“Al adicto hay que confrontarlo con su realidad”

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”Venezuela es una sociedad pro-alcohólica. La cifra de adictos al licor ronda el millón y medio:
un número alto en relación con otros países de la región”
Pedro Delgado Machado
“Al adicto
hay que confrontarlo
con su realidad”
Especialista en abuso de drogas y adicciones, Pedro Delgado Machado conoce los rigores de la adicción como pocos
en el país: ha atendido a más de tres mil drogodependientes. De hablar pausado y discurso preciso, este psiquiatra
comparte sus experiencias y conocimientos sobre la dependencia de sustancias, una de las enfermedades más
expandidas en el mundo.
¿Qué es una adicción?
El corazón de una adicción está en la compulsión irrefrenable por consumir una sustancia. Es una enfermedad que
crea una necesidad de consumo que no se logra reprimir.
Eso sí, no se debe confundir con el abuso de una sustancia,
porque en el abuso no hay síndrome de abstinencia y la
frecuencia de consumo es menor que en la adicción.
¿Cuáles sustancias son susceptibles a generar adicción?
Entre las lícitas, la nicotina del cigarrillo y el alcohol etílico
del licor. Ambas sustancias actúan sobre el sistema nervioso y pueden generar una conducta compulsiva. Entre las
ilícitas, se cuentan la cocaína, la marihuana, la heroína, la
codeína, el LSD y los medicamentos ansiolíticos.
Psiquiatra y docente
jubilado, tiene más
de 35 años tratando
a adictos en el país.
Desde hace más
de una década es asesor
médico de la Alianza
para una Venezuela
Sin Drogas y desde hace
un año dirige Humana
Asistencia. Preside,
además, Alcohólicos
Anónimos de Venezuela
José Ramón Villalobos
fotografía Roberto Mata
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¿Cuál es el perfil psicológico de un adicto?
No hay uno definido, pero sí algunas características comunes. Por lo general, un adicto tiene dificultad para
postergar gratificaciones a sí mismo y tiende a hacerlo
inmediatamente. Además, no tolera las dificultades, suele
desbordarse porque no sabe manejar sus emociones y le
gustan las experiencias intensas. Es egocéntrico y hedonista: le cuesta pensar en los demás.
¿Hay adicciones comunes a la mujer y al hombre?
Sí, aunque el hombre es más dependiente que la mujer
de las sustancias ilícitas (en una relación de 9 a 1). La dependencia al cigarrillo es más equilibrada entre ambos. Y
en el caso del alcohol también son más dependientes los
hombres. La mujer, en cambio, utiliza más medicamentos
ansiolíticos.
¿Cómo elige la sustancia el adicto?
Entre la persona y la sustancia se crea un match que depende del beneficio o placer que le produce. Si es una persona
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muy ansiosa o inquieta, podría ser adicta a una sustancia
que la calme. Alguien muy tímido o introvertido puede
hacerse adicto al alcohol porque lo desinhibe.
¿El adicto prueba varias sustancias?
Sí. La mayoría de los adictos son poliabusadores: no sólo
abusan de la sustancia a la que son adictos, sino también
de otras. En ese camino de pruebas, los dependientes se
quedan con la que les produce mejor efecto. Hay otro factor
que no podemos perder de vista: el adicto elige la droga que
está más aceptada en su entorno social inmediato.
¿El consumo de una sustancia lleva a probar otra?
Existe lo que se llama la historia natural del adicto: un
proceso que comienza a temprana edad con el consumo de
cigarrillo y alcohol. Estas sustancias son el punto de partida. Algunos se quedan en ellas, otros pasan a la marihuana
y luego a la cocaína. Ésa suele ser la ruta más frecuente. En
ese tránsito juegan un papel importante las características
de la persona y la presión social.
¿Cómo es el salto entre el consumo de una droga y otra?
