LOS EFECTOS AMBIENTALES DE LA REGULACIÓN DE LOS CURSOS DE LA CABECERA DE LA CUENCA DEL TAJO: LA REDUCCIÓN DE LOS BOSQUES ALUVIALES DEL TAJO-JARAMA PEDRO MOLINA HOLGADO Universidad Autónoma de Madrid ANA BELÉN BERROCAL MENÁRGUEZ Ingeniería 75, S.A. RESUMEN Los trabajos dedicados al análisis y evaluación de los efectos ambientales de presas y embalses centran su atención, generalmente, en las afecciones localizadas en su entorno inmediato. Se han desarrollado también un buen número de estudios dedicados al efecto barrera de estas infraestructuras sobre determinadas especies de vertebrados, prestando especial atención a algunos peces migradores o a mamíferos como la nutria euroasiática (Lutra lutra). Sin embargo, son pocos los estudios que consideran las repercusiones de estas infraestructuras sobre espacios fluviales localizados aguas abajo de las mismas, en algunos casos a cientos de kilómetros de distancia. En esta comunicación se analizan los efectos de la regulación de la cabecera de la cuenca del Tajo sobre los paisajes de dos grandes tramos fluviales que en conjunto suponen 116,65 km de curso: el tramo bajo del río Jarama entre la Presa del Rey y su desembocadura en el Tajo y el tramo medio del río Tajo entre el embalse de El Embocador y la ciudad de Toledo. En concreto se relaciona la reducción de la superficie forestada con el incremento del grado de regulación de la cuenca, detallando los factores asociados a este proceso que más negativamente han influido en su desarrollo. 1. OBJETIVOS Y MÉTODO La presente comunicación pretende poner de manifiesto la importancia que ha tenido la alteración hidrológica de los ríos Tajo y Jarama, vinculada a la regulación durante el siglo XX de sus respectivas cabeceras, en la modificación de la potencialidad y de las características ecopaisajísticas de los tramos medio y bajo de ambos cursos. Para ello se ha seleccionado como zona de análisis un extenso ámbito fluvial situado en los tramos medio y bajo de los ríos Tajo y Jarama en las provincias de Madrid y Toledo. En el primero de los cursos citados, el área de estudio ocupa una extensión de 47,77 km de longitud de valle (pendiente media 84,78 cm/km) y 76,30 km de lo longitud de curso (pendiente media 53.08 cm/km), siendo sus límites superior e inferior la presa de El Embocador, localizada aguas arriba de la ciudad de Aranjuez, y la presa de la Safón, inmediatamente anterior a la entrada del río Tajo en la ciudad de Toledo. En el valle del Jarama, la zona de estudio se extiende a lo largo de 32,65 km de valle (pendiente media 128 cm/km) y 40,35 km de cauce (pendiente media 104.09 cm/km), desde la desembocadura del río Manzanares en la Presa del Rey (Rivas- 1 Vaciamadrid, Madrid) hasta la Junta de los Ríos en Aranjuez, el punto en el que confluyen ambos cursos. La elección de ambos ríos no es fortuita, se debe tanto a su proximidad física como a su elevada similitud paisajística, ya que los dos cursos circulan por el sector central de la cuenca terciaria del Tajo, abriendo sus valles sobre los yesos basales de la Unidad Inferior (1, 2) y describiendo en la mayor parte de su recorrido meandros libres de amplio radio. Tal homogeneidad potencial permite presuponer para estos dos cursos dinámicas naturales similares o, al menos, equiparables en condiciones de baja alteración antrópica. Una