DEMOCRATIZACIÓN, DERECHO Y CIRCULACIÓN EQUITATIVA DE LA INFORMACIÓN EN COLOMBIA: ANTECEDENTES Y CONSECUENCIAS Ana Catalina Reyes Corral Trabajo de grado para optar por el título de Comunicador Social en el énfasis de producción editorial Directora Catalina López Pontifica Universidad Javeriana Facultad de Comunicación y Lenguaje Carrera de Comunicación Social Bogotá D.C., mayo de 2010 8 Bogotá D.C., junio de 2010 Señor: JURGEN HORLBECK Decano Académico FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA CIUDAD Apreciado decano, Por medio de la presente me permito presentarle el trabajo de grado ―Democratización, derecho y circulación equitativa de la información en Colombia: Antecedentes y Consecuencias‖, llevado a cabo por la estudiante ANA CATALINA REYES CORRAL identificada con C.C. 1.020.727.956 de Bogotá, a quien he asesorado durante su desarrollo y con el cual opta al título de Comunicadora Social con énfasis en Producción Editorial. Catalina López B. C.C. 35.476.829 de Chía Asesora 9 TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN .................................................................................................................... 12 JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................................... 18 I. Democracia, derecho y circulación equitativa de la información ................................... 21 i.i ¿Qué es democratizar la información? ................................................................... 21 i.ii ¿Qué es el derecho a la información?...................................................................... 28 i.iii ¿Qué es la circulación equitativa de la información? ........................................... 36 II. Uso libre de la información en el último milenio ........................................................... 44 ii.i Nuevas formas de interacción: Internet ................................................................ 44 ii.ii Propiedad intelectual y libertad: CC y CopyLeft, entre otros ............................. 52 ii.iii Acomodándose a los nuevos tiempos, las industrias editoriales ........................... 62 III. ¿Se puede hablar en Colombia de la circulación equitativa, de la democratización o del derecho a la información? ............................................................................................. 71 iii.i La información en Colombia ¿un bien o un derecho? ............................................ 71 iii.ii Cómo han asumido las industrias culturales en Colombia este debate ............. 79 iii.iii Democratización de la información en Colombia en la última década ............... 84 CONCLUSIONES Y ................................................................................................................. 91 RECOMENDACIONES ............................................................................................................ 91 BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................................... 100 10 El lugar más conveniente para asestar una puñalada parece estar entre el cuello y la barbilla. Uno eleva el mentón y clava el cuchillo entre los músculos en tensión. Pero lo más probable es que este lugar sea el más conveniente sólo en nuestra imaginación, que espera ver brotar un espléndido chorro de sangre y un anudamiento de tendones, articulaciones y huesos como los de los muslos de los pavos asados. Franz Kafka “El lugar más conveniente” 11 INTRODUCCIÓN El hombre de mañana, trabajador nómada, asalariado temporal de empresas – nómadas ellas mismas, porque están instaladas en los lugares donde el coste del trabajo no cualificado es más bajo-, consumidor de objetos nómadas, dueño de sí mismo, informado y manipulador, será a la vez enfermo y terapeuta, maestro y alumno, espectador y actor, consumidor de su propia producción, enmascarado y narcisista, mezclando la ficción y la realidad en un universo de fronteras indefinibles, verdugo víctima de sí mismo, portador de sus propias prohibiciones… Jacques Attali Cuando se busca explicar las manifestaciones culturales de una época, es inevitable analizar los factores ideológicos, económicos, políticos y sociales, con el fin de sumar todas las fuerzas que intervienen en su formación, y en las consecuencias que derivan de las mismas. Claro está, que el buscar esos factores no siempre garantiza alcanzar a comprender el fenómeno cultural de una sociedad; por el contrario, sólo asegura una aproximación real al fenómeno que será escenario de investigación a largo plazo. En este caso, el fenómeno de análisis se construye alrededor de los límites y rangos creados por Internet en cuanto al uso libre de la información, que se han venido desarrollando en la última década alrededor del mundo y, en especial, en Colombia. Desde que la red fue puesta a disposición de todas las personas del planeta, ha permitido la creación de nuevas formas de comunicación, que a su vez han llevado al hombre a transformar tanto la concepción del espacio como del tiempo: Internet permite intercambiar información con personas de todo el mundo en tiempo real, almacenar datos y crear nuevos formatos y productos que han revolucionado el entorno social y cultural de una era. Ha brindado libertad de expresión a algunos y mecanismos de defensa a otros; nos ha conectado como sociedad y nos ha fraccionado como agentes con gustos similares en esta comúnmente denominada aldea global. Ha revolucionado el mercado y ha llevado a cambios estructurales, sociales, económicos, tecnológicos e industriales. 12 Por ello, las industrias culturales han debido asimilar el proceso y el cambio con la misma velocidad vertiginosa con la que llego la ―red de redes‖; y aún siguen amoldándose a éste: pasar de un formato a otro, promocionar en nuevos medios, llegar a nuevos públicos y homogenizar un mismo idioma (www) han hecho del planeta un lugar más grande, más libre y más permisivo. No obstante, no se puede pretender que es la cantidad de información disponible, la que permite la comprensión de los diferentes fenómenos culturales alrededor del planeta, sino la capacidad de acceder a su dimensión significativa. Y junto con la oferta abrumadora de información también ha llegado la necesidad y el miedo, que han llevado a buscar mecanismos que permitan controlarla. Al principio los creadores, luego los usuarios y después los gobiernos, han venido procurando limitar la red, enmarcarla dentro de los ―límites sensatos‖ de la ley; ya sea según sus alcances, sus contenidos o en el acceso que cada individuo pueda tener a ella, tecnológica o económicamente hablando; para así, mantener la ilusión de que Internet aún se inscribe como un medio tradicional, en una carrera de tecnologías. No obstante, desde hace varios años se sabe que la red es mucho más que un paradigma, mucho más que un nuevo horizonte en el largo camino de la comunicación, mucho más que una nueva tecnología: es un nuevo reto. Nuevo, en cuanto son necesarios a su alrededor diferentes mecanismos de pensamiento, nuevas formas de enseñanza y nuevos procesos sociales y culturales que involucren economías, procesos políticos y visiones de universo, en un solo núcleo, que en últimas ha sido puesto en un mismo tiempo, espacio e idioma: Internet. Tomando como base estas características, surgen una serie de preguntas alrededor ya no sólo de los cambios que trae Internet como tecnología, sino también de los cambios que trae como escenario mundial donde todos y cada uno de nosotros encuentra lo que busca: un espacio y una identidad. Al tener un espacio (virtual) donde se hace un uso libre de la información de y para todo el planeta, de toda la humanidad, de toda la historia, el punto clave deja de ser cuál es ―el invento‖ y empieza a ser el cómo acceder a ―el invento‖. 13 Las industrias culturales tradicionales encontraron a través de la legislación y la economía un lugar donde desarrollarse y donde permitir que el sujeto se desarrollara. Sin embargo, en la actualidad, cuando la herramienta, la tecnología y el lenguaje se han conjugado para romper las barreras espaciales, temporales, lingüísticas y sociales, tanto la legislación como la economía se quedan cortas para brindar una solución al verdadero papel que debería tener la información en la red para cada individuo, cada grupo y cada sociedad como agente de inclusión social y de conocimiento. Este trabajo pretende dar los pasos iniciales alrededor de tres primicias que parecían haber encontrado un lugar en los medios tradicionales, pero que se ven desencajadas, y han requerido ser reestructuradas y repensadas en este nuevo contexto: el derecho a la información, la democratización de la información y/o la circulación equitativa de la información a través de la red. A partir de esto, se pretende diferenciar los términos de derecho, democratización y circulación equitativa de la información en términos de acceso y conocimiento de Internet en Colombia, para así poder hacer un análisis del acercamiento real de nosotros (colombianos) a los beneficios de la red y del uso libre de la información, así como de los retos que aún como sociedad son necesarios de superar para lograr la equidad respecto al resto de los países que navegan en la red. De igual manera, son tres primicias que deben ser entendidas, diferenciadas y enriquecidas desde la disciplina y el campo como base de todo conocimiento comunicacional, no sólo a nivel global, sino a nivel local, ya que constituyen la realidad no sólo de quienes estudian la tecnología, sino también de aquellos que viven y dependen de sus alcances y privaciones. Asimismo, el enfoque local, se da desde la necesidad de centrarse en la realidad diaria tanto de quienes conocen del tema, como de aquellos que no dimensionan las implicaciones del mismo, pero que en igualdad de condiciones se ven afectados por éste en cada aspecto de su cotidianidad. 14 Así, partiendo de los objetivos y de los antecedentes tanto de los inicios de Internet como de su desarrollo como medio de comunicación global, y a través de las industrias culturales tradicionales adaptadas a este nuevo contexto mundial, se explicará cómo en Colombia es posible, o no, hablar de una circulación equitativa, de una democratización y/o de un derecho a la información, ya sea en términos legales, económicos, de acceso o de conocimiento. El trabajo se encuentra estructurado en tres capítulos. El primero de ellos presenta la diferenciación en cuanto a terminología para hablar de derecho, democratización y circulación equitativa de la información. Esto creará unas categorías conceptuales y analíticas iniciales, que permitirán recurrir a estos conceptos más adelante en su relación con la red, sus inicios y alcances actuales; y su presencia o ausencia en Colombia dentro de estos parámetros. El segundo capítulo abordará el uso libre de la información en la última década de este nuevo milenio. Cómo en estos últimos diez años se ha presenciado nuevas formas de interacción con el público a través de Internet, y como la red ha creado escenarios libres, igualitarios y benéficos para todos aquellos productores y consumidores de información más allá de las condiciones pre establecidas por las industrias culturales y la legislación tradicional. Así, como presentará los diferentes procesos que las industrias del entretenimiento han tenido como parte de la adaptación al cambio instaurado por Internet social y comunicativamente hablando. El tercer capítulo centrará su análisis en Colombia, al mostrar si es posible o no hablar de una circulación equitativa, de la democratización y/o del derecho a la información en nuestro país. Este análisis parte de la concepción existente en Colombia de la información: ya sea como un bien o como un derecho. Concepción que a su vez ha condicionado el acceso que como individuos tenemos a ella en términos legales y económicos. Finalmente, más allá del acceso y el uso libre que se tiene a la información en nuestro país, se presentará cómo el proceso de adaptación que han tenido las industrias culturales a Internet ha afectado, tanto para bien como para mal, la accesibilidad de la población a la 15 información; así como ha incidido en el desarrollo del conocimiento de los individuos en el país. Además de otra serie de problemas que aún rodean la masificación equitativa y libre de la información en el territorio nacional. De tal manera, este trabajo de grado se desarrolla como un estudio descriptivo- exploratorio sobre el derecho, la democratización y la circulación equitativa de la información a través de Internet en Colombia: sus alcances y retos. Tomando como base diversos textos, hipertextos, investigaciones, normas, entrevistas y publicaciones nacionales y extrajeras, que se relacionan de manera directa con el contenido de esta investigación, se buscó crear un entorno bibliográfico que permitiera sustentar tanto el análisis como las conclusiones de este tema, tan comúnmente hablado, pero tan poco tratado en esta interacción de conceptos que en el presente trabajo se relacionaron. Sin embargo, como eje central bibliográfico, histórico y académico se tuvo como referente principal el Informe titulado Voces Múltiples, Un Solo Mundo, presentado por el ganador del premio Nobel de la Paz, Sean McBride, ante la UNESCO y mundialmente reconocido como El Informe McBride. Este texto fue tomado como eje no sólo porque plantea los inicios de una problemática ya delimitada desde hace treinta años, sino también porque reúne en torno a las nuevas tecnologías y la democratización de la información, todos aquellos temas relevantes al hablar de un nuevo paradigma comunicativo/social presentes aún en la cotidianidad de las personas a través de una nueva tecnología. El tomar como principal fuente al informe McBride, además, permitió una comparación entre la situación colombiana y la vivida por las demás naciones alrededor de un mismo tema: brechas comunicacionales, económicas, políticas y ante todo sociales. Pese aún a la homogenización de ideas y realidades que Internet permite equilibrar a diario mediante la libertad y la democratización de la información. 16 Finalmente, después de un trabajo investigativo de más de un año y medio el lector podrá encontrar una serie de conclusiones esbozadas a partir del acercamiento inicial a este tema: complejo, novedoso y poco estudiado en Colombia, así como algunas recomendaciones, a consideración de la autora, pertinentes para adaptarse con éxito a una nueva era no sólo tecnológica, sino comunicativa y ante todo cultural. 17 JUSTIFICACIÓN Modernidad en el aparato productivo, Y premodernidad en la cabeza Fernando Cruz Kronfly “La sombrilla planetaria” Hoy es bien sabido que el mundo de los medios de comunicación es heterogéneo, complejo, en permanente cambio. Así, como también es sabido que los medios de comunicación son poseedores de saberes, de lógicas, de éticas, de estéticas y de sensibilidades creadas y alteradas de acuerdo a su función. No obstante, los cambios que han sufrido los medios de comunicación a lo largo de la historia reciente del mundo, han mostrado como los alcances de Internet respecto a la televisión y/o el periódico, han sido construidos en permanente tensión con el universo de sentido propuesto por el sistema dominante, utilizados a veces a manera de resistencia y defensa, otras a manera de franca inteligencia y otras más como una alternativa de discurso y propuesta de una nueva sociedad. El mundo actual en el que nos desarrollamos como seres humanos y como seres pensantes, es un mundo que ha sido objeto de distintos enfoques y miradas, de distintos discursos y de distintas plataformas tecnológicas frente a las cuales aún prevalecen actitudes de corte moralista, u otras que se sustentan en visiones parceladas que convierten a los medios desarrollados en torno a dichas plataformas, en simples rótulos de victimarios o malignos. Estas visiones, sin embargo, no alcanzan a comprender que los nuevos medios desarrollados gracias a los adelantos sociales y tecnológicos que se han evidenciado en la última década, antes que presentar una crisis en la estabilidad de los medios de comunicación ―tradicionales‖, muestran una crisis de una sociedad que no puede crear espacios democráticos para que sus diversas creaciones y sectores puedan expresarse y participar activa y libremente, en su propia construcción. Los rápidos cambios que ha presentado la red, desde su creación hasta la actualidad, han extralimitado los alcances de varias instituciones tradicionales, y han llevado a diferentes 18 pensadores-usuarios a mirar más allá del campo de trabajo habitual de los juristas, más allá de las políticas, de las regulaciones y las normas del mercado; hasta el punto de vislumbrar la necesidad de un nuevo tipo de esquema que fomente los principios de Internet, sin permitir el abuso de los mismos. El manejo de la información, la manipulación de la misma y la necesidad de control sobre aquello que puede o no ser conocido y difundido, encontró un rival igual de complejo, o incluso mayor, en la red. Un medio/tecnología sin inicio y sin fin, sin jerarquización alguna y sin objetivos mayores al de informar. Un espacio libre, democrático, gratis y a la disposición de todo aquel que se interesara por aprender su lenguaje, su idioma. El análisis en torno al principio de compartir las ideas muestra, con el paso de los años, como la red se ha convertido en el medio para lograr que las mismas se cumplan. Este principio básico de Internet es a su vez la raíz de su éxito: el permitir el libre intercambio, sin regulaciones, tanto de ideas como de opiniones, contenidos y productos, ha logrado que la ideas fluyan, se consoliden y se nutran de diferentes fuentes; demostrando así, ser el nuevo paso de la democracia. Toda nueva tecnología y todo nuevo medio, traen consigo la necesidad por parte de los consumidores, de satisfacer las expectativas que esos adelantos mitifican como voceros de la promesa de un nuevo mundo. Sin embargo, la resistencia aún en torno a la transformación que dichos adelantos puedan dar al orden tradicional de los sistemas, permite vislumbrar la violación al principio de equidad y libertad que como ciudadanos y seres humanos tenemos sobre los medios y/o productos que nos preceden, nos hacen y nos traspasan en la vida. El entorno en el cual nos inscribimos: urbano, post-capitalista, con una estructura demográfica definida, traspasado por la industrialización, la marginalidad, el clientelismo, la ciencia, la planificación como forma de inducir el futuro, con una cultura sub-cultural, internacionalizada, popular y aun así autentica, nos ubica en un suelo social, económico y políticamente único con respecto a las demás sociedades que nos rodean. Por ello, es 19 necesario entender la incidencia de la red en las dinámicas de la circulación de la información en Colombia. Dentro de este contexto creado por una sociedad necesitada de procesos de democratización, de derechos y de equidad no sólo en torno a la información, sino en términos de conciencia social y responsabilidad para con nosotros mismos, es de crucial importancia empezar a pensar cómo se presenta, se accede, se conoce y se interacciona con la información de acuerdo a su circulación, a sus alcances y procesos que intervienen en ella. Pues bien es sabido, que aunque la herramienta preste la facilidad, depende de quien accede a ella desarrollar su verdadero potencial. Este trabajo de grado presenta el inicio de una búsqueda en torno al análisis de la red en nuestro país como medio y fuente de las más ambiciosas esperanzas de democratización, conocimiento, y creatividad. Asimismo, para poder analizar un medio y sus implicaciones sociales, es imprescindible su relación con aquellos demás medios que lo rodean. De acuerdo con eso, para poder hacer un acercamiento a la circulación de la información en la actualidad en términos de democratización, derecho y circulación equitativita, no sólo es preciso profundizar en la red como iniciativa de este proceso; sino, conocer la transformación que han tenido las demás industrias culturales para continuar nutriendo, combatiendo o viviendo de la mano con este nuevo medio/tecnología. Así, el principal reto que origina y busca organizar este trabajo, radica en no aferrarse a lo conocido; sino, por el contrario, dejarse caer y empaparse de las nuevas dinámicas mundiales con el ánimo de impregnarse y apropiarse de los términos, condiciones, beneficios y amenazas que suponen un fortalecimiento para esta sociedad con el ánimo de permitirle seguir a flote en los tiempos venideros, lejos de temores y egoísmos propios de tiempos ya pasados. 20 I. Democracia, derecho y circulación equitativa de la información Vivir es desviarnos incesantemente. De tal manera, nos desviamos, que la confusión nos impide saber de qué nos estamos desviando. Franz Kafka “Nuestro Camino” i.i ¿Qué es democratizar la información? El término democracia, como tantos otros términos, tiene un origen griego y resulta de la combinación de dos palabras más cortas, demos y kratos. Ambos términos tienen más de un significado. Demos podría significar todo el cuerpo ciudadano que vive dentro de una polis particular o ciudad-Estado, aunque también suele utilizarse para definir ―al pueblo‖. Por otro lado, kratos podría significar ―poder‖, o bien ―gobierno‖, conceptos disímiles entre sí, ya que una democracia donde todo el pueblo gobierna o los representantes del pueblo gobiernan, puede ocultar una distribución muy poco democrática del poder real1. Esta ambigüedad en ambos términos constitutivos, presentes en el nacimiento mismo del concepto, tiene importancia permanente en cómo se comprende su significado y su historia. El término democracia ha tenido diversas acepciones que van desde un plano social, pasando por un plano económico y un plano político, hasta ubicarla en un plano cultural. Sin embargo, ―La democracia, cuanto más ha asumido un significado elogioso universalmente reconocido, más ha sufrido una evaporización conceptual, convirtiéndose en la etiqueta más indefinida de su género […] La democracia resume todo‖2. 1 2 Arblaster, A. (1991), Democracia, Madrid, Alianza Editorial. P. 25. Morlino, L. (1995), Manual de Ciencia Política, Madrid, Alianza Editorial. P. 80. 21 Y aunque el recorrido que ha vivido tanto el término democracia, como su aceptación, masificación e implementación, la han llevado a perderse en torno a la idea de poder y de gobierno; en esencia conserva los ideales de beneficio común que la establecen aún como un medio universal y bien visto por todos. Para poder hablar de la democratización de la información, primero, es necesario y vital, para los términos de este trabajo de grado, desmitificar el término democracia de la idea de poder y gobierno, con el ánimo de no caer en las limitaciones políticas, y por consiguiente, operativas; ni caer en la definición del término que lo encasilla en un mecanismo más de la alternancia del poder en el Estado. De tal manera, no se entenderá democracia en términos de J.D. May, quien establece la democracia como aquel régimen político que postula una ―necesaria correspondencia entre los actos del gobierno y los deseos de aquellos que son afectados por ellos‖3, o bien, en una versión un poco distinta, como un régimen político caracterizado por ―la continua capacidad de respuesta del gobierno a las preferencias de sus ciudadanos, considerados políticamente iguales‖4. Gaetano Mosca la define como ―todos aquellos que por riqueza, educación, inteligencia o astucia tienen aptitud para dirigir una comunidad de hombres y la oportunidad de hacerlo -en otras palabras, todos los clanes de la clase dirigente- tienen que inclinarse ante el sufragio universal una vez éste ha sido instituido y, también, si la ocasión lo requiere, defraudarlo‖5, sentido que limita la democracia únicamente a clases sociales específicas, así como a procesos electorales como único medio y fin del concepto. O bien, tampoco es menester de este trabajo comprender la democracia en términos de Sartori, quien la define como un sistema ético-político en el que la influencia de la mayoría está confiada al poder de las minorías concurrentes que la aseguran, claramente, mediante el mecanismo electoral. (Sartori, 1974, p.33) 3 May, J.D., (1978), ― Defendiendo la democracia: un poco de coherencia y conciencia‖, en Estudios Políticos, Núm. 26, p. 1 4 Dahl, R. (1993), La poliarquía: participación y oposición, México D.F., Tecnos. P. 27. 5 Martínez Echeverry, L. y Martínez Echeverry, H. (1997), Diccionaro de filosofía ilustrado, 2ª edición, Bogotá, Panamericana. 