Cayetana de Alba: la duquesa más polémica

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PASATIEMPOS
Miércoles 12.11.14
SUR
JUGAR A LEER
PALABRAS ANDALUZAS
C
POR ANTONIO GARRIDO, ALBERTO GÓMEZ,
ALEJANDRO DÍAZ Y SONIA HURTADO
Callada
Todos los sentidos se relacionan
nan
con la perdiz. Tregua de tiempo
po
en Pascua para la caza de la pererdiz con reclamo. Perdiz que enntra al reclamo en silencio. Silenencio de una perdiz entre dos canantos.
Callar
PERSONAJES
ANDALUCES
Cayetana de
Alba: la duquesa
más polémica
trabajar mucho. «Pisar un callo»:
Hacer daño físico o psicológico.
Calma
Calmar
Caloyo
Cesar una tormenta. Cesar el
viento.
Zapato.
Calóndrigo
Calpancalá
Es un vulgarismo para referirse a
canónigo.
Cal para encalar, antiguo pregón
usado en Málaga.
Calor
Calrear
Flama. Rubor.
Jadear los perros.
Calorera
Calva
Calor excesivo.
Peseta.
Calorín
Calvichi
Caloma
Calor sofocante.
Calvo.
Cordel al que se ata la boya.
Cuerda del flotador.
Calostrada
Calvorota
Mucha cantidad de algo.
Calvo.
Calostro
Calza
Requesón. Postre hecho con la
leche del primer ordeño del ganado recién parado. Se enfría y
se toma con azúcar o canela y
miel.
Es una de esas palabras que se
van muriendo lentamente. Es
anticuada pero puede oírse. Se
trata de medias hasta la rodilla
para empalmar con los calzones.
Calmo
Calle
Terreno de labor que se deja en
barbecho.
Se emplea con sentido de medida; así lo largo de la bodega, era
alargada, claro entre árboles, espacio entre dos hileras de olivos,
en los tronos o pasos de Semana
Santa, espacio central entre las
velas de la candelería. «Echar por
la calle de en medio» significa
enfadarse, molestarse, tomar las
cosas a la tremenda.
Callejón
Calle corta y generalmente estrecha. Sendero. Desfiladero.
Callejuela
Calofrío
Escalofrío.
Calollo
Ventosidad silenciosa y con mucho olor.
Calón
Extremo de una red.
Callejón.
Callo
Ojo de gallo. Feo. «Dar el callo»:
Calostro.
Buen tiempo. «Calma blanca»:
calma chicha. «Con calma»: despacio.
Dejar de fermentar el vino.
Calona
Uva de grano grande, obtuso,
blanco, blando y algo agrio.
PATROCINA
CONSEJERÍA DE LA PRESIDENCIA
DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA
Callacueces
Persona muy reservada que oculta sus sentimientos e intencioiones.
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Sobre la espalda de María del
Rosario Cayetana Fitz-James
Stuart y de Silva, nacida en
1926 en el sevillano Palacio de
Liria, recae el peso de la historia de diecisiete duques enraizados a un país que ya tenía
Casa de Alba antes de que Colón descubriera América. De
todos los nobles titulares del
ducado, sólo tres mujeres lo lograron heredar. Poseedora de
46 títulos nobiliarios y veinte
veces Grande de España, Cayetana fue bautizada en el Palacio
Real con Alfonso XIII y Victoria
Eugenia como padrinos. Huérfana de madre desde niña, su
infancia estuvo marcada por el
exilio y por los viajes alrededor
del mundo con su padre. Tras la
muerte de éste, la aristócrata
sevillana heredó el ducado.
De su matrimonio con
su primer marido,
Luis Martínez de
Irujo, en 1947, nacieron seis hijos:
Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando,
Cayetano y Eugenia. Sus veinticinco
años de matrimonio
finalizaron trágicamente cuando a él le
diagnosticaron leucemia.
Su excepcional vida, la historia
de su Casa, el ducado histórico
de los Alba y su forma de reinterpretar la nobleza y la aristocracia la han convertido en uno
de los personajes más carismáticos en la historia social española de las últimas décadas. En
el reverso de su biografía figura
el lamentable incidente que
protagonizó cuando llamó «delincuentes y gentuza» a los
miembros del Sindicato de
Obreros del Campo (SOC), azote de terratenientes, tras un
acto de protesta por su nombramiento como Hija Predilecta de Andalucía. Mujer de gran
carácter, se casó en 1978 con el
ex sacerdote Jesús Aguirre, con
quien no tuvo descendencia y
del que quedó viuda en mayo
de 2001. En 2011, Cayetana se
casó con Alfonso Díez, un funcionario veinticuatro años menor que ella. La boda, como su
vida entera, fue narrada con
todo detalle por los medios de
comunicación.
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