el legislador, si bien le incumbe examinar, valorar y decidir si realmente concurren en cada caso, pero cuando están presentes no le cabe denegar el aplazamiento. 3ª) En consecuencia, la decisión de no acceder al aplazamiento se debe fundar en la falta de cumplimiento de los requisitos a los que la ley condiciona su otorgamiento, debiendo, por lo tanto, estar suficientemente motivada, tras el examen y la evaluación de la falta de liquidez, de la suficiencia de las garantías ofrecidas o de la presencia de las condiciones que permitirían su dispensa [así lo hemos expresado en la sentencia de 12 de noviembre de 2009 (casación 6984/03 (LA LEY 233179/2009), FJ 3º)]. Esa motivación ha de estar presente en el acto administrativo que deniega el aplazamiento, sin que el defecto pueda subsanarse después en la vía revisora, sea administrativa o jurisdiccional. CUARTO.- En el supuesto enjuiciado, la decisión denegatoria se sustentó exclusivamente en el hecho de que TR Hoteles había sido declarada en concurso voluntario de acreedores; nada más. Magra motivación para justificar que la falta de liquidez de la compañía era estructural y no meramente transitoria, si se repara en que la declaración en concurso voluntario de acreedores no presupone necesariamente que el deudor se encuentre impedido permanentemente (por lo tanto, no de modo transitorio y coyuntural) para hacer frente a sus compromisos. Se ha de recordar que la declaración en concurso presupone el estado de insolvencia del deudor, que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles [artículo 2.2 de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal (LA LEY 1181/2003) (BOE de 10 de julio)], siendo su designio superar ese estado y garantizar la viabilidad futura de la empresa, garantizando al mismo tiempo el derecho de los acreedores a realizar sus créditos, mediando en su caso quitas y esperas, a través de pactos plasmados en el oportuno convenio, que «es la solución normal del concurso [orientada] a alcanzar la satisfacción de los acreedores» (apartado VI de la exposición de motivos de la Ley 22/2003). La liquidación, sin embargo, es una alternativa al convenio, que se presenta como solución subsidiaria (vid. apartado VII de la misma exposición de motivos). Así pues, la declaración en concurso del deudor no lleva automáticamente como consecuencia que su insolvencia sea estructural. Todo lo contrario, un concurso voluntario con convenio aprobado revela una situación transitoria llamada a ser superada. Por ello no cabe hacer el silogismo que se contiene en el acto administrativo impugnado, presumiendo iuris et de iure que un deudor declarado en concurso queda impedido de forma definitiva e ineluctable para hacer frente a sus obligaciones económicas; este simple silogismo evidencia la insuficiente motivación de la decisión. Habría debido explicar algo más para afirmar que las dificultades económico-financieras de TR Hoteles eran estructurales y no meramente transitorias. A juicio de esta Sala, yerra el Tribunal EconómicoAdministrativo Central cuando explica que el acto denegatorio «explicitó las razones para no acceder a la petición, que pueden resumirse en la apreciación [de] dificultades económico-financieras de carácter estructural». Por de pronto, no constituye un "resumen" sino la motivación en toda su extensión, motivación que, como hemos visto, no deja de ser una tautología sustentada en un razonamiento que no responde a la realidad a la vista de la finalidad que a tribuye al concurso de acreedores su normativa reguladora. En el mismo yerro incurre la Sala de instancia al considerar suficientemente motivada la denegación del aplazamiento porque la declaración en concurso voluntario «refleja una situación de iliquidez que no puede ser calificada de transitoria». Hemos de concluir, por lo tanto, que, como denuncia TR Hoteles en el segundo motivo de casación, el acto administrativo impugnado carecía de motivación, infringiendo los preceptos analizados en el 8 / 10 19/11/2015 anterior fundamento jurídico, infracción reproducida por la Audiencia Nacional en la sentencia impugnada, al no haber reparado el defecto en su pronunciamiento. En la sentencia, ya citada, de 12 de noviembre de 2009 hemos sostenido que la afirmación de que la falta de tesorería tenía carácter estructural, y no coyuntural, debió conllevar necesariamente, a las vista de los documentos aportados y que la propia Administración consideró suficientes para pronunciarse, un estudio, cálculo o análisis que permitiese fundamentar la supuesta "estructural y no coyuntural" falta de liquidez de la empresa, debiendo calificarse la motivación del acto recurrido, ante la ausencia de mayor concreción en referencia a los elementos de hechos de que disponía, como hueca, mera expresión ritual y formal, sin contenido alguno, descubriendo una evidente arbitrariedad (FJ 3º). Como se ha dicho, esa carencia de motivación no podía ser subsanada