R 42 F 396 T 13 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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SALA CIVIL PRIMERA
Resolución N°: 42
Folio: 396
Tomo: 13
En la ciudad de Santa Fe, a los 10 días del mes de Abril del año dos mil trece, se reunió
en Acuerdo Ordinario la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial
de Santa Fe, integrada por los Dres. Edgardo I. Saux, Abraham Luis Vargas y Norah
Echarte, para resolver los recursos de nulidad y apelación interpuestos por la parte actora
(v. fs. 162) contra la sentencia de fecha 16 de setiembre de 2011 (v. fs. 158/160), dictada
por el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil, Comercial y Laboral de San
Jorge en los autos caratulados “MAURENZI, ALCIDES C/ BIANCHI, GRACIELA S/
ACCION DE DESPOJO” (Expte. Sala I N° 170 – Año 2012), que fueran concedidos
libre y con efecto suspensivo (v. fojas 165). Acto seguido el Tribunal estableció el orden de
votación conforme con el estudio de los autos -Saux, Vargas y Echarte- y se planteó para
resolver las siguientes cuestiones:
1era.: ¿Es nula la resolución recurrida?
2da. ¿Es ella justa?
3era. ¿Qué pronunciamiento corresponde dictarse?
Determinado el orden de votación en cuya virtud éstos pasan a estudio, a la primer
cuestión, el Dr. Saux dijo:
El recurso de nulidad deducido no ha sido sostenido autónomamente en esta sede,
de todas maneras y a todo evento, las críticas que contiene el memorial pueden obtener
suficiente respuesta en el tratamiento del recurso de apelación. Por lo tanto, no advirtiendo
irregularidades procesales ni vicios en el procedimiento que justifiquen un pronunciamiento
de oficio, cuanto cabe es su desestimación con costas (arg. Artículo 251 del C.P.C.C.), y
por ende así voto.
El Dr. Vargas expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por
lo tanto, en igual sentido.
A la primer cuestión, la Dra. Echarte dijo:
Habiendo tomado conocimiento de estos autos y existiendo votos totalmente
concordantes de dos jueces, de conformidad al art. 26 de la Ley 10.160 y a la jurisprudencia
de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, me abstengo de emitir opinión.
A la segunda cuestión, el Dr. Saux dijo:
Por intermedio de apoderado, Alcides Maurenzi incia acción posesoria de despojo
por actos de turbación en la posesión y/o pacífica tenencia de la casa habitación situada en
los terrenos del Ferrocarril Gral. Belgrano contra Graciela Bianchi con el fin que cese la
turbación de la posesión, se le restituya la totalidad de las pertenencias y bienes muebles y
se lo ponga en tenencia de la casa habitación. Explica que desde el año 2005 vivía junto con
su hermano -Delkys Maurenzi- en la vivienda mencionada, la que había alquilado a
Graciela Bianchi y en el mes de junio de 2006 su hermano -Delkys Maurenzi- se fue a vivir
a otro domicilio, requiriéndole la demandada la devolución de la vivienda y en fecha
08/11/06 en oportunidad de regresar de un viaje, se encontró con la vivienda ocupada por la
accionada.
Al contestar la demanda, la accionada negó los hechos invocados y expresó que
permitió el uso del inmueble a Delkys Maurenzi quien luego de unos meses reintegró la
propiedad en fecha 08/11/06, pero debido a la imposibilidad al abrir la puerta de acceso
tuvo que recurrir a los servicios de un cerrajero. Explica que el actor no fue poseedor de la
vivienda.
Por decisorio de fecha 16/11/2011 (v. fs. 158/160) el juez a quo desestimó la
demanda, con costas por considerar que al evaluar la prueba aportada, el actor no logró
demostrar el hecho de haber alquilado el inmueble como así tampoco los requisitos que
prevé el art. 2490 del Código Civil para intentar la presente acción.