22 Incluso, la creación de la palabra democracia en sus raíces griegas, tampoco puede ser tomada literalmente, pues llevaría a un reduccionismo según condiciones políticas, estatales y de gobierno, lo cual, hace que inevitablemente se termine en operativismos mecánicos de sistemas de participación política, procesos electorales, tipologías y usos que no vienen al caso. Al contrario, para poder hablar de la democratización de la información con implicaciones sociales en un contexto tecnológico y mediático, intercedido por el ejercicio de la política y la economía local y global; es necesario, primero, acercarse a una definición de democracia puntual y benéfica para el contexto de análisis. Una definición en su esencia misma, sería aquella que explicaría los procesos de circulación de la información en la actualidad, y más concretamente, en Colombia. Una definición que permita que el término se utilice para vislumbrar un posible futuro al cual apunta la democratización de la información, los medios de comunicación y la interacción social. De acuerdo con esto, para efectos de este trabajo, la democracia será entendida en términos de Norberto Bobbio: politólogo, filósofo y jurista italiano del siglo XX, considerado como uno de los más grandes pensadores de los últimos años; quien habla de ésta como una de las tantas formas de gobierno, en particular aquella en la cual el poder no está en manos de uno o de unos cuantos, sino de todos, o mejor dicho de la mayor parte, y como tal, se contrapone a formas autocráticas, como la monarquía y la oligarquía6. Siguiendo con el pensamiento de Bobbio, la democracia es una forma de organización de un grupo de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, permitiendo y haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los individuos del grupo. Más allá de una forma de gobierno, de una organización del Estado, de un mecanismo para la sucesión del poder y de una alternativa liberal, la democracia es en esencia una forma de vida, un estilo de 6 Bobbio, A. (1993), Liberalismo y democracia, México, Fondo de Cultura Económica. P. 7 23 convivencia social en la que las partes son iguales, participativas y activas en torno a lo que las compete como sociedad. Surge entonces, la democracia como un punto de equilibrio donde es posible, por un lado, limitar el poder, y por otro, distribuirlo entre todos. Como menciona Benjamin Constant: ―el fin de los antiguos, era la distribución del poder político entre todos los ciudadanos de una misma patria: ellos llamaban a esto libertad. El fin de los modernos es la seguridad en los goces privados: ellos llaman libertad a las garantías acordadas por las instituciones para estos goces‖ (citado en Bobbio, 1993). Lo anterior no sólo plantea la igualdad en términos de equidad en la participación activa dentro de la toma de decisiones, opiniones y roles dentro de la sociedad; sino que también plantea la igualdad en la democracia dentro de la libertad que implica disfrutar de los goces privados en un colectivo. Una democracia del pueblo y no para el pueblo, como se ha visto tergiversada con el paso de los años, las corrientes y los dirigentes. De acuerdo con esto, la igualdad que confiere la libertad dentro de la democracia está decidida por la voluntad misma de la totalidad de los individuos que componen una sociedad; la limitación de los alcances de dicha libertad, sin embargo, también es acordada en consenso mediante el marco constitucional que nos atañe como ciudadanos, el cual también nos compromete en pro del beneficio común y nos permite direccionar la igualdad y la libertad equitativamente dentro del marco de la independencia privada. Por otro lado, varios acontecimientos de trascendencia histórica han cambiado el entorno social y cultural de las sociedades actuales más allá del entorno democrático. La revolución tecnológica, centrada en torno a las tecnologías de la información, ha hecho que la vida y la base de los individuos, se mueva a un ritmo acelerado. La crisis del modelo capitalista tradicional, la falta de hegemonías políticas, la inestabilidad de la única hegemonía económica de los últimos años, los conflictos bélicos, el calentamiento global y la naciente preocupación por un futuro que antes se veía inexistente, 24 han cambiado las dinámicas de los sujetos a escala global; así como ha cambiado las dinámicas de las sociedades, y por consiguiente, la interacción entre las mismas. Adicionalmente, la instauración de un nuevo sistema de comunicación, que cada vez habla más un lenguaje digital universal, está integrando a nivel mundial la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de una cultura compartida (común), acomodada con mayor facilidad a los gustos de las identidades y temperamentos de cada sujeto. La posibilidad de acceder a un lugar compartido, sin limitaciones y fronteras, pone a las redes informativas interactivas en un lugar privilegiado, de común encuentro y discusión. Como dice Castells, ―este crecimiento exponencial que presentan las nuevas tecnologías, crea nuevas formas y canales de comunicación, dando forma a la vida a la vez que ésta les da forma a ellas‖7. No obstante, para el desarrollo de este trabajo, es de crucial importancia la diferenciación entre comunicación e información, términos que se irán desglosando a lo largo del trabajo y que irán tomando forma de acuerdo a su utilización en el objetivo último de este escrito. Para empezar, es prudente entender la comunicación como un lugar de múltiples cruces e intercambios, en el que confluyen elementos de la más variada naturaleza. En medio de esta multiplicidad, la comunicación plantea preguntas al permitir un escenario de participación e interacción. Mientras que las perspectivas teóricas que durante décadas se han gestado en torno a la comunicación de masas (funcionalismo, estructuralismo, teoría crítica, entre otras), se han configurado como una condición que enriquece las posibilidades de acción y de pensamiento de la comunicación, sin reducirla a una única teoría limitante a su natural condición cambiante de acuerdo a los procesos sociales, culturales, políticos, económicos y tecnológicos que le dan vida y forma en cada una de las generaciones que la complementan. Según, el teórico y académico, Raúl Fuentes, la comunicación es ―la necesidad de explicar las fenómenos sociales, los intercambios, provocados por el desarrollo de los llamados medios masivos, en cuya evolución la tecnología representa un factor determinante‖8. 7 8 Castells, M. (2002), La era de la información. Vol. I: La Sociedad Red. México, Siglo XXI Editores. P. 15. Fuentes. R. (1997), ―Desafíos para la construcción del futuro‖, en Signo y Pensamiento, Núm. 31, pp. 42. 25 Los medios informativos, a su vez, se encuentran en el proceso de transformación de los datos básicos de la comunicación social dentro de cada una de las naciones, estableciendo nuevos sistemas de intercambio, cambios completos de las condiciones que gobiernan la transmisión de los conocimientos, abriendo un conjunto de posibilidades para tener a la disposición de todos educación formal e informal, logrando la impartición de la cultura a todo un país9. Dichos medios comunicativos e informativos están creando condiciones que permiten un enriquecimiento individual constante, así como la participación de los pueblos y de la sociedad, en su propio avance. Así pues, no es del todo insensato pensar que, a medida que los individuos sienten cada vez más que sus destinos como sociedad están estrechamente entrelazados, los unos con los otros, se llegará en un futuro a un respeto mutuo y a una cooperación en condiciones de igualdad. En términos democráticos, condiciones de igualdad dadas por la libertad que los nuevos medios informativos y comunicacionales ofrecen para disfrutar de los goces privados que aún como sociedad de la información, mantienen los individuos, y por lo tanto, la nación. Pero ésta es tan solo una de las perspectivas ofrecidas por una época que es igualmente capaz de producir lo mejor para el futuro, o lo peor. Sólo es conveniente pensar en esta perspectiva de desarrollo individual y social, de este aprendizaje tecnológico y de este porvenir nacional, si se resiste la tentación de poner los medios informativos al servicio de estrechos intereses sectarios que los convertirían en nuevos instrumentos de poder, tal y como lo planteó el ganador del premio Nobel de la Paz, Sean McBride, hace exactamente treinta años en su informe publicado en 1980 ante la UNESCO, titulado Voces Múltiples, Un Solo Mundo, donde se planteó analizar los problemas de la comunicación en el mundo y en las sociedades modernas, para sugerir un nuevo orden comunicacional que promoviera la paz y el desarrollo humano: ―justificando los ataques a la dignidad humana y agravando 9 McBride S. (1980), Un solo mundo voces múltiples, México, Fondo Cultura Económica. P. 12 26 las desigualdades que ya existen entre las naciones y dentro de cada una de las propias naciones‖10. El poder de informar y de ser informado es una de las claves de las sociedades en la actualidad. Su relevancia es tal, que la creciente concentración del poder de informar podría desembocar en nuevas formas de control en las que ya no habría ningún tipo de democracia, e incluso no podría haber separación de los poderes y garantías de una sociedad. Solo si se deja de lado la ―visión apocalíptica‖11 que los nuevos medios informativos producen en algunos, y se olvida la idea de que los medios mismos pueden lograr el cambio, en ausencia de la capacidad humana, social y cultural que cada individuo está en la obligación de retribuirle a la herramienta; solo si se hace todo lo posible por impedir que las tendencias hacia una concentración de los medios informativos reduzcan progresivamente el alcance de la comunicación interpersonal y en última instancia destruyan la pluralidad de los canales, tradicionales o nuevos, mediante los cuales pueden ejercer los individuos su derecho a la igualdad y a la libertad de expresión. Solo si se levantan las restricciones para que la información pueda llegar a cada ser humano, en cada rincón del territorio nacional, en condiciones propias a las capacidades de cada individuo, y bajo el conocimiento real que involucra interrelacionarse con la misma, se podrá hablar de una democratización de la información. Cuando cada individuo tenga la libertad y la igualdad de acceder y de manipular la información circulante con las comodidades que los medios tecnológicos actuales presuponen, se estará evidenciando el cumplimiento del fin último democrático. La esencia de aquel acuerdo ancestral de común beneficio y responsabilidad que debe ser enmarcado, para su cumplimiento, dentro de los límites constitucionales que lo convierten en un derecho, entendido como uno de ―aquellos que en un determinado momento histórico 10 11 Ibíd. P. 16. Eco, H. (2004), Apocalípticos e Integrados, Barcelona, DeBolsillo. P. 125. 27 detentan el poder legítimo de ejercer la fuerza para obtener la obediencia a sus mandatos, por lo cual deben ser respetados no invadiéndolos y garantizándolos frente a cualquier intervención posible por parte de los demás‖12. Por ello, no sólo es prioridad de este trabajo de grado, sino también de esta sociedad universal de la cual todo individuo hace parte, puntualizar en la importancia que tiene la democratización de la información, y su cumplimiento, como primer paso para hablar de un beneficio y un crecimiento individual y social, otorgado por el uso libre de la información. Uso libre en igualdad de condiciones, necesario para disfrutar del goce privado que hoy en día constituye la comunicación a partir de las nuevas tecnologías. Sólo al enmarcar el contexto social bajo el escenario que plantea la democratización de la información será posible, o no, ver las nuevas tecnologías más allá de los términos legales y/o económicos ejerciendo un papel social, libre y equitativo en un escenario que, a su vez, debe promover el respeto de la información como un derecho fundamental de los individuos, para llevar a una real circulación equitativa y por consiguiente homogénea, que permita no sólo el uso libre, sino consciente de la información en la sociedad. i.ii ¿Qué es el derecho a la información? Sin embargo, y aún cuando se habla de derecho; el concepto permite, al igual que democracia, una pluralidad de acepciones contraproducentes para su noción primaria y primordial. Por ello, para no caer en el determinismo jurídico con el que puede asociarse el Derecho (con mayúscula), o conjunto de normas; y para su relación con la democratización de la información, tratada anteriormente, se definirá derecho desde su noción básica, es decir, sin la terminología legal o jurídica, en un principio. Así, los Derechos Humanos, derivados de los derechos naturales concebidos por los antiguos filósofos, se ubican en el inicio de lo que hoy en día se comprende por derecho al 12 Bobbio, A. (1993), Liberalismo y democracia, México, Fondo de Cultura Económica. P. 13. 28 enmarcar: aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona13, por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna. Tal y como se estableció en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948, todos los derechos humanos son independientes del status, el sexo, la etnia o la nacionalidad; además son autónomos (al no ser dependientes exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente en un Estado) y están inspirados en la justicia, para permitir la convivencia social y la resolución de conflictos interpersonales. De igual manera, los Derechos Humanos se definen como inherentes a la persona, irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables, al ser propios de la condición humana misma. Y ya que todos aquellos Estados que ―se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad y la igualdad‖14, mediante la firma del documento y/o su incorporación constitucional a través de un acuerdo internacional, no sólo se comprometen con el respeto universal y efectivo de los derechos, sino también de la democracia. Asimismo, y siguiendo el rumbo que compete a este trabajo de grado, para comprender la circulación de la información como un derecho, es de crucial importancia, primero, vislumbrar la relevancia que desde hace años, y en especial hoy en día, tiene la información como base comunicacional, política, cultural, de crecimiento, desarrollo e inevitablemente, de poder, en todas las sociedades a nivel mundial. La capacidad de recopilar, almacenar, procesar y difundir noticias, hechos y opiniones que se requiere para llegar a un entendimiento de las situaciones individuales, comunitarias, nacionales e internacionales, a fin de tomar decisiones apropiadas, tal y como lo plantea 13 Papacchini, A. (1997), Filosofía y Derechos Humanos, Cali, Programa Editorial Universidad del Valle. P. 44. 14 ―Declaración Universal de los Derechos Humanos‖ (2009) [en línea], disponible en: http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml#a1, recuperado: 7 de marzo de 2010. 29 nuevamente Sean McBride en su informe ante la UNESCO, es una herramienta crucial para la planeación del futuro no sólo personal, sino nacional. Los gobiernos necesitan información en temas tan diferentes como el crecimiento demográfico, las cosechas y la dotación de agua, para sólo mencionar unos cuantos […] Las fuerzas armadas, los partidos políticos, las compañías de aviación, las universidades y los institutos de investigación, entre otros, no pueden funcionar eficientemente hoy en día sin los diarios intercambios de información. (McBride, 1980, p. 33) Sin embargo, la circulación de la información y el manejo que se da en la actualidad a los medios de comunicación, en especial en países en vía de desarrollo, en muchos casos son inadecuados para satisfacer las necesidades privadas y públicas de las sociedades, y más concretamente, de los individuos. Hoy en día, las tecnologías permiten una manipulación, transmisión y almacenamiento de la información nunca antes vista y a un muy bajo costo. Por ello, no es posible hablar de un derecho a la información, sin tener en cuenta la instantaneidad, la simultaneidad y la desjerarquización15 que caracterizan a la información y la hacen omnipresente e incontenible en todo el mundo; gracias a las nuevas tecnologías que, como nunca antes, hacen de ella algo más asequible y accesible para las personas, más allá de su dimensión comunicativa. La instantaneidad de la información, en los medios hoy en día, habla de la velocidad y el instante con el que los contenidos dejan de ser perdurables en cuanto son provisorios, y por tanto, efímeros. Por otro lado, la simultaneidad de la información alude a la superposición de discursos y estéticas en los medios cada día. Esta superposición vertiginosa de todos los lenguajes hace que sea imposible el reconocimiento de una organización secuencial del discurso. Mientras que, la desjerarquización de la información es correlativa de la característica anterior. Dada la simultaneidad, es abolida la jerarquía de todos los componentes. (Marafioti, 1998) 15 Marafioti, R. (1998), “La educación en juego y el juego televisivo”, en Cubides, H., Laverde Toscano, M.C., Valderrama, C.E. (edit.), Viviendo a toda, México D.F., Fundación Universidad Central y Siglo del Hombre Editores, p. 309. 30 De tal manera, y teniendo en cuenta lo que hoy caracteriza a la información, y por consiguiente a la comunicación; es posible entender cómo las tecnologías de la información desarrolladas en los últimos tiempos han permitido ver cómo la información institucionalizada, por ejemplo, ―puede servir para comunicar, controlar o manipular a los ciudadanos‖16, debido a que los sistemas de comunicación que utilizan diferentes fuentes alientan la apertura y curiosidad intelectual, mientras que los sistemas que restringen sus fuentes, pueden conducir al adoctrinamiento. Así, desde que el desarrollo tecnológico, en términos comunicacionales, empezó a tomar fuerza a mediados de los años ochenta del siglo pasado, las instituciones a través de las industrias culturales, han tratado de convertir en escaso lo que es potencialmente infinito, a costa de redefinir el marco jurídico y de deformar los mecanismos tecnológicocomunicativos que permiten el libre flujo de la información y/o de la creación. De ahí, y retomando la importancia de los Derechos Humanos en la convivencia de todas las personas pertenecientes a una sociedad democrática, es posible reconocer la relevancia que tiene la libertad de cada ciudadano para tener acceso a la información, y a la calidad de la misma, que es vital para sus necesidades. Esta libertad, es conferida al hombre en cuanto: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de informar y recibir información y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión (Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948, Artículo 19). No admite excepciones y, por consiguiente, se aplica a la gente de todo el mundo en virtud de su dignidad humana. Esta libertad ―es uno de los logros más preciosos de la democracia‖17, al mismo tiempo que es la muestra de la misma, pues la presencia o ausencia de esta libertad, así como de cualquier otra, determina uno de los indicadores más confiables de las otras libertades de una nación. 16 McBride S. (1980), Un solo mundo voces múltiples, México, Fondo Cultura Económica. P. 40. 17 Ibíd. P. 43. 31 En muchos países, aún se viola la libertad de informar y de recibir información por la censura estatal o comercial, por la intimidación y la persecución, y por la uniformidad impuesta. El CPJ (Committee to Protect Journalists) o Comité para Proteger a los Periodistas, ha monitoreado 734 asesinatos de periodistas durante el cumplimiento de su deber entre enero de 1992 y abril de 2009 en América Latina. De acuerdo a sus datos, el 72% fueron asesinados, el 17% murieron en fuego cruzado o en circunstancias relacionadas con el combate, y el 10% durante otras tareas peligrosas. De la misma forma, el estudio del INSI sobre los asesinatos de periodistas, que comprende un periodo de 10 años, documenta más de 1000 muertes en diez años, y también confirma que alrededor del 73% de las muertes sucedieron durante tiempos de paz.18 El hecho de que un país afirme que tiene libertad de información no significa que tal libertad exista en la práctica. En América Latina hay tres países con cinco o más casos de asesinatos de periodistas sin resolver de acuerdo al Índice de Impunidad del CPJ. Aunque los asesinatos de periodistas están a la baja en Colombia, dieciséis de los veinte asesinatos de periodistas en la última década aún no han sido resueltos. En México, seis de los asesinatos de los últimos diez años siguen sin resolverse (al menos otros siete profesionales de los medios han desaparecido desde 2005). Y Brasil, aunque ha condenado a los culpables de tres asesinatos de periodistas, aún tiene cinco asesinatos sin resolver en la última década.19 En Colombia, históricamente el país más peligroso para los periodistas de la región, la situación no parece aliviarse, ni mucho menos disminuir. La violación de libertad a la hora de informar o recibir información, se debe a las limitaciones en el acceso, así como a la impunidad en los procesos y a una creciente cultura drástica de autocensura. Este incremento en las cifras no es general. Las estadísticas de la mayoría de los indicadores se mantuvieron, pero el aumento se dio específicamente en el 18 UNESCO, Consejería de Comunicación e Información para los Países Andinos (2010) ―La libertad de Prensa en América Latina‖, disponible en: http://www.unesco.org.ec:8084/documents/Libertad%20de%20Prensa%20en%20América%20Latina.pdf, recuperado el: 20 de marzo de 2010. 19 Ibíd. 32 número de obstrucciones al trabajo periodístico. Este indicador pasó de 7 casos en el primer semestre de 2008 a 28 en lo que va del 200920. Por otro lado, y más allá de las constantes violaciones al derecho de la información, cada nueva invención tecnológica no sólo ha permitido una mayor circulación de la información; sino que también, irónicamente, ha aumentado la cantidad de capital requerido para su sostenimiento y difusión. En la mayoría de los países, el acceso a las prensas es cada vez más costosas, y especialmente a la radio y a la televisión, lo que significa que los individuos de riqueza limitada podrían competir a lo sumo en términos desventajosos. (McBride, 1980, p. 45) Así, en teoría, todos siempre han tenido derecho a la información, pero en la práctica no todos han podido tener acceso a la misma. Pero más allá de un fenómeno tecnológico, la circulación de la información trae consigo un debate lejos de ser resuelto, donde se sobreponen, y muchas veces se malinterpretan, los contenidos, los contextos y los medios de comunicación (plataformas tecnológicas) en relación con la circulación de la información y su efectividad. Algunos teóricos sostienen que los medios de comunicación —en particular, los medios masivos— ejercen más influencia que el contenido: en otras palabras, que ―el medio es el mensaje‖. Otros consideran decisivo el contenido, concediendo a los medios sólo una influencia marginal. Aun otros consideran que el factor determinante es el contexto social en el que se transmite el mensaje. (McBride, 1980, p. 39) No obstante, y aunque este último punto parece tener más significado y coherencia en términos de la información como un derecho, hay que tener en cuenta que ni las estructuras de la comunicación, ni los mensajes transmitidos son neutrales. El Estado, al hacer énfasis en esta polaridad de la información, ha logrado reconocer la potencialidad de ésta a la hora de influir el pensamiento de los ciudadanos; lo cual, con los 20 FLIP (Fundación para la Libertad de Prensa), (2009), Informe semestral sobre libertad de prensa en Colombia: enero - junio de 2009, disponible en: http://www.flip.org.co/new/alert_display/2/156.html, recuperado el 20 de marzo de 2010. 33 años, ha llevado a que la antigua represión de la libertad de circulación de la información, haya sido sistemáticamente reemplazada por políticas más activas en la adaptación de nuevas técnicas a sus propios fines. Lo anterior demuestra cómo los problemas de la comunicación, de las nuevas tecnologías y por consiguiente de la democratización, circulación y equidad de la información, se han vuelto cada vez más políticos, económicos y sociales. El manejo de la información, y el acceso a ella, tiene tanta importancia, que incluso en las sociedades cuyos medios masivos son de propiedad privada, el Estado impone alguna forma de regulación, violando de una u otra manera, la libertad de todo ciudadano al derecho a la información. ―Otros gobiernos asumen el control total del contenido de la información, justificando esta práctica por la ideología en la que creen‖21. Sin embargo, el derecho a la información, sustentado en el acceso a la misma, es igual a más capacidad, mayor solidez en los argumentos y mejores instrumentos para la crítica y la propuesta. Por ello, ni los monopolios comerciales ni políticos sobre el manejo, distribución y/o acceso a la información, han podido o podrán callar el juicio independiente de una sociedad compuesta por ciudadanos dignos de derechos y conscientes de su entorno y futuro. Pues cuando los medios masivos incurren en el monólogo redundante, provocan desconfianza antes que confianza, y aquellos actores sociales que logran traducir esto en opresión, homogenización e ignorancia, encuentran siempre nuevos medios para destruir el monopolio: formas que garanticen la libertad y la igualdad que desde el nacimiento les son dispuestas por mandato social. La alternatividad no explica mucho más que eso: el distanciamiento respecto al modelo mediático hegemónico y su superación política de la mano de políticas rupturistas, antisistémicas, contrahegemónicas. Lo alternativo no es una categoría política, mucho menos una corriente política definida. Es un recurso significativo que nos sirve para mencionar unas prácticas a las que hace tiempo hemos dejado de llamar revolucionarias y hoy podemos englobar en la crítica organizada: antiglobalizadores, libertarios, autónomos, ecologistas, feministas, hackers, estudiantes, sindicalistas... Este entramado de novísimos, nuevos y viejos movimientos sociales, es el espacio de lo 21 McBride S. (1980), Un solo mundo voces múltiples, México, Fondo Cultura Económica. P. 60. 