Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San

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99/100-2008 Ac.
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las doce
horas con cincuenta y un minutos del día diecisiete de noviembre de dos mil diez.
Los presentes procesos de hábeas corpus acumulados han sido promovidos, el
primero −99-2008− por la señora Sofía Pérez de García a favor de la señora Reina Isabel
Orantes Lima; y el segundo −100-2008−, por el licenciado Sebastián Victorino Molina
Córdova, a favor de la señora María Cristina García; a quienes se les atribuye el delito de
secuestro, contra actuaciones de la Policía Nacional Civil, la Fiscalía General de la
República y el Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador.
Analizado el proceso y considerando:
I. La señora Pérez de García manifestó que “…la señora REINA ISABEL
ORANTES LIMA está detenida ilegalmente, y no ha tenido ninguna participación en el
hecho que se le incrimina (…) como a las siete de la noche de ese 24 de enero de 2008
cuando llegaron los policías a capturar a su marido de nombre Oscar García Ramírez, que
también estaba en la cancha esperando que iniciara el culto, y se lo llevaron con rumbo
desconocido; y como a los 20 minutos regresaron con Oscar y le preguntaron a ella que
donde estaba el dinero (…) y después que le hicieron muchas preguntas le dijeron que la
iban a detener porque ella no les colaboraba (…) los policías ni andaban una orden de
captura en su contra ni tuvieron motivo razonable para capturarla. ESTE DÍA ESTÁ
CUMPLIENDO CINCO MESES DE CAUTIVERIO ILEGAL Y ARBITRARIO POR
ANTOJO DE LOS POLICÍAS CAPTORES (…) el único delito de la señora REINA
ISABEL ORANTES LIMA es ser la compañera de vida del señor (…) y aunque varios
[testigos] han declarado a su favor en la Fiscalía General de la República, ella no ha sido
puesta en libertad aún, por lo que se le ha encarcelado injustamente y que si detención es
ilegal, inmoral, arbitraria y violatoria de derechos reconocidos por la constitución y los
tratados internaciones.” (sic).
Por su parte, el licenciado Molina Córdova expresó que “…la señora MARÍA
CRISTINA GARCÍA está detenida ilegalmente, y no ha tenido ninguna participación en el
hecho que se le incrimina (…) como a eso de las 10 de la noche del día 24 de enero de 2008
llegó la policía a capturar al señor Juan Antonio García Ramírez a su casa, misma casa en la
cual también se encontraba la señora MARÍA CRISTINA GARCÍA, a quien en principio
los policías sólo la interrogaron (…) entonces los policías sólo se llevaron al hombre, y ella
se entró a su casa, pero la señora García escuchó cuando los policías conversaron entre sí
como a la media cuadra y dijeron que se iban a ganar cinco días libres si se le llevaban a ella
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también, y enseguida regresaron a tocarle la puerta y cuando ella abrió procedieron a
capturarla sin ninguna orden de captura y sin tener motivo legal alguno. ESTE DÍA ESTÁ
CUMPLIENDO CINCO MESES DE CAUTIVERIO ILEGAL Y ARBITRARIO POR
ANTOJO DE LOS CAPTORES (…) El único delito de la señora MARÍA CRISTINA
GARCÍA es ser la compañera de vida del señor (…) hay muchos testigos; y aunque algunos
ya declararon en la Fiscalía, ella no ha sido puesta en libertad, por lo que estimo que se le ha
encarcelado injustamente y que su detención es ilegal.”
II.- Tal como lo establece la Ley de Procedimientos Constitucionales, se nombró
como Juezas Ejecutoras, en el orden referido, a las licenciadas Claudia Estela González
Larios y Silvia Raquel Panameño Valle; la primera, informó que respecto a la captura de la
señora Reina Isabel Orantes Lima, los agentes policiales “…dejaron constancia de la forma
en que realizaron la captura, así como del hallazgo de dinero previamente seriado producto
del rescate, y según lo establecido en el articulo 13 de nuestra Constitución (…) la señora
Reina Orantes, fue capturada en flagrante delito…” (sic). La segunda, señaló que sobre la
captura de la señora María Cristina García se hizo “…en razón de encontrarse en la casa de
habitación del señor García Ramírez, en el momento en que éste era capturado y por ser su
compañera de vida. En consecuencia de lo anterior existe una inminente violación a lo
preceptuado en el artículo 13 inc. 1º de la Constitución (…) tampoco se podría decir que la
señora María Cristina García, fue capturada en flagrante delito, pues, a ella no se le encontró
nada relacionado con el hecho delictivo, ni tampoco se logra establecer por parte de las
víctimas y de la misma Fiscalía, cual fue la participación de ella en el hecho que se le
incrimina…” (sic).