Interpuestos recursos de nulidad y apelación y radicados los presentes en esta sede,
expresa agravios el actor sosteniendo que es un tenedor simple de la vivienda reconociendo
en otro la propiedad, que tiene un interés personal en conservar la cosa para habitarla tal
como lo venía haciendo y sacar algún provecho para sí. Considera que hay despojo
conforme a los requisitos previstos por el art. 2490 del Código Civil, ya que en autos
acreditó que era simple tenedor interesado de la cosa, con o sin derecho a tenerla por lo que
le asiste el derecho a la acción intentada. Agrega que la demandada le alquiló la vivienda a
su parte y a su hermano y que las testimoniales rendidas en autos dan cuenta de esta
situación. Sostiene que el juez a quo no valoró el acta de constatación policial de la
vivienda en la que se inventariaron los bienes muebles que se encontraban en ella
constatándose que parte de los mismos eran de Bianchi y los demás de Delkys y Alcides
Maurenzi. Explica que si bien en la confesional la demandada sostuvo que tuvo que
arreglar la cerradura porque la llave que le habían dado estaba rota, no fue así ya que la
llave fue entregada por Delkys Maurenzi a su parte. Sostiene que tanto en las actas
judiciales como en la contestación de la demanda, Bianchi acepta y reconoce que ejecutó
todas las acciones para ingresar clandestinamente a la vivienda, a través de medios
ilegítimos utilizando violencia. Explica que probó en autos que su parte es un simple
tenedor interesado de la vivienda, no existiendo ninguna relación de hospitalidad ni de
dependencia u hospedaje que lo exceptúe de la acción de despojo. Expresa que de la prueba
aportada surge que la vivienda era habitada por el actor y su familia y es lo único que debe
probar su parte para tener derecho a la acción de despojo, lo que fue acreditado por las actas
policiales labradas y con los dichos de la propia demandada.
Al contestar los agravios esgrimidos, sostiene la demandada que el artículo 2490
invocado por ambas partes establece la excepción que impide accionar a quien es tenedor
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en razón de hospedaje u hospitalidad y es el actor quien obtuvo la tenencia del inmueble
como favor u hospitalidad lo que fue demostrado con la declaración testimonial de Delkys
Maurenzi. Agrega que la disconformidad del recurrente con la valoración de la prueba
hecha por el a quo no puede ser motivo de agravio en tanto en el decisorio impugnado se
valora detalladamente los elementos probatorios aportados en la causa.
Que ingresando al análisis de los agravios esgrimidos en primer lugar debe
señalarse que los mismos se centran en el hecho de que el juez a quo entendió -por un ladoque el actor conforme al material probatorio acompañado quedaba comprendido dentro de
la excepción prevista en la segunda parte del artículo 2490 del Código Civil y por lo tanto
excluido de la legitimación para necesaria para incoar este tipo de acción y por otro lado,
que si no obstante se estimase que contaba con legitimación suficiente, no alcanzó a
demostrar los requisitos necesarios para tener por constatado el despojo.
En este sentido se impone efectuar un breve repaso del material probatorio aportado
conforme a los hechos invocados en el libelo introductorio.
A fs. 3, obra denuncia policial de fecha 08/11/06 efectuada por parte de Alcides
Maurenzi en la que expresa que ocupaba el inmueble de calle Belgrano s/n de Cañada
Rosquín junto con su hermano Delkys Maurenzi, el cual les fuera cedido por Graciela
Bianchi, a la que le pagaban alquiler, aclarando que en el mes de junio su hermano se retiró
del inmueble y continuó ocupándolo él. Explica “hace aproximadamente un mes atrás y
debido a que Graciela me pedía la casa para ocuparla ella, le informé que la iba a dejar pero
que me esperara hasta fin de año ya que no conseguía casa, esto se lo dije al hijo de ella …
Hace unos momentos atrás llegué de viaje ya que … soy camionero y me encontraba
realizando transporte, al llegar advierto que estaba Graciela afuera de la casa la cual me dijo
que ella había cambiado la cerradura y que luego iba a sacar las pertenencias afuera para
que la pase a buscar” (sic).
