Beneficios del Sacrificio Expiatorio de Cristo

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4to Trimestre del 2008 - La Doctrina de la Expiación
Comentario da Lección 11 - Benefícios de la Expiación
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Sabado, 6/12/2008
› Beneficios del Sacrificio Expiatorio de Cristo
“Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive
siempre para interceder por ellos”. – Hebreos 7:25 – NVI.
INTRODUCCIÓN – Ya estudiamos que el Plan de Salvación con su proceso de expiación de pecados de los
culpables, fue establecido en la eternidad “antes de la creación del mundo”. – I Pedro 1:20.
¿Qué programa estableció Dios para enseñar este proceso de expiación de pecados y sus beneficios para
los pecadores?
De Adán a Abrahán el pecador readquiría la justicia, por la fe en el Salvador tipificado en la muerte del
cordero. Un sistema simple, sin reglamentos, sin ley elaborados, pero lo suficientemente claro para definir la
conducta del pecador en su procedimiento para obtener gracia, perdón y todos los beneficios del proceso de
expiación. De Abrahán al Sinaí tuvimos el período en Egipto. El Sistema simple se perdió a lo largo del
tiempo del cautiverio. Fue abandonado y olvidado.
En el Sinaí, el sistema, o el método para enseñar como obtener las bendiciones de la expiación fue
reglamentado con todos los servicios típicos del santuario. Vino como ley para instruir y orientar. Fue
incorporada a la Torá, que formó el conjunto de leyes comunicadas por Dios al pueblo de Israel en el período
acampado junto al monte Sinaí. Esta reglamentación – ley – tendría validad hasta que viniese el prometido
Salvador.
Jesús consumó el plan de expiación por medio de su muerte sustitutoria. La fe para obtener sus beneficios
que se centralizaban en el Redentor tipificado, pasó a centralizarse en el Redentor Real. En el santuario
celestial, Jesús se tornó el sacerdote intercesor a favor de los pecadores que aceptan el plan de salvación y
el proceso de expiación.
Piense: “Y me harán un santuario, para que yo pueda habitar en medio de ellos... Allí, vendré a los hijos de
Israel, para que, por mi gloria, sean santificados”. – Éxodo 25:8 y 29:43 - ARA.
Desafio: “Abraham creyó en el Señor, y eso le fue contado como justicia”. – Génesis 15:6 NVI.
Domingo, 7/12/2008
› La Resurrección y La Ascensión
El Plan de Salvación es formado por un conjunto de hechos, todos dependientes entre sí. Ninguno es más
importante con relación a los otros. Si uno de los hechos dejase de suceder el plan no tendría ninguna
eficacia. Así, el plan contiene la promesa de salvación, la enseñanza por símbolos, el perdón, la
reconciliación y la justificación por la fe por medio de sangre inocente sustituto tipificando la verdadera
sangre del Único poder para hacer la expiación, la venida del verdadero sustituto, su muerte Vicaria, su
resurrección triunfante, su ascensión glorificada, su ministerio sacerdotal intercesora, la aceptación por la fe
de todo el proceso de expiación, su Segunda Venida con la recompensa y el restablecimiento de su Reino
de Gloria en este mundo purificado de la contaminación del pecado.
Por esta razón Pablo es enfático al declarar: “Y si Cristo no resucitó, es inútil la fe que ustedes tienen, y aún
están en sus pecados”. – I Corintios 15:17 – NVI. Lo mismo puede ser declarado con relación a cualquier
uno de los otros hechos. Uno de ellos no ejecutado torna inútil todo el proceso.
Mas en la ejecución de todo el proceso, no existe cosa alguna que nos pueda impedir de obtener sus
beneficios. La única cosa que puede impedir la eficacia del Plan de Dios para expiar nuestros pecados, es su
rechazo por nuestra libertad (libre albedrío) de decidir y elegir.
Piense: “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos, de todos los hombres, los más dignos de
compasión”. – I Corintios 15:19 – NVI.