III.- De acuerdo a lo expuesto en el considerando I de esta decisión, existe identidad
de las quejas presentadas por los solicitantes en relación a cada una de las favorecidas y las
autoridades a quienes se las atribuyen, así: 1- la captura de las señoras Orantes Lima y
García se dio sin que existiera una orden administrativa o judicial que las amparara y
tampoco existió flagrancia que las justificara, y 2- que las favorecidas son inocentes del
delito que se les atribuye y su detención provisional es producto únicamente de ser
compañeras de vida de los imputados que cometieron el delito de secuestro, a pesar que a su
favor han declarado testigos que las desvinculan del delito atribuido.
Todo lo expuesto, según lo solicitado, con incidencia en el derecho de libertad de las
favorecidas, en tanto que tales situaciones han acontecido en el proceso penal con referencia
18-08-5 tramitando en el Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador, del cual
consta la imposición de la medida cautelar de detención provisional en su contra.
A efecto de emitir el pronunciamiento que corresponda, esta Sala estima adecuado,
en el orden indicado, referirse a la jurisprudencia constitucional que guarda relación con los
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reclamos presentados (A); para luego, hacer las consideraciones propias del análisis del caso
en estudio (B).
1. A- En relación a la captura de las favorecidas sin existir una orden administrativa
o judicial ni motivo razonable para ello, la jurisprudencia de esta Sala ha considerado que
existen casos urgentes en que resulta necesaria la restricción de libertad en forma inmediata,
a través de la actuación de los agentes de autoridad pública o de personas particulares.
El fundamento que debe existir cuando se da una detención en caso de delito
flagrante, es el presupuesto general de fumus boni iuris o apariencia del buen derecho, es
decir, la posible participación del indiciado y el cuerpo del delito, pues en ese tipo de
detención se logra sin duda la concurrencia del mismo, es decir, la existencia de una
sospecha razonable que permita tener a una persona determinada como responsable de un
hecho punible. El contexto espacio temporal de la detención, que se produce en el momento
mismo de la acción delictiva o inmediatamente después, permite afirmar la existencia de tal
elemento en la detención. Por otro lado, la concurrencia del periculum in mora o peligro en
la demora, representado por el riesgo que para el buen fin del proceso representa la libertad
del sospechoso, en ese inicial momento se configura a partir de la necesidad de evitar que el
delito agote sus efectos y la de proteger el inicio de la fase de instrucción.
En ese sentido, es importante expresar que, para el caso en estudio, constituye un
deber de la Policía Nacional Civil
llevar a cabo las detenciones en flagrancia cuya
habilitación constitucional se encuentra en el artículo 13 de la Constitución, siempre que
concurran los requisitos exigibles, esto es que se estén realizando hechos con apariencia
delictiva y que se tengan motivos suficientes para creer que la persona que se ha de detener
es su autor o partícipe.
De ello, debe colegirse que al momento de efectuarse una detención en flagrancia
por parte de la autoridad pública, esta necesariamente debe tener un grado mínimo de
certeza de la probable participación del supuesto implicado en el delito, y en consecuencia,
dejar constancia de las razones de juicio que llevaron a la autoridad pública a concluir que
el inculpado es el probable autor del ilícito penal y por lo tanto habilitar así la detención en
flagrancia; por consiguiente, este tipo de captura debe observar cierto margen de
fundamentación con respecto al presupuesto procesal de la apariencia de buen derecho.