A fs. 4 fotocopia certificada de declaración jurada de fecha 10/07/06 en la que se
expresa que Alcides Maurenzi ocupa “una de las viviendas que se hallan en el terreno del
ex ferrocarril Gral. Belgrano de esa localidad, lo cual anteriormente era ocupada por
Graciela Bianchi, la cual me la cedió oportunamente. Quiero dejar asentado que yo realizo
viajes de transportes, ausentándome por varios días, lo cual no quiere decir que yo haga
abandono de la vivienda” (sic).
En la absolución de posiciones del 18/04/07, Alcides Maurenzi (v. fs. 34) expresa
que la vivienda había sido alquilada por su hermano y él y que al momento de ingresar
Graciela Bianchi a la vivienda se encontraban en su interior todas sus pertenencias, las de
su señora y las de su hija.
La absolución de posiciones de Graciela Rosa Bianchi (v. fs. 52) explica que tuvo
que arreglar la cerradura porque la llave que le había dado estaba rota, que ocupa la casa
desde el año 1996 y que tuvo posibilidad de comprarla.
Se agregan copias simples de solicitud de vivienda N° 22567 A de fecha 16/06/98
(v. fs. 14/15 ) y comprobante de la EPE del domicilio de calle Belgrano 2454 de Cañada
Rosquín a nombre de Graciela Bianchi.
Hay testimoniales de Claudio Andres Córdoba, Cristian Pablo Rossetti y Silvina
Beatriz Vergara (v. fs. 67/67 vto.) de las que se desprende que Bianchi había prestado la
vivienda a Delkis Maurenzi.
Del expte. correccional N° 454/07 “Maurenzi, Alcides s/ Denuncia” obra a fs. 76
informe policial en el que consta que “Se le recepcionó declaración testimonial a Delkys
Maurenzi, quien adujo que efectivamente el inmueble fue cedido por Bianchi a él y no a su
hermano, en calidad de préstamo por un tiempo hasta que la misma lo necesitara y que
dicha situación se la transmitió a su hermano Alcides antes de dejar la casa en el mes de
junio”, declaración de Delkys Maurenzi (v. fs. 79/79 vto.) donde da cuenta de su tratativa
con Bianchi para obtener el inmueble en préstamo con “la condición de que le abonara un
pequeño alquiler … le comenté esto a mi hermano, él estuvo de acuerdo y nos trasladamos
a la vivienda ... aclaro que ella me entregó las llaves a mi y el responsable era yo”, acta de
constatación policial (v. fs. 80/80 vto.) del domicilio de Belgrano s/n° de Cañada Rosquín
en la que Bianchi manifiesta que aún existen muebles en la vivienda que son de propiedad
de Delkys Maurenzi, simple interrogatorio policial de Graciela Bianchi (v. fs. 82/83) donde
manifiesta que Delkys Maurenzi le pidió el inmueble “aduciendo que el alquiler que
abonaba en la otra casa era mucho y que solamente la iba a ocupar un período de tiempo
corto porque era su intención formar pareja e irse a vivir a la casa de la misma; es así que
acepté con la condición de que mantenga la casa en orden; cuidara mis pertenencias y
además le dije a Delkys que cuando yo pusiera todo en orden en mi estudio, quería que me
entregara la casa tal cual se la cedía … le entregué las llaves al mismo. Yo no sabía que
Delkys Maurenzi iba a ocupar la vivienda con su hermano Alcides que es camionero, lo que
sí sabía yo era que este muchacho iba esporádicamente a visitar a Delkys”, agregando que
cuando le pidió las llaves a Delkys del inmueble este le dijo que las había perdido y que
cuando decidió ingresar al domicilio lo hizo en presencia de Delkys y allí descubrió que la
casa estaba siendo ocupada por Alcides sin su consentimiento ni autorización “Quiero
aclarar que Delkys en el lugar le pidió a su propio hermano que desocupara la vivienda ya
que lo estaba comprometiendo a él, pero a Alcides no le importó” (v. fs. 82/83), acta de
constatación policial de fecha 11/11/2006 (v. fs. 94/94 vto.) donde da cuenta que Delkys
Maurenzi retira sus muebles del domicilio de Graciela Bianchi estando presente la misma,
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denuncia de Alcides Maurenzi (v. fs. 96/96 vto.) donde explica que sus pertenencias habían
sido sacadas por Graciela Bianchi al exterior de su vivienda, testimoniales de Alicia
Graciela Correa (v. fs. 112/113), José María Toledo, Marcos Andrés Duarte y Roberto
Miguel Druetta que refieren que creen que Alcides Maurenzi vívía allí con su esposa e hija
y que creen que pagaba alquiler a Bianchi.
