ULTiMAHORA correo semanal 5 ASUNCIÓN SÁBADO 16, MARZO 2013 Comentario de libros Exposiciones Un recorrido literario por el continente desconocido ESTUDIO FOTOGRÁFICO BATE Y CA., RADICADO EN MONTEVIDEO El nuevo libro de cuentos del escritor paraguayo Javier Viveros, Manual de esgrima para elefantes, nos invita a conocer un poco de la cultura y la realidad africanas. Breve perfil Eulo García Poeta [email protected] K otoka, aeropuerto de la ciudad de Accra, capital de la República de Ghana, en la punta oeste del continente africano. Hasta allí llega el personaje paraguayo, un auditor externo de una poderosa empresa europea de televisión, a fin de realizar uno de los trabajos acostumbrados: visitar sucursales de la compañía y realizar una auditoría informática y contable ordenada por la central, debido a rumores de fraudes contra la empresa. Trabajo para nada simpático, pero obligación al fin. En Kotoka espera Mawusi, quien será el chofer local del auditor paraguayo y le contará detalles incomprensibles, para el auditor, sobre la tribu Ewe, como también le hablará de ciertas prácticas mágicas normales para su cultura. Mawusi será, a su vez, el primer Virgilio que nos llevará a recorrer los jardines y los desiertos lejanos de una cultura tan rica como lejana para quienes conocemos África sólo por mapas y noticias desesperanzadoras para la humanidad. Diferencias y semejanzas Mawusi es un personaje de “Déjà Vu(Dú)”, el primer cuento del libro Manual de esgrima para elefantes, del narrador paraguayo Javier Viveros (Asunción, 1977), que tiene la particularidad de haber sido publicado a fines del año pasado por dos editoriales extranjeras: Ediciones Encendidas, de Argentina, y Rubeo, de España. Particular pero no extraña la publicación de este libro por editoras de otros países. Viveros es un autor prolífico que escogió el cuento como su oficio narrativo. De hecho, Manual de esgrima para elefantes es su tercer libro de cuentos. El autor. Javier Viveros, en una imagen captada en Tanzania, África. Anteriormente publicó La luz marchita (2005) y Urbano, demasiado urbano (2009); a más del título Ingenierías del insomnio (2008), escrito de manera conjunta con su hermana, la escritora Diana Viveros. Manual de esgrima… reúne trece relatos escritos por Viveros entre los años 2008/2010, época en la que vivió en el continente africano y estuvo en contacto con las vivencias y las costumbres propias de la población. Del contacto con el mundo mágico de las creencias surgen los detalles fascinantes de “Déjà Vu(Dú)”, “Sepultando a Kweku Mensah”, “Fantasmas”, que nos acercan el misterio eficiente de la fe ante lo inexplicable, e incluso inentendible, para la razón occidental. “La lista”, “París-Dakar”, “Passing shot” y “Al jefe le pasa algo” describen ciertas características de las sociedades africanas y permiten encontrar semejanzas y diferencias con la nuestra, sobre todo desde las distintas formas de marginalidad que se desarrollan en las mismas. “Putas rusas” y “Primera semana” dan el toque de hilaridad a la densidad conjunta de las realidades descritas. Otros cuentos del volumen son “Riqueza interior” y “Una de Nollywood”. Historia reciente Pero es en los cuentos “Ruándicas” y, en especial, “Un pecado capital” donde Javier Viveros logra el acercamiento más profundo a la historia reciente africana. El primero (“Ruándicas”) es un relato descarnado del Genocidio de Ruanda, en el que el Gobierno y las fuerzas hutus (hegemónicas en el poder) realizaron un intento de exterminio de la minoría tutsi, causando cientos de miles de muertos (se habla de ochocientos mil tutsis asesinados en esa ocasión). “Un pecado capital”, por su parte, es no solo un alegato en contra de las “alianzas políticas” que realizan los gobiernos del tercer mundo con las grandes empresas multinacionales. Meses antes de la elección para gobernador de Rhode Island, una alocución irrumpe en una radio local y alerta a la población sobre los antecedentes de un candidato a gobernador. “No importa mucho quién soy. Lo que realmente interesa es que tengo un mensaje para todos ustedes”, dice la voz, y comienza su relato. La voz habla del coltán, un mineral indispensable para el desarrollo de las nuevas tecnologías, cuyas reservas mayoritarias (calculadas en un 80% de la existencia mundial de este mineral) se hallan bajo suelo de la República Democrática del Congo. Esta voz anónima denun- Para leer Javier Viveros Manual de esgrima para elefantes Ediciones Rubeo España cia, a su vez, la guerra entre naciones africanas (rebeldes, grupos armados, ejércitos regulares y milicias) surgidas por el dominio de los territorios donde se encuentran estos yacimientos, la extracción y el tráfico del conocido “oro azul” para su comercialización. Bajo esta lucha —sigue denunciando la voz— las milicias invadieron también varios parques nacionales, destruyendo el hábitat y disminuyendo la población de algunas especies protegidas. “El Javier Viveros nació en Luque, en 1977. Es ingeniero en informática y como escritor ha publicado 4 poemarios y 4 libros de cuentos. También escribe guiones para historieta. Su relato “Misterio JFK” resultó finalista del Premio “Juan Rulfo” 2009. Cuentos suyos fueron incluidos en antologías internacionales de narrativa contemporánea, como la alemana Neues Vom Fluss, la antología cubana Cuentos del Paraguay, la argentina Los chongos de Roa Bastos y La isla de los libros, una antología española de narrativa del Paraguay. gorila de montaña ha sido ya casi exterminado. Un elefante no dura demasiado ante los agujeros que infiere una moderna ametralladora