Tema 15.- Situación lingüística de España: lenguas y dialectos Los reinos medievales pueden explicarse en cierto modo por la división de las provincias romanas: León = Gallaecia; Navarra = Tarraconense. Las diferencias lingüísticas que aparecieron en época visigoda se hicieron más profundas con el tiempo. El fraccionamiento político y la dificultad de las comunicaciones motivaron que cada dialecto evolucionase de forma propia. Los dialectos del castellano actual: En el castellano o español actual se pueden distinguir dos grandes zonas: la septentrional y la meridional. En general, las diferencias entre los dialectos del castellano son suaves y no plantean demasiados problemas de comunicación. 1.Los dialectos o hablas septentrionales: Las hablas septentrionales, más conservadoras, abarcan principalmente las tierras castellanas por tradición y las que se extienden también por los territorios que habían ocupado en el pasado los dialectos históricos del latín (el aragonés y el asturleonés) 1.1.Cantabria fue la cuna del castellano. Al principio Castilla era un conjunto de castillos, de condados dependientes del reino de León, pero fueron unificados por Fernán González, a mediados del siglo X. Tiene por leyes los ‘albedríos’, es decir, las costumbres. Este dialecto es muy innovador e integra, como koiné, elementos de diversas lenguas. En el habla de estas tierras castellanas por tradición, en las que nació el castellano o fueron castellanizadas en un primer momento, como Burgos o Valladolid encontramos una serie de rasgos dialectales. Por ejemplo: - Leísmo, laísmo y loísmo - Pronunciación como –z de la -d final de palabra: Madriz - Aparición de una -s en la 2ª persona del singular del pretérito perfecto simple: hicistes - Uso del infinitivo para la segunda persona del plural del imperativo: ¡Traerme un regalo de París! 1.2. El antiguo reino de Aragón tiene un dialecto semejante al leonés, con un primitivo fondo vasco de la región pirenaica. Cataluña, por su parte, permaneció ligada a Francia por motivos políticos y culturales. La lengua catalana, con una base iberorromana, tiene un 1 fuerte influjo provenzal. En el castellano que se expansionó hacia el este (La Rioja, Navarra y Aragón), destacan los rasgos aragoneses que han penetrado en el castellano - Entonación ascendente de la frase y tendencia a alargar la vocal final. - Uso de pronombres precedidos de preposición: con ti, con mí... - Cambio de acento de las palabras esdrújulas: pajaro, medico... - Diminutivos en –ico: pajarico. - Abundante uso de la partícula pues. 1.3. Los astur leoneses se sienten herederos de la tradición visigótica y se rigen con la ley visigótica del Fuero Juzgo. El dialecto es refractario a innovaciones y está influido por el gallego, el más conservador de los dialectos del norte. En el castellano que se expansionó por el territorio leonés (León, Zamora Salamanca y parte de Cáceres) aparecen en los hablantes rasgos del antiguo dialecto leonés, que son más numerosos en el castellano hablado por los asturianos debido al contacto con los bables. He aquí algunos: - Tendencia a cerrar las vocales finales: otru, liebri, lobu - Diminutivos en –ín, -ina: niñín, muchachina. - Uso del perfecto simple en vez del perfecto compuesto: Esta tarde fui a tu casa. 2. Dialectos meridionales: Se caracterizan por ser más evolucionados en su pronunciación y por tener rasgos fonéticos muy marcados: es el castellano que se extendió desde Toledo hacia la Mancha, Extremadura, Murcia, Andalucía, Canarias, y el español de América. En esta área dialectal se encuentran el andaluz, punto de partida del canario y del español de América, y los dialectos extremeño y murciano. Se denominan dialectos o hablas de transición el extremeño (con rasgos leoneses, castellanos y andaluces), el murciano (con rasgos aragoneses, catalanes y meridionales) y el canario (con influjos del andaluz occidental y del español de América). 2.1. Principales rasgos de los dialectos meridionales: - Relajación de -s en posición final de sílaba y de palabra, lo cual produce que dicha consonante se pronuncie aspirada (avihpa), provoque la asimilación de la consonante siguiente (avippa), o se pierda la -s (avipa). - Confusión de -r y -l en posición final de sílaba o palabra: arta 'alta', cuelpo ‘cuerpo’. A veces, se pierden: españó 'español', ve 'ver'. - Seseo (pronunciación de la z o la c ante e, i como s): sapato 'zapato', síelo 'cielo'. 2 - Ceceo (pronunciación de la s como la z): zabe 'sabe'. - Pérdida de la -d- y de la -n- intervocálicas o ante r: cansao 'cansado’, vie 'viene', pare ‘padre’. - Yeísmo: yuvia 'lluvia'. 