vez seleccionada la zona de trabajo se ha revisado toda la información hidrológica disponible, relativa a la evolución del volumen de embalse en la cuenca (3,4), así como la información foronómica de las estaciones Jarama-Puente Largo (estación de aforos nº 175), Tajo-El Embocador (estación de aforos nº 258), Tajo-Aranjuez (estación de aforos nº 11), TajoPuente de Barcas (estación de aforos nº 239) y Tajo-Toledo (estación de aforos nº 14) (4,5,6,7). El análisis e interpretación de prolongadas series de datos de caudales y aportaciones en relación con el acusado incremento del volumen de embalse ha permitido plantear diversas consideraciones sobre las implicaciones hidrológicas de la regulación de la cuenca. Éstas han sido utilizadas posteriormente para poner de manifiesto los efectos ambientales de tal proceso. Para ello, previamente, ha sido preciso calcular la extensión de los bosques aluviales de la zona de análisis en dos periodos temporalmente bien diferenciados, 1956 y 1994-1996, mediante la fotointerpretación de las imágenes aéreas de sendos grupos de vuelos, el primero a escala 1:33.000, el segundo un grupo a escalas diversas (1.8.000; 1.18.000; 1:30.000) (6,7). La elección de esta secuencia temporal ha sido intencionada: en 1956 el grado de regulación de la cuenca Tajo-Jarama era muy bajo, tan sólo representaba un 5,35% del registrado en la actualidad, lo que permite suponer para entonces unas condiciones de naturalidad elevadas o muy elevadas, al menos en lo referido al comportamiento hidrológico, hidráulico y morfodinámico de ambos cursos. Sin embargo, en 1996 el grado de regulación se aproximaba ya al 100%, estando por lo tanto ambos cursos fuertemente intervenidos ya en esa fecha. 2. LA ALTERACIÓN DEL COMPORTAMIENTO HIDROLÓGICO E HIDRÁULICO DEL TAJO-JARAMA El régimen hidrológico y el comportamiento hidráulico de los ríos Tajo y Jarama ha sido alterado en profundidad debido a la construcción de presas en todos los cursos importantes de sus respectivas cuencas. A finales del siglo XX, el volumen de agua retenido por las presas situadas aguas arriba de la ciudad de Toledo (3.843,11 hm3) en el río Tajo y en sus tributarios (Jarama, Henares, Manzanares, Tajuña, Sorbe, etc.) superaba en un 18% a la aportación media anual en régimen natural de este aforo (3.256,93 hm3) (Figura 1, Tabla 1) (7). Es interesante destacar que el volumen regulado respecto al total, suponía tan sólo un 2,68% en 1940 y un 3,75% en 1950. El incremento más notable se produjo en los 10 años comprendidos entre 1951 y 1960, pasando del ya citado 3,75% a un destacado 70,13%, lo que en términos de volumen de embalse global suponía entonces la nada desdeñable cifra de 2.930,87 hm3 (Figura 2), valor alcanzado en gran medida gracias a la construcción del sistema Entrepeñas-Buendía con posterioridad a 1956. La intensidad de la alteración ha sido especialmente destacada en el río Tajo aguas arriba de Aranjuez como consecuencia de la entrada en funcionamiento del trasvase Tajo-Segura (8) (Figura 3), a pesar del sobredimensionamiento y escasos resultados de esta obra. Desde la entrada en servicio del trasvase la aportación media anual del río Tajo ha disminuido en un 2 48,8%, pasando de 1.022 hm3 en el año hidrológico 1979-1980 a 499 hm3 en periodo 19801981 (Figura 4). Cabe destacar también el fuerte impacto de