liviana. Daño colateral”. Pero lo central del relato (y que alerta la voz) es que uno de los candidatos para gobernador de Rhode Island, el preferido en las encuestas, se había enriquecido obscenamente en años anteriores, justamente, mediante el tráfico del coltán. Un cuento directo en cuya calidad narrativa se conjugan historia y política, y que acerca de manera sencilla algunos datos básicos sobre la relación de la tecnología con la explotación de minerales. Con estos cuentos, Javier Viveros nos acerca así un poco de la historia, las creencias, las prácticas y las costumbres de un continente lejano y mágico, por lo desconocido; como sufrido y cercano, por los colmillos y las acechanzas clavados en su tierra. El libro se presentará en Asunción en los siguientes meses; mientras tanto puede ser adquirido, vía internet, en librerías online españolas y en Amazon. Costa de Humaitá. Vista del río y del caserón que fue cuartel del mariscal López y que aún se conserva. Batería Londres. Imponente estructura defensiva en Humaitá, que mantuvo a raya a los buques aliados. La Guerra contra el Paraguay: Revisionismo histórico del pueblo oriental En Montevideo se desarrolló una muestra que tiene un interés particular para Paraguay: las fotografías de la Guerra de la Triple Alianza, el tercer evento bélico en el mundo con documentación fotográfica. Maricruz Méndez Vall Escritora “ P ero si estas imágenes nos horrorizan… En el Uruguay de aquel entonces, ¿los ciudadanos eligieron libremente formar ‘la Triple Alianza’ para destruir a la próspera República del Paraguay, liderados por el general Venancio Flores?”, reflexiona el equipo de documentalistas uruguayos. La Guerra contra el Paraguay se denomina la muestra itinerante impulsada por la Biblioteca Nacional del Uruguay y el Centro de Fotografía / IM, cuya última y reciente exposición fue en el antiguo Bazar Mitre, de la ciudad de Montevideo. Luego de las fotos de la Guerra de Crimea (1853-1856) y de la Guerra de Secesión (1861-1865), las de la Guerra contra el Paraguay son el tercer registro bélico del mundo y el primero de Sudamérica. En 1866, el Estudio Fotográfico Bate y Ca., radicado en Montevideo, envió un fotógrafo a fin de registrar el frente de batalla y posteriormente vender el material. En aquel entonces, el Gobierno uruguayo, que había apoyado el viaje, las utilizó como propaganda política. Hoy forman parte de la colección iconográfica de la Biblioteca Nacional del Uruguay, cuyo director, Carlos Liscano, es un ex preso político de la dictadura uruguaya, además de reconocido escritor. Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras, adquiriendo en este caso un valor documental y una significación en la memoria colectiva regional: una lectura sobre el dolor humano y la mutilación de un pueblo, más allá de las razones o sinrazones de los protagonistas de la época y de los intereses que llevaron al conflicto. Traumático hecho histórico A la entrada recogemos un tríptico que, en pocas palabras, da cuenta del genocidio: “La Guerra contra el Paraguay, desarrollada entre 1864 y 1870, fue llamada de la ‘Triple Alianza’ porque la República Argentina, el Imperio del Brasil y el Estado Oriental del Uruguay se unieron en alianza ofensiva y defensiva contra el Gobierno paraguayo presidido por Francisco Solano López. No fue una guerra más dentro de la historia sudamericana. Fue la gran matanza del pueblo paraguayo. Todos los países que participaron de esta conflagración sufrieron grandes pérdidas de vidas humanas y gastaron enormes sumas de dinero. Pero el Paraguay, país que prometía un desarrollo industrial y cuya población era de 1.300.000 personas, fue liquidado. Al fin de la contienda solo quedaron 200.000 sobrevivientes, la mayoría eran mujeres, ancianos y niños”. Las fotos del archivo uruguayo son elocuentes: muestran el fatídico camino de un final anunciado. Hace poco, a través del Canal Público de la Argentina, se pudo ver una miniserie documental denominada Guerra Guasu. La Guerra del Paraguay, con el fin de instalar el debate en el país vecino, que por cierto alberga a más paraguayos/as que la propia Asunción. Los documentos tomados por Brasil en los archivos paraguayos durante la misma guerra sólo fueron devueltos parcialmente y no son de acceso público. Brasil devolvió el Álbum donde constan donaciones de joyas durante la Guerra de la Triple Alianza, por gestión de la historiadora Idalia Flores de Zarza. También unos 30 mil documentos de la colección Río Branco. Cabe recordar que el 24 de febrero de 1867 un grupo de mujeres, reunidas en asamblea en la plaza pública en Asunción, donan sus alhajas en apoyo al ejército paraguayo. Mucho tiempo después, a instancias de Carmen de Lara Castro, el 24 de febrero se instituye como Día de la Mujer Paraguaya. Los nombres responden a significaciones o ideologías que las sustentan; en este caso, de todas las denominaciones dadas al traumático hecho histórico: “Tri- Mitre en Humaitá. El líder de las fuerzas aliadas, con distintivo blanco, visita la iglesia en ruinas. ple Alianza”, “Guerra Guasu”, “Guerra del Paraguay”, es la denominación uruguaya la que devela la realidad: “Guerra contra el Paraguay”. Sería sumamente productivo que esta muestra itinerante pueda llegar a nuestro país, a los establecimientos educativos, a la comunidad, a fin de reflexionar no solamente sobre el pasado que no se puede cambiar, sino sobre los grandes desafíos presentes que nos interpelan: el modo de resolución de conflictos, la necesidad de construir una cultura antibélica, una cultura de paz y valores, que tanta falta nos hace.