Así, al estarse en presencia de una excepción establecida por la Constitución para
detener a una persona sin orden de captura, de acuerdo a la disposición constitucional
relacionada previamente, resulta indispensable que quien está siendo restringido de su
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derecho de libertad, tenga conocimiento certero respecto del presupuesto normativo –inciso
2° del artículo 288 del Código Procesal Penal– bajo el cual está siendo capturado. Por tanto,
se requiere que la autoridad pública próxima a detener a un sujeto en flagrancia, exteriorice
los motivos tenidos para llegar al convencimiento de la necesidad de limitar la libertad de
la persona afectada –v. gr. resolución de HC 57-2007 de fecha 17/10/2008-.
B- En el caso objeto de análisis, es necesario verificar los pasajes de la certificación
del proceso penal remitida por el Juzgado Especializado de Instrucción que están referidos a
este reclamo, de lo que se tiene:
- Acta de captura de la señora Reina Isabel Orantes Lima, de fecha veinticuatro de
enero de dos mil ocho en la que se deja constancia que “…dos personas caminaban con
proyección a la casa de cautiverio, por lo que inmediatamente procedimos a intervenirlas y
son reconocidos por la víctima en mención, como algunos de las personas que le habían
secuestrado. Ante tal situación procedemos a la detención de dichas personas (…)
Diligencia realizada en el término de la flagrancia, debido a que este mismo día en horas de
la mañana, los secuestradores liberaron a las citadas víctimas, posterior de haber recibido el
pago exigido; resultando que los detenidos fueron identificados de la manera siguiente (…)
REINA ISABEL ORANTES LIMA…” (sic). Del folio 156 al 157.
- Acta de captura de la señora María Cristina García, de fecha veinticuatro de enero
de dos mil ocho en la que se estableció “…REMITIMOS EN FLAGRANCIA a (…) la
señora MARIA CRISTINA GARCIA (…) En el momento de la liberación, elementos de
esta División entrevistaron a la señora NATALY MERCEDEZ HERNANDEZ, quien
manifestó que conocía a sus plagiarios que incluso a algunos de ellos les conocía la casa de
habitación, lugar donde los tuvieron cautivos y que dentro de los sujeto que la secuestraron
uno de ellos se llama (…) fue así como fue a señalar el pasaje veintitrés C de la Colonia
Libertad en Apopa, manifestando que en una casa ubicada al final de ese pasaje vive el
sujeto JUAN ANTONIO GARCIA, juntamente con una mujer compañera de vida del
mismo (…) Siendo como a eso de las veintiuna y treinta horas que reportaron a un sujeto
con características similares a las del sospechoso quien era acompañado de una mujer, los
cuales ingresaron al pasaje ya mencionado (…) a quienes se identificaron y se estableció
que efectivamente (…) la mujer responde al nombre de MARIA CRISTINA GARCIA (…)
Se hace constar que la detenida manifestó ser la compañera de vida del imputado JUAN
ANTONI GARCIA, por lo anterior se les comunico que quedarían detenidos por el delito ya
mencionado…” (sic). Del folio 208 al 211.
En primer lugar, debe decirse que si bien, tal como lo refieren los solicitantes de
estos procesos constitucionales, no existió una orden administrativa o judicial que soportara
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la captura de las favorecidas, a partir de las razones expuestas en cada una de las actas de
captura de las favorecidas, los agentes policiales que las ejecutaron afirmaron que se hacía
bajo la modalidad de flagrancia.
En ese sentido, a la luz del criterio jurisprudencial indicado en el apartado
precedente, debe verificarse si las actas que dejaron constancia de la utilización de esta
modalidad para justificar la captura de aquellas, contienen la exteriorización de las razones
que habilitaban su privación de libertad.
En el caso de la señora Orantes Lima, tal como se ha referido, del acta de captura se
evidencia que los agentes policiales externaron la razón por la que se procedió a su captura
–la identificación directa de la víctima- con lo cual, a su criterio, resultaba procedente dicho
acto en flagrancia, ya que el delito había dejado de producirse el mismo día, y por tanto, se
encontraban dentro del período de dicha figura.
Se trata pues de un acto policial que parte de la convicción de quienes la ejecutaron
de la existencia de la apariencia de buen derecho a la que se ha referido la jurisprudencia de
este tribunal como factor habilitante para la captura en flagrancia de las personas. Esto es así
porque el señalamiento de la victima generó en los captores la determinación de la
participación de la favorecida y otro, en el delito que se investigaba. Entonces, a ese
momento, de acuerdo al acta relacionada, se configuraba el supuesto habilitante para dicha
restricción a la libertad física de aquellos.