la regulación de la cabecera del Tajo en el caudal medio anual de este curso aguas abajo del Sistema Entrepeñas-Buendía: en el aforo de Aranjuez los 36,95 m3/s (± 13,09; n=25) del periodo 1926-29/1978-79 contrastan con los 17,33 m3/s del periodo 1979-80/1984-85 (± 10,80; n=5) y, especialmente, con los sólo 8,4 m3/s del año hidrológico 1984-1985. Aguas abajo de la Junta de los Ríos, la afección también ha sido importante. El impacto de las detracciones de agua del trasvase sobre la aportación media anual del Tajo en Toledo es significativo: existe una asociación negativa moderada (rs= -0,392: p<0,05, n=26) entre los caudales del Tajo en Toledo y el volumen de agua trasvasado, considerando toda la serie disponible en este aforo (estación nº 14) (periodo 1972-73/2002-2003). En realidad, la regulación de la cuenca ha afectado no sólo a los tramos bajos, en este caso el río Tajo en Toledo, también, y como es lógico, a todo el Tajo-Jarama en sus tramos medios. En este sentido, el análisis de los datos utilizados muestra que existen diferencias estadísticamente significativas entre las aportaciones reales y naturales registradas en las estaciones de aforos del Tajo-Jarama en El Embocador, Aranjuez, Puente Largo, Puente de Barcas y Toledo (z=0,4949; p=0,013; n=5). Tabla 1. Evolución del volumen de embalse en la Cuenca del Tajo aguas arriba de la ciudad de Toledo por decenios ANTES 1900 1901-1910 1931-1940 1941-1950 1951-1960 1961-1970 1971-1980 1981-1990 1991-2000 DESPUÉS DE 2000 EMBALSE hm3 EL EMBOCADOR VALDAJOS EL VILLAR BOLARQUE PUENTES VIEJAS ALMOGUERA ZORITA ESTREMERA MOLINO DE CHINCHA PALMACES EL VADO ENTREPEÑAS RIOSEQUILLO BUENDÍA LA TOSCA PINILLA EL VELLÓN LA JAROSA NAVACERRADA SANTILLANA EL PARDO DEL REY EL ATAZAR EL CASTRO LA BUJEDA POZO DE LOS RAMOS FINISTERRE ALCORLO BELEÑA LA CHORRERA LA TEJERA LA ERMITA EL ATANCE 0,2 0,5 22,47 30,7 49,17 6,6 2,6 0,5 31,36 5,8 55,6 802,56 48,52 1.638,70 2,5 37,55 41,23 7,18 11,04 91,09 45 0,5 426 7,6 7 1,2 133 180 50,5 1,4 70 0,04 35 3 ACUMULADO (hm3) 0,2 0,7 23,17 53,87 103,04 109,64 112,24 112,74 144,1 149,9 205,5 1008,06 1056,58 2695,28 2697,78 2735,33 2776,56 2783,74 2794,78 2885,87 2930,87 2931,37 3357,37 3364,97 3371,97 3373,17 3506,17 3686,17 3736,67 3738,07 3808,07 3808,11 3843,11 ACUMULADO (%) 0,01 0,02 0,60 1,40 2,68 2,85 2,92 2,93 3,75 3,90 5,35 26,23 27,49 70,13 70,20 71,17 72,25 72,43 72,72 75,09 76,26 76,28 87,36 87,56 87,74 87,77 91,23 95,92 97,23 97,27 99,09 99,09 100,00 4 4500 1600 1.638,70 4000 1400 3500 1200 3000 1000 2500 802,56 800 2000 600 1500 426 400 1000 500 22,47 0,2 0,5 49,17 30,7 6,6 2,6 0,5 5,8 31,36 91,09 41,23 55,6 48,52 2,5 37,55 7,18 11,04 133 45 0,5 7,6 7 180 1,2 50,5 200 70 1,4 0,04 35 0 0 Embalses Volumen de embalse acumulado Figura 1. Evolución del volumen de embalse en hm3 en la Cuenca Hidrográfica del Tajo aguas arriba de Toledo 5 100 95,92 97,23 99,09 100 1971-1980 1981-1990 1991-2000 DESP UES 2000 80 76,26 70,13 60 40 20 0,6 1,4 1,4 1,4 2,68 3,75 A NTES 1900 1901-1910 1911-1920 1921-1930 1931-1940 1941-1950 0 1951-1960 1961-1970 Figura 2. Evolución del volumen de embalse en % por décadas en la Cuenca Hidrográfica del Tajo aguas arriba de Toledo 700 604,95 600 586,67 543,13 561,37 VOLUMEN EN Hm3 500 536,5 465 400 349,74 344,61 377,2 387,54 372,67 360,67 353,01 300 447 326,52 265,79 253,05 200 244,69 