34 alternativo y de él parten los discursos de la alternatividad: las redes sociales.22 El acceso a la información es una instancia necesaria para la participación ciudadana y la protección de los demás derechos constitucionales, así como también es la condición óptima para participar en la toma de decisiones públicas. Por ello, es preciso que en pro de continuar viendo cambios en la defensa de los Derechos Humanos, los programas de desarrollo social, la promoción del cuidado y regeneración ambiental, entre otros cambios relevantes e interdependientes entre sí que mejorarían la vida no solo de sociedades específicas, sino del mundo entero; respetar y hacer respetar el derecho a la información, el acceso a la misma, y por ende la influencia de la sociedad organizada en su propio porvenir, en cuanto en la información se estructura el conocimiento que permite la igualdad y la libertad entre quienes lo crean, lo aumentan y lo comparten. Como se ha visto, la democratización de la información se encuentra estrechamente relacionada con el derecho a la misma. Así, para poder hablar de libertad e igualdad, primero es necesario hablar de un acceso en equidad de condiciones a la información. El respeto al acceso, y la responsabilidad que involucra proveerlo, garantizarlo y protegerlo, no sólo como punto esencial de la sociedad a nivel global, sino como punto de quiebre a nivel individual en la interacción, en el aprovechamiento y/o en el asilamiento entre y frente a sus semejantes, se traduce en un escenario que plantea la urgencia de reducir los desequilibrios, las desigualdades y las distorsiones que afectan a las estructuras y a la circulación de la información para mejorar los beneficios que las herramientas y su uso plantean, pero también para asegurar el futuro que parecen prometer. El presente escrito propone no sólo vislumbrar los tres ejes centrales sobre los cuales Colombia debe repensar su actuar como sociedad, no sólo para poder aprovechar y nutrirse de los nuevos adelantos tecnológicos, sino también para mostrar la interacción entre conceptos y realidades que se entrecruzan en la vida cotidiana de todo ciudadano: los ámbitos tecnológicos y comunicacionales, así como los sociales y humanos, que 22 Roig, G. (2006), ―¿Por qué un medio ―alternativo‖ es un medio alternativo?‖, disponible en: http://www.nodo50.org/Por-que-un-medio-alternativo-es-un.html, recuperado el: 20 de marzo de 2010. 35 determinan el devenir de una nación igual y libre en sus derechos y comportamientos a tantas otras en el mundo. El interrelacionar las realidades y los conceptos aparentemente diferentes permitirá mostrar al final un mismo escenario de crecimiento y aprovechamiento de los recursos, que en igualdad de condiciones, han sido creados por y para la sociedad global. i.iii ¿Qué es la circulación equitativa de la información? Como se ha venido presentando, la importancia de los medios de comunicación es tal, que dan lugar a una influencia significativa en la construcción de las relaciones sociales, donde éstas empiezan a consolidarse en torno a la percepción, más que en torno a la experiencia. Pues ésta, inevitablemente, pasa a ser algo circunstancial, por no decir opcional en la interacción diaria entre los seres humanos; mientras que la percepción de sí mismos y del entorno, se convierte en su resultado obligatorio de la interacción entre los individuos inmersos en la nueva dinámica de socialización consigo mismos, con los demás y con el mundo. La percepción como punto de partida y retorno, también muestra cómo las barreras entre la experiencia tecnológica y la experiencia vivida empiezan a difuminarse con la aparición de cada nuevo medio de comunicación, hasta ser olvidadas en las conciencias del hombre actual, pues: ―al arraigar un mensaje e incorporarlo rutinariamente a nuestras vidas, nos implicamos en la construcción del sentido del yo, de quiénes somos y dónde estamos en el tiempo y en el espacio.‖23 Con la llegada de los nuevos medios y las nuevas tecnologías, lo que el individuo experimentó, y aun experimenta, es algo más allá de la comunicación: es la existencia del otro a través de una misma mirada. En otras palabras, la simultaneidad no sólo de información, sino también de individuos partícipes en la interacción que genera los nuevos 23 Thompson, John. (1998), Los media y la modernidad. Barcelona, Paidós. Pg. 67 36 medios, ha permitido repensar el papel del sujeto en la totalidad que compone estas nuevas tecnologías; así, como repensar el papel de comunidad en la construcción diaria de todo individuo perteneciente a ella. En un entorno virtual no se gestiona exclusivamente transmisión de información, contenidos o mensajes. Se produce, articula y maneja interacción, dinámicas grupales y sociabilidad. En el campus virtual en el que trabajamos cada día, hay mucho más que datos: hay personas, con todo lo que eso implica […] el punto, crucial para comenzar solo podía ser uno: la interacción. (Gálvez, 2006, p. 13). Así, el sujeto redefine su condición y sus pensamientos desde las tecnologías, y con el tiempo, esta presencia, inquietante y extraña en un principio, se vuelve cotidiana, se normaliza. El mundo ahora se compara, se extraña, se mezcla, se asimila en el ir y venir de otros modos de vida, de otras producciones, de otras culturas, de otras pertenencias, etc. Internet, es como cualquier ciudad del mundo; con calles especiales y llenas de lujos, así como con vecindarios intransitables con desconocidos a la vuelta de la esquina a la espera de los incautos que se han atrevido a cruzar los límites del barrio. (WELLS, J. 2009, pág. 12) Sin embargo, hay que tener en cuenta que redefinirse desde las tecnologías no implica lo mismo que surgir ―de la nada‖ a partir de ellas. Bien es sabido que la elección tecnológica que se presente según la época, no implica necesariamente nuevas formas y nuevos procesos sociales exclusivos. Los cambios sociales, económicos, políticos y culturales de una sociedad son consecuencia del entrecruzamiento de múltiples variables, donde la tecnología es una de ellas, más no es la única o la redentora de la salvación de la humanidad; ya lo decía Castells en el primer tomo de La Era de la Información: Por supuesto, la tecnología no determina la sociedad. Tampoco la sociedad dicta el curso del cambio tecnológico, ya que muchos factores, incluidos la invención e iniciativas personales, intervienen en el proceso del descubrimiento científico, la innovación tecnológica y las aplicaciones sociales, de modo que el resultado final depende de un complejo modelo de interacción. (Castells, 2002, p. 41) Por otro lado y mirando el mundo como se desenvuelve en el día a día, hay que tener en cuenta que una de esas variables que inciden no sólo en el devenir de las tecnologías y de las comunicaciones, sino también en el devenir de los individuos y sus sociedades, son las 37 denominadas industrias culturales24. Hoy en día, más que nunca, las industrias culturales están dominadas por un número relativamente pequeño de empresas que engloban todos los aspectos de la producción y la distribución de material cultural, o en otras palabras, de ideas. De igual manera, y como característica común, dichas industrias culturales están situadas en los principales países desarrollados, o en las principales capitales de países en vía de desarrollo, y sus actividades son trasnacionales: editoriales, canales de televisión, compañías discográficas, etc. La política británica de Industrias Creativas y/o Culturales a comienzos del siglo XXI se empieza a exportar a través del British Council. Colombia fue escogida en 2002 como país piloto para poner en práctica estos conocimientos. De la misma forma que se hizo en Inglaterra, y bajo la misma metodología de la Universidad de Leeds, se hizo un mapeo en Bogotá y Soacha, primeros en recibir el intercambio cultural. 25 Hasta hace unos años, la concentración y la transnacionalización eran consecuencias, quizás inevitables, de la interdependencia de las diferentes tecnologías y de los diversos medios de comunicación, del precio elevado de la labor de investigación y desarrollo, y de la aptitud de las firmas más poderosas cuando se trataba de introducirse en cualquier mercado (McBride, 1980, p. 197). No obstante, y aunque estas tendencias existían y aún existen en muchas industrias, la comunicación constituye un sector especial. Por ello, hay que tener en cuenta que aunque los medios de comunicación tradicionales y/o digitales, ejercen una influencia capital sobre las ideas y las opiniones, sobre la evolución (por decirlo en otras palabras), para bien o para mal, de todas las sociedades; ―las ideas pertenecen, y siempre lo han hecho, al dominio público, donde se pueden esparcir y propagar sin ningún tipo de restricción‖26. 24 Término utilizado por primera vez por los filósofos de la escuela de Frankfurt en desarrollo de la Teoría Crítica: Theodor Adorno y Max Horkeheimer, en uno de sus textos La production industrielle de bien culturels para hablar de la potencia de la radio, el cine y la TV al definir las identidades y los roles sociales. 25 ―Documento de Industrias Creativas del Britih Council‖ (2007) [en línea], disponible en: http://www.industriasculturalescali.com/News/DocumentosDeInteres/Paginas/LaEvoluciondelasIndustriasCre ativasenColombia.aspx, recuperado: 15 de marzo de 2010. 26 Márquez, S. (2007), Principios del derecho de autor, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, p. 23 38 Así, con los nuevos adelantos tecnológicos, que ubican la comunicación en las manos de quienes la utilizan y hacen a diario; los individuos, y en general la sociedad, se hace merecedora de una responsabilidad especial en el mundo actual, ya que su posición dominante en materia de información, en cuanto a la libertad y a la igualdad que tiene, y/o debe exigir tener en la red de redes, le permite constituirse como un elemento determinante en la estructura que determina el desarrollo económico y político que antes dominaban las industrias culturales y el monopolio económico de unos pocos. Pero, a pesar de esta nueva responsabilidad en la era de la información, las industrias culturales, las empresas de telecomunicaciones y los centros de poder, siguen sacando provecho del control de los contenidos y de la escasez que aún, irónicamente, supone el incumplimiento del derecho a la información, de la no circulación equitativa de la misma, y por consiguiente de la falta de democratización de la información, que se traduce en incumplimiento del derecho universal a la misma. En su intento por mantener el control, quieren también extenderlo a Internet. Todo ello pasando por encima del derecho de los ciudadanos a la educación, al acceso a la información, a la libertad de expresión, a la inviolabilidad de la comunicación o a la privacidad, en lugar de reconvertir su modelo y adaptarlo a las nuevas formas de generar beneficios, aceptando que el antiguo modelo tendrá que convivir con la ineludible auge y consolidación del nuevo modelo.27 Pretender proteger sus intereses privados por encima de los de la sociedad en general, sólo demuestra un rechazo contundente por parte de unos pocos, de algunas industrias culturales, a la circulación equitativa a la información, donde aquel que produce contenidos tiene la misma libertad e igualdad, de intervenir los contenidos de alguien más, pues como lo expone el artículo 7 de la Decisión 351: ―No son objeto de protección las ideas contenidas en las obras literarias y artísticas, o el contenido ideológico o técnico de las obras científicas, ni su aprovechamiento industrial o comercial‖. 27 “FCForum: la alianza rebelde‖ (2009) [en línea] disponible en: http://hacktivistas.net/content/fcforum-laalianza-rebelde, recuperado el: 13 de marzo de 2010. 39 La retroalimentación que involucra toda doble vía, propuesta por las nuevas tecnologías de la información, propone una vía contraria a la única dirección marcada tradicionalmente por la legislación que acompañaba a toda obra en los medios tradicionales de expresión: ―lo que de valores ideales y materiales haya quedado invertido en el producto de la actividad intelectual debe pertenecer –con ciertas limitaciones- exclusivamente al que emprendió esa labor, y él solo ha de decidir si los demás podrán participar en ello y hasta dónde habrá de extenderse tal participación; a él sólo ha de competir el aprovechamiento económico de su trabajo‖28. Y aunque la creación humana ya existía antes del derecho de autor: ―la propiedad intelectual nace, pues, cuando es posible valorar la obra (creación intelectual) y distinguirla del soporte físico que la contiene‖29. Actualmente, la propiedad intelectual y los derechos de autor, conforman uno de los principales temas de debate alrededor de las implicaciones que trae consigo la ―red de redes‖; no sólo por las modificaciones que deben ser efectuadas en términos legales para un real beneficio de quien crea y de quien consume, sino también por las modificaciones que deben asumirse al restablecer excepciones o redibujar los límites de la misma. ―En el mundo digital, todo uso requiere una reproducción, toda reproducción constituye un acto de explotación; por tanto, todo uso no autorizado se convierte en infracción‖30. La tecnología digital ha puesto en peligro el régimen perpetuo desarrollado por la propiedad intelectual hasta hace unos años, cuestionando mediante la circulación equitativa de la información, dos de los pilares fundamentales del antiguo sistema de las industrias culturales: primero, la red facilita (sin demasiado esfuerzo ni inversión) la realización de copias iguales en calidad al original, y segundo, ha permitido prescindir de los soportes físicos tangibles que contenían cualquier tipo de obra. 28 Allfeld, P. (1999), Del derecho de autor y del derecho de inventor, Bogotá, Temis. 29 Xalabarder Plantada, R. (2006, marzo), ―Las licencias Creative Commons: ¿una alternativa al copyright?‖, en Revista UOC Papers [en línea], disponible en: http://www.uoc.edu/uocpapers/2/dt/esp/xalabarder.pdf, recuperado: 3 de febrero de 2009. 30 Ibíd. 40 Estos bienes inmateriales no son mercancías a la antigua usanza. Primero porque su valor depende de una comunidad y una serie de relaciones que le dan sentido. Pero sobre todo, porque las ideas no son bienes limitados y su ―cotización‖ no está en relación directa con la escasez, como en los objetos físicos: cuando damos una manzana la perdemos, pero cuando damos una idea la seguimos poseyendo y además contribuimos a formar el núcleo de toda comunidad humana. Esta es la base de las tierras comunales de la inteligencia colectiva, que se extienden ahora de forma casi ilimitada en forma de ciberespacio.31 De esta manera, el compartir las ideas ha demostrado, con el paso de los años, ser el medio para lograr que las mismas se cumplan. Este principio básico de las nuevas tecnologías es a su vez la raíz de su éxito: el permitir el libre intercambio, sin regulaciones, tanto de ideas como de opiniones, contenidos y productos, ha demostrado ser el nuevo paso de la democracia. Una democracia donde todas las personas, sin discriminación o regulación alguna, pueden convivir libremente gracias al consenso y al mutuo respeto de su derecho en la circulación equitativa de la información. La posibilidad que tiene todo individuo de auto organizarse, de contar con una voz propia y de ser libre de elección; ha mostrado sus frutos en una máxima producción de creatividad e igualdad, ha permitido que los contenidos deriven en conocimiento construido y, al mismo tiempo, en dinámicas de vida construidas conjuntamente; esto, a su vez, viene demostrando una circulación equitativa entre todos aquellos que hacen uso y aportan, diariamente, este universo compartido que permite un desarrollo individual y social desde la comunicación, como nunca antes había ocurrido. La red es la fuente de nuestras más ambiciosas esperanzas en torno a la democracia, el conocimiento y la creatividad. En un principio, la red nos brinda una capacidad, nunca antes mencionada, para resolver los problemas comunes al permitirnos combinar el conocimiento y los saberes de millones de personas, creando una inteligencia colectiva en una escala nunca antes posible32 31 Vila, N. y Barandiaran, X. (2010), ―COPYLEFT: la creación se promueve... compartiéndola‖, disponible en: http://www.sindominio.net/~xabier/textos/copyleft/copyleft.html, recuperado: 14 de marzo de 2010. 32 ―The web is the source of our most ambitious hopes for spreading democracy, knowledge and creativity. It ought in principle give us untold capacity for solving shared problems by allowing us combine the knowledge and insights of millions of people, creating a collective intelligence on scale never before possible‖ [traducción del autor], Leadbeater, Ch. (2008), We think: mass innovation, not mass production: the power of mass creativity, Londres, Profile Books LTD, pg. 10. 41 La circulación equitativa de la información, entonces, plantea la posibilidad de hacer del conocimiento algo accesible y asequible a toda la sociedad, como parte integral del derecho a la información, sin necesidad de recurrir a acartonamientos legales y/o jurídicos que la restrinjan para unos cuantos pocos. Al ser equitativa, la circulación también se plantea un acceso donde los contenidos pueden y deben ser creados en una vía de doble dirección y no a manera unidireccional, como hasta entonces habían procurado los tradicionales medios de comunicación regidos por los tradicionales mecanismos de control. Esta equidad, sin embargo, supone una desventaja en cuanto al control y a la distribución del poder que los grandes monopolios han venido teniendo y consolidando a través del manejo de las industrias culturales por varias décadas; control que pasaría a ser común y ya no solamente sectario. La comunicación que se desenvuelve en su mayor parte de arriba abajo— desde los líderes políticos, los intelectuales prominentes o los individuos poderosos en otros sectores de la vida nacional—reduce a menudo al ciudadano ordinario al papel de receptor pasivo y oculta sus intereses y aspiraciones […] Las redes de la comunicación deberían ser tan diversificadas e independientes entre sí como las fuentes de información; en caso contrario, la diversidad se vuelve una fachada. (McBride, 1980, p.48) Así, las nuevas tecnologías y los principios funcionales de éstas, no buscan suplantar la ley, ni mucho menos reemplazar la norma general. Al contrario, el fin último de la circulación equitativa de la información a través de las nuevas tecnologías y las dinámicas sociales que en torno a éstas se han empezado a entrelazar, busca que la interacción entre dichas tecnologías y la nueva figura del autor/consumidor sea lo más directa posible, de manera tal, que los trámites legales no terminen convirtiéndose en fachadas y entorpeciendo la divulgación del conocimiento, de las ideas, ni mucho menos, terminen por perjudicar al creador de las mismas, ya sea en términos económicos u otros. Hoy en día, quien produce información también la consume, y quien consume ideas siempre está deseoso de aportar a la construcción de esas mismas buenas ideas, razón por la cual se ha desarrollado la herramienta que facilita no sólo este propósito, sino también su divulgación, acogida y crecimiento desenfrenado, en pro siempre del desarrollo intelectual y social de los individuos que entienden y se apropian tanto de este procedimiento, como de este pensamiento. 42 La comunicación ha dejado de ser receptiva, los individuos ahora son más cómplices 33 (activos) que nunca frente a los medios de comunicación con los que viven y conviven a diario. Este trabajo de grado busca mostrar cómo la participación y la posibilidad de intervenir activamente en el proceso que derivará en un mutuo beneficio para todas las personas involucradas, es la circulación equitativa que exigen y prometen con su rápido avance las nuevas tecnologías, en medio ya no de un simple proceso de comunicación, sino de una real y auténtica cooperación, donde cada parte es igual de relevante a la otra que interactúa, sin intermediarios, territorios o discriminaciones; ya que ―al mismo tiempo que los desarrollos tecnológicos aumentan, se crea la necesidad por parte de los agentes consumidores, de satisfacer las expectativas que esos adelantos mitifican como portadores de la promesa de un nuevo mundo‖34. 33 Término utilizado por Julio Cortázar en: ―Su teoría del juego en Rayuela‖ Uribe Piedahíta, C.A. (2006, enero – mayo), ―La piratería en el derecho de la competencia mercado negro y mercado relevante‖, en International law: revista colombiana de derecho internacional, vol. 7, pp. 68. 34 43 II. Uso libre de la información en el último milenio ¿No es increíble que el más duro de los conservadores sea capaz de aceptar el radicalismo de la muerte? Franz Kafka “Una Incongruencia” ii.i Nuevas formas de interacción: Internet Para nadie es un secreto que en la actualidad la vida transcurre de manera muy diferente a cómo se desarrollaron los días de las generaciones pasadas. Y aunque este proceso ligado a la tecnología, se cree evidente e incluso obvio, aún no todos los seres que lo comparten lo ven con la misma permisibilidad al momento de convivir con él. A lo largo de los últimos años el entramado de las nuevas tecnologías ha crecido exponencialmente tanto en número como en complejidad. Hoy por hoy, el planeta se encuentra en plena carrera hacia una triple convergencia; la de las tecnologías de lo pequeño (nanotecnología), de lo vivo (biotecnología) y del conocimiento (neurociencias), impulsadas todas por las nuevas tecnologías que, en cualquier plano, han revolucionado no sólo la ciencia, sino a las sociedades que giran en torno suyo. Hoy en día, la simultaneidad de datos y la rapidez de información, han logrado llevar a las sociedades a aceptar los cambios fugaces como algo esencial de las modificaciones ―normales‖ de la vida. Incluso cuando, ―la acción sobre la forma y sobre el contenido del mensaje pueda modificar a quien lo recibe; solo éste cobra vida en el momento en que quien recibe el mensaje parece tener una libertad residual: la de leerlo de modo 44 diferente”35. Por ello, cada momento y cada objeto nuevo que aparece en el camino, es una señal de que el mundo cambia y que los individuos cambian con él. El auge de la ―red de redes‖ no solo ha implicado una evidente revolución en cuanto al manejo de la información, sino que también ha permitido una reconfiguración de la forma como los seres humanos se comunican dentro de una misma y única comunidad. ―Internet es el tejido de nuestras vidas. Si la tecnología de información es el equivalente histórico de lo que supuso la electricidad en la era industrial, en nuestra era podríamos comparar a Internet con la red eléctrica y el motor eléctrico, dada su capacidad para distribuir el poder de la información por todos los ámbitos de la actividad humana.‖ (Castells, 2001, p. 15) Nadie imaginó que Internet, y más concretamente la Web 2.0, se convertirían en un medio de comunicación indispensable, con la capacidad de conectar simultáneamente personas que distan en el tiempo y en el espacio. Ciertamente, este nuevo medio que sirve de puente para establecer contacto con otros individuos en el planeta, se ha venido convirtiendo, cada vez más, en un escenario virtual de interacción social. (Navarro, 1997. P.65) Sin embargo, para fines de este escrito, es preciso hacer dos aclaraciones antes de continuar: primero, no es objetivo de este capítulo, ni de este trabajo de grado, contextualizar al lector acerca de qué es Internet, la web 2.0 o sus inicios. Esto, debido a que se presume un conocimiento anterior de quién, por curiosidad o por interés, se acerca al presente texto para profundizar en temas y situaciones que han surgido a partir de la herramienta, pero que buscan ahondar en el manejo y en las consecuencias de la misma; así como en el devenir social de quienes conviven con Internet directa o indirectamente, en pro de esclarecer ciertos comportamientos, acciones y reacciones que tanto a nivel global, como nacional, permiten comprender los alcances tanto del buen, como del mal manejo de una herramienta en manos de un cuerpo social específico. Segundo, el principal objetivo de este capítulo, es presentar Internet desde una perspectiva común a los fines descritos en el primer capítulo, es decir: democráticos, de derecho y de 35 Eco, Umberto. Para una guerrilla semiológica. En línea: http://www.nombrefalso.com.ar/apunte.php?id=16 Recuperado: 3 de agosto de 2006. 