2.2. El andaluz: Es el habla más diferenciada de entre las meridionales. Presenta un área oriental en la cual se tiende a abrir las vocales a final de palabra como consecuencia de la pérdida de la -s final (ojo en vez de ojos) y otra occidental en la que no se produce dicha abertura, pero se sustituye vosotros/as por ustedes. Otro rasgo definidor del dialecto andaluz es la distinción entre una zona ceceante y otra seseante; la más cercana a la costa es ceceante, mientras que la zona intermedia es seseante; en cambio, en la franja norte y en parte de Andalucía oriental distinguen entre s y z. 2.3. Hablas de tránsito 2.3.1. El extremeño. Lo que tal vez caracteriza más al extremeño es la aspiración generalizada y el yeísmo. Tanto en la morfosintaxis como en el léxico se mezclan leonesismos como el diminutivo -ino, -ina: chiquinino. 2.3.2.El murciano: Presenta un conjunto de rasgos que se repiten en los dialectos meridionales junto con características aragonesas como el sufijo diminutivo en –ico: pajaríco; consonantes sordas aragonesas y catalanas como en pescatero 'pescadero', cocote ‘cogote', y otras formas arcaicas castellanas, arabismos y mozarabismos. 2.3.3. El canario ofrece muchos de los rasgos meridionales, sobre todo, el seseo y la aspiración de la s. Como en el andaluz oriental, se han perdido las formas vosotros vosotras en favor de ustedes con el verbo en tercera persona. En el léxico se encuentran portuguesismos: millo 'maíz'; americanismos: papa 'patata’ guagua 'autobús urbano'; guanchismos: gofio 'harina de maíz preparada'. 3 ANEXO 1 AL TEMA 15: La variedad dialectal extremeña El dialecto extremeño, según Zamora Vicente, no es tal, ya que en Extremadura conviven una serie de hablas, en cuya interrelación reside la peculiaridad de la región. La parte fundamental, el núcleo y la base de estas hablas es el antiguo dialecto castellano, convertido hoy, con las adiciones de las demás lenguas peninsulares y de términos de procedencia diversa, en la lengua española. Frente a esta lengua española, las hablas extremeñas presentan algunos fenómenos –sobre todo fonéticos- peculiares. Estos fenómenos se deben a un influjo múltiple y, por causas históricas y geográficas, presentan resultados distintos en cada zona. Podemos comprobar que la mayor parte de las peculiaridades lingüísticas en Extremadura son, pues, comunes a otras zonas lingüísticas, y es su unión la que configura la peculiaridad de las hablas extremeñas. 1. Al antiguo dialecto castellano se han sumado los siguientes influjos: 1.1. Rasgos de procedencia leonesa: Durante la Reconquista, con respecto a Extremadura, podemos distinguir dos etapas: en la primera (siglo XII), la Transierra -también llamada Trassierra o Traslasierra- esto es, el norte de la provincia de Cáceres, se dividió en dos zonas, separadas por la Ruta de la Plata. La occidental cayó bajo el influjo leonés y la oriental bajo el castellano. Una segunda etapa se da con la reunificación de Castilla y León (1230), ya que, a partir de ese momento, la procedencia de los repobladores no fue exclusivamente leonesa, sino de origen diverso. Por todo esto, además de por la proximidad geográfica, donde más evidente es la influencia leonesa, es en la zona noroccidental de Cáceres. Procedencia leonesa pueden tener los siguientes fenómenos: - Cierre de las vocales finales –o > -u, -e > -i : toru, padri. - Conservación del grupo –mb-: lombo. - Diminutivo en -ín, -ina e –ino (guapín, chiquinino, cajina). - Uso transitivo del verbo caer en el sentido de ‘derramar’ (caí un vaso de agua) y de ‘tirar’ (ese árbol lo van a caer, no me empujes,que me caes). También se usa como transitivo el verbo quedar, en el sentido de ‘dejar’ o ‘abandonar’ (me has quedado dos horas esperando, me he quedado el libro en casa) 4 - Algunos restos en el léxico, como ‘abrezar’ (acunar), ‘ajotar’ (azuzar a los perros), ‘aviciar’ (estercolar), ‘calbote’ (castaña asada) y ‘lamber’ (lamer). 1.2. Rasgos de procedencia portuguesa: Se dan sobre todo en núcleos occidentales. Los casos más relevantes son los de Olivenza, en Badajoz, y los de la comarca de Trevejo, en la sierra de Jálama, donde varios pueblos fronterizos con Portugal (Eljas, San Martín de Trevejo y Valverde del Fresno) ofrecen peculiaridades propias de un dialecto del portugués o del gallego, con algunos rasgos leoneses. - En la zona fronteriza de Badajoz, encontramos seseo, por influjo portugués, así como en la isla lingüística de Fuente del Maestre (Todos los de La Fuente son conosidos, porque disen, aseite, sebá y tosino) - Algunos portuguesismos léxicos quedan en términos como fechar o afechar, bugalla ‘agalla del roble’ y juera ‘harnero espeso de esparto para limpiar o ahechar el trigo’. 