185 265 191,57 141,1 100 94,1 63,13 36 0 78-79 79-80 80-81 81-82 82-83 83-84 84-85 85-86 86-87 87-88 88-89 89-90 90-91 91-92 92-93 93-94 94-95 95-96 96-97 97-98 98-99 99-00 00-01 01-02 02-03 Figura 3. Evolución de los caudales derivados por el trasvase Tajo-Segura hasta el año hidrológico 2002-2003 6 4000 APORTACIÓN hm3 3500 3256,93 3127,59 3000 2500 2000 1856 1749,76 1361,73 1500 1375,21 1348,48 1106,28 892,15 1000 500,79 500 0 TAJO-EMBOCADOR TAJO-ARANJUEZ JARAMA-PUENTE LARGO A P ORTA CIONES REA LES TAJO PUENTE DE LA BARCA TAJO-TOLEDO A P ORTA CIONES NA TURA LES Figura 4. Aportaciones reales (valores medios) y aportaciones naturales de los ríos Tajo y Jarama en las estaciones de aforos del área de estudio 2000 1800 1854 1600 1400 1200 1154 1070 m3/s 1004 1000 800 760 590 711,1 579,1 600 556 583,3 400 450 376,11 203,82 200 255 231 136 0 82 61 64 215,4 111 114 177 96 59 79 96,62 1969- 1979- 1971- 1972- 1974- 1975- 1976- 1977- 1978- 1979- 1989- 1985- 1986- 1989- 1990- 1991- 1992- 1993- 1994- 1995- 1996- 1997- 1998- 1999- 2000- 2001- 200270 71 72 73 75 76 77 78 1979 80 81 86 87 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 Figura 5. Evolución de los caudales máximos instantáneos del río Jarama en la estación de aforos nº 175 (Puente Largo) en el periodo 1969-70/ 2002-2003 La alteración del régimen hidrológico no sólo ha causado una disminución del volumen del caudal circulante, también ha provocado la homogeneización de los caudales máximos y mínimos y, en consecuencia, la desaparición o minimización del suceso de avenidas. Un buen ejemplo de lo expuesto puede observarse analizando la evolución de los caudales máximos instantáneos del aforo del río Jarama en el Puente Largo (aforo nº 175) (Figura 5), la única estación que dispone de una serie larga de datos con referencia a estos caudales. En efecto, como 7 puede apreciarse en la Figura 5, el descenso de los caudales máximos instantáneos ha sido notable en el periodo comprendido entre los años hidrológicos 1968-69/2002-03 y prueba de ello es la gran dispersión de los valores, con registros extremos de 1.854 m3/s en el año 1969-69 y 59 m3/s en 1998-99. En realidad, tras la entrada en funcionamiento del embalse de El Atazar (462 hm3) en 1972, las mayores avenidas registradas en el Jarama y también en el Tajo aguas abajo de la Junta de los Ríos han sido inducidas, teniendo más que ver más con la gestión del resguardo de esta presa que con avenidas naturales, como sucedió en varias ocasiones en la década de los años 90 del pasado siglo tanto en el Tajo como en el Jarama. Es preciso considerar además que sólo este embalse representa cerca del 40% del volumen regulado en la subcuenca del Jarama a fecha de 2006, lo que puede ayudar a comprender mejor la asociación existente entre los desembalses del Atazar en las citadas avenidas inducidas. 