Respecto a la señora García, en el acta de captura se relataron los datos aportados
por la víctima para individualizar a las personas detenidas, y para determinar que en el caso
de la favorecida residía en el lugar en que se cometió el delito, al manifestar ser la
compañera de vida del sujeto identificado por aquella. Entonces, los agentes policiales
expresaron los motivos que tuvieron para detener a la señora García, ante la información
aportada por la víctima con respecto a su vinculación con el lugar de comisión del delito.
Entonces, de igual forma, los agentes policiales consideraron que esa circunstancia
permitía identificar la existencia de la probable participación de la favorecida en el ilícito
penal investigado, razón que habilitaba su captura dentro del término de la flagrancia
dispuesto legalmente, ya que al igual que el caso de la señora Orantes Lima, su restricción
se dio el mismo día en que finalizó la comisión del delito.
Así las cosas, y en general para ambos casos, esta Sala estima que en las actas que
reflejan las condiciones en que se llevaron a cabo las detenciones, se consignaron las
razones que, a criterio de los agentes policiales, permitían determinar su probable
participación en el delito.
Y es que, como se ha expuesto, este tribunal no tiene competencia para determinar la
suficiencia o no de tales motivos, sino únicamente verificar si en el acta de captura, la
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autoridad policial cumplió con su obligación de observar cierto margen de fundamentación
con respecto al presupuesto procesal de la apariencia de buen derecho. Circunstancia que ha
quedado establecida en los documentos que dejaron constancia de tales detenciones.
Por tales razones, se considera que la captura de las favorecidas no fue realizada de
forma contraria a la habilitación contenida en el artículo 13 de la Constitución para detener a
una persona sin orden judicial o administrativa –en flagrancia-, y por tanto, resulta
improcedente acceder a lo pretendido.
2. A- Sobre la exigencia de motivar las decisiones judiciales, se ha considerado que
se deriva de los derechos a la seguridad jurídica y de defensa, contenidos respectivamente
en los artículos 2 y 12 de la Constitución; e implica por parte de la autoridad judicial respeto
a los derechos fundamentales de los enjuiciados, pues tiene por finalidad garantizar a las
personas que pueden verse afectadas con una resolución judicial, conocer los motivos por
los cuales el juez resuelve en determinado sentido y permite impugnar tal decisión por
medio de los mecanismos que la ley prevé para tal efecto.
En ese sentido, la detención provisional puede entenderse como aquella medida
cautelar de coerción personal, en virtud de la cual se priva al imputado de su derecho
fundamental a la libertad física, mediante su ingreso a un centro penitenciario durante la
sustanciación de un proceso penal.
A partir de ello, las autoridades judiciales tienen que exteriorizar las razones por las
que resulta procedente decretar la medida cautelar de detención provisional u otra para
garantizar el resultado de un proceso, evidenciando por tanto la finalidad procesal de la
misma, pues en caso contrario, tal medida sería arbitraria porque violentaría el derecho a la
presunción de inocencia, defensa y seguridad jurídica y por tanto la libertad física.
Dicha privación debe ser decretada en forma motivada, específicamente en lo
relativo al "fumus boni iuris" o apariencia de buen derecho y al "periculum in mora" o
peligro en la demora, a efecto de garantizar su aplicación excepcional.
La apariencia de buen derecho consiste en un juicio de imputación o sospecha
fundada de participación del procesado en el hecho punible atribuido.
El peligro en la demora está referido, en materia penal, a la sospecha también
fundada de peligro de fuga del acusado para evadir la acción de la justicia ―v. gr.
resolución de HC 88-2009R de fecha 6/04/2010―.