El material iterado y colectado en la causa, resulta apto para esclarecer la secuencia
de los hechos que se sucedieron en estos actuados, como debidamente lo hizo el juez a quo.
Es así que claramente se desprende que las tratativas para ocupar la vivienda de calle
Belgrano s/n° de Cañada Rosquín, se desenvolvieron entre Delkys Maurenzi y Graciela
Bianchi lo que surge de las declaraciones de ambos, (inclusive Bianchi explica que conocía
a Delkys porque era “marido de prima hermana” (v. fs. 82 vto.) y se había separado de la
esposa y ese era el motivo por el cual transitoriamente le había solicitado el inmueble). Esta
situación la expone Delkys Maurenzi en su declaración aclarando que él recepciona la llave
y se hace responsable ante Bianchi con el compromiso de devolverle la propiedad. A ello se
suma que es evidente que éste lleva a vivir con él al actor; pero de esta situación no tenía
conocimiento Bianchi conforme surge de las probanzas de autos.
Estos hechos resultan esclarecidos y probados debidamente ya que no pudieron ser
desvirtuados por los elementos que acompaña la actora para probar sus dichos y esto es así
ya que esas pruebas incorporadas a autos no fueron destruidas ni siquiera se alcanzó a
generar un margen de duda razonable.
A ello se agrega que si bien se invoca la eventual existencia entre las partes de un
contrato de alquiler, el instrumento por el cual se formalizara el mismo no se acompañó así
como tampoco ningún recibo de pago que diera cuenta del dinero que se le entregaba a
Bianchi por el uso de la propiedad, con lo cual tal vínculo jurídico no aparece acreditado.
Siguiendo con la secuencia de los hechos, Delkys Maurenzi se retira del inmueble,
pero permanece en él Alcides Maurenzi (con certeza no se constata en autos en qué
momento ingresa al domicilio el actor), quien acompaña una declaración jurada hecha en
sede policial de que estaba viviendo en dicha propiedad de fecha 10/07/06.
Frente a esa situación cobra relevancia el testimonio de Delkys Maurenzi (fs. 79) y
el acta de constatación policial donde se consigna que Delkys Maurenzi junto con Graciela
Bianchi ingresan a la propiedad retirando Delkys Maurenzi sus muebles mientras que otras
pertenencias que reconoce este último como de su hermano fueron sacadas al exterior de la
vivienda.
Está claro que en la subsunción de los roles de los protagonistas -directos e
indirectos- comprometidos en la presente causa dentro de las figuras jurídicas que les
incumbe en la controversia, es inexorable identificar la situación de cada uno de ellos, de
modo tal que la decisión que en derecho se adopte surja de una plataforma conceptual
legalmente correcta. En tal sentido, la demandada Graciela Bianchi ostensiblemente no es
titular dominial del inmueble objeto del conflicto, sino en apariencia (tal aspecto no ha sido
objeto de prueba y de alegación mas que de modo tangencial, porque la acción de despojo
no es necesario que se dirija contra el dueño del bien), poseedora de buena fe y con justo
título, siendo que la casa habitación y el terreno en el cual ella se encuentra ubicada son de
propiedad del Estado Nacional, y administrados por una entidad por él creada a tal fin (el
“ONABE”).