después en la vía económicoadministrativa ni en la jurisdiccional. No obstante, la Sala de instancia expone que, en su demanda, la propia «recurrente [...] señala que el montante de las deudas que se encuentran en el mismo caso de la que examinamos, es muy superior al discutido en el presente recurso». Aparte de que este dato no fue valorado como debía por la Administración al adoptar su decisión, centrándose única y exclusivamente en la declaración en concurso voluntario de acreedores, lo cierto es que los jueces a quo debieron tomar en consideración otras afirmaciones del escrito rector, no negadas de contrario, para realizar una examen global de la situación, que no resultara sesgado: que el activo de la compañía era superior a su pasivo (incluidas todas las deudas tributarias), siendo el objetivo continuar con la actividad empresarial, y que en el momento de presentarse dicho escrito las adhesiones al convenio en el seno del concurso alcanzaba el 80% de la masa (definitivamente fue el 96,62%, con la sola excepción, precisamente, de la Administración tributaria, amén de la de otro deudor). Por su parte, el Tribunal Económico-Administrativo Central, también indebidamente, completa la motivación del acto impugnado afirmando que TR Hoteles no acredita la existencia de dificultades económico-financieras de carácter transitorio, limitándose a señalar la existencia de un superávit patrimonial, lo que, a su juicio, no prueba que las dificultades sean transitorias. Con independencia, insistimos, de que tal razonamiento debía estar incluido en el acto administrativo reclamado, el discurso resulta incompleto porque parte de premisas que no responden a la realidad: que la declaración en concurso voluntario de acreedores es sinónimo de dificultades financieras estructurales y que el deudor nunca va a poder hacer frente a sus obligaciones. La falta de rigor de ese razonamiento queda evidenciada por el hecho de que después fuera aprobado un convenio con la adhesión de la práctica totalidad de los deudores." SEXTO.- La estimación del motivo conduce a la anulación de la sentencia impugnada, por lo que, en aplicación del artículo 95.2.d) de la Ley de esta Jurisdicción , procede resolver lo que proceda dentro de los términos en que se plantea el debate. Y pasando a hacerlo así, lo que debe hacerse es anular las resoluciones administrativas impugnadas. Ahora bien, en tal momento nos encontramos en la misma situación de la Sentencia de esta Sala y Sección de 13 de octubre de 2015 , en la que se dijo (Fundamento de Derecho Quinto): "Este defecto, el de motivación, no impediría que esta Sala, en uso de su plena jurisdicción, se pronunciara sobre el fondo de la cuestión y decidiera, en definitiva, acerca del aplazamiento interesado, sin embargo carece de elementos de juicio suficientes al efecto, que le impiden decidir aquí y ahora si las garantías presentadas resultaban bastantes e idóneas. Por lo tanto, como se nos pide por la recurrente, procede retrotraer las actuaciones para que la Administración, siguiendo los criterios de esta sentencia, se pronuncie motivadamente sobre la solicitud de aplazamiento, en el bien entendido que todo debate que pueda abrirse en relación con el nuevo acto que se dicte deberá tramitarse como incidente de ejecución de esta sentencia por el cauce de los artículos 103 y siguientes de la Ley de esta jurisdicción ". SEPTIMO. - No ha lugar a la imposición de costas procesales en este recurso de casación ni en la 9 / 10 19/11/2015 instancia. Por lo expuesto, en nombre de su Majestad el Rey y en el ejercicio de la potestad de juzgar que, emanada del pueblo español, nos confiere la Constitución. FALLAMOS PRIMERO.- Que debemos estimar y estimamos el presente recurso de casación, número 3037/2014, interpuesto Dª Raquel Gómez Sánchez, Procuradora de los Tribunales, en nombre de ATLANTIS SERVICIOS INMOBILIARIOS, S.L ., contra sentencia de la Sala de lo ContenciosoAdministrativo de la Audiencia Nacional, (Sección Séptima), de 21 de julio de 2014, dictada en el recurso contencioso-administrativo número 366/2013 (LA LEY 94678/2014) , sentencia que se casa y anula. Sin costas. SEGUNDO.- Que debemos ordenar y ordenamos retrotraer las actuaciones administrativas al momento anterior al acuerdo de denegación del aplazamiento, para que pueda ser dictado uno nuevo suficientemente motivado. Sin costas. Así por esta nuestra sentencia, que deberá insertarse en la Colección Legislativa, definitivamente juzgando lo pronunciamos, mandamos y firmamos Manuel Vicente Garzon Herrero Emilio Frias Ponce Joaquin Huelin Martinez de Velasco Jose Antonio Montero Fernandez Manuel Martin Timon Juan Gonzalo Martinez Mico Rafael Fernandez Montalvo PUBLICACION .- Leída y publicada ha sido, la anterior sentencia por el Excmo. Sr. Magistrado Ponente de la misma, D. Manuel Martin Timon, hallándose celebrando audiencia pública, ante mí, la Letrada de la Administración de Justicia. 10 / 10