1.3. Rasgos meridionales: La influencia de las hablas meridionales, fundamentalmente del andaluz, es evidente sobre todo en la provincia de Badajoz. - Un rasgo meridional es el yeísmo, extendido por toda la región excepto en algunos islotes del Norte y del Este de Cáceres, como en Madroñera. El yeísmo va avanzando con mucha fuerza. También la aspiración de la /s/ (noj queremoj) y de la f- (vente a la juente). - Algunos andalucismos léxicos, (doblao ‘desván’, escupidera ‘orinal’, puño ‘puñetazo’) 1.4. Fenómenos vulgares y ruralismos: Algunos rasgos considerados tradicionalmente característicos de la zona, son fenómenos muy extendidos por toda la Península. Entre ellos encontramos: - Diptongaciones analógicas (juegaba, dientista), formas analógicas (apretan, frego), falta de diptongación (pos ‘pues’, pacencia) epéntesis (riyendo), desaparición de vocales iniciales (nano, tati quietu)… - Cambio de género (la reúma, el cerillo), uso del artículo con el posesivo, sobre todo en el norte de Cáceres (la mi casa, el mi coche), uso del artículo con nombre propios (la Mari, el Julián), formas fuertes de pretérito (puson, dijon, hizon, trajon), formas arcaicas de adverbios (ansina, entavía) 5 ANEXO 2 AL TEMA 15: Otras lenguas de España. El gallego, el catalán y el vasco. GALLEGO El gallego es la lengua cooficial de Galicia. Se habla también en la parte occidental del Bierzo leonés, en algunas localidades zamoranas (“Las Portillas”) y portuguesas situadas al norte del río Duero. Su relación con el portugués, que arranca del origen común de ambas lenguas en la Edad Media, ha llevado a algunos a considerarlas como que, todavía hoy, siguen siendo la misma lengua, de modo que consideran el gallego como un dialecto arcaico del portugués o al portugués como un dialecto innovador del gallego. Esta relación del gallego con el portugués tiene un reflejo en la ortografía, donde existen dos bandos enfrentados: el de los reintegracionistas o lusistas, partidarios de un acercamiento, sobre todo en el terreno gráfico y léxico, del gallego al portugués, y los aislacionistas, que se inclinan más bien por una ortografía tradicional semejante a la castellana, fijada por la Academia Galega y la Xunta gallega, al menos hasta 2005. Igualmente, la relación entre ambas lenguas hermanas está detrás de la clasificación de las variedades habladas en algunas localidades del noroeste cacereño (Valverde del Fresno, S. Martín de Trevejo y Eljas). Orígenes y evolución Los orígenes del gallego se remiten a la Reconquista y a la región situada a ambos lados del río Miño. Allí surge el gallego‐portugués. El documento más antiguo hasta la fecha es el Foro do bo burgo de Castro Caldelas (1228). En la Edad Media, el gallego con el provenzal fue la lengua de la creación trovadoresca y la lengua poética de la Península Ibérica, como testimonia que fuera esta la lengua de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio. El esplendor medieval da lugar a una progresiva decadencia en los llamados siglos oscuros (ss. XV‐XVIII) del gallego, arrinconado por el español y no solo en la modalidad escrita. La situación cambia con el Rexurdimento en la segunda mitad del siglo XIX. La aparición de los Cantares Galegos (1862) de Rosalía de Castro marca su inicio. Este resurgir literario y político del gallego de la mano del nacionalismo no vendrá acompañado de un incremento de su uso como lengua habitual en las comunicaciones. La situación ha cambiado en los últimos tiempos en que su implantación en la enseñanza está generalizada. Aun así, sigue el retroceso de la lengua en muchos ámbitos. Variedades dialectales Según la separación dialectológica de Galicia empleada por organismos como la Real Academia Gallega (RAG) y el Instituto da Lingua Galega (ILG), existen tres bloques lingüísticos reconocidos, cada uno con sus particularidades. El bloque occidental abarca las Rías Bajas y llega hasta la zona de Santiago de Compostela. El central ocupa la gran mayoría del territorio gallego, 6 mientras que el oriental comprende las zonas más orientales de Galicia y los territorios fronterizos de Asturias, León y Zamora. Estos bloques están caracterizados por la forma de construir el plural de las palabras acabadas en ‐n, siendo las isoglosas que los delimitan cans/cas (bloques oriental y central, respectivamente) y cas/cais (bloques central y occidental, también respectivamente). VASCO El problema de su origen El vasco o euskara es la única lengua de Europa occidental superviviente a la indoeuropeización sufrida por esta y al posterior proceso de latinización de la Península Ibérica. Tras numerosos intentos de emparentarla con diversas lenguas (ibero, lenguas bereberes, preindoeuropeas mediterráneas o caucásicas), puede concluirse con