45 equidad. Así, la herramienta tecnológica presente en la vida de quienes la utilizan y de quienes deberían poder utilizarla, se mostrará a continuación como un posible escenario donde es viable generar acciones globales, debatir estrategias, compartir recursos y sincronizar movimientos de creación y participación; que, en conjunto, hacen potencial una resistencia inteligente ante los manejos tradicionales de las tecnologías y los medios de comunicación tradicionales, para conducir a una sociedad libre, con unas tecnologías libres direccionadas hacia un mejor desarrollo de sí mismas y de quienes las utilizan en igualdad y libertad de condiciones. Así, al hacer un acercamiento a uno de los adelantos tecnológicos más grandes que se han presentado en las últimas décadas, es posible ver cómo Internet ha permitido que la antigua arquitectura de distribución de información del tipo de —un emisor de destinatarios: como la TV, la radio, los periódicos o los libros—, donde se presentaba la acción de un trasmisor, y la paciencia de un receptor; se viera complementada por otra arquitectura en la que cada persona puede ejercer como su propio creador, redactor, editor, y publicar a su voluntad; pues ―hoy en día, la tecnología digital le permite a cualquiera hacer y compartir copias de sus propias, o de otras, creaciones‖36. A tal punto, que incluso, con el pasar de los años, es posible ver como los medios tradicionales se han venido adaptando y/o corrigiendo parte de su estructura, para transformarse en espacios más participativos e interactivos semejantes a la red. Con la masificación de Internet, y más aún con el desarrollo y la implementación de la Web 2.0, se creó una estructura que se impone en todos los ámbitos (personal, profesional, empresarial o educativo), empujándolos hacia un punto incierto de convergencia: donde la interacción y la retroalimentación cobran su valor en el crecimiento diario tanto de la red, como de todas aquellas personas que la consultan con uno u otro fin. Asimismo, con la capacidad de auto organización que la red de redes permite, se ha logrado la implementación de todo usuario como motor de un cambio continuo y sostenible. Esto, es lo que ha conseguido (y continuará haciéndolo) imprimir una dinámica distinta a la 36 Stallman, R. (2009), Acabando con la Guerra Contra la Práctica de Compartir, disponible en: http://stallman.org/articles/end-war-on-sharing.es.html, recuperado el: 18 de marzo de 2010. 46 industrial que hasta hace poco se conocía, en otras palabras, ha logrado una nueva dinámica conversacional37. De esta manera, la red basada en la agrupación de megadatos logró juntar las funciones de los tradicionales medios de comunicación junto con la novedad que involucraba la libertad de información. Libertad entendida como algo absoluto, sin mediación de un Estado, un gobierno o el mercado, donde cada usuario era autónomo y responsable de sus propios contenidos y su propio consumo. Internet es una plataforma tecnológica capacitada para resolver, con una eficacia previamente desconocida, los cuatro problemas técnicos básicos que presentan otros medios de comunicación. En primer lugar, el problema de la extensión: el alcance mayor o menor de la comunicación que el medio posibilita. Segundo, el problema de la intensión: el contenido modal más o menos rico y diversificado de la información que el medio en cuestión puede comunicar. En tercer lugar, el problema de la conectividad: la capacidad de conexión más o menos restringida entre los nodos de la red comunicacional vertebrada por ese medio. Y, por último, el problema del tiempo: la dilatación mayor o menor que existe entre la producción originaria de la información y su efectiva comunicación a través de tal medio38. Para poder llevar esto a cabo, desde un principio, la red surgió con dos principios básicos: libertad e igualdad. Desde la misma creación del código y/o ―conjunto de instrucciones, primero escritas como palabras, que dirigen la funcionalidad de las máquinas‖39, que hace posible a diario la red; la idea de mantener la información libre para su constante nutrición y crecimiento, ha sido un pilar tanto de los grandes pensadores detrás de la idea de la Web 2.0, así como de todos sus usuarios, fieles a la creación conjunta y al beneficio mutuo en 37 Navarro, P. (1997). ―Internet como dispositivo de interacción virtual‖ [en línea], disponible en: http://www.netcom.es/pnavarro/Publicaciones/ InternetDispoInteracVirtua.html, recuperado: 22 de agosto de 2007. 38 Vila, N. y Barandiaran, X. (2004), ―COPYLEFT: la creación se promueve... compartiéndola‖ [en línea], disponible en: http://www.sindominio.net/~xabier/textos/copyleft/copyleft.html, recuperado: 5 de abril de 2010. 39 Lawrence,L. (2004), ―Introducción‖, en Richard Stallman, Software libre para una sociedad libre, Madrid, 2004, pp. 11. 47 medio de un mundo de derechos, ya que ―no creemos en reyes, presidentes y votaciones. Creemos en: arduas conciencias y en el código‖40, después de todo. Asimismo, el término libre, como su mismo creador Richard Stallman lo explica, se da en el sentido de que el control del código de la red, sea transparente para todos; donde cualquiera tiene el derecho a tomar decisiones sobre el ―código‖ y modificarlo a su gusto, siempre pensando en el beneficio que generará para sí mismo a través de la ayuda de un todo, de una totalidad de la información en la sociedad. Esto, constituye a grandes rasgos, el popular y aún no bien entendido Software Libre, precursor de la Red 2.0 y gestor de la idea de compartir la información a través de la libertad de todos los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software (Stallman, 1971), en igualdad de condiciones para un mutuo beneficio. Al ser libre, los principios tanto del software libre como de la Web 2.0, permiten que su utilidad se base en cualquier propósito que el sujeto que accede a ella quiera hacer. De igual manera, la información de cómo están compuestas las aplicaciones de la red, cómo funcionan y qué significan, están al alcance de cualquier ser humano, de modo tal, que cualquiera puede estudiar cómo funcionan para adaptarlas a sus necesidades y a las necesidades de todo un conjunto de personas, de toda una sociedad. En otras palabras, la oportunidad de acceder de manera libre y por igual a la información, permite mejorarla para el uso específico de quien lo hace, así como para el uso de todo aquel más que desee consultarla. Desde entonces, a partir del momento en que los individuos han empezado a buscar la manera de cómo la información puede ser democratizada, cumpliendo su derecho y, además, haciéndola equitativa para todos; es posible ver la transformación del usuario de las nuevas tecnologías (consumidor, ciudadano, cliente, votante, lector, participante, 40 ―we reject: kings, presidents and voting. We believe in: rough consensus and running code‖ [traducción del autor], Lessig, L. (1999, 14 de junio), ―Code and Other Laws of Cyberspace”[conferencia], Palo Alto, USA. 41 Creative Commons (2007), Creative Commons, disponible en: http://co.creativecommons.org/quienessomos/, recuperado el: 31 de agosto de 2009. 48 actor…), que ha cambiado su forma de entender e interactuar con su entorno; un entorno que, a su vez, ha cambiado y se ha transformado por la propia acción de aquel mismo usuario, como si se tratara de un sistema homeostático: cerrado, autorregulado y autosuficiente. No obstante, en el espacio real, es decir en la interacción viviente entre individuos, hay que tener en cuenta que como parte de toda una historia social compartida, cada persona es capaz de reconocer la manera en que las leyes regulan, por medio de las constituciones, los estatutos, el gobierno y otros códigos legales. Como se mencionó en el primer capítulo, toda sociedad libre está regulada por leyes, pues una cosa no excluye a la otra. No obstante, no siempre la regulación se crea en beneficio de aquellos que la cumplen a diario; en muchos casos nuevas ideas/leyes son añadidas a conveniencia de ciertos líderes que se benefician de éstas. No obstante, la industria de la copia y la distribución (editoriales, discográficas y cinematográficas) y sus agentes (sociedades de gestión de los derechos de autor) se resisten a perder los privilegios monopolísticos que detentan como intermediarios entre creadores y público. Para ello, tratan de convertir en escaso lo que es potencialmente infinito, a costa de redefinir el marco jurídico y de deformar los mecanismos tecnológico-comunicativos que permiten el libre flujo de la creación. (Vila, N. y Barandiaran, X., 2004 [en línea]) Hoy en día la tecnología digital le permite a cualquiera hacer y compartir copias de una misma creación, con igualdad de calidad. Las compañías dueñas de las tradicionales industrias culturales ahora han venido pretendiendo usar las leyes de la propiedad intelectual, entre otras, para impedir el uso de ese avance tecnológico en todos los individuos. La ley que era aceptable cuando restringía sólo a los editores, es ahora una injusticia y una violación al derecho porque prohíbe la cooperación y el acceso de los ciudadanos a la información. (Stallman, 2004) Si el paradigma del sistema tradicional del derecho de autor es ―Todos los derechos reservados‖, para las licencias CC es ―Algunos derechos reservados‖. Si en el sistema del derecho de autor el principio es que toda utilización de una obra debe tener un permiso expreso del titular de los derechos de autor, para las licencias CC el principio es el de la libertad creativa. Este sistema no está pensado como un enemigo del derecho de autor. 49 Al contrario, se complementa con éste. Estamos conscientes de la importancia del derecho de autor en nuestra cultura.41 La apertura y la transparencia que Internet propone y consolida en los últimos años con mayor fuerza, son y deben seguir siendo los límites entre los cuales se construye un sistema legal novedoso y acorde a los cambios que la tecnología ha suscitado, sin que agreguen normativas a favor de intermediarios que obstaculizan el proceso creativo en detrimento de la construcción colectiva de saberes. ―El impacto del progreso técnico y la transformación de la información en las últimas décadas exige una nueva manera de ver nuestro concepto de libertad y los retos que implica esto para la humanidad en estos días”42, de esto depende el modelo de sociedad, el modelo de conocimiento y los valores individuales que se avecinan, no en vano el dicho establece que no se puede tapar el sol con una mano43. En la actualidad, todo producto impreso, por ejemplo, ha tenido que pasar por el formato digital, ya que es a través de un computador donde se le hace la corrección de estilo, la diagramación y el ensamble de las partes del documento, o ya sea para su mejor y más pronta difusión y venta. Esto, sin entrar en minucias técnicas de cada uno de los productos pilares de las tradicionales industrias culturales, muestra cómo hoy por hoy, es impensable concebir un mundo de la información sin la necesidad y aportes que Internet y el mundo digital, han contribuido a mejorar y esparcir la información como nunca antes se había logrado. Ahora la interacción social y la interacción con la información, han encontrado escenarios más atractivos para desarrollarse, donde las dinámicas de socialización e intercambio han cambiado radicalmente con relación al encuentro físico y/o a través de intermediarios. Desde siempre, el entramado de actores que presionan para regular Internet y el software libre, con el ánimo de defender el obsoleto negocio del copyright ha sido muy complejo. La estrategia seguida por cada una es diferente, mientras algunas intentan impulsar leyes contra la ―piratería‖ para asegurar que el Estado cuide los 41 Creative Commons (2007), Creative Commons, disponible en: http://co.creativecommons.org/quienessomos/, recuperado el: 31 de agosto de 2009. 42 ―The impact of technical progress and the transformation of information in the past decades demand a new way of looking at our concept of freedom and the challenges it poses to humankind in these days‖ [traducción de la autora] Orbicon (1998), ―Freedom of expression and new comunication technologies‖, Canadá, IQ Collectif. 43 Dicho popular en Colombia y en toda Iberoamérica. (Nota de la autora) 50 intereses de las transnacionales (industrias culturales), otras impulsan el concepto de neutralidad tecnológica y pregonan que los Estados no deben inclinarse por ningún modelo de software en particular, obviando que la cuestión del Software Libre no es tecnológica, si no política y moral, en tanto modelo diferente de producción de conocimientos con profundas implicaciones sociales44. Por ello, ante el nuevo panorama, el reto para la generación actual y para las que vendrán, es proteger la libertad e igualdad de información que no sólo por derecho es propia en una sociedad democrática, sino que se ha mantenido y se ha expandido a pesar de los entramados de control que han procurado entretejer el gobierno y el sector privado. La red, el intercambio equitativo de información y el respeto que desde un principio se ha exigido por lo que nos compete como seres humanos, debe ser el motor para impulsar la formulación de políticas nacionales de comunicación, coherentes y duraderas en el marco amplio de los procesos tecnológicos y sociales que a diario se viven, para así lograr reducir los desequilibrios que afectan no sólo a las estructuras de circulación de la información; sino también a la sociedad necesitada de conocimiento para resolver los dilemas que ya no pueden ser resueltos por la tradicional vía: ¿Cómo se puede asegurar la privacidad, cuando los espías están en mi casa?, ¿Cómo se puede garantizar la libertad de pensamiento cuando la corriente al mando pide privatizar mis ideas?, ¿cómo podemos garantizar un criterio propio cuando las formas de control siguen siendo eternamente creadas lejos de nosotros?, ¿Cómo, en otras palabras, podemos construir un mundo libre para gente libre, cuándo me coartan las posibilidades de cambiar para mi propio bien, y el de mis iguales?45 El escenario ya ha sido creado, por lo cual es deber de todos los que en él se encuentran, generar una mayor participación individual que promueva un movimiento social en el cual los cambios en pro de una real y completa democratización de la información sólo se van a poder dar en la medida que las ideas sean compartidas y combinadas. 44 Cárdenas, O. (2009), ―Implicaciones morales el software libre‖, disponible en: http://www.porlacultura.cult.cu/ll/IMPLICACIONES_SOCIALES_DEL_SOFTWARE_LIBRE.pdf, recuprado: 9 de abril de 2010. 45 Hacktivistas (2010), ―Libertad, no miedo‖, disponible en: http://hacktivistas.net/node?page=3, recuperado el: 2 marzo de 2010. 51 Porque la idea central de la ―cultura compartida‖ que propone Internet, junto a la descentralización y la democratización de la información, hacen de ella el escenario perfecto para que la sociedad se organice en grupos donde se combinen las ideas para generar un conocimiento compartido y benéfico para todos, donde la creación de nuevas ideas hará cada vez más difícil al gobierno, a los grande empresarios y a las máquinas tradicionales de la cultura, controlarla y hacer dinero a partir de ella, o en otras palabras, de todos los que la hacen y usan a diario. A medida que la web moldea y pinta aspectos de nuestras vidas, nos dará una nueva forma de pensar, un conjunto de reflejos de cómo debemos organizarnos. Para las generaciones que crecen con las redes sociales, juegos virtuales múltiples, el software libre y los mundos virtuales, los sabios reflejos en la web darán forma al resto de sus vidas: buscarán información por sus propios medios y esperarán oportunidades de participar, colaborar, compartir y trabajar con sus compañeros.46 ii.ii Propiedad intelectual y libertad: CC y CopyLeft, entre otros La idea, y la necesidad de crear un medio de comunicación capaz de albergar a toda una comunidad por igual, no es una idea reciente ni mucho menos única, ya Sean MacBride, por ejemplo, hablaba de esto hace treinta años cuando decía que: Cada vez es más concebible la construcción de un sistema de comunicación mundial que conecte cualquier punto del planeta con cualquier otro. A la inversa, también podemos imaginar una telaraña de redes que integrarían y multiplicarían los centros de información promoviendo los intercambios entre individuos‖ (McBride, 1980. Pag. 47). Asimismo, Internet y la Web 2.0 no son, necesariamente, creaciones producto de ideas actuales y/o novedosas. Al contrario, la necesidad de construir un fondo común de conocimientos e ideas que pudieran favorecer la cohesión y la conciencia social, a la par de 46 ―As the web shapes and colours many more aspects of our lives, it will provide us with a new way of thinking, a set of reflexes for how we should organise ourselves. For the generations growing up with social networking sites, multiplayer computer games, free software and virtual worlds, the reflexes learnt on the web will shape the rest of their lives: they will look for information themselves and expect and welcome opportunities to participate, collaborate, share and work with their peers” [Traducción de la autora] Leadbeater, Ch. (2008), We Think: The power of mass creativity, Londres, Profile Books LTD, pg. 10. 52 contribuir con el crecimiento y el desarrollo integro de las sociedades mezcladas activamente en la vida pública, ha sido la meta no sólo de grandes pensadores a lo largo de la historia, sino también de la gente del común; muchas veces ignorada por los medios de comunicación tradicionales, quienes juntos han dado contra-respuesta a las políticas que en torno a dichos medios se han creado con el pasar de los años en detrimento de los usuarios y las sociedades. El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. […] En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito... 47 De esta manera, desde que la gran idea de encontrar un espacio sin barreras, común a todos y accesible a la hora de crear y/o consumir información se empezó a difundir; también surgió la idea de promover la coexistencia de unos con otros, de sociedades entrelazadas y de naciones genuinamente independientes. Lo cual ha llevado, a su vez, a que desde hace décadas se haga evidente la necesidad de modelos nuevos y diferentes en la comunicación internacional, así como la necesidad de combinar tradicionales y modernas formas de comunicación en la promoción de nuevas metas sociales, políticas o económicas. Pues ―el impacto del progreso tecnológico y la transformación de la vida pública y privada en las últimas décadas, demanda una nueva percepción del concepto libertad de expresión, así como los retos que éste trae a la humanidad en estos días”48. La red de redes ha permitido una real y mayor libertad de expresión, así como ha dado lugar a la constitución y formación de los sujetos en las últimas décadas; también ha contribuido en la conformación de debates colectivos, en la educación y en la generación de nuevos discursos, así como ha sido el lugar donde los usuarios han conseguido crear y 47 Borges, J.L. (1941), ―La Biblioteca de Babel‖, en El jardín de los senderos que se bifurcan, Buenos Aires, Errepar S.A. 48 ―The impact of technical progress and the transformation of private and public life in the past decades demand a new way of looking at our concept of freedom of expression and the challenges it poses to humankind in these days” [Traducción de la autora] Orbicon (1998), Freedom of expression and new comunication technologies, Canadá, IQ Collectif. 53 cumplir un consenso tanto de uso como de opinión, frente a los contenidos que les permiten ver y comprobar a diario como en la absoluta libertad se puede apreciar el buen comportamiento del individuo; donde es notable ver que a diferencia de lo que sociológicamente se creía: entre menos reglas existan, puede haber una mejor convivencia. No obstante, también es cierto que las nuevas dinámicas de la red, el surgimiento de una sociedad global, sin fronteras, ni idioma, ni costumbres, ni políticas; ha llevado a las tradicionales instituciones ha enfrentarse no sólo con sus propios parámetros, sino también con sus propios miedos. El miedo a no contar con ningún estamento, ley o regulación exacta que pueda abarcar los alcances de lo que ya no sólo es un medio, sino que es un movimiento, una sociedad e incluso un estilo de vida. Existe la piratería de material bajo derecho de autor. Y mucha. Esta piratería viene en muchas formas. Lo más significativo es la piratería comercial, la toma no autorizada de contenidos de otras personas dentro de un contexto comercial. A pesar de las muchas justificaciones que se ofrecen en su defensa, esta apropiación está mal. Nadie debe tolerarla, y la ley debería estar deteniéndola49. Hasta hace poco años, por no decir menos, los mercados cada día más interconectados y con mayores flujos de información, mostraban cómo los agentes que lograban obtener alguna ventaja competitiva, luchaban por traducirla en una diferencia sobre la competencia, para generar así mayores ganancias. Entre algunas de esas ventajas competitivas que agentes capitalistas solían establecer en el mercado, por ejemplo, era (y en algunos casos sigue siendo) la posesión de los derechos de propiedad intelectual sobre alguna obra. Lo cual, en otras palabras, lo hacían merecedor de una distinción frente a los demás agentes por razones de exclusividad legal o simple exclusividad monetaria. Situación que ocurría, y aún ocurre, entre muchas multinacionales pertenecientes a las ya mencionadas industrias culturales, tanto en Colombia como en el resto del mundo. Los efectos económicos de los derechos de propiedad intelectual cumplen con la función, de no sólo distinguir a un productor en el mercado, sino, y tal vez 49 ―There is piracy of copyrighted material. Lots of it. This piracy comes in many forms. The most significant is commercial piracy, the unauthorized taking of other people’s content within a commercial context. Despite the many justifications that are offered in its defense, this taking is wrong. No one should condone it, and the law should stop it‖ [Traducción de la autora] Lessing, L. (2004), Free Culture, Penguin Group, Nueva York. Pag. 62. 54 la más característica, permitirle un mayor control sobre los puntos de equilibrio entre oferta y demanda en el mercado. Un agente económico que posee derechos de propiedad intelectual, tendrá una autorización legal para restringir la competencia.50 Este contexto, aunque expone la situación de millones de personas que trabajan directa y/o indirectamente con las industrias culturales y con las obras, también permite ver cómo se ha distanciado la base creativa entre autor-receptor, transformándose cada vez más en una relación de agente-consumidor, donde la obra ha dejado de ser una creación de libre circulación y a pasado a ser una mercancía con un valor estipulado por el mercado y no necesariamente por el autor. Ya los antiguos filósofos hablaban acerca del tema al determinar que ―hay cosas que denigran, que degradan la figura humana y conducen a una versión torpe y baja: una de ellas es la de cobrar un precio por el arte […] muestran la dignidad lastimada del hombre que vende lo más puro de su espíritu‖51. No obstante, y más allá de cobrar un precio por el arte, cuestión que no es el fondo de este escrito, hay que tener en cuenta la relevancia que a diario adquiere tanto la propiedad intelectual, como el derecho de autor en la reproducción, distribución y masificación de las obras, y por tanto de las ideas, en una sociedad donde cada día más la cultura se defiende compartiéndola. Y aunque claro está que ni la amenaza del cambio climático, ni el agotamiento de los recursos naturales o las inquietantes cifras demográficas, la contaminación o las plagas o las diferencias sociales –que siguen ahí– consiguen frenar la fascinación que ejerce el consumo sobre los individuos; también es cierto que ―es necesario reinterpretar las excepciones, las limitaciones y la configuración de los derechos de reproducción, distribución y difusión en los acuerdos y la legislación sobre la Propiedad Intelectual, para acomodarlos a los nuevos desarrollos tecnológicos‖52, no sólo por el bien de la cultura, sino también por el bien de quienes a diario son víctimas de la carencia de políticas sistemáticas entre las funciones de la escuela, la cultura y la comunicación. 50 Uribe Piedahíta, C.A. (2006, enero – mayo), ―La piratería en el derecho de la competencia mercado negro y mercado relevante‖, en International law: revista colombiana de derecho internacional, vol. 7, pp. 70. 51 Loredo Alvarez, A. ―Derecho de autor y copyright: dos caminos que se encuentran‖, disponible en: http://www.cecolda.org.co/images/publicaciones/ed11_5.pdf, recuperado: 8 de abril de 2010. 52 Hacktivistas (2009), ―FCForum: La alianza rebelde‖, disponible en: http://hacktivistas.net/content/fcforumla-alianza-rebelde, recuperado el: 2 abril de 2010. 55 Como se mencionó en el capítulo anterior, el derecho a la información es inherente e intransferible al ser humano; sin embargo, no sólo el derecho a recibir y comunicar información es universal. Como base del derecho de autor también hay que contextualizarse, primero, en aquel acuerdo universal que cobija al creador de cualquier obra originaria, así como al espectador o ―consumidor‖ de ésta: 1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. 