Lo que no luce tan nítido es el rol que les incumbe, respectivamente, a quien
acciona (Alcides Maurenzi), y a quien (su hermano Delkys) le permitiera en su momento el
acceso, temporario o no, a esa vivienda.
Aparecería acreditado, según el contexto probatorio, que Delkys Maurenzi recibe
autorización de parte de la poseedora del bien (Bianchi) para ocupar transitoriamente la
vivienda mientras él resolvía una situación familiar, y ella a su vez una laboral. Se alude a
la eventual existencia de un supuesto alquiler, pero respecto del cual no hay principio de
prueba por escrito alguno, ni contrato, ni recibos, y el propio pliego para la absolución de
posiciones de la demandada que la parte actora ofrece y luce agregado a fojas 51 evidencia
que el proponente de la confesión judicial de la demandada menciona -posición 3- que
Bianchi le habría “prestado” la vivienda a Maurenzi -lo que es negado por la absolvente-,
de lo cual se infiere que tal postulación del proponente del pliego deviene inconciliable con
su alusión a la existencia de una locación.
Siendo ello así, deviene indefectible concluir en que, consecuentemente con la regla
del art. 3270 del Código Civil, Bianchi no cedió la posesión del bien en favor de Delkys
Maurenzi, sino la mera tenencia provisoria, aparentemente relacionada -eso lo admite
también el mismo Delkys Maurenzi en su declaración testimonial brindada dentro del
sumario penal y en copia a fojas 79 de estos actuados- con un vínculo familiar previo de
ella con su ex esposa, y con la singularidad de que esa suerte de comodato concluiría en el
momento en que Bianchi necesitara el inmueble para retornar allí a vivir con su propia
familia. Jurídicamente, entonces, Delkys Maurenzi (hermano del aquí actor), era un simple
tenedor no vicioso (en tanto la tenencia fuera autorizada, sin plazo, por la titular de la
posesión del bien), que como tal podría estar legitimado, en los términos de la primera parte
del artículo 2490, para ejercer la acción de despojo contra quien perturbara la situación en
el cual él se encontraba respecto del bien inmueble de marras.
Pero lo cierto es que el tema se complejiza cuando aparece un tercer personaje en
escena, que resulta ser nada menos que el actor en estos obrados: su hermano, Alcides
Maurenzi. Este último ingresa a la vivienda (aparentemente, primero sólo, y también
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aparentemente luego con su concubina y algún hijo o hija de ella) por mera cortesía u
hospitalidad de Delkys Maurenzi -este último así lo reconoce de modo expreso-, pero sin
que se acredite ni el consentimiento ni, en principio (mas allá que luego de consumado el
hecho sí lo conozca) el conocimiento de la demandada Graciela Bianchi.
Y la cuestión entonces es la siguiente: ¿cómo debe encuadrarse jurídicamente la
situación del aquí actor?. ¿Es poseedor?. Obviamente no. ¿Es tenedor con título
legitimante?. Tampoco, ya que su hermano Delkys admite que se aloje en la vivienda, pero
no “en lugar” de él, sino “junto” con él (de hecho, conviven hasta que Delkys Maurenzi se
retira del inmueble, incumpliendo el acuerdo verbal que él mismo reconoce que tenía con la
demandada de devolverle la tenencia y las llaves de acceso), con lo cual tampoco hay
cesión de la tenencia.