B- Determinada la base jurisprudencial vinculada a este reclamo, es necesario
verificar el contenido de la decisión judicial que impuso la detención provisional en contra
de las favorecidas para cotejarlo con el argumento de los solicitantes sobre el supuesto
cumplimiento de dicha medida cautelar sin que existan elementos de la participación
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delincuencial de aquellas; y así se tiene en la certificación del proceso penal relacionado en
líneas previas:
- Acta de audiencia especial de imposición de medida cautelar celebrada el día
veintinueve de enero de dos mil ocho en el Juzgado Especializado de Instrucción de San
Salvador, en la que se decidió imponer la detención provisional a las favorecidas,
fundamentado en que “…se cuenta con el reclamo de un rescate como requisito sine qua
non para la liberación de las víctimas secuestradas, y establecida que fuese la voluntad de su
exigencia, es posible determinar que estamos ante el cumplimiento de los supuestos
señalados en dicho precepto legal (…) consta en las entrevistas realizadas por la víctima y
los testigos partícipes del presente proceso penal, la exigencia de cierta cantidad de dinero a
cambio de la libertad de las víctimas (…) la Señora Jueza, ha tenido a la vista, los elementos
de probabilidad participativa que corren agregados en legal forma al presente proceso y con
los cuales se infiere la participación de los indiciados en el delito que se les adjudica (…)
para decretar la restricción provisional debe de estar basado en la existencia del ilícito penal,
situación que se ha podido colegir de las Diligencias de Investigación realizadas por la
Fiscalía General de la República y que corren agregadas en la presente causa (…) se ha
justificado el periculum in mora, al considerar la Suscrita que, razonablemente los
imputados pueden sustraerse a la acción de la justicia, por la gravedad de la sanción penal a
imponer (…) y una posible ocultación u obstaculización de los medios de prueba (…) no se
ha presentado por parte de la defensa, documentación que acredite, que los procesados
posean algún tipo de arraigo…” (sic). Del folio 344 al 349.
De esa forma, consta en la decisión judicial que impuso la medida cautelar de
detención provisional en contra de las favorecidas que se hizo un análisis sobre la existencia
de los presupuestos procesales que le habilitan; en tanto, a criterio de la autoridad judicial
demandada, se había comprobado la existencia del delito y la probable participación de las
procesadas en el mismo, así como la necesidad de la restricción a la libertad acordada, en
razón de la gravedad del delito y la probable obstaculización de la investigación que se
podía generar de no haberse impuesto aquella, sumado a que no se presentó ningún tipo de
arraigo que permitiera considerar una medida alternativa
Por tanto, de lo reclamado frente a lo que consta en la certificación del proceso penal
remitida a este tribunal, no puede desprenderse que se haya transgredido el derecho a la
seguridad jurídica, defensa, ni tampoco el derecho fundamental de libertad física de las
favorecidas, y es que como se ha señalado arriba, basta con que el juzgador exponga en
forma breve, pero concisa los motivos de la decisión judicial, siempre que sea comprensible
y permita al destinatario de la misma conocer las razones que llevaron a la autoridad a
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resolver en ese sentido, habilitando con ello su posible impugnación si fuese lo procedente y
así lo estimase conveniente la persona que se considera perjudicada.
En consecuencia, este tribunal no puede emitir una decisión estimatoria respecto del
punto alegado, pues a diferencia de lo argüido por los solicitantes, la decisión judicial sujeta
a análisis, pronunciada en el proceso penal mediante la que se decidió sobre la detención
provisional de las señoras Orantes Lima y García, está debidamente motivada y con ello se
ha garantizado la seguridad jurídica y el derecho de defensa de ellas.
Por todo lo expuesto y de conformidad con lo establecido en los artículos 2, 11
inciso 2º, 12 y 13 de la Constitución y 71 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta
Sala RESUELVE:
1. No ha lugar al hábeas corpus solicitado a favor de las señoras Reina Isabel
Orantes Lima y María Cristina García, por la inexistencia de vulneración a los derechos a
la seguridad jurídica, defensa y libertad física, al haberse establecido que la autoridad
policial expuso los motivos para proceder a su captura en flagrancia; y, darse cumplimiento
al deber de motivación en la resolución judicial que impuso su detención provisional;
consecuentemente continúen en la situación jurídica en que se encuentren.
2. Devuélvase al Juzgado Especializado de Instrucción de San Salvador, la
certificación del proceso penal remitida a este tribunal.
3. Notifíquese.
4. Archívese.
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E.
GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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