2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. (Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948, Artículo 27). Así, queda claro que los derechos de autor, desde su misma naturaleza, vinculan de manera estrecha al autor con su obra, creando una relación tanto ética, como de valores y material, lejos de cualquier malinterpretación y/o desviación meramente económica que se pueda hacer de este vínculo. De igual manera, hay que tener en cuenta que desde su nacimiento, la propiedad intelectual y la tecnología han avanzado juntas, pues desde la imprenta: cada novedad tecnológica ha traído consigo modificaciones legislativas para redefinir los derechos, establecer excepciones o redibujar sus límites. Si la "piratería" significa usar la propiedad creativa de otros sin su permiso— si "si hay valor, hay derecho" es verdad, entonces la historia de la industria de contenidos es una historia de la piratería. Cada sector importante de "los medios tradicionales": el cine, los discos, la radio y la televisión por cable— nacieron de un tipo de piratería. La historia actual es cómo los piratas de última generación se unen a esta generación country club ([Traducción de la autora] Lessing, 2004. Pg. 53) La llegada de Internet y de la Web 2.0 no ha sido la excepción, pues desde su concepción fue claro que éstas ponen en peligro el régimen de la propiedad intelectual al facilitar la copia con calidad superior, y además anular los soportes físicos donde las obras solían sustentarse. La ironía, luego está, en que a pesar de esto, el régimen de la propiedad intelectual se ha visto reforzado en los últimos años. Por un lado, porque se ha ampliado la definición del derecho de reproducción: tradicionalmente, reproducir era fijar una obra en un soporte físicamente tangible; ahora, cualquier reproducción digital (también las copias inestables, temporales y efímeras) queda sujeta al monopolio del autor, hasta el punto de 56 que es imposible leer o escuchar una obra en formato digital, sin «explotarla». Por otro lado, porque, mediante las medidas tecnológicas, el titular puede controlar el acceso y el uso de las obras. Mucho se ha discutido a nivel doctrinal sobre si con la protección de las medidas tecnológicas se está otorgando al autor un nuevo derecho de explotación, llamado «derecho de acceso», o si éste es un derecho que ya formaba parte del monopolio de la propiedad intelectual. (Xalabarder, 2006) Pese a esta situación que lleva al bloqueo digital de las obras (digital lock up53) y al empobrecimiento de la cultura; en el caso específico de Internet, la situación generada desde la gente del común, desde los mismos creadores y desde quienes están dispuestos a consumir respetando el derecho moral y supremo del autor, ha implicado un análisis más profundo a la legislación en torno a las obras. Ya que interactuando a diario con una de las posibilidades democráticas de transformación de la información (el petróleo del siglo XXI), ya no es voluntarioso, sino fundamental llevar la estructura descentralizada de la Red al antiguo, y obsoleto, sistema de gestión de derechos sobre autoría intelectual impuesto ya no por un autor preocupado por sus derechos, sino por la industria del entretenimiento y algunos intereses gubernamentales preocupados por el mercado detrás de las obras. Lo que de valores ideales y materiales haya quedado invertido en el producto de la actividad intelectual debe pertenecer –con ciertas limitaciones– exclusivamente al que emprendió esa labor, y él solo ha de decidir si los demás podrán participar en ello y hasta dónde habrá de extenderse tal participación; a él sólo ha de competir el aprovechamiento económico de su trabajo54. Sin embargo, las modificaciones normativas, mencionadas anteriormente, exponen cómo la propiedad intelectual ha pasado de ser un monopolio de explotación sobre la creación, a ser un monopolio para controlar el uso de la misma. No obstante, el uso de las obras, en otras palabras, el acceso y divulgación de las mismas (no son) no eran, hasta hace unos años, sinónimo de explotación, pues no sólo para los autores y/o creadores, sino también para los juristas e incluso para los consumidores/compradores era claro que la consulta y la divulgación se realizaba en un ámbito privado sin ninguna finalidad económica, mientras 53 Término utilizado numerosas veces por Lawrece Lessing y por los miembros del movimiento Free Culture. [Nota de la autora] 54 Allfeld, P. (1999), Del derecho de autor y del derecho de inventor, Bogotá, Temis. Pg. 7. 57 que la explotación, desde siempre, ha perseguido un beneficio económico y es dirigida al público. But as well as copy-shop piracy, there is another kind of ―taking‖ that is more directly related to the Internet. That taking, too, seems wrong to many, and it is wrong much of the time. Before we paint this taking ―piracy,‖ however, we should understand its nature a bit more. For the harm of this taking is significantly more ambiguous than outright copying, and the law should account for that ambiguity, as it has so often done in the past. (Lessing, 2006. Pg. 67) Y es que en la red no se puede hablar de términos absolutos o de determinismos populares en la legislación y en el comercio. Al contrario, Internet trajo consigo no sólo la idea, sino también la realidad del equilibrio. El punto medio entre quien desea algo y quien ofrece algo, entre quien crea y consume, entre quien protege y entre quien atenta, etc.; estudiar cómo funciona la red, adaptarla a unas necesidades específicas, suprimir contenidos, crear nuevas ideas y contribuir en la retroalimentación de la información que genera un medio infinito y universal, es la propuesta detrás de la red de redes. Así, asegurar la existencia de equilibrio en el acceso y en la divulgación de la información, en libertad e igualdad de condiciones, es la puerta al conocimiento universal sin tener que pedir permiso constantemente; y contrarrestar, así, el control ―excesivo‖ sobre el conocimiento que la ley suele otorgar a los autores y a sus agentes. La posibilidad de tener las obras al alcance de un ―click‖, en el equilibrio entre el interés privado del autor y el común del público, permitió no sólo la consolidación de las bases de Internet; sino también fue el punto inicial de toda la free culture que gestionó la creación del ya mencionado Software Libre y de las licencias copyleft: las cuales han permitido un mayor control de los creadores sobre sus obras y un mejor acceso del resto del mundo a estos bienes intelectuales bajo estándares no restrictivos y de mutuo acuerdo, donde el fin último no es la acumulación de capital, sino la libertad de distribuir y modificar trabajos y obras creativas para el desarrollo intelectual humano. Asimismo, y bajo este esquema, Internet ha sido incubadora de la una nueva cultura del remix en el mundo: ―Such a culture 58 would be, by default, permissive of efforts to improve upon, change, integrate, or otherwise remix the work of copyright holders”55 Este inicio del cambio frente al monopolio de distribución y explotación del conocimiento por parte de las industrias culturales tradicionales, permite a los usuarios tanto de software como de publicaciones, distribuidas bajo licencias copyleft (GNU-GPL, Open Communication License v. 1.0 respectivamente): hacer uso de estas creaciones para cualquier finalidad, copiarlo y modificarlo (para adaptarlo o mejorarlo) y redistribuirlo (tanto en formato original, como en formato modificado), con una única condición: ―que el programa (y sus nuevas versiones) se pongan al alcance del resto de usuarios bajo la misma licencia GPL, es decir, asegurando que los programas generados continúen siendo libres y que nadie utilizará el esfuerzo ajeno en su propio beneficio‖ (Xalabarder, 2006). El copyleft se basa en el derecho de autor y en los principios de propiedad intelectual, sin embargo, a este último, ―le da la vuelta para que cumpla una finalidad contraria a la original: en lugar de ser un medio para privatizar el conocimiento, se convierte en una forma de mantenerlo libre‖56. Es decir, se protege la obra desde el derecho de autor y, desde ahí se ―abre‖ para que cualquiera pueda utilizarla. ―No estamos hablando de una competencia, o de David y Goliat. Estamos hablando de una confrontación entre dos formas de organización social diferentes‖, dice Eben Moglen, coautor de la GPLestamos (otra licencia copyleft); basado en el hecho de como la industria tradicional de reproducción y distribución de información se basaba en productos físicos escasos con elevados costos de producción, mientras que en la actualidad los bienes han dejado de ser escasos y sus costos son mínimos, por no decir inexistentes. Asimismo, y sustentando tanto esta idea como la realidad del mundo en la actualidad, no es posible continuar sin antes mencionar otra alternativa de publicación, distribución y acceso al conocimiento desde hace ya varios años: Creative Commons (CC). Una serie de 55 Lessing, L. (2008), Remix: making art and commerce thrive in the hybrid economy, The Penguin Group, Nueva York. Pag. 14. 56 Ibíd. Pg. 14. 59 alternativas de licencias para quienes deciden hacer de sus creaciones obras de fácil acceso bajo los objetivos del movimiento universal de la cultura libre. Y aunque muchas licencias CC no son copyleft, bien es cierto que su principio puede ser comprendido como igual, ya que: ―Creative Commons es un proyecto internacional que tiene como propósito fortalecer a creadores para que sean quienes definan los términos en que sus obras pueden ser usadas, qué derechos desean entregar y en qué condiciones lo harán‖57. Actualmente, las licencias CC se ofrecen en más de 25 países58, y en todos ellos han sido traducidas y adaptadas (en especial a los códigos jurídicos) a la legislación nacional de cada Estado. Lo cual permite ver cómo en principio, todas las licencias son compatibles entre las diferentes jurisdicciones: pues la misma licencia autoriza a los mismos actos bajo las mismas condiciones. Sin embargo, siempre cabe la posibilidad de que existan pequeñas variantes a causa de las diferentes legislaciones en los diferentes países. El sistema es muy sencillo: el autor que crea una obra y quiere explotarla a través de Internet elige alguna de las licencias CC y, al colgarla en Internet, la identifica con el símbolo CC y le adjunta la licencia. Así, los usuarios podrán identificar fácilmente las condiciones que el autor ha establecido para el uso de la obra. Cuando un usuario decide utilizar una obra bajo una licencia CC, se convierte en licenciatario y se compromete a aceptar y respetar las condiciones de la licencia establecida por el autor. En este sentido, Creative Commons actúa de intermediario: poniendo al alcance de autores y usuarios un sistema de licencias para que se pongan de acuerdo59. De esta manera, las cláusulas de las licencias vienen prefijadas. Por defecto, si no se establece ninguna condición, la licencia autoriza la reproducción, distribución, transformación y comunicación pública de la obra, para cualquier finalidad y para todas las modalidades de explotación, con carácter gratuito y por todo el plazo de protección. A partir del momento mismo en que el autor(a) decide utilizar CC para la publicación y 57 ―Creative Commons Colombia‖ (2006) [en línea], disponible en: http://co.creativecommons.org/quienessomos/, recuperado: 7 junio de 2009. 58 Según información disponible en Creative Commons [en línea] disponible en: http://creativecommons.org/, recuperado: 6 de abril de 2010. 59 Cárdenas, O. (2009), ―Implicaciones morales el software libre‖, disponible en: http://www.porlacultura.cult.cu/ll/IMPLICACIONES_SOCIALES_DEL_SOFTWARE_LIBRE.pdf, recuperado: 9 de abril de 2010. 60 masificación de su creación; adquiere, a su vez, un margen de libertad para reducir el alcance de autorización que da para el usuario de la misma60. Bajo este panorama, tanto del copyleft como de CC, es posible ver algunas de las alternativas que han sido creadas desde la idea de libertad e igualdad para acceder a la información, y por ende al conocimiento, cumpliendo los derechos de todas las personas relacionadas con la cadena de creación-divulgación. Situación que, en estas condiciones, siempre se da en términos de equidad como pilar tanto de las nuevas tecnologías, como de las necesidades actuales de los individuos y las sociedades más allá de los obsoletos o cortos alcances de las medidas tradicionales de aquellas industrias que aún son, pero al mismo tiempo han dejado de ser. Por este motivo, este trabajo de grado busca posibles salidas tanto al cuestionamiento personal de su autora, como de muchas otras personas en el mundo al preguntarse si aún ¿es aceptable la exclusión o la restricción de personas a la información hoy en día?, más aun cuando Internet y el software libre están llamados a ser los nuevos depositarios del conocimiento humano al conformar la biblioteca más grande del mundo: sin hexágonos y sin posibles finitos como planteaba Borges; sino al contrario, en un espacio infinito y sin jerarquías, donde todos encuentran la oportunidad de crecer mientras se protege la integridad de quien construyen saberes. Las alternativas anteriormente planteadas para la publicación y distribución equitativa de la información en Internet y en la Web 2.0, buscan el equilibrio entre la libertad democrática a la información y los derechos de autor, teniendo en cuenta siempre que éstos últimos no pueden, nunca, situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, sin importar incluso lo que el mercado establezca. Por eso, la necesidad de repensar y formular alternativas a la legislación hasta ahora propuesta, debe dejar de amenazar a los nuevos creadores, así como debe dejar de entorpecer la creación cultural de una sociedad cada vez más integrada y unificada gracias a un ―nuevo medio de comunicación‖. 60 Para mayor información sobre el tema ingresar a http://creativecommons.org/ 61 Internet y los sucesivos avances tecnológicos han democratizado extraordinariamente la creación y emisión de información de todo tipo, al no provenir de las industrias culturales tradicionales; sino, por el contrario, de multitud de fuentes que la hacen multidimensional y adecuada para el entramado social que constituye a la sociedad universal en la actualidad. De ahí, tanto los autores/creadores como los usuarios que ya han dejado de ser simples seguidores y se han transformado en partícipes; tienen, hoy más que nunca, el derecho a vivir de su trabajo no sólo con nuevas ideas creativas, sino también con nuevos modelos de negocio y actividades asociadas a estas creaciones grupales y/o universales que no permiten sostener estamentos legislativos de una industria obsoleta que no parece saber adaptarse a este nuevo entorno en el cual se encuentra inmersa. Esta situación, injusta y poco realista, además de vulnerar derechos fundamentales y principios sociales, exige de las industrias culturales tradicionales nuevas alternativas para sobrevivir: más eficaces, creíbles, accesibles y asequibles, que se adecúen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitarlos ineficazmente bajo el propósito, descontinuado, que dicen seguir. ii.iii Acomodándose a los nuevos tiempos, las industrias editoriales La concentración de los medios e industrias culturales, cada vez más en manos de poderosos grupos de comunicación, controlados a su vez por núcleos financieros o conglomerados industriales, se ha convertido en una preocupación de primer orden, ya que afecta tanto a los responsables políticos incluidos a nivel regional, como a los usuarios que se encuentran cada vez más desprotegidos al momento de acceder o de consultar los medios. Esta situación, a su vez, manifiesta una rápida pérdida (quizás de los tres pilares) de lo que alguna vez distinguió a los medios en todo el mundo: la credibilidad, la calidad y la diversidad de sus producciones, tanto culturales como informativas. La espiral de eficiencia empresarial y dura competencia económica entre un número cada vez menor de grandes propietarios corporativos va en menoscabo de la profundidad, la diversidad y la responsabilidad social del contenido de la información pública. Al mismo tiempo las organizaciones mediáticas son más vulnerables al uso de la información y las ideas de historias producidas por gobiernos, organizaciones de intereses y otras fuentes partidistas. [...] Tal vez la consecuencia más irónica del periodismo 62 maximizador de beneficios sea que debilita la confianza de las personas en la información que reciben, así como en los periodistas que la producen.61 Claro está, este proceso ha sido progresivo desde hace varios años: la ausencia de regulaciones y la privatización de las comunicaciones (las estaciones radiales, los canales públicos, las pequeñas editoriales y los periódicos, entre otras), además de la reducción de fondos para la producción local, forjó el escenario ideal para la penetración de los conglomerados globales de entretenimiento y/o grandes multinacionales del entretenimiento, que no sólo adquieren los derechos a los repertorios latinoamericanos, sino que también acaban con un gran número de pequeñas y medianas empresas en todos los sectores regionales. Dow Jones, Hearts, Knight-Ridder o Advance Publications, en EE.UU.; el Grupo Kirch, Mediaset (propiedad del ex-primer ministro italiano Silvio Berlusconi), PRISA, Pearson, Reuters y Reed Elsevier, en Europa; o Televisa, Globo, Clarín y el Grupo Cisneros, en Latinoamérica. Estas compañías controlan una porción muy importante de los medios de comunicación mundiales (televisión -incluyendo la emisión por cable y vía satélite-, la radio, edición de periódicos y revistas, salas y productoras cinematográficas, etc.), todas y cada una de ellas establecen alianzas estratégicas con los mencionados gigantes para satisfacer las pretensiones de estos de penetrar en los mercados regionales62. Sin embargo, y pese a la unión de grandes empresas/industrias del entretenimiento, hay que tener en cuenta que no es fácil, ni a corto ni a mediano plazo, estandarizar o uniformar los imaginarios colectivos: identidades culturales sociales que han sido construidas y afianzadas a través de años de experiencias históricas y grupales intransferibles, por no decir en muchos casos, incomprensibles para personas o grupos ajenos. De acuerdo a esto, la reacción en muchos países ha sido de resistencia, ya sea manteniendo las pequeñas industrias culturales y/o creando nuevas alternativas que permitan la sobrevivencia tanto de la creación personal/nacional, como la participación global/grupal a pesar de los conceptos mundiales que pretenden ser impuestos. 61 W. L. Bennett, (2002), ―La globalización, la desregulación de los mercados de los medios de comunicación y el futuro de la información pública‖, en La ventana global, Taurus, Madrid, p. 260. 62 J. Vidal-Beneyto citado en R. McChesney, ―Economía política de los medios y las industrias de la información en un mundo globalizado‖, (2002), La ventana global, Taurus, Madrid, p. 234. 63 De nuevo, o mejor por primera vez, en Colombia se habla de excepción cultural, de reserva cultural. Gentes de la música, del cine y de las artes escénicas (agrupadas bajo la Coalición Colombiana para la Diversidad Cultural) se sintonizan con una nueva jerga que habla de reservas, de medidas de disconformidad; se renueva el discurso sobre la globalización y la diversidad cultural. Los más conspicuos representantes de la industria de medios se unen al coro solicitando excepción para sus actividades, en fin, el sector cultural está alerta frente a la invasión extranjera63. Aunque se hablará de esta innovación más adelante, antes de poder concebirla, es preciso profundizar en cómo las industrias culturales al empezar a enfrentarse a la era digital y a la entrada del mercado de Internet y la Web 2.0, presentaron dos tendencias fundamentales: primero, la necesidad ferviente de expandirse por todo el mundo, tratando de abrir así nuevos mercados que les permitieran su cobertura y, sobretodo, su presencia en la vida y desarrollo cultural de diversas sociedades para un crecimiento acelerado. Segundo, una apuesta decidida por la concentración interna, es decir, dentro del mismo sector que permitiera la convergencia del resto de sectores alrededor de un único núcleo. Las recientes megafusiones que han dado lugar a que el mercado de la comunicación esté dominado por los gigantes empresariales General Electric, AT&T/Libery Media, AOLTime, Warner, Sony, News Corporation, Viacom, Vivendi y Bertelsmann, los cuales controlarían (el texto data de 2002) los principales estudios cinematográficos y redes de televisión de EE.UU., en torno al 80% del mercado musical mundial, la práctica totalidad de las emisoras de radiotelevisión por satélite y por cable, una parte importante de la televisión terrestre de Europa, un amplio sector de la edición comercial de libros y revistas, etc. (J. Vidal-Beneyto, 2002. Pg. 239) No obstante, la digitalización, la interconexión y la desregulación que ha sufrido la información en el marco global de Internet y la Web 2.0, ha hecho que el tránsito de un entorno básicamente analógico hacia otro completamente digital haya desencadenado una serie de cambios de gran importancia en el seno mismo de lo que solía caracterizar a las industrias culturales hasta hace unas cuantas décadas. Si se observa esta transformación de manera más generalizada, es decir, sin separar las industrias de acuerdo a su producción cultural específica, es posible percibir, como dice el profesor de la Universidad Autónoma 63 Jaramillo H., B. (2004, noviembre), ―El TLC y la Industria Editorial‖, en Revista Pensar el Libro, edición I, 2004, pp. 1. 64 de Barcelona, David Fernández Quijada, cuatro cambios fundamentales en este proceso de transformación y adaptación que aun se está llevando a cabo: 1. La globalización se presenta como fenómeno determinante en la configuración y la dimensión de los espacios de comunicación. 2. La digitalización es hoy en día una condición de base para la convergencia tecnológica, además de ser un fenómeno que determina la naturaleza de la nueva unidad mínima de la información. 3. La convergencia tanto de la comunicación, la tecnología y las telecomunicaciones. 4. La neo regulación, en su calidad de fenómeno determinante en la creación de las nuevas formas a través de las cuales los usuarios y las empresas acceden a los mercados y a la configuración de éstos en el entorno de las industrias culturales actuales. Ahora bien, si estos cuatro grandes puntos de convergencia son mirados a la luz de las industrias culturales en el escenario ya no sólo de Internet, sino más concretamente en el escenario de la web 2.0 y la comunicación P2P (peer to peer); es posible ver, por ejemplo, como la globalización logra aquí desterritorializar la cultura llevándola más allá de una sola, a la unificación de múltiples culturas. Por ejemplo: en el caso de la música y de la industria sonora, ya no podemos ubicarnos en los discos compactos de la mundialmente conocida música techno, o pop, o rock. La relación es ahora llevada a un nuevo nivel, trasportando la música, el baile y el cine universal (entre otros) a los vídeos a la carta (youtube). Aquí, la conexión masiva de usuarios permite la creación de un ―gran almacén universal virtual‖ en el que se encuentra todo el catálogo de productos mediáticos dispuestos para la libre elección del público. Sin intermediarios y sustentado, en su totalidad, en el conocimiento de los usuarios que permiten la constante retroalimentación de la información en forma de productos audiovisuales/sonoros entre los diversos nodos del sistema, donde cada nodo es un usuario que busca ya no con base en una ubicación, sino con base en una descripción del producto que desea del sistema de archivos al sistema de mercados. 65 En cuanto a la digitalización, el reunir toda la información proveniente de cualquier tipo de formato en una única unidad (bit) permite la completa desmaterialización de los contenidos de las industrias culturales tradicionales, afectando con esto todas y cada una de las fases de cualquier producto: desde la producción, pasando por la distribución e incluso hasta la misma recepción. En primer lugar, los usuarios que empezaron haciendo uso de Internet, orientados casi exclusivamente hacia el consumo de los recursos disponibles, se limitaban a seguir los parámetros de consumo unidireccionales impuestos desde la tradicional pirámide comunicativa, donde sólo los pilares permiten o no el consumo. Hoy en día, no sólo la digitalización, sino también los sistemas peer-to-peer permiten que dichos usuarios sean creadores o, mínimo distribuidores de los contenidos que desean consumir: de información. Además, más allá de la digitalización de los formatos de la información, también es prudente ver cómo esta nueva transformación ha permitido un cambio de carácter social pues ―la proximidad geográfica como factor preeminente en la creación de las relaciones sociales ya no es decisiva. La selección de amistades y relaciones se produce ahora en función de afinidades más que por razones de proximidad geográfica‖64, el caso de las nuevas editoriales digitales como: lulú.com, authorsonline.com, storywrite.com, etc., muestra como la cadena editorial está compuesta por personas con diferentes habilidades, pero con afinidades comunes que comparten en el proceso creativo, que además lo hacen, desde diferentes lugares del mundo e incluso desde diferentes tiempos si así lo desean. La ventaja de este proceso es que cada nuevo usuario incrementa el valor del mismo, añadiendo tanto contenidos como capacidades y en general dotando de robustez al sistema en contenidos y en vías de transmisión. A la vez, la pérdida de un usuario apenas tiene relevancia para el funcionamiento del conjunto del sistema por la gran cantidad de recursos existentes. El resultado es que en ellas el usuario encuentra lo que desea de forma fácil, barata e informal65. 64 Fernández Q., D. (2008, 18 de diciembre), ―P2P: nuevo paradigma comunicativo emergente‖ [audioconferencia], Segundo Congreso Galego do Audiovisual, Santiago de Compostela, España. 65 De Vicente, J.L. (2009), ―Los Procomunes Sociales: donde la propiedad intelectual se acaba‖, disponible en: http://elastico.net/archives/2009/03/los_procomunes.html, recuperado: 11 de abril 2010. 