¿Es tenedor “vicioso” (conforme a la referencia de la primera parte del artículo 2490
del C. Civil), vale decir, quien ocupa sin título legitimante (como sí lo tendrían por ejemplo
el locatario, o el comodatario, como lo era su hermano)?. Entiendo que no, ya que si la
segunda fracción de esa misma norma excluye expresamente de la legitimación activa para
ejercitar la acción de despojo -entre otros, como por ejemplo el tenedor en interés ajeno o
en una relación de dependencia, hipótesis ajenas al caso de autos- a quien se halla en el
inmueble por una relación de hospedaje u hospitalidad (que es lo que Delkys Maurenzi tuvo
con su hermano, pero sin ser él mismo poseedor), con mayor razón aún deberá estar
excluido cuando ese hospedaje u hospitalidad, que impide ejercer el reclamo judicial por
despojo cuando lo brindan el dueño o el poseedor del bien, es conferido por un mero
tenedor aún no vicioso pero sí precario del mismo, como lo fue Delkys Maurenzi mientras
ocupó la vivienda.
De otro modo la télesis del texto del art. 2490 del Código Civil resultaría
contradictoria, porque aún cuando genéricamente ese ocupante sin permiso ni conocimiento
del dueño o poseedor pudiera ser engoblado en la categoría de “tenedero aún vicioso” (a la
que alude la primera parte del texto de referencia), cuando la misma norma excluye de la
acción por despojo a quien ocupa el inmueble por una relación de hospedaje u hospitalidad
(que, debe entenderse, fue brindada por el dueño o poseedor), está marcando un hito
diferencial entre ambos supuestos, y nítidamente al aquí actor se identifica con el segundo,
incluso, como lo he consignado supra, con la singularidad -o agravante- de que ese
hospedaje u hospitalidad le fue dado por un mero tenedor sin el consentimiento expreso ni
tácito de la poseedora.
Es cierto que, como lo consigna la doctrina (R: Garrido -L. Andorno, “Código Civil
anotado”, Editorial Zavalía, Buenos Aires, 1979, tomo I, pág. 465; así como Alicia Baez de
Figuerola, “Acciones posesorias y de despojo”, Editorial Panamericana, Santa Fe, 1996,
pág. 25), las modificaciones introducidas por la ley de reformas n° 17711 al Código Civil
en el año 1968 incorporan un sistema de protección amplio que abarca no sólo a la posesión
en sentido estricto, sino también a la mera tenencia, de modo tal de que se consagra la tesis
amplia propiciada por la doctrina autoral y judicial previas a la reforma, que propendía a la
proscripción de las vías de hecho.
Pero también lo es que la misma normativa tiene en tal sentido sus límites, y en el
sub lite pareciera claramente aparecer configurado uno de ellos.
Los hechos descriptos han sido debidamente acreditados en autos. No obstante se
acciona a tener de lo preceptuado en el artículo 2490 del Código Civil que prevé la acción
de despojo para reparar la pérdida de la posesión “es decir que mediante su ejercicio se
procura el reintegro de la posesión quitada” (Código Civil comentado, dirigido por Claudio
Kiper, Tomo I, Derechos Reales, Editorial Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2004, pág. 533)
pero que para que dicha acción de despojo se configure necesariamente la privación de la
posesión debe haber sido por violencia o clandestinidad o abuso de confianza (C1a.CCM
Paz y Trib. De Mendoza, 1° Circuns., 20/12/00 “Nadim c/ Mayer s/ Desalojo”, fallo
00190474 citado por Kiper,...). Si bien estos requisitos deben interpretarse en sentido
amplio “y no desde la óptica de la irresistibilidad extrema” (López Mesa, Marcelo J
“Código Civil y leyes complementarias”, Tomo III, Editorial LexisNexis, Buenos Aires,
2008, pág. 1074); dichas circunstancias fácticas no se encuentran constatadas en autos. Y
esto es así ya que quien acciona no es la persona a la que Bianchi reconoce como -en el
mejor de los casos- comodatario, sino su hermano y respecto de él lo que se logró
demostrar era que Delkys Maurenzi le había permitido alojarse allí pero no se sabe en qué
calidad, es decir, si la usaba como alojamiento esporádico dado su trabajo de camionero, o
si residía allí (los testigos que aporta el actor no clarifican el panorama puesto que si bien
dan cuenta de que habían visto al actor en esa propiedad no afirman que viviese allí
habitualmente, como así tampoco que efectivamente esa haya sido la residencia de su
familia). Todo ello es conteste con el que hecho de que cuando Bianchi ingresa a la
propiedad lo hace en presencia de Delkys Maurenzi, quien
procede a retirar sus
pertenencias, lo cual indica claramente que el requisito de violencia para intentar la acción
de despojo no se encuentra configurado y en cuanto al cambio en la llave de ingreso a la
propiedad se explica dado que Bianchi manifestó que se la solicitó a Delkys Maurenzi
quien le dice que la había perdido, lo cual no fue desvirtuado en autos y es junto con él que
ingresan a la vivienda.