3. IMPLICACIONES AMBIENTALES DE LA REGULACIÓN: LA REDUCCIÓN DE LOS BOSQUES ALUVIALES En la actualidad, la superficie forestada de las riberas de los ríos Tajo y Jarama en el área de estudio es de 409,38 y 83,71 ha respectivamente (6, 7). Estos valores quedan muy alejados de los correspondiente a la superficie forestada potencial, representando sólo el 1,38% y el 4,25% de la misma respectivamente (Tabla 2). Se entiende como ámbito potencial de distribución de los bosques aluviales (7) las márgenes del canal de bankfull, la llanura de inundación, la terraza holocena (+3-5 m en el Jarama, +5 en el Tajo) (9, 10, 11) y posiblemente sectores de extensión diversa de la terraza secuencialmente superior en ambos cursos. Tabla 2. Densidad y distribución de la superficie arbolada actual y potencial por tramos en las riberas de los ríos Tajo y Jarama TRAMO km SUPERFICIE ARBOLADA POTENCIAL (ha) SUPERFICIE SUPERFICIE ARBOLADA ARBOLADA ACTUAL EN SOTOS (ha-%) (ha-%) SUPERFICIE DENSIDAD ARBOLADA ACTUAL EN (ha/km) DOSELES (ha-%) DENSIDAD POTENCIAL (ha/km) MANZANARES-TAJUÑA 21,9 4319 29,94 (0,69) 24,95 (83,33) 4,99 (16,67) 1,37 197,21 TAJUÑA-JUNTA DE LOS RÍOS 18,45 1885 53,77 (2,85) 39,12 (72,75) 14,65 (27,25) 2,91 102,17 TOTAL JARAMA 40,35 6.024 83,71 (1,38) 64,07 (76,54) 19,64 (23,46) 2,09 149,29 EL EMBOCADOR-JARAMA 13,5 1563,5 83,07 (5,31) 71,42 (85,98) 11,65 (14,02) 6,15 115,81 JARAMA-PUENTE DE AÑOVER 17,1 2561 127,09 (4,96) 120,28 (94,64) 6,81 (5,36) 7,43 149,76 3296,5 127,97 (3,88) 101,12 (79,02) 26,85 (20,98) 6,49 167,33 PTE. DE AÑOVER-PUENTE DE 19,7 VELILLA PUENTE DE VELILLA-TOLEDO 26 2200,25 71,25 (3,24) 33,60 (47,16) 37,65 (52,84) 2,74 84,63 TOTAL TAJO 76,3 9621,25 409,38 (4,25) 362,42 (79,73) 82,96 (20,27) 5,37 126,1 La comparación de la extensión actual de los bosques aluviales del área de estudio con la registrada en el periodo 1956-1957 muestra un acusado descenso de la superficie forestada en ambas riberas: la disminución se cifra en un 51,94% en la ribera del Tajo y en un 88,35% en la ribera del Jarama. Un ejemplo de este intenso y sostenido proceso deforestador puede apreciarse en la Figura 6, donde se muestra la evolución de los bosques aluviales en un sector del área de estudio. En el río Jarama la reducción de la superficie forestada ha sido muy acusada en todo el tramo analizado, ligeramente mayor en el sector situado aguas abajo de la desembocadura del río Tajuña, sector de alta sinuosidad y movilidad hasta los años 60 del pasado siglo. En la ribera del Tajo han sido las áreas de mayor movilidad de cauce las que han perdido mayor masa forestal. También son éstos tramos de elevada sinuosidad que históricamente han mantenido las masas de vegetación forestal ribereña de mayor superficie, estabilizados como en el caso del Jarama a partir de los años 60 del siglo XX. 8 1957 1984 RÍ O 1994 RÍO R JA A AM TA J O Figura 6. Evolución de la superficie forestada (en verde) en la junta de los ríos Tajo-Jarama (Aranjuez, Madrid; Seseña, Toledo) en el periodo 1957-1994 (6,7) Esta reciente pero significativa reducción de los bosques de ribera del área de estudio se vincula a la regulación de la cabecera del sistema Tajo-Jarama, especialmente a la estabilización de los cauces, al aumento de los periodos de retorno de las avenidas extraordinarias y a la disminución de los caudales punta y duración de las avenidas ordinarias, como ya ha sido puesto de manifiesto en apartados anteriores. En ambos cursos, pero especialmente en el Jarama, la extracción de áridos también ha influido de manera notable en la reducción de los espacios forestados (12, 13). 