66 De igual manera, no sólo en el proceso editorial, sino también en otras producciones culturales la digitalización también ha fomentado la presencia simultánea de la información y/o los contenidos, accesibles inmediatamente, con deslocalización de las fuentes y desmaterialización de los lugares concretos de acceso. La difusión ilimitada a través de la red de redes ha llevado la información a reproducirse infinitamente, modificando cada una de las prácticas sociales relacionadas con los medios de comunicación, transformándolas en nuevas configuraciones intelectuales. La convergencia tanto de la comunicación, como de la tecnología y las telecomunicaciones, muestra como las industrias culturales han tenido que unirse para crear servicios y contenidos integrales permanentemente disponibles, además de tener que ser accesibles desde múltiples puntos de acceso. ―La primera característica de la innovación en el campo de la comunicación es que se sitúa en el punto de intersección de muchas ramas de la actividad humana e industrial‖ (Filchy, 1980. Pg. 31) La convergencia ha permitido que la digitalización vaya más allá, por ejemplo, las nuevas técnicas de tratamiento de la señal digital. Esto, cuestiona directamente las razones que tradicionalmente justificaban la fuerte presencia del Estado en las industrias televisivas: la escasez del espectro electromagnético y u nuevo objetivo en el usuario: el reclamo del espectro como bien público. ―El mayor rendimiento espectral que proporcionan las nuevas técnicas de tratamiento supone la multiplicación de los canales de difusión disponibles, lo que aumenta las posibilidades de los diferentes actores de incursionar en el mercado‖66; como ocurre, claramente, con el paso de la televisión análoga hertziana a la televisión digital terrestre. La nueva realidad a la que lentamente se han adaptado las industrias culturales se basa, aún, en un mayor protagonismo por parte del mercado; en retroceso, respecto al papel del Estado como sujeto económico. La neo regulación a la que se refiere Fernández, empieza con la transformación que sufre el papel del Estado ya que ―el control, estatal sobre espacio y 66 Fernández D., F. (2006), ―Distorsión comunicativa: aproximación a los modos de consumir a través de las industrias culturales en red‖ [tesis doctoral], Doctorado en Comunicación, disponible en: http://www.biblioteca.uma.es/bbldoc/tesisuma/16851444.pdf, recuperado: abril 17 de 2010. 67 tiempo se ve superado cada vez más por los flujos globales de capital, bienes, servicios, tecnología, comunicación y poder‖ (Castells, 2002. Pg. 175) Cada vez más, los servicios de comunicación rompen las fronteras políticas establecidas y cuestionan la validez de las mismas en un espacio sin reglas, creado por y para ellos mismos. Las dos características que mejor describen esta neo regulación son: por un lado, las nuevas dinámicas que el Estado ha venido adoptando en cada país. Por el otro, el ascenso de nuevos actores supranacionales, como las compañías privadas transnacionales mucho más grandes que las tradicionales multinacionales y/o industrias culturales. Algunas de las grandes fusiones de los últimos años han tenido como protagonistas destacados precisamente a empresas proveedoras de servicios o productoras de software. De este modo el autor constata que compañías como Telefónica, AT&T o Microsoft ejercen un amplio dominio sobre la Red y, más allá, sobre amplios sectores de los medios de comunicación67. Lo cual muestra como aunque la red de redes es extraordinariamente prometedora en muchos aspectos, aun no puede por sí sola derribar el poder de los ―gigantes de la comunicación‖. Sin embargo, es evidente la aparición de un nuevo paradigma comunicativo, con un claro desplazamiento de la información desde el centro del esquema comunicativo tradicional, hacia los extremos: que ahora se comunican entre sí evitando el centro (como toda red). Esta descentralización de la información permite una mayor extensión de la información, permitiéndole llegar a más lugares en igualdad de condiciones y en la total libertad que permite acercarse al medio en vez de enfrentarlo solamente como espectador. La información quiere ser libre (free), pero la información también quiere ser cara. La información quiere ser libre porque se ha vuelto muy barata de distribuir, copiar y recombinar -demasiado barata para medirla (too cheap to meter -eslogan propagandístico de la energía nuclear). Y quiere ser cara porque puede poseer un valor incalculable para su receptor (recipient)68. Y aunque es claro que esta tensión no desaparecerá por acción de la red, así como tampoco desaparecerá en los próximos años de acuerdo a los intereses de muchos partícipes; también es claro que la importancia que debe otorgársele a la información en la actualidad debe ser 67 Op. Cit. 4 Brand, S. (1987), The Media Lab: Inventing the Future at MIT, Viking Penguin Press, Nueva York, pg. 202. [Traducción de la autora] 68 68 en torno a su fácil distribución, así como a su buena calidad y a la equidad que las sociedades deben exigir para su recepción, aprovechamiento y goce. Más allá de la adaptación de las industrias culturales al nuevo sistema comunicativo, lo que cabe valorar es el interés en torno a la creación de una nueva arquitectura de la descentralización del conocimiento, que permita, así, mayores oportunidades para la creación y publicación de ideas que en conjunto siempre terminan siendo buenas ideas. Quizás lo más esperanzador de este cambio de las tradicionales industrias culturales al nuevo sistema, es la fase inicial en que todavía se encuentra, pues permite pronosticar un gran desarrollo futuro para el crecimiento ilimitado tanto de productos, como de saberes y vivencias conjuntas que permitan integrar cada vez más a las sociedades y a los individuos productores y consumidores incansables. En los sistemas de estructuración del sentido por medio de la digitalización de los conocimientos, subyace un modelo geo-cultural que podría imponer como criterio de la universalización un modo particular de pensar y de sentir, una forma de ―organizar la memoria colectiva‖69. Que el usuario aporte no sólo conocimiento, sino también experiencia e infraestructura al conjunto de las diferentes aplicaciones y plataformas que conforman la red de redes, así como a las nuevas industrias culturales (modificadas y/o novedosas) que están apareciendo, es algo que hasta hace muy poco jamás se había visto. Este cambio de comportamiento y, sobretodo, de pensamiento permite ver la real democratización de la información en términos de equidad, preservando el derecho universal a la información, traspasando cualquier límite o frontera de propiedad intelectual o tecnológica. En muchos lugares del mundo la propiedad intelectual es desconocida, irrelevante, o imposible de aplicar ahora. Esto es un hecho, una circunstancia social, y no puede evitarse. Pero lo interesante es ver cómo en esos lugares están emergiendo formas de negocio que tienen en cuenta estos hechos. La gente desarolla modelos de negocio en circunstancias en las que no pueden depender de la propiedad intelectual, y se produce mucha innovación en estos sitios70. 69 70 Mattelart, A., (1998), La mundialización de la comunicación, Paidós Ibérica, Barcelona. Pg. 119. Lemos, R. (2007), entrevista virtual para ZEMOS98, C., España. 69 Esta nueva situación mundial no demuestra la irrelevancia de la jurisprudencia o de la legalidad en términos informativos y/o económicos; sino demuestra cómo el dogma en el que la propiedad intelectual es el único incentivo para la creación, o que es el pilar de los derechos, o que protege el conocimiento, tan sólo es eso: un dogma, y no la realidad que viven y desean millones de personas a lo largo y ancho del planeta a través de la red. La resistencia no sólo a los modelos tradicionales sino también a las dinámicas sociales y educativas ha empezado desde cada uno de los usuarios de la web 2.0; el nuevo escenario en el cual la lucha entre dinero vs. derecho se está dando, plantea reglas iguales en términos técnicos, económicos y de conocimiento entre quienes luchan por producir y distribuir la información, que hoy más que nunca es conocimiento y es poder. La democratización que suponen las tecnologías digitales y la rebaja de las barreras de acceso educativas y económicas, parece estar jugando a favor de los usuarios que las han forjado y mantenido frente a los grandes monopolios económicos y gubernamentales, lejos de la mercantilización extrema. No obstante, habrá que ver cómo se acaba conjugando la voluntad de participación ciudadana con la voracidad de las industrias culturales, y cómo cada una define y defiende su espacio de acción. Por ahora, más allá de las adaptaciones empresariales al nuevo cambio tecnológico es interesante continuar indagando las dinámicas que se dan desde la cotidianidad social que vive la inmersión digital en la cultura: ya sea la música Tecnobrega en Brasil, o el NoHollywood en Nigeria, o los Hétores en Colombia. 70 III. ¿Se puede hablar en Colombia de la circulación equitativa, de la democratización o del derecho a la información? ¿Por qué es insensato hacer preguntas? La queja es una forma de la pregunta, y espera una respuesta. Pero la pregunta que no se contesta de inmediato a sí misma, jamás admitirá contestación. Es ínfima la distancia que media entre quien pregunta y quien contesta. No hay distancias que vencer. Por eso es insensato hacer preguntas y esperar respuestas. Franz Kafka, “Preguntar” iii.i La información en Colombia ¿un bien o un derecho? En Colombia se ha configurado desde tiempos ancestrales una costumbre de exclusión que no sólo se expresa en términos estrictamente económicos, sino también se muestra culturalmente en todos los campos de acción de los ciudadanos. Situación que a diario afecta negativamente la construcción de lo público, así como contribuye a que un gran porcentaje de la población nacional no acceda a los beneficios y derechos que les garantizarían un verdadero crecimiento, así como un desarrollo integral. El indicador de Gini presentó caídas importantes en varios países, entre los que se destacan la República Bolivariana de Venezuela (-18%), Argentina (10%), Perú (-9%), Bolivia, Nicaragua, Panamá y Paraguay (-8% en todos ellos). Los únicos países que presentaron incrementos en la concentración 71 del ingreso en este período son Colombia, Guatemala y la República Dominicana71. Por esta situación y por muchas otras clases de exclusión que viven a diario los colombianos, uno de los principales retos de esta sociedad es alcanzar y procurar en todo momento la inclusión, no sólo como partícipes activos del presente que a diario se vive, sino entendida como la construcción de la sociedad desde la diversidad, es decir, desde y con el otro. Y desde esta perspectiva no sólo social, sino como se ha enunciado en el capítulo anterior: tecnológica, la inclusión no implica la entrada de un sujeto a la esfera de comodidad del otro. Por el contrario, se refiere al proceso permanente, infinito y maleable de construir conjuntamente un orden y un entorno social. Esta mirada del concepto exige, por parte de aquellos que lo defienden y demandan, pasar del respeto a la diversidad, a una valoración positiva y dignificante de la diferencia, para así poder procurar un espacio de convivencia para todos. Este reto social ha sido pensado y planteado desde la interpretación que se hizo por medio de la Constitución de 1991 al definir el Estado colombiano como ―social de derecho‖, o en otras palabras, no sólo construido por la leyes sino, y principalmente, por los ciudadanos. Lo cual, encaja a la perfección con la realidad múltiple que se vive dentro de este territorio: pluriétnico, multirracial, económicamente variado, etc. Dicha situación de multiplicidad en Colombia ocurre en todos y cada uno de los aspectos de la vida de sus ciudadanos, no obstante, el objeto de investigación e indagación en este caso se centra, como se ha venido reiterando, en la democratización de la información en Internet y el derecho en equidad a la misma. De acuerdo a eso, a la hora de hablar de derechos y libertades en la red, hay que tener en cuenta cómo desde el momento mismo en que el ciudadano interactúa con la red, empieza a ejercitar los mismos derechos de los que ya es titular fuera del ciberespacio. Así, en la red no existen nuevos derechos, pero sí existen nuevas maneras de ejercerlos, en la medida que las personas han descubierto y se han amoldado a nuevas dinámicas de interacción tanto entre ellos, como con relación al 71 CEPAL, (2009), ―Panorama Social de América Latina 2009‖, disponible en: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/9/37839/PSE2009-Cap-I-pobreza.pdf, recuperado: 4 mayo de 2010. 72 mundo físico que los rodea. Por ello, como menciona el primer principio orientador del artículo segundo de la Ley de la Sociedad de la Información y TIC’s: El Estado y en general todos los agentes del sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones deberán colaborar, dentro del marco de sus obligaciones, para priorizar el acceso y uso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la producción de bienes y servicios, en condiciones no discriminatorias en la conectividad, la educación, los contenidos y la competitividad72. Sin embargo, aunque desde el año pasado la norma establece como prioridad el acceso y el uso de las tecnologías como inicio y desarrollo de la sociedad del conocimiento; garantizar a los ciudadanos la posibilidad de expresar sus opiniones, creencias o convicciones también es fundamental dentro de una democracia. Se debe comprender que este derecho va más allá de la libertad de expresión e incluye la facultad de informar, investigar y recibir libremente información por cualquier medio de comunicación disponible. Así, una visión más de cerca de esta nueva ley, permite ver cómo algunos de sus artículos pese a que han sido creados para las nuevas dinámicas de la tecnología y sus implicaciones sociales, aún se aferran a la organización de los medios tradicionales de comunicación en el país: sectorizados, parcializados, jerárquicos y rentables. A pesar de que las comunicaciones modernas llegan a un número de personas mayor que en cualquier otra época, algunos países no han podido mantenerse al ritmo del crecimiento de las mismas. En términos per capita, las cifras están declinando para los grupos que ya estaban discriminados, y el problema de las desigualdades sociales se complica por la ineficiencia administrativa, la falta de fondos y el hecho de que los líderes políticos no han podido reaccionar a tiempo. (McBride, 1980. Pg. 94) En la actualidad, en el caso colombiano como en el resto del planeta, el tema de los medios de comunicación tiene que ver con el futuro de las democracias. Hoy en día, pareciese que la dictadura mediática quisiese suplantar lo que en décadas pasadas hicieron las dictaduras militares. Las multinacionales mediáticas de la actualidad deciden quien tiene o no la palabra, quien es el protagonista y quien el antagonista; estar en contra de los medios hoy 72 Colombia, Congreso Nacional de la República (2009, julio 30), ―Ley 1341 del 30 de julio de 2009, por medio de la cual se definen principios y conceptos sobre la sociedad de la información y la organización de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –TIC–, se crea la Agencia Nacional de Espectro y se dictan otras disposiciones‖, en Diario Oficial, núm. 47.426, 30 de julio de 2009, Bogotá. 73 en día, como dice el abogado y escritor Valentín Justel Tejedor: ―es estar sin voz ni imagen ante le mundo‖. No obstante, Internet cambia ese panorama a diario, y no sólo eso, sino que permite crear alternativas donde cada persona encuentra un nicho dónde es posible sentirse aceptada, cómoda y escuchada por semejantes, quizás de otras nacionalidades, pero más cercanos y parecidos que muchos de los mismos compatriotas. ―La encuesta, realizada a 27.000 adultos en 26 países para el Servicio Mundial de la BBC, muestra que un 78% de los usuarios de Internet encuestados cree que la Web les ha dado mayor libertad, mientras que nueve de cada 10 afirmaron que era un buen lugar para aprender‖73. La desigual distribución de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y la falta de acceso a la información que tiene una gran parte de la población mundial (fenómenos que suelen denominarse brecha digital74), son de hecho una expresión de nuevas asimetrías en el conjunto ya conocido de diferencias sociales existentes. El sector de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones está compuesto por industrias manufactureras, comerciales y de servicios cuyos productos recogen, procesan, crean, transmiten o muestran datos e información electrónicamente. Para las industrias manufactureras, los productos deben estar diseñados para cumplir la función de tratamiento de la información y la comunicación, incluidas la transmisión y la presentación, y deben utilizar el procesamiento electrónico para detectar, medir y/o registrar fenómenos físicos o para controlar un proceso físico. Para las industrias de servicios, los productos de esta industria deben estar diseñados para permitir la función de tratamiento de la información y la comunicación por medios electrónicos, sin afectar negativamente el medio ambiente75. No obstante, a pesar de la buena voluntad del gobierno, se puede ver cómo en el caso de Internet, la información es vista por un gran porcentaje de la población en términos de bienes (servicio) y no en términos de derecho ciudadano, e incluso de derecho universal. Cuando se procura salvaguardar los derechos de los usuarios de la red como lo establece la 73 ―Internet, un 'derecho humano' para cuatro de cada cinco usuarios‖ (2010), disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/08/navegante/1268039404.html, recuperado: 9 de mayo de 2010. 74 Según Internet World Stats para el año 2009 solamente 186.9 millones de personas en América Latina y el Caribe tienen acceso a Internet. Disponible en: http://www.Internetworldstats.com/stats.htm, recuperado: 11 de mayo de 2010. 75 Ibíd. Artículo 9º. 74 Ley, ―los proveedores y/u operadores directos deberán prestar sus servicios a precios de mercado y utilidad razonable, en los niveles de calidad establecidos en los títulos habilitantes o, en su defecto, dentro de los rangos que certifiquen las entidades competentes e idóneas en la materia y con información clara, transparente, necesaria, veraz y anterior, simultánea y de todas maneras oportuna para que los usuarios tomen sus decisiones‖ (Artículo 2º). Esta situación supone de antemano una libre competencia en el mercado, donde el usuario debe ajustarse a las dinámicas del mismo para poder acceder a la información y/o participar del proceso mediante el consumo de su derecho antes de recibirlo en igualdad y libertad de condiciones. El acceso óptimo a la información y a los medios de comunicación, en tanto: bienes públicos y globales, debe ser participativo, universal, inclusivo y democrático. En el caso colombiano, los obstáculos que hay que superar son de naturaleza económica, educativa, técnica, política, social, de género, étnica y de edad. Entre los avances que Colombia ha realizado para sobrellevar estos inconvenientes se encuentran diferentes proyectos de ley presentados con anterioridad, Sentencias de la Corte Constitucional, Decretos, etc.76 Todos estos intentos se ven condensados en la Ley 1341 de 2009 que tiene como grueso las Tecnologías de la Información y Comunicaciones en el país, donde: En desarrollo de los artículos 20 y 67 de la Constitución Nacional el Estado propiciará a todo colombiano el derecho al acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones básicas, que permitan el ejercicio pleno de los siguientes derechos: La libertad de expresión y de difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, la educación y el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. Adicionalmente el Estado establecerá programas para que la población de los estratos menos favorecidos y la población rural tengan acceso y uso a las plataformas de comunicación, en especial de Internet y contenidos informáticos y de educación integral. (Ley 1341 de 2009, Artículo 2 numeral 7) El hecho de que el gobierno colombiano reconozca la importancia de abrir una puerta no sólo para la sociedad de la información, sino también para las nuevas tecnologías; además 76 Proyecto de Ley Estatutaria 052 de 2008 de Cámara que plateó se reglamentará el derecho a la información, la Sentencia T-609 de 1992 que dejó en claro que el derecho a la información no es absoluto y está sujeto a límites y responsabilidades, la Sentencia T-047 de 1993 donde la Corte Constitucional estableció que se debe separar el derecho a la información del derecho a la opinión, entre otros. 75 de plantear una regulación para el uso, distribución y masificación de las mismas, muestra un avance significativo por parte de Colombia ante un movimiento social actual, que ha transformado la vida de millones de seres humanos, así como ha transformado la concepción de la información y el control de ésta por parte de los Estados a nivel mundial. Asimismo, es aún más interesante que la legislación contemple puntualmente un principio orientador que valide el derecho ciudadano y universal de todo ciudadano a la información en igualdad de condiciones y bajo la libertad que le compete acceder a la misma. No obstante, aunque los adelantos en la materia han sido numerosos (prueba de eso es la consolidación de un Ministerio), es preocupante el hecho de que incluso cuando el acceso empieza a ser contemplado por el gobierno como un derecho que no sólo debe ser enunciado en la Constitución, sino que también deber ser mencionado puntualmente en una Ley designada de lleno al tema, aún se ve sujeto a ciertos condicionamientos que marcan la diferencia entre lo que está escrito y la realidad del país. El Gobierno Nacional reglamentará lo pertinente al cumplimiento de los anteriores fines, teniendo en cuenta las necesidades de la población y el avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones, así como el estado de desarrollo de la Sociedad de la información en el país, para lo cual, se tendrá en cuenta la participación de todos los actores del proceso, en especial a los usuarios. (Ley 1431, Artículo 2 parágrafo) De cerca es claro cómo aunque la Ley menciona el seguimiento y el cumplimiento de todo lo competente a la distribución equitativa de la información en el territorio nacional, también establece que esto sólo ocurrirá según el avance de las tecnologías y el estado de desarrollo de la Sociedad de la información. De acuerdo con esta aclaración, el derecho a la información y su total democratización no sólo en la red sino en los demás medios de comunicación, pasan a ser supuestos que ocurrirán de acuerdo a la progresión de la Ley, es decir, a la unión de todos aquellos factores que deben coincidir para que esta pueda ser cumplida en a cabalidad. Esto supone entonces que todos los programas, planes y proyectos para llevar Internet a todos los rincones del país, pasan inmediatamente a depender de las negociaciones que se hagan con respecto a aquellos que manufacturan y venden la tecnología, a la educación que sustente ―un estado‖ puntual de la Sociedad de la Información, al desarrollo de las tecnologías, al dinero disponible para invertir en éstas, a una cobertura de redes que permitan llevar la red a sectores aislados (rurales) del núcleo 76 nacional, entre otros tantos inconvenientes que obstaculizan la implementación de la Ley en su totalidad. De igual manera, no sólo los condicionamientos progresistas que incluye la Ley dentro de su propia estructura perjudican el cumplimiento de la misma. Teniendo en cuenta que en Colombia existe un marco constitucional apropiado para promover una Ley estatutaria como esta, sus falencias apuntan más a la práctica administrativa que pudiese tener el cumplimiento de la misma, además de la falta de conocimiento y pedagogía en la importancia de este derecho fundamental entre sus ciudadanos, medios de comunicación y funcionarios públicos. Ya lo decía el mismo Rodrigo Uprimny Yepes77: ―Colombia posee un desarrollo y contexto constitucional generoso en materia jurisprudencial de acceso a la información, pero una práctica desordenada y desinformada‖78. Y si adicional a los inconvenientes internos de la Ley, los problemas administrativos de su ejecución, la falta de educación para comprender su importancia y hacer ejercer su cumplimiento, se suman los problemas interpretativos que no sólo toda legislación puede tener, sino que ésta específicamente menciona entre sus artículos: ―Esta ley se interpretará en la forma que mejor garantice el desarrollo de los principios orientadores establecidos en la misma, con énfasis en la promoción y garantía de libre y leal competencia y la protección de los derechos de los usuarios‖79, es inconfundible cómo pese al nombramiento que se da al cumplimiento del derecho universal y constitucional en los principios orientadores 77 Abogado, Doctor en Economía Política de la Universidad de Amiens Picar die, con un DSU (magíster) en ―Sociología Jurídica‖ de la Universidad de Paris II y un DEA (magíster) en ―Socioeconomía del desarrollo‖ de la Universidad de Paris I (IEDES). Actualmente se desempeña como Director del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad y como profesor de Derecho Constitucional, Derechos Humanos y Teoría del Estado en la Universidad Nacional de Bogotá. Es director de la maestría en derecho de esa universidad. Autor de múltiples artículos sobre derechos humanos, derecho constitucional, las tensiones entre derecho y economía, narcotráfico, administración de justicia, ex Magistrado auxiliar Corte Constitucional de Colombia En el Despacho del Magistrado Alejandro Martínez Caballero, del Magistrado Eduardo Montealegre Linett y del Magistrado Humberto Sierra Porto, entre otros. 