En cuanto a lo que respecta a la segunda parte del artículo 2490 del C. Civil, el juez
a quo considera que el actor se encuentra comprendido dentro de esta situación, que sería la
de “servidores de la posesión”, en el sentido de que el alcance de la normativa refiere a
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aquellos que tienen la cosa sin interés personal en ella, “ya que su relación es un accesorio
o consecuencia de la relación de dependencia, hospedaje u hospitalidad, tampoco tendrán
interés en defenderla y, en consecuencia, no podría recurrir a la justicia, quedando
reservado tal remedio a la persona para quien tengan la cosa, puesto que sin interés no hay
acción. Solamente podrían intentar la defensa extrajudicial del “corpus” en la especialísima
situación contemplada por el art. 2470 del Cód. Civil” (Mariani de Vidal, Marina: “Defensa
de los servidores de la posesión”, LL 137-615).
No resulta completamente evidente que el actor quede alcanzado por esta parte de la
norma, ya que si bien queda claro que el tenedor era Delkys Maurenzi, éste se retira del
inmueble (según sus dichos) y su hermano invoca que adquirió de él la posesión para sí sin
reconocer un interés en cabeza de otro. A ello se suma que para promover la presente
acción (que se encuentra conferida también al simple tenedor vicioso) el óbice a su
progreso radica en que en autos no se constató ni la violencia, ni clandestinidad ni tampoco
abuso de confianza para lograr que prospere la acción de despojo.
Como colofón de estas consideraciones, a la cuestión bajo análisis voto por la
afirmativa.
El Dr. Vargas, expresó, a su vez, iguales razones en parecidos términos y votó, por
lo tanto, en igual sentido.
A la segunda cuestión, la Dra. Echarte dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
A la tercer cuestión, los Dres. Saux y Vargas manifestaron sucesivamente que,
consecuentemente con lo que expusiera al tratar la cuestión precedente, cuanto corresponde
es rechazar los recursos de nulidad y apelación interpuestos, con costas al recurrente (art.
251 del CPCyC).
A la tercer cuestión, la Dra. Echarte dijo:
Conforme al criterio sustentado al tratar la cuestión anterior, me abstengo de emitir
opinión.
Por todo ello, la SALA PRIMERA DE LA CAMARA DE APELACION EN LO
CIVIL Y COMERCIAL DE SANTA FE, RESUELVE: 1) Rechazar los recursos de
nulidad y apelación interpuestos, con costas al recurrente (art. 251 del CPCyC). 2) Los
honorarios de Alzada se liquidarán en la proporción establecida en el artículo 19 de la ley
6.767, modificada por la Ley 12.851, oportunidad en que se correrá vista a la Caja Forense.
Concluido el acuerdo, firmaron los Señores Jueces de Cámara por ante mí, que
certifico.
Insértese, hágase saber, bajen.
Si-//
//guen las firmas.
SAUX
VARGAS
ECHARTE
(En abstención)
PENNA
(Secretaria)
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