Desafio: Mas en todas estas cosas somos más que vencedores, por medio de Aquél que nos amó”. –
Romanos 8:37 – NVI.
Lunes, 8/12/2008
› La Intercesión de Cristo y la Expiación
Para una mejor comprensión necesitamos considerar la expiación por gracia, en dos tiempos: Primero –
Cuando Adán pecó, su pecado fue como la raza. Por lo tanto, el pecado de Adán alcanzó a todos sus
descendientes.
En Jesús obtienen la oportunidad para la expiación del pecado como raza. Así como la condenación fue
amplia, abarcando a todos los descendientes de Adán, así la expiación es amplia para toda la raza humana.
David sintió el poder del pecado sobre él por herencia y su necesidad de gracia, exponiéndolo en estas
palabras delante de Dios: “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre”. –
Salmos 51:5- Su pecado fue expiado por la fe en el Redentor venidero y Dios lo perdonó.
En segundo tiempo, la expiación es una dádiva para curar nuestros pecados individuales. Como todos,
estamos sujetos a las tentaciones de Satanás, somos inducidos a cometer pecados que son individuales.
En el caso individual, la fuente de la gracia y expiación es la misma de la provisión amplia, para el pecado.
David también confesó sus pecados personales: “Pues yo conozco mis transgresiones, y mi pecado está
siempre delante de mí”. Salmos 51:3 – ARA.
Juan, el apóstol del amor, destaca claramente los dos tiempos de la gracia y de la expiación, la provisión
amplia y la individual. “Jesús Cristo, el justo; y Él es la propiciación por nuestros pecados; y no solo los
nuestros sino los de todo el mundo”. – I Juan 2:1-2.
“Mas si alguno pecare”. Admitiendo la posibilidad de que “alguien pecare”, Juan como el rey David, indican al
intercesor: Jesús, nuestro Abogado.
Piense: “El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados”. – I
Juan 4:10 DHH.
Desafio: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y purificarnos
de toda injusticia”. – I Juan 1:9 – ARA.
Martes, 9/12/2008
› Intercesión de Cristo en el Santuario Celestial
En el santuario del desierto y posteriormente en el templo de Jerusalén, mediante los servicios típicos
ejecutados a favor de los pecadores, ellos volvían para sus hogares “jubilosos y de corazón alegre por las
cosas buenas que el Señor había hecho por David y Salomón y por Israel, su pueblo”. – II Crónicas 7:10 –
NVI.
Todas las bendiciones espirituales y materiales eran concedidas a los hijos de Dios que por la fe reconocían
su entera dependencia de Él.
Del mismo modo, ahora, después de su muerte expiatoria, quitando la culpa del pecador, concede las
mismas bendiciones para aquellos que contritos y arrepentidos se vuelven para Él. Y aceptan su sacrificio
expiatorio y su obra intercesora. “Yo les aseguro que mi Padre les dará todo lo que pidieren en mi nombre.
...Pidan y recibirán, para que la alegría de ustedes sea completa”. Juan 16:23 y 24 – NVI.
La obra intercesora de Jesús es manifestada en los méritos de su vida y de su muerte victoriosa sobre el
pecado y el archi-engañador, ofrecida “con las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro delante del
trono”. – Apocalipsis 8:3. En esta intercesión está la garantía de nuestra aceptación, porque en la muerte
expiatoria de Jesús el amor de Dios por los pecadores está vindicado delante de la injusta e injuriosa
acusación de Satanás.
Por medio de Cristo y su muerte expiatoria la barrera de separación que se interpone entre el pecador y Dios
– el pecado – fue demolido y fue abierto el camino que conduce al pecador a la presencia del Dios santo.
Purificados por la fe en la sangre purificadora de Jesús somos hechos santos “como es santo Aquél que nos
llamó... pues escrito está: ‘Sean santos, porque Yo Soy santo”. – I Pedro 1:15 y 16 – NVI.