78 Uprimny Yepes, R. (2010), ―Hacia una ley estatutaria de acceso a la información en Colombia‖ [en línea] disponible en: http://masinformacionmasderechos.net/panel-sobre-acceso-a-la-informacion-y-lucha-contra-lacorrupcion-en-america-latina, recuperado: 20 de mayo de 2010. 79 Colombia, Congreso Nacional de la República (2009, julio 30), ―Artículo 7º de Ley 1341 del 30 de julio de 2009, por medio de la cual se definen principios y conceptos sobre la sociedad de la información y la organización de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –TIC–, se crea la Agencia Nacional de Espectro y se dictan otras disposiciones‖, en Diario Oficial, núm. 47.426, 30 de julio de 2009, Bogotá. 77 anteriores, se enfatiza en la prioridad real que bajo la libre interpretación se ha de dar a la libre y leal competencia, así como a los derechos de los usuarios. Este artículo expone cómo la interpretación de la Ley, y por consiguiente su seguimiento y ejecución, deben darse dentro del marco comercial que ubica tanto a la información como el acceso a la misma dentro de las leyes del mercado: donde el ciudadano se convierte en usuario y entra a jugar bajo las claras reglas de la oferta y la demanda. En este caso, peor aún, auspiciadas y protegidas por la legislación estatal. Pese a que el Estado ha ido encontrando un punto de partida con respecto a las nuevas tecnologías, los medios de comunicación tradicionales y las libertades que como ciudadanos se tiene frente a la difusión y recepción libre y equitativa de la información, como derecho antes que como servicio; aun es preciso que las empresas, el Gobierno y los colectivos de comunicación (medios u productores) fortalezcan una cultura de inclusión que sea más coherente con los propósitos constitucionales y con las necesidades no sólo civiles, sino también universales de todos los individuos que viven en un mundo de la Información sin ser siempre partícipes de la Sociedad que lo disfruta y alimenta. La practicidad jurídica de la Ley no significa que ésta sea totalmente entendida por los ciudadanos, así como tampoco implica que sea correcta y enfocada a los derechos de los individuos. La democratización de la información debe ser una prioridad en la agenda nacional tanto del Gobierno como de los ciudadanos para impedir la violación de un Derecho Universal. Es necesaria la reforma consciente e imparcial de esta Ley, que garantice una verdadera inclusión social que sea coherente con la revolución tecnológica y social que le dio origen; así como un estricto cumplimiento y control de la misma. Además, es necesario promover iniciativas fuertes y contundentes que desarrollen un cambio en la cultura del país, ya que la Ley y todo su ―paquete de políticas y reglamentaciones‖ no son suficientes si se tiene en cuenta que: Dependiendo de la forma como se use, la red y sus implicaciones, podrían volver a la sociedad más jerárquica y burocrática, más tecnocrática y centralizada, incrementando el control de las potencias políticas o financieras y perpetuando las desigualdades internas e internacionales; o por el contrario, podría volver a la sociedad más espontánea y abierta, al igual que más democrática, salvaguardando la 78 diversidad de los medios masivos y de los centros de toma de decisiones. (McBride, 1980. Pg. 58) iii.ii Cómo han asumido las industrias culturales en Colombia este debate Al acercarse a la noción de una libre y leal competencia en el mercado colombiano del las comunicaciones, es inevitable analizar las adaptaciones que la sociedad ha apropiado, y en especial los individuos, ante el panorama dual que presentan las grandes multinacionales del entretenimiento y la nuevas tecnologías, para producir y masificar la información en ausencia de medidas que garanticen la democratización de ésta en equidad y en consecuencia con los derechos que así lo establecen. Las industrias tradicionales de medios de comunicación en el país, así como en tantos otros a escala global80, en la interacción de los eslabones de la cadena de producción y distribución, ejemplifican como la potestad de ciertas ventajas frente a los otros ―competidores‖ hace que los productos pasen a ser bienes ―exclusivos‖, mientras que los demás competidores en el mercado con productos ―no exclusivos‖ tienen que competir con otros mecanismos que se ajusten mejor a una noción de libre competencia. Desde esta perspectiva, el grado de competencia para los productos no exclusivos está dado por las condiciones de similitud entre productos, los gustos de los consumidores, y la publicidad, pero no por las reglas libres y leales que permiten la igualdad en términos de venta y compra de información. La consecuencia de ello, es que tanto la comunicación como el arte y la información pasan de ser bienes públicos a considerarse simples ―mercancías‖ reservadas a aquellos con la capacidad adquisitiva para acceder a ellas, proceso que puede ser equiparado con ―la fragmentación privatizada del espacio urbano que agudiza la compartimentación social e 80 ―un nuevo ranking de respeto por los derechos de propiedad intelectual en 115 países, publicado esta por la Alianza de Derechos de Propiedad, un grupo no gubernamental con sede en Washington D.C., dice que varios países latinoamericanos están entre los campeones mundiales de reproducción ilegal de películas, música, libros, medicamentos y otros productos sujetos a regalías.‖, Casa América (2008), ―Latinoamérica ¿paraíso de la piratería?‖, disponible en: http://www.casamerica.es/opinion-y-analisis-de-prensa/iberoamericageneral/latinoamerica-paraiso-de-la-pirateria, recuperado: 10 de mayo de 2010. 79 impide a la mayoría circular por determinados espacios acotados sólo para privilegiados‖81. Tal y como también menciona Canclini, al revelar la existencia de dos modelos informativos separados: uno para las masas, y otro para una élite: ―la fragmentación de los públicos, fomentada por la diversificación de las ofertas, reduce la expansión de los bienes simbólicos. De hecho, lo que se produce es una segmentación desigual de los consumos‖82. Con base en lo anterior es comprensible que ―la existencia de mercados negros no es una anomalía, ya que éstos se presentan para satisfacer demandas y producir rendimientos”83, de acuerdo a que los efectos económicos de las divisiones del mercado cumplen con la función de distorsionar la competencia equitativa y directa entre productores, lo que a su vez lleva a un control sesgado sobre los puntos de equilibrio entre oferta y demanda. No obstante, la condición de estabilidad o inestabilidad de los mercados negros, como cualquier otro mercado, depende del libre juego de la oferta y la demanda. Con esto se afirma cómo los mercados piratas pueden ser tan estables como cualquier otro mercado; por lo cual, si el Estado no interviene controlándolos y limitándolos, éstos podrían permitir que la oferta y la demanda fluctúen, produciendo los efectos tradicionales sobre la producción y sobre los precios. Así, si los precios son altos, se motivará la entrada de nuevos productores de bienes piratas; o por otro lado, si los precios están muy bajos, se desalentará la entrada de nuevos competidores y se producirá la salida de los más ineficientes o de aquellos que esperan más ganancias para sus inversores. Sin embargo, tanto en el caso colombiano, como en todos los demás mercados, conviene precisar qué uso se le viene dando al concepto de piratería y, más importante aún, si éste se presenta tanto en los medios tradicionales, como en la red. No se trata, por supuesto, de remitirse al contexto marítimo de guerras y sangre, banderas y calaveras, en que nació el 81 Fernández D., F. (2006), ―Distorsión comunicativa: aproximación a los modos de consumir a través de las industrias culturales en red‖ [tesis doctoral], Doctorado en Comunicación, disponible en: http://www.biblioteca.uma.es/bbldoc/tesisuma/16851444.pdf, recuperado: abril 17 de 2010. 82 Canclini García, N. (198), Culturas híbridas estrategias para entrar y salir de la modernidad, Grijalbo, México. PP. 335 83 Rodríguez Moreno, S. (2004), La era digital y las limitaciones o excepciones al derecho de autor, Bogotá, Universidad Externado de Colombia. 80 término, pero sí a una identificación de los usos que se da hoy en día a este mercado fuera de los estándares de los grandes conglomerados culturales. La piratería es sencillamente la reproducción de una obra sin la autorización de sus legítimos dueños, autores y editores o productores, y sin reconocerles el derecho a la compensación monetaria o de otra índole a la que tienen derecho84. No obstante, la piratería es el término común con el que se conoce la violación del derecho patrimonial del autor y de los derechos conexos, que consiste en: la reproducción, transporte, almacenamiento, oferta, venta, conservación, distribución, suministro, representación, exhibición pública, alquiler, comercialización, fijación, disposición, retransmisión o recepción, de obras o prestaciones protegidas, sin la previa autorización expresa del titular de los derechos.85 Para entender claramente cuándo hay piratería, se necesitan tres elementos: 1. La ausencia de autorización del titular de derechos; 2. La reproducción o la explotación de la obra o prestación, con independencia del soporte utilizado; y 3. La distribución al público del material reproducido. Como suelen argumentar las grandes industrias culturales, la piratería, en sus varias manifestaciones, tiene funestas consecuencias para toda la cadena que gira en torno a una producción cultural. Se perjudican los autores, al no recibir lo que deberían porque se piratean sus obras; se perjudican los editores y productores, al dificultárseles recuperar la inversión efectuada en las obras pirateadas, ya que ―contrario al pirata: paga derechos de autor, paga salarios, crea empresa, auspicia la aparición de nuevos autores‖86, etc. Sin embargo, como se vio en el primer capítulo, si se parte de la universalidad de las ideas, y por lo tanto, éstas como bienes de consumo masificado y sin rivalidades; el 84 Arboleda Palacio, G. (2005), La piratería en Colombia: una mirada exploratoria al mercado ilegal, disponible en: http://www.cerlalc.org/Revista_Pirateria/pdf/n_art09.pdf, recuperado: 3 de mayo de 2010. 85 Colombia, Convenio Antipiratería en Colombia (2008, mayo – noviembre), ―Boletín Informativo: resumen de prensa‖. 86 CERLALC, (2008), Cartilla práctica sobre piratería, disponible en: http://www.convenioantipirateria.org.co/images/documentos/cartilla_pirateria.pdf?9b15bcf685486ac94a84e0 630f453894=c6b0cb10fe73818ce857bbd1bfb9abdb, recuperado: 15 de mayo de 2010. 81 aprovechamiento que alguien pueda extraer de ellas no disminuye en lo más mínimo por el hecho de no poseerlas (en el sentido de propiedad absoluta y exclusiva), lo que gracias a Internet se facilita al eliminar los intermediarios entre el creador (de la idea) y quien la usa en un momento preciso. Es posible que el aspecto más decisivo de esta interdependencia de la comunicación y el aprendizaje sea el hecho de que el proceso de aprendizaje debe volverse una experiencia de comunicación, de relaciones humanas, de dar y tomar, en lugar de una trasmisión del conocimiento en un solo sentido. Este proceso debe convertirse en un instrumento para la destrucción de las barreras que separan a los individuos, las clases, los grupos y las naciones […] ya que la importancia esencial de cada uno es un intercambio, una forma de interacción social que opera por medio de la información. (McBride, 1980. Pp. 55) En la red, el impacto que adquiere la regulación mediante las leyes a la creación intelectual, no se mide mediante la reproducción, explotación ni por la ausencia de los derechos de creación. En este sentido, el profesor Lawrence Lessing, insiste en una tesis que desarrolló ampliamente en su libro ―El Código‖, según la cuál, frente a los discursos apocalípticos que consideran que en Internet la propiedad intelectual sufre una mayor amenaza jamás vista antes, al ser la cultura más vulnerable a la ―piratería‖; plantea cómo ―Internet está a punto de conceder a los propietarios de derechos de autor el mayor regalo de protección que jamás hayan conocido‖, pues las nuevas tecnologías eliminan la necesidad de la ley para proteger la obra, y ceden este control a la máquina, que en su mismo código se encarga de proteger la obra: En Internet [...] no hay trabas a las reglas tontas, porque [...] las reglas son cumplidas, no por seres humanos, sino por máquinas: [...] Y el problema con las regulaciones implementadas con código es que, a diferencia de la ley, el código no tiene vergüenza. (Lessing, 2004. Pg. 61) Internet muestra como la creencia de que el dogma de la propiedad intelectual es el único incentivo para la creación es errónea, ya que los espacios comunes/sociales creados en la red son especialmente importantes para las periferias como maneras de apropiarse de las tecnologías para producir cultura. Lo que yo veo es que finalmente, la mirada del editor/productor se centra en una mirada del ―mercado‖ de las obras protegidas, cuando precisamente la tecnología que estamos experimentando ha ampliado el alcance de las normas de derecho de autor fuera de ese mercado y la extiende a toda relación social 82 en la que figuren obras protegidas convirtiéndonos a todos en ―autores‖ y ―usuarios‖ pues todos somos creadores activos de obras protegidas: TODOS, no sólo quienes esperan vivir de la remuneración económica que pueda dar su labor creativa87. Por ello, la pregunta crucial en un país como Colombia, gira en torno a ¿cómo se aprovecha desde la cotidianidad, desde los usuarios, el público, la industria, el gobierno este intercambio equitativo de cultura e información?, pues para nadie es un secreto que la necesidad que tiene toda la comunidad nacional de acceder al conocimiento justifica la limitación de algunos derechos patrimoniales del titular de los derechos de autor. Internet, permite superar esta política conciliadora entre los derechos exclusivos y el interés público, permitiendo que la colectividad pueda utilizar libremente la información para cualquier fin. Es menester, tanto del gobierno nacional, como de la sociedad, capacitarse y comprender los alcances que tienen las limitaciones y los accesos a la red, en términos legales, económicos y culturales. Con el ánimo de equilibrar la educación en torno a los derechos que han de ser primordiales, así como en torno a los alcances que debe tener hoy por hoy la sociedad sobre sus propias creaciones. Mientras las grandes industrias del entretenimiento se aferran a esquemas de producción y distribución de la información sectorizada, en algunas zonas menos desarrolladas del mundo (como en Colombia) la piratería está dejando de ser cada vez más un problema. A pesar de que la tasa mundial de piratería creció en tres puntos de 35 % a 38%, en América Latina el índice de piratería pasó del 66% al 65% en el último año. Los países con el mayor índice de piratería fueron Venezuela (87%), Paraguay (82%) y Nicaragua (80%). Los países con menos piratería fueron Colombia (58%), Brasil (59%) y Costa Rica (61%)88. Una cultura está surgiendo en países dónde las producciones culturales, antes de la red, estaban por debajo de los porcentajes mínimos en comparación con los grandes magnates del entretenimiento. ―Resistencia: Hip Hop, es una propuesta cien por ciento colombiana, 87 Botero, C. (2010, 2 de mayo), entrevista virtual con Carolina Botero, Bogotá. CECOLDA, (2008), ―Baja el índice de piratería en Colombia al 58%‖, disponible en: http://www.cecolda.org.co/index.php?option=com_content&task=view&id=468&Itemid=2, recuperado: 15 de mayo de 2010. 88 83 de jóvenes en zonas marginales del país que han decidido contar la realidad de su país y sus entornos a través de la música y la edición de videos caseros en la web, tras el documental del mismo nombre hecho por un norteamericano hace ocho años en el país‖89. La lógica de los productos de las industrias culturales está regida por el número de ejemplares vendidos y las posibilidades de que uno de ellos se convierta en un bestseller; por el contrario, para los productores/consumidores de cultura en la red, el motor principal es el orgullo de lo que se crea, sumado a la calidad y la incidencia intelectual y social de la obra en libre circulación. Además, el magnate de la cultura percibe el producto como una mercancía, mientras que los creadores en la red lo ven como un vehículo de cultura, conocimiento, constitución de subjetividad, generador de opinión y decisión, entretenimiento y, sobre todo, espacio de retroalimentación. Se puede decir que el nivel de ingresos de las familias colombianas influye directamente en la violación de los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI), pues éstos son más fuertes en países en los que el ingreso per cápita es mayor. La razón que explica esto es que: ―el fundamento económico de los DPI es utilitarista, pues supone que ellos surgen en tanto que incentivan el crecimiento y, con ello, el desarrollo económico. Así, un país en el que protegen los DPI tiene altos niveles de ingresos‖90. Y aunque no es la única causa de comercialización ilegal de productos, si ejemplifica la desigualdad social reflejada en la desigualdad cultural y de conocimiento, en un continuo ciclo en búsqueda de un equilibrio de derechos que contribuya a una salida benéfica para las partes de esta problemática ancestral que pareciese haber encontrado respuesta en la red, antes que en la sociedad y los gobiernos. iii.iii Democratización de la información en Colombia en la última década 89 The New York Times, (2010), Resistencia: Hip Hop in Colombia, disponible en: http://movies.nytimes.com/movie/291181/Resistencia-Hip-Hop-in-Colombia/overview, recuperado: 17 de mayo de 2010. [traducción de la autora] 90 CERLALC (2008), ―El boletín No. 6, Percepción sobre el clima empresarial editorial en el 2007 y tendencias a corto plazo‖. Pg. 723. 84 Si se comprende la comunicación como un proceso complejo de construcción colectiva de sentidos, donde cada individuo es partícipe de generar contenidos que permiten la construcción de una sociedad, se estará superando la comprensión generalizada de comunicación entendida como un proceso simple y técnico de entrega y recepción de mensajes. La experiencia, tanto como la academia, han mostrado cómo no basta con entregar datos a los receptores, si éstos no tienen sentido en la vida de quienes los reciben. Esta comprensión de la comunicación permite, a su vez, remitirse al concepto de comunidades de sentido o, en otras palabras, grupos de personas que comparten ciertas percepciones del mundo y sus posibilidades de actuación y transformación en él. En una sociedad fortalecida no solamente a nivel comunicativo, sino sobretodo a nivel de derechos, existen muchas y muy diversas comunidades de sentido, que se vigorizan internamente gracias a la información que les permite consolidarse, interrelacionarse y diferenciarse para también comunicarse con fuerza con otras comunidades en diferentes puntos del mundo. ―Dado que la comunicación es vacía, su contexto es la información‖91, por ello, la democratización de la información, como dimensión de la inclusión, permite el acceso de diversas voces y actores al escenario de lo público, la creación y el uso de múltiples sistemas de interpretación de las realidades, la construcción del bien común, el estímulo a la aparición de múltiples puntos de vista contrastantes, además de la expresión poderosa de las minorías. A lo largo de este trabajo de grado, la investigación ha permitido descubrir que aunque en un principio se pensó el acceso a la información a través de Internet como el eje central que equilibraría no sólo el cumplimiento del derecho universal a la información, sino también la distribución y la masificación de la información de manera equitativa y por lo tanto democrática; al mirar un poco más de cerca, el acceso es tan sólo una de las múltiples barreras que han de ser superadas antes de poder hablar de una verdadera democratización de la información en Colombia. 91 Moreno, P.M. (2010, 9 de febrero), ―Oportunidades, desafíos y respuestas‖, [conferencia], Seminario Internacional ―El sector cultural hoy‖, Cartagena de Indias. 85 Desde la censura, hasta la imposibilidad de acceder a la información: ya sea por costos de las tecnologías que la trasmiten, por desconocimiento acerca de cómo operan dichas tecnologías y/o por falta de educación acerca de la importancia de estar informado, tal y como lo decía el informe McBride hace tres décadas: ―El hecho de que se nieguen ahora a centenares de millones de hombres y mujeres las herramientas básicas de la comunicación invalida el derecho a informar o ser informado‖, son algunas de las formas de violentar el derecho a la información diariamente en nuestro país. El coste del acceso a Internet en un país pobre, en relación con los salarios que se cobran en él, es 150 veces más caro que un servicio similar en un país rico. Y esta brecha se manifiesta igualmente en el interior de cada país. Las tecnologías de la información y la comunicación son a menudo inexistentes en áreas pobres o rurales de los países en vías de desarrollo92. La ciudadanía no puede permitir de ninguna manera que sigan los intentos de vulnerar y/o ignorar sus derechos fundamentales y constitucionales, sin la debida acción efectiva que procure una protección real de los derechos en igualdad de condiciones. Para ello, la sociedad necesita una red abierta y libre, no en términos de igualdad en los prestadores del servicio de Internet en el país, sino en términos de igualdad y libertad al acceso a la red para los ciudadanos sin costo alguno. En Colombia, 1.111 municipios18 cuentan con al menos una conexión de acceso dedicado a Internet, lo que representa una cobertura del 99,1%. Sobre esta base, se observa también que a Septiembre de 2009 445 municipios cuentan con al menos un suscriptor dedicado fijo en el segmento residencial, lo que evidencia la presencia de ofertas comerciales de acceso a Internet dedicado fijo residencial en el 40% de los municipios del país93. Facilitar la conexión a la red es un paso hacia la dirección correcta, sin embargo, los preparativos para hacerlo de manera gratuita en cada rincón del territorio nacional, también deberían estar siendo prioridad en este momento. La información ya no es un servicio en el mundo, ahora más que nunca Internet la ha consolidado como un derecho, por lo cual es 92 UNCTAD, (2008, 10 de mayo), ―ICT Diffusion Index 2008”, en The Digital Divide Report, año III, 2008, disponible en: http://www.unctad.org/Templates/webflyer.asp?docid=6994&intItemID=2068&lan g=1&mode=downloads, recuperado: 30 abril de 2010 93 Comisión de Regulación de Comunicaciones (2009), ―Informe Trimestral de conectividad‖, disponible en:http://www.crcom.gov.co/images/stories/crtdocuments/BibliotecaVirtual/InformeInternet/Informe_Internet _Septiembre_2009.pdf, recuperado: 5 de mayo de 2010. 86 insano continuar pensando en ella bajo los parámetros de la relación productor-consumidor, más aún cuando los adelantos a nivel mundial ya no son sólo a nivel tecnológico, sino también a nivel social: ―A partir de julio de 2010, todos los ciudadanos finlandeses tendrán derecho a una conexión a Internet de, como mínimo, 1 Mb/s. La medida, anunciada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones del país, es un paso intermedio para lograr que, en 2015, dicha cifra aumente hasta los 100 Mb/s. Con esta iniciativa, Finlandia se convertiría en el primer país en tomar esta medida‖94, demostrando cómo la información debe y puede ser brindada a todo individuo equitativamente tanto desde la tecnología como desde el Estado, cuando éste reconoce y valora el paradigma que la red es a nivel comunicativo, social, cultural, político y económico. La censura, como se vio en el primer capítulo, se presenta a diario a través de la impunidad, la intimidación, la compra, la violencia y/o la ignorancia: El analfabetismo es el segundo obstáculo para la comunicación […] La mayor parte de nosotros pensamos en el desperdicio en términos físicos, tales como el desperdicio de recursos, energéticos o de dinero. Pero otra clase de desperdicio tiene un efecto más grave aún sobre el conjunto de los problemas mundiales: el desperdicio de la potencialidad del aprendizaje humano. (McBride, 1980. Pp. 72) De ahí, que la iniciativa de llevar tecnología a todas las poblaciones colombianas será un acto más positivo siempre y cuando este proceso lleve consigo un programa educativo sólido y acorde no sólo a las necesidades tecnológicas, sino también a todas las demás dimensiones del conocimiento humano. Para así, desarrollar un conjunto efectivo entre tecnología, información y capacidad de comprensión y análisis frente a éstos, que pueda inculcar en los individuos el respeto y la comprensión de lo que los rodea, así como de sí mismos y de sus derechos. El sector educativo ha sido el principal beneficiado por la estrategia de masificación de la conectividad del Programa Compartel. Durante 2009 se conectaron 8.818 escuelas, alcanzando 21.814 sedes con una matrícula beneficiada de 6.060.597, equivalente al 70% de la matrícula oficial y al 51% 94 EL MUNDO (2009) ―Finlandia hace del acceso a Internet de banda ancha un derecho fundamental‖, disponible en: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/10/14/navegante/1255539592.html, recuperado: 12 de mayo de 2010. 