9 Estos factores, consecuencia directa del control y derivación de las aportaciones de la cabecera de la cuenca, han permitido la explotación agrícola de tierras situadas en la extensa llanura de inundación de los ríos Tajo y Jarama. Hasta la “regulación” del sistema fluvial a partir de la segunda mitad del siglo XX, estos ámbitos eran espacios marginales para la agricultura, pastaderos de ovino y bovino, también asiento de importantes yegüadas, ocupados por extensos tarayales de Tamarix gallica y Tamarix africana, sotos complejos y pluriestratos o mosaicos de tarayales y pobedas de Populus alba con juncales, praderas-juncales y carrizales. En la actualidad, la pervivencia de espacios arbolados de cierta extensión está vinculada a factores fundiarios o a la existencia de enclaves de gran inestabilidad ambiental, no aptos para su puesta en cultivo, cuya existencia no se debe a factores naturales, sino a la existencia de pequeñas obras hidráulicas como la Presa del Rey sobre el río Jarama, aguas abajo de la desembocadura del río Manzanares. Si se observan los datos de la Tabla 2 podrá advertirse que el tramo mejor forestado de la ribera del Tajo es el situado aguas arriba de la confluencia de este curso con el Jarama, precisamente el más alterado, tanto desde un punto de vista hidrológico como hidráulico. Este aparente contrasentido se vincula a factores no naturales relacionados con el tipo de propiedad de la tierra: el entorno de Aranjuez aguas arriba del río Jarama forma parte de las propiedades del Patrimonio del Estado que integran el Real Sitio, en la actualidad una minúscula fracción no enajenada en la Desamortización Civil del que fuera el extenso Bosque y Real Sitio de Aranjuez. El uso del suelo de esta gran propiedad pública, poco intensivo, ha permitido que aún se conserven extensas masas forestadas en posiciones que, en otras áreas de la vega del Tajo, ya habrían favorecido su transformación en campos de cultivo, como sucedió en el meandro posterior a la Junta de los Ríos a finales del los años 80 (Figura 6). 4. CONCLUSIONES La extensión de los bosques aluviales de las riberas de los ríos Tajo y Jarama ha experimentado una fuerte disminución como consecuencia de la extensión de la frontera agrícola sobre los espacios no roturados situados en la llanura de inundación y en la primera terraza de estos valles. Estas modificaciones, especialmente intensas a partir de la segunda mitad del siglo XX, se relacionan con la ”regulación” del sistema Tajo-Jarama. A diferencia de lo que ha sucedido en los tramos altos de muchos cursos de esta cuenca situados aguas abajo de presas, en los tramos medios la evolución de los bosques de ribera ha experimentado un proceso inverso. En los sectores más elevados de la cuenca la disminución de la abrasión y de la duración de los periodos de inundación derivados de la regulación mediante presas han favorecido la extensión de la vegetación de ribera en el canal de bankfull, aunque este incremento ha sido muy poco importante en términos de superficie. Sin embargo, en los tramos medios y bajos la disminución de la duración y alcance de los ciclos de aguas altas y de las aportaciones anuales, junto con otros factores como la modificación de la sección transversal del canal de bankfull, han posibilitado la rotura y puesta en cultivo de muchos espacios forestados existentes hasta la década de los años 60 del pasado siglo. Este proceso de degradación se aprecia con claridad en la mayor parte de los paisajes fluviales de Europa occidental y América del Norte (14, 15, 16, 17) y ha provocado, igual que en los cursos del área de estudio, una importante reducción de la superficie forestada así como una profunda alteración de las características y dinámicas de los ecosistemas y paisajes fluviales. 