Piense: “Que el Dios de paz, que resucitó de la muerte a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas,
por la sangre que confirmó su pacto eterno os haga perfectos y buenos en todo, para que cumpláis su
voluntad; y que por medio de Jesucristo haga de nosotros lo que le agrade. ¡Gloria para siempre a Cristo!
Amén”. I Pedro 1:15 y 16 – DHH.
Desafio: “Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios lleno de amor, para que tenga
misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de la necesidad”.- Hebreos 4:16 – DHH.
Miercoles, 10/12/2008
› Intercesión de Cristo y la Preservación de la Vida
La transgresión de la ley moral trajo consecuencias que afectaron no apenas a la raza humana, sino a toda
la naturaleza de nuestro planeta caído: “Luego que la santa pareja transgredió la ley del Altísimo, el
resplandor del rostro de Dios desapareció de la faz de la naturaleza”. – PJ. Pág. 18.
Evaluemos esta declaración a la luz del mensaje del profeta Isaías: “La tierra languidece y se marchita; el
mundo se marchita y desfallece; desfallecen los notables de la tierra. La tierra
yace profanada, pisoteada por sus habitantes, porque han desobedecido las leyes, han violado los estatutos,
han quebrantado el pacto eterno”. – Isaías 24:4 y 5 – NVI
Si la transgresión de la ley moral, la rebelión contra el carácter de Dios, afectó y afecta de este modo a
nuestro mundo, seguramente deberíamos evaluar con más seriedad nuestras declaraciones con relación a la
ley moral, cuando hablamos del Plan Salvador de Dios. La ley no tiene poder para salvar, mas aquellos que
la trasgreden se tornan responsables por las acciones devastadoras que están destruyendo toda la
naturaleza, un precioso don de Dios.
En verdad lo que Dios está haciendo con su Plan Salvador es poner al hombre en armonía con Él mismo,
colocándolo en armonía con la ley moral, mediante la fe del pecador arrepentido centralizada en la gracia
manifestada por medio de Jesús Cristo, asumiendo el castigo de la rebelión y haciendo la expiación de los
pecados.
Sí, en verdad solamente Cristo salva, mas es su actuación intercesora que concede al pecador sabiduría y
conocimiento para vivir de manera agradable a Dios y no participando de los actos destructores de los
pecadores impenitentes que corrompen la tierra.
Piense: “Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e
invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Él
es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente”. – Colosenses 1:16 y 17 – NVI.
Desafio: “Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada
a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los
ingratos y malvados”. – Lucas 6:35 – NVI.
Jueves, 11/12/2008
› La Intercesión de Cristo y La Obra del Espíritu Santo
Se aproximaba el gran día del sacrificio pascual. Jesús sería sacrificado como el Cordero de Dios para
expiar la culpa del hombre y rescatarlo de la esclavitud del pecado. Mas antes de pagar el precio del rescate
y confirmar al hombre el derecho de elegir, Jesús enseñó a los discípulos que después de este acto,
concretizado por la muerte sobre la cruz, la resurrección y ascensión, la Persona de la Trinidad actuando
directamente junto al pecador sería el Espíritu Santo.
Por el acto de la expiación, Jesús provee el perdón, la justificación y la reconciliación para el pecador y lo
liberta de la sentencia condenatoria de muerte; por el liderato orientador del Espíritu Santo, el pecador es
libertado día a día de las celadas del pecado armadas por el diablo. “Todo el que comete pecado es esclavo
del pecado”. – Juan 8:34.
Es por intermedio del Espíritu Santo que el hombre recibe orientaciones de cómo vivir vida aceptable a Dios
y tornarse participante de la naturaleza divina. Esto significa saber escoger lo correcto, lo bueno, lo moral y
lo santo, rechazando lo equivocado, lo malo, lo inmoral y lo profano. Solamente el Espíritu Santo puede
enseñar al pecador libertado de la esclavitud del pecado, vivir la libertad en Cristo. Solamente el Espíritu
Santo comunica la genuina alegría de vivir en la santidad.