Es muy rápido y corto por la tolerancia social. Hoy, por
ejemplo, se tolera más que una persona consuma marihuana. Antes, en los años setenta, era un escándalo. Ya
no, y eso es lamentable. Las consecuencias de esa corta
distancia entre el consumo de una droga y otra es que
cada vez haya más jóvenes o adolescentes adictos. Además,
actualmente han aumentado las redes de distribución y
existe más exposición a las drogas.
¿A qué edad se instala una adicción?
Hay una ventana que comienza en la adolescencia y termina en la edad media. Ilustrándolo, sería entre los 15 y
20 años y entre los 40 y 45: en estos períodos aparecen
las adicciones porque hay más exposición y vida social.
Difícilmente la adicción se instala antes de los 15 o después
de los 45 años.
¿Qué factores influyen?
Estudios han demostrado que en la adicción siempre están
presentes tres factores, uno con más peso que otro. El biológico: una persona puede heredar la tendencia a ser adicta
(no hereda la adicción en sí misma, sino la predisposición
genética de serlo). El psicológico: situaciones emocionales
pueden llevar a un individuo a consumir una sustancia
para poder manejarlas. Y el social: algunas circunstancias
y entornos pueden favorecer que se instale una adicción.
¿Por qué el adicto no suele reconocer que está enfermo?
Porque le cuesta renunciar al placer que le genera la
adicción. Le resulta difícil reconocerse débil frente a la
sustancia que lo controla. Esa realidad hace que se resista
a aceptar lo que es: un adicto.
¿Cómo llega a reconocerlo?
Hay un concepto que se llama tocar fondo. Cuando al adicto, como consecuencia de su adicción, le ocurren eventos
muy fuertes en su vida familiar o laboral, o en su salud,
puede tomar conciencia y reconocer que está afectado.
¿La alarma se enciende justo cuando toca fondo?
Suele prenderse cuando el adicto o sus familiares comienzan a padecer las consecuencias de la adicción. Por ejemplo, dependientes del cigarrillo con bronquitis frecuentes o
adictos a la cocaína que fallan en el trabajo, gastan dinero
en exceso o tienen una complicación médica.
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“El adicto no tolera las dificultades,
suele desbordarse porque no sabe
manejar sus emociones
y le gustan las experiencias intensas”
¿Es frecuente que un familiar interfiera en el proceso de
recuperación del adicto?
Sí. Se registran casos de familiares o amigos del adicto
que establecen un vínculo de co-dependencia, y que de
alguna manera terminan siendo cómplices. Son personas
que tienden a sobreproteger, a ser permisivos con el dependiente, y estimulan, inconscientemente, la conducta
adictiva: no saben manejar los cambios que experimenta
el adicto cuando deja la sustancia.
¿Cómo es el camino de la recuperación?
Es un proceso largo y difícil, porque la adicción es una
enfermedad crónica, deteriorante y recidivante (el adicto
tiende a la recaída). Pero no es imposible. En la recuperación interviene un equipo multidisciplinario que trabaja
terapéuticamente para que el paciente vaya restituyendo su vida física y emocional. En caso de que requiera
desintoxicación, se le hospitaliza. Sin duda, el síndrome
de abstinencia es una de las etapas más delicadas. Sin
embargo, tener conciencia de la enfermedad y contar con
la compañía de familiares o amigos cercanos, además
de la contención de los grupos de apoyo, hace posible la
recuperación.
¿A qué llama “recuperarse”?
A que el adicto deje de consumir la sustancia y sus condiciones familiares, sociales y de salud mejoren. Una tercera
parte de los dependientes nunca deja su adicción. Otra
entra y sale de la dependencia y la otra parte tiene la probabilidad de inactivar la enfermedad con ayuda terapéutica.
Los que acuden al especialista no llegan al 40%. Y un 50%
abandonan el tratamiento. Ésa es la realidad.
¿El adicto nunca deja de serlo, aunque esté recuperado?
No. Porque la adicción es una enfermedad crónica que no
se cura. Se logra inactivar, de modo que el adicto se puede
mantener sano el resto de su vida, pero la enfermedad
sigue latente.
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En el país
¿Cuáles son las adiciones más comunes en Venezuela?