10 5. BIBLIOGRAFÍA (1) Junco, F.; Calvo, J.P. (1983). Cuenca de Madrid. En Libro Jubilar de J.M. Ríos. IGME. Madrid. 534-543 (2) Alonso-Zarza, A.M.; Calvo, J.P.; Silva, P.G.; Torres, T. (2004). Cuenca del Tajo. En J.A.Vera (Ed): Geología de España. IGME. Madrid. 556-561 (3) Dirección General de Obras Hidráulicas (1992). Inventario de presas españolas 1991. MOPT. Madrid. 1-57 (4) www.chtajo.es (5) Molina Holgado, P. (1995). El Sistema Fluvial en Estudio del río Tajo entre el embalse de El Embocador y Toledo. Análisis de la evolución, actuaciones para la recuperación ambiental con propuesta de medidas para su mejora (Madrid y Toledo). Confederación Hidrográfica del Tajo (DGOH-MOPTMA). Madrid. (6) Molina Holgado (1998). Estudio del paisaje natural del sector centro-oriental de la Depresión del Tajo (Madrid-Toledo) y del sector central de la Depresión del Ebro (Navarra-Zaragoza). Análisis y comparación de sus estructuras y dinámicas. Tesis Doctoral inédita. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid 1-1.517 (7) Molina Holgado, P. (2003). Análisis y comparación de la vegetación de las riberas de los ríos Ebro, Tajo y Jarama. UAM Ediciones. Madrid. 1-545 (8) García Redondo,J.A. (1995). Planificación hidrológica y degradación de los recursos naturales en la comarca de Aranjuez. El río Tajo, cauce para la solidaridad. Fundación Puente de Barcas. Aranjuez. (9) González, J.A.; Asensio, I. (1982). Estudio de las terrazas fluviales cuaternarias del valle del río Tajo (sector AranjuezToledo). VI Reunion do Grupo Español de traballo de Quaternario. Santiago de Compoestela. 485-515 (10) González, J.A.; Asensio, I. (1979). Nota preliminar sobre las terrazas del Tajo entre Almoguera y Aranjuez (GuadalajaraMadrid). Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 105: 259-300 (11) Silva, P.G.; Goy, J.L; Zazo, C. (1988). Evolución geomorfológica de la confluencia de los ríos jarama y Tajuña durante el Cuaternario (Cuenca de Madrid). Cuaternario y Geomorfología, 2: 12-24 (12) Uribelarrea, D.; Pérez-González, A.; Benito, G. (2004). Prpuesta de restauración de un tramo del río Jarama, al Sureste de Madrid, intensamente alterado por el hombre. En J. Cachón, T. López-Piñeiro (eds): Congreso de Restauración de Ríos y Humedales. CEDEX. Madrid. 271-288. (13) Alonso, A.; Garzón, G. (1997). Efectos sedimentarios de las inundaciones en un río fuertemente antripizado: El Jarama en madrid. Cuadernos de Geología Ibérica, 22: 265-282 (14) Decamps, H.; Fortune, M.; Gazelle, F. (1989). Historical Changes of the Garonna River, Southern France. En Petts, Roux, Moller (Eds.): Historical Changes of Large Aluvial Rivers, Western Europe. Wiley. Chichester. (15) Decamps, H. Fortune, N.; Gazelle, F.; Pautou, G. (1988). Historical influence of man on the riparian dynamics of a aluvial landscape. Landscape Ecology, 1: 163-173 (16) Petts, G. (1990). Forest river corridors: a lost resource. En Cosgrove & Petts (Eds.): Water, engineering and landscape. Belhaven Press. (17) Petts, G.; Roux, A.L.; Moller, H. eds. (1989): Historical Changes of Large Aluvial Rivers, Western Europe. Wiley. Chichester. 11