¡Qué espectáculo grandioso se desenvuelve bajo las miradas atentas de ángeles y hombres!. Vidas que
estaban bajo el dominio de Satanás, sumergidas en la lama inmunda del pecado, son transformadas por la
intercesión de Cristo, bajo la actuación modeladora del Espíritu Santo.
Piense: “Es el Espíritu que torna eficaz lo que fue realizado por el Redentor del mundo. Es por medio del
Espíritu que el corazón es purificado. Por Él el creyente se torna participante de la naturaleza divina. Cristo
dio su Espíritu como un poder divino para vencer todas las tendencias hereditarias y cultivadas para el mal, y
para gravar su propio carácter en su Iglesia”. – Rev. And Herald 19 de noviembre de 1908 – MM 1999, pág.
13.
Desafio: “Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensa-mientos
pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz,
reemplazan a la ira, la envidia y las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz
del cielo. Nadie ve la mano que alza la carga, ni contempla la luz que desciende de los atrios celestiales...
Entonces ese poder que ningún ojo humano puede ver, crea un nuevo ser a la imagen de Dios”. – DTG, pág.
172
Viernes, 12/12/2008
› Estudio Adicional
Los beneficios de la intercesión de Jesús se extienden mas allá de aquello que normalmente entendemos
como Plan de Expiación y la actuación de Dios a favor de sus hijos. Nuestra comprensión acepta que todos
los beneficios espirituales y materiales son fruto de la intercesión de Jesús. Mas ni siempre evaluamos que
en virtud a esa intercesión, Dios pone su protección sobre sus hijos, actuando en la mente de los
gobernantes para que estos impidan o no hagan mal a sus hijos. “Él no permitió que alguien los oprimiese,
mas a favor de ellos reprendió reyes, diciendo: “No toquen a mis ungidos; no maltraten a mis profetas”. –
Salmos 105:14 y 15 – NVI.
Innumerables son los relatos de la intervención de Dios a favor de sus hijos. En Babilonia, los amigos de
Daniel fueron librados del horno ardiente, y él de la boca de los leones. Los discípulos no fueron impedidos
de anunciar la salvación provista por medio de Cristo, porque una importante autoridad de los judíos,
Gamaliel, levantó su voz en defensa de los ungidos del Señor.
Esta manera de actuar de Dios no es una garantía absoluta de que siempre Él interviene para bloquear
todas las tentativas del enemigo, mas los actos de los malvados pueden ser minimizados, y cuando no, los
propósitos de Dios están más allá del mal que es practicado contra sus hijos. El Plan de Salvación se
fundamenta en las evidencias de la acción de Dios: “No se recordaban de su mano poderosa, del día en que
los redimió del opresor”. – Salmos 78:42 NVI. Mas por otro lado, la fe desempeña un papel probablemente
mucho más importante: Mas el justo vivirá por fe. Y si retrocediere, no me agradaré de él”. – Hebreos 10:38
– NVI.
Piense: “En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor dispuso el corazón del rey para que
éste promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra del Señor por medio del profeta
Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente: Esto es lo que ordena Ciro, rey de
Persia: El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le
construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá”. – Esdras 1:1 y 2 – NVI.
Desafio: “Jesús respondió: “No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si esta no te fuese dada de arriba”. –
Juan 19:11 – NVI.
Conozca lo autor
Pr. Albino Marks
Especialista em aconselhamento familiar e profundo estudioso da Bíblia, o pastor Albino
Marks já atuou como preceptor (IAP, IACS, IAE-SP); capelão (IACS e Hospital do
Pênfigo); diretor geral do IAP; departamental em várias associações e na UCB.
Conozca lo traduor
Daniel Román Roque
Después de servir en Adra Perú por algunos años, Dios me continúa dando la
oportunidad de Servirle aquí en Brasil traduciendo los textos de los comentarios de las
Lecciones de la Escuela Sabática, producidos por pastores para "La Escuela en el
Aire" (Escola no Ar). Por lo que quedo infinitamente agradecido a nuestro Padre
Celestial por aún poderle servir.
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