Entre las lícitas, la adicción al cigarrillo y al alcohol, en ese
orden. Entre las ilícitas, la dependencia de la cocaína y de
todos los opiáceos (como heroína y codeína). El consumo de
marihuana no es tanto como para generar una adicción.
¿Están asociadas con determinados grupos sociales?
Si bien socialmente hablando las adicciones son cada vez
más homogéneas, hay ciertas sustancias preferidas por
algunos grupos. La dependencia de la cocaína es más frecuente en las clases media y alta. El crack o “piedra” (sulfato
de la cocaína) es más común en las bajas. En cuanto al
alcohol, hay mayor prevalencia de adicción a la cerveza y
al ron en la clase baja. En la media y en la alta, al whisky
y al vodka.
Hoja de vida
Pedro Delgado Machado nació en Caracas el 25 de septiembre de 1946.
Ingresó en 1965 a la Universidad Central de Venezuela (UCV) y obtuvo el
título de médico cirujano en 1971. Luego, cursó estudios de postgrado en
Psiquiatría. Durante treinta años fue docente de la Facultad de Medicina
de la UCV y entre 1984 y 1989 coordinó el postgrado de Psiquiatría del
Hospital Universitario de Caracas. Entre 1989 y 1990 fue consultante de
la Comisión Interamericana Contra Abuso de Drogas de la Organización
de Estados Americanos en Washington (Estados Unidos). En ese mismo
período fue Fellowship en Abuso de Drogas en el Johns Hopkins University
en Baltimore (Estados Unidos). Desde 1997 es asesor médico de Alianza
para una Venezuela sin Drogas. En el año 2000 la Federación Médica de
Venezuela le otorgó el Premio Nacional de Medicina. Desde 2005 preside
Alcohólicos Anónimos de Venezuela y desde 2008 Humana Asistencia
Caracas, una institución que ofrece atención integral en diversas especialidades médico-psicológicas y psicoterapéuticas, de cuyo grupo
también ha sido director por más de siete años.
Venezuela figura siempre entre los países con mayor
consumo de licor. ¿Hay muchos adictos al alcohol?
Ésta es una sociedad pro-alcohólica. La cifra de adictos a
esta sustancia ronda el millón y medio, un número muy
alto en relación con otros países de la región. El patrón de
consumo también es significativo: 50% de los venezolanos
abusa del consumo de licor.
¿Y en relación con la adicción tabáquica?
Venezuela está dentro del promedio latinoamericano, que
es alrededor de 25% de la población adulta.
¿El clima de conflictividad que vive el país ha favorecido
el consumo de drogas?
Claro, porque si una sociedad está estresada y convulsionada, en esa misma medida sus habitantes (con cuadros biológicos, psicológicos y sociales que los hacen propensos a
la adicción) recurren a sustancias para mitigar la ansiedad
que les produce la realidad del país. La demanda de servicios de salud mental ha aumentado significativamente en
los últimos años, incluyendo la atención por adicciones.
Sembrar ejemplo
¿Cómo aborda las adicciones en su casa?
Tengo cuatro hijos ya adultos y desde pequeños les he
hablado abiertamente de las drogas, de los inconvenientes
que causa comenzar a transitar el camino de una adicción.
Yo creo firmemente que el mejor ejemplo lo debemos dar
en casa. Si los hijos ven que sus padres cultivan su salud
y que no caen en excesos, difícilmente desarrollen una
adicción.
¿Le ha tocado vivir la adicción de algún familiar?
Sí. Es casi imposible no tener a alguien cercano con dependencia al cigarrillo, al alcohol, a las pastillas o al juego. Ésa
es una realidad del país porque uno de cada tres venezolanos es adicto.
¿Qué le dice usted a ese familiar con dependencia?
Le hablo con afecto. El adicto debe sentir que uno se le
está acercando con cariño y no crítica o policíacamente.
Eso sí, el afecto debe ir acompañado de firmeza: hay que
confrontarlo con su realidad, hablarle de las consecuencias de su adicción. El amor y la firmeza son la mejor
combinación. •
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