M. T. Echenique (2004) que: El euskera es una lengua genéticamente aislada, si bien la posibilidad de relacionar su tipo lingüístico con el de otras lenguas conocidas o, al menos, algunos de sus rasgos, sigue constituyendo hoy materia de investigación fecunda y rigurosa. Tal incógnita sobre su origen debe mucho al carácter casi iletrado durante siglos de esta lengua, de la que los testimonios escritos más antiguos se corresponden con algunas palabras sueltas del siglo I y breves escritos medievales (Glosas emilianenses). Su extensión originaria era más amplia que en la actualidad, ya que se extendía a uno y otro lado de los Pirineos. Por el Norte llegaba hasta el río Garona y por el Sur, hasta el Ebro. Por la presión inicial de las lenguas indoeuropeas en las edades del Bronce y del Hierro y la posterior del latín en época romana el vasco fue perdiendo territorio. Posteriormente, tras un periodo de recuperación debido a las repoblaciones de la Reconquista, volvió a retroceder ante el empuje del gascón, el navarro‐aragonés, el castellano y el francés hasta quedar restringido a la parte oriental de Vizcaya, al norte de Álava y Navarra, a Guipúzcoa y al País Vasco Francés. Actualmente, por factores externos a la lengua, se encuentra en proceso de recuperación en todo el País Vasco y Navarra. Variedades dialectales Koldo Zuazo (1998) divide el euskera en seis dialectos: dialecto occidental, llamado vizcaíno; dialecto central (llamado guipuzcoano); altonavarro oriental, altonavarro occidental, labortano‐navarro y suletino. Para nivelar una lengua tan fragmentada dialectalmente, se establecieron en el monasterio de Aranzazu las líneas maestras de lo que después sería el euskera batúa, sobre la base de los dialectos navarro, navarro‐labortano y central del euskera. El euskera batúa o unificado es la versión normalizada del idioma, el más empleado en la enseñanza, la 7 administración pública, los medios de comunicación y en la mayor parte de la producción escrita en esa lengua. Es una modalidad bastante artificial. CATALÁN Orígenes y evolución Como en los demás romances peninsulares, el catalán surge en la Edad Media como el resultado de la evolución del latín hablado en esa área y la influencia de otras lenguas vecinas. En el caso del catalán es especialmente importante la de las modalidades provenzales del sur de Francia. Los primeros textos escritos son del siglo XI como el Jurament dels homes de Graudescales o Els greuges [‘agravios’] de Caboet. De un poco más tarde son el Forum Iudicum y las Homilies d'Organyà (comentario en catalán de unos pasajes del Evangelio), considerado el primer texto literario escrito originariamente en catalán. El catalán surge a ambos lados de los Pirineos (condados del Rosellón, Ampurias, Besalú, la Cerdaña, Urgell, Pallars y Ribagorza) y se extiende hacia el sur durante la Reconquista en varias fases: Barcelona y Tarragona, Lérida y Tortosa, el antiguo Reino de Valencia, las Islas Baleares y Alguer. Aunque siempre gozó de un mayor prestigio y vitalidad que el gallego, debido al apoyo de la burguesía catalana, la historia externa del catalán es semejante a la de esta otra lengua. Tras un periodo de esplendor medieval, los siglos XVI, XVII y XVIII son de postración. Hay que esperar al siglo XIX, con el nacionalismo romántico, a que se produzca un resurgir (Renaixença) de la lengua y cultura catalanas (Aribau, Verdaguer, Maragall). Este movimiento, que se incrementa en la II República, encontrará freno con el fenómeno migratorio y el Régimen de Francisco Franco. En los tiempos actuales, la posición del catalán es muy fuerte, sobre todo, en Cataluña, donde es la lengua de la educación y gran parte de la cultura. En Valencia, a pesar de los esfuerzos del nacionalismo catalán, el catalán en su modalidad valenciana está expuesto a un proceso de sustitución por el español en Alicante, de modo particular, y Valencia. Variedades dialectales Data del siglo XIX la conocida división en catalán oriental (que incluye los dialectos central, insulares y de Francia) y el occidental (que incluye el valenciano y el noroccidental). La base de la separación se encuentra en la pronunciación de las vocales átonas, en algunos aspectos de la morfología verbal y, desde luego en el léxico (en el occidental se prefieren espill ‘espejo’, xiquet ‘chico’ a mirall o a noi). Según la opinión de casi todos los expertos, el valenciano es una modalidad del catalán occidental. Sus particularidades y el sentimiento de identidad valenciano explican la polémica todavía no cerrada sobre el valenciano y que exista un estándar de esta lengua, debido a la Academia de la Lengua Valenciana, distinto de la del Institut de Estudis Catalans. 8