Declaración: Quema de Iglesias y escuelas: Un paso atrás en la reivindicación del pueblo mapuche. A partir del 2 de Marzo el país ha conocido una serie de incendios intencionales sobre templos religiosos y escuelas en las regiones del Bío Bío, La Araucanía y Los Ríos ubicados en territorios sobre los cuales habita una cantidad importante de comunidades mapuche. Aunque el 20 de abril, un supuesto nuevo grupo reivindicativo mapuche, de origen dudoso y desconocido, se atribuyó dichos actos delictuales, no corresponde imputar la autoría de estos hechos a una organización específica, menos al pueblo mapuche, mientras no se desarrolle una investigación. Hacerlo, como ha sido común por parte de ciertos sectores de poder de la población regional, es contrario al principio básico de la presunción de inocencia. No obstante ello consideramos un deber señalar que eventos como los señalados no contribuyen a validar socialmente las legítimas aspiraciones del pueblo mapuche. Dirigentes mapuche y quienes compartimos y luchamos por esas mismas demandas repudiamos las acciones señaladas ya que el atacar y quemar edificios religiosos constituye una peligrosa señal de intolerancia. La libertad de culto es un derecho irrenunciable. Asimismo, repudiamos la quema de centros de estudio y escuelas en territorio mapuche. No es posible prescindir de estos espacios en los cuales se generan las capacidades, valores y conocimientos esenciales que las propias comunidades valoran. Sabemos que estos actos son repudiados por muchas de las comunidades mapuche que habitan dichos territorios y que sufren las consecuencias que generan. Consideramos que, cualquiera sea la autoría de este tipo de acciones delictuales, ellas generan confusión y llevan a disminuir la adhesión de, y cercanía, de los no mapuche con las legitimas y justas demandas de este pueblo por justicia. Ellas además deterioran la posibilidad de alianzas para la consecución de los fines a que las comunidades mapuche aspiran. Estas acciones provocan un franco retroceso para la justa demanda indígena. Sin duda, la política indígena implementada hasta ahora por el gobierno no ha aportado en responder verdaderamente a las demandas indígenas. De las expectativas creadas al principio de la administración, se ha pasado claramente a la decepción y frustración por parte de las comunidades. No es posible entender que en los hechos se haya acabado con el diálogo que al menos en alguna medida existía en los anteriores gobiernos. Pero no es sólo algo de esta administración. Esta continúa reflejando la ignorancia que ha existido en todos los gobiernos sobre la historia de despojos a que ha sido sometido el pueblo 1 mapuche y el desinterés por iniciar un verdadero y gran diálogo que aborde los temas de fondo con que pueda intentarse reparar esa historia de violencia y despojo. Intentar “soluciones” al conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche por la vía de la seguridad, la militarización y la estigmatización, desestimando la acción política, jamás dará resultados. Aún hay tiempo de que el diálogo se concrete y se avance a través de la negociación y el acuerdo político. Históricamente el pueblo mapuche ha preferido las instancias de negociación, diálogos y acuerdos. Llamamos a sus organizaciones a mantener dicha tradición en sus luchas y justas demandas, y a evitar hacerle el juego a la visión militarizante del Estado. Urge que el gobierno asuma este conflicto como un problema entre el Estado y el pueblo Mapuche, que no se resuelve con políticas represivas y que reponga el diálogo y dé solución a las demandas legítimas del pueblo mapuche. Suscriben: Carolina Carrera, Corporación Humanas José Aylwin, Observatorio Ciudadano José Vargas, Programa Política Indígena Fundación Felipe Herrera Lane. Miguel Cheuqueman Vargas, Dirigente Indígena de Identidad Lafqueche Victor Alonqueo Boudon, Trabajor Social Felipe Agüero, Académico de la Universidad de Chile Claudio Fuentes, Director Carrera Ciencia Política Universidad Diego Portales Claudio Nash, Académico Universidad de Chile 2