87 de las sedes. De igual manera se espera que al finalizar el primer semestre de 2010 se brinde conectividad a más de 2.000 instituciones educativas adicionales95. El conocimiento que los individuos desarrollan en la vida hace parte del ciclo creado por la información, pues en ausencia de ésta es imposible pensarlo, pero bajo la correcta dosis de información, el conocimiento es el resultado obtenido que garantiza el verdadero desarrollo humano, pues posibilita y en algunos casos facilita, los demás aspectos de la vida. En zonas como Chocó, Sucre y Cesar el índice de analfabetismo es superior al 16 por ciento, más de lo que tenía el país hace 20 años. El índice de hace dos décadas llegaba al 13,5 por ciento. La falta de recursos económicos, de cupos escolares y de interés de las familias en enviar a los niños al colegio, así como la lejanía de las escuelas y los primeros brotes de violencia hicieron que los menores no pisaran ni por equivocación un aula96. Por ello, la ciudadanía debe poder disfrutar libremente de los derechos exclusivos de los bienes públicos que se pagan a diario con su dinero. El dinero público debe reflejarse tanto en el cubrimiento de las necesidades básicas de la población, como en el cubrimiento de las necesidades cognitivas y sociales que posibiliten la igualdad entre los sujetos no sólo en el territorio nacional, sino también con respecto a los demás países del mundo, pues así y sólo así es posible concebir una democratización de la información tal y como la propone la red desde sus inicios: a escala mundial. Esta ciber-rebelión ha sido, es y será popular a diario, si miles y miles de ciudadanos y ciudadanas se unen a esta batalla, y por primera vez, no necesitan unirse a ninguna estructura superior que los aglutine. Bajo ninguna entidad más o menos vertical y con unas órdenes o dogmas impuestos. Y menos cuando esas entidades en público dicen defendernos y a nuestra espalda votan o legislan contra nuestros derechos e intereses97. El liberar la información tanto de las trabas comerciales, como de las multinacionales del entretenimiento, del espectro legal, de la tecnología de un ―vía de trasmisión‖, como de los 95 Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (2010), ―Un millón más de colombianos se suscribieron a Internet en 2009 con un crecimiento anual del 46 por ciento‖, disponible en: http://www.mintic.gov.co/mincom/faces/index.jsp?id=13859, recuperado: 14 de mayo de 2010. 96 Colombia Aprende (2009), ―Gobierno lanza programas para contrarrestar analfabetismo, que es del 7,6 por ciento en el país‖, disponible en: http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/article-73557.html, recuperado: 24 de abril de 2010. 97 Hacktivistas (2009), ―¿Concentración ciudadana o acto electoral?‖, disponible en: http://hacktivistas.net/node?page=4, recuperado: 25 marzo de 2010. 88 intereses que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre, no necesariamente es una novedad creada por Internet. Aunque la red haya renovado la cultura libre y la haya puesto en boca de todo el planeta, hay que tener en cuenta que esta revolución tan sólo es un nuevo aire a lo que ya nuestra sociedad colombiana conoce desde tiempos remotos como tradición: el paso de la oralidad a una nueva tecnología, no imposibilita el paso de una tradición a otra. ―Las redes y la cultura digital nos permiten poder acceder a ser productores de cultura también. Ni las licencias libres, ni el software libre son pioneros en esto, pues venimos de una cultura de tradición oral, de trasmisión del conocimiento que se ha ido reproduciendo de generación en generación, con el tiempo‖98. Esta mirada a la red, a la cultura libre y a la omnipresencia tanto del sujeto como de la información en el mundo, ubica el debate en torno a la democratización de la información y el cumplimiento del derecho a la misma en un escenario perpetuo que antes de encontrar una salida a su verdadero cumplimiento, parece verterse por las ramificaciones burocráticas que lo traspasan de una década a la otra sin mayores trascendencias hacia la equidad de los sujetos respecto a sus propios recursos. Pues, El impacto más grave sobre la democracia se ve al comprender dicha fractura no sólo en función de la capacidad adquisitiva para comprar artilugios informáticos, sino también como división social por competencias y conocimientos culturales, por la relevancia y calidad de la información a la que se puede acceder mediante dicha conexión, por la capacidad de construir sus propios desarrollos culturales o por la condena a ser expoliados también de la materia prima cultural99. Por otro lado, en cuanto al cumplimiento de otros derechos dentro del uso libre de la información en la red, es pertinente proponer una verdadera reforma a los derechos de propiedad del conocimiento para hacer de éste algo perteneciente a la sociedad que lo usa; promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades intermediarias, es la 98 Casadella, G. (2010, 18 de marzo), ―Somos plurales‖, [videoconferencia], en:http://festival.zemos98.org/Somos-plurales. 99 E. Bustamante, (2006), "Conclusiones: Un nuevo sistema de comunicación y cultura en gestación", en E. Bustamante, (coord.), Hacia un nuevo sistema mundial de información, pp. 348. 89 manera correcta de volver a la trasmisión directa del conocimiento, ya no sólo a escala nacional entre individuos que comparten las misma tradición, sino a escala global, entre sujetos que construyen una cultura a partir de la multiplicidad y la inclusión. Al velar por la democratización de la información en el país: las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. Cualquier legislación debe apuntar sin lugar a dudas a la pedagogía, conocimiento y veeduría al cumplimiento administrativo y jurisprudencial de la misma, además de la completa comprensión por parte de los involucrados en ella para una aplicación dignificante entre la sociedad. Más allá del uso de tecnologías y de la normatividad en torno a éstas, la democratización de la información en Colombia ha de estar plasmada en planes, proyectos, programas y presupuesto real y coherente, que cuenten con la voluntad política necesaria que permita realizarlos. Así, se empezarán a superar las cinco categorías de: censura, accesibilidad, costos, desconocimiento y analfabetismo, permitiendo con ello una democratización de la información en Colombia, según el cumplimiento en equidad de los derechos universales y fundamentales de los ciudadanos. 90 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES La realización de lo imperfetco es el deber que nos fue impuesto. Lo perfecto ya está hecho Franz Kafka “Poco que hacer” La instantaneidad, la simultaneidad y la desjerarquización que caracterizan a la información, y por lo tanto a la comunicación, hoy en día gracias a las nuevas tecnologías, haciéndola omnipresente e incontenible en todo el mundo, hacen de ella algo más asequible y accesible para las personas, más allá de su dimensión comunicativa. No obstante, el poder de informar y de ser informado es una de las claves de las sociedades en la actualidad. Su importancia es tan grande, que la creciente concentración del poder de informar puede desembocar en nuevas formas de control en las que ya no habría ningún tipo de democracia, e incluso no podría haber separación de los poderes y garantías de una sociedad. Las industrias culturales tradicionales, las empresas de telecomunicaciones y los centros de poder, en su afán por seguir sacando provecho del control de los contenidos y de la escasez que aún, irónicamente, supone el incumplimiento del derecho a la información, de la no circulación equitativa de la misma, y por consiguiente de la falta de democratización de la información, buscan por todos los medios posibles mantener vivo el monopolio que durante décadas han tenido sobre las producciones culturales de la sociedad; incluso, hoy en día, cuando se enfrentan a la democratización de las ideas ya no sólo a través de los individuos, sino también de las tecnologías que por vez primera no se encuentran bajo su brazo de manipulación y alcance. En la actualidad, de acuerdo al desarrollo del mercado y de las tradicionales industrias culturales, se puede comprobar cómo la base creativa entre autor-receptor se ha venido trasformando en una relación de carácter agente-consumidor, donde la 91 obra ha dejado de ser una creación de libre circulación que propende a la difusión de las ideas, para pasar a ser una mercancía con un valor estipulado por el mercado y no por el autor o el consumidor. Sólo al impedir que los medios informativos se limiten a estrechos intereses sectarios de carácter político, económico, de mercado o social que los convierten en nuevos instrumentos de poder, se estará garantizando el desarrollo individual y social en igualdad de condiciones y en la libertad que las nuevas tecnologías demandan para todos los procesos comunicativos, y por consiguiente, sociales en la actualidad. Cuando se levanten las restricciones para que la información pueda llegar a cada ser humano, en cada rincón del territorio nacional, en condiciones propias a las capacidades de cada individuo, y bajo el conocimiento real que involucra interrelacionarse con la misma, además de la seguridad que debe ser garantizada para informar y ser informado, se podrá hablar de una democratización de la información no sólo en el territorio nacional, sino en todo el mundo. Internet es democrática desde sus propios inicios al constituirse como una forma de organización de un grupo de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, permitiendo y haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los individuos del grupo que deriva, a su vez, en el mutuo beneficio. Más allá de la adaptación de las industrias culturales al nuevo sistema comunicativo, lo que cabe valorar es el interés en torno a la creación de una nueva arquitectura de la descentralización del conocimiento que permita así, mayores oportunidades para la creación y publicación de ideas. Quizás lo más esperanzador de este cambio de las tradicionales industrias culturales al nuevo sistema, es la fase inicial en que todavía se encuentra, pues permite pronosticar un gran desarrollo futuro para el crecimiento ilimitado tanto de productos, como de saberes y vivencias conjuntas que ayuden a integrar cada vez más a las sociedades y a los individuos productores y consumidores incansables. Internet ha sido el escenario en el cual se ha podido crear un consenso de opinión frente a los contenidos que de manera libre están a disposición de los usuarios, 92 quienes comprueban todos los días como entre menos reglas existen para acceder a la información, y por consiguiente al conocimiento y al crecimiento, puede haber una mejor y más equitativa convivencia. Actualmente, la propiedad intelectual y los derechos de autor, conforman uno de los principales temas de debate alrededor de las implicaciones que trae consigo la ―red de redes‖; no sólo por las modificaciones que deben ser efectuadas en términos legales para un real beneficio de quien crea y de quien consume, sino también por las modificaciones que deben asumirse al restablecer excepciones o redibujar los límites de la misma. El análisis en torno al principio de compartir las ideas muestra cómo la red se ha convertido en el medio para lograr que las mismas se cumplan. Este principio básico de Internet es a su vez la raíz de su éxito: el permitir el libre intercambio, sin regulaciones, tanto de ideas como de opiniones, contenidos y productos, ha logrado que la ideas fluyan, se consoliden y se nutran de diferentes fuentes; demostrando así, ser el nuevo paso de la democracia. La posibilidad que tiene todo individuo de auto organizarse, de contar con una voz propia y de ser libre de elección; ha mostrado sus frutos en una máxima producción de creatividad e igualdad en la red, así como ha permitido que los contenidos deriven en conocimiento construido y, al mismo tiempo, en dinámicas de vida construidas conjuntamente; esto, a su vez, viene demostrando una circulación equitativa entre todos aquellos que hacen uso y construyen diariamente este universo compartido que permite un desarrollo individual y social desde la comunicación en todo el mundo. A partir del momento en que los individuos han empezado a buscar la manera en que la información puede ser democratizada para cumplir su derecho y además, para hacerla equitativa para todos; es posible ver la transformación del usuario de las nuevas tecnologías (consumidor, ciudadano, cliente, votante, lector, participante, actor) que ha cambiado su forma de entender e interactuar con su entorno y con los demás individuos, ahora más semejantes a él. La globalización, la digitalización, la convergencia y la neo regulación son las características actuales no sólo de la información en la red, sino también la 93 descripción del conocimiento y la interacción de los individuos enmarcados dentro de esta nueva lógica económica, cultural, social y política que ha llevado a la transformación de antiguos estándares comunicativos. La apertura y la transparencia que Internet propone y consolida en los últimos años con mayor fuerza, son y deben seguir siendo los límites entre los cuales se construye un sistema legal novedoso y acorde a los cambios que la tecnología ha suscitado, sin que agreguen normativas a favor de intermediarios que obstaculizan el proceso creativo en detrimento de la construcción colectiva de saberes. Internet ha sido incubadora de la una nueva cultura del remix en el mundo donde no hay lugar a los absolutismos ni a las totalidades; al contrario, la realidad del equilibrio, donde las artes se mezclan entre ellas para dar lugar a nuevas formas de comunicación y de apropiación de los mensajes por parte de individuos y sociedades que ya no son únicas e impenetrables, al contrario, son mundiales al ser el resultado de sus propios remixes. Hoy en día existen alternativas (CC y Copyleft) para la publicación y distribución equitativa de la información en Internet que buscan el equilibrio entre la libertad democrática a la información y los derechos de autor, teniendo en cuenta siempre que éstos últimos no pueden, nunca, situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, sin importar incluso lo que el mercado establezca. Así, las nuevas tecnologías y los principios funcionales de éstas, no buscan suplantar la ley, ni mucho menos reemplazar la norma general. Al contrario, el fin último de la circulación equitativa de la información a través de las nuevas tecnologías y las dinámicas sociales que en torno a éstas se han empezado a entrelazar, busca que la interacción entre dichas tecnologías y la nueva figura del autor/consumidor sea lo más directa posible, de manera tal, que los trámites legales no terminen convirtiéndose en fachadas y entorpeciendo la divulgación del conocimiento. No hay que confundir la circulación equitativa de la información con el término piratería, ya que el primero no compromete el valor de la obra ni estipula las condiciones del mercado, sólo asegura la difusión mundial de las ideas en las mismas condiciones (libertad e igualdad) de la herramienta que las permite. 94 Mientras que el segundo, presupone un daño a la industria bajo la misma dinámica del mercado aplicada a otro escenario de monopolio cultural y de conocimiento: denominado en Colombia como el Mercado pirata. Internet muestra la aparición de un nuevo paradigma comunicativo, con un claro desplazamiento de la información desde el centro del esquema comunicativo tradicional, hacia los extremos: que ahora se comunican entre sí evitando el centro (como toda red). Esta descentralización de la información permite una mayor extensión de la información, permitiéndole llegar a más lugares en igualdad de condiciones y en la total libertad que contribuye a acercarse al medio en vez de enfrentarlo solamente como espectador. La red, el intercambio equitativo de información y el respeto que desde un principio se ha exigido por lo que nos compete como seres humanos y como ciudadanos, debe ser el motor para impulsar la formulación de políticas nacionales de comunicación, coherentes y duraderas en el marco amplio de los procesos tecnológicos y sociales que a diario se viven en el mundo, para así lograr reducir los desequilibrios que afectan no sólo a las estructuras de circulación de la información; sino también a un país necesitado de conocimiento para superarse a sí mismo, a su pasado y a los retos que todavía le quedan por enfrentar. Aunque en un principio se pensó el acceso a la información a través de Internet como el eje central que equilibraría no sólo el cumplimiento del derecho universal a la información, sino también la distribución y la masificación de la información de manera equitativa y por lo tanto democrática en Colombia; al mirar un poco más de cerca, el acceso es tan sólo una de las múltiples barreras que han de ser superadas antes de poder hablar de una verdadera democratización de la información en el país: desde la censura, hasta la imposibilidad de acceder a la información, ya sea por costos de las tecnologías que la trasmiten, por desconocimiento acerca de cómo operan dichas tecnologías y/o por falta de educación acerca de la importancia de estar informado se trasgrede la democratización y el derecho equitativo a la información en el territorio nacional. El acceso a la información dentro del marco de ésta, como un derecho universal, constitucional y legal en Colombia, es una instancia necesaria para la participación 95 ciudadana y la protección de los demás derechos constitucionales, así como también es la condición óptima para participar en la toma de decisiones públicas y en el conocimiento necesario para la construcción de un futuro individual y colectivo en términos equitativos y democráticos. De acuerdo a diversas clases de exclusión que viven a diario los colombianos, uno de los principales retos de esta sociedad es alcanzar y procurar en todo momento la inclusión, no sólo como partícipes activos del presente que a diario se vive, sino entendida como la construcción de la sociedad desde la diversidad, es decir, desde y con el otro; siempre en un proceso permanente, infinito y maleable de construir conjuntamente un orden y un entorno social común a todos. En Colombia, aún se viola la libertad de informar y de recibir información por la censura estatal y comercial, por la intimidación y la persecución, por la uniformidad impuesta; además de las limitaciones en el acceso, la impunidad en los procesos y el creciente aumento de la autocensura. Aunque los adelantos en la democratización de la información han sido numerosos en Colombia (prueba de eso es la consolidación de un Ministerio), es preocupante el hecho de que incluso cuando el acceso empieza a ser contemplado por el gobierno como un derecho que no sólo debe ser enunciado en la Constitución, sino que también deber ser mencionado puntualmente en una Ley designada de lleno al tema, aún se ve sujeto a ciertos condicionamientos que marcan la diferencia entre lo que está escrito y la realidad del país. Una visión más de cerca de la Ley de la Información en Colombia, permite ver cómo algunos de sus artículos pese a que han sido creados para las nuevas dinámicas de la tecnología y sus implicaciones sociales, aún se aferran a la organización de los medios tradicionales de comunicación en el país: sectorizados, parcializados, jerárquicos y rentables. A pesar de la buena voluntad del gobierno, se puede ver cómo en el caso de Internet, la información es vista por un gran porcentaje de la población en términos de bienes (servicio) y no en términos de derecho ciudadano, e incluso de derecho universal. Colombia se enfrenta no sólo a los inconvenientes internos de la Ley propuesta para regular la democratización de la información, el cumplimiento del derecho universal 96 y la igualdad de acceso; sino que también debe enfrentar los problemas administrativos de su ejecución, la falta de educación para comprender su importancia y hacer ejercer su cumplimiento, además de los problemas interpretativos que toda legislación contiene, pero que ésta menciona puntualmente entre sus artículos redactados con un enfoque de mercado, más que con uno de derechos. Pese a que el estado ha ido encontrando un punto de partida con respecto a las nuevas tecnologías, los medios de comunicación tradicionales y las libertades que como ciudadanos se tiene frente a la difusión y recepción libre y equitativa de la información, como derecho antes que como servicio; aun es preciso que las empresas, el gobierno y los colectivos de comunicación (medios u productores) fortalezcan una cultura de inclusión que sea más coherente con los propósitos constitucionales y con las necesidades no sólo civiles, sino también universales de todos los individuos que viven en un mundo de la Información sin ser siempre partícipes de la sociedad que lo disfruta y alimenta. La practicidad jurídica de la Ley no significa que ésta sea totalmente entendida por los ciudadanos, así como tampoco implica que sea correcta y enfocada a los derechos de los individuos. La democratización de la información debe ser una prioridad en la agenda nacional tanto del gobierno como de los ciudadanos para impedir la violación de un Derecho Universal. La sociedad necesita una red abierta y libre, no en términos de igualdad en los prestadores del servicio de Internet en el país, sino en términos de igualdad y libertad al acceso a la red para los ciudadanos sin costo alguno, sólo así se empezara a lograr un igualdad y libertad de acceso a la información, al igual que al derecho y por consiguiente a la inclusión. La iniciativa de llevar tecnología a todas las poblaciones colombianas será un acto más positivo siempre y cuando este proceso lleve consigo un programa educativo sólido y acorde, no sólo a las necesidades tecnológicas, sino también a todas las demás dimensiones del conocimiento humano. Para así, desarrollar un conjunto efectivo entre tecnología, información y capacidad de comprensión y análisis frente 97 a éstos, que pueda inculcar en los individuos el respeto y la comprensión de su entorno, así como de sí mismos y de sus derechos. El dinero público debe reflejarse tanto en el cubrimiento de las necesidades básicas de la población, como en el cubrimiento de las necesidades cognitivas y sociales que posibiliten la igualdad entre los sujetos no sólo en el territorio nacional, sino también con respecto a los demás países del mundo, pues así y sólo así es posible concebir una democratización de la información tal y como la propone la red desde sus inicios: a escala mundial. Las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. Cualquier legislación debe apuntar sin lugar a dudas a la pedagogía, conocimiento y veeduría al cumplimiento administrativo y jurisprudencial de la misma, además de la completa comprensión por parte de los involucrados en ella para una aplicación dignificante entre la sociedad, en caso contrario, por más buena intención, no se está apuntando a la inclusión, y por consiguiente se está negando la verdadera democratización. Es necesario alentar todos los esfuerzos por parte tanto del gobierno como de la ciudadanía para promover una estrategia que garantice completamente la democratización de la información de manera interdependiente, respetando las identidades culturales y los derechos individuales; pero promoviendo, ante todo, la inclusión de la comunicación y de la información como derecho fundamental de los individuos y las colectividades. Para ello, es pertinente que el Estado se responsabilice de su papel como ente protector de la democracia y los derechos en el país, para impulsar la formulación de políticas nacionales claras de comunicación, coherentes y duraderas en el marco más amplio tanto de los procesos de desarrollo, como de la agenda nacional. Antes de adelantarse a la formulación de políticas públicas y de leyes sectorizadas y enmarcadas dentro de las dinámicas tradicionales de la comunicación de masas, es pertinente la creación de un acuerdo nacional (participativo y público) donde se establezcan los temas a tratar siempre bajo la mirada del bien común, la inclusión y la bases de un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación 98 (NOMIC) planteadas con anterioridad desde las entidades mundiales que protegen los derechos de los ciudadanos en términos comunicativos y tecnológicos. Por ello, es necesario acelerar la participación creciente de un mayor número de personas en las actividades de masificación de la información a través de las nuevas tecnologías, para facilitar el progreso de las tendencias a la democratización de todo el proceso de comunicación y una expansión de las corrientes de información pluridireccionales, procedentes de una multitud de fuentes que cobijen todas las realidades nacionales sin discriminaciones y/o exclusiones de ningún tipo. 99 BIBLIOGRAFÍA Allfeld, P. (1999), Del derecho de autor y del derecho de inventor, Bogotá, Temis. Arblaster, A. (1991), Democracia, Madrid, Alianza Editorial. Arboleda Palacio, G. (2005), La piratería en Colombia: una mirada exploratoria al mercado ilegal, disponible en: http://www.cerlalc.org/Revista_Pirateria/pdf/n_art09.pdf Attali, J. (1994), Milenio, Barcelona, Seix Barral. Bobbio, A. (1993), Liberalismo y democracia, México, Fondo de Cultura Económica. Borges, J.L. 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